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LA SEQUÍA EN EL VALLE DE CHICAMA 2024

(Apuntes)

I. CONSIDERACIONES GENERALES
De acuerdo con SENAMHI (2022), “ la sequía es un evento climático extremo y un peligro
natural, perjudicial y subrepticio que produce precipitaciones inferiores a lo esperado, o
a lo normal, forma parte intrínseca del clima y eventualmente todos los lugares del
planeta están expuestos, incluso las zonas más lluviosas. Se caracteriza por ser un
evento inevitable y todavía poco predecible, no tiene epicentro ni trayectoria precisa, es
de avance lento y gradual, y abarca grandes extensiones geográficas, razones por las
cuales se hace difícil identificar sus límites espaciotemporales y proporcionar ayuda
oportuna a la población afectada por este fenómeno.

Por lo tanto, es uno de los fenómenos más complejo para cuantificar y gestionar sus
impactos porque no solo dependen de las características físicas y temporales del evento,
sino también del nivel de desarrollo socioeconómico y tecnológico de las áreas
afectadas, del equilibrio entre la disponibilidad y la demanda del recurso hídrico para la
permanencia de los ecosistemas y para la realización de las actividades humanas, así
como de la habilidad de las comunidades y los gobiernos para implementar acciones y
estrategias adecuadas que permitan prevenir y atenuar sus impactos, por tanto, es clave
comprender la sequía tanto sus dimensiones naturales como sociales”.

La costa del Perú, entre el Océano Pacífico y el ramal occidental de los Andes, es muy
árida. Dada la usencia de lluvias, durante miles de años, la agricultura ha utilizado los
cursos de agua que descienden de la cordillera, los afloramientos en las partes bajas y
del agua de recuperación.

En el valle de Chicama y la costa árida peruana, el factor limitante de producción es el


agua, sea ésta agropecuaria, minera, industrial y de uso poblacional; dado que las
precipitaciones anuales son menores a 25 mm. Así, la costa constituye una de las
regiones más áridas del planeta y se extiende desde Tumbes (desierto de Sechura) hasta
el norte de Chile (desierto de Atacama). Ver Figura N° 01.

El valle de Chicama, a 600 km del norte de Lima, pertenece a La Libertad, a la provincia


de Ascope y está localizado en la cuenca baja del río Chicama con una superficie de
130,000 ha. Los recursos hídricos son ofertados, por un lado, por el río Chicama, 800
millones de m3/año en promedio (70% durante el verano austral), pero debido a la
inexistencia de una infraestructura de almacenamiento y regulación, la mayor parte de
esta masa se pierde al mar. Durante el período de transición y estiaje, los restantes días
del año, el bombeo de las aguas subterráneas (estimado en 200 MMC) constituye la sola
fuente de aprovisionamiento.

La agricultura y la agroindustria del azúcar y de exportación (vid, arándano, palta, …) son


las principales actividades económica del valle, seguido por la ganadería (crianza de
ganado vacuno, equino, caprino y porcino) y la avicultura. Las tierras con potencial
agrícola en el valle presentan restricciones para su explotación debido a la falta de
disponibilidad de aguas superficiales y de alguna infraestructura mayor de
almacenamiento que satisfagan las demandas de la cédula de cultivos de caña de azúcar
y agroexportación, sobre todo durante el estiaje.

La Campaña Agrícola octubre 2019–septiembre 2020 (data disponible), indica que el


cultivo predominante en el valle es la caña de azúcar con 47,052 ha (80.0 % del total), le
siguen el maíz con 6,133 ha (10.4 %), el espárrago con 2,813 ha (4.8 %) y la alfalfa con
1,347 (2.3 5) ha entre otros. El total de cultivos abarca un área de cultivos ejecutada de
58,832 ha: 42,131 ha de Licencia y 16,701 ha de Permiso. La eficiencia total (%) de
riego se estima en 41% promedio El manejo del agua de uso agrícola, desde 1977, ha
sido entregado a los usuarios, a través de la Junta de Usuarios del Sector Hidráulico
Menor Chicama (JUCHICAMA).
Asimismo, el valle de Chicama, como toda la costa peruana, está sujeto a eventos
hidrológicos extremos: sequías e inundaciones extremas como consecuencia del
fenómeno El Niño (1998, 2017) y La Niña (1980, 2022). El monitoreo está a cargo del
SENAMHI y ENFEN (Perú) y las agencias internacionales CIIFEN, NOAA y otras.

Dado que El Niño produce grandes estragos en la infraestructura del sistema de


producción y la población, genera una visión catastrófica en todos los medios, poco
comparable con los que origina una sequía recurrente como la que se observa en estos
últimos 20 años, que no por eso deja de ser poco menos que insignificante y se espera
que las zonas afectadas sean declaradas en emergencia para ser tomadas en cuenta.

El siguiente análisis trata de generar un mayor estudio y compromiso inmediato para


cuantificar y gestionar los impactos que las sequías originan en el valle Chicama, como
la que está en pleno desarrollo. Se esperaba El Niño 2024 que se “atenuó”, para
convertirse inmediatamente en una Niña agresiva, que hace difícil que en este año se
alcance los 400 MMC en el río Chicama. Demás está mencionar todos los problemas
que acarreará esta falta de agua.

Se ha tomado la data de la JUCHICAMA de las descargas diarias del rio Chicama desde
el 01 Enero 2002 hasta Abril 2024 (09 de abril) y se ha hecho un análisis comparando
los 04 primeros meses del año versus la descarga anual considerando que representan
por lo menos el 70% de ésta.

Figura N° 01. El Valle de Chicama: Vista Satelital (MS, 2021)


II. LAS DESCARGAS DEL RIO CHICAMA 2002 – 2024 (Abril)

1. La JUCHICAMA proporcionó la data de descargas diarias del rio Chicama


desde el 01 de enero 2002 al 09 de abril 2024.
2. Se ordenó toda la información existente, extrayendo las descargas
correspondientes a los 04 primeros meses de cada año disponible.
3. La información fue consolidada en el Cuadro N°01 y la Figura N°02, adjuntos.
4. Como se observa en el cuadro y la figura en cuestión, el porcentaje (%)
promedio de la masa descargada en los 04 primeros meses (MMC EnAb)
versus la masa total anual (MMC) de cada año de la serie, alcanza el 75% y
ya no el 70%, como se solía considerar.
5. Igualmente, se solía considerar en la escala inferior de la Caracterización de
las descargas del rio Chicama como: Año muy seco (Q<200 MMC), Año seco
(200>Q<400 MMC) y Año insuficiente (400>Q<600MMC).
6. De acuerdo a ello, ojalá que las descargas del 2024 nos permitan llegar, por
lo menos, a un Año insuficiente.
Cuadro N° 1
DESCARGAS DEL RIO CHICAMA (Estación Salinar)

MMC (2002 - 2024)


Año MMC MMC EnAb % Año Tipo
2002 763,1 534,2 70% Suficiente
2003 382,2 280,5 73% Seco
2004 231,6 161,2 70% Seco
2005 330,2 279,1 85% Seco
2006 692,2 554,3 80% Suficiente
2007 674,1 499,3 74% Suficiente
2008 945,3 721,7 76% Abundante
2009 1 017,2 746,0 73% Abundante
2010 543,6 369,9 68% Insuficiente
2011 475,6 343,5 72% Insuficiente
2012 824,3 610,0 74% Abundante
2013 690,2 549,9 80% Suficiente
2014 471,5 304,6 65% Insuficiente
2015 776,9 619,7 80% Suficiente
2016 419,9 352,7 84% Insuficiente
2017 1 917,5 1625,0 85% Abundante
2018 512,5 344,5 67% Insuficiente
2019 819,3 620,0 76% Abundante
2020 360,9 253,5 70% Seco
2021 741,8 521,2 70% Suficiente
2022 534,7 424,9 79% Insuficiente
2023 981,6 676,7 69% Abundante
2024* 310,5 310,5 Seco
* data hasta el 09 abril Promedio 75%
Fuente: JUCHICAMA (2024)

7. Ahora, es necesario resaltar que sobre 23 años de registro: 11 años son de


descargas menores a 400 MMC anuales (48% del periodo), 6 años entre 600 y 800
MMC (26%) y los restantes 7 años entre 800 y 1200 MMC (26%). Es decir, que en
los últimos 23 años casi el 50% del tiempo las sequías han estado presente.
8. Hay que dejar que nuestros colegas investigadores y científicos del
SENAMHI y la Academia traten de explicar este evento extremo y poco
predecible; quedando sobre el tapete, directamente a los productores del
campo, como cuantificar y gestionar sus impactos durante el 2024 y el futuro,
pues pareciera que la presencia de las sequías en el valle Chicama cada vez
serán más frecuentes.
9. En definitiva, lejos de esperar como siempre las declaratorias de emergencia,
sería necesario la puesta en marcha de un Plan de Contingencia para
Sequías del Valle Chicama, que involucre, entre otros:

• Uso de canales de escasez paralelos (revestidos o no) a los de


Facalá, Paiján, Roma y otros. No es posible que grandes canales de
abundancia sigan conduciendo por el mismo cauce el agua en estiaje.
Asi, hay que usar, imperativamente, los canales de escasez
existentes y habilitar y/o construir otros.
• Sectorización del riego y control estricto de la distribución de
agua, sin favoritismos ni compadrazgos. Organización de mitas luego
de verificación, en campo, de la demanda de cultivos. Necesidad de
establecer medidores a todo nivel de distribución.
• Aforo permanente del caudal de pozos, drenes, cochas y aguas de
recuperación a fin de conocer realmente la oferta disponible para el
riego y otros usos.
• Construcción de pequeños reservorios de almacenamiento,
revestidos de geomembranas, donde guardarse el agua de
recuperación y la de rebombeo de las zonas bajas. El rebombeo
puede hacerse igualmente hacia puntos altos de cabecera.
• La limpieza actual de drenes, cochas y arreglo de carreteras está
bien, pero debe ser permanente, para lo cual es necesario el uso
programado e intensivo de maquinaria.
• Coordinación y reuniones permanentes entre la JUCHICAMA, los
Subsectores de Riego, las EEs agroindustriales y las autoridades
locales del ANA, a fin coordinar las acciones técnicas y corregir
oportunamente las acciones del PLAN.
• Otros… que sean necesarios para hacer frente a esta sequía del
2024, a fin de ganar la experiencia necesaria para las futuras que
parecen que su ocurrencia se ha acentuado con el cambio climático
Cordialmente

Wilmar Iglesias León

P. 20 abril 2024

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