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EL ECUMENISMO
Juan Bosch
)
\/ J111 111• } v,,, 'w1ga1;
11 fu , fcolor,m el • la uelo. de L.e aulchoir.
,, ,, lm 111ie111hr • del Centr. «J tina » d París,
, 11 , ,-n11uwlmi 1110 por
"' 1 il'a ,·w11rib11 i 11 a la renovac-ión
ti,• lo f1 11J/og{(i ·atóli a.
·paña
1 B : 97 - 4- 169- · 2-4
Prólogo
el
E I l rmino ecumeni.smo no es de fá il ro
pr nsión. Cuenta Antonio M. Javierr •
n d La que nos introduce de lleno en la difi 1
qu upone, de entrada, la palabra «ecumeni rn
«En el curso de la segunda sesión del Vati ano
tocó al cardenal Cicognani hacer la presenta i n
esquema de ecumemsmo. Lo hizo en breves pal b
'Ahí tenéis, Reverendfsimos Padres -vino a de ¡,
laLln-. un documento cuyo contenido nos p r~ •
mente familiar. La Iglesia católica, en efecto,
menista desde su origen. Es bien conocido el · n 1
cuménico que viene ejerciendo sin solu ión d 01
mtidad a lo largo de su historia'. Momento d p11
el entonces arzobispo Martin, más tarde el vad .1
púrpura, hubo de presentar en detalle Jo pri1
ros capítulo del mismo documento. Lo hizo , 1
guaje ensiblemente diverso: 'Atención, R ·hd
mos Padres. Tenéjs ante Jos ojos un texto inédíln,
talmente nuevo, por su factura y por su cont nido.
la primera vez que un concilio afronta su estudi . J
brá de resultaras particularmente arduo su jui
porque no os será fácil contar con teólogos cm
ni ntemente preparados'» .
•
des credos de la antigua Iglesia, y así son lla-
m ados «credos ecuménicos» lo de los apóstoles, el
a suponer un drástico cambio en el significado del
término «ecumenismo». El arzobispo luterano a-
• • de icea y el de san Atanasio. tban Soderblom durante la Primera Guerra Mun-
• dial sugiere la creación de una «reunión internacio-
. .
Durante e1 siglo XIX aparece un nuevo significa-
do que con el tiempo tendrá la acepción técnica nal de Iglesias» con el apelativo de «ecuménica» pa-
ra intentar resolver el problema de la paz. Y propo-
..•• . moderna. En 1846 se constituye en Londres una
Alianza Evangélica, con e1 fin d preparar un «con- ne la puesta en marcha de una especie de Consejo
• 1
• ' ••.
•
•
1
•
1 •
.
cilio ecuménico evangélico universal» . Sus partici-
pantes pertenecen a diferentes denominaciones. En
la clausura de aquel encuentro, el pastor calvinista
Ecuménico de las Iglesias. u idea, no obstante, só-
lo tomará cuerpo varios decenios después. Pero la
palabra adquiere ya una nueva acepción: la relación
•
• •, .
,. • •
.
• • 1 •
..
• '. • 1
«Me atrevo a esperar la unidad de todo los cristiano
• ' • 1 • Igualmente, Henry Dunant, el fundador d la a la luz que da al espíritu un amor verdadero hacia lo
• 11
' Cruz Roja y uno de Jos pioneros del YM A, escribió hermanos; esto es, esforzándonos por convertirnos cada
•• ' . • ampliamente sobre la necesidad de que esta asocia- día más en hombres de verdad, por medio de una caridad
'. ,• ' • ción fuese «ecuménica» en el sentido de sin fingimientos y un esfuerzo efectivo de renovación de
• I I I
• «propagar aquel espíritu ecuménico que trasciende la
nuestra Iglesia. ¿ o es esto, en el fondo, lo mismo que
•• 11
•• . .
nacionalidad y la lengua, Jas denominacion y las
cuestiones eclesiásticas, la cJase y la profe ión ... •.
decía san Pablo: Veritatem facientes ... in caritate non
fleta'?•.
• •• • Christophe Dumont, O. P
Pero el uso del término en ]a acepción recorda-
:.-' da no goza todavía de una aceptación universal.
•• • í, por ejemplo, en 1900 celebra en la ciudad de
... ..
.
:• •
.
.
•
• ,
ueva York una onferencia Ecuménica Misione-
ra. Los organizadores dejan muy claro que han
aceptado ese calificativo porque se han propuesto
La conferencia de Esto olmo (1925) universaliza
.'
•• 11
••
•
. .. un plan de expansión misionera que <<abarque toda
la tierra». La acepción común continúa siendo la
d l primitivo sentido geográfico, universal. Poco
todavía más el nuevo uso del término «ecuménico».
El vocablo es aceptado sin reticencias por parte de
los alemanes, sue o y Era.ne es. Más dificultades
hallan Jos cristianos de lengua inglesa, que prefie-
• • • después, en la famosa Conferencia Misionera Mun- ren emplear los términos «mundial» o «universal».
•
•
. ...• •• • •
1 •• • dial de Edimburgo (1910), el título de «ecuménica»
s eliminado, pues la ausencia de las Iglesias orto-
La razón es obvia: en la tradición inglesa, «ecumé-
nico» e asocia muy fuert mente a los «concilios
...• • • •
• oxas y católica -según sus organizadores- hace
inapropiado su u o.
ecuménicos», lo qu dificulta su empleo para desig-
nar cualquier otro igni.ficado.
Los movimientos «Fe y Constitución» y «Vida y
•• • cción» -de los que se hablará en el capítulo 3- van
.. .
•
A partir de la conferencia de Oxford (1937), el
término «ecuménico» designa ya con toda claridad
las relaciones amistosas entre las diferentes Iglesias
W. A. Visser'l Hooft, The Word 'Ecume».ical'. Tts History and con e1 expreso deseo de realizar la Una Sancta y de
también a los f/1 • o. c., 738 . estrechar la comunión entre todo los creyentes en
PARA COMPRENDER EL ECUMENJSMO 11
t s11 rist . r la fundación del Consejo Ecuméni- diferentes Iglesias actualmente existentes, en una nueva «El ecumenismo un movimiento d p n • 1111 •1110
o d • la lgl ia -en el mundo anglosajón prefieren unidad»•. cióo cuya preocupación es la reuní n d lo ui 11 1111
J ·lt ri _ l como Consejo Muncüal de Igle ias- en «El ecumenismo comienza cuando se admite que lo
111- l n.l m 1948), el término «ecuménico» expresa
•El movimiento ecuménico no es el lugar d rnt m·1
otros -y no solamente los individuo , sino lo grupos para el triunfo de una Iglesia obre otra. Es la
111 dud alguna el intento de reconciliación de eclesiástico como tales- tienen también razón, aunque
1 J •1 i ristianas como expresión visible de la confrontación fraterna de los cristianos divididos p1·1 ,
afirmen cosas distintas que nosotros; que poseen también h nnano ... La finalidad del diálogo um ni no t !,
1111i c_•r_ lllidad del cristianismo» y como signo ccpa- verdad, santidad, dones de Dios, aunque no pertenezcan a
r I lflh: ·l mundo crea».
conversiones. Es un esfuerzo del amor cri tiano p 1,1 el
nuestra cristiandad. Hay ecumenismo ... cµando se admite recibir testimonio del evangelio• 10•
l,Js primeras acepcione de tipo geográfico, que otro es cristiano no a pesar de su confesión, sino en
11rlt111 l político, se añade después la referencia a ella y por ella• 5• •Es el movimiento cristiano nacido hacia princ.:ipiu\
I , 1 1 i , tanto la Iglesia universal extendida por •El ecumenismo no es, en modo alguno, el resultado siglo XX, en ambientes misioneros protestant
i , lo el universo, como más tarde al ínt rés por la sincretista de una suma de Lutero o de Calvino a santo anglicanos, con el deseo de testimoniar junt
i 11 ·,t ini i n ra y al deseo inequívo o de unidad Tomás de Aquino, o de Gregorio Palamas a an Agustín. de Jesucristo entre lo pueblos pagano , para 1 11 J ~,
qu se extiende por las distintas Iglesias Pero, enfocado desde la vertiente teológica que nos debería llegar a ser miembro de la sola Iglesia de
durante siglo . interesa, implica un esfuerzo hacia dos cualidades de la Cristo• 11 •
vida cri tiana, que, a veces, parecen opuestas una a otra, •Con todo, el Señor de los tiempo , que bia
pero que deben alcanzarse y conservarse conjuntamente: pacientement prosigue su voluntad de gracia para et 11
1.1. Hacia una definición del ecumenismo la plenitud y la pureza• 6• nosotro los pecadores, en nuestros días ha emp zado
•Movimiento su citado por el Espíritu anto con vistas infundir con mayor abundancia en lo cristiano par
nicndo como telón de fondo la pequeña histo- a restablecer la unidad de todos los cristianos a fin de que entre sí la compunción de espíritu y el anhelo de um 11
:ri d 1 término «ecumenismo», es conveniente re- el mundo crea en Jesucristo. En este movimiento Esta gracia ha llegado a muchas almas dispersas poi 1,
o dar ahora algunas descripciones que se han dado participan quienes invocan el Dios Trino y confiesan a el mundo, e incluso entre nuestros hermanos sepru do
del umeni mo, tanto por parte de quienes han re- Jesucristo como Señor y Salvador, y que en las urgido, por impulso del Espfrltu Santo, un movimi ni
O xi.onado desde instancias clesiales y teológicas comunidades donde han oído el evangelio, aspiran a una dirigido a restaurar la unidad de todos los cristiano . E
- ya sean católicas, protestantes, ortodoxas o angli- Iglesia de Dios, una y visible, verdaderamente universal, este movimiento de unidad, llamado ecuménico, parti 1
canas- como de aquellos que d de la so iología re- enviada al mundo entero para que se convierta al los que invocan al Dio Trino y confiesan a Jesucristo
ligiosa han encontrado en el ecumenismo un fenó- evangelio, y se salve para gloria de Dio ll 7• eñor y Salvador, y esto lo hacen no solamente por
meno digno de la máxima atención. •El ecumenismo es una actitud de la mente y del separado, sino también reunidos en asambleas en 1 q
corazón que nos mueve a mirar a nuestros hermanos oyeron el evangelio y a las que cada grupo llama lgl i,
cristianos separados con respeto, comprensión y suya y de Dios» 12•
a) Desde la experiencia cristiana
esperanza. Con respeto, porque los reconocemos como •Puesto que hoy, en muchas partes del mundo, por
Resulta inútil buscar una «definición» -en el hermanos en Cristo y los miramos como amigos más que inspiración del Espíritu Santo, e hacen mucho int nt
sentido clásico de esta palabra- para adentrarse en como oponentes; con comprensión, porque buscamo las con la oración, la palabra y la acción, para llegar a aq11
la esencia del ecumenismo. Y eUo fundamen al- verdades divinas que compartimos eu común, aunque plenitud de unidad que quiere Jesucristo, este acro n
mente porque el ecumenismo se sitúa en una diná- reconozcamos honestamente las diferencias en la fe que Concilio exhorta a todos los fieles católicos a qu ,
mica, en un movimiento. Por · o preferimos reco- hay entre nosotro ; con esperanza, que nos hará crecer reconociendo los signo de los tiempos, cooperen
ger algunas descripciones que desde la teología y juntos en un más perfecto conocimiento y amor de Dios y diligentemente en la empresa ecuménica•.
desde el magisterio de algunas Iglesias se hen ofre- de Cristo ... '.11 •.
cido en estos últimos decenios. •Por 'movimiento ecuménico' se entiende el conjunl
actividades y de em~resas que, conforme a las di tinu
• Y. Congar, Cristianos tksunülos. Verbo Divino, Estella 1967 necesidades de la Iglesia y a las circunstancias de lo:.
(la edición original de esta obra es de 1937), 12.
' Y. Congar, Cristianos desunidos, o. c., 214-215.
«Es un. movimiento constituido por un conjunto de • Y. Congar, Cristianos ffl diálogo. Estela, Barcelona 1967,
158. ' G. Tavard, en Steps to Christian Unity, o. c., 33.
sentimíentos, de ideas, de obras e instituciones, de 1 J. E, Desseaux, 20 Siecles d'Históire Oecuménique. Cerf, Pa- 'º Weigel, en Steps to Christian Unity, o. c., 33.
reuniones o de conferencias, de ceremonias, de rís 1983, 106. " J. Bo ch, Iglesias, sectas y Nuevos Cultos. Bruño, M tl1
manifestaciones y de publicaciones que tienden a preparar 1 C. Meyer, en teps to Christian Unity. Collins, Fontana I< 1. 146-147.
la reunión, no olamente de Jos cristianos, sino de las Books, Londres 196S, 35. ll J•
.
e istentes, en una nueva «El ecumenismo es un movimiento de pensamiento y tiempos, se suscitan y e ordenan a favorecer la unidad de
acción cuya preocupación es la reunión de los cristianos» '· los cristianos ... • 13•
• • •
1 '
..• infundir con mayor abundancia en los cristianos separado
entre sí la compunción de espíritu y el anhelo de unión.
Esta gracia ha llegado a muchas almas dispersas por todo
por ello de manera frontal la teoría d qu L d
dicho y experimentado en la Iglesia y en la t 1
1
"' " 1 . el mundo, e incluso entre nu tros hermanos separados ha La dimen ión utópica del proy cto ecuméni o
' 1 ' ' surgido, por impulso del Espfritu Santo, un movimiento sosia a, por una parte, el peligro de caer en el es-
1 '
.. • 1 ,: dirigido a restaurar la unidad de todos los cristianos. En ceptici mo o el relativismo ante la verdad que pue-
da desprenderse de las otras Iglesias y, por otra, su-
i .. 1 · ., este movimiento de unidad, llamado ecuménico, participan
1 los que invocan al Dios Trino y confiesan a Jesucristo como pera Ja dificultad que se antojaba insuperabl d
' llegar a ver algún día la comunión de Iglesias sepa-
'.
'
..' •
1
1
. ' '.
Señor y Salvador, y esto lo hacen no solamente por
separado, sino también reunido en asambleas en las que
oyeron el evangelio y a las que cada grupo llama Iglesia
radas secularmente no sólo por una lectura clistinta
de la buena noticia de Jesús, ino también por unos
' " 1 •
suya y de Dio • 12• conclicionam.ientos sociales, geográficos y cultura-
. ' • 1
les que las moldearon de maneras tan radicalmente
.
• " 1
• 1
• «Puesto que hoy, en muchas partes del mundo, por
. , '': 11 •
inspiración del Espíritu Santo, se hacen muchos intentos,
cliversas.
.. 11 •
con la oración, la palabra y la acción, para llegar a aquella Quizá nadie como Cangar ha expresado en tér-
plenitud de unidad que quiere Jesucristo, este Sacrosanto minos más claros este elemento de originalidad de
Concilio exhorta a todos los fieles católico a que, la experiencia ecuménica.
,. reconociendo los signos de los tiempos, cooperen «Creemo lícito entablar hoy un diálogo del que el
. ". '. 1 ' y diligentemente en la empresa ecuménica». pasado cristiano no ofrece ningún pr cedente. o to-
,Por 'movimiento ecuménico' se entiende el conjunto de do ha sido previsto en el pasado ... La situación es, en
actividades y de empresas que, conforme a las distintas efecto, inédita. En el mundo de las divisiones, que es
I mudos. Verbo Divino. Estella 1967 necesidades de la Iglesfa y a las circunstancias de los casi tan antiguo como la Iglesia, puesto que los após-
1 0111 de 1937). 12. toles conocieron ya las primeras traiciones a la uni-
d, mudos, o. c., 214-215. dad, hay verdaderamente algo nuevo .. .14. Resulta muy
,, ,1 d/dlogo. Estela, Barcelona 1967, c:lificil, y tal vez sea imposible, pensar el ecumenismo
' G. Tavard, en teps to Christian Unity, o. c., 33.
10 Weigel, en teps to Christian Unity, o. c., 33.
11 J . Bosch, Iglesias, sectas y Nuevos Cultos. Bru.fto, Madrid
1981, 146-147. IJ UR 4.
, , Chri tia.n Unity. Collios, Fontana
n UR l. 1• Y. oogar, Cristi.arws en diálogo, o. c., 154.
ma habitual de las relaciones interconfesíonales. ron también en esas cosmovi ·on~ que trasc~enden ~ado el tiempo definitivo del reino, aunque en r
Uno sólo era el agente que se interpretaba a f mis- los problemas meramente doctrinales. Y as1 cada ad todavía no ha llegado a su plenitud. Vivir
mo y hacia ademá la. interpretación de los otros. comunión cristiana fue ncarnánd se de ta1 mane- • a dialéctica es lo que da sentido teologal a la
En la actitud dialogal, por I contrario, existen dos ra en una particularidad que la universalidad del periencia ecuménica.
agentes. Cada uno da la propia interpretación de sf evangelio sufrió deterioros irreparables generándo-
mismo, pero escucha la del otro. Y es que existe vo- se factor nuevos de división. Piénsese, por ejem- b) Desde la sociología religiosa
lunt.ad de escucha. Se toma en serio lo que lo otros plo, en la presentación latina del catolicismo roma-
dicen de ellos mismos. no, o en la germanidad del luteranismo, o en la bri- Los análisis de tipo sociológico que se vi m
La actitud y voluntad de diálogo llega, ín em- tanización del anglicarú mo . El problema se agrava haciendo últimament sobre el ecumenismo son d
bargo, más pronto o más tarde a la convicción de cuando e ta visiones -marcadamente eurocéntri- indudable interés. Es claro qu d de la mayoría
las dificultades que supone franquear los lúoit d cas- fueron presentadas a los pueblos del Tercer 1 círc ulos teológicos y sobre todo de de las iil!
la comprensión de las otras glesias. Dificultades Mundo como inseparablemente unidas a la encia l ncias jerár uicas apenas se han abordado o
debidas al pes de la pr pia. tradición, de las pro- del evangelio. La incapacidad humana para afron- r alísmo la vicisitude por las que atravi a l m
pias costwnbre , de la man ra propia de presentar tar la cuestión ecuménica apar así con todo su vi.miento ecuménico. Interesa, pues, conoce ]a )
y vivir la fe cristiana. Pero la actitud dialogante, r-ealism . o sólo separan puntos doctrinales dis~ tura sociológica del fenómeno ecuméníco, p rqu
precisamente por su concíencia d las lim:itadones, tintos. La división llega a la visión misma d la vi- vi ne a completar la visión estrictamente religi s
produce una incesante movilidad n los plantea- da, a la lectura profunda del evangelio, a la concep- ue acabamo de rec rdar.
mientos de la problemática d la desunión cristia- ción del hombre y a sus relaciones con Dios.
Jean-Paul Willaime ha hablado recientem ·ni
na. Por ello una actitud creativa. Es el ensayo Po eso, casi desde los comienzos mismos del <l l ecumenismo descuartizado, y Roger Mehl ha e~
continuo de nuevos enfoques, ya que desde uno só- movimiento ecuménico, las asambleas y reuniones rilo sob las estrategias ecuménicas, extremad'°
lo las oposiciones son casi siempre irreductibles. s ecuménicas han estado casi siemp ·e precedidas por m nte complejas, que hao posibilitado su r em r
rastreador de nuevas pistas, forjador de utopías. «cultos de apertura» y se han clausurado con plega- ¡ ocia cuando desde tantas instancias emasiad,
rias interconfesionales. El Concilio Vaticano ll - . tp rficialmente- taba vaticinando el ((fin d ·
gará a afirmar que la «plegaria» es el alma del ecu- menismo». inguno de esto autores ere qu,
11 Y. Congar, Cristianos en diálogo, o. c., 162. menismo (UR 8). p11 d afirmarse con d rta coherencia el fin d I,
'
1
•
•.
protestantes, incrédulos llenos de noble inquietudes.
todos se han visto mezclados en lo barracones. Bien
larga adición ecuménica de tipo espiritual que se
r monta, al meno , a hombres como Spencer Jone
y Paul Wattson, cardenal Mercier, Dom Lambert
. .
• , ,
•
', 1
.
•
•
pronto, en memo de aquella existencia yuxtapuesta y sin
ningun respiro de soledad, pudieron ponerse a charlar de
los mismos elevados temas de religión que, a la vez, Jes
Beauduin, Antoine Mart 1, Paul Couturier, Maurice
Villain, Gabriella de la Unidad, etc., que forman to-
do ellos un capítulo vital en la historia del ecume-
• 1 • 1
oponían y les armon:i7.aban. .. Una buena mañana, apar dó nismo.
.' •• el padre Congar en la barraca vecina a la mía. Nos trajo el
94 apoyo de su fenior, de su erudición, de su violento y comunión entre cristianos de distintas Igle-
• • •• .. •
• •
•
• tranquilo coraje, de su competencia inigualable en los
problemas ecuménicos que ya habían hecho de él uno de
sias al nivel de las realidades espirituales es obj to
de nuestro capítulo 3. Una tema de esp ·a1 c:üficul-
•• • •• • los grandes teólogos de nuestro tiempo. Muchas veces tad lo constituye el hecho de la participación en el
• • •• tuvimos reuniones con el pastor en la capilla protestante. culto eucarístico de las otras tradiciones ecle iale ,
Esta capilla tiene como guardián al sacerdote del bloque llamado técnicamente hospitalidad eucarística, in-
de teólogos -r p esentan- J. El es el que conserva la llave, el que vela por ella. La tercomunión.
i s en el diálog doctrinal- capilla es de una pura austeridad, con sus maderas
111 ru ba de que las comunida- severas, y obre el altar, siempre abierta, en el lugar del
n .' ·amente comprometidas en labernácu.lo católico, la anta Biblia. Esto me ha hecho e) Ecu.menismo local
, u m ni o. El capítulo 4 trata dete- pensar en aquellas palabras de la lmitaci.ón que dicen que
la verdad nos habla íntimamente a través de las dos voces La expresión ecumenismo local r ulta más com-
h tipo de ecumenismo. pleja -quizá también más ambigua- que las anali-
d I libro y de la presencia ... ».
zadas hasta ahora. Y no solamente porque algunos
piritu.al Jean Guitton, autores prefieren emplear en su lugar el término
La unión cristiana 1m ecumenismo de la base, o incluso lo identifican con
111 1 , • t di ión en todas las Iglesias los campos de concentraci6n (1940-1945), el ecumenismo secular, sino porque aquella expre-
1 "' ., i n fida] por la unidad. Los te~- 10 enero de 1943 si.ón recog significado que se introducen en terre-
' 1 , ,11 i 1 de las comunidades católi- nos de otro tipo de ecumenismo. Asf, por ejemplo,
, , , ,nglicana y protestantes p en be- cabe un ecumenismo local que es, a a vez, verdad
PARA COMPRENDER EL ECUMENJSMO 19
•
rament in.stitucumal (como es el caso de las Dele- carácte de audacia, d imprudencia» y de pon-
gacion s dio anas de ecumenismo), es igual- taneidad del que está tan n itado iempre 1 mo-
mente cornpatib] la práctica del ecumenismo espi- vimiento ecuménico.
ritual a niveles local , e in luso d de el ecumenis-
mo local e hacen ricas aportacion al ecumenismo
doctrinal. d) Ecumenismo secular
Reconociendo esta dificultades de tenninolo- La xpresión ecu.menismo secular, aunqu de re-
gía, hemos aceptado el término ecumenismo local ciente creación, disfruta de una amplia aceptación
porque describe una realidad ecuménica muy rica y en numerosos medios creyen es. arios autores
distinta de aquella en la que cür tam. nte cen- (Marc ienhardt, P r onning, George asalis, Por último -según est utores- h b
tran lo diver-sos tipos d ecumeni m descritos te.), al referi e a las grand tapas d I movimien- 11, d a Ja etapa del ecumenismo secul.ar. L,1 t
h ta el m mento. t ecuméni o, no han dudado en enumerar tres 1 11ltado, por una part , del estado de «callej n ,1
Ecumenismo local ignifica la entrada, en el es- muy claras. dida11 n que ha qu dado el «ecum ni m d1
pacio ecumén.i. o, d lo laico , de Jas parr quJas, - En primer lugar, la era de los pioneros, aquella aslico » tras las indecisiones y las pruden i .· 1
de las gentes qu en una d terminada t rori.nología que se inicia con la Alianza Evangélica (1846) lle- l., · rarquías al no haber seguido los impuJ s le
con tituy n <tla b se» y que en la terminolog a el - ga hasta la~ nnación del YM y d la Federación 1 p ritu en una marcha incansablemente
sial forman lo grandes espacios del pueblo de Mundial d studiant Cristiano , a finales del i- lt 1 ia la unidad. Pero el ecumen.ismo secular
Dios. Si el ecumenismo u. de haber dado im re- glo . us protagoni tas son en su ma orla laico nla también como fruto de una refl xi n t
ión de s r un asunto d pecj lista , d clérigos, que militan en estos movimientos d carácter in er- 1,1 laborada partiendo d I pr -upuesto d u ~
de t ólog , d l jerarquí -un asunt , n defini- confesional, cu a acción es un tanto marginal res- 1r11 sible avanzar en el diálogo entr Iglesias 11
tiv ccede iástico»- , el ecumenismo local viene a pect a las jerarquía d las Iglesias. 111 ,du
1,
~e':d , comp~do, intenland~ rm ni:tu
pos1c1 ne tracüc1onale de las cm m . 1,
desmentir tal jdea recupera aquel legado de los - Vjene después, en segundo lugar, la etapa ecle-
primero cum nistas en el que I seglares di ron si4stica. · s el momen en qu las Igl ias como ta- 11m hermenéutica que sea capaz d empl ar l m,·
el primer empujón a la a '.ón urnénica. pre- 1,,do inductivo -que part de Ja hi toria con •t.i 1,
gunta es obvia, ¿de qué s rvirfa un ecumenj mo mr tro tiemp que toma la encamaci n co lt·
protagoniz do por las jerarqufas, por los teólogos y 111 central de la reflexión teológica- será ca z d1
perit s si n fu también una experiencia cristia- vivar un ecumenismo que se ha quedad panl1
na «vivida11 po todo el pu blo d Di s? cEs posible corroborar la pertinencia d la acción o entre los muros de las fronteras ecl iá w .,,
El Vaticano Il ha sido muy lícito; ecuménica popular: el punto de encuentro es una persona, esde esa perspectiva, G. CasaHs lo defin .., :
J ucristo. 1 camino de convergencia on las luchas que
-.E) mpefio por el i; tablecimiento de la unión testimonian la presencia del reino de Dios entre nosotros. • El 'ecumenismo ecular' e Ja consecuenci ,u
corresponde )a Ig) ia entera, tanto a los eles co- Si el reino de Dios es el punto final del camino d todas ménica de una teología y de una fe que ven
m a lo pastoi, , a cada uno gún su capacidad, ya las liberaciones, y si la unidad del pueblo de Dio en la compromiso l de la Iglesia con e) mundo
en la vida cri tiana, ya n la inv tiga.ciones teológi- oikownene tiene una estrecha relación con este proceso, u punto de partida,. rt.
cas e históricas. Este Jnterés manifiesta J unión frc1- entonces hay que aceptar una vez más que los pobres,
lema exi tente ya de alguna manera entl' todo lo inclu o en este campo, nos evangelizan. EUo son los 9.~e Añade luego:
cristiano y conduce a 1 plena y perfecta unidad, s - nos enseñan, según lo recordaban las palabras de Emilio •··· el cumenismo secular no es tanto una mod , l
gún d ignio de la voluntad d Dios » ( R 5). Castro, que ecume11ismo es solidaridad. olidaridad en la mo una decisión fundamental».
búsqueda del r ino, en el servicio de los pobres. En
Las expresiones del ecumenismo local son múJti- consecuencia, el ecumenismo es inclisociable de la La deci ión y la convi ión de que el d ber •n
ples; desde aquellas con una cierta oficialidad c mo liberación. resultado del poder del Espíritu anto: y alli i 11 del cris ·ani mo de h y e concretar la uní J
las Del -gaciones dio an d cumeni mo lo 'donde está el Espíritu del Señor está la libertad' (2 Cor 3, el Ja humanidad y no la d ) Iglesias. Por IJo
entras ecuménico , hasta. lo p queños grupo in- 17). Como lo afuma la Quinta Asamblea General del t I ti de ecumenismo valora más la acción u.ni -
formales, reuniones de oración, discu i n de pa- Consejo Mundial. de Iglesias: 'Jesucristo libera y une'•. ·• s l de reconciliación en el mundo que la tar
oquia,. grupos bíblicos e uménico , reunion de
«matrimonios mixto ~ o de preparación para las Julio de Santa Ana
man d la Uni ad, e c. in duda alguna, el ecu- all , El desmembramiento del ecumenismo, en I fu •
menismo local o de base ha dado con fr cuencia e e cumenismo. La. Aurora, Bueno Aires 1975, 63.
..•
' 1 confesional. En esta fase: Edim burgo ( 191 O),
- m terdam (1948), Roma (1962-1965) se crean las « .. . porque cuando se quiere preservar a toda costa la
1 •
1 • - r ndes instituciones ecuménicas y se privilegia el herencia teológica particular y las peculiaridades con-
. . .-
• 1 li logo doctrinal.
• ....
•
1 • 1 -
11 gado a la etapa del ecumenismo secular. E ta es
, u.hado, por una parte, del estado de «callejón in
a la vida de un fósil » 20 •
Este tipo de ecumenismo no ha pasado inadver-
• ,• ..
•: .
• !ida» en que ha quedado el «ecumenismo ecle-
i stico» tras las indecisiones y las prudencias de
tido a los teólogos profesionales. Así, el padre on-
gar en un artículo muy lúcido lo define como
..• . . •
• las jerarquías al no haber seguido los impuJ os del «la experiencia positiva hecha por los cristianos com-
- - E píritu en una marcha incan ablemente creativa prometidos efectivamente con otros en las activida-
- h cia la unidad. Pero el ecumenismo secular se pre-
• de de liberación humana y que hacen, d est
• .• -
• • nta también como fruto de una reflexión teológi-
elaborada partiendo del pr upuesto d que es
imposible avanzar en eJ diálogo entre Iglesias re-
promiso, una nueva y evangélica experiencia d
El lugar de la vivencia evangélica ya no es I Igl ia
en tanto que sociedad sacral pue ta apart , ino 1
produciendo, comparando, intentando armonizar realidad humana o secular de la que sabemo qu tie-
, ,, 1 s posiciones tradicionales de las mismas. Sólo ne referencia al reino de Dios ... Las Iglesi oficia-
una hermenéutica qu sea capaz de emplear 1 mé- les... son juzgadas de querer entretener de hecho el
•• • todo inducti o -gu parte d la historia concreta de Sta.Ju quo de las estructuras sociales que precisamente
nuestro tiempo y que toma la encarnación como te- han de cambiarse».
ma central de la reflexión teológica- será capaz de
r avivar un ecumenismo que se ha quedado parali- E te t ólogo llega a confesar que el compromiso
zado entre los muro de las fronteras eclesiásticas. en 1a diaconía del mundo en nombre de la justicia
es 1<una vía eficaz de unidad, incluso de unidad en
Desde esa perspectiva, G. Casalis lo define así: el plano teológico» admite
«El 'ecumenismo ecular' es la consecuencia ecu- «la referencia al reino, que permita trascender un
ménica de una teología y de una fe que ven en el 'ecle iocentrismo', a condición de que no conduzca a
compromiso total de la Iglesia con el mundo ecular una 'eliminación' creciente del tema de la Iglesia, en
su punto de partida» 19 • aquellos que hablan de una época post-eclesial» 21•
Añade luego: Habría que añadir, por razón a la verdad, que la
preocupación por la acción ocial, por el diálogo
«... el cu.menismo ecular no es tanto una moda, co-
con el mundo, e incluso por la cooperación por un
mo una decisión fundamental ». mundo más justo -demanda deJ ecumenismo secu-
La decisión la convi ción d que el deber esen- lar- han ido preocupaciones taro bién del llamado
i a) d l cristianismo de hoy es concretar la unión ecumerzismo institucional. Habría que recordar, por
la humanidad y no la de la Iglesias. Por ello, ejemplo, la tarea de aquel profeta llamado athan
te tipo de ecumenismo valora más 1a acción uni- Soderblom - iniciador del movimiento «Vida y A -
al de reconciliación en el mundo que la tarea
1 ..
• • • ' • 1
20 G. Casalis, EL desmembramiento del ecume11ismo, o. c., 65.
G. Casali , El desmembramiento del ecumenismo, en El fu -
19 21 Y. Congar, Fonnes pri.sts par l'e:xigence oecuminique au-
tmo del ecumeni.smo. La Aurora, Buenos Aires 1975, 63. jourd'hui, en Essais oecumi niques, o. c., 57-59.
la de las Iglesias y la de la secularidad. En cambio, uno como el Padre y él mismo on uno (cf. Jn 17, unidad cristiana e identidad confesional y 2. d 1
los ociólogos -de una manera más global- se inte- 21). Texto bíblico con diver as lecturas, pero texto dif r ntes modelos y propuestas de unidad.
resan solamente en dos momentos: el del ecumenis- al que siempr se acude como prueba irrefutable de
mo como fenómeno social (que correspondería a la la expresa voluntad de Jesús respecto a los que se•
etapa de lo pionero ), y el ecumenismo institucio- rían sus discípulos.
2. 1. Unidad cristiana
nal o confesional (que correspondería a la etapa del
ecumenismo ecl iástico). es que la conciencia de Jos cristianos com- e identidad confesional
prendi!5 siempre que la voluntad de Dios, manifes-
¿Qué decir respecto al ecumenismo secular del tada en la revela i6n bíblica, es una propuesta de El movimiento e uménico conlleva un problem
que hablaron hace años George Casali . 1 obispo unidad para toda la creación, para todos los er s lt ase siempre que el diálogo entre las difer nt,
luterano de oruega Per Lonning, y otros? La pala- humanos y para todos los cri ·anos. o es de 1 •I ·sías se asuma con coherencia y honestidad. s-
bra que cabe decir es qu ahora mismo -en la déca- trañar que lo padres de la Iglesia caracterizaran a h p oblema básico es debido a las dos dimen i n s
da de los 90- coexisten, sin encontrar siempre una la Iglesia como «una, santa, católica · apostólica)>. 1111 se hallan en la esencia misma del ecumeni m .
clara interrelación, dos tendencias evidentes: el ecu- El p,.imer componente lo con tituye la c n i -
menismo institucional, que prosigue a un ritmo al- El problema aparece con toda su crudeza cuan-
do, tras la afirmación de que Jesús oró ardiente- 1l de que la manifestación visible de la unidad
g lento su diálogos teológicos y doctrinales refor-
mente por la unidad de sus discípulos, se formula 11stiana dimensión e encial de la comunidad dl.'
zando fuertemente las identidad confesionales, y 1 ·sú . El hecho d la división está n total dis
el ecumenismo secular, que en us expresiones más una pregunta que no es tan inocente como a prime•
nobles trabaja en la perspectiva de la justicia, de la ra vista pudiera parecer. ¿Y qué tipo de unidad de-
seaba esús para sus discípulos? Ciertamente el
l
l ncia con esa convicción profunda que apar c
, primitivas confesiones de fe. K. Barth lleg
paz, de la ecología, sobre odo en comunión con 1 • ir:
las demandas de lo cristianos de países más po- mismo texto bíblico añade algo muy preciso: 1<que
bres expr sadas en las diferent «t ologfas d la li- sean uno ... para que el mundo crea». «No existe ninguna justi6cación, ni teológica, ni
beración» y en colectivos como la Asociación Ecu- piritual, ni bíblica para la existencia de una plurati
Cualquier busca ecuménica de la unidad necesa-
ménica d T ólogo del Tercer Mundo. riamente deberá mantener en su perspectiva dos di- d de Iglesias genuinamente separadas en este cami
mensiones: la dimensión teológica, es decir, una co- n y que se e cluyen mutuamente unas a otras int 1
munión tan estrecha como la que existe ntre el Pa- n y, por tanto, externamente. En este sentido, un
2. De qué unidad se trata dre Jesús mismo; y la dimensión sacramental o de r luralidad de Iglesias significa una pluralidad d
signo respecto al mundo. unidad deberá ser, r , una pluralidad de espíritus, una pluralidad d
Hablar de ecumenismo es hablar de unidad. El J, s. o hay duda de que en tanto la cristiandad
término mismo, la ariedad de descripciones sobre pues, profunda e íntima como las mismas relacio-
a que se dan en Dios; y significativa para que el l" ·t formada por Iglesias diferentes que se opon n
el movimiento uménico, los diferent tipos de •ntr í, ella niega prácticamente lo que confiesa te
ecurneni mo que acabamos de analizar confluyen mundo crea en el enviado de Dio .
1 i mente: la unjdad y la singularidad de Dio , d
siempre en la misma realidad: la unidad de lo cris- Teniendo esto dos polos bi n ensamblados, la lt"sucri to, del E píritu Santo. Pueden existir buenas
tianos, la unidad de las Iglesias, la unidad de la hu- pregunta continúa: ¿de qué unidad se trata?; ¿qué para que se planteen estas divisiones. Pued
manidad. formas históricas debe revestir esa unidad que bu · tio obstácuJos para poder eliminadas. Pu -
En la unidad se halla el núcleo del problema can los cristianos y las Iglesias?; ¿qué posibilidad h 1ber muchas razones para explicar esas divislo-
ecum.é nico. Los caminos y medios que conducen a reaJe existen de que una idea de unidad se impon- mit.igarlas. Pero todo e o no altera el he-
.• .
• • 1 e identidad confesional Est segundo componente constituy I ditn ·n-
• . sión conservadora, tradicional e id l gi a · ·1
. • •• • 1 movimiento ecuménico conlleva un problema sentido que da Paul Ricoeur a esto t nnÜl :
1· ase siempre que el diálogo entre las diferentes
••• • 1r 1• ias se asuma con coherencia y honestidad. Es- «La ideología conserva pr erva la r aüd d, la
• • ti pr blema básico es debido a las dos dimensiones utopía - la búsqueda- la pone esencialm nte en cues-
q11 se hallan en la esencia misma del ecumenismo. tión • 23 •
• •• •
1 primer componen.te lo constituye la convic- El ecumenismo, por tanto, significa confronta-
• t I n de que la manifestación visible de la unidad
.•
".
.
• • •
•
1 1 i tiana dimensión esencial de la comunidad de
ción de dos fidelidades. Fidelidad a la voluntad de
Cristo para que la Iglesia sea una, frente a las ac-
•• . ...
.
•
•
1 • ús. El hecho de Ja división está en total discre-
1,,1 incia con esa convicción profunda que aparece en
primitivas confesiones de fe. K.. Barth llegará a
tuales divisiones eclesiales; y fidelidad a la propia
confesión en la que se ha salvaguardado y recibido
el «ser cristiano». De ah1 que deban mantenerse lo v
dr ir: dos polos de la tensión dialéctica: búsqueda de la
• •
unidad cristiana que trasciende el statu quo de l
......• •• ••
«No existe ninguna justificación, ni teológica, ni
pirirual, ni bíblica para la existencia de una plurali-
divisiones eclesiales, y fidelidad confesional.
1 .
. Jad de Iglesias genuinamente separadas en este canu- La Igl ias cristianas han hecho diversas lectu- (
no y que e excluyen mutuamente unas a otras inter- ras del problema ecuménico. Lecturas qu , al co-
1 •
n y, por tanto, externamente. En este sentido, una rrer del tiempo, se han ido matizando y que consti-
••• . .
pluralidad de Iglesias significa una pluralidad de se- tuyen hoy un amplio abanico de intentos y de pro-
••
11 •
ores, una pluralidad de espíritus, una pluralidad de
... • ..
. .
•
dioses. No hay duda de que en tanto la cristiandad
té formada por Iglesias diferentes que se oponen
puestas de modelos de unidad.
. .. .
u Texto citado en J. de Santa Ana, Ecumenismo y Uberación
zones para que se planteen estas divisiones. Puede (Reflexiones sobre la relación entre la unidad cristiana y el reino de
. h ber eríos obstáculos para poder eliminarlas. Pue- Dios). Paulinas, Madrid 1987, 72.
d • haber muchas razones para explicar esas divisio- u Citado por J. P. Willaime, en L'oecuménisme cartel , en
• .. • 1 •• ' para mitigarlas. Pero todo eso no altera el he- Vers de nouveaux oecumlnismes, o. c., 22.
PAR.A COMPRENDER EL E UM NI 10 2
2.2. Modelo de unidad tianas que sirven como punto de partida de esta re- m si ésta no existiese, sino que d b t
flexión: ubrirla en profundidad para hallar 1 ,
Como ocurre tantas veces en otros aspect s de
la vida, resulta más fácil decir qu.é no es la unidad menos inadecuadas que puedan tradu
• No se trata de crear la unidad 1, li 1 1 ri . ente la unidad dada de una vez p J
cri tiana que decir realmente en qué consiste. Cual- nsto.
quier tipo de unidad no cumple necesariamente Ningún proyecto ecuménico serio tiene la preten-
aquellas formalidades que deben suponerse en la t >da las Iglesias -incluida la Iglesia católi
sión de ere.ar la unidad que Cristo quiere para su Igle- • 11lta dificil expresar adecuadamente algun
unidad deseada por Cristo para su Iglesia. Así, por sia. Esa pretensión, además de su mani.fi ta inge-
ejemplo, la unidad que forma una muchedumbre 111 1 t< • primordiales de su vida y de su fe. J J,
nuidad, habrla puesto en entredicho parte del núcleo 111 i d J divisiones ha venido a oscure er d t
que asiste a un partido de fútbol, o la que forma un central del credo que profesan todos lo cristiano .
auditorio ante un conferenciante, o la que compo- 1 l~ado de cada tradición eclesial qu r
nen los obreros de la misma fábrica no puede ser La unidad tiene una primera consideración des- • lt 111 mb1guas muchas expresiones de su p
equivalente a la unidad cristiana. No es tampoco de la per pectiva de su fundamentación en Cristo, :¡ Vaticano .II no dudará en afirmar:
una mera unidad nacida de un proyecto organizati- el Señor. E1 eñor no es señor de muchas Iglesias,
•··· ~ la misma Iglesia Je resulta muy difícil xpr •
vo, Lal como podría ser una cooperativa o una gran es señor de la glesia una. Y él no ha perdido su ,r, baJo todos los aspectos, en la realidad mi m d
alianza política entre partido diferentes con intere- señorío sobre la Iglesia. Puede afirmarse que la uni- 1 vida, la plenitud de la catolicidad ... » (UR 4).
ses comunes. o es, por último, similar a la unidad dad le es dada. desde el momento del envío. La uni-
que brota de la fraternidad o amistad reciproca con dad que nace del diálogo del Hijo con e1 Padre y
vistas a la cooperación y a la eficacia, ni puede ser que tiene su manifestación en pentecostés - misterio • la unidad invisible
confundida con la uniformidad. de unidad en Ja diversidad- no puede haberse per- que ya poseen los cristianos
La mayoría de Jo ecumenistas están de acuerdo dido, porque es parte constituyente de la Iglesia. De · innegable que existe una unidad pr fund ·
en que la unidad cristiana no puede tratar de bus- la misma manera que es santa, católica, apostólica, 1111ian , indestructible, no solamente entre lo ri. ~
r una fusión de las diferentes Iglesias en la que se ella es una. O mejor, la Iglesia una es santa, católi- 1 , 11 de las diferentes Iglesias, sino entr tod
niv las n uniformemente las diferente estructuras ca y apostólica. 1 t• • humanos y en la creación misma.
litúrgica y doctrinales para constituir una Iglesia El problema ecuménico surge cuando J unidad l:.J Dios de Jesús, revelado como uno y trin
l talmente uniforme en todo. cristiana es considerada desde la perspectiva de la , 11 misterio nos sobrepasa, no un Dio inm viÍ
E as fáciles d cripciones de diferentes tipos de historicidad d la Iglesia. Es decir, cuando del terre- m •rte. Es un Dios de vida. El es Dios cuya unidad
unidad no constituyen en ningún caso los objetivos no de la «sabiduría de Dios» y del «misterio es on- 1111 soledad, sino unidad de personas divina , n
del ecumenismo. Por el contrario, los modelos de dido en Cristo» -cuya realidad verdadera y confesa- 1, 1 f eta armonía, pero tan distintas como di tint
unidad que a lo largo d la historia más reciente se da nos sobrepasa- se da el paso al terreno de las 11 n l Padre, el Hijo y e1 Espíritu Santo. Ese Di s
han ido ofreciendo son muy reposados y son resul- realidades históricas en Jas que los creyente - vasos 1 io de la creación, que en la riqueza de su div r
tado de la investigación seria de mucho teólogos de barro- protagonizan el misterio de salvación que 1 d ha mantenido una unidad cósmica. La uni-
que han ofrecido sus mejores estudios a la conside- les ha sido confiado. d d p rofunda de Dios es el tipo de toda unidad .
ración de las Iglesias. Estas también han presenta- 11 ., una ~dad oculta, básica, pues, d de el plan
Aquella unidad ciada y nunca perdida ¿posee u 11 creación, que no se rompe por la diversidad ni
do una variada oferta de modelos de unidad que o- manifestación adecuada y su plenitud acramental
rresponden lógicamente a cada una de sus propias r II poco por la voluntad torcida de sus criatun .
para ser signo de salvación para toda la oikoumene?
concepcion eclesiológicas. La r puesta tiene que ser negativa. n Cristo - señor de la Iglesia y rey de ]a cr a
uestro análisi de los modelos de unidad se des- i n- , cualquier desorden ha vuelto a encontra 1
La manifestación de la unidad -que no es un dinamismo interno que desde la creación s1empr
arrolla en do momentos: aditamento artificial a la unidad misma, sino su ló- • i tió.
a) Conv:i ciones previa sobre la unidad. gico reflejo- sufre de tal manera que en ella ~ n la
manifestación de la unidad- resjde en realidad toda uLa unidad cósmica en Dios -en palabras de Mwc
b) Algunas propuestas concretas de unidad. la complejidad deJ problema ecuménico . Quizá ~urian- desconcierta y sumerge nuestras mezqwnw,
ahora se entiende mejor por qué el ecurnenismo no dISputas Y nos obliga a relativizar considerablemenl •
a)Convicciones previas puede tratar de crear la unidad. Ella es la obra de 1 división de los cristianos» 24 •
sobre la unidad ios. Por tanto, todos los intentos, modelos y suge-
xisten varias onvicciones de fondo amplia- rencias que desde las Iglesias y desde la teología
M. burlan, Li1. unidad visible de los cristianos y la cradici6n.
mente compartidas por casi todas las Igl sias cris- surgen no pueden tener la pr tensión de «hacer» la I' 11ln ula, Barcelona 1965, 10.
... . .
•• . existe en el querer de Dio y que e ha manifestado
.• 1 en Cristo.
.
• • .
Esta unidad -invisible pero real- es una unidad
. ••
•••
. .'•
•
•
inclu iva. La Iglesia, que misterio de salvación, pe-
ro comunidad visible encarnada en la historicidad,
. ..
.
.' . ...•• . .. .
.
• siblemente, mantienen tanto vínculos y guardan tan
• profunda relación con el Señor, que su designio d
.
/ , unidad invisible salvación eterna está asegurado para tod s.
. .
,¡u -,a poseen. los cristianos
• Esta es la primera convi ción ecum nica ant eJ
• •• •
1
111 111 • •
m n gable que existe una unidad profunda,
i. destructible, no solam nte entre los cris-
problema de las divisiones eclesiales. Existe una uni-
dad profunda, invisible en Dios, que nuestras divi-
• w I l · 1 s diferentes Iglesias, sino entre todos lo siones confesionales no pueden destruir. Ahí reside
humanos y en la creación misma. la razón la fu.erza de toda esperanza ecuménica.
• • 1 t I i de Jesús, revelado como u.no y trino,
• . '• , , rnis t rio nos obrepasa, no es un Dios inmóvil
111 111 , _ un Dios de vida. El es Dios cuya unidad
• lA unidad visible
•
.. • . .
• • •' " 1 dad, sino unidad de personas divinas, eo La unidad invisible -enraizada en el misterio de
•. •• 1 1 1 1a armonía, pero tan distintas como distintos
,, 1 P dn:, el Hijo y e] Espíritu Santo. Ese Dios es
la Trinidad- está ahí y nada ni nadie puede atentar
contra. ella. Pero la doctrina oficial católica afirma
• • 1 1 11 .,-. d la creación, que en la riqueza de su diver-
• • también que la unidad de la glesia, fundamentada
~
• 1I h mantenido una unidad cósmica. La uni- en esos lazos internos e indestructibles, se manifies- ./
•• d p · nda de Dios el tipo de toda unidad. ta visiblemente de un triple modo:
1 111a unkl.ad oculta, básica, pues, d de el plan
nunca perdida ¿p see su - En la profesión de una fe unánime: proclaman-
, I 1 1 r, • ción, que no se rompe por la diversidad ni
u plenitud a ramental por la voluntad torcida de sus criaturas. do un olo Señor, una sola Iglesia, un solo bautis- (
. ara toda la oikoumene? m , una ola fe, un solo Espúitu ( f 4, 4) . e na ·-
negativa. ri to - señor de la Iglesia y rey de la crea- da de la revelación bíblica, cuyo contenido es man-
" 111 , ualquier desord n ha vuelto a encontrar el tenido y custodiado en la Iglesia por un ministerio
111 d · 1 unidad -que no es un 11 11 111 ris interno que d de la creación si mpre cuyo servicio de interpretación ayuda y conforta la
1 1 1 l I unidad misma, sino u 16- 1lc'l , fe de todos lo cri tiano .
1, 1 d manera que en ella -en la
a n unidad cósmica en Dios -en palabras de Max - En una unida-ti litúrgica y sacramental: toman-
11 11ü l.,d- ide en realidad toda
desconcierta y sumerge nuestras m ezquinas
1 ll urian- do todos de un solo pan, n el sentido que habla
1 p, ohli.:ma ecuménico. Quizá
di pu t y nos obliga a relativizar coosiderabJemeote Pablo en 1 Cor JO, 17, y celebrando unos ritos a-
, ,, po . qu é el cumenismo no
1, Jlvisióo de los cristianos» 24 • cramentales dentro de un amplio espíritu de liber-
1 uniJ d. Ella es la obra de
leI int to , modelos y suge- tad.
11,1 ,¡ y desde la teolog{a • M 'lhurian . Lar.mi.dad visible de los cristianos y la tradición. - En una unidad de vida comunitaria: qu e, naci-
pr ten ión de «hacer» la ,,111111 ,, nrcelona 1965, 10. da del mismo píritu, hace que en l pu - l d
. . .. • .. ' 1 un ntal » (n. 22) y la «vida en Cristo>, (n. 23). exist , pero que, a ]a vez, pide y exige plenitud.
. ... •
ó
. ale la pena resaltar algunas expresiones de la 4. Algunos autore señalan también como sig-
.
• d visible reconocidas por todas las comunida- nos visibles de unidad ciertos organismo de distin-
ristianas. to orden a los ya enumerados, pero que demuestran
•
• •
• ..• . •-
.
1. Mucho autores ponen, en primer lugar, la
,, ,·ptación de la Biblia como palabra inspira.da de
el deseo decidido de trabajar por la manifestación
de la unidad dada en risto. Y se señalan entre
otros:
•
.. . • ..
I Jw , aunque den significados diferentes al término
• t 11 piración». Esta aceptación de la Biblia -como - EJ Consejo Ecuménico de las Igl ía .
J .ilabra divina y como palabra humana- es una for- - El Seer tariado Romano para la Unidad d las
""' de unidad visible y un signo de que el Espíritu Iglesias, o Consejo Pontificio para la Pr m i n d
• mto mantiene a la Iglesia en la «unidad e encial» la Unidad.
• • • 111 'diante el canon de las Escrituras. El mi mo Es-
•• • • p 1ri lu hace aceptar esa palabra, no como algo está-
- Las Comunione Cristian Mundi 1
•
,,
• ,
1
1 •
....
• ••
-
••
•
1i , sino como vida de la Iglesia, que en u devenir
1111,t rico va creando una tradición que llega a ser el
, nnl xto o el marco donde esa palabra resuena co-
tian World Communions), términ
sustituir desde J 979 al clásico d
sionales Mundiale (World Con:fi
....• • ..
• • 111 , palabra de Dio . La tradición - según Ma:x. Thu-
que incluyen:
• . • Comunión Anglicana.
1 t n- tuvo momentos privilegiados que hoy en el
.
1 ,c.J anómalo de las divisiones cristianas son punto • Alianza Bautista Mundial.
,I fer ncia para todos. La Iglesia de los padres es
momento privilegiado. • Federación Luterana Mundial.
• , • Conferencia Metodista Mundial.
2. El bautismo es un signo mayor de )a unidad
.. •
•• • ' .
•
• '. .
1
.
• 1 1 ible de las Iglesias. El reconocimiento de la vali-
11 1 del bautismo impartido en otras Iglesias cristia-
11 1o; s conciencia viva y explfcita de que los cristia-
• Alianza Mundial de Igle ias Reformadas.
• Comité Mundial de los Hermanos (Cudque-
ros).
)
1 •
• •
.• .
•
•
1
111, 1 Iglesia sin que en ella esté Cristo presente yac-
11 < por el Espúitu, creando precisamente esa visi-
1 11ld d bautismal que es garantía de unidad pro-
• Conferencia Internacional de los Obispos Vé-
tero-Católicos.
• Conferencia Mundial Pentecostal.
• • .. l111 1d ?
1111 i
T. unidad visible del bautismo, que es unidad
1 signo de unidad de todos en Cristo, empuja
- Las Iglesias Unidas (United Churches) 26 •
Estos signos de unidad visible enunciados hasta
• 11 •ucaristfa como sacramento de la plenitud. Pe-
•t 1 1 a ctual estado de las divisiones no permite 16 Para una visión general de las • familias confes ionales•,
,r 111111 prorestantes en el pasa- 11 111 pr que esa unidad inicial y visible se desarro- véase A. Van der Bent, Handbook Member Churches. WC . World
' ,. , t, 67. 11, 1·n u plenitud. Council of Churches, Ginebra 1982, principalment 11 -29.
PARA COMPRENDER EL CU I NI MO 27
ahora pueden parecer a algunos demasiado preca- glesia (que aparecerá más plenamente una en el 11 nuJ, supone su aceptación y conse uent -
rio y de cualquier manera todavfa muy provisiona- tu.ro) o, por el contrario, en privilegiar la actual 11 1111 l nriquecimiento mutuo. En la base de e L
l s. P seen, sin embargo, una innegable carga de diver idad de Iglesias haciendo que la diversidad 11 11 i n subyace la idea de que cada Iglesia «r -
igni.fica tividad. irreconciliada del presente se transforme en comu- 11 , 111 11la» ignifica, má que una división del u -
nión básica en el futuro. 11, le ri L , una manifestación de la volun lad d ,
b) Algunas propuestas concretas 1 1 11 llld a la palabra de Dios.
de tmidaa El análi is se inicia por aquellas aproximaciones
que se desprenden de las Iglesias mismas, para des- , n las Iglesias hay un reflejo del designi d
t apartado se tienen en cuenta, además de pués analizar algunas que son resultado de diálogos 111, 1 , i éste se asegura por ]a fidelidad a la r v 1
ol una oncepdones doctrinales sobre la unidad, , 111 J r lica expresada según los grandes refi rm
teológicos, o on propuestas de teólogos peciali -
·i rta p opuestas prácticas para llegar a manifes- tas en cuestiones ecuménicas.
, I, 11 • • tratará por tanto de asegurar que la div r-
1ar vi ibl mente Ja unidad que ya se tien y cómo 1,, /, decir, las diferentes Iglesias reform d ,
l nd un paso adelante- se podría manifestar ca- t tllt·n la reconcüiación a través de] diálogo y <l 1
<l v z m plenamente Ja unidad querida por Cri - • El rrwdelo de algunas Iglesias , e 1 ·amiento e piritual. Quizá esto expliqu u
·t históricas del protestantismo 11111 mismo eJ único ctiálogo interconf ion al U
11lu f liz término sea la Concordia de Leu nb ...,
pr bl ma que se plantea siempre cuando e Es conocida la complejidad del fenómeno ,,pro- 1 >7 - 1972), precisamente entre Iglesias r rm -
t d pr poner modelos de unidad consiste en sa- testantei>, término que designa las diversas reformas d, Luterana 27 •
b r qu ba e doctrinal común debe ser aceptada o surgidas dentro de ]a Iglesia de occidente, durante
r . ono ida por las diferentes Iglesias para poder el siglo , como «protesta » contra los pretendi- J., búsqueda de unidad que define este m d l
hablar de una «comunión en la f ». Pero no se trata ¡ 11 npu o por las Iglesias históricas del prot tan! i
dos o reale abusos de tipo doctrinal y de costum-
aquí de ha r un li tado de verdades, porque la br que e dan en Roma, entro de la glesia cató- 11111, n especial por las Iglesias reunidas n l h:
exig ncias do trinales varían también egún los h 1.1 ión Luterana Mundial, ti.ene esencialm nt · la
lica.
modelo de unidad. Por ello, al analizar cada pro- , r nfesionales. in la reconciliación de Jas lgl sins
puesta concreta e d prenderá lógicamente el mí- El luteranismo - fenómeno originalmente ale- , 11 , presupu tos doctrinales, cualquier pr L1
nimo doctrinal exigido para hablar con coherencia mán y escandinavo- y el calvinismo -proveniente , 1, unidad cristiana está condenado al fracaso.
de un posible entendimiento respecto a la unidad de las ,,reformas» llevadas a cabo en Suiza, Francia, En un docum nto del diálogo bilateral entr 111-
de la glesia de Cristo. Holanda y · cocia- además d 1 anglicani mo que 1 ,in s y católicos se define de este modo la id ,
constituye un 6 nómeno totalmente original- han diversidad reconciliada»:
Es fácil imaginar que las propue tas de realiza- llegado a formar grandes familias confesionales que
ción práctica de la unidad, asf como las exigencias •Este modelo ... parte del hecho de que la 'her n i 1
hoy se ienten herederas de la más pura tradición
doctrinales, sean harto diferentes. onviene, por nfesional en us diferentes formas... es legítima'
de los refonnadore del siglo XVI.
ello, disponer de una clave hermenéutica que per- ertenece a 1a riqueza de toda la Igl ia'. Si en 'el n ¡
mita leer y simplificar la complejidad de las pro- Estas familias confesionales -en mayor medida uentro con la herencia de los otros', las tradicion s
puestas. Esa clave consiste en tener presente que en que las de las tradiciones bautista, metodista, pen- 1 confesiones existentes 'pierden su carácter exclu i
el fondo de todos los pro ectos unionistas existe tecostal, etc.- han dado tal énfasis al cuerpo de doc- voy separador', nace entonces la visión de una uní
una doble alternativa: trinas formuladas por Lutero, Melanchton, Calvino, d caracterizada como diversidad reconciliada (n.
M. Bucero, U. Zwinglio, John Knox, etc., y conteni- 2). La idea de una 'unidad en Ja diversidad rec n i-
- o bien se trata d que las Iglesias actualment das en las famosas Confesiones de fe, que cualquier 11 da' quiere expresar el hecho de que las expr i n
existentes atraviesen un proceso, con diversas eta- proyecto de unidad cristiana debe á preservar la nfesionales de la fe cristiana tienen, en su div i
pas, para conseguir una fusión en la que las actuales propia identidad confesional. d d, un valor permanente, i 'son referidas de mane
divergencias estructurales habrían desaparecido; njunta al centro del mensaje de salvación y d I f
En la tensión que necesariamente se crea cuan- cristiana', y si 'se purifican. e transforman y s
- o bien se trata de 11 gar a una comuni6n de do una Iglesia cristiana incide en la dinámica ecu-
las Igle ·as actualmente existente , sin que ello im- nu van' en el proc o del encuentro ecuménico y d 1
ménica: apertura a las otras fidelidad a la propia diálogo teológico, entonces 'estas diversidades pi r-
plique desaparici n de sus actuales estructuras, ni identidad, la mayoría de ]as Iglesias históricas del
siquiera necesariamente de sus divergencias en ma- protestantismo han hallado en el concepto de diver-
terias doctrinales, siempre qu no afecten al conte- sidad reconciliada la fórmula ideal para expresar su
nido básico de la revelación apostóHca. cornpromi o ecuménico. Existe la convicción de " ·¡ t to de la Concordia de Leuenberg (1970-1972): P ¡.
""" lbériennes, n. 21 (1973) 182-189. Para un comentad
La cuestión, en último término, consiste en pri- que la unidad querida por Cristo, lejos de implicar , ,111 , te acuerdo, véase A. Birmelé, le salut en Jtsus-Chrlsr
vilegiar 1a fusión de toda J Igl ias en una soJa la destrucción o superación de la propia identidad /,1t11 I dialogues oecuméniques. Cerf, París 1986, 397-422.
• El modelo del 'Conse;o cuménico El texto que transcribimos a continuación cons- ll rn da i,comunidad conciliar de Iglesias local » .
de las Iglesias' tituye el centro d gravedad de ueva Delhi:
El texto de airobi es significativo:
«Creemos que la unidad, que es a la vez don de
El Consejo .cuménico de las Iglesias (CE ) es Dios y su voluntad para u Iglesia, se hace visible - La Iglesia es única, debe concebirse como un
hoy la más alta expresión - no la única- de la bús- cW1Ddo, en un mi mo lugar, todos los que han sido munidad conciliar de Iglesias locales que están ver-
queda ecuménica d las Igl ias cristianas. Su ra- bautizados en Jesucristo y le confiesan como Seftor y ti d ramente unidas. En esa comunidad conciliar, ca-
zón de s r radica, precisamen e, en construir espa- Salvador son conducidos por el Espíritu Santo para d Iglesia local posee, en comunión con las otras, la
cio para que sus Iglesias miembros se encuentren, formar una comwtldad plenamente entregada, confe- 1·nitud de la catolicidad; da testimorúo de la mi m
dialoguen entre sí y emprendan los paso n c a- ando la misma fe apostólica, predicando el mismo
rios para una mayor cooperación que ofrezca al evangelio, partiendo el mismo pan, uniéndo e en una
mundo un coh rente testimonio cristiano. Y para oración y vivi ndo una misma vida comunitaria, que Nouvelle-Delhi 1961. Consei/ Oecuminique des Egli.ses (Rop•
1
I 1 Troísieme Assemblie). Delachaux et iestlé, NeuchAiel
11 dr fa
que realicen -si así lo estiman oportuno- g tiones se proyecta en el testimonio el servicio de Dios; y 1 n , 11 -114.
en vistas a formular un tipo de unidad concorde a cuando, además, se encuentran en comunión con el odmer de Traz (ed.), BI Movimienlo Ecuménico. Penfn-
la revelación bíblica. conjunto de la comunidad cristiana en todos los luga- 111, IJ u clona 1966, 127.
uand , ad más, e encuentran en comunión con el '' . Bodmer de Tra.z (ed.), El Movimiento Ecumén ico. Penfn• 1976. El texto citado en p . 60.
conjunto de la comunidad cristiana en todos los luga- ni , Barcelona 1966, 127. Js J. de Santa Ana, Ecumenismo y Liberación, o. c., 1 J1· 112.
,.
nidad conciliar' parecía estar estrechamente unido al P ro to ignifi vincular las d búsqu das q11 , mu h cristianos no quedaron indiferenl
modelo de 'unión orgánica'. n cambio, de un tiempo ecuménicas por excel ocia, es decir, la unidad de la 11 1 1 h ho de la nueva Iglesia.
a ta parte, las reflexiones hao ido más lejo tanto en glesia con la unidad de la humanidad.
1 contexto de la comisión Fe y Constitución como en uella «unión orgánica» acontecía tras tr inlu
instan ia ; 1as tradiciones confesional podrán d d licadas diffciles negociaciones entre l. s
• El model_o de la. is angli~as del sur de la India, la Jgl si
m. nt er una vida id ntificable en el seno de la 'co- Jglesia de la India del ur»
munidad conciliar', a ondición d no poner en cu • lf111 d la India del ur-un cu rpo e mbinad d •
1i n lo e1emento fundamental de la 'comunidad Un modelo de unidad que ha recibido grandes 111 s iterianos y congregacionalistas- y vario dis
h tl o m todistas de aqu lla región.
dhesiones, p ro al que no han faltado críticas teo-
lógicas muy serias, es el llamado modelo de unidad u característica más obresaliente es la desapa-
;J I r er momento n ta r .e,ci n del CEI lo orgánica total. te tip de unidad invita a l Igle- ," i~11 de tres tradiciones hi óricas, anglicana, m •
t 1J11 litu I que se ha dado en llamar el diálogo sias que entran n el proc o d unificación a dejar r, l! ta y re ormada (pr biterianos y congre ¡ -
,,,,,,.,., ~'11 d u.ltu.ras, en expresión de Philip Potter, de existir como organismos autónomos indepen• 11 da tas), para formar una Igl ia que y no an-
111111• 1111 •Lario general del 37 • La unidad que
dientes a fin de crear un cuerpo eclesial totalmente 1í a, ni metodi ta, nj reformada. A partir dL•
, p i u · s una unidad ecurnénica, pero dand al
I nuev . l obispo Palmer insistió hace años en l he- 1 momento, ya no existen como tales :xi t
1 1111111 u ignificación prim ra y elemental: aqu - cho d qu «morir para vivir» no sól e predi ble lo l «Igl ja d la India d UI">I. E] mal tar o
11, q111 h r f, r ncia a «todo el mundo habitado». de los cristianos individu alm nte con iderados, si- du id en algunas familias confesional fue mani-
1 ., lo ales se miran entr sl como
1 1 si no también d las d nominaciones separadas. l1t·sLo, ~pecfalm nte. en medios anglicano qu n
la única salvación de Cristo, destinada La mejor y más con cida expresión de la «uni- fil ndieron la cu ón de las ordenacion d )¡
1111 va Igl ia.
, 1, lt I rnund . Difícihnente podrán ayudar a ex- dad orgánica tota.l» la constituyen las « Uni ted
,11 1 w,jda qu Dio qui r para 1 mundo Chur he -la Igle ias Urud s- que ho forman
1)
1 1 n iv o , sino fundamentalmente tan una notable realidad en el panorama cristiano con- Pero la constilución de la nueva Igle i t •
, nl :
i lla mi m s no expr an, en u parti- tem.porán o . La Iglesia de la India d ur (Church
lll 11 1d ultural tn.íca, los valores que compar- o( South lndia) es el caso más wtiversalmente reco- cLa Iglesia d la India del Sur eclama el d
n su pu bl . nocido de «Iglesia unida» 31 • Pero será necesario re- de ser libre en todas las cuestione espiritual
r 1 · mpl jidad d la oikoumene no radica cordar que de 1925 a 1945 e crearon 9 «Iglesias interferencias de cualquier forma de gobierno l 11.
l n J . dier idad ultural, religiosa étnica, si- unida » en cu a formación participaron al meno una Iglesia autónoma y Ubre d cualqui r control.
n lambí n en las relaciones in"ustas d domina- 57 Ig] ias d varias tradicion distintas. desde .legal u otro, ejercido por Iglesias o sociedad e 1 •r
. n y dependencia, de racismo y exi mo, de mili- 1965 han ido creando nu vas «Igl ias unidas» n a 1a misma• 40•
t rización de terror. De ahí qu hoy l CEI té en Zambia, Jamaica, Madaga car, Islas alomón,
Bélgica, Norte de la India, Pakistán Zaire. En Los problema mayores que encu ntran 1
empeñado en dos tareas decisivas respc to a ]a uni- lgl ~as unidas» atañen a la unificación de los m,
dad: promover, por una parte, la « ecepción» deJ 1977 nacía la « niting Church in Australia» con
más de dos millones de miembros. w t nos al orden o constitución de la Iglesia m · .
modelo d unidad acramental (bautismo, eucaris- 111, • La Iglesia de la India del Sur mitigó el probl •
tía y miro terio), cuya me·or expresión es el Docu- La Iglesia de la India del Sur fu · inaugurada, el 1111 lomando como base eJ famoso «cuadrilátero d
mento de Lima ( 19 2), y que bar a qu.e las Igl ias 27 de eptiembre de 1947, en la catedral de San 1 ,l h th», n el qu se ac pta el piscopado hist -
experimentasen ya la u omunidad conciliar» de la Jorge, en Madrás. Algo excepcional ocurrió aquella como estructuralment necesario. Por II d .
que habla air bi; y, p r otra, tomar una actitud mañana que fue calificado como «el ev nto más im- •J. 1principio todas las ordenaciones realizadas n
militant la defensa de los derechos hu.man.o s y portante en la historia de la Iglesia desde pentecos• , 1.1 Iglesia han sido efectuadas p r obispo co
constant mente crítica contra cualqui manifesta- tés» J 9 • Si afirmaciones d este género son producto s.
ción de injusticia tnica, ·sta, militarista, conó- de un desorbitado sentimentalismo, es indudable
Michael Hollis, especialista en el estudio de la
mica ...
1 •1 ias unidasP, ha encontrado las sigujentes -
B. Leeming. lA.5 lglMias y lo. lg/Mia (Estudio sobrt el «cum • 1 u t ·rfsticas qu concurren en el proceso de las n -
nismD). Vergara. Baiulona 1963, 29-36; St. clll, 711e Church o{ •11 i ·ones n vistas a la creación de una «Igle i
South lrnfia, en A History of the Ecumenical Movemtmt (1517• i11 J
M 1-uc d l'IJnir .. , o. c., 310, 1948), o. c.• 47 -476; M. Hollis, ~ ignifico;n~ o{ Sowh lmlia..
'' l'h Ptiffl•r, / ,{.- in ali ils {ullni!.SS. World Council of Chur- John Knox Pres , Richmond 1966; P. euner, Breve Mo.nuak
li •, t .Ju 111 1 1 111. v a,, el e ·tudio de W. Gentz, 11te World of dell' Ecumene. Qu riniana, Brescia 1986, 139-141.
l'/i1li11 1'1111 1 I•, h.ntJ hip Pre~., u rva York 1974. u M. Hollis, 'Im! ignifico.11ce of South India, o. c., 15. M Hollis, Th~ Significan~ o{ South lrulia, o. c., 76.
m que fue calificado como «el evento más rm- d · l principio Lodas las ordenaciones realizadas en • El modelo propuesto
rtonte en la historia de la Iglesia desde pentecos- • L Iglesia han sido efectuadas por obispos consa- por Osear Cullmann
» 9• i afirmaciones de este género son producto 1 r dos.
un d orbitado sentimentalismo, es indudable Osear Cullmann, el teólogo reformado cuyas in-
Michael Hollis, especialista en el estudio de las estigaciones en el campo de la teología bíblica son
lesias unidas», ha encontrado las siguientes ca- reconocidas mundialmente, ofrece en el atardecer
• terísticas que concurren en el proceso de las ne- de su vida una obra, L'unité par la diversité •i, con el
11 B. Leentlng, Las /gksias y la Jgle.sia (Estudif' sobre el ecume-
11bm ). Vergara, Barcelona 1963, 29-36; St. eill, The Church of
pu iaciones en vistas a la creación de una «Iglesia
11tl1 India en A Hístory of the Ecumeni.cal Movement (151_7- 1111ida,1:
I 4 ), 0 , c.,' 47 -476; M. Hollis, The Significance of South Induz.
J hn Knox Press, ruchmond 1966; P. euner, Breve Manuale •1 M. Hollis, Tlze Significam;;e of South India, o. c., 23.
d 11' umen.e. Queriniana, Bres ia 1986, 139-141. •1 O. Cullmann, L'unité par la diversitl (Son fondemtmt et le
i, M. Hollis, The ignifrcanu of South India. o. c., 1S. M. Hollis, The Significanu of Souih Jndia, o. c., 16. problime de sa ré.alisation). Cerf, París 1986.
PARA COMPRENDER EL E UM NI MO 35
pó ito d e trascender el statu quo de las divisio- Iglesias. Y es que, además de ser utópica, la fusión l,, u · al manes ponen en cuestión, desde el prin i-
cle iales. es contraria a 1a naturaleza misma de la unidad. De 1' 11, tinto Ja impaciencia ecuménica, que no ayud
ahí su propuesta: una comunidad de Iglesias per- 11 l. la plasmación histórica de la unidad, m
idea has , sin embargo, puede aparecer a pri- fectamente autónomas, que continuarán siendo ca- 1 "' lg11ación ecuménica, que convi rte casi e d -
. vi ta como un estancamiento en las mismas tólicas, protestantes, ortodoxas, guardando ada 1,, ·l «todavía no ha llegado el momento» y parali
li i i nes. Cullmann, en efecto, no aboga por una una los dones que el Espíritu les confirió, no para , ualquier iniciativa eclesial en el terreno de la
h- p· ición de la diver idades eclesiásticas ni por replegarse sobre s mismas, sino para formar la co- 11111d d d las Iglesias.
111 h1 í n de todas las Iglesias. Cree, por el contra- munión con todos aquellos que invo an el nombre
d Igl. ia deberá conservar aquellos do- P ira Rahner y Fries, la posibilidad de qu l
de Jesucristo •s. 1111id d de fe y de Iglesias» sea real y no meram n
1 onfiguran en su propia. identidad. Al
d u obra afirma tajantemente Pero su fórmula. «unidad por la diversidad» no t ul pica depende de unas condicione que f, nnu -
ignifica en ningún caso aceptar la diversidad de l 111 n ocho tesis y que explican detalladaí:nent .. lo
que l da confesión cristiana posee un don inamisi- Iglesias como si fuese un estado anómalo y provi- l II p del libro. Presuponen, sin embargo, en la
h!t 1 1 Bspfritu, un carisma que tiene el deber de con- sional, tendente a la desaparición en un futuro en J , 11 si tanto el abandono d sus «excesivas r •-
• 11 , ultivar, purificar y profundizar y que jamás que las Iglesias estarían realm nte unidas. La diver- ' 11 ion s tácticas inercias tradicional )l c m 1 .
d ·1 t· va iar de su sustancia por un deseo de uni- sidad actual es el estado definitivo. Lo qu deberá •ul untad positiva de trascender la actual situa i n
ÍU1m acl11·0 . cambiar, ciertamente, son las rivalidades polémicas , I desunión cristiana.
actuales -que impiden la comunión- en diversida- La lectura del libro, aunque no resulta si m r
des pacíficas portadoras de complementariedad y 1 1 11 d bido a la mutua concatenación d las t ,¡ ·,
comunión. 1lmula al lector porque pronto e descubr l s -
Cullmann dedica el segundo y tercer capítulo , 11 lud de las propuestas. He aquJ el enunci do d
del libro a la ardua cuestión de la realización prác- l , 1 is:
tica de la unidad y a Ja comparación de su propues-
1• . as verdades fundamentales del cristi ni -
ta con otro proyectos. econoce las dificultades de 111 ,, Lal como se expresan en la agrada s riturn,
su modelo de unidad, pero sugiere la solución a tra- , 11 l•I símbolo apostólico y en el niceno-constantin
vés de lo que denomina superestructura qu , en vez
111 lit no, son obligatorias para todas las Igl i
de anular, articularía las e tructuras propia d ca-
p,111 i ulares de la futura Iglesia unida.
da Iglesia particular.
¿Se trata de una «diversidad reconciliada», que . parte esto, deberla implantarse un prin i
en parte señala ya el Vaticano Il al reconocer ele- 11 111 d fe reali ta: ninguna Iglesia particular pu d ·
mentos de eclesialidad en las otras confesione ?;
1, l idir rechazar como con.t raria a la fe una ., · -
111 1 i n que otra Iglesia particular profesa c m
Es evidente que el carisma propio corre el riesgo ¿se salvan en el proyecto de O. Cullmann las con-
ilu •ma obligatorio. Por lo demás, fuera de 1 l' -
de ser deformado. La historia es muy elocuente al. vicciones de fe y la nonnatividad de la verdad que
1 1 ido en la tesis 1, lo que en una Iglesia particuJ
respecto. Por eso cada Iglesia debe vigilar su propio para algunas Iglesias tiene tanta importancia?
t e nfesión expresa y positiva no puede impon
don para alejarlo de las siempre am nazantes de- 111110 dogma obligatorio en otra Iglesia particul .
formaciones . En esa tensión por evitar la deforma- • El modelo propuesto 11,, qu debe encomendarse a un amplio co n
ción del propio carisma y reconocer y apreciar los po1· Fries y Rahner 11 1futuro. Lo dicho es aplicable, en primer ]uga ,
carismas de las demás consiste precisamente el l I d claraciones doctrinales auténticas, pero n
ecumenismo. El falso ecumenismo consistiría en Karl Rahner y einri h Fries publican en 1983
l. 11111d , de la Igle ia romana y debe observars ,
creer que las Iglesias han de renunciar a sus parti- un libro titulado la unión de las Iglesias. Una posi- , 1h 1 e todo, respecto a las cuestion éticas. st
cularidades para hallar la unidad. bilidad real 46 , persuadidos d que «la unidad de las ipi equivale tan sólo a consagrar lo qu y
Iglesias es mandato del S flor ... , y una cuestión
Para Cullmann, los principios del uevo Testa- n practica cada Iglesia respecto de sus pr -
de vida o muerte para el cristianismo». Los do te6- guidores.
mento sobre la unidad impiden aceptar la fusión de
. n esta Iglesia una de Jesucristo, formada
•s O. Cullmann, L'uniJl par la. diversité, o. c., 47. ,, J, s Iglesias que se unen entre sí, hay Iglesi
0 O. Cu.Umann, L'tmilé par la diversué, o. c., 7-8. .. Rahuer-H. Fries, 1A uni6n de las Iglesias. Una poribUidad 1• , 11 ul es regionales que pueden conservar gran
,. O. Cullmann, L'unitt par la diversilé, o. c., 21. reaL Herder, Barcelona 1987. 1• , 1, l · sus estructuras propias. Estas Iglesias par-
•
nerse en actitud de escucha mutua. Abordamo , 111 d,, .11 necesita, ante todo, ser y sentirse un
por último, el diálogo en sí mismo 55 , bajo una tri- 111 111 : h ber llegado a una armonía integrada n
ple perspectiva: «Cada hombre es un adversario potencial, incluso 1 4111 reconoce el yo profundo y se perciben 1
aquello a quienes amamos. ólo por medio del diálogo ¡ 11 • 11 •I 1s alares. En este mirarse cara a cara consi
• I diálogo como actitud y como método. somos salvados de esta enemistad de unos contra otro . El 111 1110, r a nada fácil, se debe buscar la tran pa-
• Condiciones del verdadero diálogo. diálogo es al amor Jo que la angre es al cuerpo. Cuando 1 111 1 1 d jándose de lado las máscaras que normaJ-
• Protagonistas del diálogo ecuménico. cesa la circulación de la sangre, el cuerpo muere. Cuando 111 111 · ' or~pañan a_cada hombre y a cada muj
cesa el diálogo, el amor muere y nacen el resentimiento y 11 11 lac1ones soc1ale . Pero esta seguridad n
el odio. Mas el diálogo puede resucitar una relación 111 1 111 >, que es fidelidad a las propias conviccion ,
muerta. Efectivamente, éste es el milagro del diálogo: 11, ¡1 Ir en ningún caso absolutizarse de tal man,
3.1. El diálogo como actitud puede engendrar una relación nueva, y también puede dar 111 • nada propio pueda ser puesto en cuesti n .
y como rn.étodo nueva vida a una relación que ha muerto•. t l 1 11 !Stionarse a sí mismo -en e1 entido de ha r
Hay algo en la estructura del ser humano que Reuel Howe ntas y de p ner en entr dicho al m n
p I h d l propio legado- es camino irnprescindi 1
tiene mucho qu ver con el diálogo. o s6lo en su , 11 1 l apertura dialogal.
dimen i6n cognoscitiva - lo que parece evidente-,
sino en la base misma de u propia constitución. Es • Revisarse a í mismo ... -dice Congar- ignifi 11
difícil concebir Ja existencia del hombre o de la mu- El diálogo tiene, ad más, un cierto poder creati- 111 acepta la perspectiva de que uno podrá U 1
jer sin considerarlo en relación con. Y es que su des- vo. En primer lugar, del hombre mismo. A través 111 s lejos gracias al otro, de tal modo que nos en n
tino no la soledad, sino la vida. suyo, el individuo se convierte en persona. El pro- 11 ar mos un poco más aniba, teniendo en común 1
La teología cristiana ha vislumbrado en Dios pio yo adquiere quilibrio a medida que va inter- más de lo que, ahora, cada uno tiene sin I tr ,
mismo la razón de ta verdad. El mono e smo cris- cambiando con los otro n el largo camino que es l I nt al otro, cuando no en oposición al otro11 56.
tiano no se fundamenta precisamente en la soledad la vida y qu Je permite asumir, poco a poco, la pro-
de Dios, sino que encuentra su mejor explicación pia condición humana. Pero creativo también de la l•J diálogo implica, sin embargo, el ri sg
en la comunión y en las re]aciones de las tres perso- v rdad. En el diálogo se engendran las ideas y en el , I· pérdida , aunque promet las gananci s d •
1 e1mpJementariedad del aporte de los otr .
nas, el máximo diálogo divino, base del dogma tri- diálogo e comunican. Y asf se posibilita 1a verdad.
nitario. Un reflejo de esas relaciones divinas se da La búsqueda de la verdad, que siempre tra dende
en Ja vida misma de los seres humanos. Cada indi- al individuo olitario, implica aportaciones comple- .:J diálogo como actitud hacia el otro. P r
viduo lleva en sí mismo una abertura a los otros, y mentarias, la «pequeñas verdades personales » -en 1ffdad del diálogo toma cuerpo sólo cuand
no se realiza sino n comuni6n con los o o . Es palabras de Micbel Bon- que en una común cons- . reco_nocido en su ~dam~tal alt ridad, n
esa una vieja verdad qu la filosofía contemporánea trucción apuntan hacia la verdad. 11 hf r nc1a que le perrrute ser el tú que pu d
ha explorado con éxito, a partir, entr otros, de los 11111pl mentar a1 propio yo. El padre Chenu a rt
Pero si la estructura misma del ser humano im- pl1 11,1mente en su diagnó tico sobre Juan HI
estudios de Ma.rtin Buber, Sobre el Yo y el Tú y La. plica la ondición dialógica para que e posibilite el
vida en diálogo. · or eso la mejor expresión de las , 11 1 , al día siguiente de su muerte, dijo:
equilibrio de la persona y u misma capacidad cog-
relaciones interhumanas es el diálogo. Sin diálogo noscitiva, sólo cuando l diá.logo e aswnido por el
no hay socialización, es decir, humanizaci6n, ya • reo que en el p nsamiento la acción d Ju,
individuo puede hablarse del diálogo como actitud. JO hay un denominador común: el entido d I did-
que se impide la comprensión de lo otros, e inclu- Y es evidente que no siempre el diálogo es asumido
so Ja explicación coherente de uno mismo. ¡,, o, dando a ta palabra toda su riqueza: recon r
como actitud vital. Mucho individuos nunca llegan 1I ntro como otro, amar al otro taJ cuaJ es, y no com
a descubrir la riqueza que supone esa actitud dialo- 1111 • que hay que conquistar, consentir que sea dit •
gal y viven encerrados en los estrechos límites de la 11 ni , me a mi, sin intentar usurpar la verdad d
soledad individual. 11 onciencja y de su búsqueda, sin poner en ju o
" Ex:iste una inmensa literatura. obre el diálogo. En nuestro Ciertamente que el diálogo, como actitud vital, 111 motivos de reserva antes que mi confianza. st
capítulo 4 dedicamos un apartado especial al didlogo reológico no siempre es fácil, ya que implica, según Michel 111 one apartarse, no por laxitud, sino por lucidez, de
entre las Iglesias. Aquí recordamos únicamente varios textos que
nos parecen básicos: Pablo VI, Ecclesiam sua11L· AAS 56 (1964) Bon, toma de posición respecto a sí mismo y res-
641-643; R. L. Howe, El müagro del didlogo. Centro de Publica- pecto al otro en un intercambio mutuo que signifi-
ciones Cristianas, San José (C. R.) 1962; M. Bon, Le dialogue et ca la recipr idad.
les dialogues. Centurion, París 1967; M. Goedt, Fe en Cristo y did- \ , n , El dúf.logo, ley del trabajo ecuménico. Estructura
fogos del cristiano. Península, Barcelona 1969. - El diálogo como actitud hacia s{ mismo. Para ,,,,, lig, n la humana, en Cristianos en diálogo, o. c., 63.
acaba: 'Ut profundius intentionem Augustini scrute- tianos en diál,ogo, o. c., 66. sais oecuménrques, o. c., 109.
caer en uno u otro de ellos» (n. 23). ventajas temporales o materiales como precio por 1, , r ejemplo la n e idad que obliga al ón u ·
un cambio de pert nencia r ligio a. 11 11li o de educar en su fe a lo hijos de u m L i
El texto concluye con algunas recomendaciones 111 111i ; , por último, la cuestión d la Ig.l sia
y con una iovi tacíón: - El aprovecharse de las ituacion s d necesi- ntal unidas con Roma -el problema uniata
dad, de alguna debilidad o defectuosa formación d
"'··· Las Iglesias miembros están todas llamadas a aquello a quienes se dirige el testimonio, a fin de
mostrar tal restricción en su ejercicio d la Libertad provocar en ellos la conversión. contemplada por los cristianos ortodoxos c m,1
r ligiosa, que viten causar ofensa y r peten en la fruto del proseliti mo; y que, por parte de los t Ji.
mayor medida posible las conviccio es de otras Igle-
- Todo cuanto hace so pechosa Ja «buena fe» d ·, se hace el mismo reproche en lo que conciem 1
sias. Por tanto, instamos a las Igl ias mfombros a los tros: nunca se deb suponer la «mala inten- u 1 do y manera como algunas de estas Iglesias
de aprobar el proselitismo tal como se lo ha definido ción»; ta debe ser demostrada. unificadas con las Iglesias ortodoxas» (n. 28, e).
en este informen (n. 58). - La utilización de un motivo qu nada tiene
b diálogo ecuménico cuando en él se in-
que ver con la fe, pero que e aprovechado para al- el «falso irenismo11, o en eJ hoJjzonte se vi -
El documento Testimonio común y proselitismo canzar una conversión, como, por ej mplo, la utili-
(1970), del grupo mixto de trabajo de la Iglesia ca- 11111 1 alguna forma de pro elitismo. En e to c in-
zación d m tivo político para ganar a aquellos 1 1, n t das ]as Iglesias cristiana .
tólica y del onsejo Ecuménico de las glesias, defi- que de earfan tar s guros de buena gana de la
~e un término que no aparecía en el informe ant - protec ión o del favor del poder estatal o, por el
nor:
( . Los protagonistas
«Testimonio común signi ca aquí el testimonio del diálogo ecuménico
conjunto que dan las Iglesias, a p ar de u división, 11 Testimonio comlln y proselitismo, c,n A. Goncilez Mon
cuando, especialmente mediante Ja unión d los es- (ed.), Enchiridion oecuttrenicum. Universidad Pontificia de ala-
1 • fácil dar W1.a. respuesta que satisfaga a to-
fuerzos, testimonian ante los hombr lo dones divi~ manca, alamanca 1986, 163-172. El texto citado en p. 165. 111 que e preguntan por los protagonistas del
oniendo cada uno por su parte con toda profundi- 11 1 in tiene «la búsqueda de unidad visible para que
dad la doctrina de su comunión, y presentando clara• 1 mundo crea» como objetivo del ecumenismo
ment lo caracteres de la misma» (UR 4, 2). , tiano. Y estos criterios ha.cen referencia a aspee- - Criterio de comunión. Cabe, con toda eviden-
" d ctrinales, a la pe pectiva de comunión, y a la cia, profesar el núcl o cristológico y trinitario en
P dría resumirse todo lo dicho hasta ahora di- 111 nción misionera.
nd u el protagonista deJ movimiento ecumé- su desarrollos más amplios y, sin embargo, no par•
]a Igl sia, es decir, las Iglesias, que han en• Criterio doctrinal. Ninguna visíón pragmática ticipar en el movimiento ecuménico. << er interlocu-
n la dinámica cuménica. Por ello sus verda- p11 de tener preemin ncia en la tarea ecuménica. tor» en el diálogo entre las Iglesias requiere la vo-
d s ujetos son todos los miembro del pueblo de 1 Iglesía de Cristo, por er un misterio de salvación luntad positiva de anhelar la reconciliación con las
i , qu necesitan de técnicos y especiali ~ co• ·n el lenguaje teológico «algo dado», en el senti• otras Iglesias, dentro de la amplia gama de «mode-
mo d interlocutores válidos, dadas las especJales , l'o de que no la creamos nosotros, sino que no O· los d unidad».
11, ,s somos llamados e invjtados a participar en
difi. uJtades que implican algunos de los proble Voluntad positiva de comunión, de obediencia y
ue dividen a las Iglesias. , ll,1- , po ee todo aquello que .1 ha dado su Señor y de fidelidad a la «plegaria sacerdotal de Jesús» (Jn
11 11 • p rofesa desd los tiempos apostólicos en unos 17) significa la aceptación de que el actual estad
La pregunta por los protagonistas del movimien- 1 <e.los aceptado por las tradiciones cristianas de
t ecuménico lleva aneja otra pr gunta que de1;11an- del cristianismo mundial constituye una situación
1, ,d lo tiemp . · los reformadores del siglo anómala, precisamente por falta de comunión. Pero
d algunos criterios para saber en concr to qwén o 1 - tan. crític con iertas tradicion no expre• esta ituación no significa juzgar a ninguna Iglesia
11 n nte enseñadas en la e elación bíblica- nega-
' m esos «núcleos fundam ntales» de la fe que
" Y. Congar, Spiritualitl oecum.tnique, en Essais oecuméni- , presaron en los grandes concilios de Nicea, Cons-
o. c., 176.
q1J.l!S, 1 11 1linopla y feso. 70 O. Cu.llmann, L'unité par la diversii.é, o. c., 34--35.
,,
Las di
•
cns1
a división de los cristianos es un dato incues- también desde la teología. En el prim r '
tionable. Cualquier sociólogo de la religión varias respuestas que se analizan n 1
p11 Ir{ presentar fácilm nt un increíble panorama apartado. Pero si la pregunta ur d ·d
,ti grupos y comunidades que se reclaman del cris- gía, entonces la re pu ta adqui r
11 rú mo. dad que desborda estas págin . unta
; ta constatación ha sido calificada por diferen- embargo, algunas pistas de r O xi n 1
uutores como escándalo y motivo suficiente pa- En primer lugar, ha qu ñal r I sentido sal-
r 1ue la acción angelizadora de las Iglesias re- vífica de cada una de las comunidad 1 ial .
11lt ineficaz en el momento presente. En el c. l e Los cristianos de las otra Igl ias encu ntran a J -
11 tlizó el fenómeno del ecumenismo. Este consiste sucristo y e salvan, no a p ar de su pecten ncia a
1111 i am nte en el intento de superar las divisiones tal o cual comunidad, sino precisamente por la fide-
" uanto divisiones, porque no la diversidad, si- lidad a su Iglesia en la que encuentran al eñor de
111 1 1 falta de comunión entre la Iglesias, lo que la alvación.
1u uv ca e] escándalo.
Hay que pensar, además, que en el origen de las
El c. 2 se entra en el hecho de las divisiones grandes secesfones -nos referimos lógicamente a
• 1 liana . En primer lugar se ofrece una perspecti- las Igl sias históricas y no al mundo del se taris-
ese amplio panorama del cristianismo mun- mo- se dan siempre sentinrientos espirituales au-
h.d, e recuerdan las características más notables téntico , verdaderas intuiciones teológicas, motivo
1, 1 s grandes familias confesionales. Después se de conciencia que llevaron en ocasiones a algunos a
11um ran las motivaciones que provocaron los en- abandonar el cuerpo eclesial por considerar que en
1,, 11L miento y las disidencia entre las Iglesias, él se había difuminado la «sustancia» del evangelio;
111 cabaron en rupturas. Por último se esbozan pero otros, y también por motivos de conciencia,
l1•unos de los factores que mantienen todavía hoy creyeron como deber expulsar a quienes estaban
1 divisiones e impiden la realización deJ deseo de corrompiendo la «sustancia» del evangelio. En unos
1 u sobre sus discípulos. y otros casos, los desarrollos unilaterales posterio-
P rece necesaria, sin embargo, una pr cisión
res hicieron olvidar la complementariedad, hacien-
11
1 i al desarrollo del tema. La pregunta por la di- do asf aparecer Iglesias sin comunión.
1 1c n de los cristianos puede hacerse de de la his- & ultará siempre un misterio conoce las razo-
1, ,, ra la sociología religiosa, y puede formularse nes profundas del Señor al permitir que estos d a-
PARA COMPRENDER EL ECUM.ENI MO 57
LAS RELIGJO
rrollos cristalizaran en cuerpos enfrentados, cu difíciles -lo cristianos son acusa•
do podrían haber dado a luz una rica díver idad n m n el imperio- predican la fe en Je-
la mutua comunión. P ro el misterio de la lib rtad d Dio.
humana roza siempre, sin descubrirlo, el mi terio
de Dio . Estas constataciones impiden dar juj i
de valor condenatorios sobre cada una de Ias Igl -
sias que se estudian a continuación. e ha qu dad
atrás el tiempo de las mutuas acusaciones y de atri-
buir siempre las culpabilidades, con carácter e elu-
sivo, a los «otros» cristianos a las «otras» Ig]e ias.
1. Panorama actual de las divisiones cristianas.
2. Raíces d las divisiones.
HinduJsuis
3. El mantenimiento de las divisiones cristia-
nas.
- I ia congregacionalistas
- Ig) ias metodistas
- gl ias adventistas
- omunidades pentecostale
munidades de los cuáqueros
El iguient cuadro visualiza de manera global,
d ntro de sus limitaciones, el panorama deJ cris-
tianismo dividido.
.,
fiel .
(siglo XVI) XV
- I congregacionalistas
m
1 sfas m todistas
- Igl ias adventistas
munidades pentecostales
- Comunidades de los cuáqueros
El iguiente cuadro visualiza de manera global -.
dentro de sus limitaciones, el panorama del c ·
tiani mo dividido.
- - .. :) . ~~ .. -. - . -... -. -. -...
1, • l I ia lut ranas - a excepción del S!nodo de ro hizo de la Biblia. es un clásico de la lengua ale- , li I cena. Un culto litúrgico que no descuida, ·
ML s uri- t unida en la Lutheran World Fede- mana. , 111bargo, el culto individual y familiar de lectu
de en Ginebra, que canaliza los es- l,1I li a. En la espiritualidad que se desprende d
- Sólo la fe justifica. Pero la fe como respuesta , 11 ll luterano no tienen cabida las devociones a 1
fo z d vangelización y testimonio del lutera- a la palabra funda una relación personal entre Cris-
ni mo mundial. ntos 12 , las peregrinaciones, el culto a las r
to y el creyente, que es de obediencia y de confian- ,ru , los preceptos y obligaciones de guardar d
za (fe fiducial). La fe no es una obra, es un don. 11 1 ruinados ayunos o de comulgar una vez aJ año
• Características Creer es, pues, confiar en ese don. Pero la fe se en- N11 admite la creencia en el purgatorio, que s
tiende en el luteranismo también en relación a la •11 a para purificar pecados cuando los pecado
- Ciertas frases, como «sola Scriptura, solus doctrina verdadera. De ahí que surgiesen pronto en
Christus, sola gratia ... », definen el intento luterano r n purificados por la redención de Cristo.
la tradición luterana las Confesiones de fe.
de resaltar -sin compromisos- la total soberanía de 1 hecho de que Lutero pensase sólo en Uil
la revelación bíblica sobre cualquier otro tipo de - El hombre justificado por la fe en Cristo per- 11 r rrna» de la Iglesia hizo que no reflexionase
autoridad o de fuentes religiosas, llámense «tradi- manece a la vez pecador (simul justus et peccator). 11 11 1 nueva eclesiologia, y menos en una eclesiologl
ción», «infalibilidad eclesial», «infalibilidad pontifi- Esta tensión dialéctica del luteranismo que, en mo- 1111 · 1 na. Creyó estar dentro de la tradición de 1
cia» ... mentos de su hlstoria, lo llevó hacia posiciones de 1 di' i antigua aceptando todos los dogmas tri.ni
un pesimismo muy marcado (el pecado afecta total- 1 11, eclesiológicos contenidos en los credos de 1
- La autoridad de la Biblia reside en el hecho d mente a la libertad: polémica de Lutero contra
que es palabra de Dios - aunque también es palabra 1 ,1 •._¡ antigua.
Erasmo), hace que en el momento actual de diálogo
de hombres- y rinde testimonio de Cristo; en el An- ecuménico una nueva visión antropológica haya a Iglesia fue definida como «la asamblea
tiguo Testamento, anunciándolo de muchas mane- sustituido a aquella en la que todo lo humano esta- , 1, n tes en la que el evangelio es predicado fi
ras; en el Nuevo, señalándolo como el Verbo en me- 1111 ,,1 · y los sacramentos se administran correcu
ba radicahnente perdido. También los viejos pro-
blemas de gracia-naturaleza, ley-evangelio, fe-obras 111 11l ». El centro de la Iglesia está en la predic-
están siendo superados.
11 Interesantes observaciones al .r especto en Funk-Brentano,
Luther. Bemard. Grasset, París 1934, principalmente en el capí- - La cristología luterana está dentro de la tradi- " M. Lackmann, L'Eglise Luthirienne et la commimoratio
tulo ..Gott mit uns •, 268-272. ción de la Iglesia indivisa; sin embargo, el estudio unts. Ed. Saint-Paul, París 1961.
s_1as reformada~ o presbiterianas, pero la absoluta la congregación local, rechazando de hecho cual ·J y el envío de ministros ordenados. En 17 4,
liber:tad_ c~:mcectida a la. congregación local y al mis- quier 7ontrol político o religioso sobre la Iglesia pa- 1" plo Wesley consagra a Thomas Cooke y l
mo mdiVJduo en ma!erias teológicas ha supuesto rroqUlal. Este «congregacionalismo radical» es rteamérica para que éste ordene a otro .
frecuentes enfren~entos e~1:e liberales y conser- c?mpa:rti~o también, ~n un~ u otro grado, por Igle- naciones -en total oposjción a la prácti ,
vadores, entre urutarios y tnmtarios, causantes de sias bautistas, menorutas, cüscipulos de Cristo, etc. a- consuman una escisión que da orig n a 1
una pro_funda e:scisión en su seno, de la que nació ia metodistas.
la Amencan Urutarian Association claramente anti- estructura del metodismo ayudaría a u t·
trinitaria. ' i) Iglesias metodistas 11 ,u rdinaria expansión. La unidad base la « 1
~n los Es~dos Unidos, la tradición congregacio- Las Iglesias metodistas son el resultado del «des- ,. (class meeting}, grupo de unas diez p r: n·
nalista se uruó a los presbiterianos creando la Uni- ' 11 í clases constituyen una «sociedad,,, cu p
pertar .religioso» llevado a cabo por los seguidores
t~ Church of Christ, con cerca de dos millones de del 7lérigo an~cano John Wesley (1703-1791) a 1111 «predicador itinerante» debe visitar las di ti
fieles. El Consejo Congregacíonalista Internacional 1 ,s clases locales>), Varias sociedades forman
mediados del siglo xvm. Wesley nunca pretendió
fundado en 1949, llegaría a unirse con la Alianz~ 1 ir uHo», gobernado por el «superintend nt
formar comunidades separadas d~ la Iglesia de .In-
R~formada Mundial, en J 970, formando la actual q11 en América toma el nombre de «obispo».
glaterra, pero las circunstancias hicieron que des-
Alianza Mundial de Iglesias Reformadas. pués d~ su muerte surgieran Iglesias autónomas sin • n dos» reúnen anualmente a los predicad 1
11111 ·rantes, a los superintendentes y al element I:
comumón con el anglicanismo 1v.
• Características n gran representatividad en el mundo m ·I
John Wesley, de familia clerical, fomentó, con l .
- Desd~ un :punto de vista doctrinal, las Iglesias un gTUJ?<) de amigos estudiantes en Oxford, un mo-
congregac1onalistas profesan un calvinismo muy do de vida e:11 el que las prácticas piadosas y ciertos L Iglesias metodistas han sufrido numer .
cercano al que ahora mismo se da en las Iglesias comportamientos -lecturas metódicas del Nuevo i iones a lo largo de su historia, debidas prini
refo~adas o presbiterianas. Creen las doctrinas Testamento-, ayunos en ciertos días examen diario p,dm nte a la influencia del calvinismo estrict .
tradi~1?n~es trinitarias y cristológicas. Cuando la de conciencia, austeridad en el vestir, visitas a en- , 111. parte, y a la toma de posición respecto a la j
fe. tnruta:na. se puso en cuestión, algunos de sus fermos ... - les valió el sobrenombre de «metodistas•. t 111 ión de la esclavitud de los negros, por otra.
miembros abandonaron la Iglesia para formar la li r h de haber nacido como un «despertar» (r,
Asociación Unitaria Arminiana. _ O:denado presbítero, viaja en 1735 a las colo- , u/) dentro de la Iglesia de Inglaterra hizo qu
mas mglesas de América. Su contacto con los Her- 1111 1 ismo no pensase en ninguna especial Co,
- La extrema libertad doctrinal no es obstáculo manos Moravos alemanes le convence de la necesi- 11 11 de fe, ni en la elaboración de una teología p
para q~e las Iglesias congregacionalistas hayan dad de experimentar la conversión y el entusiasmo
manterudo entre sí fuertes lazos de unión en sus 1• ,1 , us creencias básicas son las de los reform
por una V?-da en la. que cabe la perfección cristiana. , · del siglo XVI, interpretadas bajo la óptica
asambleas generales a través de textos como la Sa- ~ posteno~ prohibición de predicar en templos an-
voy Declaration (1658), la de Oberlin (1871) y la de 1111111 Wesley. La tradición metodista ha puesto
glicanos le mduce a dirigir su mensaje a las clases ,,, inJ énfasis en eJ eva:ngelismo, en la acción b
Kansas City (1913). populares, en calles y plazas. Predicador itinerante 111 , social y en la doctrina de la santificación.
- En la Declaración de fe de Kansas City se dice pasó el resto de su vida redactando comentarios bí:
expresamente: intentos de una cierta reunificación m
.1 ,11 escala mundial se remontan a 1881, cuan
. _" Creemos en la libertad y responsabilidad del in- 1 lunda la Ecumenical Methodis Conferen
19 J. Wesley - G. White6eJd, Sermon.s. Classics del Cristianis-
dlVlduo y en su derecho al juicio privado. Mantene- me. Ed. Proa, Facultad de Teología de Catalunya Barcelona ,111 ·J rga.nismo se denomina en la actualid
":1ºs la autonomía de la Iglesia local y su. independen- 1990; J. ~esley, Sennones. Casa Nazarena de Publicaciones, Jd Methodist Conference». y se reúne ca
cia de todo control eclesiástico superior... ». Kansas C1ty, s/d, 2 v Is.; R . Davies, Methodism. Penguin Books, , 111 ·u años. Su ede central se halla en Lak:e J
~ond_s~orth 1964; K. Al crmi en, Iglesia. Católica. y Confe- 111 k.1, Carolina del Norte. Hoy son aproxima
- En eclesiologfa han llevado hasta el extremo siones Cn.stumas, o. c., 1.1 1~1.167.
,t •n la tierra, mientras que los impíos serán defi- cristianos haciéndoles vivir «un nu v p nt s
1111 um nte aniquilados. tés». Este movimiento se expande con rapid ,z p .r
varios Estados del sur norteamericano y vi n · a
L estricta observancia de los diez manda-
obliga a los adventistas a celebrar el sabbat
en el séptimo día de Ja semana, y no en el
• Características 1l1111iln o como se viene haciendo tradicionalmente 12 R. Domfnguez, Pioneros de Pentecostés. Literatura vangéli-
ca, Miami-Madrid 1971 ; W. Hollenweger, El Pentecostalismo.
11 ruda las glesias cristianas.
- Los Adventistas del Séptimo Día. son evangé · Historia y Doctrina. La Aurora, Buenos Aires 1976; P. Da:rnborie-
amente conservadores. Reconocen como única • 1 cuerpo del ser humano es templo del Espf- na, El Pentecosr.alismo, en Fe Católica e lglesí.as y Sectas de la Re-
forma, o. c., 760-806; R. Saladrigas, Asambleas de Dios o Jglesitz
la d fe la Sagrada scritura y profesan casi to 1111 . nto y parte integrante de la obra salvadora Pentecostal, en Las Confesi.on.e.s n.o ca.cólicas en España, o. c., 138-
verdades cristianas dentro del espíritu de la 1, 11•-;ús. De ahí el interés en una reforma sanitaria 148.
la 1 ,I i que por su aspecto terrestre y sus implica- 1I bate entre occidentales y orientales que no tuvo Durante los siglos XI y XIl se r pit n la n g i -
ti p rincipio la virulencia que tendrá desde el siglo ciones de buena voluntad para superar la dif ren-
¡ n humanas ... ». De este modo se ofrece
1 al XV. El hecho de que los latinos añadiesen la cias teológicas que se consideran m bi n d
• mn r facilidad para limitar Ja eclesiología a ]as rea- ,. resión «y del Hijo» al credo ecuménico no se de- rácter académico. El año 1204, con la toma de
lid d s má interiores y más místicas, no dejando l ' a un error doctrinal, como tantas veces se ha Constantinopla por los cruzados, es el inicio de una
, p n lugar, en la noción de Iglesia, a las realidad 1 ·n ado, sino más bien al intento de precisar teoló- consideración totalmente nueva del tema. Los sen-
l r piam nte ociológicas y jurídicas» 16• t I amente cada una de las afirmaciones de la fe timientos de venganza como reacción contra los in-
1 i tiana. En el fondo era dar un paso adelante en vasores occidentales que han arrasado Constantino-
r aüdades -se ha señalado anteriormente- r I esarrollo dogmático. Que se diera en occidente pla hace que el tema del «Filioque» empiece a con-
manos del emperador cristiano, encar• 1 en oriente prueba sencillamente la diversa ma- siderarse bajo la perspectiva de herejía. Pero con
rr,1J u I aspectos administrativos y jurisdiccio- 11 •ra de hacer teología. Si los bizantinos se confor- una consideración que va a tener fatales consecuen-
11al . cJ la misma Iglesia. Pero, en opinión del teó- 1111ron con la terminología empleada en el credo cias. Ahora está involucrado otro tema doctrinal, el
lo , ello significaba 1 l uménico,_ los latinos deseaban precisar con del primado romano 39 • Este había sido aceptado
111 • or exactitud terminológica la fe profesada en el por el oriente, aunque sin menoscabo de la autono-
• 1ruino o principio que ata e incluso subordina a lo
1 , incilio ecuménico. Parece que durante algún tiem- mía de las Iglesias orientales. Había existido siem-
p 1 ti y a lo nacional la organización y la realidad pre un entendimiento de hecho sobre el tema, co-
1<1 fue más bien considerada como una cuestión
d In Iglesia, en cuanto éstas se producen en el plano 1 mo demuestra el excelente estudio de Fr. Dvornik,
h i I gico. Allí donde el occidente... reinvindic n üistica, o una mera discusión entre teólogos de
Bizancio y el Primado Romano. A partir del siglo
prt I Iglesia la autonomía de una vida y de una or-
XII, sin embargo, el tema del primado es unido fa-
nníz ción propias ..., el oriente admitirá práctica
talmente al tema herético del (<Filioque» . Desde la
m •ot , y a veces también teóricamente, respecto a la perspectiva oriental, se rechaza el primado romano
r•alid d cial y humana de la Iglesia, un principi 11 Y. Congar, Cristianos desunidos, o. c., 38-39.
• Y. an tos, lglesill.s de Oriente, I. o. c., 169-210. Sobre la in-
11, , lu ción al tema del «Filioque• en los concilios de Toledo,
199-201 ; E . Vilanova, Historia de la Teología Cristiana, l,
•1 Fr. Dvomik, Bizancio y el Prirruulo Romano, o. c., SS. , , , 33-335; cf. el excelente monográfico sobre La. proce.ssion Jt Fr. Dvorni.k, Bizancio y el Primado Romano, o. c., principal-
•• ngar, Cristianos desunidos, o. c., 38. t, 'vJim Esprit. Orient-Occident: Istina o. 3-4 (1972). mente 85- 126; A. Santos, lglesias de Oriente, I, o. c., 119-167.
chados y tomados en serio, lleguen después a fo 1• t •ia católica. Prelados de la Iglesia coro Adno
mar comunidades «reformadas» con cierta am.bi 1 l cardenal Reginaldo Pole y san Clemenl ·
güedad de pertenencia eclesial, y cristalicen, final. 1 1,; Hofbauer hablaron ya en aquel moment lu
2.2. La ruptura en la Iglesia 1 ¡ o de ]a necesidad de reformas urgent nt
mente, en Iglesias separadas de la gran comunidad
de occidente católica 41 . 11 1,rn.iñesta decadencia de las costumbres d • 1 s
1 , 1, . Autores tan diversos como Erasmo, B s 1
El siglo XVI significa en la historia del cristia- La mayoóa de los historiadores y teólogos qu 11 . D nifle (1904) o J. Maritain (1925) han d s. 1
nis.m una nueva división que afecta, esta vez, a la
Iglesia de occidente. Varias reformas eclesiásticas,
han tratado en los últimos decenios esta cuestió l,1 vida del reformador alemán dentro del arn?1.
son conscientes de que, junto a las demandas ver- ,,·n ra1 de un decadente clero sin fuerzas e p1 1
iniciadas por doctores de la Iglesia y no por ]as je- daderamente religiosas de los reformadores, hay 1 ., para regenerarse.
rarquías, contemporáneas en el tiempo y comunes que tener en cuenta. factores no teológicos que favo-
en sus objetivos, han hecho posible que pueda ha- recen el nacimiento de comunidades separadas de sta lectura manifiestamente incompl t s
blarse de «la Reforma» -en singular- para designar Roma. ¡11 case como Ía sola razón para explicar 1
la ruptura que tiene lugar en la cristiandad occiden- 11 1í •nto de la Reforma, cuenta además c~m un
tal y que atañe a la. sustancia de la fe. Por razones de claridad, se ofrecen aquí de ma- 111 •n to que no debe olvidarse: la desconfianz
nera muy esquemática algunas de las tesis explica- ..,. mayor, por parte de los fieles, respecto a l~
El análisis de las causas de la Reforma es com- tivas del fenómeno de la Reforma. 1 omo institución. El papado había P rcU~
plejo en extremo y debe situarse desde la perspecti-
111t ridad indiscutible, que gozaba an~es d l 1
va que tan acertadamente ha formulado R. G. Vi- d • vignon, desconfianza que se acre~1enta a
Uoslada: a) Tesis tradicional: d , que papas como Urbano VI se asignan P
El año 1483, en que viene al mundo Martín
« .•.
los abusos de /,a .Iglesia qll manifiestamente están ~n contra de una
Lutero, toda Europa es católica y obediente al pontí- Durante mucho tiempo se tuvo como perfecta- 11 L 1dición del ejercicio del p~ado romano. L
fice de Roma... ; el año 1546, en que muere el refor- mente válida la tesis según .l a cual las reformas 1 tu ión del papado, que casi todos ven más
mador, casi la mitad de Europa se ha separado de 1111 «poder» que como un «servici? pasto~».
eclesiásticas en la Europa del siglo XVI se debieron
•< z en aquel momento del preso~10 esp1ntu
Roma. ¿Qué ha ocurrido entre esas dos fechas? ...
¿Cómo explicar la escisión religiosa de Europa? ... ,. 40 •
a los abusos de la Iglesia. Y se ponían como ejem-
plos, entre otros, la inmoralidad reinante en el clero
I 1,1 ía tenido en la alta Edad Media.
Se han hecho muchas lecturas que intentan ex- secular y regular, la falta de celo apostólico en la Una reforma se hace necesaria ante el estad
plicar el fenómeno de la Reforma. Lecturas confe- mayoría de los obispos, la simoma, la ignorancia de 1 1 rable de la Iglesia ... La Reforma era la respu
sionales del pasado hechas desde la óptica de la po- los clérigos, el despotismo de los papas, etc. Podría
lémica; y lecturas más recientes, ·confesionales o añadirse una larga lista de abusos eclesiásticos.
b) Lectura poUtica y nacionalista
no, elaboradas con el sentido crítico del historiador Lo curioso de esta explicación de tipo moral ra-
leal o del teólogo fiel a la investigación realizada dica en que sus autores -comenzando por el mismo uando Lutero escribe -todavía en 1521-: te
con rigor que intenta penetrar en las verdaderas in- Lutero, que en su tratado llamamiento a la Nobleza ,, ido para el servicio de los ~emanes:>,. Y má
tuiciones de los reformadores. Partimos de un he- d •, «yo no busco mi interés, smo la feliodad
cho constatado en la historiografía de la Reforma y la Alemania», está apuntando a uno de los ce
confirmado por los mejores especialistas del tema: Id problema de la Reforma.
• 1 Para el estudio de l «causas de la reforma.., se pueden
ninguna explicación de las ofrecidas se basta por sf consultar los iguient. trabajo : J. ortz, Historiil de la Re(onna, Hoy ya nadie discute que el apoyo ~e~ibid<
misma para dar razón total del fenómeno de la Re- L Taurus, Madrid l 963, prlncipnlrnent eJ capítulo •De las cau- 1 , e de los príncipes alemanes fue dec1s1vo P'
forma. Habrá que tener en cuenta, por tanto, que a sas de la Reforma•, 1 • I; K. AIJ cnni sen, Iglesia Católica y Con- 11 iunfo de la reforma luterana. Un tal apoyo n
principios de] siglo XVI concurren una serie de cir- fesioneS Cristianas, o. c.. 1 pfLuJ •Las causas de la Reforma», in embargo, escandaloso en un mundo en el_ 9
765-790; E. Léonard, His1oria Gen.eral del Protestantismo, I. Pe-
nínsula, Madrid 1967, n 'In «Introdu 'ón•, 15-37; J. Delumeau, 1 olítica y la religión estaban estrechamente VU1
Naissance el affirmati 11 dr. la R {cmn . PUF, Parls 1968, el capí- ti 1 • Por eso, años más tarde, en aquel ro~~
tulo «Las causa d .1 refon-n •• 2 5-280; R. Garda Villoslada, 11 1to por las polémicas religios~ y polít1c
40 R. García Villoslada, Ralees históricas del luteranismo
R.afces históricas <kl lutuani:smo, o. c., en Ja •Introducción•, 3-
(BAC). Madrid 1969, 45-46. 46. lt liará el principio «cuius regio , e1us rel
·rpr I i n religiosa es la del protestante francés Dicen que Guillermo Farel, el reformador de Gi-
rnil onard. Este autor rechaza como insufi- ra, reprochaba al sacerdote católico «no su ma-
1 ·nt ·~ para xplicar las causas de la reforma, tanto
11 3.1. La polémica
l I vida, sino su mala creencia». Desde esta perspec-
n morales, como las políticas y economi- 1, , a la vez teológica y espiritual, es como debe Los modos de relación entre ortodoxos, católi-
nard cree ver en la Reforma, no una ne- .,f r ntarse el problema de las causas de la Reforma. cos y protestantes han adoptado a lo largo de la his-
la espiritualidad católica medieval, sino toria -desde el punto de vista teológico- diferentes
miento. Piensa que géneros literarios. Interesa aquí el análisis del lla-
mado género de la «controversia polémica», porque
"la Jgl ia católica, mucho más democrática de lo \. Mantenimiento de las divisiones es el que mejor explica las razones de la larga dura-
qu g n ralrneate se cree, había dejado siempre, en
materia de piedad, una derta libertad a Jas iniciativas J emos recordado en páginas anteriores las raí- ción de enfrentamientos entre Iglesias.
· lo fieles» ». '• de diversa índole que posibilitaron las rupturas La controversia polémica es la lucha dialéctica
, , 1 iales. Factores teológicos y no-teológicos con- entre teólogos -no siempre de primera fila- y jerar-
11 rl u eron a que se perdiera la comunión entre las quías que intentan desacreditar y vencer al adversa-
" Y. ongar, Cristianos desunidos, o. c., 46-47. 11 1· ias y que, finalmente, el estado de división to- rio dentro de un contexto «religioso». La polém.ica
n •. Léonard, Histoire du ProtestanJisme. PUF, Paiis 1963, 8. 111 , r categoría de norma. está presente tanto en las controversias entre bizan-
contrario y lo practican cotidianamente. de su Historia de la Reforma. 57 algunos de los aspec- lemán. Su obra Cammentarii de a tis ,•t \
tos que definieron la polémica entre católicos y pro- artini Lutheri (1549) presenta una im ip ·11 1
• Dicen que es necesario abrogar el canon de la a de Lutero copiada luego por casi todo lo•,.
misa latina. testantes: l) negación de cualquier nexo de unión que han escrito sobre el refonn d >1 •
• iegan que el subdiaconado sea hoy un orden entre las confesiones implicadas en la polémica; 2)
sagrado. negación de todo aspecto positivo que pudiera exis- • Thomas Murner, franciscan d • E!-it 1 .,
• De todos los concilio generales que han sido tir en la 11otra Iglesia»; 3) negación de la propia res- ribe ya en 1521 una parodia titulad FI ·1,1
celebrados en el seno de la Iglesia católica, por los ponsabilidad en el inicio de los conflictos. Con es- luterano, muy celebrada en.Alemania. Pm ., •
papas en diferentes épocas, no reconocen más que tas premisas, difícilmente cabía un entendimiento r P.resenta el Qrototipo de lo que pu d • d 11111
hasta el séptimo concilio general, el segundo de i- fraterno. la «guerra de los panfletos». Se trata clt
cea, que se convocó contra los iconoclastas. Los itar al adversario . con todo tipo de 1g1111
griegos no reconocen en modo alguno los restantes, v ngan o no vengan a cuento.
y no quieren someter e a sus decisiones. • Alfonso de Castro en su Advel". us am ,w ,
• Dan la comunión a los laicos, enfermos o no, \ (1534) hace una descripción de t dus la
aunque no hayan confesado sus pecados a un sacer- «•• .Fui a enterarme acerca de Lutero, a cuyos textos he j surgjdas a lo largo de la historia d · la 1
dote con anterioridad, porque están persuadidos de acudido de una u otra manera casi cada mes. Me consta La de Lutero es ~resentada con una _e lcn,it'
que la confesión es arbitraria y que la .fe es la única que, por desgracia, aún hoy, Lutero tiene mala fama entre itada, aventajando con mucho a toda las
y verdadera preparación para recibir la eucaristía.
los cat6licos, excepto, qwzás, en Alemania. Hay en él • Roberto Belarmino, aunque con un ,..
• Condenan como herejes a los latinos porque cosas que justifican esta mala fama. Pero con una actitud
comen carne estofada y otros manjares que están _ abierto, publica sus Disput0;tiones d .°"
semejante frente a él no se hace justicia a su intención 5ji_s christianae ful.ei ad.versus hwus temp m J
condenados en el Antiguo Testamento.
fundamental ni a su pensamiento religioso. Por último, os, en las que analiza detenidamenl . 1
• Creen también que quien ha sido ordenado jamás podremos hacer, por nuestra parte, algo real.mente miento de los reformad?res. A tita}<? de -}~m¡
puede volver al estado laico ... 56 • serio hacia eJ protestantismo sin antes haber hecho el l r cordar gue Belanruno contabiliza l . 00
Es verdad que no todos los escritores, ni griegos esfuerzo de comprender verdaderamente a Lutero y a iones en la traducción de la Biblia h ha 1
ni latinos, entraron en estas simplificaciones tan hacerle justicia históricamente, en vez de condenarlo L ·ro.
acríticas en sus disputas teológicas. Pero sin duda simplemente. Estoy dispuesto a dar gozosamente mi vida • J. de Maistre con sus Ré{lexions sur /1•
este tipo de literatura influyó de manera determi- por esta convicción,.. tantisme (1789) y Jaime Balmes con su u,
nante, no sólo entre las clases populares, sino tam- Yves Congar r • tantismo comparado con el catolicism ·11
bién en buena parte del clero de ambas Iglesias. Se lo iones con la civilización europea. (1842-18
abrlan asf profundos abismos de desconfianza -que ·j mplos de cómo la polémjca puede ll v 1
in luso aspectos que con toda evidencia p
l ncederse a los adversarios por un enticfo
!16 M. J. Le Guillou, Misi611 y Unidad,, o. c., 293-294. S1 J. Lortz, Historia d In. Reforma, ll, o. c., 192. tn de la justicia.
Mundo. Convergencias y divergencias: Concilium, n . 219 (1988); Parte: «La teologfa de I llb· Ión. rse uida y acosada,., 145- misionologfa hoy. Obras Misionales Pontificias de España. Ve1
B. Cbenu, Teolog(as cristianas de los Terceros Mundos. Herder, 190. Divino, Estella 1987, 490-504. E1 texto en 491-492.
«Consideramos la asamblea de Basilea como una el acc-eso al Dios misterioso a través de la ple
oportunidad para rezar juntos, para establecer con- sido considerado por muchos de nuestros contem-
poráneos como «problema», y muchos lo han aban- es decir, de la apertura confiada y filial en el b
ultas mutuas, y para hacer declaraciones comunes,
en la esperanza de que el Espíritu Santo utilizará donado como «problema insoluble» . Pero Dios es ceo del alma.
nuestro trabajo para realizar Ja reconciliación, la «n:ústerio» que trasciende, que envuelve. Y si es legí- El hombre es igualmente probl~ma! p r
renovación y la transformación. de las Iglesias, condu- tima la aproximación a él a través de la razón res- bién es, quizá antes que nada, rrust~no .. u
ciéndolas a una mayor proximidad en la verdad del veces resultan ineficaces los intentos c1entíf :
penetrar en el «problema» _del hombre, ~uand
( .m en tación oficial de la Asamblea el contrario, se abren cammos reales e msospc
11E . Castro, Reflex.w n despuis de Melbourne, en Venga tu rl!t- · i]ea, 15-21 mayo 1989). CECI-Ccntro
dos para penetrar en su misterio a través e
no. Perspectivas m isioneras , o. c., 316-317. d la Unidad, Madrid 1990, 33-34.
nali mo. Muchos de sus miembros viajan por todo de Estudiantes Cristianos en la ciudad de Constanti- La Alianza Mundial se desarr ll du 1111 1
1mundo y fundan con gran ardor militante nuevas nopla. Ello significa la salida de la Ortodox:ia de u
•n estrecho contacto con el movimil"11tu 1
edes del movimient~. _L ógicamente se relacionan y secular aislamiento. Aquella asamblea se celeb ción» (Life and Work). En m_ru-~1 1, 11
trechan lazos con dirigentes de otras Iglesias. Ade- con la bendición de] patriarca ecuménico. lnmedi -
tamente después de la asamblea, John R. Mott y tli uelve la Alianza, pues grupo im1l u " · 1•
más se hacen expertos en la complicada técnica de rn nte dentro del Consejo Ecuméni lt• l 1 '•
organizar conferencias y asambleas internacionales· Ruth Rouse organizan sedes del WSCF por numero-
sos puntos de Rumanía, Serbia, Bulgaria, Grecia... 11 !Van a cabo ]as mismas tarea .
ellos contribuirán eficazmente a la puesta en mar~
cha de asambleas ecuménicas del futuro. Por últi- Se puede afirmar que la gran contribución de la - Consejo Internacional Mi i n ' IO (l1tf,
mo, su preocupación misionera les lleva a interesar- Asamblea de Constantinopla fue suscitar en el mun-
do ortodoxo el interés por la reconciliación con. las nal Missionary Council).
se de manera especial por las «Iglesias jóvenes» de
Asia y Africa, haciendo que las viejas cristiandades Iglesias de occidente. Los nombres de los pionero Creado en 1921, en Lake M .h ok ( l. l.
europeas tomen más conciencia de la necesidad de del ecumenismo en la ortodoxia, Germanos -futuro integrado en la Consejo Ecuméni J1· In
«unidad en la misión» . No es ninguna casualidad arzobispo-, Nicolai Velimirovic, Scriban, ardúman- •n su Asamblea General de Nueva Dclhl l 11 t
que grandes pioneros del ecumenismo hayan milita- drita rumano, etc., son hombres que estuvieron pre- r ultado más palpable de la lab _r mi º!"
do en su juventud en el YMCA: John Mott, W. A. Vis- sentes en la magna reunión de Constantinopla. Años 1 tante llevada a cabo durante el 1 1 1 1
ser~t Hooft, V. S. Azariah, Henry Dunant, fundador más tarde, la Federación Mundial mantendrá lazos ntes asociaciones misioneras y poi la
además de la «Cruz Roja», etc. estrechos con la organización estudiantil católica · venes» de Asia y Africa". La C nf r m 1 ,
«Pax Romana». ~a Mundial de Edimburgo (1910) ,,;i~n
- Federación Mundial de Estudiantes Cristianos El trabajo de la Federación Mundial, en colabo- momento más decisivo de aquellos n 11 •111
(World Stu.dent Christian Federation: WSCF). ración íntima con el YMCA y el YWCA, ha dado Otras manifestaciones muy claras d •'
Este movimiento, fundamentalmente de laicos,
resultados apreciables a lo largo de las dos guerras nismo cristiano que influyen tam bi ~ 11 11
mun~ales_ en varios campos: en el tema de refugia- del movimiento ecuménico son las Alituw ,1
va a tener una influencia decisiva en el ecumenismo. dos e mJDJgrantes con la creación del CIMADE, en
A partir de 1895 reúne a. líderes estudiantiles con el raciones mundiales de Iglesias de 1 mi 111
los estudios bíblicos, y en la promoción de la mujer ión. Este proceso de acercamiento d 1¡JI
objetivo de ofrecer un testimonio cristiano dentro en tareas de responsabilidad cristiana con nombres
de las universidades y «colleges». El liderazgo de misma tradición ocurre a lo largo d l 1
como los de Suzanne de Diétrich, Madeleine Barot y ras décadas del XX, principalmente nt ·
John R. Mott fue decisivo para que el «movimiento Sarah Chakko.
de estudiantes cristianos» :incidiese en numerosas rianos, viejo-católicos, congregacionalist .
universidades y facultades de teología norteameri- tas, metodistas, anglicanos y, m~. t nl
- Alianza Muo.d ial para la Amistad Internacional luteranos. En este intento de reumfi i
canas de finales de siglo 21• a través de las Iglesias (World Alliance for In.tematio- las características siguientes: búsqueda d
En 1898 se celebra en Birmingham una confe- nal Friendship through the Chu.rches). ción doctrinal propia resaltando e~ ?~ n
rencia en la que participan representantes de cole- A raíz de la Conferencia para.la Paz celebrada en todas ellas; intento de sanar las _divi~1onc
gios teológicos tanto de tendencia anglo-católica La Haya (1907), cunde la idea en muchos ambientes ido surgiendo a lo largo de la histona .
com~ de las de «Iglesias libres » y evangélicas. Esta de que las Iglesias también pueden contribuir a la teológicos y doctrinales, culturales, rac1al
amplitud de horizontes será decisiva, ya que los paz internacional desde sus propios ámbitos. Con tucionales; necesidad de encuentro -
delegados de los estudiantes cristianos que particj- esa intención se programan dos encuentros. Uno en
pan en la Conferencia de Edirnburgo (1910) repre- Lausana, a principios de agosto de 1914, otro en Lie- u N. KarlstrOm Movements for lntemational Fri
ja, P~.ª el 10 y 11 de agosto, de carácter católico y Ufe and Work (1910-1925) , en A History of the Ecum
presidido por el card na! Mercier. Apenas se puede ment (1517-1948), o. c., 507-535.
11 R. Rouse, The World Christian Lay M ovemen ts en A History
redactar una re oJu ·ón n favor de la paz, porque la u K. Scott Latourette, The Jn1emational Míssiot1
of the Ecumenical Movement (1517-1948), o. c.,• 599-61 2; C. en A Histmy of the Ecumenical Movement (1517-194
Howard Hopkins, John. R. Mott. A Biography. W. B. Berdmans guerra acaba cL d 1 . Durante la contienda,
Grand Rapids 1979. ' los comités naci nal d la Alianza Mnndial, de 373.
.. -.-
«Después de haber evocado la iniciativa ortodoxa, Maurice Villain
anglicana, protestante, no es injusto para el catolicis-
--
mo terminar este primer capítulo con una nota nega- - . .
tiva. Es un hecho: a pesar de algunos esforzados pio-
neros ... , hace medio siglo, la Iglesia romana, e.o a las asambleas ecuménicas, y la respuesta católica,
materia de ecumenismo, estaba muda o se presentaba siempre cortés pero decididamente negativa, a par-
dolorosamente critica ... » 11 • ticipar en ellas. Junto a una incapacidad casi congé-
La cuestión es muy compleja. Son conocidas las nita para el diálogo de la «teología oficial» romana
reiteradas invitaciones hechas por protestantes, de principios de siglo -recuérdese la triste herencia
anglicanos y ortodoxos a Roma para que se sumase que supuso para el pensamiento católico la encícli-
ca Pascendi dominici gregis de Pío X, o el Decreto del
Santo Oficio Lamentabili condenando el modernis-
JO N. Zemov, TM. Eastern Churche.s and the Ecumenical Move- mo-, habrá que tener en cuenta también, como
mmt in the Twentieth Cen.Jury, e.n A .H iswry of the Ecumenical apunta el padre Congar, el principio válido que ins-
Movement (1517-1948) , o. c., 649-654; ~ e también 446-448. piraba esas negativas y que se expresó con toda
El texto completo de la encíclica del patriarcado ecuménico honestidad en la encíclica de Pío XI, Mortalium ani- ., Y. Congar, 50 annés de recherche de l'unit • n
(1920), e:n W. A Visser't Hooft, The Gene.si.s and Formo.mm o{the
World Council of Churclres. WCC, Ginebra 1982, 94-97. 1nos, en 1928. En efecto, la idea central era que la méniques, o. c., 84-85. . , .
Iglesia fundada por Cristo no había dejado nunca de " A G u· ux L'Amitié au service de I union . .
H R. Beaupm, Tnitiative.s et siknce dM Eglises, en Lo.1rame · ra e: ' 950 .
existir, que no era una qtúmera, y que no podía bus- l'abbé Portal. Bonne Presse, París 1
de l'Oecuméni.sme. Saint-Paul, París 1970, 21.
126 PARACOMPRENDERFLECOMENISMO
n renda de Lausana se ceJebra en agost Pero el hecho no debe extrañar si se tiene en cuenta tampoco un «concilio universal» en el sentido cató-
27, b jo la presidencia del obispo Brent' 1• Si . que en Edimburgo hay, por ejemplo, delegados de la lico u ortodoxo deJ término, ni siquiera podría equi-
l ' lll fueron tratados por los delegados enviad ortodoxia junto a bautistas y cuáqueros. El acuerd pararse a un «sínodo» según la terminología em-
1O Igl ia distintas: 1) Llamamiento a ]a uni- máximo conseguido llegarla, sin embargo, en el pleada por muchas Iglesias reformadas.
¡_I: ) J men aje de la Iglesia al mundo: elevan-
10; ) aturaleza de la Iglesia; 4) La confesión d
tema de la gracia.
Es, sin embargo, la expresión más completa de
·; 1 anto :ministerio; 6) Los sacramentos; y 7) Conocemos ya el intento de unión -frustrado los anhelos de unidad cristiana que existe hoy entre
1111id d de la cristiandad y las Iglesias actuales. ólo por la guerra- de estos dos movimientos, en las Iglesias, pero no abarca todo el movimiento ecu-
Utrecht en 1938, para formar un Consejo Ecuméni- ménico ni ha tenido nunca la pretensión de atri-
1 : ni o tes de pensamiento aparecen a lo Jar- co de las Iglesias. Pero sólo será una realidad en
<-k- l esione de Lausana: una «católica• buirse la totalidad de la tarea ecuménica. Desde el
1948 durante la Asamblea General de Amsterdam. momento en que está compuesto por 333 Iglesias de
1uls ida p r ortodoxos y anglicano , y otra «p~ «Fe y Constitución» ha mantenido, sin embargo, su
1u1t •11, qujzá más fuerte por la mayor representa- todas las tradiciones eclesiales y de casi todos los
autonomía dentro del Consejo ya que es el organis- países del mundo y mantiene relaciones fraternales
d ul num rica de Jas Iglesias reformadas. El mo doctrinal dedicado al estudio de los problemas
1 1 d _ I acuerdos y divergencias postula JeaJ. con muchas Iglesias que no forman parte de él
teológicos entre las Iglesias. Algunas de las confe- -como es el caso de la Iglesia católica-, debe afir-
ct nC J nal y franqueza absoluta. Aquella pri- rencias de «Fe y Constitución», integrada ya en el
.1 n~ renc1a de «Fe y Constitución» habf marse que constituye hoy la realización más impor-
,1 lo • n buen pie.
Consejo, han sido de notable altura teológica: Lund tante, mejor organizada y más representativa de la
(1952), MontreaJ (1963), Lovaina (1971), Salamanca decidida voluntad del cristianismo dividido por
1 11 t J período preparatorio de la segunda (1973), Acera (1974), Lima (1982), Stavaoger expresar visiblemente la unidad que quiso Cristo
·1 ·n í , William Temple, nombrado poco des. (1985) ... para su Iglesia .
• 11 1 i po de Canterbwy, sucede a Charles Brent
1 lir · · o de «Fe y Constitución». Mientras tan- El CEI es, a la vez, como el resultado de aquel
1 11ndJ do la idea de que es necesaria su fusión 2.2. lAs grandes instituciones viejo sueño del hermano Carey. La idea de convocar
·I m vi.miento paralelo de «Vida y Acción». ecuménicas una reunión universal de todas las Iglesias cristia-
J.n to de 1937 se celebra la conferencia de Ahora mismo existen dos organismos que nas -lo hemos recordado ya en páginas anteriores-
il ur, 41• Tampoco en esta ocasión los delega- impulsan el movimiento ecuménico de manera tiene una larga historia. Si nos atenemos al siglo
11 ·man consiguen la autorización de su especial: el Consejo Ecuménico de las Iglesias y el XX, son conocidas las búsquedas de la conferencia
a istir a esta asamblea teológica. Los Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de Edimburgo (1910), las invitaciones y propuestas
1 1 ·mn tudiados suponen no pequeñas difi- Cristiana. del patriarcado de Constantinopla para formar una
d ·s: 1) gracia de Jesucristo; 2) La Iglesia de «liga de Iglesias» (enero, 1920) o la llamada de los
o I palabra de Dios; 3) La comunión de lo obispos anglicanos reunidos en Lambeth (agosto,
1s; ) La Iglesia~ ministerio y sacramentos; y 5) a) Consejo Ecuménico 1920). Conocemos también los intentos de ((Vida y
1i 11 d la Iglesia en la vida y en el culto. La de las Iglesias (CEI) Acción» y «Fe y Constitución» para llegar a un acer-
1 jld d d lo temas hizo que los delegados se camiento mutuo en orden a la unión orgánica de
1 p i ado , con frecuencia, a anexionar en El Consejo Ecuménico de las Iglesias (en inglés ambos movimientos.
l , i n finales notas aclaratorias o precisio- World Council of Churches, en francés Conseil Oecu-
pücar las propias posiciones dogmáticas. ménique des Eglises) es un organismo sin eqtúvalen- La idea toma cuerpo cuando, tras la celebración
te alguno en la historia del cristianismo 43 • No es una de las Conferencias de Oxford y Edimburgo (1937),
Iglesia, como ciertamente algunos piensan; no es representantes de los movimientos mencionados
una super-Iglesia, ni es la Iglesia del futuro. No es forman el Comité de los Catorce que se reúne en
r 'fnO w, The First World Confe.rence, en A History of tM
mayo de 1938, en Utrecht, y plantea la formación de
(1111ml Movement (1517-1948), o. c., 420-425; G. Thils, His-
' ·rrinal del Movimiento Ecuminico, o. c., 34-42; La Confl• un Consejo Ecuménico de las Iglesias. Un comité
11m 11ique de lAusanne: Poi et Organisation, 1927. Llbrai- provisional sale de Utrecht con el fume propósito de
lib her, Paris 1928. ., W. A. Visser't Hooft, The Genesis of the World Council of
Churches, en A History oftheEcurrumícal Movement (/517-1948), estudiar las cuestiones prácticas para poner en mar-
J' ,11J w, The Second World Conference, en A History of tlu o. c., 697-724; W. A. VtsSer't Hooft, The Gene.sis and Pormation of cha su creación. Dos reuniones tienen lugar en Cla-
r1/ al MovernenJ (1517-1948), o. c., 431-437; G. Thils, His- che World Council of Churche.s. WCC, Ginebra 1982; G. Thils, His-
rrinol del Movimiento Ecuminico, o. c., 42-57; Poi et toria. doctrinal del Movimiento ecuminico, o. c., 79-92. Una exce-
rens (Suiza, agosto 1938) y Saint-Gennain (Francia,
,,t, n. Actes Officiels de la Deu.xieme Conférence Universelk. lente visión del organismo ecuminico de Ginebra en el número enero 1939), que dejan esbozado un anteproyecto
H chbacher, París 1939. monográfico de «Lumih'e et Vie•, n . 162 (1983) 2-103. interrumpido por la declaración de guerra.
Equipos: Infonnación .
Publicaciones/Documentac1ón
GRUPO BASICO SOBRE
Pre idencia del CEI está asegurada por ocho
nlt! rgo ho oríficos- y un secretario COMUNICACIO
qu anima y empuja todas sus actividades.
h han ostentado este cargo: W. A. Visser't
(1 48-1966), Carson .B lake (1966-1972), Phi-
l (1972-1984), Emilio Castr-0 (1984- 1992), y
i Rai er (1992- ). C] Grupo de Dirección del Personal
131
h
El Comité Central y el Comité E¡ecutivo . El pri- so conciliar de Justicia, Paz e Integridad de la C 1,1 unde información acerca d lo qu
mero tiene la autoridad :máxima entre las asam- ción lanzado por dicha asamblea, a través de pn nsejo, de sus numerasas y diferente
'ó • lt'P,
bleas; lo componen ciento cincuenta miembros ele- gramas que se ocupan de cuestiones relativas - Publicaciones y D_ocumentaci n. ni a dt·
gidos por la asamblea que se reúnen una vez al año. justicia, la paz, la integridad de la creación, los d Publicaciones de literatura e UDl . / ,~
El Comité Ejecutivo se reúne más .frecuentemente chas humanos y el racismo. Para ello se realiza . (ENI y T'he Ecum 111 " '
sus dos revistas. W b de la bibli 1 •t ,
(dos o tres veces al año), lo integran unos treinta actividades de estudio y reflexión, de formación d como de la página e Y
miembros y da gran agilidad a las decisiones de la redes y promoción de derechos y de apoyo a la cola- nsejo tiene en Ginebra.
asamblea para que sean tomadas por las Iglesias boración en la acción. Ha desarrollado los progra•
miembros a. niveles locales. mas: Teolog(a de la Vuia: Justicia, Paz y Creación; * Finanzas, Servicios y Administra ·ir .,
Eclesiolog{a y ética; El jubileo y el kair6s de Africa.
Los equipos del Grupo Básico se organizan de la fin · r s h11111,
siguiente manera: - Educación y Formación Ecuménica. Apoya las Coordina los recursos_ dand 1 ·u drl
instituciones teológicas y programa de extensión mento delica o Vl ·'
El, en un .mho d afrontar una not bk n•d11
que preparan a los cristianos al servicio de la misión . enquese a e
* Temas de estudio y acción en todos los continentes. Se preocupa igualmente d ingresos y personal.
la formación de líderes ecuménicos que promuevan fi 111,1 / 11
- Fe y Constitución. Es la herencia directa del Consta de las siguientes Jngrl', a , U
movimiento Faith and Order. Examina las cuestio- el ecumenismo a nivel local y de la formación teoló- Movilización y Control ~ _lo /rll n,u , \' •
nes doctrinales que todavía dividen a las Iglesias y gica de laicos. Huma.nos (personal), Servicw
les presenta el objetivo de la unidad visible en Cris- Informáticos.
t o. Es una de las pocas estructuras del CEI en que * Relaciones
ortodoxos, anglicanos, protestantes y católicos son
mí mbr d pleno derecho. Los tres principios - Relaciones ecuménicas. Encargada de coordi-
r anizad r d su trabajo son: intento de descu- nas las relaciones del CEI con otros organismos ecu-
brir I apa id d de profesar hoy juntos la fe ménicos.
· 1 L li ; l cu rdo obre los métodos comunes
d ' n · ar doptar las decisiones acordadas, y el - Relaciones regionales. Su objetivo es mejorar
l b j njunto para superar las dificultades teoló- las relaciones en la comunidad del CEI para llegar a
i m diff iJes referentes a las ideas de Iglesia, ser una comunidad de Iglesias. Promueve los
mini t ri , autoridad, eucaristía. El Documento de encuentros y la relación entre las Iglesias miembros
ima (1982) es una de sus más logradas realizacio- y los miembros del Consejo en Ginebra.
nes. Ahora, tras las respuestas de las Iglesias, que es - Relaciones y Diálogo .Interreligioso. Promueve y
el momento clave de «recepción», se espera el juicio facilita la relación de las Iglesias con creyentes de
definitivo sobre el significado de Lima para la mani- otras religiones así como del CEI con comunidades
festación de la unidad visible en el bautismo, la y líderes de otras religiones; sigue de cerca la evolu-
eucaristía y en el ministerio. ción de las relaciones entre las religiones y responde
- Misión y Evangelización. Es el brazo mi ionero a cuestiones específica y a situaciones de conflicto
del CEI. Si la «wtidad visible» es «para que el mnn- en las que la religión desempeña un papel impor-
do crea», la importancia de esta comisión es vital. tante.
En 1961 se integró en su seno el Con ejo Misionero - Relaciones Internacionales.
Internacional, que venía siendo el heredero de aque-
lla Conferencia Mundial Misionera de Edim burgo
(1910). * Comunicaciones * Amsterdam, I 948
- Justicia, Paz y Creación . La preocupación por - Información. Su objetivo es dar a conocer y Participan 147 lgles1as · d e 44 paf e '. b,
estos temas ecuménicamente experimentados en la promover la vida y la labor del CEI y del movimien- El des orden del hombre Y el desig,
asamblea de Vancouver (1983) se concreta en este to ecuménico entre el público en general, y en las general : l 1i
Se celebra tras una guerra crue ' en
equipo de trabajo. Su objetivo es promover el Proce- Iglesias miembros en particular. Para ello prepara y
PARACOMPRENDBRBLECUMENISMO 133
western University, de Evanston-Chicago. Partici- el esfuerzo realista de mejorar «la ciudad cristi
pan 162 Iglesias, bajo el tema general: C~to, única de este mundo, propugnado por los teólogos no
esperanza del mundo•~. El malestar es obVIo: el arzo- mericanos.
bispo de Chicago ha prohibido la participación de
los sacerdotes periodistas en la asamblea, existe un Es innegable que en esta Asamblea hay un lo
ambiente tenso producido por la prensa am_e~cana importante: el papel del laicado en el testimo~o
ante las intervenciones de los delegados cnstJanos la esperanza cristiana. Julio de Santa Ana atribu
de países del Este y por el auge del macarthismo y un papel decisivo en este reconocimiento al teól
de las sospechas ante el despotismo stalinista de la católico Yves Congar 50 •
Unión Soviética. Ambas potencias poseen la bomba
de hidrógeno. En un mundo incierto, la asamblea de * Nueva Delhi, 1961
Evanston proclama a Cristo como única esperanza
de la humanidad. Del 18 de noviembre al 6 de diciembre se reún
en el Palacio de las Ciencias Vigyan Bavan, de Nu
Seis secciones trabajan los siguientes temas: va Delhi los representantes de 198 Iglesias cristi -
Nuestra unidad en Cristo y nuestra desunión como nas bajo1 el tema general: Cristo, luz del mundo 51 •
Iglesias; La misión de las Iglesias ante los de fuera; _La la asamblea de Nueva Delhi acuden, por vez prim -
sociedad y sus responsabilidades en el plano mundial; ra, cinco observadores católicos de manera oficial,
Los cristianos en las luchas a f:avor de la comunidad numerosos delegados de movimientos juveniles y
mundial; La Iglesia en medio de las tensiones raciales integran varias Iglesias ortodoxas y el Consejo Inter-
y étnicas; y El cristiano en su vida profesional. nacional Misionero. En Nueva Delhi tiene lugar 1
Se ha dicho que Evanston «sólo secundariamen- ampliación de la base doctrinal del CEI en sentido
te fue doctrinal», pues se centró ante todo en la bús- trinitario.
queda de una palabra de esperanza frente a los gran- La Tercera Asamblea General se celebra por vez
des problemas de la humanidad. Si en Amster~am primera en un país fuera de occidente en el que el
los cristianos se había propuesto «permanecer Jun- cristianismo es minoritario y la mayoría de las veces
tos» en Evanston abogan por «avanzar juntos». importado junto a los colo~dores e~jeros.
Per~ en esta Asamblea, a pesar de todo, se dan cier- Este hecho hizo ser muy humildes a los orgaruzado-
tos desequilibrios: hay una mayoría de representan- res y conscientes a la vez de que estaban en un mun-
tes de las Iglesias de occidente, que en aquel enrare- do que tenía una experiencia bimilenaria de Dios. El
cido clima de ccguerra fría» hace que los cristianos contexto mundial había cambiado de manera nota-
del Este se sientan incómodos; en eclesiología pre- ble: se ha iniciado el deshielo entre el Este y el Oes-
valece la línea «protestante» sobre la «católica» te en Roma corren nuevos aires desde que Juan
-representada esta última por anglicanos y ortodo-
xos-, lo que hace que estos últimos estimen necesa-
XXIII ha anunciado la celebración de un concilio
ecuménico y el ocaggiomamento» parece ser palabra
rio formular una declaración propia en el Informe clave, países de Africa y Asia inician procesos libe-
de «Fe y Constitución»; incluso dentro del protes- radores ...
tantismo aparecen dos tendencias, una primera que
estaría representada por el mayor rigor eva_ngélico y El tema general es trabajado en tres secciones:
por el énfasis en las dimensiones escatológicas de la 1) unidad; 2) testimonio; y 3) servicio. La secci~n
esperanza que aparece en los europeos, y la otra, por primera es de suma importancia en la trayectona
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PARACOMPRBNDERELBCUMENL MO 139
Juan Pablo II, sobre la reforma de la curia rom
(1 marzo 1989), el Secretariado ha cambiado
, ... es necesario entrar plenamente en el contexto de nombre por el de Consejo Pontificio para la Promo
Concilio Vaticano y rendir homenaje a lo que, ción de la Unidad. Cambio que parece ser algo m
objetivamente, da un ejemplo de conducta verdaderamente que una simple transmutación de terminología.
ecuménica, sin dividir de nuevo a la Iglesia. Me refiero a la
disciplina espiritual a la que se someten hoy día los La labor desarrollada por el Consejo Pontifi l
grandes teólogos y ecumenistas católicos. Es ha sido inmensa. Solamente el trabajo llevado
verdaderamente emocionante ver a grandes espíritus cabo para la elaboración del decreto conciliar Unl
teológicos, escrito.res que han dedicado toda su vida al taüs redintegratio bastada. para dar un juicio al
estudio de este problema, criticar, con gran desahogo, a su mente positivo. Después del Concilio Vaticano Il,
propia Iglesia, hacer grandes esfuerzos para romper los fomentado encuentros oficiales con otras Iglesias
moldes y guiarla .hacia una nueva concepción eclesiológica familias de Iglesias en orden a constituir comision
y una nueva presencia en e1 mundo actual, tentarlo todo, mixtas de diálogo; ha creado con el CEI una comi-
escribir sobre todos los temas, oponerse a la tradición sión mixta de trabajo y asegura, desde hace años, 1
romana tradicional, subrayar la falta de pneumatologfa y preparación conjunta de materiales para la celebra-
criticar esta falta con tanta o más virulencia que nosotros, ción de la Semana de Oración por la Uwdad; con 1
exigir una declaración dara y terminante sobre la libertad Alianza Biblica Mundial ha ofrecido normas para la
religiosa... , y, sin embargo, encontrar la fuerza, en nombre traducción ecuménica de los textos biblicos y final-
de la unidad espiritual de su Iglesia, de mirar hacia atrás, mente es notable el trabajo que lleva con respecto al
de volver sobre sus pasos, manifestar su disciplina y, a judaísmo en materia religiosa.
pesar de unas oposiciones irreconciliables, continuar Con referencia a la documentación cabe desta-
siendo fieles a la comunión de su Iglesia ... He aquí un car, en lugar preferencial, el decreto Unitatis redin-
ejemplo que, a los ojos de la ortodoxia oriental, representa tegratio, del Vaticano II (1964); pero además el
una critica frente a todo movimiento centrífugo que divida
a la Iglesia bajo el pretexto de renovarla. La Iglesia no ha
Directorio ecuménico ( 1967 -1970) y su nueva versión
tenido nunca tanta necesidad como ahora de ser renovada de 1993; el texto Reflexiones y sugerencias sobre el
desde dentro, sin ruptura consiguiente, y en esto el diálogo ecuménico (1970); y Úl co/llboración ecumé-
Vaticano Il nos da un ejemplo perfecto». nica a nivel regional, nacional y local (1975).
Nikos Nissiotis
(ortodoxo)
• El decreto « Unitatis redintegratio»
Cuando el Concilio inicia su andadw-a oficial,
todas las comisiones preconciliares -concluido su
los problemas y actividades ecuménicas con otras trabajo preparatori<r dejan de existir. La excepción,
Iglesias; designar observadores católicos para las expresamente querida por Juan XXIII, es el Secreta-
reuniones de esas Iglesias e invitar a sus observado- riado Romano para la Unidad. El hecho habla del
res a las reuniones católicas; ejecutar los textos con- empeño y voluntad decidida del papa para que el cli-
ciliares en lo referente al ecumenismo ... ma y la tarea ecuménica se aseguren en el aula con-
ciliar. ., Para una visión de la géDesis del decreto_Unit
La estructura del Secretariado es semejante a la
de otros dicasterios de la curia romana. Su primer Iniciada la primera de las sesiones del Concilio, atio vé8Se: G. Tbils, El Decreto sobre Ecu~nrsmo
ftilica'no U (Comentario doctrinal). Oesclte, Bilbao l
presidente fue el cardenal Agustín Bea, le sucedió el
también cardenal Johannes Willebrands, y desde
los Padres tienen a su disposición dos textos sobre
ecumen.ismo, uno elaborado por la Comisión Teoló- Nicolau Decreto sobre el ecumenismo (Tato y
tolado de la Prensa, Madrid 1965, 7-15; A. ~~, e
ªº'it
diciembre de 1989 es monseñor Edward l. Cassidy. gica y proyectado para formar parte de .l a constitu- . d ui.s dd Concilio. Ediclons 62, B.u.Yaona
la unión esp 'ó d la reaJ ºdad del •nwirestantls
Un cuerpo de consultores y peritos, de carácter ción De Ecclesia, otro preparado por la Comisión de J Bosch La valoract n e i ,,. - ·r
. . mo: en las intervenciones de los Padres conet U1
internacional, completan este organismo romano. A
partir de la constitución apostólica. Pastor bonus de
las Iglesias Orientales, titulado Ut omnes unum sint.
El Secretariado para la Unidad había trabajado
e::::: Escritos del Vedat VIII (1978) 229-255.
n i da la primera de las sesiones del Concilio, " Para una visión de la. génesis del decreto Unitatis redinte-
gratio, véase: G. Thils, El Decreto sobre Ecumenismo del Concilio
' clr tienen. a su disposición dos textos sob Vaticano JI (Comentario doctrinal). Desdée, Bilbao 1968, 7-31; M.
1 •ni mo, uno elaborado por la Comisión Teol icolau, Decreto sobre el ecwtum.i smo (Te:icto y comentario), Apos- "El Ecumenismo. '/e:do d.el Decreto, notas y comentarios por
pr ectado para formar parte de la constitu- tolado de la Prensa, Madrid 1965, 7-15; A. Bea, El camino hacia un equipo de laicos y de sacerdotes. Mensajero, Bilbao 1966; con-
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:J • i Orientales, titulado Ut omnes unum sínt. ca11ismo' en las intervenciones d.e los Padres concíliares d Vafica- pósito de Unitatis .Redintegratio): Teología Espiritual, n. 101-102
• retariado para la Unidad había trabajado 110 11: Escritos del Vedat VID (1978) 229-255. (1990) 377-405.
/
1
1,lll, COAl/ 1//1,N/1/ 11 / / J t' IIAIIINl::ll,/11 1X7
a su constitución: personal cuando se acentúa la te en la participación real de todos (como en lasco-
unidad y su convocatoria (como en el catolicismo munidades de tipo congregacionalista).
romano), colegial cuando se subraya el carácter re-
presentativo del pueblo (como en la ortodoxia y en - Posibilidad del ministerio ordenado para la
sectores protestantes), comunitario cuando se insis- mujer 16.
Amod
( J 985) 257-273, especialmente en p. 268-270. uniti, en Essais oecumi niques, o. c., 96.
A modo de conclusión
acepta, sin duda, el reto evangélico de la reconcilia- difíciles obstáculos que afectan de 111anc1 ., di
ción 3 • las relaciones interconfesionales.
«Algunos dirán: 'Es imposible'. Recuerdo lo que,
Reconciliación con el sujeto libre de la época en 1938 o 1939, me decía un cardenal francés al que
moderna, reconciliación con la sociedad democráti- había abierto mi alma: 'Bossuet no lo consiguió, ¿se
ca, reconciliación con las sociedades socializadas y cree usted más astuto que Bossuet?'. Estoy, claro es- 1. Algunos retos
con la clase obrera, reconciliación con el mundo de tá, a mil leguas detrás y cien codos por debajo de
la cultura, con las aspiraciones de la mujer y de los Bossuet. Pero no se trata de m.f. Hoy, un pueblo ente- Entre los muchos retos que encucnl 1,, d
jóvenes, con eJ reto inmenso de los más pobres y ro entabla, sobre nuevas bases, el intenumpido diálo- miento ecuménico hay dos de especial 1mw11i
del Tercer Mundo. Pero ]a reconciliación abarcaba, go entre Bossuet y Leibniz. Pero, por encima de todo, primero se refiere a las sectas, el segundo al ,.
quizá por una razón de especial fraternidad, a los creo que hay un personaje que se ha comprometido, mismo.
hermanos cristianos de las otras Iglesias. de un modo nuevo también, el Espíritu Santo. Ade-
más, no se trata de conseguir para mañana o pasado -Las sectas y los Nuevos Movimientos U,•l11
¡Qué utopías más hermosas para ser abrazadas unos resultados que puedan calibrarse a la escala de El fenómeno sectario, analizado cientfftw1111·
por una Iglesia que se dice servidora y pobre y que una victoria confesional. Es algo mucho más hondo. el pasado por los sociólogos, ha interesado 1.1
se define por la diakonfal •. Hemos iniciado un trabajo con dimensión de histo- a los hombres de Iglesia en cuanto s11p1111
ria. Pensando en él, me gusta aplicarle esta frase que amenaza a sus propios fieles. La dimeni;i611 p
En este último tramo del libro no se trata de ha- el cardenal Newman escribió, en noviembre de 1864, tista de la secta ha quitado el sueño a 111(1.,
cer balances. A lo largo de sus páginas se ha inten- a propósito de un tema más circunscrito: 'Mi objetivo eclesiástico. De ahí que las Iglesias se dcfc11•
tado narrar la aventura ecuménica en la que preva- no es conseguir conversiones inmediatas, sino, en la tradicionalmente desenmascarando la idl'II
leció lo imprevisible de Dios. Y ese imprevisible se medida en que un viejo puede hacerlo, .influir sobre los métodos y las creencias de los más c:0111
ha manifestado en la intuición de un hombre o de las maneras de pensar de este país (digamos: del grupos sectarios. Los estudios, a veces muy •
una mujer, en la creatividad de un grupo cristiano, mundo), con los ojos opuestos en un tiempo aún leja- en ocasiones un tanto superficiales, sobre lo.,
no, en el que yo no estaré ya aquí?'» 5• gos de Jehová, los Mormones, etc., han pioltl
en muchas diócesis católicas para contran-cs1
El sentido de este último capítulo es la invita- labor proselitista de tantos grupos no eclesm
' J. M. Rovira Belloso, Significación histórica del Vaticano JI,
en la obra colectiva El Vaticano 11, veirtte años después. Cristian- ción a mantener la esperanza ecuménica, a pesar El desafío, sin embargo, suscitado en lo:
dad, Madrid 1986, 17-42. mos años por algunas sectas especiales y por 1
• Y. Congar, El servicio y la pobreza en la Iglesia . Estela, Bar- mados Nuevos Movimientos Religiosos, qu,
celona 1964. (El título original francés es Pour une Eglise servan- entrado en escena con una fuerza descon<
te et pauvre, mucho más expresivo y, desde luego. salido de la s Y. Congnr, El acercamiento ecumlnico, en Cristianos en did-
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968. W. B. Eerdmans, Grand Rapids 1996. Theologies. Mowbray, Londres 1996.
ATENAGORAS I (1886-1972)
Patriarca de Constantinopla. Junto a Pablo
de las figuras que ha marcado más profundamc
toria reciente de las Iglesias. Obispo de Corfu e
arzobispo de América en 1930. Elegido palrian
nico de Constantinopla en 1948, trabajó con Le•
unidad entre Roma y la Ortodoxia. Son his tóric,
cuentros con Pablo VI en Jerusalén (1964), en
y Roma (1967).
2
Figuras
del ecumenismo
11
mer presidente del Secretariado Romano para la Unidad (J 965). Es director de la revista «Echanges» y preside c-1 ción ecuménica• , que es más tarde prohibido po
de los Cristianos (6 junio 1960). Cardenal de la Iglesia. Centro Bartolomé de las Casas, de Lyon, para la solidarl toridades eclesiasticas. Con un grupo de cristi
dad y los intercambios cuJturales con los pueblos latino,1 Barcelona y despues de haber impulsado el ecu1
BEAUDUIN, Dom Lambert (1873-1960) mericanos. en Valladolid, Salamanca y Madrid, funda el Ce1
ménic de Catalunya, de carácter interconfesionol
Inicia su vida de monje benedictino en la abadía de es presidente. Animador de la Setmana d'orlent,
Mont-César, en Lovaina, donde anima el movimiento li- BIRMELE, André (1949-)
ménica en el Monasterio de Montserrat y de la
túrgico y funda la «Revue des questions liturgiques et pa- Teólogo protestante francés. Profesor de la FacuJtad
roissiales». Profesor en el coJegio de San Anselmo de Ro- de Sant Cugat.
de Teología de Estrasburgo. Desde 1974 colabora en el
ma, ayuda al cardenal Mercier durante las Conversacio- Centro de Estudios Ecuménicos de Estrasburgo, depen-
nes de Malinas. En 1925 funda el monasterio de Amay- diente de la Federación Luterana Mundial. Entre sus BRENT. Charles (1862-1929)
Chevetogne, del que es el primer prior. Crea la revista obras destaca Le Saluc en Jésus-Christ dans les dialogues Obispo de la Iglesia Episcopaliana de los
«Irénikon». ObJigado a abandonar su monasterio en oecum.éniques (1986). Unidos, y motor del movimiento «Fe y Consl
1929, colabora con los dominicos franceses en la funda- (Faith and Order). Organizó la Conferencia de
ción del «Centro de Pastoral Litúrgica» y de la revista «La BOEGNER, Marc (1881-1970) en 1927.
Maison-Dieu». En J 956 se reintegra a Chevetogne como
simple monje. Pastor de la Iglesia Reformada de Francia y miembro
CASALIS, Georges (J 9 l 7-1987)
de la Academia Francesa. Durante años fue también pre-
BEAUPERE, René (1925-) sidente de la Federación Protestante de Francia. Uno de Teólogo francés y pastor de la Iglesia Rcfo1
los pioneros del movimiento ecuménico, en 1948 es elegi- Francia. Fue secretario general de la Federación
Dominico francés, sacerdote desde 195 l. Funda en do como uno de los co-presidentes del Consejo Ecuméni- de Asociaciones Cristianas de Estudiantes, con
1953 y dirige desde entonces el Centro Ecuménico de San co de las Iglesias. Su obra L'exigence oecuménique. Souve- voluntario de la resistencia a los nazis y siemp1 e
Ireneo (Lyon). Es director durante muchos afios de la re- nirs et perspectives (1968) es imprescindible para conocer tico con las derechas políticas y con los conscrvr
vista «Lumi~re et Vie». Ha publicado numerosos artícu- los orlgenes del ecumenismo. las Iglesias. Profesor de la Facultad de Teologí
los sobre la cuestión ecumérúca de los matrimonios mix- tante de París y presidente, basta su muerte, de
tos y La trame de l'oecuménisme (1970). Co-director de los BONHOEFFER, Dietrich (1906-1945) dinadoras de solidaridad Francia-Nicaragua. 1
cursos de Formación Ecuménica Interconfesional (FOI). obras destacan: Lutero y la Iglesia confesante; Pre
Teólogo luterano alemán, pastor de su Iglesia por mo (1976) y Las ideas justas no caen del cielo (
BEHR-SIGEL, Elisabet.h ( 1907-) breve tiempo en Barcelona y conocedor del cristianismo
americano, llegaría a formar parte de la «Iglesia Confe-
Teóloga ortodoxa, nacida en Estrasburgo y profesora CONE, James H. (1938-)
sante• , opuesta a los intentos del Tercer Reich de «nacio-
en el Instituto Teológico de San Sergio (París) y en el Ins- nalizar el cristianismo alemán». Muy activo en el movi- Teólogo negro norteamericano, iniciador de
tituto Católico de París. Ha consagrado parte de sus miento ecuménico durante los afios 30, fue detenido por da «Black Theology•. Es miembro de la Iglesia
obras a la teología y a la espiritualidad ortodoxas, así co- su participación en la resistencia. El 9 de abril de 1945 Metodista Episcopal, y profesor de teología &i·
mo al lugar de la mujer en la Iglesia. Trabajó en el Conse- fue martirizado en un campo de concentración. Dejaba en el Union Theological Seminary de Nueva Yor
jo Ecuménico de las Iglesias. Recientemente ha publica- tras de sí obras teológicas importantes, unas Cartas desde jado por todo el mundo dando a conocer c:;11
do Le ministere de la femme dans l'Eglise. la prisión con gran influencia durante años, y el testimo- «teología de la liberación». Ejerce enorme iníl1
nio de una vida responsable de cara al mundo. la teología de A.frica, y especialmente en la su
BERDIAEFF, Nicolás (J 874-1948) Sus libros han sido traducidos a n umerosos
Filósofo ruso, tras una experiencia marxista, vuelve a BOTAM, Joan (1926-) Black Theology and Black Power ( 1969); A Blac
la Iglesia ortodoxa. En l 922 es expuJsado de la Unión So- o{ Libera/ion (1970); God o( the Oppressed ( 197c
Capuchino catalán, se le conoce como Salvador de les People (1984); Speaking the Truth (1986); Marti11
viética y vive en Clamart hasta su muerte. Colabora en el
Borges desde su entrada en el noviciado. Es pionero del colm and America (1991).
movimiento ecuménico y es notable su obra Problemas de ecumenismo en España. Ordenado sacerdote en 1951. es-
la reunificación cristiana.
tudia en las universidades de Salamanca y en la Grego-
CONGAR, Yves (1904-)
riana de Roma donde consigue el doctorado en teología
BIOT, Franyois (1923-) (J 955). Divulga en Cataluña la Oración universal por la Dominico francés. Pionero, por parte cat
Dominico francés, ha publicado diferentes obras de unidad de los cristianos según la formula de Paul Coutu- ecumenismo doctrinal. Quizá uno de los teó
interés ecuménico: Comunidades protestantes (1959); De rier, con el «imprimatun de monseñor PonL i Gol. Simul- han tenido más influencia en los campos de la
La polémique au dialogue (1963) y En route vers l'un.ité táneamente publica el boletln «Orientación e informa- gía, ecumenismo, y teología de los seglares en r
de Buenos Aires. 1-fa sido delegado en algunas de las Laico, de origen escocés, estudió teología en Edim- miento de Oxford.
Asambleas del Consejo Ecuménico de las Iglesias. Ha pu- burgo_ Hombre muy práctico, colaboró estrechamente en
blicado, entre otras obras, Polémica, diálogo y misión la preparación y celebración de la Conferencia Misionera ROUX, Hebert (1902-)
(1967); Integración humana y unidad cristiana (1969); Mundial de Edimburgo (1910).
Cuestiones eclesiológicas fundamentales. Punto de vista Pastor de la Iglesia Reformada ele F1.,111 1.,, e
protestante (1982). Es coeditor del Dictionary of the Ecu- PABLO VI (1897-1976) durante años de las relaciones con el L,1111111 1•.111•
menical Movement (1991). te de las Iglesias protestantes fram.1·"" 11., p11l 1
El papa del cüálogo. Su pontificado está simbolizado Concile et le dialogue oecumé11iq1JI' ( 1•lt,,I l y O
por la feliz terminación del Concilio Vaticano II y por la promesse du Vatican ll ( 1967).
MOTI, John Raleigh (1865-1955) primera época del posconcilio. Sus encuentros con el pa-
triarca Atenágoras en 1964 y 1967 forman un hito en la
Laico metodista norteamericano. Desde muy joven historia ecuménica. Su encíclica Ecclesiam suam (1964) ROUSE, Ruth ( -1956)
asume grandes responsabilidades. Presidente del YMCA, es la encíclica del diálogo. Una de las pioneras del n10virnii-11l11 ..,~,1111111
presidente del Consejo Internacional de Misiones, funda-
bajó muchos años por la causu c.k 111 1111i,l,1d
dor y presidente de la Federación Universal de Estudian-
tes Cristianos. Llevó una labor intensa por numerosos
PAPANDREOU, Damaski.nos (1936-) Mott. Presidenta de la YWCA dt· 111 lit 11 10·1
países despertando la idea misionera y ecuménica, siendo Obispo ortodoxo griego, metropolita de Suiza y exar- publica su The World's Studcnt C/111\/11111 /'r,,/111
su mejor éxito ñla Conferencia Misionera Mundial de ca de Europa. Ha presidido el Centro Monástico Ortodo- coeditora, con el obispo anglict1no :-.tq1hrn Ch
xo de Taizé, y fue director del Centro Ortodoxo del Pa- la monumental obra A Histo,y 11/ 1l11· h ,,,,,,.,,,,
Edimburgo (191 O). Uno de los cinco presidentes, y el sólo
laico, del Comité provisional del Consejo Ecuménico de triarcado Ecuménico en Chambésy (Ginebra)_ Autor de ment (1517-1948) . SPCK, Lomht·~ 111hl
las Iglesias. Diálogo teológico. Una perspectiva ortodoxa (1986).
RUETHER, Rosemary
PORTAL, Fernand (1855-1926)
NEILL. Stephen (1900-1984) Profesora de teología en el Sr111111n1 i(, ' I (lU
Sacerdote francés, precursor del ecumerusmo en la Evanston-Chicago. Una de las prnln>'-"'"""'' ilr
Obispo de la Iglesia anglicana y miembro de la Aca- Iglesia católica, con gran influencia en pensadores como
demia Británica, ha desempeñado importantes cargos en gfa feminista y de la liberación l la t'« .I Ílt.• .S
Jean Guitton y Marce! Légaul. Desde 1889, amigo de God-Talk. Toward a Femimst l l,e,,l11p· ( 1{i
el Consejo Ecuménico de las Iglesias. Ha publicado va- Lord Halifax, con quien emprende la celebración de las
rios libros con resonancia ecuménica, Men of Unity Church. The Theology and Practwr 11/ ,,.,,1i11
Conversaciones de Malinas, bajo la presidencia del carde- Communities (1986).
(1960); El Anglicanismo (1964), y La Iglesia y la unión nal Mercier.
cristiana (1965).
POTTER, Philip (1921 -) SANCHEZ VAQUERO, José (1924)
NEWMAN, John Henry (1801-1890) Sacerdote salmantino, crea en 11111) d t:lll:I
Antillano de raza negra, ha dedicado su vida entera al
Una de las más grandes figuras del anglicanismo del movimiento ecuménico. Estudia teología en Jamaica y en tal, que Juego se convertirá en el C:r,1/111 l ]tlilll
siglo XIX. Sacerdote de tendencia anglo-católica, estudio- Londres, y es enviado como observador juvenil a la XXIII, de Salamanca. Fue profe~m tlr lc',-,lo1tÍ!•
1
so de la patrística y de la historia eclesiástica, es el alma Asamblea General del CEI, celebrada en Amsterdam ecumenismo en la universidad de ,11 , 1111lu,I 1
del Movimiento de Oxford. Pasa a la Iglesia católica en (1948). Tras unos años como pastor metodista en una colaboración con Antoruo Andrés y 011, •8 ít11t,11
1845. Dentro de grandes incomprensiones y calumnias, es- iglesia de Haití, es presidente del Comité .Juventud• del nismo. Manual de formación ecw111•111, 11 11v'/ 1]
cribe su admirable Apologia pro vita sua (1883). Es un es- organismo de Ginebra. Presidente también de la Federa- ¡Cristianos, reconcüiaos! Salama11ra ,W 1111út 1
critor espiritual, poeta y teólogo con enorme influencia in- ción Mundial de Estudiantes Cristianos y director de la nismo.
PARACOMPRENDERELECUMENISMO 221
CENTRO ECUMENICO TADDEIDE COMITE CRISTIANO JNTERCONFESIONAL
que se dedica a la causa de la reconciliación cristiana. La
comunidad religiosa había sid o fundada en Graymoor DE ESPA&A
La «cittadella ecumenica Taddeide• está emplazad11
(Nueva York), en 1898, por el P. Paul Wattson, presbítero En la España del inmediato pasado no hobfa
al norte de Roma, en Riano, a la altura del km. 25 de 111
de la Iglesia episcopaliana. En 1908, inauguró el Octava- estatal Flaminia. Es un centro de plegaria, estudio e i11 da fácil la convivencia entre los cristianos de di
rio por la Unidad Cristiana, y poco después entraba, con formación sobre el diálogo entre cristianos. Posee una bi Iglesias. Por ello parecía necesario «entablar un
varios asociados, corporativamente en 1~ Iglesia católica. blioteca especiali7.ada y edita una importante revista permanente sobre los problemas que tienen plr
EJ Centro Pro Unione, situado en la cén trica Piazza Na- mensual de tipo ecuménico, dirigida por los miembros dr las distintas Iglesias y confesiones cristianas de 1
vona, dispone d e una biblioteca interconfesional muy nu- la sociedad fundada por monse.ñ or Giulio M. Pe.n itenti Con ocasión de la visita a Madrid del P . 1Iame1,
trida y desarrolla en sus varias aulas un intenso progra- (1912-1978) en 1944, centrada en el apostolado de la
tificio Consejo para la Promoción de la Unidad
ma ecuménico a través del curso escolar. Ha publicado un Comité Cristiano Interconfesional, en febrero
unión cristiana.
un Directorw ecuménico (Ecumenism around the World) El Centro Oriental de la capital española reunió
con información puesta al día de los centros e institutos lla ocasión a las jerarquías y representante:. de l
ecuménicos d el mundo. CENTRO UNIDAD CRISTIANA católica, de la Iglesia reformada episcopal, de 1
Centro interconfesional de Lyon (2, rue Jean Carries), evangélica española, así como bautistas, Jlern
creado en 1954 bajo el impulso del cardenal GerHer y an- Plymouth, luteranos, anglicanos, ortodoxos. No
CENTRO ECUMENICO DE LA RECONCILIACION grupo mixto del comité. En enero de J 969 se ,
te las peticiones de los discípulos del P. Couturier y del
mismo Visser't Hooft, entonces secretario general del las bases. Comienza una larga trayectoria de tra
Es un centro de carácter interconfesional que se halla ménico y de comprensión mutua que continúa l1
en Figueira da Foz (Portugal). Inaugurado en junio de Consejo Mundial de las Iglesias. Su objetivo era y es con-
1969, intenta cumplir los objetivos de toda institución tinuar y desarrollar la labor d el ecumenismo espiritual
ecuménica. Sus miembros pertenecen a las Iglesias meto- iniciada por Couturier. Con «Fe y Constitución• , redacta . coMPREHENSIVENESS»
dista, presbiteriana y católica de Portugal. los textos para la Semana de la Unidad; publica una re- Término inglés que designa la amplitud dt
vista trimestral, • Unité Chretienne• (originalmente «Pa- de la comunión anglicana, permitiéndose m u
ges Documentaires•), que mantiene un buen equilibrio unidad y cohesión entre las diferencias - a veces
CENTRO ECUMENICO SAN NICOLA entre la especialización y la divulgación ecuménica. Sus nunciadas- que cohabitan en su seno. Recuérd~
miembros imparten, en la Faculta d de Teología de Lyon, el anglicanismo existen tres tendencias: cot
El Instituto de teología ecuménico-patristica (greco- cursos sobre ecumenismo. Los visitantes son acogidos en
bizantina) de San Nicola pertenece, como sección espe- Iglesia), liberal (Iglesia Ancha), y la protestan
la «Maison Abbé Couturier». El P. Pierre Micbalon es di-
cial, a la facultad de teología de la Pontificia Universidad rector del centro. Baja).
de Santo Tomás de Roma. Desarrolla actividad ecuméni-
ca desde 1969 y está regentado por los dominicos italia- CONCil..IARlSMO
nos. Localizado en Bari, es un lugar ideal para el encuen- CESAROPAPISMO
Teoría que atribuye a los concilios el pode
t ro entre ortodoxos y católicos. Su biblioteca posee Régimen político-eclesiástico que permite al poder ci- en la Iglesia, al margen de la autoridad papal.
17.000 volúmenes especializad os y edita una revista de vil controlar estrechamente a la Iglesia.
alto nivel cienúfico: «Nicolaus».
coNFESION DE FE
COLEGIALIDAD Formulario que contiene resumidos los 1
CENTRO DE SAN IRENEO En un sentido amplio, es el carácter corporativo de artículos de la fe. El término es empleado en Ir
Fundado en 1953 por el dominico René Beaupere. los apóstoles (LG 19, 22) y el de todos los obispos que darles luteranas y calvinistas especialmente. Lo
Los principales servicios que el centro ofrece son los fre- forman un colegio episcopal cuyo presidente es el obispo les datan del siglo XVI.
cuentes oficios católicos, anglicanos y ecuménicos cele- de Roma (LG 22). El concilio ecuménico ha sido la forma
brados en la capilla, en la atención que presta al proble- más plena de la colegialidad episcopal a lo largo de la CONGREGACIONALISMO
ma de los matrimonios mixtos con su prestigiosa revista historia. La actual eclesiología de la comunión ha venido
a equilibrar aquella otra que se había desarrollado a par- Régimen eclesiástico que enfatiza la con
trimestral «Foyers Mixtes», y en los cursos por corres- cal, a la que da toda la autoridad cristiana. l
pondencia, FOI, de formación ecuménica. La biblioteca tir de la idea de una monarquía papal, y a corregir la fal-
sa idea de que la a utoridad del obispo proviene del papa. dencia de la comunidad local es la característi,
ecuménica está especializada en protestantismo francés. tacada. Se distingue radicalmente del epis
Programa anualmente diferentes peregrinaciones y viajes Los obispos no son delegados papales en sus diócesis,
son miembros de un colegio de hermanos en el episcopa- pues rechaza toda autoridad supracongregac
ecuménicos. Está situado en Lyon (2 place Gailleton
es la que posee el obispo en muchas deno
[Francia]). do.
1978) e n 1944, centrada en el apostolado de la Con ocasión de la visita a Madrid del P. Hamer, del Pon- nerse a cualquier manifestación inspirada en las refor-
1 l l tst inna. tificio Consejo para la Promoción de la Unidad, se creó mas protestantes o anglicanas del siglo XVI. Estas reac-
un Comité Cristiano Interconfesional, en febrero de 1968. ciones, dentro de un clima de intolerancia y polémica,
El Centro Oriental de la capital española reunió en aque- han mantenido alejados a unos cristianos de otros duran-
IHJ UNIDAD CRISTIANA lla ocasión a las jerarquías y representantes de la Iglesia te siglos, hasta que el movimiento ecuménico ha venido a
111111 irttcrconfesional de Lyon (2, rue Jean Canies), católica, de la lglesia reformada episcopal, de la Iglesia crear un nuevo clima.
, t •11 1954 bajo el impulso del cardenal Gerlier y an- evangélica española, así como bautistas, Hermanos de
¡wt le iones de los discípulos del P. Couturier y del Plymouth, luteranos, anglicanos, ortodoxos. Nace así el
grupo mixto del comité. En enero de 1969 se aprueban CUAQUEROS
1 V1%cr't llooft, entonces secretario general del
111 M11ndiaJ de las Iglesias. Su objetivo era y es con- las bases. Comienza una larga trayectoria de trabajo ecu- Miembros de la «Sociedad de amigos» fundada por
Y d,•,an ollar la labor del ecumenismo espiritual ménico y de comprensión mutua que continúa hasta hoy. George Fox (1624-1691) en Inglaterra, durante el siglo
1,, 1101 Couturier. Con «Fe y Constitución., redacta XVII, que se oponen a toda forma de ritua]jsmo en el cul-
trn, por.1 la Semana de la Unidad; publica una re- «COMPREHENSIVENESS• to cristiano. Han sido grandes benefactores de la huma-
111wstml, • Unité Chretienne» (originalmente «Pa- nidad.
Término inglés que designa la amplitud del espíritu
'l urnentoires»), que mantiene un buen equilibrio
de la comunión anglicana, permitiéndose mantener la
1 rspccialización y la divulgación ecuménica. Sus DARMSTADT
unidad y cohesión entre las diferencias -a veces muy pro-
, º " imparten, en la Facultad de Teología de Lyon, nunciadas- que cohabitan en su seno. Recuérdese que en Comunidad religiosa luterana fundada en 1947 porla
~oln l" ecumenismo. Los visitantes son acogidos en madre Basilea Schlin.k, en Darmstadt, entre Frankfurt y
el anglicanismo existen tres tendencias: católica (AJta
1M111 Abbé Couturier». El P. Pierre Michalon es di- Heidelberg. Ha llegado a ser un centro de peregrinación
11•1 t·cntro. Iglesia), liberal (Iglesia Ancha), y la protestante (Iglesia
Baja). interconfesional. Se distingue por su oración bíblica y
ecuménica y por sus festivales con representaciones escé-
OJ>APISMO nicas y musicales de gran belle.z a religiosa. Las «Herma-
CONCILIARISMO
nas de María» se reúnen tres veces al día en la capilla,
111u•n polrLico-eclesiástico que permite aJ poder ci- Teoría que atribuye a los concilios el poder supremo
1 ulrn c.!.t rechamente a la Iglesia. guardan los silencios monacales, y su oración está cen-
en la Iglesia, al margen de la autoridad papal. trada en el sufrimiento de Jesús y en la unión de las Igle-
sias. Su espíritu ecuménico tiene en cuenta de manera
íAr IDJ\D CONFESION DE FE especial a los hermanos judíos que tantos horrores pasa-
ron en Alemania durante la II Guerra Mundial.
111 sentido amplio, es el carácter corporativo de Formulario que contiene resumidos los principales
toles (LG 19, 22) y el de todos los obispos que artículos de la fe. El término es empleado en las comuni-
111 colegio episcopal cuyo presidente es el obispo dades luteranas y calvinistas especialmente. Los principa- DENOMINACION
1 (LC 22). El concilio ecuménico ha sido la forma les datan del siglo XVI. En el mundo anglosajón designa cualquier familia re-
m de lo colegiaJjdad episcopal a lo largo de la ligiosa del cristianismo, ya sea Iglesia, comunión, socie-
1r1 actual eclesiología de la comunión ha venido CONGREGACIONALISMO dad o secta.
1at aquella otra que se había desarrollado a par-
idea de una monarquía papal, y a corregir la fal- Régimen eclesiástico que enfatiza la comunidad lo-
cal, a la que da toda la autoridad cristiana. La indepen- DEUTEROCANONICOS
1'" tfuc la autoridad del obispo proviene del papa.
ilOS no son delegados papales en sus diócesis, dencia de la comunidad local es la característica más des- Término que designa los libros cuya admisión en el
1hros de un colegio de hermanos en el episcopa- tacada. Se distingue radicalmente del episcopalismo, canon de la Biblia es discutida. Los ortodoxos y católicos
pues rechaza toda autoridad supracongregacional como los incluyen, mientras que protestantes y anglicanos los
es la que posee el obispo en m uchas denominaciones ponen a parte.
' ele su reino. Resurrección de los muertos y juicio tecostés, que aparece también en la «renovación carismá- eclesiásticas, entre las que destaca la Oficina del Consejo
tica» de nuestros días. Ecuménico de las Iglesias para América.
carismático que se manifiesta en el hablar en cado en un edificio de diecinueve pisos que ocupa toda
una manzana, a la altura de las calles 119 y 120, de la MALINAS, CONVERSACIONES DE
·xtral'las y en el balbuceo de palabras ininteligi-
t•I 0n de alabar a Dios y anunciar al mundo sus parte oeste de Manhattan (Nueva York). Financiado por Encuentros entre teólogos católicos y anglicanos que,
1s indecibles. Fue una de las experiencias de pen- J. D. Rockefeller, jr. La ceremonia de dedicación tuvo lu- bajo la presidencia del cardenal Mercier, se celebraron en
gar el 29 de mayo de 1960. Alberga 31 organizaciones el arzobispado de Malinas (Bélgica) desde 1921 a 1925.
230 PARACOMPRENDERELECUMENJSMO
1, pof1,es de Europa y mantienen intercomunicación
lw, Iglesias a nglicanas. Se consideran parte integran-
.¡ «cntolicismo» de tradición episcopal.
1 Y ACClON
31
3.2. Los interlocutores del diálogo intercc
g) Iglesias bautistas................................. .. 72 • La aportación anglicana ................... 120
a) Iglesias ortodoxas de rito biznnti
h) Iglesias congregacionales .................... . 73 • La aportación ortodoxa..................... 121
b) Iglesias coptas ............................. .
i) Iglesias metodistas ................................ 74 • La aportación católica....................... 122
e) Comunión anglicana ................. ..
j) Iglesias adventistas ............................... . 75 d) Dos movimientos específicos............... 124
d) Federación Luterana Mundial ...
k) Comunidades pentecostales ................. 77 • Vida y Acción ..................................... 124
e) Alianza Reformada Mundial ... ..
1) Comunidades de los cuáqueros ............ 78 • Fe y Constitución............................... 126
f} Metodismo .................................. .
2.2. Las grandes instituciones ecuménicas.... 127
2. Rafees de las divisiones .................................... .. 80 g) Pentecostales ...............................
a) Consejo Ecuménico de las Iglesias...... 127
2.1. La ruptura entre Roma y Constantinopla 81 h) 'Jradiciones cristianas divcrMl'i
• Naturaleza del CEI............................ 128
a) Faclores políticos ................................. . 81 i) Consejo Ecuménico de los lplc•.i,
• La base doctrinal ............................... 128
• Bizancio, capital del imperio ............ 81
• La pertenencia confesional ............... 129
• Penetración de los pueblos bárbaros • Organización...................................... 130
y la invasión musulmana ................ .. 83
• Etapas de la vida del CEI a través de
b) Factores culturaJes y geográficos ....... . 83 sus asambleas generales................... 133
c) Factores eclesiásticos y doctrinales ... .. 84 b) Consejo Pontificio para la Promoción
2.2. La ruptura en la Iglesia de occidente .... .. 86 de la Unidad.......................................... 139
a) Tesis tradicional: los abusos de la Iglesia 86 • El decreto Unitatis redintegratio ....... 140
b) Lectura política y nacionalista .......... .. 87 • El Directorio ecuménico (1967-1970) 144
c) Lectura economicista .......................... . 88 • El Directorio ecuménico (1993) ....... 145
d) Lectura religiosa y teológica............... . 89 • Reflexiones y sugerencias en tomo al
diálogo ecuménico (1970) ................ 146
3. Mantenimiento de las divisiones ..................... .. 91 • La colaboración ecuménica a nivel
3.1. La polémica ........................................ 91 regional, nacional y local (1975)...... 147
a) La polémica entre orientales y occiden- 3. El ecumenismo en la base................................. 149
tales ...................................................... . 92
3.1. La Comisión o delegación diocesana de
b) La polémica entre católicos y protes- ecumenismo ............. ..... ............................ 149
tantes .................................................... . 94
3.2. El Centro ecuménico................................ 150
3.2. La costumbre ............................................ 96
3.3. El eurocentrismo .................................... .. 98 4. Hacia la verdad plena ........................................... 153
l. Unidad en la verdad ........................................... 153
3. El don el Espíritu y las instituciones ecuménicas 101
J. El don del Espíritu ............................................ . 102 2. Problemas doctrinales entre las Iglesias........... 156
1.1. La tolerancia ante los otros .................... . 103 2.1. El concepto de «Iglesia»........................... 156
2.2. Los ministerios cristianos ........................ 160
1.2. La misión con los otros .......................... .. 106
2.3. El ministerio de la unidad ....................... 163
1.3. La plegaria junto a los otros .................... 108
2.4. El papel de Maáa en la historia de la sal-
2. Las instituciones ecuménicas ............................ 113 vación......................................................... 167
2 .1. Los oágenes ............................................ .. 114 2.5. La intercomunión..................................... 170
a) El asociacionismo cristiano ................ . 115 3. Diálogo teológico y documentos interconfesio-
b) El movimiento misionero ................... . 117 nales .................................................................... 173
e) Aportaciones confesionales ................ .. 119 3.1 . Características del diálogo intereclesial .. 174
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