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SALA DE RECONOCIMIENTO DE VERDAD , DE

RESPONSABILIDAD Y DE DETERMINACIÓN
DE LOS HECHOS Y CONDUCTAS
EXPEDIENTE: 2018340160400141E
RAD ICAD O: 202403004642

Bogotá D.C., 16 de febrero del 2024


Radicado: 202403004642

REPÚBLICA DE COLOMBIA
JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ
SALAS DE JUSTICIA
SALA DE RECONOCIMIENTO DE VERDAD, DE RESPONSABILIDAD
Y DE DETERMINACIÓN DE LOS HECHOS Y CONDUCTAS

AUTO SUB D – SUBCASO HUILA – 006 DE 2024

Caso: Caso 03. Asesinatos y desapariciones forzadas presentados


como bajas en combate por agentes del Estado – subcaso
Huila.
Expediente: 2018340160400141E
Asunto: Adición del Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081 del 2023,
para la determinación de los hechos y las conductas
atribuibles al teniente coronel (r) del Ejército Nacional,
Fernando Moncayo Guancha, quien estuvo adscrito al
Batallón de Infantería No. 26, “Cacique Pigoanza”, durante
el periodo priorizado en el subcaso Huila del Caso 03.

ASUNTO

1. La Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de Determinación de


Hechos y Conductas (en adelante Sala de Reconocimiento o SRVR), de la Jurisdicción
Especial para la Paz (en adelante JEP), en ejercicio de sus facultades constitucionales,
legales y reglamentarias, adiciona el Auto SUB D-SUBCASO HUILA-081 del 2023,
para llamar al teniente coronel (r) del Ejército Nacional, Fernando Moncayo Guancha,
quien estuvo adscrito al Batallón de Infantería no. 26 “Cacique Pigoanza”, durante el
periodo priorizado en el subcaso Huila del Caso 03 a reconocer responsabilidad sobre
los hechos de muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate 1 y
desapariciones forzadas determinados en dicha providencia.

1Esta Sala previamente ha considerado que las muertes ilegítimamente presentadas como bajas en
combate han consistido en acciones de dar muerte a personas desarmadas e indefensas, que en algunos
casos llevó a su posterior desaparición, y presentarlas como guerrilleros o delincuentes dados de baja
en combate, a través de distintas modalidades, y haciendo uso de diversos mecanismos para su
planeación, ejecución y encubrimiento. Jurisdicción Especial para la Paz. Sala de Reconocimiento de
Verdad y Responsabilidad. Autos 125 de 2021, 128 de 2021, Sub D y F-01 de 2022, SUB-D-055 de 2022
y SUB-D-062 de 2023.

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I. ANTECEDENTES PROCESALES

2. Mediante el Auto No. 05 de 17 de julio de 2018, la Sala de Reconocimiento de


Verdad y Responsabilidad avocó conocimiento del Caso 03, “asesinatos y desapariciones
forzadas presentados como bajas en combate por agentes del Estado”2, a partir del Informe
No. 5 presentado por la Fiscalía General de la Nación, denominado “muertes
ilegítimamente presentadas como bajas en combate por agentes del Estado”. La SRVR
priorizó el análisis de unidades militares en función del número de hechos, de
víctimas y del potencial ilustrativo de lo ocurrido en sus jurisdicciones respecto del
fenómeno nacional3.

3. En el Auto No. 033 del 2021 la Sala expuso los criterios y el proceso de priorización
que le permitieron identificar y delimitar un universo provisional de hechos. De
acuerdo con ello se dispuso la apertura de seis subcasos, a partir de los cuales se ha
abordado la instrucción del Macrocaso 03: (i) Subcaso Antioquia, (ii) Subcaso Costa
Caribe, (iii) Subcaso Norte de Santander, (iv) Subcaso Huila, (v) Subcaso Casanare y
(vi) Subcaso Meta.

4. En el marco de la movilidad vertical aprobada en los acuerdos del Órgano de


Gobierno No. 028 del 26 de julio de 2018, No. 006 del 29 de enero de 2019, No. 03 del
30 de enero de 2020 y No. 02 de 19 de enero de 2023, el Despacho del Magistrado
Alejandro Ramelli Arteaga ha venido apoyando la sustanciación del Caso 03, en lo
referido a los hechos victimizantes perpetrados por efectivos adscritos a la Novena
Brigada del Ejército Nacional en el departamento del Huila y a las unidades tácticas
que hacían parte de su jurisdicción (subcaso Huila).

5. La Sala de Reconocimiento recibió cuatro informes de entidades estatales (Fiscalía


General de la Nación 4 y Procuraduría General de la Nación 5), y el Informe de la
Secretaría Ejecutiva de la JEP a las Salas de Justicia, que son relevantes para el subcaso
Huila. Adicionalmente, las organizaciones de víctimas aportaron 3 informes referidos
a hechos ocurridos en ese departamento, que involucran conductas perpetradas, entre
otros, por integrantes del Batallón de Infantería No. 27, “Magdalena” (BIMAG), del
Batallón de Infantería No 26, “Cacique Pigoanza”6 (BIPIG), y de la Agrupación de

2 Con los Autos No. 125 de 02 de julio de 2021 y 128 de 07 de julio de 2021, el caso 03 fue renombrado como
“Asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate por agentes del Estado”.
3 Sala de Reconocimiento, Auto 033 de 12 de febrero de 2021.

4 Informe 1 “Inventario del conflicto armado”, entregado el 30 de mayo de 2018 (en adelante, Informe 1), e

Informe 5 “Muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate”, presentado el 11 de julio de 2018.
5 Informe de la Procuraduría General de la Nación ante la JEP sobre investigaciones relacionadas con el

conflicto armado, 11 de diciembre de 2018 y Segundo Informe denominado Aportes desde la investigación
disciplinaria a la justicia y la verdad en contexto de transición: Informe de la Procuraduría General de la
Nación a la JEP, años 1990-2005, presentado el 4 de octubre de 2019.
6 a) Informe “Responsabilidad del Brigadier General Marcos Evangelista Pinto Lizarazo” presentado

por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, radicado ante la Jurisdicción el 31 de diciembre de

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Fuerzas Especiales Urbanas No. 11 (AFEUR).

6. A su vez, conforme al estándar de debida diligencia que rige la instrucción de los


macrocasos por parte de la Sala de Reconocimiento7, en el subcaso Huila se
practicaron 130 versiones voluntarias, así como 7 testimonios de efectivos de las
unidades priorizadas y de terceros civiles. En consecuencia, se escuchó a 61
exintegrantes del Batallón de Infantería No. 27, “Magdalena”; 52 exintegrantes
Batallón de Infantería No. 26, “Cacique Pigoanza”; 6 exintegrantes de la Agrupación de
Fuerzas Especiales No. 11 y 11 exintegrantes de la Novena Brigada, con el propósito
de identificar a los máximos responsables involucrados en las muertes ilegítimamente
presentadas como bajas en combate durante el periodo comprendido entre el año 2005
y el año 2008. De las 130 personas que atendieron el llamado de la SRVR, 15 rindieron
versión voluntaria escrita y 115 mediante audiencia virtual o presencial, sin perjuicio
de la entrega posterior de complementos escriturales.

7. En las versiones previamente referidas, un número importante de comparecientes


confesó su participación en los crímenes descritos en los informes recibidos por la Sala
y otros reconocieron la ilegalidad de las operaciones militares que desarrollaron en
las unidades militares priorizadas. Con ello, se obtuvieron aportes al esclarecimiento
de lo sucedido en un grado superior al alcanzado en los procesos penales que adelantó
la justicia ordinaria.

8. Además, la Sala ordenó la práctica de inspecciones judiciales a procesos de la Sala


de Definición de Situaciones Jurídicas8; de las fiscalías 114, 115 y 116 Especializadas
contra las violaciones a los derechos humanos de la ciudad de Neiva, y 40
Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos de la ciudad de Bogotá 9;

2019. Incorporado al expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235,
Folio 564 y ss.
b) Informe “De la impunidad a la verdad” – Informe sobre ejecuciones extrajudiciales en el
Departamento del Huila, presentado por el Observatorio Surcolombiano de Derechos Humanos, Paz
y Territorio. Incorporado al expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-
09.2018.0.00.0001/0235, Folio 5 y ss.
c) Informe “Falsos positivos en el Huila: Rompiendo el silencio de la impunidad”, presentado por el
Observatorio Surcolombiano de Derechos Humanos, Paz y Territorio. Incorporado al expediente
Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235, Folio 5 y ss.
7 JEP, Sección de Apelación, TP-SA- Senit 5 del 2023.

8 Autos de 5 de febrero (2018340160400141E00026) y de 21 de abril de 2019 (20193710111283).

Incorporado al expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235, Folio
1498 y ss.
9 Radicados Conti No. 20193710083183, 20193710121723, 20193710285463, 202103013258 y
202203008165. Incorporado al expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-
09.2018.0.00.0001/0235, Folios 4146 y ss, Folio 7728 y ss, Folio 23441 y ss, Folio 113240 y ss, y Folio
113646 y ss.

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al BIMAG 10; al BIPIG11; al Juzgado Tercero Administrativo Oral de Neiva12; a los


archivos de la Caja de Retiro de las Fuerzas Militares – CREMIL13, y a la Novena
Brigada del Ejército Nacional.

9. En las unidades militares se recopilaron documentos provenientes de los archivos


operacionales, de inteligencia, de ayudantía y comando, que sirvieron como soporte
de las acciones militares en las que se perpetraron los homicidios y las desapariciones
forzadas investigadas. Dichos elementos fueron utilizados como fuente de
contrastación de los relatos obtenidos en las versiones voluntarias y sirvieron como
insumo para el análisis de contexto, así como para la determinación de hechos y la
atribución de responsabilidades.

10. Atendiendo a la información obtenida por la Sala en la fase de contrastación


del subcaso Huila, se estimó procedente llamar a versión voluntaria al teniente
coronel (r) Fernando Moncayo Guancha, debido a que se encontró que estuvo
destacado en el BIPIG entre el 19 de mayo de 2006 y el 20 de agosto de 2008, periodo
en el que desempeñó los cargos de comandante de compañía, oficial de operaciones
y segundo comandante, bajo los grados de capitán y mayor. En consecuencia,
mediante el Auto No. 020 del 2022, se dispuso su comparecencia para el 15 de julio
del 2022. Dicha providencia no pudo comunicarse de manera oportuna al
compareciente, en la medida en que no se contaba con información actualizada sobre
sus datos de notificación.

11. Debido a que a la Sala se le informó que Moncayo Guancha se encontraba


residiendo en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, mediante el Auto ARA-127 del
2023, se le solicitó a la Dirección de Asuntos Migratorios, Consulares y Servicio al
Ciudadano del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia que adelantara: “las
gestiones pertinentes para NOTIFICAR esta providencia y el Auto SUB D – SUBCASO
HUILA – 020 del 6 de junio de 2022, junto con los traslados correspondientes, al señor
Fernando Moncayo Guancha”.

12. El Auto ARA-127 de 2023, le fue notificado al Ministerio de Relaciones


Exteriores el 14 de abril del mismo año y para el mes de junio del 2023 esa Cartera no
había atendido el requerimiento realizado por la Sala. En consecuencia, se profirió el
Auto ARA-315 del 2023, mediante el que se reiteró la orden referida al pronto
agotamiento de los procedimientos necesarios para notificar al señor Moncayo
Guancha.

10 Radicado Conti No. 20193710268093. Incorporado al expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No.
9002774-09.2018.0.00.0001/0235, Folios 9982 y ss.
11 Radicado Conti No. 202003007844. Incorporado al expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No.

9002774-09.2018.0.00.0001/0235, Folios 61834 y ss.


12 Radicado Conti No. 202003010002. Incorporado al expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No.

9002774-09.2018.0.00.0001/0235, Folios 61000 y ss.


13 Radicado Conti No. 202103001461.

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13. Como respuesta a las providencias previamente citadas, únicamente se envió


copia de un memorando del 23 de agosto del 2023, remitido por el señor Julián
Antonio Corredor Naranjo, Coordinador GIT de Asuntos Consulares y Cooperación
Judicial, a la señora Angie Paola Tafur Landazábal, Cónsul de Colombia en Abu Dabi,
Emiratos Árabes Unidos, dando traslado al Auto ARA-315 del 2023 y solicitando una
pronta respuesta. Por ende, mediante el Auto ARA-556 del 2023, se requirió
nuevamente al Ministerio de Relaciones Exteriores para que adelantara la notificación
del señor Moncayo Guancha, so pena de que la Magistratura hiciera uso de sus
poderes correccionales.

14. Luego, mediante el Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081 del 20 de noviembre del
2023, se surtió la determinación de hechos y conductas en el subcaso Huila del Caso
03. En esa providencia, se identificaron 35 comparecientes, a los cuales se les otorgó
la calificación de máximos responsables o partícipes determinantes sin liderazgo
frente a los patrones macrocriminales descritos por la Sala y se les llamó a reconocer
responsabilidad como autores de crímenes de guerra y de lesa humanidad.

15. Mediante memorial del 29 de noviembre del 2023, el abogado Luis Hernando
Castellanos Fonseca, en calidad de apoderado de confianza del señor Fernando
Moncayo Guancha, indicó la disposición de su poderdante para rendir versión
voluntaria en el marco del subcaso Huila del Caso 03, en los términos dispuestos en
el Auto No. 020 del 2022. Al respecto, precisó que el señor Moncayo Guancha reside
en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos. Por ende, solicitó que se autorizara “la
presentación de su versión voluntaria de forma escrita, o en caso de requerirse de manera
verbal, se pueda efectuar través de medios tecnológicos”. Finalmente, el abogado
Castellanos Fonseca, requirió que: “se autorice y comparta el acceso a la totalidad de las
piezas procesales del expediente de la referencia”.

16. Atendiendo a lo anterior, se profirió el Auto CDG-205 del 14 de diciembre del


2023, en el cual (i) se fijó como fecha para la versión voluntaria del señor Moncayo
Guancha el 17 y 18 de enero de 2024, (ii) se dispuso el traslado correspondiente y (iii)
se le reconoció personería para actuar a su apoderado de confianza. La diligencia
previamente mencionada se efectuó en modalidad virtual, con la participación del
compareciente, su abogado, la representación de las víctimas y el Ministerio Público.

17. Vencido el término concedido por la Sala, 30 de los 35 compareciente


identificados como máximos responsables o participes determinantes sin liderazgo
mediante el Auto SUB D-SUBCASO HUILA-081 del 2023, aceptaron su
responsabilidad.

18. Atendiendo a la contrastación de la información obtenida en relación con la


conducta del señor Fernando Moncayo Guancha durante el periodo en que estuvo
destacado en el BIPIG, mediante la presente providencia se adiciona el Auto SUB D-
SUBCASO HUILA-081 del 2023, para identificar a dicho compareciente como máximo
responsable de homicidios y desapariciones forzadas calificados como crímenes de

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guerra y crímenes de lesa humanidad, debido a su rol de liderazgo frente a la


consolidación de los patrones macrocriminales descritos en esa providencia. En
consecuencia, se llamará al señor Moncayo Guancha a reconocer responsabilidad en
el subcaso Huila del Caso 03.

II. CONSIDERACIONES

A. Identificación del compareciente

19. Fernando Moncayo Guancha, identificado con la cédula de ciudadanía No.


76.309.871, fue miembro del Batallón de Infantería No. 26, “Cacique Pigoanza”, entre el
19 de mayo de 2006 y el 20 de agosto de 2008 14, periodo en el que tuvo los grados de
capitán y mayor15. Durante ese lapso, se despeñó como comandante de compañía
desde mayo hasta octubre de 2006. Luego, entre noviembre de 2006 y septiembre de
2007, ejerció el cargo de oficial de operaciones. Finalmente, desde octubre de 2007
hasta agosto de 2008, ofició como segundo comandante16. El señor Moncayo Guancha
fue convocado por la Sala de Reconocimiento a rendir versión voluntaria mediante
los autos No. 020 del 2022 y No. CDG-205 del 2023, siendo escuchado en 2 sesiones,
los días 17 y 18 de enero del 2024.

B. Involucramiento en los patrones macrocriminales

20. Según la información recopilada por la Sala, durante el tiempo en que el señor
Fernando Moncayo Guancha se desempeñó como oficial de operaciones del BIPIG,
efectivos de esa unidad ejecutaron 21 operaciones militares cuestionadas de las que
se derivaron 45 víctimas17. Doce hechos corresponden al primer patrón macrocriminal
de estigmatización a víctimas por señalamientos arbitrarios de pertenencia a un grupo
armado18; tres al segundo, de selección y atracción de víctimas aprovechando sus

14 Extracto de hoja de vida.


15 Extracto de hoja de vida y VV de Fernando Moncayo Guancha.
16 VV de Fernando Moncayo Guancha.

17 En 15 de estos casos, comparecientes del subcaso Huila del Caso 03, reconocieron que se trató de

muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate.


18 Hechos del 28 de noviembre del 2011, en los que fueron asesinados Herney Ochoa Cadena, José

Agustín Arias Barrera y Juan Gabriel Cuenca Morea; hechos del 9 de diciembre de 2006, en los que fue
asesinado Ovidio Galindo; hechos del 15 de diciembre de 2006, en los que fue asesinado Nidio Otoniel
Oviedo Martínez; hechos del 22 de diciembre de 2006, en los que fueron asesinadas cuatro personas no
identificadas; hechos del 6 de enero de 2007, en los que fue asesinado Ovidio Ortiz Sepúlveda; hechos
del 13 de enero de 2007, en los que fue asesinado Rafael Tovar Castañeda; hechos del 23 de enero de
2007, en los que fueron asesinados Ever Mosquera Pérez, Felipe Bernate Alonso, Orlando Molano
Gutiérrez y una persona sin identificar; hechos del 23 de febrero de 2007, en los que fueron asesinados
Reinel Alvira Piso y Arquímedes Alvira Lemus; hechos del 23 de febrero de 2007, en los que fueron
asesinados Jair Hoyos Álzate y Álvaro Marín Silva; hechos de 21 de mayo de 2007, en los que fue
asesinado Arley Vega; y hechos del 19 de agosto de 2007, en los que fue asesinado Lennin Yustres
Amézquita.

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condiciones de vulnerabilidad19; y siete al tercero, de operaciones ofensivas contra


supuestas actividades de delincuencia común 20.

21. Estos crímenes se dieron con ocasión de un plan criminal orientado a mostrar
como resultados operacionales legítimos las muertes producidas en combates
simulados, para dar una falsa sensación de seguridad a la población civil y exhibir la
supuesta diligencia del Ejército Nacional, así como obtener beneficios profesionales y
mayor legitimidad institucional.

22. Si bien en la versión voluntaria el señor Moncayo Guancha admitió la existencia


de irregularidades en los soportes operacionales que elaboró y suscribió durante el
tiempo en que se desempeñó como oficial de operaciones del BIPIG, no reconoció su
participación en los delitos investigados por la Sala21. Sin embargo, se aprecian bases
suficientes para entender que su actuación correspondió al ejercicio de un rol de
liderazgo frente a la consolidación de los patrones macrocriminales descritos en los
párrafos precedentes y que se explican en detalle en el Auto SUB D- SUBCASO
HUILA-081 del 2023, debido a que valiéndose de las funciones propias del cargo de
S3 del Batallón Cacique Pigoanza, realizó aportes esenciales para su difusión, su
permanencia y su encubrimiento.

C. Aportes esenciales del compareciente a los patrones macrocriminales

23. Pasa la Sala, a examinar las contribuciones realizadas por Fernando Moncayo
Guancha a los patrones macrocriminales determinados en el subcaso Huila.

1. La emisión irregular de misiones tácticas.

24. Mediante el Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081 del 2023, se estableció que la
emisión de misiones tácticas sin el debido agotamiento del procedimiento militar de
toma de decisiones fue un elemento fundamental para el surgimiento y la
consolidación de los patrones macrocriminales descritos en esa providencia. Al
respecto, se destaca que la producción irregular de dichos soportes operacionales era

19 Hechos del 6 de abril de 2007, en los que fue asesinado Wynther Jackon Trujillo Trujillo; hechos del
11 de abril del 2007, en los que fue asesinado Jhon German Vargas Calderón; y hechos del 10 de agosto
de 2007, en los que fue asesinado Diego Andrés Molina.
20 Hechos del 8 de diciembre de 2006, en los que fue asesinado Honaldo Muñoz Campo; hechos del 5

de enero de 2007, en los que resulto herido Diego Ferney Sierra Álvarez y fueron asesinados Faiber
Cuellar González y José Arístides García Claros; hechos del 2 de febrero de 2007, en los que fueron
asesinados Nelson Medina Vargas, Yovany Monsalve Marín, José Rentería, Antonio Claros Tobón y
Carlos Humberto Aguirre; hechos del 28 de marzo de 2007, en los que fue asesinado Yobany Ardila
Velasco; hechos del 12 de abril de 2007, en los que fueron asesinados Andrés Mauricio Duarte Guzmán,
Carlos Augusto Polanía Rodríguez, Jhon Fredy Alcalá Lugo, Juan Gabriel Gómez Rincón y Rubiel
Andrade; hechos del 13 de mayo de 2007, en los que fueron asesinados Jimmy Antonio Camargo, Jorge
Eliecer Neira y Robinson Ramírez Mejía; y hechos del 22 de octubre de 2007, en los que fueron
asesinados Diego Armando Cárdenas Sánchez, Luis Ernesto Vargas Olaya y Marlio Mauricio Murillo
Sánchez.
21 V.V de Fernando Moncayo Guancha.

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indispensable para que (i) la tropa realizara los movimientos en los que se perpetraron
los asesinatos investigados y (ii) fueran reportados como supuestas bajas en combate.
Además, (iii) permitió que los integrantes de las unidades fundamentales implicadas
comprendieran que contaban con el apoyo de las Sección de Operaciones del BIPIG,
para obtener la documentación necesaria para encubrir su actuar criminal.

25. Lo expuesto, fue reconocido por la Sala al momento de calificar la conducta del
señor Jair Arias Sánchez, quien se desempeñó como S3 del BIPIG con antelación al
señor Fernando Moncayo Guancha. Mediante el Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081
del 2023, se concluyó que Arias Sánchez: “Sabia que, al (…) emitir órdenes de operaciones
sin el adecuado agotamiento del procedimiento militar de toma de decisiones y pretermitir un
control efectivo respecto de la legitimidad de los resultados operacionales reportados, estaba
contribuyendo al surgimiento y la consolidación de los patrones analizados”. Conforme con
ello, fue llamado a reconocer responsabilidad como máximo responsable.

26. De acuerdo con la información de la que dispone la Sala, los supuestos


previamente descritos se reprodujeron con total precisión durante el periodo en que
Fernando Moncayo Guancha se desempeñó como oficial de operaciones del BIPIG.
Dicho compareciente, era el encargado de la elaboración y la suscripción de las
misiones tácticas que dieron lugar al desarrollo de las acciones militares en las que
ocurrieron los homicidios y las desapariciones forzadas perpetradas por militares
adscritos a esa unidad militar durante parte de la comandancia de Carlos Yair
Salamanca Robles. Sobre la forma en que Moncayo Guancha cumplió con esa función,
distintos comparecientes reconocieron que la producción de las misiones tácticas tuvo
lugar sin que previamente se agotara en debida forma el procedimiento militar de
toma de decisiones, con la intención de darle visos de legalidad a los movimientos de
la tropa en los que se cometió la ejecución extrajudicial de civiles para presentarlos
como bajas en desarrollo de operaciones militares legítimas.

27. Lo anterior fue reconocido por Jesús Mauricio Jiménez Botina, quien se
desempeñó como comandante del pelotón Catapulta 4 del BIPIG durante el periodo
en el que el señor Moncayo Guancha fungió como oficial de operaciones:

“PREGUNTADO: ¿sabe usted si en alguna oportunidad en este caso o en otros de los que nos
haya narrado los documentos del soporte de la operación, los documentos previos como la
orden de operaciones, el anexo de inteligencia se elaboraron después de la muerte de las
personas? RESPONDIÓ: doctor que yo sepa, siempre, siempre lo realizaban en el momento
para evitar si de pronto pasaba algún inconveniente ya estaba por escrito la orden de
operaciones, pero siempre me lo hacían llegar, pero como le digo prácticamente eso ya se
tenía previsto que era lo que se iba a hacer, todo a través de la línea del celular”. (Énfasis fuera
del texto original)

28. Como puede verse, en su versión voluntaria Jiménez Botina reconoció que la
elaboración de las órdenes de operaciones durante el periodo en que Moncayo
Guancha se desempeñó como oficial de operaciones del BIPIG no respondió a la
intención de adelantar acciones militares contra los grupos armados que hacían
presencia en el área de responsabilidad del batallón, sino a la finalidad de encubrir

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las ejecuciones extrajudiciales perpetradas por los efectivos de esa unidad. Es así
como se tiene que, de manera previa a la emisión de esos documentos, los integrantes
de las unidades fundamentales implicadas conocían que iban a participar en la
comisión de los homicidios y desapariciones forzadas. Adicionalmente, sabían que
los oficiales de inteligencia y de operaciones, así como el comandante de la unidad
táctica, cohonestaban con esas conductas delictivas y contribuían a su encubrimiento.

29. Al respecto, también resulta ilustrativo lo manifestado por Luis Carlos Aguilera
Quintero, quien se desempeñó como oficial de inteligencia mientras el señor
Moncayo Guancha fue oficial de operaciones en el BIPIG, en relación con los hechos
ocurridos en Garzón, Huila, el 5 de enero de 2007, en los que fueron asesinados los
señores Faiber Cuellar González y José Arístides García Claros. En estos sucesos,
también resultó herido el señor Diego Ferney Sierra Álvarez22. Sobre su planeación,
Aguilera Quintero, manifestó lo siguiente:

“PREGUNTADO: (…) Señor Aguilera, en el recuento según el listado de hechos que usted
refirió el día de ayer, tenemos que abordar el ocurrido el 5 de enero de 2007 en el municipio de
Garzón en el sector de Puerto Alegría, cuéntenos ¿que recuerda usted sobre estos hechos?
RESPONDIÓ: buenas tardes señor magistrado, digamos que ese hecho parte de una
información de una persona que se acerca directamente a hablar con el comandante del batallón,
puntualmente él quiso que su primera comunicación fuera con el comandante del batallón,
digamos que una persona que quería ser como más discreta, más misteriosa, entonces habla con
el comandante del batallón y le dice que él se ofrece también para trabajar por el batallón para
aportarle en la consecución de los resultados y ya posterior a eso, pues el comandante del
batallón me lo refiere para que hable conmigo como jefe de la sección de inteligencia, yo hablo
con la persona, él me dice que conoce a otro muchacho allá en Garzón, que ese muchacho tiene
o conoce a otras personas que pueden jalarlas, por decir el termino, para llevarlas y
entregárselas a la tropa para que puedan ser presentados como muertos en combate. Digamos
que no recuerdo la fecha de cuando se comenzó a trabajar esta información, pero si con
anticipación del 5 de enero que fue la ocurrencia de los hechos. Bueno, digamos que eso se
trabajó de esa manera, cuando ya se estructuró la información, que este muchacho iba a
estructurar un vehículo para llevar estas personas y los iba a entregar en cierto punto a la
tropa, ya el coronel, el comandante del batallón, mi coronel Salamanca, ya tenía
conocimiento. El también da la orden y dice: “eso hágalo con Jiménez, Entonces, que Jiménez
vaya con una escuadra para que haga ese trabajo”. Yo voy y le doy esa información, le
comento al teniente que era lo que se iba a hacer, cuál era la forma en que se iba a proceder
en este caso y se hizo, tal vez ese día en horas de la tarde se organizó el personal y en horas
de la noche salió la NPR o las dos NPR creo que fue una NPR y salió Jiménez con el personal”.
(Énfasis fuera del texto original)

30. Como puede verse, el comandante del BIPIG (Salamanca Robles), su oficial de
inteligencia (Aguilera Quintero) y el comandante del pelotón encargado de cometer
las ejecuciones extrajudiciales (Jiménez Botina), previamente estaban al tanto de que
se iba a realizar una actividad ilegal. De acuerdo con ese contexto, resulta inverosímil
que Moncayo Guancha, en calidad de oficial de operaciones, estuviera al margen de
tal situación. En relación con este punto, se destaca que el S3 de una unidad táctica,
cuenta con las siguientes funciones:

22La ilegalidad de estos hechos fue reconocida por Luis Carlos Aguilera Quintero y por Jesús Mauricio
Jiménez Botina.

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“(…) verificar y supervisar el alistamiento de las tropas para el inicio de las misiones;
recomendar planes tendientes a neutralizar las acciones del enemigo para lo cual mantiene un
registro y contacto permanente con las unidades que se encuentran en el área. Ahora, frente a
la realización de las órdenes de operaciones y misiones tácticas se le atribuye la responsabilidad
de elaborar los planes y órdenes de los movimientos tácticos; recomendar la localización de los
puestos de mando; realizar informes periódicos de operaciones y estadísticas; preparar el plan
táctico de cobertura y engaño; así como adelantar de forma oportuna y lo más verídica posible
la lecciones aprendidas en todas las áreas del Estado Mayor, especialmente en las operaciones
desarrolladas por las unidades para posteriormente enviarlas al comando superior para su
análisis y difusión”23.

31. Las consideraciones precedentes evidencian que el señor Moncayo Guacha, como
S3 del BIPIG, contaba con un rol protagónico en el procedimiento militar de toma de
decisiones que debía guiar la emisión de las misiones tácticas. Esto debido a que el
oficial de operaciones es el responsable de asesorar al comandante del Batallón sobre
(i) el curso de acción que debía emplear, (ii) la selección de las unidades
fundamentales encargadas de ejecutarlo y (iii) la manera en que se efectuarían sus
movimientos.

32. Por ende, para que se desplazara la tropa hasta el lugar donde se cometieron los
asesinatos perpetrados por efectivos del BIPIG, era indispensable que Moncayo
Guancha emitiera irregularmente una misión táctica, debido a que no contaba con: (i)
información de inteligencia real que justificara el movimiento y (ii) un análisis de
situación sustentado que respaldara desde una perspectiva táctica el lanzamiento de
una acción militar legal. En consecuencia, no se verificaba el adecuado agotamiento
del procedimiento militar de toma de decisiones.

33. Lo anterior muestra como la conducta del señor Fernando Moncayo Guancha
constituyó un aporte esencial a los patrones macrocriminales investigados. Sin las
misiones tácticas irregularmente proferidas, (i) no se habrían podido realizar las
acciones militares en las que se consumaron los homicidios de civiles y (ii) tampoco
hubiera sido posible su reporte como resultados operacionales legítimos.

34. La conclusión expuesta con antelación se ve reforzada por la existencia de


irregularidades en los textos de las misiones tácticas suscritas por el señor Moncayo
Guancha, las cuales denotan la finalidad de contribuir al ocultamiento de la
ilegalidad de las bajas reportadas por efectivos del BIPIG, durante el periodo en que
se desempeñó como oficial de operaciones de esa unidad táctica. Con el propósito de
ejemplificar lo anterior, puede acudirse a los hechos ocurridos el 2 de febrero de 2007,
en la vereda “Las Damas” de Garzón, Huila, en los que fueron asesinados los señores
Nelson Medina Vargas, Yovany Monsalve Marín, José Rentería, Antonio Claros
Tobón y Carlos Humberto Aguirre.

23JEP, Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad, Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081 del
2023.

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35. En relación con tales sucesos, Luis Rodolfo Mulcué Sanza, reconoció que se trató
de ejecuciones extrajudiciales. Sobre la forma en que fueron perpetradas, dicho
compareciente indicó que desde que los efectivos implicados salieron del BIPIG
sabían que iban a cometer los homicidios en cuestión24. Adicionalmente, señaló que
las víctimas fueron conducidas al lugar de los hechos por un civil en un vehículo
particular, allí fueron asesinadas y luego se les incorporaron las armas provistas por
el “reclutador” y dos granadas que portaba Mulcué Sanza25.

24 Mulcué Sanza, en su versión voluntaria, manifestó: “PREGUNTADO: volviendo al relato, ¿ustedes


llegan al batallón y qué pasa? RESPONDIÓ: nos reúne el sargento Ortega y nos dice la misión que se
va a hacer, la orden y hacia dónde vamos a salir. Ahí duramos un rato, y ahí recuerdo un man de la
unidad de inteligencia que no recuerdo del suboficial que nos dijo qué se iba a hacer. No recuerdo si
hubo una persona del 2 que nos dijera que íbamos a hacer y a donde íbamos a salir. PREGUNTADO:
cuando usted nos dice que alguien de inteligencia les dice qué hacer, ¿se refiere a que la persona de
inteligencia les dijo que van a matar a una persona? RESPONDIÓ: sí, dijo que iba a llegar unas personas
y tocaba darlos de baja. PREGUNTADO: ¿esta persona dijo cuántas personas iban a ser, quien las iba
a llevar y donde las iban a encontrar? RESPONDIÓ: esa información la dio el sargento Ortega, nos dijo
dónde y cuantas personas iban a ser. PREGUNTADO: esa reunión previa, ¿en qué lugar del batallón
se hace? RESPONDIÓ: en el aire libre. Nos llevan a un lugar a solas a quienes íbamos a hacer la
operación y se hace esa promoción. (…) PREGUNTADO: estas personas llegan en un vehículo, ¿el que
conduce el vehículo también muere en estos hechos? RESPONDIÓ: no, señor magistrado. Él se
devolvió, los dejó allá con nosotros y se fue. PREGUNTADO: la persona que llevaba a estas víctimas,
¿hacía parte del plan? RESPONDIÓ: no tengo conocimiento si era civil o miembro del ejército.
PREGUNTADO: es decir, cuando llegaron al lugar de los hechos, ¿montaron un retén para bajar las
personas del carro o se bajaron por su propia voluntad? RESPONDIÓ: nosotros los bajamos. Cuando
vimos que llegaba el carro nos ordenaron estar pendientes que ahí ya llegaron las personas, y cuando
llegó, los cogimos y les dijimos quieto como si fuera un retén. PREGUNTADO: ¿y a la persona que iba
manejando el vehículo la dejaron seguir? RESPONDIÓ: sí, él solamente los descargó y se devolvió.
PREGUNTADO: ¿con qué pretexto retuvieron a esas personas? RESPONDIÓ: las bajamos como
verificación de antecedentes y tocaba esperar. Igual el carro se devolvió. PREGUNTADO: ¿qué pasó
mientras estaban con estas personas y las bajaron del vehículo? RESPONDIÓ: cada quien, inclusive yo,
cogí a Rentería y me quedé hablando con él y me preguntó que qué pasaba allí, que qué le íbamos a
hacer, y le dije que nada, que estábamos verificando antecedentes y que, si no tiene ninguno, se va, y
ahí duramos hablando cada quien un buen rato y cuando llegó Faustino Roja y me dijo que cambiemos
porque yo hablaba mucho con él y me daba cosa y me dijo que cambiáramos, entonces cogí el que él
tenía y él cogió a Rentería. PREGUNTADO: ¿Dónde se ubicaron las víctimas? ¿Quién se encargó de
cada una? RESPONDIÓ: antes de que fueran ellos, el sargento había dicho quien se iba a hacer cargo
de cada uno, entonces dijo “Mulcué coja uno, Rojas uno, Quintero coja el otro, Sánchez coja el otro” y
el quinto no me acuerdo quién lo cogió, pero los otros cuatro si me acuerdo muy bien. (…)
PREGUNTADO: ¿Cómo estaban dispuestas las personas cuando les dispararon? Estaban de espaldas,
de pie, caminando… RESPONDIÓ: el que yo tenía estaba tendido en el piso con las manos en la cabeza.
PREGUNTADO: ¿y por qué les dijeron a las personas que estuvieran en esa posición? RESPONDIÓ:
era como la prevención de que no fueran a correr, algo así. PREGUNTADO: ¿a qué distancia se
ubicaron para dispararles? RESPONDIÓ: yo estaba a unos 4-5mts de la víctima. PREGUNTADO: usted
nos dijo también que le había disparado a una de estas personas, pero uno de sus compañeros no lo
había hecho. Relátenos, ¿cómo ocurrió? RESPONDIÓ: cuando yo escuché el primer disparo, por el lado
de Quintero, yo empecé a disparar al que tenía al frente de mí y el que tenía Sánchez Oscardi me dijo
que no podía y yo salté y le disparé. Él se quedó quieto porque estaba próximo al que yo le disparé,
del miedo se quedó paralizado, entonces yo automáticamente yo le disparé. PREGUNTADO: ¿en estos
hechos les disparó a dos personas? RESPONDIÓ: sí, señor magistrado”.
25 VV de Luis Rodolfo Mulcué Sanza.

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36. En relación con los soportes operacionales referidos a estos hechos, la Sala
encontró que en el acápite de “Situación” de la misión táctica “Faro” del 2 de febrero
de 2007 que corresponde a la operación militar en la que fueron asesinados los
señores Nelson Medina Vargas, Yovany Monsalve Marín, José Rentería, Antonio
Claros Tobón y Carlos Humberto Aguirre, se hizo alusión a la presencia de cinco
sujetos armados:

“Como últimas informaciones: se tuvo conocimiento de presencia de Cinco (05) bandidos


delincuencia común; vestidos de Civil con armas largas y cortas nuevamente incursionando
sobre el sector de las Damas y veredas aledañas (sic) jurisdicción del municipio de Garzón,
realizando atracos sobre la vía que conduce de la vereda las Damas a Garzón, robos en fincas,
bien (sic) inmuebles, abigeato, cosechas, cobro de vacunas, extorsión a comerciantes, sembrando
el pánico en la región”26. (Énfasis fuera del texto original)

37. Al contrastar la misión táctica “Faro” del 2 de febrero de 2007, con el anexo de
inteligencia de la misma fecha que supuestamente sustentó la elaboración y la
autenticación de dicho soporte operacional por parte del señor Moncayo Guancha en
calidad de S3 del BIPIG, la Sala encontró que en su texto no se hizo referencia a la
presencia de cinco sujetos armados en el sector de “Las Damas”. De hecho, lo único
que se reportó para la fecha en cuestión, fue lo siguiente:

“02 FEBRERO O7: (BANDAS CRIMINALES DE DELINCUENTES COMUNES): se tuvo


conocimiento por una fuente con acceso a la banda criminal, la intención de estos delincuentes
de efectuar unos atracos a objetivos previamente analizados, esta acción delincuencial
pretenden realizarla sobre el sector de la vereda de la (sic) damas (…) del municipio de Garzón,
estos delincuentes provienen de varios (sic) municipio del sur del departamento, portan armas
semiautomáticas y revólveres, de acuerdo a lo informado por la fuente, esta acción pretende ser
realizada durante este fin de semana o actuando en horas de la noche (sic) el movimiento de
aproximación a los objetivos previamente establecidos y una vez organizada la banda ejecutan
la acción y se dispersan a sus diferentes municipios de origen” 27.

38. Como puede verse, en la misión táctica “Faro” del 2 de febrero de 2007 se
mencionó la presencia de 5 sujetos armados vestidos de civil, a pesar de que esa
información no constaba en el anexo de inteligencia que supuestamente orientó su
elaboración. De igual forma, se tiene que esa cifra coincide con precisión con el
número de personas que fueron asesinadas por efectivos del BIPIG, en esa fecha.
Aquí cobran especial relevancia las manifestaciones realizadas Mulcué Sanza en su
versión voluntaria, en las que reconoció que, con antelación al desarrollo de la acción
militar en cuestión, los efectivos implicados sabían que en realidad se iban a perpetrar
ejecuciones extrajudiciales:

“PREGUNTADO: volviendo al relato, ¿ustedes llegan al batallón y qué pasa? RESPONDIÓ:


nos reúne el sargento Ortega y nos dice la misión que se va a hacer, la orden y hacia dónde

26 Ejército Nacional, Novena Brigada, BIPIG, orden de operaciones “Faro” del 2 de febrero de 2007.
Obtenido en inspección judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-
09.2018.0.00.0001/0235.
27 Ejército Nacional, Novena Brigada, BIPIG, ANEXO “C” FARO A LA ORDOP No. 12. Obtenido en

inspección judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235.

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vamos a salir. Ahí duramos un rato, y ahí recuerdo un man de la unidad de inteligencia que no
recuerdo del suboficial que nos dijo qué se iba a hacer. No recuerdo si hubo una persona del 2
que nos dijera que íbamos a hacer y a donde íbamos a salir. PREGUNTADO: cuando usted nos
dice que alguien de inteligencia les dice qué hacer, ¿se refiere a que la persona de inteligencia
les dijo que van a matar a una persona? RESPONDIÓ: sí, dijo que iban a llegar unas personas
y tocaba darlos de baja. PREGUNTADO: ¿esta persona dijo cuántas personas iban a ser,
quien las iba a llevar y donde las iban a encontrar? RESPONDIÓ: esa información la dio el
sargento Ortega, nos dijo dónde y cuantas personas iban a ser. PREGUNTADO: esa reunión
previa, ¿en qué lugar del batallón se hace? RESPONDIÓ: en el aire libre. Nos llevan a un lugar
a solas a quienes íbamos a hacer la operación y se hace esa promoción”. (Énfasis fuera del texto
original)

39. Las circunstancias previamente descritas evidencian que en el marco de la


planeación de los homicidios cometidos el 2 de febrero de 2007, se optó por incluir en
la misión táctica “Faro” la supuesta existencia de información referida a la presencia
de 5 sujetos armados en el lugar donde ocurrieron los hechos, a pesar de que no
constaba en el anexo de inteligencia. Tal actuación se surtió con el propósito de
otorgarle visos de legalidad a los asesinatos que se disponían a consumar los efectivos
del BIPIG, en la vereda “Las Damas”. A partir de la coordinación previa de los
homicidios se incluyó una referencia puntual al número de víctimas en la misión
táctica, con el propósito de que existiera concordancia entre los elementos que dieron
lugar a la estructuración de la acción militar y las bajas ilegales reportadas.

40. Ese tipo de actividades vinculan la responsabilidad de Fernando Moncayo


Guancha, debido a que, como oficial de operaciones del BIPIG, fue el encargado de
elaborar y suscribir las misiones tácticas que dieron lugar a las acciones militares en
las que ocurrieron los delitos cometidos durante parte de la comandancia de
Salamanca Robles. Esto representa un aporte esencial a la consolidación de los
patrones macrocriminales identificados por la Sala, por cuanto la emisión de esos
documentos por parte de Moncayo Guancha, fue fundamental para que (i) se
efectuaran los movimientos de la tropa en los que se perpetraron las ejecuciones
extrajudiciales sucedidas durante el periodo analizado, (ii) se encubriera su
ilegalidad y (iii) se reportaran como resultados operacionales legítimos.
Adicionalmente, condujo a que (iv) la tropa reafirmara la convicción de que la
estructura operacional del BIPIG estaba organizada para la producción de muertes
ilegítimamente presentadas como bajas en combate, bajo condiciones de total
impunidad.

2. El compareciente, en ejercicio del control operacional propio del cargo S3,


de manera deliberada pasó por alto irregularidades manifiestas en las
supuestas bajas en combate reportadas por sus subalternos.

41. De acuerdo con la doctrina, los oficiales de operaciones de un batallón tienen la


obligación de adelantar el seguimiento a las operaciones militares que adelante la
unidad a la cual se encuentran adscritos. Para ello, deben estar informados sobre la
situación en la jurisdicción y adelantar control posterior sobre las acciones militares
ejecutadas, con la finalidad de verificar que se adelantaron de conformidad con la

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Constitución y la ley. Lo anterior, obedece al objetivo de que el oficial de operaciones


le pueda brindar una asesoría adecuada a su comandante, para que en lo sucesivo
cuente con los elementos necesarios para fijar correctamente el curso de acción que
deben seguir sus subalternos28.

42. Sobre el control posterior de las operaciones, en el Auto SUB D- SUBCASO


HUILA-081 del 2023, se precisó que involucra:

“(…) verificar que los efectivos (…) hayan desplegado su capacidad bélica en estricto
cumplimiento de la misión que les corresponde, de acuerdo con el ordenamiento superior. Se
trata de la salvaguarda de los derechos fundamentales de los ciudadanos, donde cobra especial
relevancia el deber de respeto a cargo de los agentes estatales, por la vida y la dignidad humana.
Esto debe aplicarse sin excepción y con mayor rigor frente a las operaciones militares en las que
se reportan bajas en combate”.

43. Si se aplica lo expuesto al ejercicio de las competencias propias de un oficial de


operaciones, se tiene que es titular de la obligación de adelantar el control posterior
de las operaciones militares, a partir de la información disponible en fuentes abiertas
y de la que obtenga como resultado de la evaluación de los archivos operacionales
que se encuentran a su disposición. En relación con este ultimo punto, se destaca que
al señor Moncayo Guancha, como S3 del BIMAG, le correspondía recolectar los
insumos necesarios para la elaboración de los (i) radiogramas, (ii) los informes de
lecciones aprendidas y (iii) las carpetas de resultados operacionales referidas a las
bajas reportadas por sus subalternos. Esto involucraba la compilación y el análisis de
(i) los informes de patrullaje, (ii) las actas de material incautado y (iii) de los informes
de necropsia o de las actas de inspección de cadáveres, entre otros elementos 29.

44. En tal virtud, Moncayo Guancha, como S3 del BPIG, contaba con los elementos
necesarios para detectar las irregularidades manifiestas que caracterizaron las bajas
reportadas, mediante el ejercicio del control posterior de las operaciones. Sin
embargo, de manera deliberada las pasó por alto, a pesar de la existencia de
denuncias públicas referidas a la comisión de ejecuciones extrajudiciales por parte de
efectivos de esa unidad táctica.

45. Las denuncias pueden ser ilustradas mediante los hechos ocurridos en Garzón,
Huila, el 5 de enero de 2007, en los que fueron asesinados los señores Faiber Cuellar
González y José Arístides García Claros y resultó herido el señor Diego Ferney Sierra
Álvarez. Según lo reconocido por Luis Carlos Aguilera Quintero en relación con tales
sucesos, el señor Sierra Álvarez logró escapar con vida de los efectivos del BIPIG que

28 Al respecto, el Manual EJC 3-50 del año 2005, dispone lo siguiente: “los oficiales de Estado Mayor
obtienen informaciones en sus respectivas áreas funcionales mediante la observación personal, la
investigación y evaluación de archivos, registros y estudios disponibles y el análisis de los informes
recibidos de unidades superiores, subordinadas y adyacentes. La información obtenida es procesada y
condensada en tal forma que destaque los hechos predominantes y permita en una determinada
situación hacer apreciaciones y tomar decisiones apropiadas, evitando sobrecargar al comandante con
informaciones no analizadas o ajenas a la situación que se afronta”.
29 Lo expuesto, fue reconocido por el señor Moncayo Guancha, en su versión voluntaria.

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lo retuvieron e intentaron asesinarlo. Luego, se presentó ante la Policía Nacional y


denunció lo sucedido ante la Personería y la Fiscalía General de la Nación. La
situación previamente descrita fue objeto de amplia difusión en los medios de
comunicación y fue conocida al interior Batallón Cacique Pigoanza. En palabras de
Aguilera Quintero:

“PREGUNTADO: señor Aguilera, una pregunta, usted nos narra que quien sobrevivió se
presentó a la personería, ¿tuvieron conocimiento de qué puso en conocimiento esta persona
ante la Personería? RESPONDIÓ: Sí, él fue, él creo que llega primero a la Policía y de la Policía
lo remiten a la Personería, y la Personera, yo tuve la posibilidad de hablar con ella, o ella me
llamó: “capitán, como se les ocurre, que mire, que aquí llegó este muchacho que dice que la
tropa lo llevó y que mataron a otros dos y que él se pudo volar. pero que quedó herido”.
Entonces, pues ya ante esos hechos, pues quiere decir que él había ido y había contado como
habían sucedido los hechos, y efectivamente lo que él le contó a la personera era lo que había
sucedido. PREGUNTADO: ¿la personera denunció los hechos? RESPONDIÓ: Sí, claro, la
personera puso eso en conocimiento de la fiscalía y por eso hubo la investigación y hubo el
proceso. (…) PREGUNTADO: ¿Por estos hechos el pelotón recibió permiso o fue felicitado?
RESPONDIÓ: Pues, que hayan recibido permiso de manera inmediata no creo, pues porque
lógicamente la gravedad del hecho de que hubiera quedado una persona herida, que se hubiera
presentado en la Policía, que hubiera llegado a la Fiscalía y que hubiera aparecido en los
periódicos y que hubiera sido una noticia, pues de un escándalo que hubo ahí en Garzón,
pues en los periódicos y en las noticias, pues tampoco es que los fueran a felicitar o a premiar
con un permiso, pero igual esas muertes muy seguramente se les contabilizaron para al final
del año tenerlos en cuenta si salían en diciembre nuevamente”. (Énfasis fuera del texto original)

46. La existencia de denuncias públicas sobre la existencia de graves


irregularidades en las bajas reportadas por efectivos del BIPIG, también puede ser
ejemplificada mediante los hechos ocurridos el 2 de febrero de 2007, en la vereda “Las
Damas” de Garzón, Huila, en los que fueron asesinados los señores Nelson Medina
Vargas, Yovany Monsalve Marín, José Rentería, Antonio Claros Tobón y Carlos
Humberto Aguirre30. En relación con dichos sucesos, el periódico “La Nación”, en su
edición del 5 de febrero de 2007, reportó lo siguiente:

“En medio de confusión y dramáticas escenas, los familiares de los cinco jóvenes dados de baja
el sábado en la mañana en la región de Las Damas procedieron a hacer presencia y reclamar los
cadáveres en la morgue del Hospital San Vicente de Paul. Los primeros en llegar fueron los
padres y la esposa de Nelson Medina Vargas, quien según ellos había salido de Pitalito el
viernes, pero no les dijo para donde se dirigía. “Vamos a pedirle a la Procuraduría y a otros
organismos del Estado que investiguen para conocer la verdad en este hecho que nosotros
desconocemos, porque hasta donde yo sé mi hijo es una persona de bien, trabajadora y con
empeño” (…)”31. (Énfasis fuera del texto original)

47. Como puede verse, durante el periodo en que Fernando Moncayo Guancha se
desempeñó como oficial de operaciones del BIPIG se presentaron denuncias públicas
que daban cuenta de la comisión de ejecuciones extrajudiciales por parte de los
integrantes de esa unidad táctica, las cuales no podían pasar inadvertidas para el

30 La ilegalidad del hecho fue reconocida por los SLP Luis Rodolfo Mulcué Sanza y Florentino Tovar
Gómez.
31 Periódico “La Nación”, edición del 5 de febrero de 2007. Obtenido en inspección judicial. Expediente

Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235.

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compareciente debido a su amplia difusión y al deber que le correspondía de


permanecer informado sobre la situación en la jurisdicción 32. A pesar de ello, como
S3 del Batallón Cacique Pigoanza, en ejercicio de la función de control sobre los
resultados operacionales reportados por sus subalternos, deliberadamente pasó por
alto las graves irregularidades que rodearon las supuestas bajas en combate
registradas durante la comandancia de Salamanca Robles.

48. Al respecto, son ilustrativos los hechos del 2 de febrero del 2007, los cuales se
encuentran caracterizados por graves irregularidades, que de entrada descartaban la
existencia de un combate. Se destaca que (i) las víctimas presentaban impactos de
bala por la espalda. Además, (ii) las características de las armas supuestamente
incautadas y (iii) la versión de lo ocurrido consignada en el informe de patrullaje,
evidenciaban la simulación de una confrontación armada.

49. En relación con lo anterior, se tiene que los señores José Rentería 33, Nelson Medina
Vargas34, Antonio Claros Tobón35 y Carlos Humberto Aguirre36 presentaron impactos
de bala de atrás hacia adelante. Tal situación pudo ser advertida oportunamente por
el señor Fernando Moncayo Guancha mediante la lectura de los informes de
necropsia del 4 de febrero de 2007. Esos documentos debían conformar la carpeta de
ese resultado operacional, cuya compilación era obligación de Moncayo Guancha, en
calidad de S3 del BIPIG 37.

50. En este punto, la Sala destaca que la circunstancia descrita podía ser detectada
con facilidad, sin que se requiriera experticia medicolegal, pues las actas de necropsia
del 4 de febrero de 2007 contaban con las ilustraciones graficas de los impactos de
bala que le causaron la muerte a las víctimas. En ellas, se señalaron con plena claridad
los orificios de entrada por la espalda y los de salida por el frente de los cuerpos de
las personas asesinadas. Esto, como mínimo, debió llevar al señor Moncayo Guancha
a revisar con mayor detenimiento la información y los documentos de soporte de la
operación, lo cual debió concluir con la identificación oportuna de las irregularidades
que se presentaron en la acción militar.

51. Respecto de los hechos del 2 de febrero de 2007, también se presentaron graves
irregularidades en relación con las armas que le fueron implantadas a las víctimas,

32Manual EJC 3-50 del año 2005.


33 Instituto Nacional de Medicina Legal, Protocolo No. 2007P00009 del 4 de febrero de 2007. Obtenido
en inspección judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235.
34 Instituto Nacional de Medicina Legal, Protocolo No. 2007P000010 del 4 de febrero de 2007. Obtenido

en inspección judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235.
35 Instituto Nacional de Medicina Legal, Protocolo No. 2007P000012 del 4 de febrero de 2007. Obtenido

en inspección judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235.
36 Instituto Nacional de Medicina Legal, Protocolo No. 2007P000011 del 4 de febrero de 2007. Obtenido

en inspección judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235.
37 El señor Moncayo Guancha, en su versión voluntaria, reconoció que era su deber conformar las

carpetas de resultados operacionales y que aquellas tenían que contener los actos urgentes de
investigación, dentro de los que se encontraban los informes de necropsia.

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para simular la existencia de un combate. Según el informe de patrullaje presentado


el 4 de febrero de 2007 por el comandante de la unidad implicada, en el lugar donde
se perpetraron los asesinatos supuestamente fueron encontrados tres revólveres
calibre 38, un changon hechizo y dos grandas “tipo piña”. Además, en dicho
documento se manifestó que “el combate demoró aproximadamente quince a veinte
minutos”38.

52. La Sala encuentra que las características del material de guerra descrito en el
párrafo precedente, aunado a la descripción de los hechos contenida en el informe de
patrullaje del 4 de febrero del 2007, contaban con la aptitud suficiente para que se
descartara la existencia de un combate. Esto debido a que, a pesar que se trató de 5
víctimas, sólo se encontraron cuatro armas de fuego.

53. Adicionalmente, no resulta plausible que cuatro personas provistas de tres


revólveres y un changon hechizo se enfrentaran a una sección completa del Ejército
Nacional dotada de armas largas, durante “quince o veinte minutos”. Lo anterior se
hace más evidente si se considera que un changon hechizo no es un arma apta para
un combate, por cuanto solo permite un único disparo por carga. Al respecto, en el
peritaje efectuado por el Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía General de la
Nación, se concluyó lo siguiente:

“Corresponde a una arma de fuego tipo escopeta de fisto de fabricación artesanal, fabricada en
talleres clandestinos, su forma de cargarla se conoce como AVANT-CARGA, se carga
manualmente por la boca de fuego, elemento con capacidad para una carga, su funcionamiento
es mecánico manual tiro a tiro, en buen estado de conservación, con empuñadura y
guardamano, un cañón en tuvo galvanizado sin pintura, elemento que viene con la carga y con
un fulminante en el oído sin percutir, lo cual indica que no fue disparada, y además su cargue
es demasiado complejo y demorado para ser utilizado en combate, ésta es utilizada por
campesinos para casería menor y/o defender sus propiedades, arma no apta para disparar su
carga (…)”39. (Énfasis fuera del texto original)

54. Tampoco es razonable que en el marco de un combate que supuestamente se


prolongó por “quince o veinte minutos”, la parte que se encontraba en desventaja
numérica y de capacidad de fuego dejara de usar dos granadas “tipo piña”. Por tanto,
como puede verse, la versión consignada en el informe de patrullaje analizado
referida a la existencia de una confrontación armada, estaba desprovista de elementos
que le otorgaran credibilidad, especialmente a los ojos de un militar de larga
trayectoria y amplia formación como el entonces mayor Moncayo Guancha.

55. Por tratarse de un oficial con más de 12 años de experiencia, Moncayo Guancha
disponía del conocimiento necesario para detectar oportunamente que las
características de la versión aportada por sus subalternos no denotaba la verdadera

38 Ejército Nacional, Novena Brigada, BIPIG, Informe del 4 de febrero del 2007. Obtenido en inspección
judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235.
39 Fiscalía General de la Nación, Cuerpo Técnico de Investigación, Informe Pericial del 7 de junio de

2012. Obtenido en inspección judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-
09.2018.0.00.0001/0235.

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la existencia de un combate. Sin embargo, dicho compareciente no presentó ningún


reparo frente al reporte de los asesinatos ocurridos el 2 de febrero de 2007, como un
resultado operacional legítimo.

56. De esta manera, la Sala encuentra que las irregularidades descritas con antelación
en relación con los cinco homicidios perpetrados el 2 de febrero de 2007 por efectivos
del BIPIG no podían pasar inadvertidas para el señor Moncayo Guancha, en calidad
de oficial de operaciones de esa unidad táctica. El informe de patrullaje del 4 de
febrero del 2007, debía ser revisado por el compareciente para elaborar el informe de
lecciones aprendidas y la carpeta del resultado operacional, que debían remitirse a la
Novena Brigada40.

57. Otro ejemplo de las graves irregularidades que el señor Fernando Moncayo
Guancha avaló respecto de las bajas que le fueron reportadas durante el periodo en
que se desempeñó como oficial de operaciones del BIPIG, está dado por los hechos
ocurridos el 10 de agosto de 2007, en la vereda “La Concentración” de Gigante, Huila,
en los que fue asesinado el señor Diego Andrés Molina 41. En relación con estos
sucesos, Luís Rodolfo Mulcué Sanza, soldado profesional destacado en la unidad
fundamental implicada, reconoció que se trató de una ejecución extrajudicial en la
que la víctima fue trasladada en una motocicleta por un “reclutador” hasta el lugar
donde se encontraba la tropa. Posteriormente, fue retenida por efectivos del BIPIG y
asesinada por Mulcué Sanza. Luego, se le habría implantado el material empleado
para la simulación de un combate y se habrían presentado versiones falsas sobre lo
ocurrido42.

58. En el informe de patrullaje referido a lo ocurrido el 11 de agosto de 2007, se relató


la presencia “unos hombres” que provocaron un combate con la tropa. Como

40 El señor Moncayo Guancha, en su versión voluntaria, reconoció que era su responsabilidad elaborar
y suscribir los informes de lecciones aprendidas referidas a las operaciones militares en los que se
reportaban bajas.
41 Ejército Nacional, Novena Brigada, BIPIG, Informe del 4 de febrero del 2007. Obtenido en inspección

judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235.


42 Mulcué Sanza, en su versión voluntaria, manifestó: “PREGUNTADO: por favor entonces reconstruya

los hechos del 10 de agosto como lo estaba haciendo. RESPONDIÓ: bueno entonces vuelvo al
principio, entonces estábamos como en una tabaquera y el cabo dijo que salió trabajito, y dijo usted es
el que va a dar la baja [inaudible], me dijo ya el punto está listo a esperar que llegue el personaje,
arrancamos y llegamos al punto como tipo 7 no recuerdo bien la hora, llegamos allá y esperamos un
ratico ahí como unos 20 min estuvimos ahí esperando hasta que llegara la gente, cuando bajaban dos
personas y me dijo esos son, cuando uno de ellos se me arrimo y hablaron con él y cogieron al otro
muchacho y lo metimos hacia la orilla de la carretera, inclusive al ver lo que estábamos hablando el
hombre se asustó y empezó como a ponerse indispuesto y entonces los llevamos a sentarse al punto y
dijo llego el sargento y dijo listo, llegó la hora, yo me hice como como a unos 5 o 6 metros y le disparé,
inclusive estaba con otro compañero de apellido Montenegro y también le comenzó a disparar y la
orden era que solo yo le disparara, y después le dije que porque le había disparado y me dijo no, es
que yo quería y le dije bueno conste, que después no haya problemas , bueno estando en el transcurso
de los disparos la victima ya estaba en el piso y le pusieron una granada de mano, simulando el
combate. De ahí paso todo eso, reportaron la baja y llego el CTI, no recuerdo si fue el CTI a recoger el
cuerpo, pero lo recogieron y ya agarramos la moto y nos fuimos para donde nos encontrábamos”.

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resultado, se presentó una persona muerta, un revolver calibre 38, cuatro proyectiles
sin percutir, dos vainillas percutidas, una granada de mano y la cuchara de una
granada de mano43.

59. A su vez, en el informe de inspección del cadáver del 11 de agosto de 2007, se


reportaron dos cuestiones fundamentales. La primera, radica en que las dos vainillas
percutidas a las que se hizo referencia en el informe de patrullaje, no fueron
encontradas. La segunda, consiste en que la víctima portaba como prendas de vestir:
“pantalón camuflado color negro (sic) debajo de observan unos jeans, presenta camisa de
dril color negro y debajo se observa camibuso o camiseta (…)”44.

60. A juicio de la Sala, las dos cuestiones previamente descritas contaban con la
entidad suficiente para desvirtuar la versión consignada en el informe de patrullaje
del 11 de agosto de 2007 que daba cuenta de la supuesta existencia de un combate
provocado por la víctima. Las dos vainillas percutidas constituían la evidencia física
que prima facie podía acreditar que el señor Diego Andrés Molina había accionado el
arma encontrada en el lugar de los hechos contra de la unidad del BIPIG que reportó
la baja.

61. Al respecto, debe considerarse que no existía una justificación razonable para que
no se encontraran esos elementos, pues por tratarse de un revolver las vainillas
percutidas debían permanecer en su “tambor”. Por tanto, su ausencia evidenciaba que
(i) la víctima en realidad no había accionado el arma o que (ii) se presentó la alteración
de la escena del crimen.

62. A su vez, que la víctima portara ropa de civil debajo del camuflado generaba
serias dudas sobre su supuesta condición de combatiente. Resulta como mínimo
inusual que una persona preparada para sostener un combate vista de esa forma,
dado que no le brinda las condiciones de comodidad necesarias para enfrentar a su
adversario.

63. De acuerdo con la información de la que dispone la Sala, el señor Moncayo


Guancha, en calidad de oficial de operaciones, contaba con los elementos necesarios
para detectar las irregularidades analizadas de manera oportuna. Esto debido a que
debía obtener y analizar el informe de patrullaje y la inspección técnica al cadáver
referidos a la muerte del señor Diego Andrés Molina para elaborar el informe de
lecciones aprendidas y la carpeta del resultado operacional.

64. A partir de ese ejercicio, tuvo que observar las circunstancias que desvirtuaban
las versiones de sus subalternos referidas a la supuesta existencia de un combate. Sin

43 Ejército Nacional, Novena Brigada, BIPIG, Informe del 11 de agosto de 2007. Obtenido en inspección
judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No. 9002774-09.2018.0.00.0001/0235.
44 Fiscalía General de la Nación, Cuerpo Técnico de Investigación, Inspección Técnica a Cadáver del 11

de agosto de 2007. Obtenido en inspección judicial. Expediente Legali Caso 03, Subcaso Huila No.
9002774-09.2018.0.00.0001/0235.

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embargo, el señor Fernando Moncayo Guancha no presentó ningún reparo frente al


reporte del asesinato ocurrido el 10 de agosto de 2007, como un resultado legítimo.
Esto resultaba funcional para los involucrados en el plan criminal y les permitía
continuar con su participación en ese tipo de conductas delictivas en condiciones de
impunidad.

65. De esta manera, se tiene que Moncayo Guancha de manera deliberada pasó por
alto las irregularidades evidenciadas en este acápite, a pesar de la existencia de graves
denuncias referidas a la comisión de ejecuciones extrajudiciales por parte de los de
los efectivos del BIPIG. Esa conducta fue fundamental para (i) el encubrimiento de
los delitos investigados y para que (ii) los homicidios se reportaran con éxito como
resultados operacionales legítimos. Adicionalmente, condujo a que (iii) la tropa
reafirmara la convicción de que la estructura operacional del BIPIG estaba
organizada para la producción de MIPBC, con el beneplácito de sus comandantes.
Por tanto, tales actuaciones, constituyeron un aporte esencial a la consolidación de
los patrones macrocriminales descritos en el Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081 del
2023.

3. El reporte de información falsa en relación con los homicidios perpetrados


por efectivos del BIPIG.

66. De acuerdo con la información recaudada por la Sala, se tiene que desde el BIPIG
se elaboraban carpetas mediante las que se reportaban los resultados operacionales
consistentes en bajas en combate45. Esos legajos fueron elaborados por el señor

45 Al respecto, Henrry Ballesteros Plata, quien se desempeñó como comandante del Batallón Tenerife
durante el periodo analizado, en su declaración jurada indicó lo siguiente: “PREGUNTADO: muchas
gracias, pasando a otro tema. Usted también mencionó la existencia de las carpetas de resultados
operaciones en los que se consignaban los soportes documentales de las bajas producidas en combates,
quisiera que me describiera un poco, ¿cómo era el proceso de conformación de esas carpetas al interior
de los batallones? ¿Quién era el encargado? ¿Cómo se adelantaba la recopilación de esa información,
como se consignaba? RESPONDIÓ: bueno doctor, lo que me acuerdo es lo siguiente, las carpetas se
realizaban en conjunto entre la oficina de operaciones, e inteligencia. Esas carpetas […] qué se
consignaba, o sea, puntos que iban ahí: una orden de operaciones, un informe de inteligencia, un
informe de la operación como tal, que lo realizaba el comandante de patrulla que había realizado esa
operación, un acta de necropsia, unas fotografías, iba así en grosso modo en esa carpeta, y personal
que se había destacado en el desarrollo de esa operación. [inaudible] PREGUNTADO: ¿esa carpeta
pasaba por el comandante del batallón? RESPONDIÓ: claro los comandantes de batallón las
mirábamos doctor, claro, muestre a ver, si claro. Incluso muchos de los comandantes de batallón
guardaban copias de esas carpetas, exigían tres carpetas, una que tocaba enviarla para la brigada, lo
reglamentario eran dos, la de la brigada y la que quedaba en la oficina del personal, perdón de
operaciones, que pena, y opcionalmente algunos comandantes de batallón tomaban una como archivo
personal. PREGUNTADO: ¿Quién le remitía esa carpeta al comandante del batallón? RESPONDIÓ: el
jefe de operaciones que se realizaba en conjunto con el dos, con el de jefe de inteligencia
PREGUNTADO: ¿pero salía un oficio firmado por alguien? RESPONDIÓ: no, como le digo, salía un
oficio para la brigada, pero la de comandante de batallón, no. El la guardaba como archivo personal.
PREGUNTADO: ¿y ese oficio, digamos del envió hacia la brigada, quien lo suscribía? RESPONDIÓ: el
comandante del batallón, eso sí, todo oficio que sale de un batallón va es firmado por el comandante

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Fernando Moncayo Guancha durante el periodo en que se desempeñó como S3 del


BIPIG y eran remitidos a la Novena Brigada con su autorización y la del comandante
del batallón, Carlos Yair Salamanca Robles.

67. Las carpetas en cuestión se encontraban conformadas por copia de: (i) la misión
táctica con sus anexos, (ii) el radiograma de reporte del resultado, (iii) el acta de
lecciones aprendidas (iv) el informe de patrullaje, (v) el informe del primer
respondiente, (vi) el acta de inspección de cadáver o del informe de necropsia y (vii)
el acta del material incautado46.

68. Tal como se expuso en los acápites anteriores, las misiones tácticas, los
radiogramas de reporte de resultados y las actas de lecciones aprendidas, eran
elaboradas por Fernando Moncayo Guancha durante el periodo en que se desempeñó
con oficial de operaciones del BIPIG. Previamente se evidenció que esos documentos
contaban con múltiples irregularidades. Esto debido a que (i) fueron expedidos sin
que previamente se hubieran agotado en debida forma los procedimientos necesarios
para ello, (ii) contenían información falsa y (iii) reportaban homicidios como
resultados operacionales legítimos a pesar de la existencia de múltiples elementos
que indicaban la existencia de un combate simulado.

69. Con todo, el señor Moncayo Guancha elaboró las carpetas de resultados
operacionales referidas a los asesinatos investigados por la Sala y aprobó su remisión
a la Novena Brigada como oficial de operaciones del BIPIG. Lo anterior constituyó
un aporte esencial para la consolidación de los patrones macrocriminales
identificados por la Sala, debido a que permitió que los homicidios perpetrados por
efectivos del Batallón Cacique Pigoanza, fueran valorados por dicha unidad
operativa menor como una contribución relevante al esfuerzo militar del Ejército
Nacional.

B. Calificación de la conducta del compareciente.

70. La Sala ha indicado que cuenta con bases suficientes para entender que los
homicidios y las desapariciones forzadas perpetradas por efectivos del BIPIG se
cometieron durante y en conexión con el conflicto armado colombiano. Al respecto,
mediante el Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081 del 2023, se estableció lo siguiente:

“Como es sabido, en la situación de Colombia se encuentran presentes los criterios recopilados


por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y adoptados por la jurisprudencia
internacional que permiten afirmar la existencia de un conflicto armado de carácter no
internacional en el periodo bajo investigación. Además, su carácter prolongado se ajusta a las
condiciones establecidas por el artículo 8 (2) (f) del Estatuto de Roma que refuerzan la protección
para las personas que no participan directamente de las hostilidades. La existencia y la
naturaleza del conflicto armado colombiano y la búsqueda de su superación son el catalizador

del batallón PREGUNTADO: ¿y que acreditaba esa firma? RESPONDIÓ: que ese resultado se había
desarrollado tal cual como estaba consignado dentro de esa carpeta”.
46 V. V. Luis Armando Gómez Ruge.

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que activa la competencia de esta Jurisdicción. En estos términos, la Sala determina que la
existencia y naturaleza del conflicto armado colombiano en el Huila entre 2005 y 2008 es un
hecho notorio o un hecho de dominio público que no requiere prueba ulterior pero que también
se deriva de las manifestaciones de los comparecientes, las víctimas y del recuento oficial por
parte de instituciones estatales como el Centro Nacional de Memoria Histórica o la Comisión
de Esclarecimiento de la Verdad.

(…) la Sala entiende que los autores de estos homicidios fueron miembros activos del Ejército
Nacional que actuaron con ocasión y en función de su servicio. Las tropas actuaron bajo una
jerarquía de mando, en el marco de misiones tácticas y órdenes de operaciones, se valieron del
armamento, la estructura, los recursos y el funcionamiento de las unidades militares para
cometer los homicidios y presentaron públicamente los homicidios como resultados
operacionales consistentes en bajas en combate causadas en cumplimiento de sus funciones
constitucionales aun cuando no fuera así. Esta variedad de homicidios fue posible porque el
Ejército Nacional como brazo armado del Estado de Colombia estaba involucrado en un
conflicto armado y debía mostrar, por medio del constante reporte y la medición de sus
resultados operacionales (bajas en combate), que actuaba para ganar la guerra.

(…) Esta Sala, en consecuencia, encuentra bases suficientes para afirmar que en el Huila cada
uno de los homicidios determinados en esta providencia guardó una estrecha relación con el
conflicto armado y se cometió con ocasión de este, porque su comisión aportó a los esfuerzos
estratégicos de la guerra librada por el Ejército Nacional contra las FARC en dicho
departamento”.

71. Además, en el Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081 del 2023, se estableció que
los homicidios y las desapariciones forzadas cometidas por efectivos del BIPIG,
constituyeron un ataque sistemático y generalizado contra la población civil. Al
respecto, se precisó que:

“En los hechos que se determinan en la presente decisión se observan características de


sistematicidad en tanto la victimización ocurrió como parte de un plan criminal dirigido a
identificar víctimas [civiles] por prejuicio insurgente, vulnerabilidad o a provocar vicios en la
formación de su voluntad para que accedieran dejar sus lugares de origen o residencia y facilitar
así no solo el atentado contra su vida sino el ocultamiento de su paradero. En los casos en los
que hubo aprehensión y retención de las víctimas, esta se dio con el fin de asegurar el
ocultamiento de los subsecuentes ataques contra la vida y con ello la impunidad de los
involucrados a lo largo de la cadena de mando militar”.

72. Atendiendo a lo anterior, de cara a la calificación jurídica de la conducta del


señor Fernando Moncayo Guancha, la Sala cuenta con bases suficientes para entender
que dicho compareciente, en calidad de oficial de operaciones del BIPIG, era
consciente de la situación de conflicto armado que se presentaba en el departamento
del Huila. Tal como se expuso previamente, se trataba de un “hecho notorio o un hecho
de dominio público” que era sabido por el señor Moncayo Guancha, pues como S3 del
Batallón de Infantería No. 26, “Cacique Pigoanza”, conocía la situación de orden
público en la jurisdicción, la cual involucraba el desarrollo de las hostilidades en su
área de responsabilidad.

73. Adicionalmente, la Sala cuenta con elementos de juicio suficientes para


concluir que Fernando Moncayo Guancha conocía que las victimas de los asesinatos
perpetrados por efectivos del BIPIG durante el periodo en que ejerció el cargo de

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oficial de operaciones, eran civiles. Según como se explicó en los acápites precedentes
de esta providencia, existieron denuncias públicas en las que se daba cuenta de la
comisión de ejecuciones extrajudiciales por las unidades fundamentales del Batallón
Cacique Pigoanza, en perjuicio de personas que no eran combatientes. Además, se
tiene que Moncayo Guancha de manera deliberada pasó por alto la existencia de
graves irregularidades en las supuestas bajas reportadas por sus subalternos, la
cuales evidenciaban la simulación de los combates.

74. De acuerdo con lo anterior, se estima que el señor Fernando Moncayo


Guancha, en calidad de S3 del BIPIG, contó con liderazgo y dominio frente a la
consolidación de los patrones descritos por la Sala. Moncayo Guancha, sabía que (i)
al emitir órdenes de operaciones sin el adecuado agotamiento del procedimiento
militar de toma de decisiones, (ii) al pretermitir un control efectivo respecto de la
legitimidad de los resultados operacionales y (iii) al reportar información falsa a la
Novena Brigada mediante la elaboración de carpetas de resultados operacionales que
en realidad correspondían a ejecuciones extrajudiciales, estaba contribuyendo de
manera esencial a que se (i) efectuaran los movimientos de la tropa en los que se
perpetraron los delitos investigados, (ii) se ocultara su ilegalidad y (iii) se reportaran
como resultados operacionales legítimos.

75. Adicionalmente, la conducta del señor Moncayo Guacha condujo a que (iv) los
integrantes de las unidades fundamentales del BIPIG, comprendieran que la
estructura operacional de ese batallón estaba organizada para la comisión de
homicidios en la modalidad de combate simulado bajo condiciones de impunidad y
(v) que esos crímenes eran valorados por sus superiores como una aporte efectivo al
esfuerzo militar del Ejército Nacional mediante los que se satisfacían la presiones
tendientes a que se superara el número de bajas reportadas por el Batallón de
Infantería No. 27, “Magdalena”.

76. Lo anterior se adecua con precisión a la coordinación y distribución del trabajo


que caracterizó al plan criminal que ilustró a los patrones macrocriminales descritos
en el Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081 del 2023. Al respecto, en dicha providencia,
se precisó lo siguiente:

“La Sala ha encontrado bases suficientes para entender que existía un conocimiento
generalizado de los homicidios que la tropa estaba causando y que existía una distribución de
tareas que incluían, sin ser exhaustivos, la financiación del crimen, la aprehensión de las
víctimas, su custodia ante mortem, su ejecución en condiciones de indefensión, el transporte de
su cadáver y actos dirigidos al ocultamiento del crimen. La Sala determinó igualmente que
existía un proceso de planificación previo a cada muerte, una fase posterior de presentarla como
un resultado operacional legítimo siendo esta la finalidad inmediata del crimen y una
coordinación de diferentes instancias para asegurar la impunidad de los ejecutores y otros
incentivos para quienes participaban de la práctica para asegurar que se siguieran alcanzando
los resultados operacionales (bajas en combate) esperados por los niveles superiores del mando
militar”.

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77. De esta manera, se reitera que el señor Fernando Moncayo Guancha contó con
liderazgo y domino frente a los patrones identificados, por lo que cuenta con la
condición de máximo responsable. Por lo anterior, se le atribuirá responsabilidad a
título de coautor por los crímenes de desaparición forzada como crimen de lesa
humanidad47 de Ovidio Ortiz Sepúlveda; en concurso con el crimen de guerra de
homicidio en persona protegida y el crimen de asesinato como crimen de lesa
humanidad48-49 de Henrey Ochoa Cadena, José Agustín Arias Barrera, Juan Gabriel
Cuenca Morea, Honaldo Muñoz Campo, Ovidio Galindo, Nidio Otoniel Oviedo
Martínez, Faiber Cuellar González y José Arístides García Claros, Rafael Tovar
Castañeda, Ever Mosquera Pérez, Felipe Bernate Alonso, Orlando Molano Gutiérrez,
Nelson Medina Vargas, Yovany Monsalve Marín, José Rentería, Antonio Claros
Tobón, Carlos Humberto Aguirre, Reinel Alvira Piso, Arquímedes Alvira Lemus, Jair
Hoyos Álzate, Álvaro Marín Silva, Yobany Ardila Velasco, Wynther Jackon Trujillo
Trujillo, Jhon German Vargas Calderón, Andrés Mauricio Duarte Guzmán, Carlos
Augusto Polanía Rodríguez, Jhon Fredy Alcalá Lugo, Juan Gabriel Gómez Rincón,
Rubiel Andrade, Jimmy Antonio Camargo, Jorge Eliecer Neira, Robinson Ramírez
Mejía, Arley Vega, Diego Andrés Molina, Lennin Yustres Amézquita, Diego
Armando Cárdenas Sánchez, Luis Ernesto Vargas Olaya y Marlio Mauricio Murillo
Sánchez, así como de 5 personas sin identificar50; y con el delito de tentativa de
homicidio51 en perjuicio de Diego Ferney Sierra Álvarez.

En mérito de lo expuesto, la Sala de Reconocimiento,

III. RESUELVE

PRIMERO. – ADICIONAR el numeral segundo de la parte resolutiva del Auto SUB


D-SUBCASO HUILA-081 del 2023, para LLAMAR A RECONOCER
RESPONSABILIDAD a título de coautor del delito de homicidio en persona
protegida y desaparición forzada contemplados en los artículos 135 y 165 del Código
Penal colombiano, conductas que también constituyeron crímenes de lesa
humanidad de asesinato y de desaparición forzada de personas de los artículos
7(1)(a) y 7(1)(i) del Estatuto de Roma, y crimen de guerra de homicidio del artículo
8(2)(c)(i) del Estatuto de Roma, al teniente coronel (r) FERNANDO MONCAYO
GUANCHA, identificado con la cédula de ciudadanía No. 76.309.871.

SEGUNDO. – PONER A DISPOSICIÓN del teniente coronel (r) FERNANDO


MONCAYO GUANCHA, los hechos y conductas determinados por esta Sala, así
como todos los anexos e insumos en los que se fundamentó el Auto SUB D-

47 Código Penal. Artículos 22, 29 y 165. Estatuto de Roma. Artículo 7(1)(i).


48 Código Penal. Artículos 22, 30 y 135. Estatuto de Roma. Artículos 7(1)(a) y 8(2)(c)(i)
49 Los elementos necesarios para la configuración de estos delitos, así como su verificación respecto

de las conductas que caracterizan al subcaso Huila del Caso 03, se expusieron de manera detallada en
el Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081 del 2023.
50 Corresponden a los hechos BR_IX_132 y BR_IX_54.

51 Código Penal. Artículos 103 y 27.

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SUBCASO HUILA-081 del 2023 y esta providencia, que obran en el expediente, para
que decida si reconoce o no su responsabilidad en los términos del artículo 79, literal
h, de la Ley 1957 de 2019 y del artículo 27B de la Ley 1922 de 2018.

TERCERO. – OTORGAR al teniente coronel (r) FERNANDO MONCAYO


GUANCHA el plazo máximo de treinta (30) días hábiles contados a partir de la
notificación de esta providencia, con el fin de que manifiesten ante la Sala de
Reconocimiento su decisión de aceptar o no la responsabilidad que se le imputa en
la presente decisión. Igualmente, dentro de este mismo término, podrá pronunciarse
y aportar pruebas respecto de los hechos y conductas determinados en esta
providencia, así como sobre su participación individual en ellos.

CUARTO. – PONER A DISPOSICIÓN de las víctimas acreditadas dentro del Caso


03 y de la Procuraduría Delegada con funciones de Coordinación de la Intervención
ante la JEP, los hechos y conductas determinados por esta Sala, así como todos los
anexos e insumos en los que se fundamenta Auto SUB D- SUBCASO HUILA-081 del
2023 y esta decisión, con el fin de que cuenten con la oportunidad procesal para
pronunciarse sobre estos, así como respecto de la atribución de responsabilidad
individual efectuada por la Sala en esta providencia, si lo consideran necesario. Para
ello, la Sala de Reconocimiento les otorgará el plazo de treinta (30) días hábiles
contados a partir de la notificación de esta decisión. Igualmente, dentro de ese mismo
término, en caso de estimarlo pertinente, podrán aportar las pruebas respecto de los
hechos y conductas determinados en esta providencia, o sobre la participación del
teniente coronel (r) FERNANDO MONCAYO GUANCHA.

QUINTO. – ORDENAR EL LEVANTAMIENTO DE LA RESERVA de la diligencia


de versión voluntaria rendida por el teniente coronel (r) FERNANDO MONCAYO
GUANCHA, salvo los apartados en los que se expongan datos de domicilio de los
intervinientes en dicha diligencia que permitan su ubicación, como direcciones de
residencia o números telefónicos. Si se presenta una probada situación de riesgo
extraordinario del compareciente, la Sala podrá tomar medidas excepcionales de
limitación de la publicidad de su versión.

SEXTO. – NOTIFICAR esta providencia al teniente coronel (r) FERNANDO


MONCAYO GUANCHA, a su apoderado de confianza y al Ministerio Público, de
acuerdo con los mecanismos de notificación previstos en la sentencia interpretativa
TP-SA-SENIT 3 de 2022 de la Sección de Apelación del Tribunal para la Paz y en el
Código General del Proceso.

SÉPTIMO. – NOTIFICAR esta providencia, a través de sus apoderados y


representantes comunes, a las víctimas acreditadas en el Caso 03, teniendo en cuenta
los mecanismos previstos en la sentencia interpretativa TP-SA-SENIT 3 de 2022 de la
Sección de Apelación del Tribunal para la Paz y en el Código General del Proceso.

OCTAVO. – COMUNICAR esta providencia a la Comisión para el Esclarecimiento

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de la Verdad, a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y a la


Fiscalía General de la Nación, para lo de sus respectivas competencias.

NOVENO. – Contra esta decisión no proceden recursos, de conformidad con lo


dispuesto por la Sección de Apelación del Tribunal para la Paz en la Sentencia
Interpretativa SENIT 3 del 21 de diciembre del 2022.

NOTIFÍQUESE, COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE.

ALEJANDRO RAMELLI ARTEAGA


Magistrado

CATALINA DÍAZ GÓMEZ


Magistrada

ÓSCAR PARRA VERA


Magistrado

NADIEZHDA NATAZHA HENRÍQUEZ CHACÍN


Magistrada

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