Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Clase 2. Diseño y Organización de Un Servicio de Terapia Intensiva
Clase 2. Diseño y Organización de Un Servicio de Terapia Intensiva
Objetivos 1
Introducción 1
Organización 2
Clasificación de las Unidades de Cuidados Críticos 3
• Unidad de Reanimación 3
• Concepto 3
Unidad de Cuidados Intensivos nivel 2 4
Unidad de Cuidados Intensivos nivel 1 4
• Características de una Unidad de Terapia Intensiva o Cuidados Intensivos 5
• Estructura física 5
• Recursos humanos 7
• Documental 7
Modelos de Unidad de Terapia Intensiva 8
• Modalidad de atención 8
- Criterios de admisión a Unidad de Cuidados Intensivos 9
• Modelo de prioridades 9
• Modelo de diagnóstico 10
• Modelo de parámetros 12
- Objetivos 12
• Modelo de gravedad o alteraciones fisiológicas 13
Conclusiones 14
Bibliografía 15
INTRODUCCIÓN
En algún momento de nuestra vida de profesionales debemos tomar decisiones relacionadas con la gestión. La
definición de gestión es amplia y se pueden encontrar distintas interpretaciones; el término proviene del latín gestus,
que significa llevar, llevar encima, contener, producir, llevar a cabo, a lo que se suma el sufijo tio(n), que significa
acción y efecto. Podemos diferenciar también lo que es “administrar” de “gestionar”, de modo que administrar
es utilizar los recursos existentes para llevar a cabo los objetivos marcados y gestionar es poner en marcha lo
planificado relacionado con innovaciones y el desarrollo de las mismas.
Intervenir en gestión de salud no solo corresponde a quienes políticamente están designados para ello, también
tienen que gestionar quienes están a cargo de los servicios que componen el sistema de salud: un jefe de servicio,
un jefe de departamento, el o los directores de hospital o sanatorios... Cualquier profesional que hoy cubre un
puesto de planta o guardia mañana puede ser un insumo valioso para la gestión.
Por tal motivo, resulta pertinente traer a este espacio la idea de gestionar.
El primer requisito para la formulación de un proyecto de inversión en salud debe ser la elaboración de un estudio
de factibilidad, basado en estadísticas claras y precisas que arrojen un acertado diagnóstico para, de esta manera,
calcular la demanda, analizar la oferta, determinar los recursos con que se cuenta y tomar las decisiones más
convenientes y rentables desde las perspectivas tanto social como económica que garanticen la viabilidad y
sostenibilidad del proyecto.
El análisis territorial de una población nos permite evaluar las necesidades insatisfechas de esa población y
determinar cuáles son las medidas de salud pública que hay que aplicar. Toda acción debe partir del conocimiento
de la necesidad para crear la oferta que la satisfaga.
Los servicios de salud deben respetar esta regla y, por ende, la conformación de un Servicio de Terapia Intensiva
no escapa a la misma. Nos tenemos que preguntar:
→ ¿Es necesario instalar un servicio de este tipo en esta localidad y en este centro de salud?
→ De ser así, ¿qué tipo de terapia intensiva necesita la población?
En este punto, es pertinente hacer una autorreferencia “negativa”. Cuando se presentó el proyecto de apertura
de un Servicio de Terapia Intensiva en el Hospital Municipal de la localidad de Morón, Provincia de Buenos Aires,
Argentina, lindando con las localidades de La Matanza, Merlo e Ituzaingó, se utilizó como base un estudio estadístico
realizado en el mismo hospital, con pacientes que ingresaron por la guardia general y que requirieron internación
en Terapia Intensiva; hasta ese momento no se contaba con el servicio y debían ser derivados. Visto a la distancia,
podemos analizar las siguientes fallas metodológicas:
→ El territorio fue el hospital y no la comunidad de Morón.
→ Los pacientes registrados no pertenecían todos a la localidad de Morón, sino que se sumaban también de otras
localidades.
→ No hubo una planificación según patología prevalente en la comunidad, dado que se asentaba la patología al
ingreso pero no se conocía si esa patología era o no prevalente.
ORGANIZACIÓN
Unidad de Reanimación
Es un área dependiente funcionalmente del Servicio de Emergencia o Guardia destinada a la atención de pacientes
con riesgo inminente de muerte. Debe contar con recursos humanos e instrumental necesarios para permitir la
supervivencia inmediata del paciente, hasta que el mismo pueda ser evacuado en el menor tiempo posible a la
unidad de internación que le corresponda.
La Unidad de Reanimación será indispensable en todos los establecimientos que cuenten con internación.
Concepto
Una persona en estado crítico puede acudir a cualquier institución, dado que en el conocimiento general todas
las personas creen que un centro asistencial puede solucionar su problema de salud. En los eventos agudos, las
consultas se hacen de forma espontánea y en el centro más cercano de donde ocurrió la descompensación, ya
sea por una causa clínica o traumática. De hecho, en ocasiones se lleva a pacientes de este tipo a unidades
sanitarias preparadas solamente para la atención de pacientes ambulatorios. Por tal motivo, incluso aquellos
centros asistenciales que poseen una estructura mínima, como camas de internación, deben contar en la guardia
con una Unidad de Reanimación, también denominada en algunos lugares Sala de Shock, a efectos de contar con
los elementos básicos para el sostén de la vida, como ser:
→ Un espacio adecuado para realizar las acciones que correspondan, donde los integrantes del equipo de
reanimación puedan moverse sin estorbarse entre sí y donde el equipamiento esté disponible, al igual que los
insumos. Se establece que por cada cama debe haber por lo menos 9 m2. El lugar debe contar con una estación
de enfermería para observación del paciente y donde se disponga de los insumos necesarios hasta su traslado
a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). El espacio debe contar con los elementos básicos para proporcionar
una terapia intensiva (monitor de oximetría y presión arterial no invasiva, respirador multiprocesado, desfibrilador,
carro de paro con todos los elementos dispuestos, entre ellos laringoscopio con sus distintas ramas, tubos
endotraqueales de distintas medidas, catéteres intravenosos, fármacos vasoactivos, relajantes musculares,
hipnóticos, sedantes, etc.). Uno de los elementos clave es la disponibilidad de poliductos de gases centrales
con 2 salidas de oxígeno, 1 de aire comprimido y 1 de aspiración. Es frecuente ver que en lugar de poliductos hay
tubos de oxígeno y aire comprimido, los cuales ocupan un espacio importante en el sector que habitualmente
hay que esquivar y tienen el riesgo provocar caídas y daño a las personas o al equipamiento; además, no son
higiénicos, por más que se los cubra con una tela, y fomentan así la infección intrahospitalaria, y también
constituyen un problema cuando se termina el gas (lo que habitualmente se advierte cuando se necesita), siendo
necesario su reemplazo por un equipo lleno y obligando a desconectar al paciente del respirador para manejarlo
con respirador manual, con la intromisión de personal de mantenimiento con llaves de tuerca y necesidad de
hacer espacio para el intercambio de tubos, teniendo en medio al paciente crítico. Otro elemento también clave
es una buena fuente de luz en la cabecera del paciente para realizar maniobras.
Es una unidad de internación para pacientes con riesgo crítico para su vida y con posibilidad de recuperación
parcial o total que requieran para su supervivencia de atención médica y de enfermería en forma constante, con
excepción de ciertas patologías que requieran acciones asistenciales complejas y específicas como, por ejemplo,
cirugía cardiovascular, quemados, trasplantes, etc. Esto incluye a pacientes que necesiten soporte actual o
potencial inmediato de la función de un órgano vital y/o la necesidad de efectuar procedimientos especiales de
monitorización continua, diagnósticos y/o terapéuticos que preserven la vida.
Es una unidad de internación para pacientes con posibilidad de recuperación parcial o total que requieran para
su supervivencia de atención médica y de enfermería en forma constante. Esto incluye a pacientes que necesiten
soporte actual o potencial inmediato de la función de un órgano vital y/o la necesidad de efectuar procedimientos
especiales de monitorización continua, diagnósticos y/o terapéuticos que preserven la vida.
Las UCI nivel 1 deben tener capacidad para asistir a pacientes de cualquier nivel de complejidad de acuerdo con
los objetivos propuestos por la institución. Si se trata de unidades especiales tales como unidades coronarias,
de cirugía cardiovascular, respiratorias, dedicadas a neurointensivismo o de quemados deben cumplir con las
especificaciones de cada tipo de unidad.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) adoptó la siguiente definición: “el Cuidado Progresivo de Pacientes
es la concepción mediante la cual se organizan los servicios según las necesidades de atención del mismo, de tal
forma que el enfermo reciba los cuidados en el grado que los requiera, en el momento más oportuno, en el sitio o
área de hospital más apropiado a su estado clínico, independientemente de la especialidad por la que recurre”.
La monitorización permite detectar cambios mínimos en la fisiología del paciente y brinda la posibilidad de tomar
conductas terapéuticas para evitar el mayor deterioro e inclusive la muerte. Para lograr este objetivo se emplean
tratamientos especiales, algunos urgentes, como el uso de fármacos vasoactivos, otros continuos, como la asistencia
respiratoria mecánica y la diálisis en agudos, que en oportunidades queda como tratamiento intermitente. Todos
ellos en mayor o menor grado requieren una inmediatez dada por el criterio y conocimiento profesional.
El objetivo de la Terapia Intensiva es lograr la recuperación del paciente crítico que cuenta con posibilidades de ello
y, de ser posible, con la menor cantidad de secuelas. Para lograrlo, la Medicina Intensiva debe encuadrarse en un
contexto multidisciplinario y multiprofesional, debiendo existir una relación armónica entre los recursos humanos,
tecnológicos, farmacológicos y arquitectónicos.
Estructura física
Delinear la estructura física de un Servicio de Terapia Intensiva depende de varios factores:
→ Construcción adaptada a una institución ya existente.
→ Construcción nueva planificada.
→ Recursos económicos.
→ Recursos humanos.
→ Equipamiento.
Todo ello debe ser tratado en una comisión formada por la dirección médica y administrativa del centro asistencial,
los arquitectos sanitaristas, las autoridades de la comuna si fuera del sistema público, el médico a cargo del servicio
y el jefe de enfermería a cargo del servicio.
Se considera que el número de camas debe ser de 8 a 12, con disponibilidad de 9 m2 para cada una a efectos
de contar con espacio suficiente para el equipamiento de esa unidad. Conceptualmente, podemos decir que la
Unidad de Terapia Intensiva es la cama con sus equipos de monitorización, respiradores, bombas de infusión y
eventualmente equipos de diálisis, mesas quirúrgicas, electrocardiógrafos, además del espacio que requiera el
personal del servicio para trabajar con el paciente. El conjunto de camas más el personal destinado a la atención
de los mismos conforman el Servicio de Terapia Intensiva.
Documental
La historia clínica es uno de los puntos más débiles que se encuentra en general dentro del acto profesional. La
misma debe reflejar todo lo pensado y hecho sobre el paciente de forma detallada, tanto la parte que le corresponde
al profesional médico como al profesional de enfermería. Debe incluir el ingreso, la evolución, el tratamiento y los
parámetros vitales a través de los registros de enfermería, como los scores que se utilicen según el caso. También
las interconsultas realizadas por otros profesionales y el registro de laboratorio y diagnóstico por imágenes.
Es importante mantener un diálogo común entre los actuantes con comentarios pertinentes a la evolución, detallando
las novedades y los criterios adoptados. Se debe escribir con letra legible, y si se utilizan abreviaturas, consignando
el significado de las mismas la primera vez que se utilicen. Así mismo hay que consignar las intervenciones legales
que correspondan e incluir los partes de enfermería. No debe haber enmiendas dudosas ni tachaduras, debiendo
salvarse todo error con la fórmula oportuna (p. ej., “Digo 120/80 vale…… firma”).
Hay que recordar que la historia clínica es propiedad del paciente; queda en guarda por la institución y se transforma
en un instrumento legal o judicial en caso de que sea requerida por un juez o autoridad competente.
“La documental médica la produce el servicio, la pueden leer terceros, entre ellos la justicia, y su buena o mala
confección habla bien o mal de sus integrantes.”
Hay dos tipos de Unidades de Terapia Intensiva: las llamadas cerradas, donde el paciente ocupa un espacio en
soledad y con un horario limitado de interactuar con la familia, y las llamadas abiertas, con horarios de visitas
flexibilizados e inclusive con permanencia continua de familiares junto al paciente. Este tipo de unidad abierta
genera discusión y controversias entre los profesionales de la salud dedicados a la atención de pacientes críticos,
argumentando mayor carga psicológica sobre los pacientes, mayor cantidad de ruidos, interferencias de familiares
en el actuar profesional, etc.
Sin embargo, existen trabajos que corroboran una mejor y más rápida recuperación del paciente cuando se lo
mantiene en contacto con sus lazos afectivos.
“Dar a la familia la oportunidad de contribuir a la recuperación del paciente puede tener un doble efecto positivo,
tanto para el cuidado como para el cuidador, realzando la cercanía y comunicación con los profesionales sanitarios.”
También se requiere un cambio cultural en el personal para aceptar trabajar bajo esta modalidad, y probablemente
este sea el mayor inconveniente.
Modalidad de atención
Al ser la Terapia Intensiva un servicio intermedio (es decir, no genera altas directas de internación), debe interactuar
con otros profesionales; por lo tanto, es multidisciplinaria y se trabaja en equipo. De este modo, para un correcto
funcionamiento precisa de la integración y coordinación con prácticamente la totalidad de las restantes unidades
de la institución.
Puede haber en cada lugar una organización administrativa particular: profesionales de guardia de 24 horas, de 12
horas, de 8 horas; profesionales de planta de 42 horas, de 36 horas, etc. Cada jefe de servicio administrará la carga
horaria del personal para desarrollar las actividades y alcanzar los objetivos trazados.
Para una mejor asistencia, se debe lograr tener un diálogo en común entre todos los actores médicos y
personal de enfermería. Esto se logra con la participación en recorridas de sala donde tanto médicos/as como
enfermeros/as aporten las novedades sobre los pacientes y planteen la estrategia que usarían. Los ateneos son
prácticas de resolución de problemas y de aprendizaje, no solo con el personal del servicio sino también compartidos
con otros profesionales que pudieran intervenir en calidad de consultores. En general, es difícil que todo el personal
de enfermería pueda participar de los ateneos y las recorridas, pero al menos el/la jefe/a de enfermería del servicio
tiene que intervenir.
El desarrollo de guías de diagnóstico y tratamiento facilitan ese lenguaje común. Las guías deben ser elaboradas
por los integrantes del servicio investigando, escribiendo y discutiendo cada tema, ajustándolo a su realidad
económica, de infraestructura y social; con su elaboración, cada integrante tiene incorporado el contenido a su
saber. Una vez finalizadas, se requiere la aprobación por Docencia e Investigación del centro de salud y la dirección
médica ejecutiva, quedando a disposición para su consulta. Se debe tener en cuenta que se habla de guías y no de
normas: las guías pueden no respetarse en algunas situaciones justificadas, mientras que las normas son leyes y
siempre deben respetarse.
La definición dada a la UCI delimita los 2 criterios clave para la admisión de pacientes en la unidad:
→ Que precisen un elevado nivel de cuidados.
→ Que sean recuperables.
Probablemente es más fácil observar el primero y más difícil el segundo, según los modelos que se han elaborado
para definir el ingreso a UCI, entre los cuales destacan los criterios del American College of Critical Care y la
Society of Critical Care Medicine.
Modelo de prioridades
→ Prioridad 1
Pacientes críticos e inestables, que necesitan monitorización y tratamiento intensivo que no puede ser proporcionado
fuera de la Unidades de Medicina Intensiva (UMI). Para los pacientes de este grupo generalmente no hay límites
establecidos en el tratamiento que reciben (p. ej. disfunción respiratoria aguda que precisa soporte ventilatorio).
En este grupo se encuentran, por ejemplo, los pacientes con shock o hemodinámica inestable que precisan
monitorización invasiva o fármacos vasoactivos.
→ Prioridad 3
Se trata de pacientes inestables y críticos pero que tienen pocas posibilidades de recuperarse a causa de su
enfermedad de base o de la aguda. Pueden recibir tratamiento intensivo para aliviar su enfermedad aguda, pero
también cabe establecer límites terapéuticos, como no intubar y/o no intentar RCP. En este grupo se encuentran,
por ejemplo, los pacientes con metástasis que se complican con infección, taponamiento cardíaco u obstrucción
de la vía aérea.
→ Prioridad 4
Pacientes cuyo ingreso no está generalmente indicado:
• Beneficio mínimo o improbable por enfermedad de bajo riesgo.
• Pacientes cuya enfermedad terminal e irreversible hace inminente la muerte.
Modelo de diagnóstico
Según condiciones específicas que indican el ingreso:
→ Sistema circulatorio
• Parada cardíaca.
• Shock cardiogénico.
• Insuficiencia cardíaca congestiva aguda con disfunción respiratoria y/o necesidad de soporte
hemodinámico.
• Emergencias hipertensivas.
• Infarto agudo de miocardio (IAM) con complicaciones.
• Angina inestable, con arritmias, inestabilidad hemodinámica o dolor torácico persistente.
• Taponamiento pericárdico con inestabilidad hemodinámica.
• Disección de aneurisma aórtico.
• Arritmias complejas con inestabilidad hemodinámica o insuficiencia cardíaca congestiva.
• Bloqueo cardíaco completo.
→ Sistema respiratorio
• Disfunción respiratoria aguda que precisa soporte ventilatorio o intubación inminente.
• Embolismo pulmonar con inestabilidad hemodinámica.
• Hemoptisis masiva.
→ Trastornos neurológicos
• Coma: metabólico, tóxico o anóxico.
• Accidente cerebrovascular agudo.
• Meningitis con alteración del nivel de conciencia o disfunción de otro órgano o sistema.
Para considerar la conveniencia o necesidad de ingreso de un determinado paciente en la UCI, siempre deben
estar presentes el criterio lógico y el sentido común, pues las herramientas de gradación de la gravedad sirven
de ayuda pero, en última instancia, no reemplazan el juicio clínico del profesional. Un paciente puede tener un
cáncer inclusive con metástasis óseas, por ejemplo, pero ingresar con una neumonía grave, y puede tener una
recuperación de su neumonía si se lo trata adecuadamente en la UCI y posiblemente viva unos meses o años más:
nadie puede asegurar que no vaya a ser así, por lo que no se lo puede privar de esta posibilidad.
Como parte de esta clase, se incluye el Anexo I de la Resolución 748/2014 del Ministerio de Salud de la Nación
de Argentina, sobre las Directrices de organización y funcionamiento de Unidades de Cuidados Intensivos, con
carácter de guía actualizándolo a las necesidades y posibilidades de cada lugar.
CONCLUSIONES
Asimismo, se estudiaron los modelos de terapia intensiva y las particularidades de cada tipo. También se analizó la
importancia de los servicios auxiliares en las UCI.
Degreef S. Criterios de ingreso a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI). Hospital Provincial Neuquén Dr. Eduardo
Castro Rendón. Neuquén, 2017. Disponible en: http://www.hospitalneuquen.org.ar/criterios-de-ingreso-a-la-unidad-
de-terapia-intensiva-uti/
Dirección de Desarrollo de Servicios de Salud. Manual guía para el diseño arquitectónico de Unidades de Cuidados
Intensivos e intermedios. Secretaría Distrital de Salud D.C. Bogotá, 2010.
Escudero D, Viña L, Calleja C. Por una UCI de puertas abiertas, más confortable y humana. Es tiempo de cambio.
Medicina Intensiva. Agosto-septiembre 2014;38:371-375.
González P. Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Ciencias Médicas, Escuela de Enfermería, Especialidad
en el Cuidado del Paciente Crítico – implementación de puertas abiertas al régimen de visitas en terapia intensiva.
Julio 2016. ttp://lildbi.fcm.unc.edu.ar/lildbi/tesis/gonzalez-paulA.pdf
Lovesio, C. Requerimientos generales de una unidad de terapia intensiva del Libro Medicina Intensiva. Editorial El
Ateneo, Buenos Aires (2001).
Palanca Sánchez I, De la Torre A, Elola Somoza J. Unidades de cuidados intensivos. Estándares y recomendaciones.
Ministerio de Sanidad y Política Social. Madrid.
Rioja Salud. Criterios de ingreso en la Unidad de Medicina Intensiva (UMI). Disponible en: https://www.riojasalud.es/
servicios/medicina-intensiva/articulos/criterios-de-ingreso-en-la-unidad-de-medicina-intensiva-umi?showall=1.
SATI Comité de Gestión. Normas de Categorización, Organización y Funcionamiento de las Unidades de Cuidados
Intensivos e Intermedios. Revista Argentina de Terapia Intensiva. Rev Arg de Ter Int. [Internet]. 2014;31(1S). Disponible
en: //revista.sati.org.ar/index.php/MI/article/view/398