durmiendo, porque no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.
La más noble función de un escritor es dar
testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir.
Su obra ha influido en el desarrollo de la narrativa española desde los
años cuarenta. A él se debió el primer síntoma de recuperación de la novela de posguerra y un renovado interés por los libros de viajes. Su vocación de experimentación se suma a unas grandes dotes de observador de la realidad contemporánea. Nació en 1916 en Iria Flavia, cerca de Padrón (La Coruña). Desde 1925 su familia se estableció en Madrid, donde continuó sus estudios. Empezó las carreras de Derecho y Medicina, aunque no concluyó ninguna, y asistió a algunas clases en la Facultad de Filosofía y Letras. Desde sus primeros libros, le acompañaron el éxito y ha podido dedicarse exclusivamente a la escritura. Su tarea literaria recibió numerosos reconocimientos: ingreso en la Real Academia en 1957; fue designado senador por el rey Juan Carlos I, y participó activamente en la redacción de la Constitución española de 1978; recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1987, el Premio Nobel de Literatura en 1969 y el Premio Cervantes en 1996. Cultivó multitud de géneros: libros de viajes, novelas cortas, cuentos, etc. La novela le permite plantear una visión totalizadora de la realidad. Cela experimenta en cada novela un nuevo enfoque en su manera de contar. • De sus primeras obras, destaca el contraste entre la violencia de la acción y del lenguaje de La familia de Pascual Duarte con la lentitud del transcurso del tiempo en el sanatorio de tuberculosos de Pabellón de reposo. • La colmena introduce nuevos planteamientos narrativos: la reducción temporal, el desorden cronológico, la elección del personaje colectivo, la innovadora estructura de la novela, etc. • En Mrs Caldwell habla con su hijo, Cela se adentra en el mundo imaginario, a través de una mujer que escribe cartas a su hijo muerto; la novela parece ilógica porque penetra en el cerebro de un ser perturbado. • A partir de los años sesenta, se suma a la experimentación con San Camilo 1936 y Oficio de tinieblas 5. • Entre sus últimas obras destacan Mazurca para dos muertos, Cristo versus Arizona y La cruz de San Andrés. El tremendismo Se desarrolla, sobre todo, en la novela de los años 40, y se caracteriza por una especial crudeza en la presentación de la trama (recurrencia de situaciones violentas), los personajes son frecuentemente seres marginados, con taras físicas o síquicas; criminales, prostitutas... Uso de un lenguaje bronco y desgarrado. Estos rasgos estéticos podrían responder a la amarga experiencia vivida por sus autores durante la contienda civil, la cual habría condicionado su manera de ser y presentar la realidad en el mundo del arte. SI escritores como Cela o T. Borrás hablan tajantemente y crudamente, no se tome como delectación o gusto por lo morboso, sino como propósito revulsivo, de reacción. La familia de Pascual Duarte (1942) Con ella, Cela perfiló un estremecedor relato tremendista siguiendo la técnica cervantina del manuscrito encontrado. El narrador dice haber hallado en una farmacia de Almendralejo unos papeles que decide ordenar y publicar. Argumento Pascual Duarte es un campesino extremeño condenado a muerte por una serie de asesinatos. Pascual empieza contando su infancia, el carácter violento de sus padres, la vida de su hermano Mario, disminuido físico y síquico, al que los cerdos le comen las orejas, y acaba ahogándose en una tinaja de aceite. El protagonista siente cariño por su hermana Rosario, que abandona el pueblo y “se echa a la vida”, Pascual sólo recuerda unos días de felicidad tras su boda con Lola. Pero esta aborta y posteriormente muere otro hijo suyo antes de un años. Pascual huye y, cuando regresa a los dos años, su mujer le confiesa que espera un hijo. Al asesinato de su esposa se suman otros, entre los que se encuentran el de El Estirao y el de su propia madre. Esta novela impresiona por su fondo terrible y su contenido humano; el carácter de Pascual se define por la simplicidad de su bondad y de su maldad, a la que le ha conducido el primitivismo de su existencia. Su interés por las tierras y gentes de España se pone de manifiesto en sus libros de viajes, entre los que destacan Del Miño al Bidasoa, Viaje del Pirineo a Lérida o Judíos, moros y cristianos. El más conocido es Viaje a la Alcarria, “libro de andar y ver” como él mismo lo definió. Constituyó un estímulo para los jóvenes escritores de los años cincuenta, qu suprimieron el pintoresquismo de la obra de Cela para convertir sus relatos en estudios sociológicos sobre distintas regiones de la España más deprimida, de acuerdo con la preocupación social de la época. El narrador coge su macuto y se echa a andar por los pueblos de esta comarca de la provincia de Guadalajara, admirando su paisaje y hablando con sus gentes. Duda cuanto quieras, pero no dejes de actuar. No tengas prisa… Hay tanto que hablar que...También el silencio es necesario. Te quiero con tu tristeza y tu angustia; para sufrir contigo y no para llevarte a ningún falso reino de la alegría. En el mundo todo es señal, amigo mío. El azar no existe. Biografía Nació en Guadalajara. Al acabar la Guerra Civil, fue a la cárcel por ser republicano. Allí nació su afición por el teatro y, tras su liberación, se le otorgó el Premio Lope de Vega por Historia de una escalera. Recibió prestigiosos premios teatrales, y en 1971 fue elegido miembro de la RAE. En 1986 fue galardonado con el Premio Cervantes. Teatro realista En 1949, el estreno de Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo, determinó un cambio en la concepción teatral española. Desde esa fecha y durante los años cincuenta surgieron dramas que intentaban reflejar y criticar la dura realidad del momento. El teatro realista con carga social fue cultivado también por Alfonso Sastre (Escuadra hacia la muerte, 1953) y por Lauro Olmo (La camisa, 1963). Obra de Buero Vallejo Las primeras obras de Buero –Historia de una escalera (1949) y En la ardiente oscuridad (1950)- reflexionan sobre la angustia existencial. Los personajes de estos dramas presentan la tragedia de vivir y las ansias de libertad frustradas. Estas obras, que se representan en un escenario único, abordan también cuestiones sociales, de la realidad del momento. Los siguientes dramas –Un soñador para un pueblo (1958), El concierto de San Ovidio (1962) y El tragaluz (1967) ahondan en los problemas sociales. En estas obras, el autor introduce personajes y ambientes históricos y presenta novedades en la escenificación, como los escenarios múltiples, las elipsis temporales y los efectos de inmersión. Después, Buero continuó su renovación de las técnicas teatrales en obras como El sueño de la razón (1970), La fundación (1974), La doble historia del doctor Valmy (estrenada en 1976) y La detonación (1977). El tema de sus obras es el anhelo de libertad. La única forma de alcanzarla consiste en realizarse como ser humano y, para ello, los personajes luchan por vencer situaciones adversas. Estas pueden ser: • De carácter social y político: la guerra, la tortura, la corrupción, la intolerancia, la explotación, la pobreza, la prostitución, etc. •De carácter personal: las deficiencias físicas (ceguera, sordera), la locura, el caninismo, la soledad, la insatisfacción, la falta de aspiraciones… HISTORIA DE UNA ESCALERA Argumento La obra es estructura en un espacio único, la escalera de una casa de vecindad donde se entrecruzan las vidas de una serie de personajes dominados por la frustración y la desesperanza, oprimidos por la vida y la sociedad. Uno de los vecinos, Fernando, es un joven idealista, lleno de anhelos y de sueños, que no llegará a alcanzar, porque traiciona sus verdaderos sentimientos –el amor de Carmina- dejándose llevar por lo más fácil –el dinero de Elvira-. Su amigo Urbano es un ser pusilánime que achaca su fracaso a un destino al que nunca se enfrenta y a la falta de apoyo de Carmina, con quien se casa sabiendo que ella no lo ama. Treinta años después, la historia amorosa se repite en los hijos de ambas familias, ante la oposición de los padres. Nació en Bilbao. Estudió Derecho y Filosofía y Letras. Durante algún tiempo se dedicó a la enseñanza actividad que abandonaría para entregrarse totalmente a la poesía. Fue miembro del Partido Comunista de España, residió varios años en Cuba y viajó por Europa y Asia.
No. No dejan ver lo que escribo porque
escribo lo que veo. Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada, si he segado sombras en silencio, me queda la palabra. Escribe una poesía sincera, humana, dirigida a la “inmensa mayoría”, con el propósito de sacudir las conciencias y de compartir con el resto de la humanidad su “tragedia viva”, que puede residir en la propia existencia o en la vida en sociedad. Etapas de su poesía • Poesía existencial. Blas de Otero publicó sus mejores obras a partir de 1950: Ángel fieramente humano (1950) y Redoble de conciencia (1951), reunidas con posterioridad en un solo volumen bajo el título de Ancia (1958), que incluía nuevos poemas. Toda su obra está centrada en el tema del ser humano. En estos primeros títulos el enfonque es existencial. Como hombre, se plantea el problema de Dios y su ausencia; el poeta se siente solo, abandonado. Si Dios no existiera, la muerte se presentaría con la crudeza de la aniquiliación total. De ahí la lucha desesperada del hombre por encontrarlo y poder sentido a su existencia. Un ejemplo de esta poesía es su poema Hombre. Etapas de su poesía • Poesía social. Pido la paz y la palabra (1955) y Que trata de España (1964) pertenecen a esta segunda etapa. Descubre que su canto ha de ser para los que, como él, luchan en la carrera de ser hombre frente a Dios: Definitivamente cantaré para el hombre. En su nombre reclama la paz, la libertad y la justicia; pero también la palabra, única arma de que el poeta dispone para transmitir las ideas del pueblo, sus angustias y esperanzas. Destacan poemas como Me queda la palabra, Pido la paz y la palabra. Me queda la palabra Hombre Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte, Si he perdido la vida, el tiempo, todo al borde del abismo, estoy clamando lo que tiré, como un anillo, al agua, a Dios. Y su silencio, retumbando, si he perdido la voz en la maleza, ahoga mi voz en el vacío inerte. me queda la palabra. Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte Si he sufrido la sed, el hambre, todo despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo lo que era mío y resultó ser nada, oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando si he segado las sombras en silencio, solo. Arañando sombras para verte. me queda la palabra. Alzo la mano, y tú me la cercenas. Si abrí los labios para ver el rostro Abro los ojos: me los sajas vivos. puro y terrible de mi patria, Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas. si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra. Esto es ser hombre: horror a manos llenas. Ser — y no ser—eternos, fugitivos. ¡Ángel con grandes alas de cadenas!