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Escuela Naciones Unidas n°31

Areal Sociales

Actividad n°2

Traducción de Diego A. Barreyra Fracaroli (UNTREF)

Deep History: the Architecture of Past and Present (2011), edited by Andrew Shryock and
Daniel Lord Smail, Los Angeles: University of California Press

Prefacio

Todos los razonamientos sobre el pasado están formados por figuras retóricas y narrativas.
No es simplemente una evaluación crítica de “los hechos” lo que nos lleva a decidir si un
relato histórico es convincente: los hechos surgen como tales y obtienen su poder de
evidencia en el seno de estructuras narrativas. La historia del surgimiento de un imperio o
del colapso de una nación puede estar repleta de fechas y fuentes textuales, que pueden ser
correctas o incorrectas, confiables o dudosas; pero la integridad de esa historia como
Historia depende de una más profunda arquitectura de representaciones. Los imperios y
naciones, aunque consisten de millones de individuos que no se conocen entre sí, son
tratados frecuentemente como si fuesen cuerpos físicos. Nacen, maduran y mueren en los
libros de historia. Tienen (o parecen tener) características personales; toman decisiones, se
hacen de amigos y enemigos, forman y disuelven uniones. Son comparados de incontables
maneras con personas, familias y cuerpos. En un cierto nivel sabemos que estas imágenes
son metafóricas, pero trabajar sin ellas es difícil. Cuando las metáforas se cuelan en el uso
diario de los actores históricos, podemos decir incluso que moldean la evidencia y los
acontecimientos que los historiadores seleccionan para escribir. Las metáforas determinan
lo que entra en un razonamiento histórico y lo que se deja fuera de él, y cómo pueden
desarrollarse nuevas formas de argumentación histórica. Lo que es importante para una
buena escritura histórica es desarrollar una consciente relación con las metáforas y motivos
narrativos que empleamos.

Este es un libro acerca de la historia profunda de la humanidad, un campo de investigación


que se extiende millones de años atrás en el tiempo. Aunque pueda parecer el eje temático
perfecto para los historiadores, este vasto espacio-tiempo fue abandonado por la mayor
parte de la escritura histórica casi tan pronto como fue descubierto. Los humanos siempre
han estado interesados en sus orígenes, pero el pasado profundo, como típicamente lo han
entendido los historiadores modernos, nunca es más profundo que la Antigüedad, y a veces
se lo ubica en una era incluso más reciente. La consciencia de la existencia de un tiempo
anterior a la Antigüedad fue clara sólo a partir del siglo XIX, cuando la revolución de
Darwin desplazó la creencia ampliamente difundida de que el mundo tenía solamente seis
mil años de edad. La nueva era que súbitamente se abría antes del Edén, dividiendo el
pasado humano en cronologías larga y corta, se convirtió pronto en objeto de estudio
sistemático. Sin embargo, el pasado profundo parecía impenetrable para los métodos
convencionales de escritura histórica, un estado de situación que fue capturado en la
palabra acuñada para describir este nuevo pasado remoto: prehistoria.

Como demuestra este volumen, las suposiciones que conspiraron inicialmente para separar
la prehistoria como periodo anterior a la historia aún están entre nosotros. Hay una
metodología basada en evidencia escrita junto a una estrecha relación con un poderoso
conjunto de motivos narrativos, la mayor parte de los cuales se fundamenta en nociones de
progreso y dominio humano sobre la naturaleza. Estos compromisos juntos han hecho del
pasado profundo un lugar de incertidumbre para los historiadores académicos. Gracias a los
incansables hábitos laborales de los arqueólogos y paleo-antropólogos, la prehistoria está
hoy mapeada cuidadosamente, meticulosamente datada y analizada con creatividad. En las
últimas décadas, los descubrimientos sobre la evolución de los humanos y de las especies
homínidas relacionadas se han venido acumulando en grandes cantidades. Pero en conjunto
el pasado humano profundo permanece curiosamente fuera de los límites del trabajo de
muchos antropólogos e historiadores, incluso de aquellos interesados en las grandes
cuestiones acerca de lo que significa ser humano. De hecho, el segmento cronológico de la
investigación explícitamente descripto como histórico se ha reducido drásticamente en el
siglo pasado, a pesar de que nuestro conocimiento de la prehistoria humana se ha
expandido. La mayor parte de la investigación histórica se concentra ahora en los siglos que
siguieron a la expansión global de las potencias europeas, descriptos vagamente como
“modernos”, a sociedades descriptas como coloniales y post-coloniales.

Este volumen surge de nuestra disconformidad con esta tendencia y nuestro deseo no sólo
de explicarla sino también de crear alternativas. No pensamos que el descuido sistemático
de la historia profunda entre historiadores y antropólogos –dos campos que hacen del
pasado humano su negocio- sea un producto de la ignorancia o el desdén. Tampoco es un
simple efecto colateral de la especialización. Surge en cambio de la arquitectura de los
argumentos históricos, de los motivos narrativos y de las analogías que los historiadores
prefieren. Un siglo atrás, las nociones simplistas de progreso y las equivocadas aplicaciones
de la teoría evolucionista de Darwin que han dominado la historia y la antropología
conspiraron para tomar todas las civilizaciones pre-modernas como intrascendentes,
excepto, quizás como evidencia existente del pasado primitivo de Europa y un modo de
entender su trayectoria hacia la superioridad global. Todo eso ha cambiado. Hoy los
historiadores y antropólogos suelen invocar un nuevo conjunto de figuras, tales como
diáspora, subordinación, hegemonía, resistencia, mercantilización y agencia, para
caracterizar los intrincados diagramas de retroalimentación que acompañaron la emergencia
del moderno sistema mundial. El triunfo de la perspectiva global muestra cómo, por medio
del esfuerzo concentrado, las mismas figuras retóricas de la escritura histórica pueden
transformarse. En esta transformación, lo que antes era irrelevante pasa a ser intensamente
relevante no por un nuevo conjunto de hechos, sino a través de un nuevo conjunto de
herramientas intelectuales para describir la curva del cambio. Sin embargo, el mismo éxito
del paradigma global ha revelado la continua ausencia de figuras y formas que nos puedan
permitir recuperar el pasado humano profundo.

El objetivo de este libro es ofrecer un conjunto de herramientas –figuras, construcciones


sintácticas, metáforas- para la narración de historias profundas. Éstas incluyen las
relaciones de afinidad, la réplica de fractales, el intercambio, la hospitalidad, las redes, los
árboles, las extensiones, la integración escalar y los diagramas en espiral de
retroalimentación que son intrínsecos a todos los procesos de coevolución. Desplegadas con
maestría, estas construcciones sintácticas y las narrativas y evidencia que ellas crean
ofrecen una dinámica de conectividad que puede hacer accesible el tiempo profundo para la
investigación moderna, integrando por lo tanto las largas edades de historia humana en una
sola historia. Al ofrecer estas innovaciones analíticas, no insistimos en tirar por la borda los
recursos narrativos que describen las historias de origen, nacimiento o declive. Por el
contrario, queremos llamar la atención sobre cómo estas figuras narrativas, a veces sin
intención, evocan transiciones de la naturaleza a la civilización, de la biología a la cultura,
de la sociedad tradicional a la modernidad. Estas figuras pueden funcionar en una gama
limitada de circunstancias. Como medio general para el relato de la historia profunda, sin
embargo, son muy problemáticas. Tienden a postular una humanidad de vieja data,
inmutable o prístina que se despabila por la acción de un estímulo que es externo a este
“estado de naturaleza”. La fuerza externa podría ser la cultura, la lengua, la civilización o
incluso el clima, pero las raíces creacionistas de esta imaginería no son difíciles de
discernir. El movimiento de la naturaleza a la cultura, de la prehistoria a la historia,
recuerda la arcilla a la que se le insufla vida con el aliento de Dios. En casi todos los casos
esto es mala ciencia, y es igualmente mala historia. Hay mejores maneras de explicar el
cambio.

Consignas

1-Elaborar una lista de las palabras que no conocen y luego buscar su definición.
2-Identificar la o las ideas principales del texto.
3-Construir un texto que explique

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