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Tecnicas NIÑOS Desobedientes Charla
Tecnicas NIÑOS Desobedientes Charla
Vicente de Paúl
TÉCNICAS PARA
PADRES DE NIÑOS
DESOBEDIENTES
En el caso de los niños con algún trastorno, como el Trastorno por Déficit de
Atención, los trastornos de conducta o de la personalidad, es éste el que
causa la desobediencia.
Conductas que queremos modificar:
Luis, 4 años. Se tira al suelo y se pone a llorar cuando le digo que no a algo.
María, 10 años. Cuando tiene que hacer los deberes, tengo que repetírselo por lo
menos 10 veces hasta que se pone a hacerlos.
Iván, 8 años. Cuando vienen sus primos a casa, siempre “monta el
número” a la hora de merendar.
Julia, 6 años. Pega a su hermana pequeña cuando ésta entra en su
habitación o cuando coge sus juguetes.
Pablo, 5 años. Habitualmente tarda más de una hora en cenar.
Andrés, 9 años. Juega al balón en casa cuando no le vemos y siempre acaba
rompiendo algo.
Raquel, 7 años. Nunca recoge sus juguetes si yo no estoy pendiente.
Pedro, 11 años. Cuando llega la hora de apagar la consola se queda literalmente
pegado a ella y siempre acabamos discutiendo.
¿Qué haremos con el niño
desobediente?
Los niños pequeños necesitan recibir recompensas y castigos
por todos sus comportamientos. Es decir, menos discursos y más
consecuencias. NO SIRVE RAZONAR.
En lugar de….
Observando a los niños, nos damos cuenta de que algunas conductas, como
las rabietas, la desobediencia o los problemas con las comidas sólo se
producen:
1. Ignorar las conductas inadecuadas del niño, evitando, de esta forma, reforzar
los comportamientos negativos.
¿Cómo hacerlo?:
Si el niño se levanta constantemente cuando está haciendo los deberes.
Si el niño lloriquea continuamente.
Si está jugando con la comida.
Cuando el niño tiene hermanos o hay otros niños presentes, podemos dirigir
nuestra atención hacia los niños que se están portando bien para que quiera
imitarlos.
Por ejemplo, una mañana vemos que nuestra hija se ha hecho la cama, y al
encontrárnosla en el baño peinándose le decimos “muy bien, cariño”.
Por ejemplo: Para un niño ver la tele 15 minutos más antes de acostarse puede ser un
premio y para otro no. Para un niño que come muy mal escoger la cena del sábado es
un premio y para otro que come de todo no tanto.
Variarse con cierta frecuencia, para evitar la saciación, es decir, que el niño
se canse de recibir siempre los mismos premios.
Podéis anotar el tiempo que duran las rabietas o las quejas, o contar las veces que
se producen, para así comprobar los progresos que se hacen.
Con el castigo no se logra que el niño aprenda una conducta más adecuada, sólo hace
desaparecer o reducir una conducta problema. Enseña lo que no se debe hacer en lugar de lo
se debe hacer. Por ejemplo, Marta, de 3 años, se sube a una silla para coger un vaso y su madre
la castiga porque la silla se tambalea y la niña se cae al suelo.
Si se castiga demasiado, el niño puede aprender a engañar, a “escurrir el bulto” para escapar
del castigo.
Puede generar miedo en el niño. El objetivo no es que el niño tema a sus padres, sino que les
respete y les obedezca.
Sólo funciona cuando está presente el que castiga. Cuando nos vayamos el niño encenderá la
tele o la consola.
Cuando se usa el castigo muy a menudo pierde eficacia. Niños están eternamente castigados,
siempre y a todo.
El castigo no debe considerarse necesariamente bueno o malo. Los expertos
no están en contra de su aplicación. Están a favor de un uso eficaz del castigo.
Dado que el castigo es, a veces, innecesario, la cuestión es cómo y cuándo emplearlo.
“Estás castigado sin tele, sin consola y sin ordenador durante todo el mes”.
“No volverás a usar el ordenador hasta los 35”.
“Estoy tan enfadada que ahora mismo no sé lo que voy a hacer contigo…te
diré tu castigo más adelante, tengo que pensármelo”.
“Estás castigado hasta nuevo aviso”.
“¡Verás cuando llegue tu padre…!”
¿Cuándo castigar?
El castigo debe ser realista, debe ser algo que el niño pueda cumplir (p.ej.
niño que no es capaz de estarse quieto más de 10 minutos, castigarlo con
estar sentado toda la tarde en su escritorio) y que nosotros seamos capaces
de hacer cumplir (“pobrecito, lleva toda la semana sin postre”).
¿Cómo castigar?
Debe ser proporcionado al mal comportamiento. No se pueden castigar de la misma
forma pequeñas faltas (como no hacer la cama o no recoger los juguetes) que las faltas
graves (como pegar al hermano o romper un mueble de la casa).
Debe ser lo más corto posible y debe tener un final claramente establecido. De
nada sirve castigar sin consola durante un mes o de forma indefinida, el niño habrá
olvidado en ese tiempo por qué está castigado.
¿Cuándo aplicarlo?
Cuando la conducta inadecuada sea seria o peligrosa para el
niño o para los demás.
Es más eficaz en niños mayores y adolescentes.
¿Cómo se aplica?
El privilegio debe ser algo que se pueda negar EN ESE MOMENTO al niño.
Hay que cambiar los privilegios que se suprimen con cierta frecuencia, para
que la técnica no pierda eficacia.
EL “TIEMPO FUERA” O MANDAR AL NIÑO
AL RINCÓN
Ejemplo: estoy jugando a las construcciones con mis hijos y Adrián no deja de “chinchar” a
Miguel.
Por ejemplo, puede acumular estrellas en una gráfica por hacer sus deberes cada
día. Después podrá cambiar esas estrellas por premios.
El arte de ser padres. Miguel Ángel Conesa Ferrer. Editorial Edaf. 1997
Niños desobedientes y otros problemas de conducta. Problemas
habituales. Niños de 3 a 12 años. Jesús Jarque García. Editorial
Gesfomedia. 2008
Recetas para educar. Carolyn Meeks. Editorial Medici. 1998
Decir no. Asha Phillips. Editorial Plaza y Janés. 2001
Educar sin gritar. Padres e hijos: ¿convivencia o supervivencia?
Guillermo Ballenato Prieto. Editorial La esfera de los libros. 2008
www.psicologoinfantil. com
www.solohijos.com
MUCHAS GRACIAS