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La inseguridad alimentaria se refiere a que una nación no produce suficientes alimentos y debe importarlos, o que las familias carecen de recursos para comprar alimentos. En México, solo uno de cada cinco personas en áreas rurales y uno de cada tres en áreas urbanas viven con seguridad alimentaria; los bajos salarios y la inflación en los precios de los alimentos exacerban el problema de la inseguridad alimentaria en el país.
Descripción original:
Trata de como se presenta la inseguridad alimentaria en Mexico.
La inseguridad alimentaria se refiere a que una nación no produce suficientes alimentos y debe importarlos, o que las familias carecen de recursos para comprar alimentos. En México, solo uno de cada cinco personas en áreas rurales y uno de cada tres en áreas urbanas viven con seguridad alimentaria; los bajos salarios y la inflación en los precios de los alimentos exacerban el problema de la inseguridad alimentaria en el país.
La inseguridad alimentaria se refiere a que una nación no produce suficientes alimentos y debe importarlos, o que las familias carecen de recursos para comprar alimentos. En México, solo uno de cada cinco personas en áreas rurales y uno de cada tres en áreas urbanas viven con seguridad alimentaria; los bajos salarios y la inflación en los precios de los alimentos exacerban el problema de la inseguridad alimentaria en el país.
La inseguridad alimentaria se refiere a que en el país no
producen la suficiente cantidad de alimentos por lo que se importan de otros países dichos alimentos para satisfacer las necesidades de la población. En el entorno familiar se refiere a que en muchas ocasiones no se tienen los suficientes recursos económicos para la adquisición de dichos alimentos o se dedican a actividades agropecuarias donde no cuentan con suficientes insumos para desarrollar tales actividades. De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la seguridad alimentaria: “existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana.” Inseguridad alimentaria en México De manera preocupante, en la República Mexicana existen condiciones elevadas de inseguridad alimentaria, lo cual implica severos efectos para la salud de las personas, particularmente las niñas y los niños, quienes enfrentan un fenómeno doble: la anemia y la desnutrición por un lado, y por el otro la obesidad y el sobrepeso. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut), en México únicamente 19.2% de la población rural y 33% de la población urbana en México viven en condiciones de seguridad alimentaria; esto es, sólo uno de cada cinco y uno de cada tres en el ámbito rural y urbano, respectivamente. Asimismo, 45.5% de la población rural vive en inseguridad alimentaria leve; mientras que 40.6% lo hace en los ámbitos urbanos; 22.4% de quienes viven en zonas rurales vive en inseguridad alimentaria moderada, mientras que en el mundo urbano lo está 16.5%. Finalmente, la Ensanut muestra que 13% de la población rural, y 9.7% de quienes viven en las zonas urbanas, viven en lo que se considera como inseguridad alimentaria severa. Salarios para pasar hambre Uno de los factores que en mayor medida influyen en las condiciones de inseguridad alimentaria e incumplimiento del derecho a la alimentación en nuestro país es el muy bajo nivel de los salarios que existe en todo el territorio nacional. En efecto, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), elaborada por el INEGI, en nuestro país había, al cierre del segundo trimestre del 2014, un total de 6.56 millones de trabajadoras y trabajadores con ingresos de hasta un salario mínimo al día. Esta suma es equivalente al 13.25% del total de la población ocupada del país. A esa cifra sin embargo, debe sumarse el dato relativo a la cantidad de personas que perciben ingresos entre uno y dos salarios mínimos, ingresos laborales que en sentido estricto, por sí mismos, no permiten superar los umbrales de ingreso de la línea de la pobreza en los ámbitos urbanos. Así, de acuerdo con la citada ENOE, 2014, había al cierre del segundo trimestre de este año un total de 12 millones con ingresos que oscilan entre los 63 y los 126 pesos al día; esta cifra de trabajadores en ese nivel salarial equivale al 24.33% de la población ocupada. De este modo, lo que muestran los datos es que 37.6% de quienes tienen un trabajo remunerado en el país perciben entre 1 y 126 pesos al día; esto es, uno de cada tres trabajadoras y trabajadores del país percibe salarios que literalmente los condenan a la pobreza. La carestía de los alimentos Conjugado con la caída de los ingresos laborales, se encuentra el fenómeno inflacionario en los precios de los alimentos, los cuales registran tasas de inflación mucho más elevadas que el promedio de los bienes y servicios que forman parte del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). En efecto, de acuerdo con los datos del INEGI, entre los años 2005 y 2013, la inflación general fue de 39%, es decir, un ritmo de crecimiento anual promedio de 4.3%. En contraste con este dato, el índice relativo a los precios de los alimentos tuvo un crecimiento de 63.8%, lo cual implica un ritmo aproximado de incremento de 7.1% anual. Cabe destacar que entre los precios de los alimentos, los que mayor incremento han registrado son los relativos a los aceites y grasas, en cuyo capítulo se registra un crecimiento de 86% en el periodo señalado; en orden de magnitud le sigue el capítulo de los panes y cereales, los cuales han crecido en su precio en el orden de 76.6%. En tercer sitio se ubica el capítulo de la leche, el queso y los huevos, con un incremento de 63.9%; le siguen las legumbres y hortalizas con 63.2%; los alimentos y las bebidas no alcohólicas con 61.1%; las carnes con 58.1%; los pescados y mariscos con 57.1% y las frutas con 50.5%. ¡GRACIAS!