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A finales de 2017, los responsables de Turín de las iglesias católicas, vaud, ortodoxa rumana,
bautista, luterana y adventista firmaron una carta invitando al hermano Alois y a la
comunidad de Taizé a organizar un encuentro europeo en la ciudad de Turín. Aquí está el
contenido de esta carta que destaca la realidad ecuménica experimentada por los cristianos en
la capital del Piamonte.
El camino ecuménico de Turín y sus alrededores tiene raíces profundas y es único en Italia. Junto a
la Iglesia Católica, existe la presencia histórica de la Iglesia Vaudois, a la que se agregó con el
tiempo la Iglesia Bautista, la Iglesia Luterana, la Iglesia Adventista y otras comunidades evangélicas
de origen más reciente. Luego, gracias a las migraciones internacionales, se establecieron
comunidades pertenecientes a las diversas Iglesias ortodoxas: la Iglesia copta, la Iglesia etíope, la
Iglesia ortodoxa griega del Patriarcado de Constantinopla, la Iglesia ortodoxa rumana y la Iglesia
ortodoxa rusa.
Desde finales de la década de los 60, se han llevado a cabo los primeros contactos y reuniones de
trabajo entre sacerdotes y pastores, seguidos en la década de los 70 por iniciativas ecuménicas,
promovidas sobre todo por la Secretaría de Actividades Ecuménicas. Desde la década de los 90
hasta la actualidad, las Comisiones Ecuménicas Católica y Evangélica y las Comunidades Ortodoxas
preparan y conducen juntas las Semanas de Oración por la Unidad de los Cristianos.
Son animados, como experimentan bien en la colina de Taizé, por el deseo de encontrarse y vivir
juntos momentos de fraternidad y de oración. Y nosotros, representantes de las Iglesias en Turín,
alentados juntos por su deseo, que también es el nuestro y el de nuestras comunidades eclesiales,
nos atrevemos a esperar poder acoger, en un futuro próximo, a jóvenes de todo el continente que
quieran reunirse para un Enncuentro Europea organizado por su comunidad en nuestra ciudad.
Para nuestros jóvenes, para nuestras comunidades, para nuestras Iglesias, sería una oportunidad
importante para vivir plenamente los valores del Evangelio y, en particular, como enfatizó el
hermano Roger, la alegría, la sencillez, la misericordia.
Fraternalmente en la oración.