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TEDxRosario

EPISODIO 1

Guion por (3/1/2021)


Juan Marciano Ferrero
Camila Viale
ESC 1 - INT. NOCHE - ESTACIONAMIENTO SUPERMERCADO

Ruedas avanzando sobre una senda peatonal interna del


estacionamiento. FRAN (17) se traslada por la senda
peatonal en silla de ruedas, con una alcancía en su regazo,
con forma de cabra. Se cruza, perpendicularmente, con
CAJERA que también quiere avanzar sobre la senda peatonal.
Ella, al verlo, se detiene y lo deja pasar primero. CAJERA
quiere retomar su camino, pero vuelve a detenerse, porque
se acerca un automóvil Taunus por la calle. Este se detiene
y le hace señas para que ella avance. El conductor de este
automóvil es TED (45).
Muchas personas circulan por el estacionamiento. Algunas
llegan, otras se van, otras bajan y suben de sus vehículos,
otras entran y salen del supermercado.
TED estaciona y detiene el auto. Se mira en el espejo
retrovisor y se acomoda un pelo fuera de lugar. Por su
camisa refriega una mini aspiradora automática. Se coloca
unos guantes rojos. Se mira en el espejo retrovisor y se
acomoda la corbata.
TED baja de su auto, en medio de la multitud, visualiza a
FRAN en silla de ruedas y un hombre frente a él, DR.
BERNARDO (90), que le está dando unas monedas. TED observa
lo que FRAN hace, mientras camina, sin poder escuchar lo
que dice.
TED, llega a la puerta e ingresa al supermercado.

ESC 2 - INT. NOCHE - SUPERMERCADO

TED, queda parado en el ingreso observando el supermercado.


Carteles del día de la madre. Con descuentos, promociones,
2x1. Comienzan a oírse los altoparlantes.
Decidido, busca entre las góndolas un objeto puntual.
Recorre un pasillo, otro, y otro, mientras, en los
altoparlantes, se escuchan los descuentos y beneficios del
día de la madre.

ALTOPARLANTES (off)
Hola, bienvenidxs a su supermercado de
confianza. Supermercados TDX ofrece
descuentos e infinitas cuotas para
abonar sus productos, ofreciendo
beneficios al cliente, para hacerles la
vida más fácil. Se acerca un día muy
especial. ¿Cuál? ¡Claro! ¡El día de
nuestras mamis! acércate a cualquiera
de nuestras sucursales, para sumergirte
en el mundo de mama. Todo y mucho más,

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para que ellas, nuestras reinas,
nuestras compañeras, nuestras maestras,
nuestras tías y primas, sepan lo que
valen.
Porque nuestrxs clientes son lo
primero, siempre.
¡Te queremos mami! (Grito de niñxs).

TED se detiene en uno de los pasillos al mismo tiempo que


un changuito a la par suya, TED levanta la cabeza para
observar. Este changuito lo maneja LITA (10) y dentro de
este TICO (8), ambos disfrazados. TED los mira sorprendido
hasta hace con la cabeza gacha, LITA responde igual.
TED busca entre los productos, entre las heladeras,
frustrado y cada vez más acelerado. Frena de golpe y, al
visualizar lo que buscaba, transforma su mueca de
preocupación a un esbozo de sonrisa sorpresiva.
Luego de tanta concentración, TED está sonriente, en una de
las colas de las cajas para abonar. Delante de él, vemos a
DR. BERNARDO que avanza muy lentamente: 5 pasos del
anciano, es uno de TED. La CAJERA , los CLIENTES, parecen
estar automatizadxs, en silencio, realizando sus debidas
acciones, como máquinas. No se miran a los ojos, ni se
comentan nada.

Vuelve a escucharse la propaganda, y, La CAJERA, al oír la


propaganda, sale un momento de su automatismo, levantando
la mirada unos instantes, para, luego continuar pasando los
productos por el escaner, pero con una sonrisa irónica en
su rostro.

CAJERA
¿Se preguntaron alguna vez cuántas
madres tuvieron hijos sin ganas, por
obligación, porque ni lo pensaron o no
podían negarse? (Pausa)

Poder decidir ser o no madres es algo


nuevo para las mujeres. Muy nuevo. Hoy,
que podemos elegir, muchas mujeres
decimos: ¿Hijos? Mejor, no. (Pausa)

Los comentarios se transforman en preguntas, y las


preguntas se transforman en una opinión sólida acerca de la
naturalización de la maternidad.
La CAJERA comienza a hacer una especie de monólogo,
explicando su postura y experiencia.

CAJERA

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Vengo de una familia italiana en donde
la tradición y la importancia del
linaje es muy fuerte. De chica me
encantaba jugar “a la mamá”, tuve una
muy linda relación con mi vieja y,
además, todas las mujeres adultas que
conocía tenían hijos. Era parte de lo
que las mujeres hacían. (Pausa)

No es que no me gusten los niños, por


el contrario: me divierten sus juegos,
su lógica, sus pavadas, su cariño. Los
adolescentes con sus descubrimientos
amorosos, su música a todo volumen y
sus ganas de imponer ideas. (Pausa) Te
dicen:

Actúa. Comienza hablando despacio, y , de a poco, acelera


un poco más, la frase siguiente.

CAJERA

“Pensalo mejor… mirá que es una


experiencia que no te podés perder… ¿no
querés dejar a alguien en el mundo?,
ojo que después va a ser tarde y te
podés arrepentir”. (Pausa)

Respira. Vuelve en calma y concluye.

CAJERA

La verdad es que, para las mujeres, lo


mejor sería ser varones… Ellos tienen
toda la vida para decidir y, si
finalmente no eligen la paternidad,
nadie les va a exigir que “se realicen”
teniendo hijos.

A medida que avanza la fila para pagar, TED se acerca más a


la caja. Escucha, cada vez con mayor atención, lo que la
CAJERA está reflexionando. Decide realizar una travesura,
con la finalidad de compartir estas palabras interesantes a
todo el supermercado, pero se ve entorpecido para
realizarla, por DR. BERNARDO delante de él, que le
imposibilita moverse con rapidez. TED comienza a realizar
diferentes contorciones intentando llegar a la mesa de la
cajera, sin que nadie lo vea: se agacha, hace puntitas de
pie, intenta pasar por los costados. Cansado, le toca el

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hombro al anciano para que, al darse vuelta, TED, por el
lado inverso, pueda realizar su cometido. Luego de tocarle
el hombro, rápidamente, estirandose, llega a la mesa de la
cajera, y enciende un micrófono que la CAJERA tiene a su
lado, proyectando su voz en los altoparlantes, logrando
captar la atención de todxs. Así, la CAJERA toma
protagonismo, por unos minutos, en todo el lugar, a viva
voz, logrando una escucha rotunda de todas las personas
presentes. Lxs CLIENTES comienzan a detener su
automatismo, quedándose paradxs en sus lugares, sin
comprender qué está sucediendo: se frenan en las góndolas,
comprando el pan en la panadería, eligiendo las frutas en
la verdulería. LITA y TICO (lxs uniquxs no automatizadxs),
que juegan con un changuito a las carreras, frenan de golpe
y giran su cabeza, lentamente, para prestar atención a
estas palabras.
Mientras tanto, el DR. BERNARDO, que ya había comenzado el
movimiento para voltearse, sigue intentando girar la
cabeza, para descubrir quien lo llama:

CAJERA

Es el sentido común instalado el que las


mujeres a partir de los 30 empiezan a
obsesionarse con ser madres porque “las
corre el reloj biológico”.

La CAJERA levanta la mirada, por primera vez,


desautomatizando su accionar:

CAJERA

Yo estuve atenta, pero nunca me pasó.

Mientras DR. BERNARDO sigue intentando voltearse para


descubrir quién lo llama, la CAJERA continúa realizando su
labor, pero cada tanto levanta la cabeza, o se queda con un
objeto en la mano, pausando la acción de pasar los
productos por el escáner. En esas pausas, mira a lxs
CLIENTES, y ellxs también a ella. Ahora si la escuchan:

CAJERA

Era una posibilidad que ni siquiera me


había planteado antes. Hasta ese
momento siempre había pensado que algún
día iba a tener hijos. No porque me lo
hubiera propuesto sino porque lo daba
por descontado. Pero cuando me di

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cuenta de que la maternidad se podía
elegir, algo se me desanudó en la boca
del estómago. Un peso que hasta ese
momento ni siquiera sabía que estuviera
cargando. Empecé a concebirme sin
hijos… es decir, sin concebir.

Lxs CLIENTES y TED escuchan con completa atención las


palabras de la CAJERA, como si el tiempo se hubiera
detenido:

CAJERA

Cada vez son más las mujeres que


deciden no ser madres, especialmente en
las clases medias.

Que no tengamos ganas de ser madres va


en contra de un mandato muy poderoso
que se confunde con un instinto. Como
si nuestra decisión individual pusiera
en jaque algo muy íntimo y a la vez
colectivo. Una vez, una amiga me dijo:

Actúa, olvidándose, unos instantes, que está trabajando y


hablando con desconocidxs. Toma una postura, como quien
cuenta un chisme:

CAJERA

mirá, yo sé que lo que pienso está mal,


pero no puedo evitar que me moleste que
no quieras tener hijos. Ya sé que a mí
tu decisión no me afecta objetivamente
en nada, pero igual me afecta… no sé
por qué”.

Pausa. Deja de actuar. Vuelve a mirar a los ojos a lxs


clientes:

No fué la única que reaccionó así, pero


sí la que me lo planteó con tanta
honestidad…

El DR. BERNARDO, finalmente, se voltea por completo. Cruza


miradas y una sonrisa con nuestro TED. Mientras tanto, la
CAJERA vuelve a pasar los productos por el escáner,
continúa hablando, pero, esta vez, más atenta a lo que está
diciendo, que a lo que está haciendo:

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CAJERA

La medicina usa una palabra curiosamente


poco difundida: nos llama “nulíparas”.
Nulas para parir. No suena bien. Es
parte de la condena que se cuela en el
lenguaje.

Voy a ser sincera…

(Pausa)

…a veces el mandato taladra, jode… un


poco angustia… No es tan fácil.

Continua pasando los productos por el escáner, realizando


pausas en su acción para mirar a los ojos a lxs CLIENTES,
ahora espectadores.

CAJERA

El “instinto paterno” no es igualmente


valorado: si un hombre no quiere ser
padre nadie piensa que le pase algo en
especial. En cambio en una mujer llama
la atención. Cuando las mujeres se
comportan distinto a la norma parecen
estar poniendo en peligro todo el orden
social, especialmente cuando se trata
de tomar las riendas de su sexualidad y
su reproducción.

La maternidad puede ser tan


enriquecedora para quienes la desean
como frustrante para las no
convencidas. No para todas resulta una
buena experiencia, aunque después no
puedan arrepentirse en voz alta: que
una mujer con hijos admita abiertamente
que hubiera preferido no tenerlos, es
un tabú. El amor maternal no es una
conducta universal ni mucho menos
natural… Varias mujeres me confesaron
que hoy lo pensarían dos veces, porque
su experiencia no había salido como
pensaban… Las mujeres no estamos
culturalmente habilitadas para decir
que ser madres fue para ellas una
equivocación. Se pueden arrepentir de
muchas cosas: de ex parejas, de

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decisiones de trabajo, pero de ser
madres… nunca.

Es un proyecto maravilloso, para


quienes tengan ganas, sólo que no es
para todas. Las mujeres no somos un
todo homogéneo con el mismo deseo
calcado. Lo digo y me parece una
obviedad, pero en general se da por
sentado que, más tarde o más temprano,
todas las mujeres recibimos el “llamado
de la naturaleza” y queremos ser mamás.
(Ironiza).

Con el pasar de los años, varias veces,


familiares y amigos, insistieron con el
“¿para cuándo?”... Yo sigo respondiendo
que no tengo ganas. Pero aunque tenga
amigos, pareja, familia, viajes,
trabajo y vocación, si no hay
descendencia, no les termina de
convencer… Además, ¡qué miedo el de la
soledad! Me recomendaron que congelara
óvulos por si después me arrepentía…
por si en el futuro deseamos algo que
de otra forma no vamos a poder tener.

Se trata de un inmenso cambio cultural


y un ejercicio de autonomía, de
responsabilidad, de libertad…

En 2018, con la llegada por primera vez


al Congreso del proyecto de ley de
interrupción voluntaria del embarazo,
tomó fuerza una discusión: la reducción
de la mujer a su rol de madre. Por
primera vez la sexualidad y la
reproducción pueden desvincularse de
manera efectiva. Por primera vez esa
pregunta tiene asidero, porque puede
defenderse como una opción de vida tan
válida como otras.

La maternidad tiene que ser deseada o


no ser.

Creo que hay que evaluar si es para una


y si tener hijos es una decisión propia
o impuesta. Se trata de una actividad,a

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largo plazo y a tiempo completo, que
involucra afectos, disponibilidad,
dinero, libertades, obligaciones… No
hay más “naturaleza” en estado puro.
Los seres humanos vamos moldeando el
mundo en el que queremos vivir.

Yo le llamo “salir del placard” de la


no maternidad. (Sonríe).

Elegir tiene un costo. Implica


clausurar opciones, y sobre todo,
confrontarse con la mayor libertad de
todas: poder decidir y actuar en
consecuencia…

Tenemos que dejar de juzgar a las


mujeres y a los varones por estándares
diferentes.

La CAJERA dice estas últimas palabras y queda enfrentada al


siguiente cliente, TED. Él le da su producto, ella lo
escanea, y le cobra. Desde un plano general, vemos como el
resto de lxs clientes continúan quietxs y expectantes.
Pero, cuando TED sale de la caja, dirigiéndose hacia la
salida, todxs lxs CLIENTES vuelven, automáticamente, a sus
asuntos, como si nada hubiera ocurrido: una fila de
personas se organiza en la espera de las cajas, otrxs
siguen buscando sus productos entre las góndolas. Con los
movimientos, vuelve, también, el bullicio: las máquinas de
escáner, los recibos que se imprimen, los changuitos
rodando por las góndolas y las pisadas. HT sale por la
puerta de entrada.

ESC 3 - INT. NOCHE - ESTACIONAMIENTO SUPERMERCADO

TED sale al estacionamiento. Queda inmóvil delante de la


puerta, observando el estacionamiento vacío, hasta que
divisa, una vez más, a FRAN en silla de ruedas. Por segunda
vez, se abren las puertas detrás de TED, y sale una gran
cantidad de CLIENTES, volviendo a crear el efecto de masa
en el estacionamiento.
TED busca con la mirada a FRAN, quién también lo está
mirando con atención. TED de inmediato se dirige hacia él.
Una vez enfrentadxs, le deposita unas monedas en la
alcancía, y FRAN comienza hablar apenas escucha el tintineo
de las monedas, cual estatua viviente. Sorpresivamente,

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como si lo hubieran encendido con un botón, exclama,
sonriente:

FRAN
“¡Felicitaciones, que lindo es su
bebé!”
(Pausa).
FRAN modifica, con velocidad, su mueca de sonrisa
hacia una de pocos amigos:

FRAN
Mentira… son todos feos.
¿Por qué la gente miente? ¿Por qué lo
hace? ¿Son más valientes estos amantes
de lo verídico que los distorsionadores
de la palabra?...

FRAN queda en silencio, haciendo un gesto con la cara,


esperando alguna respuesta.

FRAN
Según un estudio de la Universidad de
Thunder, en los últimos tiempos, la
gente miente más que en el pasado. El
30 por ciento de los usuarios de
Instagram aparentan ser alguien que no
son. Otro estudio de la Universidad de
Alpha afirma que el 75 por ciento de
las personas cree en lo que le dicen
sin siquiera preguntarse si es verdad o
no.
Existen todo tipo de mentiras:

De fondo, un adultx le da un globo a un niñx. Apenas


lo agarra, se le pincha, y pone cara triste.

FRAN
las que se usan para hacer reír al
otro, pero que en el fondo esconde algo
de verdad.

(Actúa):

FRAN
“Francisco, ¿vos rompiste el cuadro?”
Sí papá, perdón, es que me encanta
correr por la casa.

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(Sonríe con ironía)

TED se lo ve desorientado, pensativo, pero, intuitivamente,


le devuelve la sonrisa. El FRAN continua:

FRAN
Las que uno se hace a sí mismo.

Se traslada un poco con la silla de ruedas, mirando


altaneramente a su alrededor:

FRAN
Me miran porque quieren ser como yo, me
miran porque me tienen envidia, me
miran porque ellos suben por las
escaleras y yo voy por el ascensor.
(Vuelve a su posición inicial)

TED, presta atención pero continúa confundido. Ya no le


causan gracia los “chistes”. FRAN manipula con su discurso,
sabiendo que sus reflexiones confunden a su interlocutor.

FRAN
Una buena mentira debe ser verosímil,
creíble. Esto diferencia a un mentiroso
por vocación de uno que solo lo hace de
manera casual. No es ni mala ni buena,
simplemente es. Puede ser amable, puede
ser condescendiente, puede ser
temeraria o, en ocasiones, puede ser,
incluso, más dolorosa que la verdad
misma.
La mentira en mi mundo es más frecuente
que la verdad. Simplemente me
acostumbré, como todos lo hacemos con
distintas situaciones a lo largo de
nuestra vida:
(Actúa):

FRAN
“pero vos sos igual a nosotros”, “tenés
las mismas posibilidades”, “sos uno más
Fran… nadie te mira por la silla, te
miran porque sos una fantástica
persona”.

TED se incomoda, por sentir que, algo de las palabras de


FRAN lo representan:

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FRAN
Después de escuchar estos engaños, yo
también empecé a mentir. Me hice un
experto en la mentira.
El mentiroso es un observador por
naturaleza porque tiene que saber si la
víctima cayó o no en sus palabras. Y si
no lo hizo, tiene que encontrar más
caminos para hacer de su mentira, la
verdad del receptor.”
(Pausa).
Es, también, una forma de concebir la
vida: mentir me salvó de circunstancias
en que la verdad pudo haber sido más
pesada de lo que yo podía cargar, pero
a su vez me quitó valor para enfrentar
la realidad. Mentir se convirtió en un
refugio, en una ayuda y casi en una
adicción en mi vida.

FRAN mira a los ojos a TED:

FRAN
La verdad es maciza… impenetrable…
como la materia.
La mentira, en cambio, es un castillo
de naipes que puede romperse por
voluntad propia, no se puede tolerar ni
un segundo más o por mero error en la
estrategia.
(Sonríe).

TED se queda mirándolo pensativo, sin responder. FRAN


sostiene la mirada, le hace una seña a TED para que se
acerque y, cuando lo tiene frente a él, se levanta,
lentamente de la silla de ruedas, camina hacia TED de
frente, y le dice al oído, susurrando:

FRAN
Usted ha caído en mis palabras.

FRAN mira a cámara, detrás de TED, dirigiéndose al público:

FRAN
Sólo han mirado con los ojos, no se han
detenido a pensar que la Universidad de
Thunder no existe, o que Alpha es una

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estrella de las millones que existen en
el Universo.
(Pausa)
Si me hubiese quedado sentado, ustedes
nunca habrían sabido la verdad del
mentiroso.
¿Cuántas sillas de rueda de la mentira
hay en el Mundo? ¿Es nuestro deber
reconocer una mentira, o es a su
deslealtad moral la que debemos culpar?
Y si la mentira fuera por un buen fin,
¿es justa, entonces?
¿Vale más decir la verdad que mentir?
Porque si te digo la verdad, pierdo,
pero si te miento, gano. ¿Quién vale
más? ¿Vos o yo?...
Durante todo este tiempo les mentí para
crear una verdad, que en realidad es
una mentira, pero acaba por ser una
verdad.

Veamos la verdad y la mentira como lo


que son: unos impostores…
(Pausa).
Usemoslas con precaución…

En estas últimas palabras, obsequia a TED su alcancía, con


la recaudación del día. FRAN vuelve a la silla de ruedas,
se sienta, y remata:

FRAN
Las personas se han acostumbrado a
desafiar la realidad porque los demás
se han concentrado en creerles. Lo que
ha sido creído por todos siempre y en
todas partes, tiene todas las
posibilidades de ser falso…

TED, aturdido por lo ocurrido, queda inmóvil, observando


cómo se aleja el FRAN andando, lentamente, en su silla de
ruedas. Mira la alcancía en sus manos, la agita, y se da
cuenta que está vacía. Se da vuelta, mira a la cámara que
FRAN se había dirigido para hablarle a la audiencia.
Confundido. TED se dirige a su auto, entra, y deja el
obsequio en el asiento del copiloto. Arranca.

ESC 4 - INT. AUTO / CALLES - NOCHE

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INTRO/PRESENTACIÓN
Él conduce + INTRO DE TÍTULOS: solo nombres y personajes de
los oradores.

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