Caso Clinico Babesia

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Caso clínico: Ternero Jaime

Anamnesis

Fecha: 13-03-2024
Hora: 7:00 am
Nombre del paciente: Jaime
Propietario: Leidy
Fecha de nacimiento: 01-11-23
Especie: Bovino
Raza: Jersey
Edad: 4 meses
Sexo: Hembra
Peso: 150 kg
Color: Castaño
Condición corporal: ⅖

Unidad productiva: Campo alegre


Sistema de producción: Lechero
Lugar: Pradera, Valle del Cauca
Vacunas: no reporta
Desparasitación: no reporta
Reducción de ingesta de alimentos: +
Enfermedades anteriores: no reporta
Terneros en el rebaño: 10
Alimentación: Forraje y pastoreo

Motivo de consulta

El propietario refiere que el animal se ve feo, con el pelo sin brillo, flaco, lo siente
muy caliente, no come y le ha visto debajo de la trompa una bola como una
inflamación.

Exploración física.

Condición física: ⅖
Actitud: Decaído
Marcha: Normal
Piel: Normal
Pelaje: Sin brillo, opaco
Sobre la mandíbula inferior se identifica abultamiento o inflamación
Deshidratación: Moderada 8%
Mucosas: Pálidas
Temperatura: 42 °C

PREGUNTAS CLAVE PARA GUIAR EL DIAGNÓSTICO.

. ¿con que alimentas el ternero?

. ¿Está vacunado?

. ¿ultima desparasitación?

. ¿control de parásitos externos?

. ¿enfermedades anteriores?

. ¿tratamientos anteriores?

DIAGNOSTICOS DIFERENCIALES.

Insuficiencia renal

Insuficiencia hepática

Encefalitis

Rabia bovina
Lectospirosis

Poliencefalomalacia

Rinotraqueitis bovina infecciosa

Anaplasmosis

Babesia

Intoxicación crónica por cobre

Tripanosomiasis

DIAGNOSTICO CLINICO.

. Perfil hemático

. Bioquímica

. PCR

http://www.scielo.org.co/pdf/acbi/v41n111/0304-3584-acbi-41-111-65.pdf

TRATAMIENTO INICIAL.

- dipropionato de imidocarb en dosis de 1 a 3mg/kg SC.


- complejo b 1ml/20kg IM
-

Recomendaciones

- Aislar el paciente hacia la zona de cuarentena


- Realizar hemogramas control.
- Fumigar el rebaño
RESULTADO DIAGNÓSTICO.

Hemograma
Diagnóstico definitivo

El paciente Jaime se realizó un extendido de gota gruesa y nos reportan que


es positivo para Babesia sp.

 Babesia spp

Pronostico: Reservado

Evolución: a espera del examen hematológico.


En comparación al primer resultado de hemograma donde se identifica la
patología, se logra evidenciar un aumento en valores de referencia de línea roja
como indicador inicial de anemia.

Babesia spp

Organismos de un tamaño de 1 a 2,5 µm, comprende a B. bovis y B. divergens.


Babesia bovis Mide 2,4 µm de largo por 1,5 µm de ancho, presenta forma anular
(vacuola central con un núcleo en uno de los polos = anillo de sello).
Babesia divergens Mide 1,5 µm de largo por 0,5 µm de ancho, presentan formas
divergentes de a pares, ubicadas en el margen de los glóbulos rojos. Pueden
presentar formas piriformes, también circulares y algunas con una vacuola y
tamaño de hasta 2 µm de diámetro. Mediante microscopía electrónica de
transmisión se observan organelas propias de una célula eucariota, además de
dos membranas, una membrana externa que está en contacto directo con el
glóbulo rojo y una membrana interna, propia del parásito. En su extremo romo
posee el complejo apical el cual está formado por un anillo polar, roptrias y
micronemas. (Ortega, 2018)

Se una revision bibliográfica de la babesiosis bovina, considerándose esta


enfermedad causada por protozoos del género babesia con sus especies Babesia
bovis (Babesia angentina) y Babesia bigémina, B. major, B. divergens, B. ovata, B.
occultans, B. jakimovi [65], y varios taxones no descritos, a saber, Babesia sp.
Oshima [66], Babesia sp. Kashi [67], Babesia sp. Hue [42], y Babesia sp.
Mymensingh [68]. Babesia bovis y B. bigemina son los agentes etiológicos de
babesiosis bovina más comúnmente reportados en todo el mundo y tienen el
mayor impacto en los bovinos [69]. Estas dos especies están ampliamente
presentes en regiones tropicales y subtropicales donde están presentes las
garrapatas vectoras Rhipicephalus e Ixodes. El ganado infectado con B. bovis
puede enfermarse gravemente en comparación con la infección más leve por B.
bigemina [3]. Por otro lado, la Babesia bovina predominante en Europa incluye a la
zoonótica B. divergens [70] y a la menos patógena B. major [1]. Además, se
pensaba que B. occultans y B. ovata tenían baja patogenicidad en el ganado
bovino [1,71], pero los brotes clínicos [72,73] y los casos de anemia exacerbada
[38] se han atribuido a cada especie respectiva. De las especies no descritas, solo
Babesia sp. Se ha demostrado que Mymensingh tiene una gran importancia clínica
[39]. (Galon, 2022)

Distribuidas en clima medio y calido, siendo transmitidas por la garrapata


Boophilus microplus principalmente. (Bibliograficos, 1990) (Mateus Valles, J.G.)
Parasitan los glóbulos rojos de los bovinos, causando un síndrome hemolítico
agudo acompañado de fiebre, ictericia y anemia. El curso puede ser sobre agudo,
agudo y crónico. (Ortega, 2018)

La babesiosis bovina ha tenido un gran impacto económico debido a la pérdida


productiva que se produce en los animales infectados (Mosqueda et al., 2012)
Tomado de Ortega, 2018. Las pérdidas pueden ser considerables, especialmente
cuando animales sin inmunidad se trasladan a un área endémica (Spickler, 2018)
Tomado de Ortega, 2018

Los aspectos corresponden a el marco epidemiológico general en que se


establece que en condiciones naturales la vida de la babesia está infinitamente
ligada a la garrapata vector y a la del bovino suceptible. A su vez, la vida de la
garrapata está asociada a la del bovino. Es de anotar que los bovinos retienen la
habilidad para infectar garrapatas durante 4 a 7 semanas post-infección en el caso
de Babesia bigemina y cerca de un año post-infección causada por Babesia bovis.
La transmisión de babesia en condiciones naturales, muestra la relación de cada
uno de los componentes básicos de la cadena epidemiológica: la babesia, la
garrapata y el bovino.

Los factores que afectan la interrelación garrapata - babesia - bovino son la


temperatura y la humedad relativa. Temperatura por debajo de 20 grados
centígrados previene la transmisión de las dos babesias por B. microplus. (Mateus
Valles, J.G.)

Patogenia

El principal efecto patogénico de la infección por Babesia es la hemólisis


intravascular. En el caso de la infección por B. bovis hay también hipotensión
profunda que depende de estímulo a la producción de calicreína (una cinina y una
amina vasoactiva). La vasodilatación se acompaña de aumento en la
permeabilidad vascular, lo cual provoca estasis circulatoria y choque; cabe citar
como patógeno adicional de B. bovis la coagulación intravascular diseminada
(CID), y se ha comprobado trombosis pulmonar mortal subsiguiente en becerros
infectados por B. bovis. B bigémina es un agente hemolítico que no ejerce estos
efectos adicionales. Cuando un animal es infectado, la multiplicación de lo
protozoarios en los vasos periféricos (B. bigémina, B. ovis) o en los vasos
viscerales (B. bovis, B. argentina) alcanza su máximo con la aparición de
hemólisis clínicamente identificable después de un periodo de incubación de siete
a 20 días. Esta hemólisis produce anemia intensa, ictericia y hemoglobinuria; la
muere probablemente depende de anoxia anémica. Si el animal sobrevive se
convierte en portador en el cual se mantiene una infección subclínica innocua
mediante un delicado equilibrio inmunitario entre protozoarios y anticuerpos. Este
equilibrio puede alterarse fácilmente por estrés ambiental, sobre todo transporte y
privación de alimento o enfermedades intercurrentes. En el estadio de portador el
animal sigue resistente a la infección y persiste así durante aproximadamente un
año. En infecciones constantes, como ocurre en situaciones enzoóticas, la
protección es constante. Aún cuando la infección persista, la virulencia de la
sangre en los experimentos de transmisión se pierde periódicamente porque
desaparecen las formas infecciosas del parásito en la sangre periférica. Se ha
efectuado un estudio detallado de la evolución natural en pacientes individuales en
ganado residente en medios exentos de garrapatas y después de un solo episodio
infeccioso. En el caso de B. bovis (argentina) ocurrieron recurrencias de
parasitemia hasta por dos años, mientras que con B. bigémina tales recurrencias
fueron pocas y más breves. La capacidad de los bovinos para infectar garrapatas
fue mucho mas duradera (un año) en el caso de B. bovis (argentina) que en el de
B. bigémina (4 a 7)” 6 . “Del mismo modo, la frecuencia máxima se presentó a
edad más temprana y la tasa de reinfección fue más rápida que con B. bigémina.
Cuando las vacas contraen la infección durante la gestación, no se observa
infección intraútero, pero hay una transferencia evidente de inmunidad pasiva vía
calostro hacia el recién nacido. Aunque la susceptibilidad del bovino a la infección
por Babesia disminuye con la edad, la susceptibilidad a los efectos patógenos del
parásito al perecer aumenta. En el caso de la B. bovis esto se ha comprobado por
la observación de los terneros hasta los 5 – 6 meses de edad, muestran pocos
efectos, y las vacas viejas padecen una enfermedad clínica grave y a menudo
mortal, mientras que los bovinos de 1 – 2 años de edad padecen una enfermedad
sólo moderadamente grave”. 7 “En la babesiosis por B. bigémina existe
incremento de la actividad del aspartato aminotransferasa a la sangre se le
atribuye la necrosis hepática y lisis de los eritrocitos. La virulencia aumenta por
medio de pases seriados en bovinos a la vez que existen capas con diferente
grado de patogenicidad, medidas por la parasitemia, fiebre y hematocrito. La
fragilidad osmótica de los eritrocitos parasitados aumenta paralelamente al
incremento del volumen corpuscular medio. Existe diferencia individual entre los
bovinos a la babesiosis; influye por ejemplo la edad. Los becerros son más
resistentes que los adultos, los esplectomizados son más resistentes que los
adultos, los esplectomizados son más susceptibles que los completos. La química
sanguínea en becerros esplectomizados se altera, la transaminasa glutámica
aumenta cuatro veces su nivel normal. El conjugado de bilirrubina aumenta de 0.3
mg/dl a 4.2 y 1.9 a 8 veces más. El potasio sérico disminuye. El grado de
patogenicidad varía de acuerdo con las especies de babesia y las cepas dentro de
éstas, por ejemplo Babesia bigémina se multiplica primero en los eritrocitos de los
capilares de los órganos internos, posteriormente aparecen en la sangre periférica.
La parasitemia en becerros esplectomizados y sin esplectomizar depende del
periodo entre la esplectomía y la infección. Los animales con babesiosis latente
pueden tener recaídas como consecuencia de infestaciones severas de
garrapatas aún libres de babesia, también hay reactivación del protozoario con la
inyección de las glándulas salivales de garrapata o glucocorticoides con efecto
inmunosupresor. Por otra parte, la alimentación con leche a los becerros durante
tiempo prolongado tiene efecto inhibitorio en la multiplicación de la Babesia. B.
bovis y B. bigémina poseen dos enzimas con actividad proteolítica en los
eritrocitos, una con actividad esterolítica y otra con fuerte actividad de hidrólisis de
la hemoglobina. Los antígenos fijadores del complemento tiene un amplio rango
para ambas enzimas; éstas hidrolizan tanto la hemoglobina natural como la
desnaturalizada. La infección con B. bovis y B. bigémina sugiere que las
alteraciones hemáticas de anemia y hemoglobinuria no son responsables directas
de la muerte de los animales, sino que muy probablemente se deben a
desordenes de otros mecanismos tales como disfunción hepática, desequilibrio
electrolítico, presencia de CID e incluso la posible presencia de toxinas, alteración
de plaquetas debidas a la trombocitopenia, nitrógeno uréico y bilirrubina
aumentados. Por otra parte, se ha observado infección prenatal y daño hepático,
por lo que los niveles de urea y nitrógeno en la sangre están aumentados.(Tejas,
2013)

PRONOSTICO.
Bueno: teniendo en cuenta que las sinologías y sintomatologías son recientes
frente al estado de animo

TRATAMIENTO.

EVOLUCION.

los pacientes que se identifique con una evolución de la patología en el organismo


del paciente el cual pueda ser remediable medicamente tendrá un resultado
positivo en su tratamiento, por el contrario, paciente con fase crónica donde
implica deterioro de órganos fundamentales y funcionales, el paciente terminara
en cuadro de perdida de signos vitales.
Los que sobreviven se recuperan gradualmente del adelgazamiento extremo y de
la anemia, que son secuelas inevitables. Se observa a veces un síndrome
subagudo, especialmente en animales jóvenes, caracterizado por poca fiebre, sin
hemoglobinuria. En algunos animales infectados con B. bigémina se produce
babesiosis cerebral que se manifiesta por incoordinación seguida de parálisis
posterior, o por convulsiones, excitación, y coma. La mortalidad en estos casos es
muy elevada a pesar del tratamiento. (Veterinaria et al., 2010)
ETIOLOGIA DE LA BABESIA.

La babesiosis es producida por un protozoo del género Babesia (familia


Babesiidae, orden Piroplasmida). Las 3 especies que se encuentran con mayor
frecuencia en el ganado bovino son Babesia bovis, B. bigemina y B. divergens.
Entre otras especies que pueden infectar al ganado bovino se incluyen B. major,
B. ovata, B. occultans y B. jakimovi. Se descubrieron organismos estrechamente
relacionados con B. divergens en animales silvestres y humanos, pero que no
parecen afectar al ganado bovino. Se desconoce si estas especies deberían
llamarse B. divergens, pues al menos en algunos casos parecen ser organismos
distintos, algunos, como Babesia venatorum, reciben nombres específicos.

PERÍODO DE INCUBACIÓN: Los síntomas de las infecciones de B. bigemina y


B. bovis generalmente aparecen 2 a 3 semanas después de la infestación con
garrapatas. Después de la inoculación directa en sangre, el período de incubación
puede ser de tan sólo 4 a 5 días para B. bigemina y de 10 a 12 días para B. bovis.
(Bibliograficos, 1990)

Los parásitos de Babesia tienen un ciclo de vida complejo que incluye la


reproducción sexual dentro del intestino medio de los vectores de garrapatas y la
reproducción asexual en sus huéspedes vertebrados12 (Tejas, 2013)

Ciclo Biológico
El hospedador invertebrado (garrapata) ingiere sangre infectada con gamontes
inmaduros, los cuales maduran en el intestino y se diferencian mediante el
proceso de gametogonia en gametos femeninos y masculinos. Estos se fusionan
formando el cigoto u ooquineto, que ingresa a las células epiteliales del intestino,
desplazándose hacia los acinos salivales a través de la hemolinfa. Dentro de la
glándula salival se produce la esporogonia donde el cigoto se transforma en
esporoblasto y desarrolla esporozoítos. Mediante la picadura de la garrapata, los
esporozoítos se introducen en el flujo sanguíneo del hospedador (bovino),
invadiendo a los glóbulos rojos y evolucionan a trofozoítos. El organismo en un
primer momento, sólo está cubierto por una fina membrana externa, ya que ha
perdido su complejo apical y se alimenta por pinocitosis de componentes del
citoplasma del glóbulo rojo. Tras un período de alimentación y crecimiento,
reaparece la dotación de organelas. En esta etapa se produce la esquizogonia,
mediante migración del núcleo y se dividen por fisión binaria en dos células hijas,
que se dividen nuevamente, destruyendo los glóbulos rojos y liberando a la sangre
los merozoítos resultantes. La mayoría infecta nuevos glóbulos rojos, otros se
diferencian en gamontes y son infectantes para un nuevo hospedador invertebrado

Agrovet market, 2023.

TRASMISION.

Las especies de Babesia se transmiten mediante garrapatas que se infectan al


ingerir parásitos que se encuentran en la sangre del bovino infectado. Los
principales vectores de B. bigemia son Rhipicephalus microplus (anteriormente
Boophilus microplus) y R. annulatus (anteriormente Boophilus annulatus). R.
decoloratus, R. geigyi y R. evertsi también transmiten esta especie. Los principales
vectores de B. bovis son R. microplus y R. annulatus, pero R. geigyi también
puede ser un vector. B. divergens se transmite principalmente a través de Ixodes
ricinus. B jakimovi también se puede transmitir a través de una especie de Ixodes.
Haemaphysalis punctata transmite B. major, Haemaphysalis longicornis transmite
B. ovata y Hyalomma marginatum transmite B. occultans. Dentro de la garrapata,
los cigotos de Babesia se multiplican como ‘vermículos’ que invaden muchos de
los órganos de la garrapata, incluidos los ovarios; la Babesia pasa fácilmente a la
siguiente generación de garrapatas en el huevo. Estos parásitos a veces pueden
transmitirse por vía transovárica a varias generaciones, aunque esto varía según
la especie de Babesia y la de garrapata. B. divergens puede sobrevivir en
poblaciones de garrapatas durante al menos 4 años, aunque el ganado bovino no
esté presente. Cuando una garrapata infectada se prende a un nuevo huésped, la
Babesia completa su maduración final. Los parásitos B. bovis generalmente
pueden ser infecciosos 2 a 3 días posteriores a que se prenden a las larvas de las
garrapatas y se pueden transmitir a través de las larvas. En R. microplus, B. bovis
no sobrevive más allá del estadio larval. Por el contrario, B. bigemina madura
aproximadamente 9 días después de que la larva de garrapata se prende y sólo se
transmite a través de ninfas y adultos. Los 3 estadios de I. ricinus pueden
transmitir B. divergens. La Babesia también se puede transmitir entre animales por
inoculación directa. Las moscas y los fómites contaminados por sangre infectada
podrían actuar como vectores mecánicos, aunque se piensa que este método de
transmisión no tiene gran importancia. La Babesia permanece en las poblaciones
de ganado bovino a través de portadores asintomáticos que se recuperaron de la
enfermedad aguda. B. bovis persiste en el ganado bovino durante años y B.
bigemina sobrevive solo durante algunos meses; la reagudización de la
parasitemia puede producirse a intervalos irregulares. Los terneros pueden
infectarse in utero; sin embargo esto aparentemente requiere cambios patológicos
en la placenta y la infección transplacentaria parece ser accidental y poco
frecuente. (Fever, 2018)
SINTOMATOLOGIA.

se caracteriza por anemia, fiebre y secuestro de glóbulos rojos parasitados (RBC)


en los capilares sanguíneos, una característica compartida con el parásito
apicomplejo transmitido por artrópodos Plasmodium falciparum, que conduce al
desarrollo de síntomas neurológicos (Silva et al., n.d.)
La temperatura se eleva lentamente, pero rara vez llega a más de 40.5 °C; puede
permanecer elevada o fluctuar por periodos irregulares de fiebre y temperatura
normal que varías días o semanas.
En bovinos jóvenes. B. bigémina y B. bovis producen síndromes casi idénticas
clínicamente, que se caracterizan por comienzo agudo de fiebre alta (41°C),
anorexia, depresión, debilidad, cese de la ruminación, caída en la producción de
leche.
Las frecuencias respiratoria y cardiaca se encuentran aumentadas, y de color rojo
ladrillo de las conjuntivas y mucosas cambia pronto a la palidez extrema propia de
la anemia grave. (Veterinaria et al., 2010)
Membranas mucosas pálidas y aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca,
así como disminución del apetito, disminución de la producción de leche,
debilidad, letargo y otros signos relacionados con la anemia o la fiebre, incluidos
los abortos o la disminución temporal de la fertilidad en los toros. (Fever, 2018)

SIGNOS CLINICOS.
Los signos clínicos varían según la edad del animal y la especie y cepa del
parásito. La mayoría de los casos de babesiosis se observan en adultos, y los
animales menores de 9 meses generalmente no presentan síntomas. La
patogenicidad de las cepas varían considerablemente, aunque B. bovis en general
es más virulento que B. bigemina o B. divergens. En general, los animales
infectados por B. bigemina desarrollan anorexia y fiebre alta; la puede presentarse
antes de que aparezcan otros signos clínicos. Los signos característicos son
causados por hemólisis y anemia. Los animales pierden el apetito, pueden
separarse del resto, se debilitan, se deprimen y rehúsan a moverse. Las
membranas mucosas se presentan pálidas y aumenta la frecuencia respiratoria y
cardíaca. Generalmente, se desarrolla anemia con rapidez, que suele estar
acompañada por hemoglobinuria y hemoglobinemia. En los casos subagudos
puede presentarse ictericia. También se puede observar diarrea o estreñimiento y
puede manifestarse un síndrome de insuficiencia respiratoria con disnea en
animales afectados gravemente. La fiebre puede producir abortos en vacas
preñadas y los toros a veces presentan una disminución temporal de la fertilidad.
Los signos en el sistema nervioso central (SNC) no son frecuentes en las
infecciones con B. bigemina. Algunos bovinos mueren, pero en los animales que
sobreviven, la crisis anémica suele cesar en una semana; estos pueden estar
débiles y en malas condiciones, aunque generalmente se recuperan por completo.
también se observan infecciones subagudas, con signos menos notorios. las
infecciones con b. bovis son similares, pero generalmente son más graves. sin
embargo, la hemoglobinuria y la hemoglobinemia son menos frecuentes que en
los animales infectados con b. bigemina. además, los eritrocitos infectados pueden
quedar secuestrados en los capilares cerebrales, lo que deriva en signos
neurológicos como falta de coordinación, rechinar de los dientes y delirio. parte del
ganado bovino puede aparecer echado con movimientos involuntarios en las
piernas; la mayoría de los animales con signos nerviosos, muere. las infecciones
con b. divergens pueden ser de leves a graves, según la cepa y otros factores. las
infecciones asintomáticas, con fiebre baja, anorexia y una recuperación sin
complicaciones, son frecuentes. también pueden observarse casos más graves
semejantes a las infecciones con b. bigemina. los signos del snc son poco
frecuentes en las infecciones con b. divergens, pero se pueden producir si la
anemia produce anoxia cerebral. b. major es apatógeno en la mayoría de los
casos y b. ovata es levemente patógeno. la infección intrauterina con babesia
puede derivar en el nacimiento de un ternero febril, débil, anémico, con ictericia y
deshidratado, que posiblemente tenga convulsiones u otros signos neurológicos.
en un caso recientemente informado, nació un ternero afectado de una madre sin
antecedentes de babesiosis clínica; las infecciones intrauterinas son muy poco
frecuentes.

DIAGNOSTICO.

Una buena anamnesis es de gran apoyo para el diagnóstico, acompañado de


sitomas clínicos(fiebre, palidez, icterisia de las mucosas) .
El diagnostico directo se basa en en la observación del Anaplasma mediante sus
tincipn con diferentes colorantes como giensa, wright, azul de toluidina, naranja
acridina, etc. (Vizcaíno Gerdts, O.G)
También mediante reacciones de técnicas serológicas como la fijación del
complemento, aglutinación capilar y prueba de anticuerpos fluorecentes.
La sensibilidad de los frotis teñidos es baja, por lo que se observan regularmente
falsos negativos [9]; Esto es común si el operador no tiene la experiencia para
realizar un buen diagnóstico [25]. La característica más importante es que estos
métodos solo son útiles para detectar eritrocitos infectados durante la fase aguda
de la enfermedad. (Fever, 2018)

El diagnóstico molecular se ha convertido en un instrumento para descubrir la


epidemiología de enfermedades que son importantes en el sentido médico,
veterinario y económico. Los ensayos de diagnóstico basados en ácidos nucleicos
proporcionan una detección altamente precisa del ADN del parásito en muestras
recogidas en el campo, abordando los diversos problemas de sensibilidad y
especificidad (Tejas, 2013)
Diagnóstico parasitológico indirecto: Se realiza mediante serología (IFI, ELISA,
HAI) a partir de una muestra de sangre. El diagnóstico mediante ELISA lee una
gran cantidad de muestras con facilidad y presenta una mayor especificidad que la
IFI.(Ortega, 2018)

DIAGNÓSTICO CLÍNICO:
Se debe sospechar la existencia de babesiosis en bovinos que presentan fiebre,
anemia, ictericia y hemoglobinuria.(Galon, 2022) Diagnóstico diferencial La
babesiosis se asemeja a otras enfermedades que producen fiebre y anemia
hemolítica. El diagnóstico diferencial incluye anaplasmosis, tripanosomiasis,
teileriosis, hemoglobinuria bacilar, leptospirosis, eperitrozoonosis, intoxicación por
colza e intoxicación crónica por cobre. La rabia y otras encefalitis también pueden
ser consideraciones en el ganado bovino con signos del SNC. Análisis de
laboratorio La babesiosis se puede diagnosticar por identificación de los parásitos
en la sangre o los tejidos, por PCR pruebas serológicas o por métodos
experimentales. En la sangre y los tejidos, los parásitos se detectan con mayor
facilidad durante las infecciones agudas. Pueden ser difíciles de detectar en
portadores. El tratamiento puede eliminar la Babesia rápidamente del torrente
sanguíneo, aunque el animal permanece enfermo por sus efectos. Los frotis
gruesos pueden resultar útiles en la detección de pequeñas cantidades de
parásitos, pero la identificación de especies se realiza de mejor manera con frotis
finos para su observación al microscopio. La Babesia se puede identificar en
aceite de inmersión (lente x8 y lente objetivo x60 como mínimo), frotis de sangre y
tejido. Habitualmente se utiliza la coloración de giemsa o naranja de acridina.
También se describen la inmunofluorescencia y la identificación por
inmunoperoxidasa. Estos parásitos se encuentran en los glóbulos rojos, y todos
los estadios divisionales, como en anillo (anular), trofozoítos en forma de pera
(piriformes), ya sea solos o en pares; y formas filamentosas o amorfas, se pueden
encontrar simultáneamente. Las formas filamentosas o amorfas generalmente se
observan en animales con niveles muy elevados de parasitemia. Los trofozoítos
de B. bovis son pequeños (generalmente de 1 a 1,5 μm x 0,5 a 1,0 μm),
habitualmente en pares y de una ubicación central en los glóbulos rojos. B.
divergens se parece a B. bovis, pero los pares se encuentran con frecuencia en el
borde del glóbulo rojo. B. bigemina es mucho más largo (de 3 a 3,5 μm x 1 a 1,5
μm) y puede llenar el glóbulo rojo. La variabilidad morfológica posiblemente
dificulte la identificación precisa de las especies. Mediante las pruebas de PCR se
pueden detectar y diferenciar las especies de Babesia; estas resultan
particularmente útiles en los portadores del parásito. Ha sido descripta una prueba
PCR/ELISA. El diagnóstico de portadores también se puede realizar mediante
cultivos in vitro. Estos animales se pueden identificar experimentalmente en
ocasiones mediante la transfusión de sangre a un ternero o, en el caso de B.
divergens, en gerbillos de Mongolia (Meriones unguiculatus). Las técnicas de
transmisión animal son engorrosas y se utilizan con poca frecuencia para el
diagnóstico de rutina. Se pueden detectar animales enfermos mediante serología;
ésta se utiliza con mayor frecuencia para vigilancia y certificación de
exportaciones. Los anticuerpos contra Babesia generalmente se detectan
mediante la prueba de inmunofluorecencia indirecta (IFA) o ELISA. También se
utiliza la prueba de fijación del complemento y se han descripto pruebas de
aglutinación en látex. Las reacciones cruzadas pueden complicar la diferenciación
de algunas especies en pruebas serológicas.

CONTROL.

Control La babesiosis se puede erradicar mediante la eliminación de las


garrapatas de los huéspedes. En EE. UU esto se logró mediante el tratamiento del
ganado bovino cada 2 o 3 semanas con acaricidas. En los países en los que la
erradicación no es viable, el control de las garrapatas puede disminuir la incidencia
de la enfermedad. El desarrollo de resistencia a los acaricidas puede resultar una
preocupación. Modificaciones ambientales también puede destruir el hábitat de las
garrapatas pero, en algunos casos, esto puede resultar difícil e indeseable desde
el punto de vista ecológico. En algunos países, las cepas vivas atenuadas de B.
bovis, B. bigemina o B. divergens se utilizan para vacunar el ganado bovino. Estas
vacunas presentan problemas de seguridad, tales como su potencial de virulencia
en animales adultos, posible contaminación con otros patógenos y reacciones de
hipersensibilidad a las proteínas sanguíneas. Es mejor utilizarlas en animales
menores de un año para minimizar el riesgo de que contraigan la enfermedad. En
algunos casos, es necesaria la vacunación de animales más viejos (por ejemplo, si
se trasladan animales susceptible a una zona endémica); los deben controlarse de
cerca después de la vacunación y recibir tratamiento si desarrollan signos clínicos.
En algunos países, los animales se pueden vacunar al comienzo de un brote.
La utilización de ganado bovino genéticamente resistente, como B. indicus,
también puede disminuir la incidencia de la enfermedad. La estabilidad endémica
natural no es confiable como única estrategia de control, puesto que ésta puede
verse afectada por el clima, los factores relacionados con los huéspedes y el
manejo. En zonas endémicas, los animales enfermos se deben tratar lo antes
posible con antiparasitarios. El tratamiento posiblemente resulte más eficaz si la
enfermedad se diagnostica tempranamente; puede fallar si el animal se debilita
por anemia. Se ha informado la eficacia de algunos fármacos contra la Babesia,
pero muchos de estos se retiraron del mercado por problemas de seguridad o de
residuos. Las dosis elevadas pueden eliminar los parásitos de los animales
portadores, como así también controlar los signos clínicos. También puede
resultar necesario realizar transfusiones de sangre y otras terapias de sostén. La
quimioprofilaxis con un fármaco (imidocarb) puede proteger a los animales contra
la enfermedad clínica y, a la vez, permitir una respuesta inmunológica. No
obstante, los residuos en la leche y la carne son preocupantes. Por otro lado, este
fármaco no se encuentra disponible en todos los países. Los desinfectantes y la
higiene, en general, no resultan eficaces contra la propagación de la babesiosis,
es preciso tomar la precaución de no transferir sangre de un animal a otro.
El primer ensayo de vacuna bloqueadora de la transmisión de B. bovis realizado
en bovinos se basó en las proteínas 6cys A y 6cys B.

EPIDEMIOLOGIA

Distribución geográfica: La babesiosis bovina se puede encontrar en cualquier


lugar donde existan garrapatas, principal vector, pero es más frecuente en zonas
tropicales y subtropicales. B. bovis y B. bigemina son particularmente importantes
en Asia, África, América Central y del Sur, partes del Sur de Europa y Australia.
Aunque B. bovis se encuentra con frecuencia en la misma zona geográfica que B.
bigemina, hay especies de garrapatas levemente diferentes que transmiten estas
2 especies y presentan algunas diferencias en su distribución. Por ejemplo, B.
bigemina está más distribuida que B. bovis en África. B. bigemina y B. bovis y sus
vectores que anteriormente eran enzoóticos en gran parte del sur de EE. UU;
ahora se encuentran sólo en una zona neutral de cuarentena a lo largo de la
frontera mexicana. Las garrapatas responsables de la transmisión de la babesiosis
bovina no existen en Canadá. B. divergens es un parásito importante en partes de
Europa, incluyendo al Reino Unido, España y el norte de Europa. En estudios se
hallaron pruebas de la existencia de estas especies en Europa, y también se
sospecha de su presencia en el norte de África. Su vector, I. ricinus, puede
sobrevivir desde el norte de Escandinavia hacia el Mediterráneo. Sin embargo,
dado que este parásito necesita 80% de humedad, se puede encontrar sólo en
algunos microambientes como la vegetación en los bosques, matorrales de cerros
y terrenos bajos húmedos. B. major se puede encontrar en algunas regiones de
Europa, Noroeste de África y Asia, como así también en China. B. ovata se ha
descrito en Japón, China y otras partes del este asiático. B. occultans se informó
en África, y B. jakimovi en Siberia.

PREVENCION.

El bloqueo de la transmisión de los parásitos en los vectores de garrapatas surge


como una estrategia atractiva que hasta ahora permanece inexplorada para limitar
el impacto de la enfermedad, uso de acaricidas, fármacos antibabesiales y
vacunas vivas atenuadas1,5.
Las vacunas vivas basadas en parásitos atenuados en la etapa sanguínea son
relativamente efectivas, pero solo se pueden administrar a terneros de menos de
un año y pueden ser transmisibles por garrapatas. Además, las vacunas vivas
presentan riesgos de contaminación con otros patógenos y de posible reversión a
la virulencia2,8 .
Por lo tanto, las estrategias disponibles actualmente para controlar la babesiosis
bovina son limitadas, y es urgente que se adopten nuevos enfoques.
El uso de vacunas de subunidades capaces de prevenir la babesiosis aguda.
Dichas vacunas de subunidades recombinantes podrían estar compuestas por uno
o varios antígenos protectores expresados en los estadios sanguíneos de B. bovis
y formulados en un adyuvante adecuado. Se han identificado y probado varios
antígenos candidatos como posibles componentes de las vacunas de
subunidades, pero ninguno ha logrado proporcionar niveles suficientes de
inmunidad protectora, por lo que las vacunas de subunidades hasta ahora no
están disponibles1,5,9 . (Silva et al., n.d.). En Argentina, las vacunas están
compuestas por glóbulos rojos parasitados con Babesia bovis, Babesia bigemina y
Anaplasma centrale (la cual confiere protección cruzada con A. marginale).
(Ortega, 2018).
Los piretroides (cipermetrina, permetrina, deltametrina, alfa cipermetrina),
amidinas (amitraz), fenilpirazoles (fipronil) y las lactonas macrocíclicas
(abamectina, doramectina, eprinomectina, ivermectina y moxidectina) son los
activos más usados para el tratamiento contra las garrapatas. (Fever, 2018)

TRATAMIENTO.

El producto Ganaplus® de Novartis de Colombia es uno de los medicamentos


veterinarios de mayor uso en el país para atender la problemática de enfermedad
clínica asociada a los hemoparasitismos del ganado. Se utiliza el aceturato de
diminaceno (Ganaseg-Berenil) en dosis de 3 a 5 mg/kg vía IM, repitiendo de 1 a 3
días o el dipropionato de Imidocarb en dosis de 1,2-5 mg/kg vía IM o SC . (Ortega,
2018).

Efficient Transovarial Transmission of Babesia Spp. in Rhipicephalus microplus Ticks Fed on Water
Buffalo (Bubalus bubalis) - PubMed (nih.gov)

Techniques for monitoring dairy calves against the tick fever agents: a comparative analysis -
PubMed (nih.gov)

Vaccination of cattle with the Babesia bovis sexual-stage protein HAP2 abrogates parasite
transmission by Rhipicephalus microplus ticks - PubMed (nih.gov)
Hacer resumen

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