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• El litio tiene gran capacidad para ceder los electrones de su última capa,
además, es el sólido menos pesado y el catión Li+ es el catión más móvil. Esto lo
hacía un candidato perfecto para el desarrollo de las baterías recargables.
• El litio metálico se utilizaría como ánodo, de manera que era necesario encontrar
un cátodo. El estudio de la conductividad en sólidos iónicos llevó la búsqueda
hacia un material que fuera capaz de acomodar iones Li+ en su estructura.
• Se utilizó el disulfuro de titanio (TiS2), cuya estructura hexagonal permitía que los
iones de Li+ se intercalaran en su estructura por un proceso de inserción-
desinserción, resultando una estequiometría LixTiS2 (0 < x ≤ 1), de manera que
los iones Li+ se intercalaban en los huecos octaédricos interlaminares.
• Como electrolito se utilizó el LiPF6 en carbonato de propileno. La reacción que
transcurre es completamente reversible:
xLi + TiS2 LixTiS2
• Esta batería proporcionaba una fuerza
electromotriz de 2.5 V.
• Se observó que estas baterías tenían
riesgo de explosión por la
acumulación de Li+ en el electrodo
negativo, que se expandía hasta
conectar ambos electrodos. Tras esto,
se empezó a estudiar un sistema de
batería en el que ambos electrodos
fueran capaces de acomodar iones
Li+.
2. BATERÍA DE JOHN B. GOODENOUGH
• https://www.nobelprize.org/prizes/chemistry/2019/press-relea
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