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LA

ARQUEOLOGÍA
Historia de la arqueología
 La arqueología surgió en Europa como un pasatiempo de gente con recursos suficientes para
financiar expediciones a lugares remotos para presumir sus hallazgos -muchas veces
extraordinarios-. Hoy es una disciplina formal y una forma de vida para investigadores
profesionales a nivel global.

 · La arqueología El diccionario de la lengua española define Arqueología como “Ciencia que


estudia las civilizaciones antiguas a partir de los objetos y monumentos no literarios (templos,
fortificaciones, tumbas, vasos, etc.) que han llegado hasta nosotros y que no son, necesariamente,
obras de arte. Nace en el Renacimiento como consecuencia de la revalorización de la época clásica,
y experimenta un gran desarrollo en el s. XIX a raíz de las expediciones a Egipto y Grecia.
Constituye un valioso auxiliar de la historia y abarca, a su vez, otras disciplinas importantes:
cerámica, paleografía, diplomática, heráldica, numismática.”

 La palabra arqueología, viene del griego «ἀρχαίος» archaios, que significa viejo o antiguo, y
«λόγος» logos, que significa ciencia o estudio, por lo que es la ciencia que estudia los cambios
físicos que se producen desde las sociedades antiguas hasta las actuales, a través de los restos
materiales, distribuidos en el espacio y conservado a través del tiempo. Pero, estos mismos restos
materiales nos dicen mucho acerca de la cultura y desarrollo de dichas sociedades. Por lo que, su
principal objetivo es el estudio de los cambios en la organización social, así como la diversidad del
comporta-miento humano, en aspectos económico, político, ideológico, religioso; en el pasado.
Fundador de la arqueología
 Flavio Biondo, un historiador humanista del
Renacimiento italiano, creó una guía sistemática de
las ruinas y la topografía de la antigua Roma a
principios del siglo XV, por lo que se le llamó el
primer fundador de la arqueología
 Flavio BiondoNació en Forli, en la región de
Romagna, durante 1392.

 Fue educado en su ciudad natal desde temprana


edad, estudiando bajo la tutela de Ballistario de
Cremona, y posteriormente en Milán.
Flavio Biondo
 Descubrió y transcribió el manuscrito único del códice con el diálogo Brutus
de Cicerón. En 1433 viajó a Roma donde fue secretario de la cancillería del
papa Eugenio IVal año siguiente. Tras el nombramiento de Amadeo VIII de
Saboya como antipapa Félix V, siguió al exilio a Eugenio IV en Ferrara y
Florencia. Tras la muerte de su protector en 1447, siguió como secretario de
Nicolás V, Calixto III y Pío II.

 Historiador humanista del Renacimiento italiano, se le considera el primer


anticuario del Renacimiento. Realizó guías de ruinas de la Roma antigua, por
lo que se le supone de los primeros arqueólogos.

 El primero en dividir la historia en tres periodos: Edad Antigua, Edad Media y


Edad Moderna, y también en emplear el concepto "Medioevo" en su obra más
importante, Historiarum ab inclinatione romanorum imperii decades,
publicada en 1483. Su primer trabajo fue De Roma instaurata (1444-1448), una
reconstrucción de la topografía romana antigua.
Falleció el 4 de junio de 1463 en Roma. Sus restos
reposan en la Basílica de Santa María en Aracoeli
de Roma. Sus obras fueron editadas póstumas por
su hijo usando la imprenta.

Obras

Romae instauratae (1444-1448)


Italia illustrata (1474)
Romae triumphantis libri decem (1479)
Historiarum ab inclinatione Romanorum imperii
Decadae (1483)
LA DENDROCRONOLOGÍA
Que es la dendrocronología
 La dendrocronología es una disciplina científica que estudia los cambios
ambientales registrados en los anillos de crecimiento anual de los árboles.
La palabra deriva de las palabras griegas dentro (árbol), cronos (tiempo)
y logos (conocimiento).

 La dendrocronología, es la ciencia que se ocupa de la datación de los


anillos de crecimiento de las plantas arbóreas y arbustivas leñosas.
Basada en el patrón de crecimiento de anillos, la dendrocronología
analiza patrones espaciales y temporales de procesos biológicos, físicos o
culturales. Los anillos que se forman anualmente en la pulpa de los
troncos de los árboles, crecen con un grosor variable, que dependen del
grado de humedad o de sequía de cada año. Cada periodo de años, va
dejando una distribución peculiar y especifica de los anillos. Gracias al
análisis sistemático de los troncos arbóreos, que fueron encontrados en
las ricas zonas arqueológicas, de Arizona y de Nuevo México, se ha
podido fijar la antigüedad de muchos restos;
Andrew Ellicott Douglass
 A muchos el nombre de Andrew Ellicott Douglass no les resultará familiar. Pero quizá sí hayan
visto su rostro, incluso sin saberlo. En su imagen más conocida, Douglass aparece de pie ante una
sección de tronco de árbol que le dobla en altura y en la que unos carteles señalan cuál era el
grosor de aquella secuoya gigante en ciertas épocas históricas. La gran contribución de Douglass a
la ciencia, la datación de los árboles por los anillos de crecimiento de su tronco, es hoy
enormemente conocida; pero no tanto el hecho de que las aplicaciones de estos estudios exceden la
curiosidad botánica, para servir como registros del paleoclima y como calendarios que en su día
permitieron fechar los principales yacimientos arqueológicos de Estados Unidos. Y todo ello a
pesar de que, en realidad, Douglass perseguía algo muy diferente que jamás llegó a demostrar.

 A.E. Douglass muestra el corte original de una secuoya a un visitante. Crédito: Arizona State
Museum
 Andrew Ellicott Douglass (5 de julio de 1867 – 20 de marzo de 1962) nació en Windsor (Vermont,
EE. UU.), en una prominente familia ligada al clero y la academia. Heredó su nombre (y la pasión
por la astronomía) de su bisabuelo, quien había registrado por primera vez una lluvia de estrellas
fugaces en Norteamérica. Con sus estudios en astronomía, geología y física, Douglass ingresó en el
Observatorio de Harvard como ayudante, un empleo que le llevó de expedición a Perú y de gira
por Europa. En 1894, el acaudalado astrónomo aficionado Percival Lowell le contrató con el fin de
seleccionar un emplazamiento en Arizona donde situar un telescopio para observar Marte.
Douglass se trasladó a lo que entonces era el Far West y eligió la localidad de Flagstaff. Allí se
erigió el Observatorio Lowell, que ha perdurado hasta hoy.
McGraw, y a fundLa trayectoria de Douglass como segundo de Lowell terminó
bruscamente a causa de la obsesión de este por demostrar la existencia de una
civilización marciana. Lowell se empecinaba en ver canales artificiales en Marte,
algo que ni Douglass ni el resto de la comunidad científica apoyaban. El
conflicto entre ambos terminó con el despido de Douglass en 1901. Según
Donald J. McGraw, biólogo e historiador de la ciencia que ha escrito
extensamente sobre el trabajo de Douglass, fue entre este momento y su traslado
a la Universidad de Arizona, en Tucson, en 1906 cuando el astrónomo comenzó
a interesarse por la datación de los anillos de crecimiento de los árboles.

La naturaleza anual de los anillos aparece por primera vez en los escritos de
Leonardo da Vinci, quien reconoció que su grosor dependía de las condiciones
de humedad. En los siglos XVIII y XIX, otros científicos avanzaron en el estudio
de los anillos y su relación con el clima, comenzando a cruzar fechas para
efectuar dataciones. Por su parte, Douglass consolidaba su carrera como
astrónomo en Tucson, fundando en 1916 el Observatorio Steward en un terreno
de la Universidad donde anteriormente se ubicaba una granja de avestruces.
A.E. Douglass nunca logró encontrar rastros del ciclo solar en los anillos de los árboles.

El acercamiento de Douglass a los anillos de los árboles tenía un propósito meramente


instrumental. El astrónomo estaba, en palabras de McGraw, “consumido por una
pasión”: demostrar la influencia de los ciclos solares en el clima terrestre. “Como
astrónomo, su interés primario era la actividad solar”, señala McGraw a OpenMind.
“Creía que el ciclo de manchas solares de 11 años podía encontrarse en la historia del
clima en los anillos de los árboles”. Esto le llevaría a “crear por cuenta propia la entonces
nueva ciencia de la dendrocronología”, prosigue ar en 1937 el Laboratorio de
Investigación en Anillos de Árboles de la Universidad de Arizona, el primero de su
especialidad.
Así, Douglass se convirtió en la principal autoridad en el estudio de los anillos, gracias
sobre todo a los cortes de las milenarias secuoyas gigantes. Su trabajo y sus primeras
publicaciones llegaron al conocimiento de los arqueólogos del Museo de Historia Natural
de EE. UU., que solicitaron su ayuda para datar las ruinas de los antiguos asentamientos
anasazis en el suroeste del país a través de las vigas de madera empleadas por los nativos
en sus construcciones.
El astrónomo comenzó a trabajar en esta línea en 1916, pero durante años solo
fue factible asignar a las vigas cronologías “flotantes”; es decir, relacionadas unas
con otras, aunque sin posibilidad de fijarlas en el calendario, ya que existía una
brecha temporal entre estas y las dataciones absolutas obtenidas en Flagstaff. Por
fin, el 22 de junio de 1929, el análisis de una viga denominada HH-39, recogida en
Showlow (Arizona), permitió por fin solapar ambas cronologías y fechar las
ruinas anasazis. En diciembre de 1929, Douglass escribía en la revista National
Geographic que la viga HH-39 estaba destinada a ocupar un lugar en la
arqueología americana “comparable a la piedra Rosetta de Egipto”. Y así fue;
hoy la dendrocronología se emplea en todo el mundo para labores de datación, así
como para reconstruir el clima del pasado y entender el actual.

Douglass falleció a los 94 años sin ver cumplido su sueño de demostrar la huella
de los ciclos solares en los anillos de los árboles. “Nunca fue capaz de probarlo, ni
lo ha hecho nadie”, apunta McGraw. “Pero algunos estudios sugieren, aunque es
una conjetura, un posible ciclo de 22 años en los anillos, el doble del ciclo de las
manchas solares. Su significado, si es que es real, es confuso”. Aun así, para
McGraw Douglass siempre será, como las secuoyas que estudió, un “gigante
imperecedero”.

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