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PRESION

INTRACRANEAL
La PIC se define como la presión que existe dentro de la bóveda craneal. Se ha establecido que el funcionamiento
cerebral es adecuado con valores de PIC entre 10 y 20mmHg en adultos, de 3 a 7mmHg en niños y de 1,5 a
6mmHg en recién nacidos.

La PIC es la consecuencia de la interacción entre cerebro, LCR y sangre cerebral. Como hemos señalado
anteriormente, corresponde al parénquima cerebral el 80% del contenido intracraneal. Este parénquima cerebral
está compuesto en un 75-80% de agua, la cual se reparte entre el espacio intracelular (sustancia blanca y
sustancia gris) y el extracelular (espacio intersticial).

Por otra parte, el LCR corresponde aproximadamente al 10% del VI. Es producido principalmente por los plexos
coroideos a un ritmo de 0,3 a 0,35ml/min y esta producción se ve alterada en diversas circunstancias, como son la
inflamación de las vellosidades aracnoideas o el propio incremento de la PIC (situaciones de edema cerebral
difuso o presencia de masas intracraneales como hemorragias o tumores).
Medición de la PIC
• Intraventricular: es el patrón oro, ya que permite tratar la HIC y es el método más sencillo y más barato. Se coloca a
través de un trépano precoronal preferentemente en el hemisferio con más lesiones radiológicas, pues puede existir
un gradiente de presiones interhemisférico. Su principal problema es la infección, especialmente en aquellos
catéteres que se mantiene más de 5 días (2-22%), por lo que es conveniente tunelizarlo lo más alejado posible de la
incisión para minimizar este riesgo

• Intraparenquimatoso: puede colocarse a la cabecera del paciente en la propia Unidad de Críticos, a diferencia del
resto de los sistemas. Además, algunos de estos dispositivos pueden ofrecer más datos que la PIC, como la
temperatura cerebral. Su inserción es muy similar al intraventricular y, aunque tiene menores complicaciones que
este, no permite drenar LCR.
•Subaracnoideo: reduce el riesgo de sangrado al no penetrar en el parénquima pero presenta muchos artefactos en las
lecturas que ofrece, por lo que actualmente se ha abandonado su uso.

Subdural: generalmente, se coloca tras la evacuación quirúrgica de las lesiones con efecto masa, incluso dentro del propio
lecho quirúrgico para control postoperatorio. Tiende a infravalorar la PIC real.

Epidural: es muy poco invasivo pero suele sobreestimar los valores absolutos de la PIC, por lo que puede llevarnos a
iatrogenia al tratar situaciones de HIC falsas.

Lumbar: de colocación sencilla a través de una punción lumbar. Deben emplearse dispositivos que eviten la pérdida
asociada de LCR. En aquellas situaciones en las que el flujo de LCR se encuentra interrumpido entre los ventrículos
laterales y la cisterna lumbar, no es fiable su registro.
Edema Cerebral
Presente en la fase más aguda del TCE, produce un aumento de la PIC, y se trata de una respuesta inespecífica a
muchos tipos de lesiones, pudiendo ser focal o difuso.

Entre los tipos de edema cerebral, los más frecuentes en este tipo de patología son el citotóxico, neurotóxico y el
vasogénico. Los dos primeros acompañarían a la lesión primaria, mientras que el segundo aparecería más tarde,
cuando ya la barrera hematoencefálica estuviera dañada.

El mecanismo lesional, además de en la hipertensión intracraneal, se basa en la alteración de la barrera


hematoencefálica, lo que permite el paso de ciertos metabolitos dañinos para el tejido cerebral, que provocarían
más edema, con lo que se perpetuaría la situación. Además, el edema separa los capilares de las células
cerebrales, con lo que se hace más difícil el aporte de oxígeno y nutrientes.
La importancia del rescate de la
Vía Aérea

El manejo de la vía aérea es el primer punto de la asistencia inicial al paciente politraumatizado, así
como el control de la columna cervical, que debe ser inmovilizada con la ayuda de un collarín, que
puede suplementarse con soportes laterales y fijación para el transporte. El manejo de la vía aérea y la
intubación endotraqueal son las únicas maniobras que han demostrado una clara eficacia en cuanto a la
supervivencia de estos pacientes. Debe administrarse inmediatamente oxígeno a la concentración más
alta posible.
Una PO2 baja y, en especial, una PCO2 elevada, ejercen un potente efecto vasodilatador sobre la circulación cerebral y
por lo tanto aumentan la PIC: es por esto que debemos suponer que la PIC está elevada en todo TCE grave hasta que se
demuestre lo contrario. No existe acuerdo acerca de cual es la vía y la inmovilización más segura para la intubación
endotraqueal en el paciente con presunta lesión medular cervical y ventilación espontánea, recomendando algunos la
intubación orotraqueal con tracción axial por un ayudante y otros la intubación nasotraqueal sin tracción axial o la
cricotiroidotomía, si no es posible la anterior. Estas maniobras exigen la administración de sedantes y en ocasiones
bloqueantes neuromusculares, para evitar el incremento de la PIC inducido por la propia maniobra, la tos, las náuseas,
etc. Las sustancias más utilizadas en la actualidad son el midazolam y el etomidato. Este último además reduce la PIC
per se y presenta muy buena tolerancia hemodinámica.

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