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EL MAGISTERIO COMO PRINCIPIO GARANTE DE LA ACTIVIDAD

TEOLÓGICA
El depósito revelado es confiado a toda la Iglesia, lo que exige la
comunión de los fieles con los pastores; el Espíritu Santo suscita y vivifica
en la comunidad la capacidad de escucha sobrenatural, para que la
Revelación pueda ser entendida, profundizada, custodiada y trasmitida
fielmente; así la Iglesia toda tiene la misión de proponer la única Palabra
de Dios, adaptada al momento histórico presente, como profesión de fe y
como praxis de la vida. Pero son los Apóstoles los que se convierten en
testigos cualificados e interpretes autorizados del depósito de la fe.
LA FUNCIÓN DEL MAGISTERIO: El magisterio jerárquico –el Papa y los Obispos- como
portador legitimo de la sucesión apostólica, tiene como función propia, la de interpretar
auténticamente el depósito de la fe, puesto que en la Iglesia, son los doctores auténticos y
oficiales para dar a conocer la Revelación diivna. El Magisterio se expresa de dos formas:

1. De forma solemne o 2. De forma ordinaria, conocida


extraordinaria, conocida tambíen como Magisterio ordinario, cuando
Magisterio extraordinario, cuando hace referencia a la enseñanza
el Papa habla “ex cathedra”, o cotidiana del Papa o de los
cuando se refiere a la enseñanza Obispos.
convergente de los Obispos en
comunión.
 El Concilio Vaticano II en la D.V. N. 10 enseña que: ”la Sagrada Tradición
y la Sagrada Escritura constituyen un solo depósito sagrado de la
Palabra de Dios” y añade que ”el oficio de interpretar auténticamente la
Palabra de Dios escrita o trasmitida ha sido confiado al Magisterio vivo
de la Iglesia.
 Tradición, Escritura y Magisterio se encuentran por tanto
“entrelazados y unidos de tal forma que cualquiera de ellos no tiene
consistencia sin los otros, y que juntos, cada uno a su modo, contribuyen
eficazmente bajo la acción del Espíritu Santo a la salvación de las almas”
 En virtud del mandato recibido por Jesucristo y por un don
especial del Espíritu Santo, el Magisterio tiene la misión de
conservar el depósito de la fe en toda su integridad. Con
ese fin lo protege de error, juzga con autoridad – a prueba o
reprueba- las interpretaciones de la Revelación que propone
la teología, y ofrece él mismo nuevas consideraciones y
desarrollados en torno a la fe.
 La teología tiene en cuenta al Magisterio de la Iglesia y se apoya en el
en un doble aspecto:
En primer lugar: Analiza el extenso cuerpo documental que contiene la
doctrina emanada por la autoridad de la Iglesia a lo largo de los siglos.
Lleva a cabo entonces una labor de información que le proporciona los
datos con los que puede y debe contar en su trabajo. Realiza también en
algunos casos una labor interpretativa, que consideré las circunstancias e
intenciones de cada texto y facilite su sentido preciso y su importancia
para el presente.
En segundo lugar el teólogo escucha al Magisterio vivo, que se
pronuncia con autoridad sobre las cuestiones del momento que
exigen clarificación, formulación o toma de postura. La actualidad
teológica, social, política, cultural, etc. Nos ofrece abundantes
ejemplos de estas intervenciones del Magisterio que, a través del
Papa y de los Obispos, se dirige a la Iglesia y al mundo aquí y ahora.
El Magisterio no es aquí un archivo de textos, sino una palabra actual
que se está haciendo oír y que incide necesariamente en la labor
teológica.
RELACIÓN ENTRE MAGISTERIO Y TEOLOGÍA
El Magisterio se preocupa sobre todo, por el mantenimiento de la Tradición
Cristiana atestiguada desde los tiempos apostólicos y por la custodia,
interpretación y transmisión del depósito de la fe; la teología, por su parte,
desde la investigación y la reflexión sobre la revelación a la vista de los
problemas contemporáneos, ejerce un papel crítico dentro de la Iglesia y
ayuda a renovar las formas de transmisión de la Revelación, con miras a la
comprensión de los fieles y alimentar la fe desde la Iglesia; la relación
entonces, entre Teología y Magisterio comprende una dinámica de circularidad.
La Sagrada Escritura y la Tradición como Palabra de Dios,
y el Magisterio como intérpretes de esa Palabra, son
entonces la fuente de donde se alimenta la Teología para
desarrollar su ejercicio científico, y son parámetros seguros
para la autenticidad de su reflexión.
Para profundizar sobre el tema en:

ROVIRA. Belloso José. Introducción a la Teología . Colección


Sapientia Fidei. Bac 1996. Págs. 255-281. Tema: “El
Magisterio”.

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