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El animismo: ¿el origen de las religiones?

Se cree que hace miles de años,


las primeras tribus ya creían que los objetos podían tener alma.
La humanidad, en sus más de dos millones de
años de existencia, ha intentado buscar una
explicación lógica sobre los misterios que nos
rodean. A raíz de esta necesidad de saber se
han ido gestando las diferentes religiones
que han evolucionado hasta la actualidad.
Pero ¿puede existir una creencia que resulte
el germen de todas las religiones? Aunque la
respuesta sea compleja y ampliamente
controvertida, numerosas teorías apuntan al
animismo como aquella doctrina de la que
parten el resto de creencias religiosas que
llegan hasta la actualidad.
¿Qué es el animismo?
Si tenemos en cuenta la raíz latina de su nombre: anima, cuyo significado es alma; nos
más fácil entender qué es el animismo. Este concepto abarca toda una serie de creencias
según las cuales tanto los objetos, como las personas o cualquier pieza de la naturaleza
poseen un alma y consciencia propia.
Dicho de otra manera, según los seguidores del animismo, existen toda una serie de entes
espirituales, de entre los cuales se incluyen en alma humana, que ocupan todo tipo de
seres y objetos tanto animados como inanimados, por lo que todo aquello que nos rodea,
todos y cada uno de los elementos que existen en el mundo, poserían un alma o una
esencia de consciencia.
No obstante, existen diversas variantes de esta doctrina, como aquella en la que se acepta
la existencia de una serie de seres espirituales y sobrenaturales personificados, los
cuales poseen capacidad raciocinio, intelecto y voluntad y habitan dentro de todo tipo
de elementos que, en principio, no son considerados por el resto de la cultura como seres
vivos.
Aunque estas creencias se remontan a época remotas, muy anteriores a la aparición de
las religiones actuales, el animismo posee una gran fama alrededor de todo el planeta. El
motivo es que la creencia en el alma es una constante que aparece en todo tipo de
culturas y religiones independientemente de lo diversas que están sean.
Existen ciertas variaciones dentro del animismo según la región del mundo y la cultura en la
que este se establezca. Sin embargo, gozan de ciertos puntos en común y es todas ellas
intentan encontrar una explicación o sentido a aquello que se encuentra más allá de la
muerte, así como el establecimiento de un vínculo entre los seres humanos y todos aquello
que les envuelven.
En cuanto a si los objetos inanimados poseen o no un alma o consciencia interior, esta
creencia varía también entre unas y otras regiones. En algunos de estos lugares, el animismo
también consiste en la creencia de que algunos objetos inanimados, incluyendo también las
manifestaciones y sucesos naturales como las tormentas o ciclones; lo cuales son
considerados como expresiones de una conciencia inteligente.
Distribución de este sistema de creencias
Hoy en día aún se pueden encontrar distintas localizaciones alrededor del mundo en la que
el animismo conserva una gran fuerza; constituyendo una creencia muy compleja. Estas
regiones están situadas al sur del Sáhara y en ciertos territorios de Oceanía, América y el
sudeste y centro de Asia. En ellas la base del animismo consiste en una energía vital
universal que une a todos los vivos. Esta energía para ellos denominada como “magara”
también vincula a todos los seres vivos con las almas de los muertos.
Principales dogmas y creencias
Tal y como se comenta en el punto anterior, el principio esencial del animismo es la
creencia de que existe una energía vital que constituye la esencia y naturaleza de todos
los seres vivos. Esta esencia, además, posee un papel fundamental en vínculo entre el
mundo de los vivos y los muertos.
En los principios del animismo, sus seguidores o adeptos sostenían firmemente la
existencia de una serie de deidades con las que se podía interactuar. No obstante con el
paso del tiempo, las nuevas adaptaciones del animismo pasaron a considerar estos
elemrntos individuales como formas de manifestación de un único Dios prácticamente
inalcanzable para el resto de mortales.
Las principales creencias propias del animismo se pueden concretar en los siguientes
puntos:
Reconocimiento de la existencia de un gran número de espíritus y deidades.
Es posible interactuar directamente con estos espíritus.
Esta interacción se realiza mediante ofrendas o sacrificios.
También es posible interaccionar mediante la mediación de personas sagradas como
chamanes o brujos.
El alma de nuestros ancestros persiste más allá de la muerte.
El alma puede abandonar nuestro cuerpo en ciertos estados de trance o después de la
muerte.
Existencia de entes espirituales que habitan el alma o espíritu humano.
La idea de la muerte en el animismo
Aunque existe un alto grado de variabilidad entre los diferentes seguidores de las creencias
animistas, un gran número de ellos respalda la idea de que el alma perdura después de la
muerte del cuerpo de la persona. Una vez el cuerpo se convierte en algo inanimado, el alpa
viaja a un mundo o cosmos que garantiza una mayor comodidad y bienestar.
En contrapunto, algunas zonas muy concretas como las comunidades navajas de
norteamérica sostienen que estas almas permanecen en la tierra, llegando, en ocasiones, a
convertirse en entes malvados.
Finalmente, existen ciertas culturas que preferirían aunar estas dos creencias. Según ellas,
el alma tiene la obligación de abandonar este mundo. De lo contrario, se convierte en un
fantasma condenado a vagar durante el resto de su existencia.
Para que esto no ocurra, los familiares de la persona fallecida realizan extensos funerales y
duelos en los que se venera a los ancestros para que guíen su alma.
El animismo como religión
Opuestamente a lo que ocurre con la gran mayoría de religiones, los orígenes del
animismo son difícilmente concretables. Ya que se considera que es una de las
creencias más antiguas del la historia de la humanidad, llegando al punto de que
existen evidencias de que la religión del Antiguo Egipto ya consta de fundamentos
del animismo.
A lo largo de los tiempos se han desarrollado diversas teorías que apuntan al
animismo como el germen de las religiones y creencias místicas actuales; puesto
que asocia los inicios de las religiones con el característico culto a los muertos.
Un segunda teoría, afirma que el animismo puede considerarse como la base de
toda religión. A pesar de que la veneración a una gran cantidad de dioses, así como
a los muertos ha sido solapada o actualizada por otros cultos, es innegable la
influencia que el animismo tuvo sobre ellos.
Finalmente, aunque a lo largo de la historia se ha considerado al animismo como
una religión, las religiones modernas no llegan a interpretarlo como tal. Más bien,
este es considerado como una una forma de filosofía que influye y se encuentra en
numerosas religiones, la cual intenta establecer una explicación para los misterios
espirituales y manifiesta una postura o disposición emocional hacia estos misterios.

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