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?l!L asiste) Y los socialistas acompañados de Artigas Arpón. Llega al despa-
" :~f cho don Donato Hergueta con una noticia grave: ha visto un coche li-
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,~:: gero ocupado por varias personas, armadas con fusiles que asoman por
B las ventanillas y que penetra en el cuartel de la Guardia Civil. Se llama al
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(3),- Es difícil comprender este pacto, aunque lo explique Artigas, y menos que no se lleve in-
mediatamente a la práctica, o se fije una hora muy próxima para su realización, dada la grave-
dad de las circunstancias.
(4).- Don José Mozas, el alto funcionario de Hacienda a que se refiere don Benito, a las 48
horas de esta velada familiar, lucía una hermosa camisa azul y los correspondientes símbolos.
Fue uno de los primeros tránsfugas, a los que siguieron legión como luego veremos.
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- '.,-- tó en el domicilio de la familia Mozas, don Germán Serrano (5) para avi-
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sarle que se esperaba la llegada de la columna Mola para las seis o siete
de la tarde. iPasmosa la tranquilidad y la sangre fría de. don Benito!.
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Cuenta Artigas que acompañado de don Donato Hergueta y otros
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i ~~.~;,_""",*~';',.c""'_.' '..... ~'.\.'_..." amigos, se dirige hacia Zarranzano, cerca de Almarza, para observar la
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situación y vigilar la posible llegada de requetés. Retrocede hasta Ga-
rray, y compran fiambres, pan y vino. Asombra el apetito de don Be-
nito y parece increlble, o bien la serenidad de su ánimo o su falta de
responsabilidad. Suben al cerro de Numancia, y Artigas súbitamente,
decide bajar a Garray para hablar con el Gobierno Civil. Alvajar le dice
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que a las cuatro de la tarde ha estado en el Gobierno el teniente. coronel
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Muga en actitud vacilante; que han hablado con el ministro de la Go-
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Fuerzas regimiento América y Tercios Requetés. Proceda inmediata
detención de elementos izquierdistas". ¿Por qué Muga enseña este tele·
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grama a Mozo? ¿Estaba éste al tanto de la conjura? ¿O participó en las
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aunque no convencido", vuelve a subir al altozano de Numancia "donde
le esperan los amigos y la merienda". "Comimos con buen apetito; res-
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.c: piramos a pleno pulmón", escribe Artigas, y al fin, deciden regresar a
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Soria ya anochecido.
No ha divisado nada por la parte de Logroño, pero por la parte de
E Soria ven dos camiones de guardias civiles que se sitúan en la cabecera
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. del puente, cerca de Garray. A la salida del puente dirección Soria, se
encuentran con un destacamento de guardias al mando de un teniente
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c y un brigada. Este casualmente es amigo de Artigas y le hace disimula-
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damente una seña por la que don Benito colige que deben alejarse. En
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este momento Artigas Arpón ya tiene decidido lo que ha de hacer. El
mismo lo explica: "Reanudo el viaje a Soria, decidido a acatar lo irre·
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oC parable y ponerme a salvo".
"'" No vuelve al hotel Comercio y elige para su última cena el domicilio
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(5).- Don Germán Serrano sale inm~dia(amente del domicilio de Mozas; ~ara avisar a las cel}-
trales sindicales de lo que se avecinaba. Nos parece la postura de Serrano mas responsable y mas
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.~ ~ ,~ ción de Artigas, Iluminado Beltrán cita en su casa para la hora de tomar
'g¡ ... ~ café a los amigos más dilectos: Gaya, Donato Hergueta, Pérez Sevilla y
..:ii ~ ji ;;'~ algún otro, todos del comité de Unión Republicana.
...~ ,? ' .~. Pero mientras se prepara la cena, Artigas d~cide visitar -es la
~ la ::. . "je' primera vez que lo hace- la Casa del Pueblo, donde reina un gran des-
<S~:' :'~t concierto. No la visita espontáneamente, sino que ha sido requerido por
.9.f~ .~ .~~'. las ce~trales slindilcales. La Casat?el.tPuedbloEes u ncgran het~videro de gen-
¡¡ 1:: 'ti .'Ié' te, aSI como a paza en que es a SI ua a. n la asa es an en represen-
;: ¡¡ ~ : j: tación de los federales, Félix Granados, Pedro Lacusant por el Partido
<;:;¡r.¡ ".". Radical y sobre todo, una nutrida afluencia de socialistas y cer.etistas.
,;i,' ~.¡¡? 'L La pregunta angustiosa de todos: ¿Qué se puede hacer? Arsenio Mar-
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'" .., ~ ... i 'f. tínez es el primero en reaccionar con su habitual sentido de la respon-
",
;1 ~ : " : ] i ¡ ; ' sabilidad y propone que Artigas presida una Comisión que acuda al Go-
,1 .g¡.¡Q S ' bierno Civil a pedir por última vez las armas que el pueblo necesita para
,• 6l,~.!!, defender la República; y que, en último término, sea el propio Artigas
i f~'¡;¡ . quien asuma la máxima autoridad, en .representación del Frente
!¡ 'CíE'a Popular, dada la debilidad del Gobernador. Accede Artigas -aunque en
~.::l g:, su fuero interno ya tiene tomada la decisión de abandonar Soria- y se
~ §,;s . acuerda una cita en el Gobierno Civil para las doce de la noche. Félix
o., ~-<l---I---Granados-apoya-la-postur-a-de-Arsenio-MaFtínez~(6)' _
c.; en ....
'C e :. Abandona Artigas la Casa del Pueblo y se traslada al domicilio de
Jl ~ ¿. Iluminado Beltrán para cenar y reunirse con sus amigos. La cena es
¡¡ ¡;;: sobria y el ambiente está dominado por la emoción y la inquietud. Van
.. ~~ llegando Gaya, Hergueta, Pérez Sevilla. . ., los momentos son tensos,
]l g ~ difíciles, llenos de presagios dolorosos. Explica Artigas la situación y ex-
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'-'- o pone -esta vez c1aramente- su idea: acudirá a la cita convenida en el
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",;:;¡_ Gobierno Civil a las doce de la noche, pero "como considera'perdida la
Ol ..; ~ partida en Soria", marchará a Madrid "donde aún puede ofrecer sacri-
:a .g:i!i ficios fecundos a la República".
~ ~~ Artigas considera seguro que lo fusilarán si lo cogen, y añade: "A
o'" ~ vosotros os molestarán; quizá os detengan, no creo que os ocurra nada
] t3 2 más". Se abre un largo silencio y Gaya, el venerable doctor don Juan
:'03;: Antonio Gaya Tovar, con voz velada por la emoción, pero entero y fir-
~"~,, ¡; ~ me comenta: "a m í me harán lo que harían contigo".
." E¡¡ Salen todos y se encam inan al Gobierno Civil. (Esta visita, al menos
1! '~Jj en el ánimo de Artigas es de puro compromiso, para guardar las formas,
.a¿:¡ ó para salvar su imagen, cara al futuro, pues él ya tiene decidida su mar-
:: '; E cha de Soria). En el Gobierno está reunido el Frente Popular y las cen-
E-.< ~ trales sindicales. No asisten a la reunión Sempere ni Félix Granados, que
~ ~~ ~ han alegado motivos familiares. Otra vez más es Arsenio Martínez, con
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~>.~~ (6).- Esta propuesta ya había sido hecha al diputado Artigas por Juan Sanz Chamarra el día 20.
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el corazón desgarrado por la emoción, pero con su proverbial lucidez y inmensa. iCuán distinto hubiera sido el rumbo de los acontecimientos,
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energía, quien insiste en que se permita al pueblo defender la Repúbli_ ", si el Gobernador Civil en vez de negociar con Muga -tú ~e salvas, yo te
ca. Se ofrece él como rehén a la Guardia Civil, en garantía de que las . salvo- y el diputado Artigas, en lugar de pensar en hUir, se hubieran
armas se emplearán para defender el orden y las instituciones republi_ juramentado ambos a permanecer en su sitio, afrontando los aconteci·
canas. mientos con serenidad y energía!.
El reloj marca la una de la madrugada del día 21 de julio de 1.936. Tu"ieron desde el primer momento todos los resortes en sus manos.
En este día se va a consumar la caída de la República en Soria y va a Toda la provincia leal a su autoridad; los vecinos de Deza dispuesfos a,la
empezar la tragedia para tantos y tantos sorianos de buena fe,:que ya no lucha, Y un grupo de ellos, con su alcal~e a! !rente llegados a Sona;
podrían morir luchando; sucumbirían después indefensos, maniatados Almazán en manos firmes y con la Guardia CIVil colaborando con el al·
inermes... Otros irían a consumirse amontonados en mazmorras infec: calde, Teodoro del Olmo, en el mantenimiento de~ orden,'y vigilando
tas, donde serían humillados, ofendidos, tratados muchas veces como si las carreteras'los resineros de la comarca de Almazan, reUnidos en esta
fueran perros, peor que si fueran perros... Villa y conc;ntrados en el Ayuntamiento; todos los ferroviarioS de Cos-
Artigas Arpón, con la mente obnubilada por la obsesión de su marcha cu~ita, La Rasa, San Esteban, Arcos de Jalón, Medinaceli, Soria capital
mejor dicho de su huída -ya anunciada a sus amigos- asiste impasibl~ dispuestos a luchar; los obreros del panta~o d,e La Muedra -un~s dos·
a una nueva torpeza, cometida por el Gobernador Civil sr. Alvajar y que cientos- igualmente decididos; las comUnicaCiones por ferrocarnl y ca·
sería secundada después por él. Suena el teléfono y hablan los represen- rreteras garantizadas; el teléfono y telégrafo bajo control legal, y, los r~
tantes del Frente Popular en Almazán. Han detenido a dos oficiales de publicanos, socialistas y cenetistas pidiendo armas d~sde el mismo dla .
Guadalajara i¡ piden instrucciones: el Gobernador de Soria ordena que 17 de julio; y frente a todo ello, sola'!1.en~e un ,reducIdo. grupo de guaro
sean traídos a la capital. Llegan a Soria poco más de la una y media de dias civiles, al mando de Muga, tamblen mdeclso y vacllan.te hasta. los
la madrugada y son introducidos en el Gobierno Civil los dos oficiales. últimos momentos. No fue en modo alguno, firme y valiente Muga;
Uno es profesor de la Escuela de Aerostación y el otro pertenece al fue la pasividad y la' falta d; corai.ey ~e energía de Alv~jar y Artigas,.las
cuerpo de Ingenieros. Ambos, como es natural, ocultan la naturaleza de que dieron alas y fortaleza a aquel. SI; fueron las autOridades republica-
la misión que les llevó a Almazán y consiguen convencer al Gobernador nas, las que hicieron dejación de sus deberes y,las resp"?n~ables de que
y finalmente a Artigas, de que se hab ían extraviado por error: estando Soria quedara dominada por los sublevados el d la 22 de Julio de 1.~36.
en Paredes -dicen- tomaron equivocadamente la carretera de Soria y Cuando tos oficiales detenidos en Almazán y trasladados al Gobierno
llegaron hasta Almazán, donde fueron detenidos. Piden que se les deje Civil de Soria son puestos en libertad, se termina prácticamente la reu-
en libertad para llegar rápidamente a Guadal'ajara, donde les esperan los nión en el G~bierno Civil; y los asistentes a la misma s~ dispersan, ~in
jefes leales a la República. Alvajar y Artigas hablan con el Gobernador haber llegado, como hemos visto, a ningún a~uerdo, Artlgas, ac<,>mpana-
Civil de Guadalajara -que también debería estar en las nubes- y éste do de Gaya, Pérez Sevilla y Hergueta, salen Junt,os y se encamman por
les confirma que en Guadalajara las fuerzas están a las órdenes del Go- la Tejera, a la calle Numancia, donde Bene.. Beltran e~pera con su co~he,
bierno y que los dos oficiales, habían salido en viaje de exploración. para sacar de Soria al diputado. La despedida de Artlgas ~on sus amigos
Ambos son puestos en libertad no sin antes, con la mayor ingenuidad, debió ser rápida y emocionada, Artigas part~ con la confianza d.e alc~n
darles cuenta de que se espera de un momento a otro, la llegada a Soria zar pronto la zona republicana, pero sus amigos quedan en SOrla, prac-
desde Logroño, de la columna de Mola. Los oficiales con esta preciosa ticamente sublevada, y en poder del teniente coronel Muga. Les espera
información de primera mano, salen raudos camino de Guadalajara, y a un p'orvenir incierto, más bien sombrío y ame!,azador. .N,o, obsta.nte, se
su llegada, se subleva la guarnición que estaba a la espera de recibir in- encaminan serenos y resignados a sus respectivos domiCilios. Nmguno
formes. piensa en huir ni esconderse, Afrontar~n su destino con en~ere~a. ~I
Ante la impotencia de los republicanos, socialistas y cenetistas so- fin y al cabo su conciencia está tranqUila y su conducta ha Sido limpia
rianos, dispuestos a luchar en defensa de la República, la máxima auto- y transparente. Han permanecido fieles a! Gobierno legítimo, tal y
ridad civil de la provincia, sr. Alvajar, y el diputado don Benito Artigas, como consideraban había sido su deber de Ciudadanos.
torpeza tras torpeza, indecisos en todo momento, apáticos siempre, no Artigas se encamina hacia Gómara, donde llega a las tres de la
solamente no abortan la sublevación en Soria, sino que facilitan la de madrugada del día 21 de julio. Todavía abriga ,/\rtigas una leve espera!!-
Guadalajara. La responsabilidad histórica de ambos es incuestionable, za, de que como en su anterior huída de Sori~e produzca un cambiO
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en I,a situación, que le permita regresar a Soria, cosa ya ciertamente im- Aún tendría que pasar luego por otras vicisitudes: la cárcel de Soria,
posible. Duermen en una posada y a las diez de la mañana Bene Beltr' luego la de El Burgo de Osma, más tarde la colonia penitenciaria de San
.Ine~ t a ha bl ar con S ona Sin " '
conseguirlo, ,an
pues las comunicaciones ya , Leonardo de Yagüe, y otra vez la cárcel de El Burgo. En total, seis años
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esta n controladas por la autoridad militar. Ya no queda más soluc" • privado de libertad.
que Ia h UI'd a d e f'Inltlva
. . y con la mayor rapidez posible. Parten de Góma- .~
IOn Artigas Arpón y el gobernador sr. Alvajar, consiguen salvar sus vidas
ra, pasan por Ledesma y llegan a Monteagudo de las Vicarías de dond y llegar a zona republicana, tras una serie de peripecias que escapan a la
es natural Bene Beltrán. Comen en casa del padre de éste don Jorg e esencia de este relato. Dejemos pues, a estos dos personajes, de no muy
un~ "comida suculen!a:' en frase de Artigas Arpón y por M~rón llegan e~ clara actuación, y volvamos a Soria, donde ya hanentrado los requetés,
Salmas con el propoSlto de alcanzar la carretera nacional a Madrid que inmediatamente destruyen el interior de la Casa del Puel>lo, destro·
Pasan por Esteras de Medina y encuentran un grupo de campesinos ar: zando sus archivos y arrojándolos a la calle. Realizan lo mismo en los
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mados con escopetas, leales a la República que le abren paso y llegan locales de la CNT, Izquierda y Unión Republicana. Destruyen el
a. ~Icolea del Pi~ar, a las seis de la tarde, do~de se enteran que la guarni. quiosco situado en la entrada del Casino de la Amistad, propiedad del
clon de Guadal~Jara se había. sublevado. Decide desandar el camino para presidente de Izquierda Republicana, Baudilio Ruiz, y hacen una pira
encontrar r.efuglO ~n Benamlra, donde cuenta con un amigo incondicio- con los libros en pleno Collado. Más tarde, es asaltada .la imprenta de
nal: Nemeslo Garcla. La Voz de Soria, con idéntica violencia. Los requetés recorren la ciu-
Yolvie~do atrás en el relato, tenemos que referirnos que una vez dad dando vivas a Cristo Rey, a España,en medio de la mayor expec-
h~ldo Artlgas y dueño de la situación Muga, éste dispone -en cumpli- tación. Nadie ofrece resistencia. Soria está en manos de los sublevados..
miento del. ~acto tantas veces mencionado- que el Gobernador Civil Seguidamente empiezan las detenciones, pero esto constituye otra his-
con su familia sea puesto a salvo. Dispone que un coche con escolta les toria; una dolorosa y triste historia.
tr.as. lade hasta ell ímite de la zona republicana. El sargento de la Guardia
CIvil "Yencesl~o Lafu~~!e y su hijo Angel se ofrecen voluntarios para
cumpl~r la dellca~a mlslon. Y AlvaJar, con su familia y equipaje abando-
na Sona con la citada escolta. '
El. coche que lIeyaba el Gobernador se cruza con el de Bene Beltrán
y Artlga.s, que volvla de Aleolea. Artigas da cuenta al Gobernador que
Guadala¡ara estaba ~~blevada y deciden llegar a Benamira para descan-
sa~, en el coche oficial, quedando el sargento y su hijo con Bene Bel.
tran, en el c.oche de éste. Bene Beltrán que está recién casado quiere re.
gresar a Son~ y -ya se lo ~~bía hecho saber a Artigas- se ofrece para
efectuar el Viaje en companla de los guardias civiles. En esta situación •
e~ c.uando se cruzan en, el paraje "los Boliches", con el tren de los ferro-
vlanos de. A~cos de Jalon. Se produce un tiroteo, iniciado al parecer por
los ferrovlan.os, y el ~~rgento La,fuente muere en el acto, resultando gra-
ve~ente .hendo s~ hilO, que mas tarde moriría en Almazán. Bene Bel-
tran recIbe un tiro en la pierna. Resultan asimismo muertos dos
ferroviarios y dos más heridos.
Tant.o .el sargento de la Guardia Civil como su hijo, habían realizado
un serVICIO generoso, prestando protección al Gobernador Civil y su
~uerte fue ~na verd~dera desgracia, por ser injusta y por las consecuen-
cias que trajo despues. Bene Beltrán, también se había portado desin-
teresad~mente, tratando de salyar a un amigo de su padre y, además de
ser hendo, es tratado <;iesconslderadamente por los ferroviarios hasta
que consigut' acreditar''s1J personalidad y el servicio que había reaíizado. Edificio -frente a Santo Domingo- que sirvió de sede al Gobierno Civil
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•
orden social y trabajar sin tregua en esta magna obra iniciada por el "' ,
Glorioso Ejército español.
De todos recabo y espero confiadamente el apoyo para cuanto sea
necesario al fin indicado, que han de prestarlo con la mayor voluntad y
encendido patriotismo, de que tantas pruebas vengo recibiendo.
No creo que deis motivo nunca para recordar la autoridad que ejerzo
circunstancialmente, pero que en caso necesario habrla de s.entir el que
diera lugar a ello del modo más inexorable. (1)
Soria, 23 de julio de 1.936.- El Gobernador, Ramón Enrique Casado".
Esta circular, evidentemente era innecesaria, pues ya antes de su pu-
blicación y sin que ningún soriano hubiera dado motivo para ello, ya
estaban los calabozos de la comisaría repletos de detenidos, yempeza·
ba a poblarse la cárcel provincial de huéspedes a título gratuito.
Antes de que en el B.O.P. apareciera la clara amenaza de que la
Autoridad se dejaría sentir del modo más inexorable, ya la habían expe-
rimentado en sus propias carnes, muchos sorianos privados de libertad.
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Grupo de requetés patrullando por la calle de los Estudios de la capital, en los pri-
meros días del Movimiento Nacional. (Foto: archivo hermanos Carrascosa).
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La represión en Soria
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Grupo de requetés patrullando por las calles de Soria, horas después de haber entr?
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José Calvo Tutor, se hablará en otro momento, por ser interesantes y .. ,
• emotivas las vicisitudes que hubieron de sufrir.
I Siguen las detenciones: Demetrio Ruiz, Arsenio Martínez, Fermín
I
•
González, Antonio Lafuente, los hermanos Cué, un inspector de servi-
cios de Hacienda, que sólo llevaba unos días en Soria para girar visita
de control y comprobación de la actividad de los funcionarios y la mar-
cha de la delegación de Hacienda, es denunciado y detenido en el hotel
Comercio, donde se hospedaba. El interventor del Ayuntamiento de
Soria, sr. Uriel, es asimismo detenido con otro funcionario municipal.
El inspector de Trabajo, que actuaba como delegado interino es
también ingresado en la cárcel. Se detiene, entre otros, a Do-
nato Hergueta, a Víctor Hernández, a Dionisio Hernández. La orden
cursada por Mola a Muga y que éste enseñó a Mozo, antes de triunfar la
sublevación en Soria, es cumplida con rapidez y eficacia.
Empiezan a llegar a Soria los primeros detenidos de Almenar, de AI-
marza; del pantano de La Muedra. Los ferroviarios son obligados a pres-
tar servicio unos y detenidos otros. Republicanos, socialistas y cenetis-
,
tas van' engrosando el montón de detenidos. Pronto los calabozos del
¡ Gobierno Civil vuelven a estar repletos, para quedar libres de huéspedes
que irán a parar a la prisión provincial. Pero aunque empiezan a correr
rumores de 'muertes violentas, lo cierto es que llegamos al final del mes
de julio y en Soria, nada irreparable ha ocurrido, al menos que se sepa
•
¡ de una manera fehaciente. Surgt la esperanza y empieza a confiarse en
que la represión se quede solamente en las detenciones practicadas, y
que los presos serán puestos en libertad rápidamente. Son pocos los que
perciben con claridad que estaban abocados a una guerra civil, cruenta y
larga, y a una represión despiadada.
La mayor parte de los detenidos, sus familiares y la población en su
mayoría, consideran que, como en Soria, nunca se hab ía alterado el or-
den ni existido conflictos de gravedad, las aguas no se desbordarían.
La primera noticia confirmada de la muerte del sargento de la Guar·
dia Civil, don Wenceslao Lafuente y su hijo Angel, que todo el mundo
lamenta, produce un escalofrío en la espina dorsal de los sorianos.
Pronto empiezan a oirse las voces de los que claman venganza y co-
mienzan las primeras manifestaciones tumultuosas, con los consabidos
gritos y cánticos patrióticos. El clima se va endureciendo y los sorianos,
que habían pertenecido a algún partido republicano o a las centrales
sindicales, se recluyen, los que pueden en sus casas y aquellos que foro
Los requetés
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de la columna Mola, por las calles de Soria, tras haber entrado en la
tarde del 21 de julio de 1.936. (FOIO: archivo hermanos Carrascosa). ,,'
. .
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ge o marchand.o volunta~io~ al Terci~ y los menos, colaborando cona~i " capital, ni en la provincia. Se aceptó , lo irremediable; y los republicanos·
aparato repres~vo. Esto u/timo constituye el aspecto más sucio re u _ se refugiaron en sus casas, los que no fueron detenidos o fusilados. lle-
nante y sombrlo de aquellos sangrientos acontecimientos. ,p g va, pues, razón el Gobernador cuando dice que la normalidad sigue
siendo absoluta. Pero, ¿puede considerarse normal una situación, cuan-
do los calabozos del 'Gobierno y la cárcel provincial están repletas de
detenidos y hay necesidad eje habilitar como prisiones el Fielato de la
carretera de Valladolid y la ermita de Santa. Bárbara? ¿Puede
considerarse normal la situación, cuando en la fecha de la circular ya
se han producido docenas y docenas de fusilamientos, sin formación de
causa, ni atribución de responsabilidades y sin posibilidad alguna de las
SORrA-CAPITAL víctimas de intentar defenderse o exculparse? ¡Menguado y extraño
concepto de la normalidad el que tuvo el Gobernador Civil de Soria,
don Ramón Enrique Casado!. Pero aceptémo~lo, aunque sólo sea en tér-
minos dialécticos y para seguir el curso de su razonada circular.
firr;a~:1p~~:,.¿~~~r~a~~rd~e~g~gol~ed~i93?, aparece ~a circu!ar 2~6 La circular está dictada el día 15 d~ agosto de 1.936. En la noche del
16 al 17 son ejecutados en el cementerio de la capital, don Anastasia
la r~producimos literalmente: mismo mes. or su Interes, Vitoria, don Angel Blanco, y otras personas, entre las cuales se
M~ complazco y tengo. la. sa~isfacción de hacerlo público ue la encuentra don 'Juan Antonio Gaya Tovar, que lleva en el bolsillo una
~ormal.'dad en toda la provincia sigue siendo absoluta laborando iodos resolución de la Autoridad Judicial Militar de Zaragoza en la que se le
I~ss:~~~~os~n ~rest~r p;triótica ,ayuda a los que lucha'n en el frente por declara exento de responS<'.bilidad por los hechos que motivaron su de-
tranquolidnd e sp~na, esarrollandose las operaciones en el campo con tención. Si la circular del Gobernador fue obedecida, como es de presu-
11 a comp eta, en leal colaboración obreros y patronos Por mir dadas las circunstancias, ningún paisano, ni siquiera las Milicias pa-
e. o se recue~da a todos .Ios .vecinos de la provincia, que no es ;ecisa trióticas, que "deberán llevar orden escrita de la Comandancia Mil,itar
n.lnguna medida extraordlnana para garantizar el orden pu'bl',co P o de l1'1i Autoridad (el Gobernador) pudieron orde,nar y cometer las eje-
Virtud las det' . . , y en su cuciones; yen el caso concreto de Gaya, su asesinato, la quién debemos
públi ' l e~clOne~, reglstr?s, Informaciones y cuanto con el orden
Co se re aClone, solo podran efectuarse por agentes de mi autoridad atribuir la responsabilidad de dicho acto?
¿Y los seis fusilados, en San Pedro Manrique, que fueron detenidos
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f ~l día. 2 de septiembre de 1.936, a las doce de la noche, y fusilados ~l 1.- "El Manquillo"(I) , era un conocido militante de la CNT soriana,
¡, inmediatamente, a unos cuatro kms. de /a localidad sin tomar/es s· .
., 7 . Y 1 d' ,'qule.
.'W cuyo nombre no hemos podido saber por carecer de familia. Estuvo en-
d I
ra ec araclOn. l . as lez personas que el día 15 de septiembre de :J; cerrado en su casa durante 8 ó 10 días y una tarde de los últimos días
l 1.936 fu~ron d~tenldas sobre las ocho de la mañana en El Bur o de 'Ji de julio de 1.936, se decidió a salir de su escondite para tomar un poco
; Osm,a y Sin ser Ing~esadas en el cuartel de la Guardia Civil, ni men~s en .:~
'.-
el aire y ver si encontraba a conocidos que le informaran de la situación.
í la carcel, fue~on ejecutadas en el empalme de las carreteras locales d
,
i Estando cerca de la elevadora de aguas, en lo que hoyes Paseo San Pru-
; Bayubas y Tajueco? Y así podríamos seguir relatando casos semejant e '{ dencio, pasó un camión donde iba alguien que le conocía, siendo dete-
i
::
a lo anch? y largo de la provincia, refiriéndonos a fechas posteriores aef~ ,~ nido, montado en el mismo y fusilado sin que se pueda precisar exacta·
• famosa, circular que estamos comentando; y la misma interrogación 'x mente dónde .
,• a~omara a !os puntos de la pluma: ¿de quién fue la responsabilidad) ." 2.- Nicolás Alvarez Revuelto, soltero, de 24 años de edad. Era uno
¡ S.',la Autoridad, en est~ caso el Gobernador, había prohibido la actu~: , de los dependientes de la sección de tejidos de los almacenes Redondo
, c,on d~ personas partlcul?r~s y aún de Milicias, con orden escrita ·"de Soria. Muy conocido por su simpatía y por sus grandes cualidades
pro.d.ucrdos los a.seslnatos, lcomo no se exigieron las oportunas respon: .:': humanas. Era jovial, idealista y amigo de todo el mundo. Aparentemen-
,,
,
~ab,hdades? QUIen r~cuerde aquella época, sabe que las instrucciones te, nadie le conocía enemigos. Su padre era médico. Había pertenecido
¡ ordenes de la Autoridad eran cumplidas estrictamente por todo ~ a las Juventudes Socialistas y en aquél entonces pertenecía ya al Parti·
,
1 mundo; que ~I concept? de la Autoridad se había sublimado de tal m:. do. Fue detenido en los primeros momentos del Alzamiento, ingresado
, "era que .nadle osaba discutirla, ni menos oponerse; que el miedo y má
que .el.mledo, el t~rror, hondo, 'abismal, infinito paralizaba cualqu¡e~
en la prisión provincial de Sori a y fusilado en los primeros días de
agosto, presumiblemente en compañía de otros, pero sin que nadie
I
, mov!m,ento ~e reSlSten~ia. Quien ejercía la Auto;idad, tenía todos los
medros para Impon.e.rla Inexorablemente, como ya anunció el Goberna.
pueda precisar el lugar de la ejecución (2).
3.- Cayo B. G., conserje de la CNT, sin que sea conocida otra activi·
d.or al tomar poseslOn de su cargo. ¿Por qué, pues, no hizo cumplir la
!j circular que estamos comentando? ¿O constituyó ésta una mera corti
na de. humo, una simple coartada, un intento de salvar la imagen y lue:
dad; es decir, era un simple empleado. Se le detuvo también en los pri'
meros momentos y la fecha de su· fusilamiento, con toda precisión, no
fue posterior al 5 de agosto de 1.936.
go de,~r hacer y no querer ver la realidad de lo que sucedía y ac~nteció 4.- Constan tina Alcoceba Chicharro pertenecía a la CNT. Era
despues de ella? Preguntas y preguntas sin más posible respuesta que a matrona del Ayuntamiento de Soria, cargo del que sería destituída
i despecho ~e !as palabras y las circulares, la represión se ejerció en Soria después de haber sido fusilada. Al igual que Cayo, debió ser ejecutada
, con c~noclmlento y consentimiento de quienes tenían en sus manos la con toda seguridad antes del día 5 de agosto, sin. que se haya podido
I•
¡
AU~~rI.d~~. Pudo hab;r excepciones, como el caso "Charramán" o "el averiguar ni la forma ni el lugar.
1 AbiSIniO ,.algunos mas que actuaron por su cuenta -y que, en todo ca- 5.- "El Chatillo" (3) era llamado así por sus patronos de la botería
so, sus accIOnes quedaron impunes-, pero la tónica general fue la que
antes hemos expuesto. La represión fue organizada y realizada fría y (1 ).- Ni en el Registro Civil de Soria ni en el Registro del cementerio de la capital aparecen las
calc~ladam~!1te por los centros decisorios del Poder, con el fin de sumir inscripciones de fusilados en la represión durante la Guerra Civil, sobre todo en lo que respecta
al primer año de fa contienda. Para constatar este extremo, puede consultarse el apéndice núm.
~ fa po~laclOn en el.terror más ~b~oluto, consiguiendo así, no fa norma- 9 de esle Ubro, en el que se incluyen las inhumaciones habidas en el cementerio de Sorla, entre
hdad, SIllO el vasallaje,.el sometimIento, por no decir la plena exdavitud julio y diciembre de 1.936. En este apéndice no se relacionan, obviamente, aqueJlas personas
de los que antes eran cIUdadanos. inscritas que, por su edad, no pudieron ser fusiladas. Hay que hacer constar también que, entre
el Registro Civil de Soria y el Registro del cementerio de la capital, existen diferencias en
A las dificultades derivadas de la falta de accesibilidad a los aro cuanto al número de fallecidos en el transcurso de la Guerra CivU. Para constatar este extremo,
chivos militares, se une en Soria-capital, la dimanante del número de ha- véase el apéndice núm. 8 de este libro, donde figura el número de fallecidos según ambos Re-
gistros oficiales.
bitant~s que ten ía la capital. Ciudad habitada por 7.000 personas, se (1).- Hay insalvabl~s dificuhades para determinar con precisión la fecha exacta .del rusilamiento
conocieron muchos de los detalles de los fusilamientos pero no la to- de muchas personas residentes en Soria. J::s evidente que el mayor número de ejecuciones corres-
t~lidad de los mismos, como ocurre en los pueblos, donde el número de pondió al mes de agosto de 1.936, el mes "negro" d.e la ola replesiva en Soria. Para una cronolo-
&ía de los ru,silamienlos en la provincia de Soria, véase el apéndice núm. 10 de este libro en el
~Jecutados no sobrepasa la treintena. La lista, aunque no defintiva, está que figura solamente, la f~cha de las cj~cuciones que se conocen con exactitud.
Integrada por 53 personas que perdieron la vida en distintos días pero (3).- A pesar de no disponer de los nombres completos de varios de los fusilados, se incluyen
éstos, en una ft=lación general, en el apéndice núm. 11 de este librO.
en idénticas circunstancias. La relación es la siguiente: '
62 63
,,
1
~,
,
"La Fama de Rivera", establecimiento sito en la calle del Ferial, Mili- ;; fusilamiento, ya que Pepe "el Cama~ero" c.omo se le conocía vulgar:
tante de la CNT se dedicaba en su empresa al curtido de pieles. Dete_ ;' mente, era una persona totalment.e Inof~nslva, un poco hablador -SI
nido, fue ejecutado también los primeros días del Movimiento, sin que ': se quiere- pero hombre de mucha IngenUld~d y de total b~ena fe.
sepa tampoco el lugar y las circunstancias. Su nombre de pila era Sa- ',' 8.- José Buill Rotellar, maestro de Bnas. Era valenCiano y lIeva~a
turnino. ? poco tiempo residiendo en Soria. Pertenecía al Part!do Radical SocIa·
I,
l
Melitón L10rente Pérez, alguacil del Ayuntamiento de Soria, que te-
nía encomendada la tarea de dirigir el servicio de limpieza, en uno de
.; lista Y en el último Congreso celebrado por este partido, se destacó por
'. .'" .; sus cualidades oratorias. Fue trasladad~ a Sori.a, com~ r:naestro, ~,Ia
sus recorridos por las afueras de la ciudad, encontró un cadáver con se- >;li!.' localidad de Brías y desaparecido el Partido Radical Soclalrsta y hable.n-
~W' dose formado el de Unión Republicana, cuyo jefe nacional era don Ole·
!•
.~
ñales precisas de haber sido fusilado. Perplejo y sin saber qué decisión
tomar, al fin optó por 'cargar el cadáver en el camión y entregarlo en el ',':!'
.~, go Martínez Barrios y al que pertenecía Benito Artigas, en~r~ a form~r
•
í Gobierno Civil de Soria, Allí se le hizo objeto de una gran reprimenda ,>~, parte del mismo. En las elecc!o~es de febrero de 1:9~6 reallzo,en S~r~~
por su inconsciencia ya que con el camión había atravesado las princi. ""i\W¡, ,una activa labor propagandlstlca, por lo que rapldamente adqulrlo
pales calles de Soria y por consiguiente muchos vecinos hab ían podido \:~; gran popularidad, s!endo muy con~cido en la c,apit~1 y en tod! la pro-
,,, observar que dentro del camión viajaba un cadáver. Puesto el hecho en
conocimiento del Ayuntamiento, fue inmediatamente destituído de su
,', '1&' vincia. Ya hemos Visto el protagonismo de Jose BUlII e,rrlos,dlas claves
, .~' del Movimiento en Soria mediante sus constantes intervencIones en el
,,i cargo, viéndose obligado -a pesar de su avanzada edad- a trabajar de : ,!g Gobierno Civil apoyando ~iempre la legitimidad republicana y a las
cantero, albañil, etc., muriendp al poco tiempo en medio dI: grandes "; autoridades representativas de la misma en Soria. ."
privaciones. Este cadáver recogido por Melitón L10rente pudo ser -se- , 9.- Adolfo Morales, de quien ya se ha detallado su blOgrafl: en el
gún amplios testimonios- el de Saturnino "el Chatillo". " capítulo referente a Berlanga de Duero y La Riba de Escalote( ), fue
6.- Mariano Cai;lrujas Herrero, era oficial segundo del Ayuntamiento ", fusilado a primeros de agosto. _ . . .
de Soria y un conocido periodista que habitualmente colaboraba en 10r Silverio Lumbreras, companero de InfortuOlo del anterror, sus
LA VOZ DE SORIA. Ideológicamente estaba próximo, primero al Par- historias van ítimarnente ligadas. '
tido Radical Socialista y, po~teriormente, al de Unión Republicana 11.- Telesforo Tundidor Puerta, trasladado desde la cárcel de Alma·
cuyo jefe y diputado en Soria fue don Benito Artigas Arpón. Cabruja~ zán al '.'Pasillo del medio" en "las Matas de Lubia", d0!1de el 11 de
era ,un hombre culto, pero débil de carácter y un tanto ingenuo y, des- septiembre de 1.936 fue fusilado con otra~ 8 personas mas, todas el~as
de luego, totalmente inofensivo. Su personalidad constituía la antípo. procedentes de aquella Vlila. Sus restos, al Igual que el de sus compane-
da de un hombre de acción. Detenido en los primeros momentos del ros de infortunio fueron exhumados el 14 de agosto de 1.981 y trasla-
Alzamiento, fue conducido a la prisión provincial, Soltero, vivía con dados al cemente;io de Almazán, donde reposan (6).
unas hermanas en la misma casa que habitaba don Eloy Sanz Villa, en el 12.- Ernesto RanzRanz, como el anterior, si,guió ~déntica suerte.
Collado. Su biblioteca fue expoliada. Fue fusilado el día 8 de agosto de Sus restos descansan también en el cementerio de Almazan.
1.936, en el cementerio de Calatañazor(4), junto con otras cinco per- 13.- Arsenio Martínez, cuya personalidad se estudi.ará con algún
sonas, entre ellas don Herminio Guajardo, médico de Almarza. detalle en páginas siguientes, militante de la CNT, fue fusilado en la ma-
7,- José Andrés, militante de la CNT, conocido en todo Soria por drugada del día 14 de agosto en el término de Barcones, junto con To·
"Pepe, el camarero". Tenía un bar en la calle Numancia, local que ac· más Cué, Fermín González y Antonio Lafuente, además de otras seis
tualmente ocupa el bar "la Oficina". Fue detenido en su propio estable· personas más, procedentes de San Esteban de Gormaz y El Burgo de
cimiento e ingresadp en la prisión y fusilado el 8 de agosto de 1.936 en Osma (7).
el cementerio de Calatañazor, junto con Mariano Cabrujas Vicente So-
ria y Soria (maestro de Las Casas), Herminio Guajardo (m'édico de AI-
marzal. José Buill Rotellar (maestro de Brías) y otra persona más des- (5).- Para conocer la distribución de los parajC$ de los fusilamientos en la provincia de Soria,
conocida. Causó general sorpresa e impresión en Soria la noticia de su 'léase el apéndice núm. 1Z de este libro. ..' .
(6).- Para conocer las e,xhurn8ci~ne~ pra~ticadaS en la p~ovtnCla de Sona, con restos de fusila-
dos en la Guerra Civil, vease el apendlCe numo 13 de este hbTO.
(4).- Para conOC~f globalmen{t~ lus innumerables parajesdondese practicaron fusilamientos en
<,)._ Véase Barcones Y SIn Esteban de Gormaz.
1:. provil)cia dI:' Soda, v~asc el apéndice núm. 12 de este libro.
65
64
•
14.- Tomás Cué, ferroviario, militante también de la CNT. Fue de- tica aunque cabe suponerse que su ideología era liberal. Se desconoce
tenido y conducido a la cárcel de Soria. Posteriormente com.,. sus tres la c~usa por la que fue detenido, acto que llevó a cabo el conocido y
compañeros de infortunio y sindicalistas de la CNT, fue 'trasladado a la activo policía Julio García Mozo en el propio edificio de la Delegación
cárcel de Almazán, desde donde salió para ser ejecutado en Barcones de Hacienda, sita en aquel año en el Palacio de los Condes de GÓmara.
T ~m.ás Cué .t~n ía un hermano llamado An~onio, también ferroviario y 21.- Borrego, funcionario de Hacienda, cuyo' nombre de pila no
aSimismo militante en la CNT, que pudo hbrarse de ser detenido y de hemos podido saber. No obstante, aparece en la foto colectiva del grupo
c?rrer presum!blemente la misma suerte que su hermano, permane- de funcionarios de la Delegación que arropan al delegado de Hacienda
ciendo escondido en una carbonera. En este lugar estaría durante unos que aparece, sentado, en el centro de la misma. A raíz de su fusilamien-
meses, enfermando - de reúma. Meses
. . .
más tarde, estando ya muy enfer. ,'; ¡
", •
to, su familia se marchó de Soria, sin que hayan regresado de nuevo .
mo, unos companeros suyos consiguieron sacarlo de Soria camuflado 22.- Pío Alfonso, padre de seis hijos, representante de comercio,
.;:;. fue detenido estando en el bar Plus Ultra (situado en la calle Marqués
.~~
68 69
¡
·,
,.
H S~gundo yela~co y Aq~il!~o Orig~en y los oficiales de Correos, Celedo.
n..o Garcla' Bneva e H,pohto ~~noz Gallego, fue fusilado el 2Q de di.
\
,'bondadoso, era d~ una preclara inteligencia y era,el único que entendía
. . . a los pocos tunstas -franceses en su mayona- que por aquellos
L
, .
clembre ·de 1.936, en las proximidades de Retortillo (9). Sus restos c .
m,o los de sus cuatro comp!!ñeros de infortunio, fUl;ron exhumad~s :,
; tiempos precisaban de los servicios de Correos. La envidia pudo tener su
·1: d.a 5 de agosto de 1.972, sIendo trasladados a un nicho del cementer'
.; raíz en estos hechos.
:. 51.- Hipólito Muñoz Gallego, era soriano, residía en la calle Numan·
de Soria, donde reposan (IOl lO -~cia de Soria, y era -como Celedonio- Oficial de Correos de la capital.
:11 4~.- Segundo Velas~o, natural de Villanueva (Burgos), ferroviario "¡: Al igual que su compañero y amigo.Celedonio .estaba ~oltero. Fue. dete·
i11 t~mblén, como el an!enor, casado y con dos hijos; era mecánico de la ~ nido en la misma oficina a la vez que Celedomo Garcla y con~ucldos a
1:: "nea Santander.Medlte!r~neo. Destacado mie~bro de la CNT¡ era lí. .:: la prisión provincial de Soria, permanecieron en ella por espacIo de dos
: :
r der del . sector ferrovlano en esta central smdical acudienCto c .,- meses. Posteriormente sería trasladado a la cárcel de El Burgo de Osma.
f recuencla a .B ' ,on
urgos a negocIar con la directiva.de RENFE cuestiones la. , ~. Allí de la misma forma que el resto de los cuatro compañeros.de infor·
H
,. borales propIas de sus compañeros. Había sido seminarista y tení " ..:' tuni~ estuvo trabajando en diversas obras públicas de la Villa, siendo
a !lna. v~ta cultura. Entre los ferroviarios gozaba de un Iiderazg~ - "extra{do de la cárcel el 20 de diciembre de 1.936. Fue ejecutado, junto
I :.
li,.
mdlscutlble. Segundo Velasco se había presentado voluntariamente
la Policía en Soria, debido a que lo "estaban buscando". La buena fe da
id con. Ramón Cotillas, Segundo Velasco, Celedo~i~ García y Aquil~nio
'jf Origüen, por trece guardias civil~s en las proxI.mldades de .R~tortlllo.
estas gentes, aparejada a la ingenuidad del momento no hacía pensa~ ~tj: Los dos labradores que, requendos en Retortlllo, se conVirtIeron en
E e~,las últi!,'1as consec~encias. S~,gundo Velasco, antes d~ ser fusilado, ca. :.r enterradores de estos ejecutados, recuerdan que murieron con gran en·
," glo un punado de la tIerra arroJandoJo en su fosa. .~: tereza, tras haber sido auxiliados espiritualmente por un sacerdot~,
1
• 50.- Celedonio García Brieva, de 36 años, era natural de Vergara. :,; quien pidió a los guardias clemencia· para ellos. Los trece de la Guardia
Su pad~e •.natural d.e El. Cubo, era guardia civil y había sido destinado a .., Civil dijeron que "cumpl ían órdenes". Los vecinos de Retortillo que en·
•
•
la pro~,"cla. de Sona, sIendo destinado a Aldealpozo primero y a Agre. '::-- terraron a estas cinco víctimas ayidaron en la exhumación de sus restos
~! da, mas tarde. En esta villa, morirían la madre y el padre de Celedonio -a pesar de su avanzada edad- siendo los trabajos hechos con suma
en c,orto espacio de. tie'!lpo. Huérfano, con sus hermanas Patrocinio y precisión y rapidez.
Ma~la, m~rchan ~ ";Iadnd .al c?'egio de Huérfanos de la Guardia Civil. 52.- Aquilino Origüen, casado y sin hijos, ferroviario c,omo Cotillas
~1I1, Marta ~studlana. Maglsteno. Celedonio se haría Oficial de Correos, y Velasco. Detenido también en Soría y trasladado despues a El Burgo
sl,endo su pnme! destmo Pol.a de Somero (Asturias). Por estar con unos de Osma. Era vasco de nacimiento y estaba en Soria destacado por los
tl05 suyos, Ma~Ia. y Celedomo piden traslado a Soria, lo que consiguen ferroviarios del Santander·Mediterráneo, línea férrea todavía sin con-
an.tes. del MOVImiento. Desde 1.934, Celedooio trabaja en la Oficina cluir. Fueron exhumados sus restos, como los de sus compañeros, el 5
pnnclpal de Correos en Soria. Bondadoso y algo ingenuo -como casi de agosto de. 1.972. En la gestión y prepar~ción de estos trabajos, par·
t?dos aquéllos qu~ si.n ninguna culpa y libres' de conciencia vivían los ticiparon activamente los maestros Pedro Glllao y Perpetua Pastor, amo
t~empo~ d~ la Repu~hca- no militaba en ningún partido ni ejercía acti. bos habían sido separados del servicio en tiempos de la guerra, y
v!dad smdl~al. definIda. Fue detenido en la propia oficina de Correos, a Perpetua Pastor llegó a ser encarcelada. En los trabajos de exhumación
fmales de JU"o de 1.936, presumiblemente tras haber sido denunciado aparecieron diversos objetos personales, siendo de destacar el estado de
por ~Igún compañer~. Este hecho ~o sería el único. La denuncia -por conservación de una maquinilla de afeitar, perteneciente a Segundo Ve-
renclllas- de compa.n~ros de trabajO dentro de los organismos del Esta. lasco. "Cinco hombres buenos y robustos, muertos sin ton ni son",
do, no sólo se practico en el cuerpo de Correos sino que fue extensivo como dirían los enterradores que presenciaron el enterramiento, a los
a otros organismos. Celedonio, en efecto, ~parte de su carácter autores de este libro.
53.- Hilario Borobio Cuenca, de 23 años, vecino de Soria, con
domicilio en la calle Tejera, 52. Había trabaja~o en el p.antano y fue fu·
(9).- Para más detalles sobre la prisión y circunstancias del fusilamiento de este grupo de cinco
personas, véase El Burgo de Osma.
silado el11 de marzo de 1.938, en el cementerio de Sana.
(10)._ Para una cronología de las exhumaciones practicadas en la provincia de Soria rescatando
restos de fusilados en la Guerra Civil, véase el apéndice núm. 13 de este libro. '
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71
,,•
Don Segundo García Romero
I Don Virgilio Soria, distinguido poeta soriano, se encontraba en Ma.
drid al iniciarse la Guerra Civil. Su esposa, sus cuñadas Pérez Moreno
I y su suegra fueron encarceladas. También su hijo, aunque por su corta
I, edad, unos catorce años, fue puesto en libertad al día siguiente. Las her. Don Segundo García Romero era, al iniciarse la s!Jblevación, director
manas Pérez Moreno estuvieron detenidas en la pr.isión provincial de de la Escuela Normal del Magisterio en Soria. No intervenía directamen·
Soria trece meses, sin cargo alguno. Se las detuvo y se fas puso en Iiber. te en poi ítica, si bien era hombre liberal y progresista. Gozaba de gran
tad. Así actuaban aquellas autoridades. reputación como profesor y fue elegido director por aclamación.
Don Virgilio Soria, terminada la guerra, en uno de sus viajes a la En el mes de agosto de 1.936 hubo una manifestación de las llama-
capital de la provincia, la visita al cementerio de Soria le inspiró los her. das patrióticas que llegó hasta la Escuela Normal, donde el que parecía
mosos versos inéditos, donde se trasluce su dolor por la muerte violenta ser el jefe, lanzó una' soflama contra los malos profesores que habían
de tantos buenos amigos, y que transcribimos por su indudable belleza. ',' corrompido a la juventud con sus enseñanzas "sectarias". Don· Segundo
hubo de aguantar los dicterios y, al final, la manifestación se disolvió
Tumbas sin más incidentes.
Al día siguiente se presentaron en la Escuela unos muchachos que se
Algunas veces subo hasta El Espino llevaron una máquina de escribir, volviendo veinticuatro horas más tar-
y en las tumbas amadas, de rodillas, de para apoderarse de otra. Como iban armados, don Segundo no se
..
rezo un momento y pongo florecillas atrevlo a oponerse.
cogidas por el borde del camino En vista de estas anomal ías, el señor García Romero diril!ió un es-
iyacen tantos aquí, bajo estos cielos! crito, al Gobernador Civil, don Ramón Enrique Casado, en. el que le
dulces amigos de mi edad primera exponía lo sucedido y le anunciaba que se marchaba a El Royo, pues al
que no me importa corta o larga espera fin y al cabo eran meses de vacaciones. Pero le hizo constar claramente
si sé que al fin tierra tendré con ellos que no huía ni se escondía y que su deseo era ser recibido por la
Pero no me acongojan estos muertos primera autoridad. Civil de la provincia, para aclarar la situación de la
Adolfo, Bias, Aurelio, Justo, Juan, Escuela y la suya personal. Antes de remitir la carta, unos falangistas
Alfredo y tantos otros, porque están habían quemado parte de la biblioteca indiscriminadamente y, Sólo la
siempre de lIanto , rezo y flor cubiertos intervención de algunas personas sensatas, evitó que ardieran todos los
duélenme aquéllos cuya sombra yerra libros. (Ya dijo Heine, que "cuando empiezan a quemarse libros, se
por los barr.ancos y los montes fríos termina quemando hombres"). .
o por los arenales de los ríos • Don Segundo García Romero no fue detenido, pero le destituyeron
o en tierra amarga porque no es su ~ierra como Director de la Escuela. Le formaron expediente por la llamada
Duélenme aquéllos que el silencio esconde Comisión Depuradora, con la sanción: "separación definitiva del ser·
aquéllos que la muerte fue arrastrando vicio". Pasado algún tiempo, logró en Burgos que se le reintegrara en el
dándoles dura tierra sin su cuándo cuerpo de profesores, pero destinándole a Vitoria "con inhabilitación
después de triste muerte sin su dónde para cargos públicos y de confianza". Y como en Soria era profeso'r de
,,,, i Señor! Pues tú trazaste su camino Pedagogía y la enseñanza de esta asignatura era más delicada y peligro-
, en esas pobres tumbas ignoradas sa para la formación del alumnado, en Vitoria se le destinó a explicar
'1
haz nacer florecillas perfumadas Geografía.
I como éstas que yo pongo en El Espino. Al fin y al cabo, teniendo en cuenta las circunstancias de entonces y
1,
el ambiente represivo reinante y la obsesiva prevención contra el profe-
,1
, sorado, don Segundo Garc(a Romero tuvo suerte y salvó, a costa,eso sí,
.1.,
,,, de muchas humillaciones, la difícil situación en que se vio envuelto,
no' obstante no haber pertenecido a ninguna organización política.
I!
,
.
72 73
,•
Don Germán Serrano del Val
74
75
"I~'
.'. -, ..
. !. ":Jl::.
no, pero ald ía siguiente se presentaron all í otros dos hu ídos sorianos .' ~. los primeros años de encierro, hasta el· hijo de don Germán ignoró que
uno, cuyo nombre ya no se recuerda y otro llamado Antonio que lu '
go trabajó de calefactor en el cine Avenida. ,e-
.*' su padre estaba en casa, temerosos sus padres de que si el niño conocía
.'{ la realidad, pudiera cometer alguna imprudencia. Cuando al hijo de don
Como la caseta era pequeña y sin ninguna comodidad la mujer d ~. Germán le preguntaban por su padre, contestaba con la mayor natura-
Serrano y su hijo la. abandonaron pasados tres o cuatro d í~s y andand: .~. lidad -"ha muerto"-. "Pobrecito", le dijo alguna vez don Demetrio,
se trasladar~n a BUltrago, donde tenían una familia amiga. Transcurri_ ;'~ adornada su cabeza con la boina roja de requeté. Pero el hijo llamado
dos unos d las regresaron a Soria y el esposo continuó en "el Cabezo" >., también Germán, terminó por conocer la situación, y desde entonces
con los tres pastores y los dos sorianos huídos. ~ el padre tuvo en su hijo una ayuda magnífica.
Allí permanecieron unos dos' meses malviviendo y apenas sin comer '., Ya hemos dicho que Germán Serrano tenía afición a la lecttrra y a
pues todos los que estaban en la caseta carecían de dinero en efectiv~ escribir; ambas cosas y escuchar la radio le ayudaron a soportar su la'r-
para efe~tu~r com~ras, y aún el mismo hecho de procurarse provisiones :., ·go encierro. Escrib ía Serrano sus impresiones·y amontonaba cuartilla
ya constltula un riesgo, pu~s las afueras de Soria estaban vigiladas por -. tras cuartilla. Dábase la circunstancia de que en la huerta de Jadra esta-
patru!la.s ar~.adas. Pero qUIso la mala suerte que el niño de Serrano ba escondido un joven socialista, cuyo nombre - iotra vez el problema
-su UnlCO hljo-; enfermara de gravedad, y la esposa consiguió avisarle del tiempo y la memoria de las gentes!- no hemos podido precisar,
de lo 9ue ~uced la. Se~rano no dudó un momento y, de noche y con un hijo de la señora Gertrudis, que cuidaba la huerta de don Antonio Jo·
p.equeno disfraz, consIguió llegar a su domicilio sin que nadie le recono. dra. Germán Serrano y este joven socialista, se comunicaban a través del
clera. hijo de aquél. Las cuartillas que Serrano escribía pasaban a poder de
Una vez en su casa, quiso el destino que su hijo mejorara y recupera- aquél y una vez le ídas eran arrojadas a un pozo de la huerta. También
r~ la salud. Pero. Germán Serrano ya no volvió a pisar la calle hasta el a las hermanas Pérez Moreno, que habían estado detenidas, llevó el hi-
ano 1.945. NUEVE A~OS DE ENCIERRO. Vivía don Germán Serrano jo de Germán Serrano algún mensaje de su padre.
en la calle los Estudios, en el número 4. En los bajos existía el bar Bur. Problemas económicos no tuvieron muchos, pues la familia ayudaba
galés y en el piso primero vivía un vecino incómodo; ~n el segundo habi- y un hermano de Germán Serrano, llamado Paco, vivía con ellos.. El
taba don Germán. problema, el angustioso problema era la soledad de don Germán,
.
.Ya antes .
de que Serrano regresara a su domicilio , habían efectuado , cuando se quedaba solo en casa, el niño en la escuela y la familia a su
vanos registros Sin resultado, pues Serrano se encontraba en "el Cabe. trabajo y obligaciones. Es fácil decirlo, pero ¡qué difícil llegar a como
~o':. En uno de .ellos, e!ectuado P?rfalangistas y algún inspector'de po. prender cómo don Germán tuvo la fuerza espiritual, la fortaleza moral
liCia,
" un conOCido vecino que VIVla enfrente, les animaba. gritando' para aguantar· tantos años entre cuatro paredes, sin que decayera su
que no se os escape Serrano, que es rojo peligroso". salud física y psíquica!.
Una vez Serrano en su casa, como afortunadamente era el piso bas- El hijo de don Germán fue creciendo y sus .estudios fueron no sola·
tante grande, le fue posible encontrar la manera de esconderse en dos o mente vigilados, sino orientados por su padre. Fue quizás esta preocu·
tres registros posteriores realizados sin resultado positivo. pación y la formación intelectual que iba adquiriendo, laque ayudó a
Hemos dicho que en el primer piso vivía un vecino incómodo: el conseguir que Serrano, cuando salió a la· calle, en el año 1.945, lo hicie·
famoso sacerdote don Demetrio, del que todos los sorianos de alguna ra con plena lucidez y equilibrio mental. También conservó la salud,
edad tienen noticias de sus actividades, digamos "patrióticas~No desde aunque el primer día que traspasó el portal, al mirar al tejado de un edi·
luego pastorales. (1) ficio nuevo -él, ique tantas veces había estado en los andamios!- se
No es difícil ~omprender la situación tan delicada que hubo de so- mareó y hubo de sentarse.
portar don German Serrano: un vecino difícil debajo y otro tan difícil Antes de que pudiera salir a la calle, Serrano hubo de pasar por el
enfrente y las amarguras, angustias y sobresaltos de su esposa. Durante trance de ver morir en el año 1.944 a su buena esposa: a la esposa abne·
gada que tanto se había sacrificado por él.
En 1.945 era Gobernador Civil de Soria don Jesús Posada Cacho y el
(1).- El ~ma de llaves de ~on r:emetrio se lla~ab8 Isabel y era madre de Leonor (la esposa de hermano de Germán Serrano, Paco, se decidió a visitarle y le explicó la
D. AntOniO Machado). Tenia dona Isabel otra hiJa, llamada PiJar que también murió tuberculosa.
I siuación; y como en realidad Germán Serrano no había cometido nin·
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78 79
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ce su lecho para que pueda ocultarse. luan lo rechaza, porque no quiere dos. luan Sanz respira hondo y satisfecho. Prácticamente ya se conside-
comprometer a su abnegada protectora. ra a salvo.
De todas formas, el registro resulta infructuoso y luan queda a salvo Durante los tres años 'que permaneció oculto, luan Sanz estaba al
de momento. Transcurren los meses y, aunque la situación de luan corriente de todo lo que sucedía en Soria; conoció la triste 'suerte. de sus
Sanz solamente era conocida por pocas personas y todas de confianza más entrañables camaradas y mantuvo contacto con los detenidos, a
i, .'
alguien debió sospechar que no había logrado escapar y que s~ los que Juan enviaba mensajes y noticias valiéndose de mil art!mañas
encontraba en Soria. y se produce el segundo registro... distintas. Una consistía en meter un papel, en el hueco de un asa de la
, Comenzaba el año 1.937 y, un día, estando comiendo, el cartero
desde el portal hace sonar el pito y baja a recoger el cOrreo la prima de
cesta que una señora llevaba a su esposo detenido en I~ cárcel, co~ ali-
mentos. La vecina Felisa Bravo, que para salvar a luanlto en el primer
1,
t Juan Sanz -hija de Fortunato Chamorro- llamada María, que no sube registro, llegó a ofrecerle su lecho, fue cortejada por un cabo.de la ~uar
¡ al piso. Trancurren unos minutos y baja a ver qué sucede su hermana dia Civil. Durante el noviazgo, el cabo seguramente obedeCiendo orde-
Irene. Juan Sanz, hombre de reflejos e intuitivo, se arroja inmediata- nes intentó sonsacar por diferentes procedimientos a su novia el pa-
mente al patio como la vez anterior, justamente en el momento en que rad~ro de Juan Sanz. La novia supo manten~r el sec~~to.
sub ían al piso las dos primas con guardias civiles. Registran minuciosa. Una vez terminada la guerra, un antiguo militante de la CNT,
mente la casa sin dar con el paradero de Juan Sanz. Otra vez se ha sal- llamado Mariano y conocido por "el Cañuelo",:porque vivía en una casa
vado por los pelos el buen Juanito. ju'nto a Explotaciones Forestales, aconsejó a Juan Sanz que ~ entrega-
Después de este registro, )Ilan Sanz comprende que su situación es ra ya que parecía - iqué ilusión!- que la ola represiva se habla reman-
insegura y su fértil imaginación -no cabe ninguna duda de que Juan es sado. Juan Sanz, afortunadamente para él, no aceptó la sugerencia he-
hombre de talento natural- trabaja febrilmente en la búsqueda de una cha indudablemente con toda buena fe. .
solución más definitiva. El sabe que ha sido un cenetista destacado; que Pero como el largo encierro empezaba a ser penoso, Juan Sanz, en
todos sus compañeros están deteriidlls, los que no han sido fusilados, y noviembre de 1.939 escribió a su cuñado Estanislao que vivía en Ma-
sabe la suerte que le espera, en el supuesto de que lo capturen. drid y le pide que le' gestione documentación falsa y el correspondiente
Es a partir de entonces, cuando Jvan Sanz descubre un falso tabique salvoconducto (ya veremos más adelante la necesidad de este documen-
en la vivienda, al que se accedía desde el desván de la casa. Este falso to o "Pase" para circular no sólo de capital a capital, sino ~entro de la
tabique tenía una entrada de unos cuarenta centímetros; y desde ésta, misma provincia y aún entre pu.eblos lim/trofes). Co~segulda la docu-
"
se bajaba a la cocina del piso inferior. La entrada al falso tabique era de mentación solicitada llega a Sona un taxI desde, Madrid por la noche y
difícil localización, como lo demuestra que nadie de los que habitaban Juan Sanz, adornad~ con ~n fiamante _sombrero, abandona la casa rá-
la casa lo supiera. Entonces camuflan aún más lo que ya de por sí era de pidamente, llegando a Madnd por la m~nana. . ,
imposible hallazgo y así permaneció escondido durante todo el tiempo Su hermano Ign'acio Sahz, que habla estado detenido en Sona, lu~
Juan Sanz. En 1.938, como seguían corriendo rumores de que Juanito go en San Leonardo, más tarde en Madrid y finalmente en Vall~dolld
estaba en Soria, se realiza otro registro con un gran despliegue de fuer- al ser puesto en libertad se reúne con su hermano Juan en la capital de
"
zas por las calles de Postas y Real. Simultáneamente, se registran las España. ' . 'd d
casas de Francisco Chamorro -tío de Juan- y de Anastasia Chamorro Pero un policía que se había distinguido en Soria por su acUvl a
-madre de Juan- que. vivía cuatro casas más abajo de la calle Real, represiva, llamado 'Angel y apodado "el Frutero" -a éste y a Ramos se
"
, exactamente frente a la iglesia de San Nicolás. Como los anteriores este les conocía en Soria durante la guerra como "el Terror y el Miedo"-
"
, registro tampoco da resultado positivo. había sido trasladado a Madrid y entró en un bar, en el que se hallaba
,1
•
Casi al final de la guerra, ya en 1.939, se intenta otra vez la captura ) uan Sanz. Evidentemente los tiempos habían cambiado y sea por ello,
•,
,
~I del fugitivo. A pesar del tiempo transcurrido, no han olvidado al céle- • o porque "el Frutero" hubiera evolucionado, lo cierto es que éste vio
, bre cenetista Juan Sanz. Rodean la casa; la registran con mayor meticu- a Juan Sanz y se dejó ver ostentiblemente por éste, sin que intentara
,0 losigad que en ocasiones anteriores. Dirige la operación el Comisario de detenerle. Este gesto lo valora positivamente el cenetista y lo tomó co-
Policía en persona. Suben al desván y no logran dar con la entrada al mo un aviso de que alguien más pudiera verle con menos pasividad.
.. falso tabique; Juan está dentro y oye todos los pasos y comentarios. En vista de lo o'currido decidió marchar a Asturias, donde nadie le cono-
Finalmente, el Comisario da por conclusa la operación y se retiran to- cía. De Soria a Madrid fue con el nombre supuesto de Tomás, según una
,
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,.
cédula de Fuentetoba. Antes de abandonar Madrid, se encuentra o se
entrevista con Florencio Liso, que también estaba camuflado y hab ía
llamado a pasarse Pascual, y con Baudilio Ruiz, llamado ya Marcelino.
Sale .Juan Sanz de Madrid con el nombre de Cándido Flores López,
natural de Velascálvaro, provincia de Valladolid, de ·estado casado. An-
tes de llegar a Oviedo se detiene en Santullano, donde tenía un amigo,
al que había escrito diez días antes anunciando su llegada. Juan llega
antes que la carta. A los pocos días se traslada a Oviedo e ingresa como
operario en la Fábrica Nacional de Armas.
Recuerda Juan Sanz que trabajó en la construcción de naves de unos
ochocientos metros cuadrados, donde los alemanes instalaban maquina-
ria apropiada con vistas a la entrada de España en la guerra mundiaL
Los operarios dejaban hecha la obra de albañilería por el día y, por la
noche, los alemanes instalaban las máquinas. Albañiles y alemanes
trabajaban a ritmo acelerado, con abundancia de elementos materiales
y humanos. Trabajó siete años en la misma empresa.
A los tres años de residir en Oviedo, fue trasladado a Mieres, donde'
en virtud de una mala interpretación de algunos compañeros, tuvo que
desvelar su verdadera identidad a su jefe, Enrique Rodríguez, a quien
explicó todas las vicisitudes sufridas. Desde entonces, su jefe se convir·
tió en su fiador y fue él quien firmó el certificado para regresar a Soria.
Estuvo tres años en Oviedo; tres años en Mieres y uno en Avilés.
Previamente a su llegada a Soria, su esposa Basilisa y su· hermano
Angel, visitan al Secretario de la Audiencia, don Félix Granados, para
saber si existía alguna reclamación contra él. Se entrevistan después con
el Gobernador Civil, don Jesús Posada, que da vía libre a la llegada de
Juan Sanz. Cuando éste llega al Gobierno y es recibido por el Goberna-
dor, el inefable don Julio García Mozo; se quedó estupefacto y aunque
intentó oir la conversación, no pudo lograrlo. "Lo que va de ayer a
,.
,
hoy... ", diría seguramente don Julio.
Quedan referidas las aventuras de Juan Sanz Chamorro y ningún
comentario que se haga puede ser más interesante que ellas mismas.
Hablan por sí solas. Unicamente cabe añadir, el dolor de su madre con
el hijo escondido y tan sañudamente perseguido; otro hijo detenido y,
el tercero, después de estar detenido, huído a la zona republicana y
vuelto a detener, juzgado y condenado a muerte, conmutada después
la pena por la de 30 años de cárcel. Mientras, la esposa (1) de Juan Sanz,
(1 ).- La esposa de Juan Sanz, llamada Basilisa y obligada a trabajar de asistenta en vados domj.
dUos, era vigilada y seguida con frecuencia por algún policía y, sobre todo, por falangistas.
Une. noche, al regresar a su hogar, un grupo de éstos la introdujo en un p.ortal y la amenazaron
con cortarle el pelo si no decía dónde estaba su marido. Baslllsa se mantuvo serena y calló.
Angel 8anz: Chamono, a la izquierda, y su hermano Juan. Entonces tTabajaba en casa del que era alcalde de la ciudad, al que dio cuenta de lo ocurrido. La
saludón, fue despedirla y la cuenta.
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trabaj~.ndo ",lás que de sol a sol,. para allegar ~ecursos, cuidar al esposo José Calvo Tutor
y al hilO y siempre con la, angustia de que lo Irreparable pudiera llegar
en cualquier momento. SI, las guerras engendran monstruos pero a su
vez, surgen luminarias inextinguibles de abnegación y sacrificio, y la ma-
dre y esposa de Juan Sanz, son dos bellos ejemplos de ello. José Calvo Tutor, militante de la C.N.T. soriana, es sin duda quien
bate el récord de los que permanecieron escondidos, burlando la perse-
.
•
cución de que fue objeto. Nada menos que ONCE AKJos duraron las
aventuras y peripecias de este trabajador soriano que, desde luego, no
había cometido más delito que pertenecer a una central sindical. Ni las
detenciones, ni la pérdida de empleo que otros sufriero"n e, incluso, ni
los fusilamientos, que pusieron punto final a tantas vidas honradas, con
el dolor y la tragedia que todo crimen conlleva, ponen de manifiesto el
terror reinante en aquella terrible situación, en mayor medida que el
hecho de que una persona sea úpaz de vivir once años en una constan-
te inquietud, huyendo de un lado para otro, escondiéndose de día y
de noche," tomando toda clase de precauciones, en perpetuo camuflaje,
siempre al borde del abismo y consiguiendo siempre asirse en el último
momento a la rama salvadora, que le sostiene y que parece que vacila
y le va a dejar caer, pero que al fin le permite alcanzar la roca firme que
le servirá de apoyo para alcanzar la libertad anhelada, tan terca y sacri-
ficadamente perseguida.
El día 21 de julio de 1.936, por la tarde, llegan a Soria los primeros
requetés; el día 22 por la mañana oyó José Calvo pasos que subían a su
casa e intuyendo que iban a detenerle, saltó a la muralla colindante a su
domicilio, que es la arteria de división entre la Soria medieval yla
moderna. Con él en su domicilio estaban también don Eloy Laseca. y su
hermano, Pedro Calvo Tutor.
Inmediatamente su madre arregló la cama para acreditar que su hijo
no estaba en casa y así fracasó la primera tentativa de detenerle. Se
refugió José Calvo en la zapatería que existía en el núm. 13 de la misma
calle, Puertas de Pro y que actualmente pertenece al sr. Verde. Allí
estuvo hasta el día 29, en que al aparecer, en los cielos de Soria, una
avioneta, la curiosidad y la esperanza. de que ello fuera el preludio de
la llegada de las fuerzas republicanas, le hizo salir a la calle. Como le
vieran varias vecinas, no tardaron en venir a buscarle para detenerle.
Pero José Calvo ya había tenido tiempo de esconderse. Tenía José
una hermana llamada Caslmira en Rebollar, casada con Manuel Laseca
y éste acostumbraba a venir a Soria todos los jueves, al objeto de procu-
rarse suministros para su oficio de tejero. El día 5 de agosto de 1.936,
ambos cuñados, José Calvo y Manuel Laseca salieron andando con el
borriquillo de éste; antes de las seis de la mañana, camino de Rebollar;
Juan Sanz Chamorro.
pasaron el monte de Garray y por Tardesillas y Espejo de Tera,lIegaron
sin novedad a Rebollar. AII í permaneció José Calvo, trabajando en la
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tejera de su cuñado como un operario más, sin despertar sospechas. Algunos registros efectuados en su domicilio de la calle Puertas de
El día 12 de enero de 1.937, un grupo de falangistas y requetés fue. Pro, fueron dirigidos por un policía, al que la familia de Calvo Tutor lla-
ron a buscar para detener/.es a un tío y sobrino, llamados Cipriano y maban "el Ojazos" y al que consideraban buena persona. Se trataba del
Pedro, éste último porque hab ía sido Presidente de la mesa electoral en inspector Merlo que, efectivamente, a diferencia de otros, se portaba
las elecciones de febrero de 1.936. Tío y sobrino, alertados, se escondie- "'
con correcclOn.
ron en los huertos del pueblo y, finalmente, Pedro fue detenido y fusi. Mientras José Calvo estaba escondido y perseguido de la manera ex-
lado cerca de,Aguilar del Río Alhama. El sr. Cipriano, que pudo escapar puesta su hermano menor y compañero de habitación la madrugada del
avisó a José Calvo que también le buscaban y éste, como la tejera estaba 22 de 'julio de 1.936, fue movilizado y murió en el frente de Almudé-
distante del pueblo unos tres kilómetros, pudo huir y se refugió en una var, luchando en las filas del ejército de Franco. No hace falta mucha
cabaña del paraje "los Estepares", donde estuvo tres días completos imaginación para darse cuenta del dolor de la madre de ambos y del dra-
luchando con el frío del mes de enero. Cuando estaba ya al borde de I~ . ma que vivió el buen soriano José Calvo.
desesperación, porque además del frío sufrió un cólico agudo, su her·
mana fue a buscar/e con el borriquillo y regresaron ambos a Rebollar.
Era"el día 15 de enero de 1.937.
El 29 del mismo mes se presentó en Rebollar un camión con falan-
gistas. Manuel Laseca y su esposa vivían en la casa del cura que ten ía
una ventana que daba a la plaza, por lo que desde ella se controlaba la
entrada y salida de gente del pueblo. A José Calvo le llamaban "eh is"
(onomatopeya del gato) y ello. le sirvió de aviso y pudo esconderse en
el desván. Le buscaron en la tejera, y en la cabaña y alrededores,' si,
guiendo las huellas que había en la nieve. La búsqúeda resultó infruc-
tuosa y los sabuesos irritados, acosaron a preguntas a Manuel Laseca y a
un hijo de corta edad, sin resultado positivo. A Manuel Laseca, para in-
timidarle o con propósitos más siniestros, le subieron al camión y el
hombre, creyendo que lo iban a fusilar, le dijo a su esposa, que contem·
piaba la e.scena, los recibos que tenía pendiente de cobro por los Un superviviente
suministros de tejas y ladrillos. A partir de este momento, José Calvo
estuvo tres años seguidos sin salir de su escondite. Mientras tanto, su
domicilio de Soria fue registrado en numerosas ocasiones. Cada fracaso
de sus perseguidores, multiplicaba el afán por detenerle.
Como la situación en Rebollar llegó a resultar insostenible, José Cal- Si es cierta la frase tópica de que una buena imagen vale más que mil
vo decidió regresar a Soria y volvió a ocultarse en su casa, encima del palabras, el documento que a continuación insertamos, escrito por un
taller de carpintería, donde permaneció OCHO Ai\lOS más. Vivió con superviviente es más ilustrativo respecto de la situación en que se encon-
el mayor sigilo; incluso las sillas, tenían goma en las patas para no cau- traban los presos en el transcurso de la sublevación, que todo lo que pu-
sar el menor ruido. . diera escribir la pluma más dotada. Por su espontaneidad, su frescura,
En la carpintería, situada en la planta baja, en el banco de carpinte- su naturalidad su falta de artificio, las páginas que siguen constituyen
ro, habían colocado un timbre, para avisar a José Calvo, de cualquier un claro espej~ donde podem?s contemplar ,en su cruda.realidad, C?-
presencia extraña o peligrosa. Al fin, siendo Gobernador Civil de Soria mo vivían los presos de la ermita de Santa Barbara en Sona, apenas sm
don Jesús Posada Cacho, por mediación de un amigo de ambos, José. esperanza y en la más triste y desolada situación. Dentro de los muros
Calvo se presentó en el Gobierno Civil. Un comisario de policía le leyó de la ermita reinaba un sombrío infierno y unos hombres desalmados,
los cargos: prófugo, hu ído, etc. Pero al fin, quedó libre y pudo respirar disponían a 'su antojo del destino de personas inocentes, con la mayor
a pleno pulmón el aire de la calle, después de su largo aislamiento. brutalidad e impunidad.
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,
I
"Un superviviente de la guerra fascista. cuanto las ratas y 'ratones nos pasaban por encima
Empezaré narrando en primer lugar; un tal Gre- del rostro; menos mal que sólo nos tuvieron 'en ese
gario de Pablo que durante la República estuvo de recinto tres días y nos volvieron otra vez a la di-
Jefe en colocación obrera, y.ese buen señor, que chosa ermita; y no para sólo en esto sino que un
ya no existe, como en aquellas circunstancias es- día llegó el policía que le llaman el Mozo o Mozas
caseaba tanto el trabajo cuando Ibamos apuntar- de apellido o mote, que según hacía de comisario
nos en vez de hacer una lista de paro obrero lo del Gobernador Muga y empezó a nombrar de uno
que hizo fue una lista negra por cuanto tenía los en uno los que all í nos encontrábamos detenidos;
domicilios de todos los obreros y donde vivíamos y claro el que no estaba porque ya lo habían qui-
cada uno. Pues bien ese buen señor se cambió de tado del medio cómo iba a salir; y al nombrar al
republicano a fascista y con esa lista como digo fue que está suscribiendo estas '1 íneas me miró de arri-
lo suficiente para la mayor parte de las detenciones ba abajo y me dice .en estas palabras:"pero aún es-
en masa y ser fusilados sin compasión. Después lo tás tu aquí?"; y yo a pesar de las circunstancias
nombraron jefe de la prisión de la ermita de Sta. tuve el atrevimiento de decirle que no estaba all í
Bárbara donde cada noche se ponía en la puerta a ni por ladrón ni por crim inal sino por liberarme de
nombrar los que decía iban trasladados de cárcel; la explotación del hombre por el hombre por cuan-
y al decir si cogían mantas o algo de los colchones to me hab'ía tocado trabajar con su padre que era
que se tenían de casa contestaba muy ufano no contratista de carreteras y caminos vecinales por
hay que llevar de nada, donde van hay de todo una miserable peseta desde que sal ía el sol hasta
esas eran sus contestaciones; se ponía en la puerta que se ponía, que no podía comer escasamente
y empezaba a nombrar fulano de tal y fulano de unas guijas o muelas como se les llama; esto ocurría
tal y no se acababa y al poco rato veíamos asomar cuando yo tenía unos quince o dieciseis años que
la camioneta con las luces y la calavera que se re- I yo estaba de pinche; después de dar de mano me
flejaba a los costados y ese plan pasamos los pocos cargaban con cuatro o c¡nco picos atados con una
que hemos quedado, siete meses de verdadero pá- cuerda: 4 adelante y otros tantos atrás para llevar-
nico por cuanto en ese periodo de tiempo todas las los arreglados al día siguiente a la hora de engan-
noches sucedía la misma faena; es decir que si saca- ¡ char a trabajar; a todo esto tener que andar cargado
ban treinta o cuarenta metían otros tantos a la no- de 5 a 6 kms. después de dar de mano y cuando ya
che siguiente o aquella misma noche. Y así pasába- estuve casado también me tocó trabajar por 4 mise-
mos los días de nuestro encierro pensando la quién rables pesetas que no podía hacer frente a las nece-
nos tocará mañana? También tuvimos una de las sidades más perentorias del hogar. Y por defender
noches de invierno cuando más tranquilos estába- mis derechos y los de los demás militantes de la
mos· echados entraron los guardias con pistola en confederación nacional del trabajo estoy aquí; y
mano a altas horas de la noche; con mucha sober- entonces me dijo, no te lo he dicho en mal concep-
bia como suele tener todo el que se viste de unifor- to y yo sin dejarla caer, en mal concepto no, en el
me y nos dicen sin más palabras: venga todo el peor que se pueda tener, esto me ocurrió con el
mundo arriba que van trasladados al Fielato de dichoso Mozo que todavía vive pero enfermizo se
Valladolid. A todo esto fuimos en unas camione-- conoce que el remordimiento de tanto mal que
tas esposados dando diente con diente por el frío I hizo no le deja vivir tranquilo. Y pasando ahora a
y lo avanzada de la noche; y como ese recinto ha- otro tema sobre el suministro que nos daban, lo
bía estado de almacén de granos durante la Repú- único que se pod ía comer era el pan porque lo
blica no pudimos pegar ojo en toda la noche por demás hab ía que tener mucha hambre para poderlo
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..,...
--
..-
.
•
pasar, hasta una noche, las buenas de las monjas dos de estar siete meses en esa dichosa ermita,
que era donde se encargaba hacer el suministro nos siempre hay gente buena y nos llevaron leche y pan
llevaron las alubias arregladas con aceite ricino y .'
y paquetes de tabaco, en fin después de todo estu-
todo el que comió le entró una indisposición de '.
vimos muy bien, a pesar de los 4 primeros meses
•
cuerpo de miedo; y al día siguiente mandaron un que lo único que hacíamos con apetito era.el desa-
practicante que dijeron era cubano y todavía rece- yuno, pues tanto la comida como la cena s~ co~
tó purga. Y uno de los presos, llamado Jaime de la ponía de alubias blancas en esos 4 meses, Sin mas
parte de El Burgo de Osma le dijo si quieren ma- que un poquito de aceite, llegó un momento que
•
tarnos que nos maten, pero no qUIeran envenenar- ya no podíamos tragarlas, menos mal que las espo-
nos; yo desde luego no probaba el rancho debido a sas y los familiares hacían los viajes a m.en~do. y
que mi amada esposa hacía todos los días tres • • nos llevaban suministro que lo Ibamos repartiendo.
viajes a esa dichosa ermita que tan tristes recuerdos y el día que iban nos dejaban estar con ellas en un
tenemos los pocos que hemos'quedado; porque yo patio grande como si estuviésemos de cam po y
me encuentro con vida gracias a una chica llamada ya después de esos cuatro mese.s, nos ~acaban hacer
Carmen que era la que cada día hacía las listas de trabajos para el pueblo; y el dla que Iban nuestras
los que iban.a fusilar, mandada por el malvado Go- mujeres nos daban permiso para salir con ellas·
bernador en aquellos momentos llamado Muga; por donde nos diera la gana durante todo el día
como quiera que dicha chica se encontraba en mi hasta la hora que nos decían teníamos que regre-
casa con mi espoS<\ de pensión, a pesar de que le sar a la prisión; pues tuvimos suerte que los que nos
dieron mi nombre por tres veces a mí no me puso mandaban en el pueblo eran el señor alcalde y el
ninguna vez en esa lista negra que tantas vidas de teniente de la Guardia Civil, pues al primero le ha-
homb-res honrados como yo sucumbieron en aque- bían fusilado un cuñado y el teniente de la Guardia
llos momentos trágicos. Civil tenía dos hijos en la zona roja; yeso influyo
Después de este relato, cuando más tranquilos mucho .para que nosotros estuviéramos tan bien
parecía que estábamos una mañana de madrugada mirados y sal ir después todos los días hacer traba-
nos levantan a todos y sin decirnos palabra nos jos' que al pueblo le beneficiaba y nosotros tan
atan uno con otro sin decir dónde nos llevaban, co~tentos por hacer ejercicio, por cuanto después
cuál sería la sorpresa y el disgusto de las pobres nos mandaron cortar toda una espinada que tenía
mujeres al ir con los desayunos y familiares al en- en una dehesa y después hacer pozos para poner
,,, contrarse con el recinto sin nadie; menos mal que chopos y nos pagaron a 10 céntimos cada pozo,
, los guardianes les dijeron que no pasaran cuidado pero a nosotros eso era lo de menos; por cuanto ha-
•
que nos hab ían llevado a Agreda. Pero narraré cíamos lo que queríamos y nos mandaban un guar-
cómo al llegar a la subida de la cuesta del Madero dia municipal con nosotros que era una bella 'per-
pararon los coches y nos tragamos ya la muerte, sona lo único que nos decía no fuéramos hacer
pero por fortuna no fue así; sino que al romperse algu~a cosa que le comprometiera a él.y nosot~o.s
una de las correas del ventilador de uno de los ve- por su buen comportamiento de los espinos le hiCI-
h ículos se paralizó la marcha; y por fin llegamos al mos sacos de cisco para todo el invierno, por cuan-
sitio destinado a donde nos conducían; pero allle- to como indico más arriba estábamos con las fa-
gar una buena señora dice, no sé para qué los han milias como queríamos y el día que iban lo pasá-
traído aquí, que no los han matado en el camino; bamos como ya digo de campo, sin hacer nada;
esa fue la primera entrada que tuvimos; pero des- y como trabajábamos com íamos después estupen-
pués como nos vieron que Ibamos tan demacra- I do rancho; el peor elemento que teníamos era el
I
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