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Brucelosis bovina (BB)

La brucelosis bovina (BB) es una enfermedad infectocontagiosa, producida por la


bacteria Brucella abortus, que afecta principalmente a las hembras bovinas en edad
reproductiva, provocando abortos. Los machos enteros también pueden infectarse y en
ellos la enfermedad se manifiesta con pérdida de la fertilidad debido a orquitis y
epididimitis. Esta patología, además, es una zoonosis (se trasmite al ser humano) y causa
una enfermedad invalidante si no es tratada.

Con la presencia de la enfermedad las explotaciones ganaderas se ven afectadas


económicamente, dada su influencia en la producción, que se expresa en una disminución
de los kilos de carne a la venta, el número de terneras para reemplazo, los litros de leche
producida y en un aumento de animales a eliminar por problemas de fertilidad.

Tuberculosis Bovina
La tuberculosis bovina (TB) es una enfermedad bacteriana crónica que, en ocasiones,
afecta a otras especies de mamíferos. Esta causada principalmente por la especie
bacteriana Mycobacterium bovis, perteneciente al complejo M. tuberculosis. Si bien no es
una enfermedad nueva, durante mucho tiempo ha estado desatendida.
Es una zoonosis importante que puede afectar a los humanos en general, por inhalación
de aerosoles o ingestión de leche no pasteurizada. El microorganismo está adaptado al
ganado bovino como huésped, en el que causa la denominada TB bovina, pero también
causa tuberculosis en otras especies animales, algunas de ellas salvajes. 
Diagnóstico
No resulta fácil diagnosticar la enfermedad con la simple inspección clínica por, tanto es
imprescindible la realización de pruebas diagnósticas para la confirmación de la
tuberculosis.
En caso que el animal haya presentado síntomas respiratorios, emaciación e hipertrofia de
ganglios antes de morir, se debe puede realizar la necropsia, colectando pulmón y
linfonódulos donde se observen lesiones compatibles con tuberculosis (lesiones caseosas).
En nuestro país, actualmente la única técnica aceptada a nivel oficial es la
tuberculinización o intradermoreacción realizada en el pliegue ano-caudal y/o en la región
cervical con el derivado proteico purificado del Micobacterium bovis (PPD), en dosis de 0.1
ml y la Lectura de la prueba se realizará a las 72 horas después de la inoculación de la
tuberculina.
La Fiebre Aftosa
Es una enfermedad viral muy contagiosa que afecta a animales de doble pezuña. Se
caracteriza por  fiebre y ampollas en  boca, nariz, pezones y patas. El periodo de
incubación puede ser tan corto como 2 a 5 días (más probable) o tan largo como 1 a 14
días. Las medidas sanitarias para Fiebre Aftosa que establece la OIE se basan en un
periodo de 14 días como máximo. El 100% de los animales pueden llegar a enfermar, la
posibilidad de muerte de los animales adultos se estima de 1 a 5%, por lo general ellos se
recuperan una vez cumplido el curso normal de la enfermedad, los animales jóvenes
presentan una alta tasa de mortalidad. 

La enfermedad es de curso agudo y de rápida transmisión. Se conocen 7 cepas de virus, O,


A, C, SAT 1, SAT 2, SAT 3, y Asia 1. Las cuatro últimas nunca han sido detectadas en el
continente americano. Es de distribución mundial y en la actualidad es endémica en
África, Asia, Medio Oriente y algunos países de la Europa Oriental. El virus de la Fiebre
Aftosa es transmisible por productos y subproductos de origen animales (carne bovina
incluida) lo que condiciona severamente el comercio de estos productos a nivel global por
las restricciones impuestas principalmente por países de estatus libre sin vacunación.
Diagnóstico 
El diagnóstico es siempre dado por el laboratorio. Se pueden analizar muestras de piel
desprendida, líquido de las vesículas, sangre, líquido esofágico faríngeo.
Prevención 
Se realizan básicamente dos acciones (vacunación, vigilancia epidemiológica) de suma
importancia en todo el territorio nacional:
Vacunación
Actualmente se realizan dos periodos de vacunación, establecidas por Resolución del
SENACSA, la misma se encuentra enmarcada dentro del Plan Hemisférico de Erradicación
de la Fiebre Aftosa (PHEFA). La vacuna utilizada, pretende dar cobertura inmunitaria
contra los virus O y A de la Fiebre Aftosa con administración de 2ml del producto
biológico, preferentemente en la tabla del cuello (tercio medio). Es importante que el
frasco de vacuna se encuentre cubierto a modo de que los rayos del sol no la desactiven.

Rabia Bovina
La Rabia Bovina es una enfermedad causada por un virus que ataca al Sistema Nervioso
Central de los animales de sangre caliente, es una zoonosis (los animales pueden enfermar
a los seres humanos y viceversa). Ocasiona cambios de comportamiento, locomoción y
sensibilidad
Transmisión
Se transmite a través de vectores (organismos que actúan como reservorio y transmiten
un agente infeccioso). El vector de la Rabia Bovina por lo general es el murciélago
hematófago, cuyo hábito es alimentarse de sangre y los zorros, en las zonas rurales.
En las zonas urbanas el contagio se produce por mordedura que generalmente son perros
y gatos.
Diagnóstico 
Se puede realizar a través de la Inmunofluorescencia (IF) que es confirmada con la Prueba
Biológica (PB)
Prevención
Vacunación, se debe vacunar todas las especies susceptibles anualmente. Es importante
eliminar criaderos de murciélagos hematófagos. 
No se deben manipular sin protección animales con síntomas de rabia o los que fueron
hallados muertos.  
En casos de mordedura de animales, lavar bien la zona afectada con abundante agua y
jabón, y recurrir de inmediato al Centro de Salud más cercano. 

LEPTOSPIROSIS BOVINA
Es una enfermedad generalizada, presente en todo el mundo, aunque más común en los
climas cálidos, esta zoonosis puede convertirse en una pesadilla para el ganadero. Los
animales portadores, que actúan como reservorio de la enfermedad, excretan las
bacterias causantes a través de la orina, el semen, el flujo vaginal y uterino contaminando
así también los pastos, el agua potable y alimentos. Los reservorios más comunes son
perros y roedores. Las bacterias (Leptospira) que infectan el ganado se pueden excretar a
través de la orina durante 542 días, un tiempo muy largo, y pueden sobrevivir fuera del
animal hospedador hasta seis meses cuando las condiciones ambientales son cálidas y
húmedas. Otra fuente de infección es el semen y, en consecuencia, un toro infectado
puede contagiar a las hembras durante el empadre. En bovinos se caracteriza por aborto,
infertilidad, agalactia, nefritis, mastitis (leche rosada) y anemia. Puede haber
hemoglobinuria, nacimiento de becerros débiles o con pobre desarrollo y muerte de
animales jóvenes
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se puede efectuar a partir de los signos clínicos y la epidemiología, pero
para conseguir un diagnóstico definitivo se precisan pruebas de detección directa de las
bacterias causantes (Leptospira) en los tejidos o líquidos infectados, y pruebas indirectas
de determinación de anticuerpos en sangre o de antígenos en orina.
A pesar de la larga duración de la infección, los títulos de anticuerpos no permanecen
altos durante mucho tiempo en los animales infectados. Tradicionalmente se ha utilizado
la prueba de aglutinación microscópica (MAT, por sus siglas en inglés) pero, de acuerdo
con la bibliografía publicada al respecto, los títulos son muy difíciles de interpretar. La
mayoría de los expertos coinciden en que el examen de la orina o de muestras de riñón
con una de las siguientes técnicas es más preciso:
- Cultivo
- ELISA
- Inmunofluorescencia
- PCR
El diagnóstico de la leptospirosis tiene que ser realizado por un veterinario que debe
analizar el hato y los parámetros reproductivos. Se deben obtener muestras de al menos
15 animales, especialmente de aquellas vacas que han requerido previamente múltiples
atenciones para gestar, que presentan un estro anormal o bien que no se han quedado
preñadas en su segunda lactancia.
TRATAMIENTO
Se recomienda un tratamiento antiinfeccioso adecuado para la leptospirosis aguda, pero
una vez que han aparecido los problemas renales el tratamiento tiene un efecto limitado
sobre el curso de la enfermedad. El manejo de los hatos infectados requiere una atención
especial. Si la leptospirosis se diagnostica en vacas preñadas durante la primera fase de la
epidemia, se pueden evitar nuevos abortos mediante la rápida vacunación de todo el hato
y el tratamiento simultáneo de todos los animales, actualmente antibióticos como la
Tulatromicina o Ceftiofur han demostrado eliminar las fases renales de los animales
infectados.

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