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UNIDAD 2: El individuo como sujeto de procesos psicosociales

OA: Identifican prejuicios y los aspectos cognitivos


(estereotipos), afectivos (emociones negativas o positivas) y
conductuales (discriminación) observados en diversos
escenarios intergrupales. Liceo Fronterizo.
Cochamó, Agosto, 2019.
El prejuicio se define como una actitud negativa hacia un
grupo social o hacia una persona percibida como miembro de
ese grupo.

Como otras actitudes, el prejuicio se compone de tres


componentes: cognitivo (creencias), afectivo (emociones) y
comportamental (conducta).

Aunque existe cierta correlación entre ellos, estos tres


componentes son relativamente independientes y por lo tanto,
implican medidas diferentes (Brigham, 1971, Psychol Bull
76:15-38.).
Los estereotipos han sido a menudo conceptualizados como representantes
del componente cognitivo del prejuicio.

Concretamente, un estereotipo es una característica asociada a una categoría


cognitiva que es usada por los perceptores para procesar información sobre el
grupo o miembros del grupo.

Gaertner definió un estereotipo como “un conjunto comprimido de creencias


consensuadas sobre las características de un grupo particular”.

Según Bringham, refiriéndose a los grupos étnicos, considera que los


estereotipos son “generalizaciones hechas sobre un grupo étnico,
concernientes a la atribución de rasgos, que es considerada como injustificada
por un observador”.
El concepto de estereotipo se entiende como una generalización de características (creencias o
sistema de información) sobre un determinado grupo social, que constituye la dimensión o
componente cognitivo asociada a la emergencia de los prejuicios. Los estereotipos proveen la base
sobre la cual emerge el prejuicio, aquella evaluación positiva o negativa de grupos sociales o de
personas en tanto miembros de determinados grupos sociales.
Usualmente operamos sobre la base de estos estereotipos en nuestras relaciones sociales, puesto que
es una forma de categorizar la experiencia, y anticipar acontecimientos.
Asociado a los estereotipos, está la emergencia de afectos
negativos (cuando el estereotipo de los miembros de la
categoría grupal alude a aspectos peyorativos) o positivos
(cuando se poseen creencias o representaciones positivas
acerca del grupo en cuestión).
Dichos afectos favorecen, según su naturaleza, la
activación de reacciones o comportamientos
discriminatorios que se dirigen a miembros de un grupo
social. Estas conductas, en su versión negativa, pueden ir
desde manifestaciones simples de sesgo intergrupal
(pensar que los miembros del propio grupo son mejor
evaluados que los miembros del exogrupo en una
dimensión de comparación específica) hasta formas más
complejas como los comportamientos que se observan en
escenarios grupales caracterizados por la violencia o
agresión. Es importante notar la manera como los afectos
negativos pueden gatillar junto a las creencias
estereotipadas de los miembros del exogrupo las
conductas de discriminación y, en casos más extremos, de
agresión.
…Hay que tener en cuenta la estabilidad de los
prejuicios en el tiempo (si éstos han cambiado o no) y a
las diversas formas que están actualmente adoptando.
Los prejuicios manifiestos, es decir, aquellos que se
expresan en forma abierta y muchas veces en forma
pública, han en general, ido decayendo con los años a
medida que han aumentado los sistemas de control y
normas sociales que los sancionan directamente. Las
personas bajo la influencia de estas normas sociales
rechazan abiertamente la manifestación de prejuicios.
Sin embargo, los estudios también han confirmado que
nuevas formas de prejuicios han emergido en nuestros
sistemas sociales, éstos se reconocen como prejuicios
encubiertos, sutiles o simbólicos.
Prejuicios encubiertos, sutiles o simbólicos.
Dado que estas formas nuevas de prejuicio son
encubiertos, sólo el uso de técnicas especiales (indirectas)
permite su medición sistemática.

Por ejemplo, las personas pueden manifestar


públicamente que no tienen prejuicios contra los
“peruanos”, pero sin embargo que estarían de acuerdo con
la afirmación “los peruanos se están volviendo demasiado
exigentes en su lucha por la igualdad de derechos”.

Las técnicas de mediciones indirectas justamente


confirman que la conducta de las personas hacia
miembros de un exogrupo (étnico, o género diferente o
personas con discapacidades) a menudo no es la misma
que la que se observa hacia miembros de su endogrupo.
Lo común a estas “nuevas” formas de prejuicios es que
subyacen afectos negativos asociados al exogrupo en
cuestión.
La discriminación, por su parte, es el componente
comportamental del prejuicio, y por lo tanto, su manifestación
externa.

Los
científicos sociales han conceptualizado la discriminación
tradicionalmente como el
tratamiento desigual desfavorecedor a un sujeto o grupo, como
consecuencia del
prejuicio. Otros autores acentúan la importancia de la
discriminación llegando a
afirmar que el prejuicio sólo será relevante cuando
desemboque en discriminación.
En la expresión de la
discriminación influyen gran
cantidad de variables, de
manera que según éstas el
comportamiento Por otra parte, y
discriminatorio se manifestará afortunadamente,
en mayor o menor grado. también existen
Entre las variables que pueden factores que reducen la
facilitar esta expresión de la discriminación; así, se
discriminación, es necesario encuentran
destacar la existencia de las fundamentalmente, la
situaciones competitivas y de presión social, y la
conflicto, y sobre todo de motivación.
aquellas donde los grupos
implicados poseen un status
desigual. En este contexto, la
discriminación aparece como
la solución de la cuestión de
poder.
La discriminación se presenta de muy distintas maneras, y en
ámbitos y niveles diferentes. Es frecuente encontrar los
periódicos llenos de manifestaciones de discriminación, ya sea
en el contexto educativo (niños gitanos no integrados), en el
económico (diferencias norte-sur, incluso dentro de nuestro
propio país), en el jurídico (sentencias sesgadas o
procedimientos faltos de imparcialidad) o en la publicidad
(anuncios que expresan una división de roles y una
perpetuación peligrosa de los estereotipos de género).

Aún de manera mucho más intensa, la discriminación puede


aparecer en los métodos segregacionistas que todavía siguen
vigentes y bien arraigadas en las sociedades del siglo XXI.
La segregación intenta reducir la capacidad operativa del grupo
a través de su confinamiento en determinadas zonas, que se
consigue produciendo en el grupo segregado graves
repercusiones psicológicas como inseguridad, baja autoestima,
autoodio y rechazo del propio grupo (revisado en Martínez,
1996, Análisis psicosocial del prejuicio, Síntesis Psicología,
Madrid).
*Separar una cosa de otra de la que forma parte para que siga existiendo con independencia

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