Los

Extremos en
la Santidad
“Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de
los escribas, que habían venido de Jerusalén;
los cuales, viendo a algunos de los discípulos
de Jesús comer pan con manos inmundas,
esto es, no lavadas, los condenaban”
Marcos 7:1-2
La Ilustración
de los extremos
La moraleja griegade los extremos: Escila y Caribdis, el peligro de caer en
cualquiera de los dos extremos
¿Qué es santidad?

Santidad significa ser sacado

de en medio o apartado para un
propósito especial, en nuestro
caso, hemos sido apartado para
Dios.
 x tr e m o s
Dos E
Sa n ti da d
en l a

Ab u sa r d e la
libertad en
Cristo
Legalismo
El Extremo del Legalismo
(Marcos 7:1-2)
 ¿Qué es el
legalismo?

Es querer justificarse o santificarse a

través de seguir una serie de reglamentos
y normas religiosas que generalmente no
tienen fundamento en la Biblia o que han
sido mal interpretadas.
 El ejemplo del
legalismo: Los
fariseos
Porque atan cargas pesadas y
difíciles de llevar, y las ponen sobre
los hombros de los hombres; pero
ellos ni con un dedo quieren
moverlas.
Mateo 23:4
 El extremo de
abusar de
nuestra
libertad en
Cristo
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el
pecado para que la gracia abunde? En ninguna
manera. Porque los que hemos muerto al
pecado, ¿cómo viviremos aún en él?.
Romanos 6:1-2
 1. Cuando practicamos el Antinomianismo: Vivir
sin ley.
2. Cuando creemos que el lema: “Una vez salvo,

¿Cuándo siempre salvo”, nos da libertad para vivir sin

obedecer la ley moral de Dios.
3. Cuando vivimos en pecados ocultos creyendo
abusamos que Dios lo tolerara.
4. Cuando olvidamos que debemos vivir en

de la gracia temor y temblor delante de Dios: “Por tanto,

amados míos, como siempre habéis
obedecido, no como en mi presencia
de Dios? solamente, sino mucho más ahora en mi
ausencia, ocupaos en vuestra salvación
con temor y temblor”, (Filipenses 2:12).
¿Cómo vivir en santidad delante de Dios?
• Primer paso, convertirnos a Dios a traves de un verdadero
arrepentimiento.
• Por la virtud de Cristo somos santificados posicionalmente: “a la
iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo
Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar
invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y
nuestro”. (1 Corintios 1:2).
• Debemos perseverar en perfeccionar nuestra santidad: “Así que,
amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad
en el temor de Dios”, (2 Corintios 7:1).