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Comentario Sobre el Soneto a Cristo Crucificado

Existen divergencias en cuanto al reconocimiento del autor, a raíz del anonimato


al momento de su divulgación. No obstante, las referencias más firmes son para
el español San Juan de Ávila y el mexicano Miguel de Guevara, ambos hombres
de Dios, luego algunos medios lo asocian con Santa Teresa de Jesús, sin embargo,
en este último caso no existen elementos concretos como en los otros dos, en
cuanto al estilo y formas de la escrita conocida y analizada a nivel comparativo.

La fe del poeta no tiene que ver con promesas de la vida eterna, ni el miedo al
infierno. Es consciente de que, en ocasiones, puede ofender o que peca, pero
sigue teniendo fe. Esta se basa en la creencia en Dios. Para el, lo más importante
es que Cristo sufrió y murió por el hombre y eso le hace tener más presente esa
fe que necesita. Su amor a Cristo es una mezcla entre la devoción y el temor de
Dios. No quiere ni espera nada a cambio de su amor, de lo que siente. Su amor a
Cristo no cambia y no varía.

Estamos ante un poema de temática religiosa y, como suele ser habitual en


muchos de estos poemas, se hace desde el punto de vista amoroso. Sin embargo,
esta visión del amor no se enmarca dentro del de una relación de pareja, sexual,
etcétera. Estamos ante un amor a Dios y, sobre todo a Cristo, que murió por todos
los hombres para salvarnos.

Este poema es una ofrenda a ese Cristo crucificado. El poeta siente que su fe no
decae. Creer en Dios de una manera firme y sin ningún tipo de fisuras. El mero
hecho de que el hijo de Dios muriera por toda la humanidad para salvarla es lo
que le hace creer más en el amor, en el propio Cristo y en la religión. Su fe se
nutre del amor y de su creencia en Jesucristo.

Este tipo de temática es muy habitual. Sin embargo, notamos como en este poema
el protagonista del mismo no busca la aprobación de los demás, no busca dar una
imagen de religiosidad frente a otras personas para sentirse mejor. Todo lo
contrario, para él es muy importante su fe y lo que cree y por eso el poeta nos
muestra un poema desde el punto de vista del sentimiento íntimo del protagonista.

Cuando acabamos de leer el poema tenemos una sensación de tranquilidad y de


que el amor a Dios, desde un punto de vista sincero, sin esperar nada a cambio,
ese amor que nace desde lo más profundo de la fe de una persona, es posible y,
además, es algo íntimo, personal y que sólo atañe a la persona que cree realmente
en Dios y en su hijo, ese Cristo crucificado que da título al soneto.
Comentario de Susana Marín.

Raimer Vidal.

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