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Los tres verbos de la ESI:

prevenir, promover y atender1


La importancia de la educación sexual para niños y adolescentes.
El rol de los padres y la escuela.

Carolina Sánchez Agostini - *Psicóloga e investigadora. Directora de la Diplomatura


en Educación Sexual Integral de la Universidad Austral.
14-09-2020 16:00

¿Cómo empezamos o cómo mejoramos? ¿Quién se encarga? ¿Cómo lo


implementamos? Son algunos de los interrogantes que están cada vez más presentes
en las Instituciones, en las familias, en distintas organizaciones sociales y religiosas,
desde que la educación sexual integral (ESI), gracias a un esfuerzo educativo colectivo,
se ha vuelto protagonista de la agenda argentina.

Hace unos días, una alumna, durante la encuesta final de nuestra diplomatura,
comentó: “Luego de estos meses he podido derribar prejuicios que tenía contra la ESI
y he podido darme cuenta de que se trata de algo muy importante que nuestros
adolescentes necesitan, y que están pagando las consecuencias de nuestra inacción y
miedos”. Del prejuicio al conocimiento especializado, del temor a la ilusión de
acompañar, de la resistencia a la acción positiva e inspiradora. Esto es un ejemplo del
paso a paso que vamos recorriendo en la reflexión educativa como sociedad.

No es posible describir en pocas palabras todo lo que la ESI abarca y necesita para ser
efectiva. Propongo tres acciones concretas, como punto de partida para el trabajo
simultáneo y en equipo de las familias y las escuelas, desde una perspectiva relacional
y propositiva.

• Prevenir: Hay realidades que todos quisiéramos que no formen más parte de
nuestra sociedad, como son los abusos, la violencia, la discriminación, los embarazos
no intencionales, las ITS y el VIH, el acoso escolar, el (cyber)bullying,
el grooming, desinformación sobre sexualidad disponible en la web, etc.

1https://www.perfil.com/noticias/opinion/carolina-sanchez-agostini-educacion-sexual-integral-esi-prevenir-
promover-atender.phtml
Habitualmente, las políticas públicas se aplican para atender las consecuencias
negativas de estas situaciones, pero es la educación integral desde la infancia -
promovida por los distintos ámbitos educativos, como la familia, la escuela, el club, la
parroquia, y acompañada con las correspondientes políticas y servicios públicos- la
única capaz de prevenir de raíz estos problemas sociales.

• Atender: Acercarnos a la realidad de cada persona, de cada grupo y comunidad, con


respeto y delicadeza por las biografías y trayectorias de cada uno y de cada una, con la
certeza de estar entrando a un espacio a la vez íntimo y social, en el que la persona se
involucra desde lo más hondo, en el contexto de las posibilidades y
vulnerabilidades de su entorno. ¿Cómo acompañamos a esa adolescente que está
embarazada o que tiene un bebé para que pueda terminar el colegio y, si lo desea,
ejercer su maternidad; o dar el bebé en adopción si siente que es lo mejor para los dos?,
¿cómo promovemos a que ese o esa adolescente, que contrajo VIH, pueda vivir una
vida plena y feliz, sobrellevando su enfermedad sin sufrir estigmatización?, ¿cómo
ayudamos a quienes se encuentran en situación de relaciones tóxicas para que puedan
salir de una espiral de violencia?

• Promover: La educación tiene principalmente la misión de ilusionar con un


horizonte posible. No puede verse reducida a campañas para evitar problemas; es
mucho más que eso. Educar es guiar, ilusionar, inspirar, despertar ganas de superación
de uno/a mismo/a y de descubrir lo que uno/a es capaz. ¿Hacia dónde queremos
ir? ¿Cuál es el horizonte que ilusiona? Pienso que estas preguntas pueden ser
respondidas con palabras como libertad, felicidad, vínculos sanos, estables y
significativos, cuidado personal y del otro, inclusión, igualdad, proyecto de vida,
compromiso, respeto, solidaridad, trascendencia, comunicación, empatía. Incentivar
la reflexión a cada niño, niña y adolescente acerca de cuál es ese horizonte personal
de sentido. Y para esto, la educación tiene que transmitir conocimientos y promover
actitudes, que son las que van a lograr que esos valores y conocimientos arraiguen en
el ser personal y puedan ser vividos.

¿Por qué es tan resistida la Educación Sexual Integral (ESI)?

Las distintas situaciones que se presentan en la cotidianidad nos invitan a aumentar la


conciencia y a renovar el compromiso para que la ESI llegue a todos los rincones en los
que se encuentre un niño, una niña, un/a adolescente para brindarle los recursos
necesarios para proyectar su vida y su desarrollo afectivo y relacional. Es su derecho,
es nuestra responsabilidad.

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