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La narrativa realista y de Fin de Siglo

EL REALISMO
El Realismo es un movimiento artístico y literario que alcanza su plenitud en Europa en la segunda mitad del siglo
XIX. La novela será el instrumento predilecto de los escritores para mostrar un retrato verdadero del mundo social de
la época.
• El paso del Romanticismo al Realismo. Se comprende como una evolución de la subjetividad a la objetividad, del
yo a lo social y de la imaginación a la observación, principalmente. No obstante, se solapan parcialmente en el
tiempo, y el perfil psicológico de algunos personajes realistas resulta marcadamente romántico.
• La burguesía. Se instala como clase dominante en un tiempo de prosperidad económica y estabilidad política. La
novela realista nace vinculada a esta clase: el receptor pasa a ser de clase media, así como los autores que retratan,
desde dentro, esa sociedad burguesa.
• Características
o Verosimilitud y contemporaneidad Se excluye sucesos de tipo sobrenatural y presenta argumentos creíbles.
o Descripciones de ambientes y personajes
o Estilo antirretórico. Los escritores facilitan la lectura con un lenguaje claro y sobrio
o Personajes antiheroico. Personajes cotidianos de clase media, sin especiales atributos o cualidades. El
protagonista presenta un carácter soñador, romántico e idealista que le arrastra a vivir grandes pasiones, tras
las que termina destruido y solo.
o Pretensión de objetividad e intención crítica. Narrador omnisciente en tercera persona, coherente con la
intención de retratar de forma objetiva la realidad. • Sin embargo, los autores también denuncian o critican los
defectos de la sociedad burguesa a la que pertenecen y a la que se dirigen
EL NATURALISMO
El Naturalismo es una corriente fundamentalmente literaria que surgió en Francia y se extendió por diferentes países
europeos entre 1870 y 1890. Pese a su estrecha relación con el Realismo, se distingue por una visión del ser humano y una
forma de narrar propias; defiende una concepción determinista de la existencia, donde la vida de los seres humanos está
regida por la herencia genética y el medio social. Los autores –entre los que sobresalen Émile Zola (Germinal) y los
hermanos Goncourt– pretenden aplicar a la novela métodos de la ciencia experimental, pues conciben la literatura
como un instrumento para analizar el comportamiento humano y descubrir leyes que expliquen la realidad.
• Influencia de las ciencias experimentales. El Naturalismo surge en un periodo de grandes avances científicos. Entre
las aportaciones más relevantes, se han mencionar el descubrimiento de las leyes de la herencia por Gregor Mendel;
la teoría de la evolución desarrollada por Charles Darwin; la introducción al estudio de la medicina experimental,
del fisiólogo Claude Bernard; o el positivismo del filósofo Auguste Comte, que defiende la primacía del
conocimiento científico como motor del progreso.
• Características. La novela naturalista comparte rasgos con la realista, pero integra otros propios, entre los que destacan
los siguientes: el cariz pesimista; el compromiso ideológico; un estilo claro y sencillo (como en la novela realista),
pero al que se suma el uso del léxico científico –fruto de la influencia de las ciencias experimentales–; y la presencia
de personajes arquetípicos, que representan una clase social o tipo humano (preferentemente marginal), y de un
personaje colectivo (la mina, la fábrica…).
La novela realista en Francia
Los principales novelistas pertenecientes a la corriente realista en Francia, además de Stendhal (Rojo y negro, 1830; La
cartuja de Parma, 1839), son Balzac y Flaubert.
• Honoré de Balzac. Es el autor de La comedia humana, proyecto compuesto por más de noventa obras (de las que
ochenta y cinco son novelas) en las que aparecen como temas fundamentales la obsesión por el dinero y el
reconocimiento social. Los dos títulos más destacados de este ciclo son Eugénie Grandet (1833) y Papá Goriot
(1834). Los personajes de algunas novelas de La comedia humana reaparecen en otras, dotando al conjunto de unidad y
construyendo, así, un gigantesco fresco sociohistórico de la Francia de su tiempo, una sociedad materialista retratada
desde un punto de vista crítico.
• Gustave Flaubert. Su obsesión por el arte como modo de huir de la anodina y vulgar realidad desprende los dos
rasgos más significativos de su obra: la búsqueda de la perfección formal (se documenta exhaustivamente y redacta
numerosos borradores) y el rechazo de la mentalidad burguesa (sus personajes son infelices, viven una existencia
mediocre y tediosa, y se convierten en símbolos del fracaso y la insatisfacción). Buen ejemplo de ese tipo de
personajes es Emma, la protagonista de Madame Bovary (1857), su obra maestra. De su producción narrativa, también
cabe señalar La educación sentimental (1869) y Bouvard y Pécuchet (1881).

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T4. La narrativa realista y de Fin de Siglo

La novela realista en Inglaterra


El Realismo británico se desarrolla durante la época victoriana (1837–1901), periodo marcado por grandes
contradicciones: el puritanismo convive con el auge de la prostitución; la Revolución industrial impulsa a Inglaterra y se
convierte en una potencia colonial, pero, a la vez, el proletariado vive en condiciones de extrema miseria. Sobresalen las
hermanas Brontë, George Eliot y, sobre todo, Charles Dickens.
• Charles Dickens. Fue uno de los autores más leídos del momento, tal vez por el sentimentalismo, la emotividad, los
finales felices y la dimensión social de su obra. Se considera uno de los mejores observadores críticos de la sociedad
victoriana que, en sus novelas, muestra compasión por el sufrimiento de la población más desfavorecida
(especialmente de su infancia). Algunos de sus títulos más famosos se integran en la tradición de la novela de
aprendizaje como, por ejemplo, David Copperfield (1849-1850), Oliver Twist (1838) y Grandes esperanzas (1860-
1861).
• Sobresale también la obra de tres escritoras: por una parte, dos de las hermanas Brontë, Charlotte (Jane Eyre, 1847) y
Emily (solo publica una novela: Cumbres borrascosas, 1847), en las que todavía se aprecia la influencia del
Romanticismo; y por otra, Mary Ann Evans, más conocida por su seudónimo masculino George Eliot, bajo el que
publica sus obras, entre ellas Middlemarch (1871).
La novela realista en Rusia
El Realismo ruso se vincula con el espiritualismo literario y se caracteriza por el renacimiento de actitudes moralistas y
religiosas como respuesta a la crisis de la sociedad burguesa. Aparte de Nikolái Gógol (El capote), sus dos autores más
destacados son Fiódor Dostoievski y Lev Tolstói.
• Fiódor Dostoievski. Su narrativa se caracteriza por el interés por los conflictos morales, religiosos y existenciales,
que se expresa a través de personajes atormentados, con una tumultuosa vida interior. Sus tres obras principales son
Crimen y castigo (1866), El idiota (1868-1869) y Los hermanos Karamázov (1879-1880).
• Lev Tolstói. Su decisión de vivir apartado de la corrupción de la ciudad lo convirtió en referente ético de la sociedad
rusa. Los valores que encarna se reflejan en sus obras maestras: Guerra y paz (1865-1869) y Anna Karénina (1875-
1877).
El cuento realista
Bajo los rasgos propios de la narrativa breve, en la Europa de la segunda mitad del siglo XIX destacan el autor francés
Guy de Maupassant y el ruso Antón Chéjov.
• Guy de Maupassant. Fue autor de notables novelas (Bel Ami, 1885), pero sobresale por su copiosa producción
cuentística que se suele clasificar en dos grupos: cuentos realistas, en los que denuncia la obsesión por las apariencias
y la descomposición moral de la burguesía (Bola de Sebo); y cuentos fantásticos o de terror, que se caracterizan por la
presencia de elementos irracionales o siniestros (El Horla).
• Antón Chéjov. En aproximadamente seiscientos cuentos construye una galería de personajes corrientes que
configuran, mostrando con aparente sencillez la vida cotidiana, un completo fresco de la sociedad rusa de finales del
siglo XIX. En sus obras refleja la fragilidad de los personajes y su capacidad para afrontar las desgracias o las
decepciones vitales, bajo una mirada compasiva (La dama del perrito o Vanka, por ejemplo); también se aprecia en sus
relatos la reducción de la acción a la mínima expresión para darle protagonismo a la vida interior de los personajes (La
corista, El obispo y Ionich), a veces salpicadas por un singular sentido del humor –«risas a través de las lágrimas»–
(como en Muerte de un funcionario y El camaleón).
La narrativa de Fin de Siglo
Las diversas tendencias narrativas de las últimas décadas del siglo XIX coinciden en reaccionar contra la novela realista,
como muestran, por ejemplo, la novela decadentista, la de aventuras y la de ciencia ficción.
• Novela decadentista. Sus protagonistas reúnen las características del decadentismo: refinamiento aristocrático,
fascinación por la belleza y complacencia en la depravación, la enfermedad o el sacrilegio. Su principal
representante es el irlandés Oscar Wilde (El retrato de Dorian Gray).
• Novela de aventuras. Expresa el deseo de evasión de la realidad, unas veces mediante aventuras marinas y otras
yéndose a lugares fantásticos o creando espacios imaginarios. Sobresalen autores tan populares como Robert Louis
Stevenson, Emilio Salgari, Joseph Conrad, Rudyard Kipling y Jules Verne.
• Novela de ciencia ficción. Fruto de la fascinación o desconfianza hacia los descubrimientos científicos o los
avances tecnológicos surgen algunas de las mejores obras de Jules Verne (De la tierra a la Luna y Veinte mil leguas
de viaje submarino) o H. G. Wells (La máquina del tiempo y La guerra de los mundos).

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