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Una prótesis es una extensión artificial que reemplaza o provee una parte
del cuerpo que falta por diversas razones, entre ellas por amputación.
Existen prótesis cuyo única función es estética (prótesis oculares,
mamarias, etc.)
El principal objetivo de una prótesis es sustituir una parte del cuerpo que
haya sido perdida por una amputación o que no exista a causa de agenesia,
cumpliendo las mismas funciones que la parte faltante.
Funciones:
➢ Restaurar funcionalidad perdida a causa de la amputación o de alguna
malformación congénita.
➢ Recuperar la imagen.
➢ Reinstauración parcial del centro de gravedad.
CLASIFICACIÓN:
1. Endoprótesis: Son aquellas que precisan procedimientos quirúrgicos para su colocación,
estas tienen un diseño endoesquelético.
2. Exoprótesis: Estas son aquellas que al contrario de las endoprotesis, estas se pueden
retirar, se les considera aparatos ortopédicos, estas a su vez se clasifican en:
➢ Motoras: Estas son ejecutadas en una acción simple.
➢ Sensoriales: En la cual ambas extremidades informan la relación con el entorno, y de
manera automática se calcula la cantidad de fuerza que se debe aplicar por parte del
aparato locomotor por el individuo. También se clasifican de acuerdo a sus materiales:
MATERIALES:
1. Plástico
2. Láminas de titanio
3. Resina
4. Metal
• Balance articular.
• Balance muscular.
• Sensibilidad.
• Cambios de volumen de la extremidad.
• Alineación estática.
• Marcha.
Balance articular:
Si se encuentra limitado en las articulaciones incursas en la ortesis, es preciso corregirlo
previamente, porque, por ejemplo, una contractura en flexión plantar del tobillo,
asociada con una rotación interna del fémur y de la tibia, se compensa con una eversión
del calcáneo y pronación mediotarsal. En el individuo con este tipo de contractura,
al colocar el pie en el suelo, las articulaciones distales a la subastragalina deben
sustituir el déficit de rango articular de aquella, lo que a la larga creará deformidades,
con inestabilidad en dicha articulación y en la mediotarsiana, que serán irreparables.
Balance muscular:
La determinación del balance muscular y de la espasticidad permite conocer los controles
biomecánicos que son necesarios para que la ortesis provoque un movimiento estable en
la deambulación.
Cuando tengamos que prescribir una ortesis es preciso realizar un test muscular
adecuado, evaluando la estabilidad de las articulaciones en los planos sagital y coronal, y
predecir las posibles deformidades patomecánicas. El test muscular debe contemplar
siempre cada articulación, valorando la simetría entre agonistas y antagonistas. Así, por
ejemplo, cuando el tibial anterior es potente a 4 sobre 5, pero los perineos son
deficitarios, la articulación subastragalina y el calcáneo colocan al pie en inversión.
Sensibilidad:
La propiocepción del tobillo es vital para el control de la rodilla. Si un individuo no sabe el
lugar donde tiene colocada su rodilla en relación con el tobillo, la cadera y el tronco,
tendrá graves dificultades para la estabilidad y para la alineación correcta, de forma que
puede usar como compensación una extensión incontrolada de la rodilla, más allá del
límite del arco articular, en hiperextensión, con el objeto de evitar la flexión de la rodilla.
También es necesario conocer si hay alteración de la sensibilidad superficial, no
inhabitual en diabéticos, con polineuropatía, porque hay que prever la posibilidad de
úlceras por presión debido al roce con la ortesis.
Volumen de la extremidad:
Debe valorarse si es posible que existan cambios volumétricos de la extremidad a lo
largo del día, porque no es infrecuente que los pacientes que precisen una ortesis
tengan parálisis muscular y, por ende, dificultades para la movilización de la columna
hidrostática sanguínea. En otras ocasiones se presenta linfedema, que pueden
modificar el volumen y ser la causa de presiones de la ortesis en algunos puntos a lo
largo del día.
Alineación estática:
La determinación de la alineación estática de la extremidad sin ortesis, es decir, el
cuadrilátero que forman las espinas ilíacas anterosuperiores y la línea que pasa por
las caderas, rodillas y articulaciones tibioastragalinas, es fundamental para conocer el
equilibrio entre el tronco y las extremidades y servirá para saber el efecto que tiene
sobre una articulación, sobre la movilidad articular, la alineación y la marcha.
Evaluación de la marcha:
Siempre que sea posible es necesario evaluar la marcha sin ortesis, porque nos permite
comparar el test del balance muscular con la actividad muscular durante la marcha, En
la evaluación de la marcha debe analizarse, igualmente, cómo influyen las alteraciones
del balance muscular, articular, de la alineación y de la espasticidad en los
determinantes de la misma, es decir, en la rotación pélvica, inclinación pélvica, flexión
de rodilla, movimiento del pie y de la rodilla y desplazamiento lateral de la pelvis.