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La Bolsa de Valores:

Historia
Victor Alejandro Cuadrado Flores l

ING. ELCY GALLEGOS


El concepto de bolsa de valores nació en Bélgica en el siglo XVI.
Más concretamente en Brujas (Flandes), los comerciantes de
Brujas (Flandes) se reunían para sus negocios en un edificio
propiedad de una familia noble llamada Van Der Büerse, cuyo
escudo de armas eran tres bolsas de piel.
Con el tiempo, también debido al apellido “Buërse”, la gente
empezó a conocer ese lugar como “bolsa”.

Van Der Büerse


Por extensión, comenzó a llamarse Bolsa
en toda la región a los lugares donde se
efectuaban las transacciones
comerciales.
En los años siguientes nacieron en ciudades como Amberes y Gante varios “bolsas” donde mercaderes de
distintas nacionalidades cotizaban sus objetos de valor.

Pero la primera donde se pusieron


acciones a la venta fue la Bolsa de Valores
de Amsterdam (que por ello se considera
normalmente como la más antigua),
cuando en 1602 la Compañía Holandesa
de las Indias Orientales, primera sociedad
anónima de la historia, comenzó a ofrecer
participaciones en sus negocios para
financiar su expansión comercial.
De este modo, era posible captar grandes sumas de dinero a través de pequeñas inversiones
de los ahorros de un gran número de personas y a cambio de una participación (las acciones)
en los resultados de ese negocio. Esta función de financiación por parte de una empresa e
inversión por parte de un particular, nacida de las necesidades de las compañías mercantiles
colonialistas de la época.
La institución de la Bolsa de valores terminó de desarrollarse en los siglos siguientes,
coincidiendo con la expansión del capitalismo y la empresa privada.

Así surgieron la bolsa de Londres (1570), la de Nueva York (1792), la de París (1794) y la
de Madrid (1831). En todas ellas se compran y se venden las acciones de las principales
empresas de cada país (entre otras cosas.

De este modo, la Bolsa de Valores es una


organización que provee un mercado donde las
compañías pueden ofrecer sus acciones y los
inversionistas, normalmente a través de unos
intermediarios llamados corredores de bolsa, pueden
comprarlas.
Este mercado establece unas normas y exige unos
requisitos que permite operar con ciertas garantías de
transparencia.

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