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EL MATRIMONIO

NECESITA LA
INTUICION DE
ELLA Y EL
DISCERNIMIENTO
DE EL.
El que la
serpiente
engañara a Eva,
el Apóstol no esta
expresando
desprecio
machista contra
la mujeres, como
muchas
feministas
podrían afirmar .
La verdad de fondo
es que todo hombre
necesita reflexionar
que debe escuchar a
su esposa, quienes
son naturalmente
intuitivas, pero las
esposas no deberían
dejar de apreciar el
discernimiento que
Dios ha dado a los
esposo ni rechazar su
consejo .
En vez de
escuchar a Adán,
Eva orquestó las
cosas y logró que
adán la
escuchara a ella,
aunque el tenía
mayor
conocimiento.
Debemos retornar al
equilibrio bíblico. Esposos
y esposas se necesitan unos
otros.
Las esposas no deben tener
un concepto elevado de su
discernimiento natural y
de su intuición.
Todos podemos ser
engañados, pero las
mujeres necesitan
considerar algunas áreas
donde la serpiente sigue
engañándolas sutilmente
hasta hoy día.
Una de las áreas en
que las mujeres
deben evitar seguir
siendo engañadas
incluye «las críticas»
de muchas esposas
en cuanto a que sus
esposos fallan en dar
alternativas
espirituales a la
familia.
Las convicciones de una
esposa, no afirman si tienen
o no razón, la verdad del
corazón la tiene Dios.
Algunas esposas juzgan con
desprecio a sus esposos
hiriendo el corazón de Dios.
El espíritu despectivo y
crítico no es la manera de
ganar a su «desobediente»
esposo para sus
convicciones.
Dios insta a las esposas a
tener una «conducta
respetuosa»

1 Pedro 3:1-2: «Igualmente


ustedes, mujeres, obedezcan a
sus maridos. Si alguno de ellos
se opone a la Palabra, será
ganado por la conducta de sus
mujeres mejor que por
discursos,
pues les bastará ver su modo
de ser responsable y sin
reproche.»
Aunque a las
esposas le duela el
corazón por sus
convicciones
frustradas. Muchas
van a respetarlos
cuando se
reafirman y llevan a
cabo los deseos de
sus esposos.
Muchas tienen la base de
pensamiento que su esposo
es responsable pero ellas
poseen la autoridad.
Hay una pretensión de
superioridad moral. Se
enfocan demasiado en
resaltar los defectos,
flaquezas y errores de sus
esposos.
Algunas llegan a pensar que
son mejores que el y que el
necesita cambiar.
En algunos matrimonios las
esposas creen que no pecan.
Otras reconocen que
reaccionan mal por las
fallas de sus esposos en ser
afectuoso o por perder la
paciencia con los hijos.
Admiten malos hábitos y
actitudes erróneas. Los
descartan como si fueran
desequilibrios químicos,
problemas hormonales, o
disfunciones heredadas.
Otras cosas que la llevan a
no admitir sus fallas, se dan
cuando atrapa a su esposo
viendo pornografia o
permitiéndose un exceso en
el alcohol.
A las esposas les cuesta
aceptar sugerencias de
cosas que necesitan cambiar
o corregir, aunque el esposo
sea amable y diplomático al
sugerir que necesita hacer
una corrección para evitar
dañarse a si misma o a los
demás, es silenciado
rápidamente
Ella se ofende, se hiere, y
se enoja por su
evaluación. El esposo es
acusado de no tener
compresión, ni
compasión el no tiene
derecho a hablar.
1 Juan 1:8 «Si decimos
que no tenemos pecado,
nos estamos engañando a
nosotros mismos, y la
verdad no está en
nosotros».
En muchos matrimonios
las esposas descartan con
facilidad las percepciones
y sugerencias del esposo
por pensar que no las
necesitan o que el no
tiene derecho a dárselo.
En conclusión han de
buscar el consejo o guía
divina, basadas en la
verdad de la palabra del
Señor.

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