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. 1.

El proyecto de
Restauración
Proyecto Arquitectónico

e de lo más común, aún en los más altos niveles de enseñanza


como son las universidades y centros de estudios superiores donde se
imparten cursos de diversos grados sobre restauración de edificios y
monumentos, el confundir en lo que se refiere al proyecto, el de restauración
con el puramente arquitectónico. Máxime cuando la actividad proyectual
está en esa tierra de nadie que es la adecuación de espacios dentro de un
edificio histórico. La razón es muy sencilla.
Cuando se trata de elaborar un proyecto sobre un inmueble histórico,
aún cuando esto sea tan arquitectónico como el proyectar un edificio nuevo
y ambos trabajos son arquitectura, la mecánica mental de un arquitecto
diseñador habituado al proyecto de edificios contemporáneos, es muy
diferente a la del mismo profesional que se dedica al manejo de edificios
históricos. Cuando el arquitecto diseñador (que está habituado a proyectar
edificios nuevos), interviene un edificio histórico, su meta es la optimización
de dicho proyecto, el mejor funcionamiento, la expresión estética de su
creación y el dejar su impronta; por lo general, la esencia del monumento
pasa a segundo término. Las condicionantes del programa para el que va a
funcionar el edificio, rigen tanto en el aspecto espacial como en el funcional
y el estético. A su vez, cuando ese mismo espacio es intervenido por el
Arquitecto Restaurador, debe privar como prioridad absoluta el edificio
histórico, la conservación de sus espacios originales, de sus texturas y su
volumetría. A ellas deberá subordinarse el diseño, las condicionantes del
programa, su funcionalidad y su estética; la impronta del arquitecto debe

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pasar a segundo término. Desde luego, esto también conlleva el difícil
reto de lograr incorporar al monumento los requerimientos de la vida
moderna, tanto en aprovechamiento de espacios como el difícil renglón de
las instalaciones. Instalaciones que como elemento intruso en un programa
cuya realización fue concebida en siglos anteriores, presentan por lo general
muy graves dificultades en un proyecto de restauración.
Respecto a este problema cabe perfectamente repetir el concepto del
Maestro José Villagran García:

"Por ello, en todo monumento que se restaura concurren dos arquitectos: uno que fue su autor y otrc :: _:
es su restaurador; ambos a mi juicio son creadores; pero ambos proceden en cierto modo a la invers:: ~
autor del monumento lo creó partiendo de un programa y como creación que es, según dice Malrcr.d ~ -
Las voces del silencio, en su origen es lucha entre dos formas, una en potencia y otra imitada; en~::-::
que al restaurarlo también luchan dos formas, sólo que una ya existe ya dada o yacente y su opone e::::,
la imprecisamente anidada en el fondo de la conciencia, permítame llamarla imaginativa. Este er:-'::: _:
en sentidos inversos genera una serie de conflictos que exigen clarificarse y resolverse en el ple-: :-,
las ideas, en una verdadera teoría de la actividad restauradora en parangón con la de nuestra act , : : :
mater, la del arte arquitectónico". ( 1)

No obstante esta diferencia que parece tan clara, desde la enseñanza


del taller de proyectos de restauración, en muchas ocasiones los maestros
olvidan precisamente eso, que se trata de proyectos de restauración y
desgastan la creatividad, habilidad y conocimientos históricos del alumno,
haciéndole buscar una optimización en el aspec::to de funcionalidad o estética
del diseño. Esto se agrava aún más cuando se trata de la rehabilitación o
restauración de centros históricos, pues es entonces que a la actividad de la
restauración se superponen la de la arquitectura misma y la del urbanismo,
y al alumno de restauración se le forza muchas veces a dejar de lado el
aspecto de la esencia histórica de los conjuntos, para ocuparse de vialidades,
aforos, usos de suelo, densidades, amueblamiento urbano y otros factores
que, (aunque son indispensables como complemento y auxiliares en el
proyecto de restauración, rehabilitación, rescate o como quiera llamársele
de un centro histórico), no son la médula del proyecto en sí.
Por supuesto, esto no significa que al realizar un proyecto de
restauración, ya sea de una pequeña casa habitación, de un gran palacio o

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de un conjunto completo, nos debamos olvidar de que en primer término,
los usuarios serán personas de este siglo o del siguiente, con actividades
también propias de su tiempo. Para ello habrá que dotar, entiéndase bien,
dotar no subordinar, a los edificios o conjuntos históricos de todos los
requerimientos de la vida moderna. Cuando se planea la intervención de
un inmueble o centro de características históricas, esto puede lograrse con
la dirección de un Arquitecto Restaurador competente, auxiliado por un
equipo interdisciplinario que entienda, que se identifique, y sobre todo, que
sienta respeto por las muestras arquitectónicas y urbanísticas del pasado.

A continuación, repasaremos los puntos que deben seguirse como


metodología para un proyecto de restauración. Aclaramos nuevamente,
que esta secuencia es solamente una guía basada en la experiencia personal
del autor y de ninguna manera un encasillamiento dogmático.
a) Investigaciones preliminares. Una condición sine qua non del
proyecto de restauración, es que éste debe ser precedido por una etapa de
investigación, que será tan profunda como se necesite. Hay veces en que
un restaurador experimentado con los suficientes conocimientos histórico-
arquitectónicos y estructurales, puede formarse un criterio de intervención
con una simple visita y el tomar algunos apuntes. Hay otros casos en los
que será necesario una concienzuda investigación histórico-documental y
el apoyo de la arqueología para lograr un buen proyecto.
Sin embargo, el objetivo de la investigación (elemento indispensable) del
proyecto de restauración, debe ser que los datos obtenidos nos permitan
proyectar con mayor seguridad, fundamentando nuestro trabajo sobre
datos firmes y minimizando las hipótesis.

b) Investigación histórica. Como se ha dicho, la investigación es parte


medular, podría decirse que es "el cimiento del proyecto de restauración"
y dentro de todo este esquema destaca en primer término el aspecto
histórico. Las fuentes para llevar a cabo una buena investigación pueden
ser mucho muy variadas y abarcar desde los comentarios recabados entre
los vecinos del lugar, hasta complicadas indagaciones en archivos históricos,
bibliotecas o hemerotecas.

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En este inciso nos referimos a la investigación de carácter bibliográfico,
documental y tradición oral, pero posteriormente hablaremos de la
investigación in situ apoyada por la arqueología. Dentro de la etapa de
investigación histórica, debe tomarse en cuenta que lo óptimo será recopilar
la mayoría de datos posibles sobre el edificio o sitio objeto de nuestro
proyecto. Para esto debemos elaborar en cada caso un listado de todas
las posibilidades que puedan ocurrírsenos, y así conocer mejor al sujeto de
nuestra futura intervención. Ya que cada caso es distinto, podemos decir
solamente a guisa de orientación que habrá que definir y ubicar:
• El periódico histórico, el estilístico, los sistemas constructivos y
materiales empleados en la región y la época.
• El dueño (ya sea éste persona o agrupación) que encargó la construcción
del inmueble.
• El arquitecto o constructor, así como la evolución del régimen de
propiedad.
• La ubicación geográfica y las características regionales en el aspecto
medio ambiental de lluvias, asoleamiento, exposición al viento, temperaturas,
climatología, subsuelo y agentes contaminantes.
• Las características históricas desde el punto de vista sociológico y
económico político de la región y el programa arquitectónico del edificio.

En el aspecto físico del edificio o monumento, es importante hacer una


observación del estado en el que se encuentren los materiales que lo integran.
Si existe la posibilidad, hay que ubicar los lugares de donde provinieron
los materiales constitutivos del edificio, bancos de cantera, yacimientos de
mármol, hornos de materiales cerámicos, maderas, metales, aserraderos y
fundiciones, y cuando los materiales hayan provenido del extranjero, tratar
de averiguar (también hasta donde sea posible) sus características.
Cuando hablamos de un edificio o monumento de gran importancia, lo ideal
sería obtener muestras o probetas en los lugares de origen para someterlas
a diversas pruebas, aplicándoles las condiciones atmosféricas reales dentro
de cámaras climáticas, y así conocer su comportamiento. Esto servirá para
compararlo posteriormente con el de los materiales originales.

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Analizar el edificio o monumento desde el punto de vista arquitectónico,
tanto estilístico como histórico, tratar de reconstruir en lo posible como fue
su aspecto original, viendo las modificaciones que ha sufrido a lo largo de los
años y estudiando cuidadosamente las intervenciones que se le han hecho a
través del tiempo. Ver los cambios que ha sufrido y que pueden ser grandes
adiciones o mutilaciones, o tal vez pequeños detalles, como supresión de
vanos o añadido de rejas o balcones. Saber qué materiales y métodos han
empleado y qué efectos han causado estas intervenciones en el edificio. Se
debiera registrar localmente la tradición misma del inmueble o sitio, y como
se ha dicho anteriormente, en forma de "tormenta de ideas" agotar todas
las posibilidades de investigación que nos vengan a la mente para poder
elaborar un perfil histórico.

Fuentes documentales y gráficas. Se ha enunciado ya que las fuentes


documentales y gráficas son muy variadas; No obstante, con fines de
orientación enumeramos cuáles son las más útiles y comunes, aunque
claro, esta lista es enunciativa, y no limitativa. Nos referimos a ejemplos en
México, pero es posible que en otros países tenga gran similitud.
Archivos. Ejemplos en México.
• De carácter Nacional o generales: Archivo General de la Nación .
• De dependencias oficiales: Secretaría de Hacienda y Crédito Público,
Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Educación Pública,
Secretaría de Salubridad y Asistencia.
• De dependencias especializadas: I.N.A.H., SEDESOL, I.N.B.A., Centro
Histórico de la Ciudad de México (o de la ciudad en cuestión).
• De Notarías o del Comercio: de notarías, archivos de cabildos o
ayuntamientos, archivos municipales en general.
• Archivos religiosos: catedralicios, parroquiales, de órdenes religiosas,
colegios etc.
• Archivos privados: particulares Vgr. Archivo Carso.
• Crónicas: cronistas de las ciudades y crónicas escritas .
• Sociedades: de Historia, de Geografía, academias artísticas etc.
• Bibliotecas, hemerotecas, filmotecas, (Biblioteca Nacional de la
UNAM y fondo reservado) Academia, diapositecas como la del Instituto

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De Investigaciones Estéticas o similares en otros centros de ciudades,
dependencias de educación, planotecas y mapotecas (Mapoteca Orozco y
Berra, San Carlos UNAM, Minería UNAM, antigua SEP etc.)
• Museos: Nacional de Historia, Nacional de Antropología, y principales
museos en las distintas ciudades.
• Bibliografía en general: libros de historia del arte y arquitectura,
monografías arquitectónicas e históricas especializadas, relatos de viajes,
novelas, litografías etc.

Aunque pueda parecer innecesario, repito que la lista anterior es


enunciativa y no limitativa. Por otra parte, hay que hacer hincapié en
que la investigación histórica y documental es en sí misma una profesión.
Es definitivamente recomendable dentro de la política de equipos
interdisciplinarios apelar al investigador profesional, ya que éste por su
misma actividad conoce perfectamente la metodología y fuentes a las que
debe recurrir. En este caso, donde el objetivo es dar apoyatura suficiente
al proyecto de restauración, la técnica de elaboración de fichas, índices,
recopilaciones y, en general la adecuada sistematización de una investigación,
debe ser orientada en sus requerimientos por el Arquitecto Restaurador.

Investigación de campo. Se ha dicho ya en párrafos anteriores, los pasos


básicos que hay que dar para realizar la investigación desde el punto de
vista histórico y documental. Aunque hemos hablado anteriormente de la
recopilación de muestras y visitas a los lugares de origen de los materiales, hay
que mencionar a continuación la investigación que se hace necesariamente
in situ y que se inicia con la visita o inspección ocular del edificio o sitio
objeto del proyecto.
Visita. Es éste el primer contacto con el edificio o sitio y su entorno o marco
en el que está enclavado. Como primera recomendación general, una visita
de este tipo no debe hacerse de forma apresurada; hay que tomarse todo
el tiempo necesario y recorrer varias veces el inmueble. Sería ideal tratar
de grabar en la memoria sus principales características arquitectónicas, su
estado físico, las intervenciones posteriores a su construcción, las adiciones

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o mutilaciones que haya sufrido, sus niveles, las principales lesiones que
presenta y todos aquellos datos que puedan ser útiles para la posterior
elaboración del proyecto. Desde luego, esto se hará en forma de una visita
preliminar y de un conocimiento superficial del edificio o sitio que habrá
necesariamente de ahondar de acuerdo a una metodología posterior. En
esta primera visita es muy conveniente valerse de un apoyo gráfico, es
decir acompañar al ojo con una cámara fotográfica, y en primer término
ir tomando en forma indiscriminada los detalles que más nos impresionen.
Esto variará en profundidad de acuerdo a la magnitud e importancia del
objeto que va a ser la materia del proyecto.
Se debe aclarar (como ya se ha dicho) que ésta es una primera impresión,
y que de ninguna manera substituye al levantamiento gráfico y fotográfico
que se tienen que hacer posteriormente, ni tampoco al ordenamiento de
nuestras impresiones sobre tablas o machotes que se llenarán también con
base a una metodología. Una visita preliminar, como debe entenderse, es
nuestro primer encuentro con el edificio o sitio que vamos a trabajar.
En estas visitas previas, el valerse de toda la ayuda-memoria que pueda
obtenerse será de gran utilidad, y la cual (obviamente) debe ser la más
adecuada para las habilidades del Arquitecto Restaurador. Hay quienes
prefieren valerse de croquis; muchos otros, de la fotografía y en la
actualidad los adelantos tecnológicos como la vídeo-filmación y la grabación
magnetofónica representan herramientas invaluables. Pero iojo!, hay que
tener en cuenta que este acopio de primeras impresiones de ninguna
manera substituye los trabajos posteriores hechos con un orden y una
metodología específica, ni el empleo de tecnologías como fotogrametría,
fotografía infrarroja, ultrasonido etc.
No sólo es importante el registro del edificio o sitio en sí sobre el que vamos
a trabajar, sino que también es relevante hacer un minucioso recorrido
para captar el entorno, visualizando sus características sobresalientes: las
tipologías dominantes, el común denominador de los daños en los inmuebles
adyacentes o más o menos cercanos. Es necesario tener un conocimiento lo
más profundo posible del marco físico con la mayoría de las características
que podamos captar.
Desarrollo del proyecto ejecutivo de restauración. Primera etapa.
Diagnóstico. Recordemos que el enfoque de estos trabajos se está haciendo
sobre un inmueble en singular con objeto de sintetizar la metodología. En el
caso de sitios históricos integrados por varios edificios, lógicamente deberá
adecuarse dicha metodología a la escala del proyecto.
En este punto cabe aclarar que la propuesta que a continuación se relaciona
es una guía metodológica, y de ninguna manera un encasillamiento dogmático
de acciones a seguir.

Los pasos a seguir para iniciar el desarrollo ejecutivo de un proyecto de


Restauración son:
a) Localización ya sea en calle, manzana, barrio o cuadrante, sector de la
población etc., registrando la orientación, su cercanía a carreteras, avenidas,
ríos, bahías, u otros puntos importantes de localización geográfica.
b) Fijar un banco de nivel certificando cuidadosamente que el punto escogido
tenga la característica de ser permanente y tener facilidad de acceso, ya que
será la futura referencia inamovible para la obra. En determinadas ciudades
hay ciertos bancos de nivel fijos que se han establecido de acuerdo a sondeos
profundos en el subsuelo. En otras ocasiones habrá que escoger un punto lo
más inamovible que se pueda y de donde podamos pasar niveles a la obra.
c) Levantamiento arquitectónico. Este trabajo es la base de todo proyecto
de restauración, ya que posteriormente estos planos servirán como pauta
para vaciar los datos de proyecto, el levantamiento entre más exacto y
minucioso se haga, más facilitará las fases posteriores.

Los planos y acciones que son elementos básicos en el levantamiento


arquitectónico de un edificio histórico son:
Planos base o planos mudos. Son la expresión del estado físico del
edificio sin señalar más que eso: cómo está el inmueble en su estado actual.
Haciendo un símil podría decirse que es "el retrato" del edificio.
Plano de ejes. Conviene trazar en forma ordenada los ejes principales del
edificio levantado refiriéndose a puntos fijos e inamovibles y consignando
las principales distancias y ángulos.
Planta de conjunto. En ella puede marcarse la obra exterior.
Plantas arquitectónicas. Con ejes, cotas, y niveles respetando una
nomenclatura general que coincida con los otros planos. Es necesario
identificar a qué sección o nivel del edificio corresponden, y se sugiere hacerlo
por medio de una planta esquemática reducida en una esquina del plano, en
la que usando una veladura o achurado se marcará la localización.
Planta de azotea o azoteas. Tal y como se encuentra, marcando los elementos
arquitectónicos, tanto originales como agregados, así como (de ser posible)
pendientes, pretiles o bajadas de agua.
Fachadas. Exteriores e interiores, refiriendo éstas a plantas esquemáticas
y en caso de requerirse por estar en varios niveles, también a cortes
esquemáticos.
Cortes por fachada. Efectuándolos por aquellas partes más importantes
de las mismas y que puedan ser más útiles en obra. Estos planos pueden
complementarse con detalles de pretiles, sistema de bajadas de agua,
balaustradas, ornamentación, etc.
Levantamiento de ornamentación complementaria del edificio. Pueden ser
esculturas con sus basamentos, cajas de agua, etc. En el caso de figuras
muy complicadas se recomienda el levantamiento fotográfico consignando
aparte secciones de molduras, taludes, etc.
Registro de policromía de cualquier tipo, pintura mural, o pictografía ornamental.
Cuando se presente, es necesario registrarla tratando de delimitar sus áreas
lo más exactamente posible y localizar éstas respecto a ejes y niveles. Es
conveniente complementar estos datos con la mayor cantidad de referencias
posibles y anexar fotografías explicando hasta donde sea factible el tipo de
pictografía, sus materiales, técnicas de aplicación, etc.
Bienes muebles adosados al edificio. Son los elementos que aunque no formen
parte de la fábrica del edificio, están unidos a él; es el caso de retablos,
púlpitos, ambones, celosías, tribunas, rejas de coro y en algunos casos
grandes lienzos que están fijos a los muros. Se deberán hacer croquis de
todos ellos de la manera más exacta posible, apoyados cuando se pueda
con medidas y características, y complementándolos con fotografías y
descripciones, así como la localización del elemento en forma precisa, tanto
en planta como en alzado, referida a puntos fijos del inmueble.

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Despieces. Aparejos en fachadas, tratando de hacerlos en la forma más
objetiva y fidedigna posible, ya que en muchos casos servirán para la
reconstrucción, y también, ya en la ejecución de la obra, para marcar piezas
a reintegrar o consolidar. Igualmente, estos despieces son un valioso auxiliar
en los documentos administrativos durante la realización de una obra, como
son números generadores y estimaciones. Los despieces pueden hacerse
tanto en geometral como en planta y a distintos niveles, o sea que pueden
registrar fachadas completas o completarlos con detalles aislados, como
por ejemplo la estereotomía de un arco, la ornamentación en plafones, o
artesonados, las zapatas de viguerías etc.
Instalaciones. En los planos, con el auxilio de especialistas en electricidad,
hidráulica y otras disciplinas, hay que levantar todo aquel tipo de instalaciones
que nos interese conservar, rehabilitar o liberar en el proyecto. Se pueden
marcar drenajes, alimentaciones, desagües, bóvedas de paso, zanjas
de desagüe, cajas de agua, instalaciones eléctricas, ducteo, elementos
ornamentales de iluminación, instalaciones especiales, elevadores o
montacargas.
Elementos vegetales. Deberán localizarse, registrar todas sus características
y consignarse cuando se trate de elementos significativos (como es el caso
de árboles centenarios) o aquellos que representen un valor histórico o
tradicional.
Cualquier otro plano complementario que amerite, registrar algo importante.
El levantamiento de estado actual nos será indispensable para cuando, por
ejemplo, en el caso de un edificio o conjunto muy importante, se desee
registrar su desarrollo a través del tiempo formando así la serie de planos
que van siguiendo los cambios del inmueble durante los diferentes siglos de
su existencia.

Como una buena práctica que puede ahorrar mucho trabajo y dinero,
es recomendable que los planos de levantamiento llamados "mudos" se
dibujen en forma muy clara y lo menos complicada posible. Se debe evitar
tratar de meter en ellos un cúmulo de información que pertenece a otras
etapas del proyecto.
Realmente, en un proyecto de restauración en el que trabajaremos sobre
un edificio existente, el juego base de planos serán los de levantamiento, que
generalmente son sobre los que se vacían los criterios de restauración. Por
lo tanto, si los originales de los levantamientos se dibujan desde un principio
con esta idea, podremos manejarlos, como hemos mencionado, como
"planos mudos", es decir, una especie de cajonera donde gradualmente
se incorporarán todas las otras etapas del proyecto. Para ejecutar el
levantamiento arquitectónico de un edificio construido en épocas anteriores,
los procedimientos a utilizar pueden variar enormemente, desde los más
sencillos y rápidos hasta los más sofisticados. El levantamiento tiene el
propósito de trasladar en planos o croquis a escala, el edificio que estamos
interviniendo; así, el trabajo de levantamiento será mejor y más útil entre
más completo y exacto sea.
El levantamiento de un edificio de épocas pasadas es básicamente igual al
de una estructura moderna, sólo que casi siempre es mucho más complicado
y nos encontraremos con una serie de elementos arquitectónicos que han
desaparecido en las construcciones contemporáneas. En los levantamientos
de edificios antiguos, lo común será encontrar mochetas, derrames, jambas
realzadas, platabandas, capialzados, molduraciones, bóvedas y cúpulas,
que harán más difícil la medición. También es muy importante mencionar
que por lo general en los edificios históricos nos vamos a encontrar con
que los muros no están a "escuadra" y los pisos a nivel, situación que
es indispensable registrar en los planos. Por los sistemas constructivos
empleados, hallaremos un mayor número de elementos estructurales,
como son viguerías e ínter bóvedas, bóvedas arcos y platabandas, arcos
de descarga etc. los cuales (si queremos tener un buen levantamiento que
en realidad sirva como esqueleto básico de un proyecto de restauración)
debemos consignar.
Es indispensable registrar todos los datos del edificio tanto en planta
como en alturas, con el objeto de tener datos sobre rodapiés zócalos,
cerramientos, arranque de bóvedas y cúpulas, ventanas, claraboyas y toda
la gran gama de elementos arquitectónicos que aparecen en los inmuebles
arqueológicos, históricos o artísticos. Para un correcto levantamiento, la
medición deberá hacerse tanto en interiores como en exteriores para

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poder cotejar ambas; ello nos dará un cierre de medidas. Los alzados son
un punto muy importante del levantamiento y revisten un especial interés
las fachadas, que pueden complicarse si están profusamente ornamentadas
como las de las épocas barrocas o eclécticas. Sin embargo, es necesario
hacer un alzado de ellas lo más minucioso posible destacando lo más que
se pueda la estereotomía del edificio y sus componentes, ya que el plano a
escala será la pauta que permitirá vaciar de manera precisa el proyecto de
restauración. En sí, sobre los procedimientos para ejecutar un levantamiento
correcto podemos decir que existen varias escuelas, métodos y apoyos
técnicos, que van desde aparatos de medición hechos en casa, la primitiva
fotometría con cámara, cinta, escantillón, o estadal, hasta los complicados
sistemas fotogramétricos actuales que usan cámaras estereoscópicas o
con lentes capaces de corregir defectos ópticos de paralaje o fugas y otros
que corrigen la imagen y consiguen fotografías "planas". Otro adelanto
tecnológico que es de gran ayuda para al arquitecto restaurador es el de
la fotografía estereoscópica que produce una imagen en tres dimensiones
y que puede evaluarse en forma computarizada; se logran mediciones
sumamente exactas de bóvedas, cúpulas, o torres reduciendo el peligro
y trabajo que representan andamiajes y escaleras, con los modernos
telémetros electrónicos o distanciómetros. Describir uno por uno los
diversos aparatos o sistemas que el Arquitecto Restaurador debe conocer
y utilizar a criterio según el caso, sería objeto de un curso completo.
Hay que tomar en cuenta que no podemos usar los mismos sistemas y
apoyos técnicos para hacer el levantamiento de una estela o un pequeño
monumento funerario, que para una catedral. No obstante, hay que dejar
constancia de que el levantamiento es la médula de un buen proyecto
de restauración y por lo tanto deberá hacerse con la mayor exactitud,
minuciosidad y profesionalismo posible.

Análisis de daños.
1. Visita preliminar. En el apartado anterior correspondiente al proyecto
arquitectónico, hablamos de una visita o inspección ocular de familiarización
con el inmueble que va a ser objeto del proyecto. Dentro de dicha visita
(pero con una óptica específica) tenemos que considerar la revisión que

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'" :. -2.cerse no desde el punto de vista de restauración enfocada estilística
: ::s:e:icamente, ni del funcionamiento del edificio acorde al programa
- -2-:ilización o utilización. En este caso el objetivo será el de estudiar
es ones que presente el inmueble, o en determinados casos, las
-= - :eg~aciones o integraciones que al llevarse a cabo van a incidir en el
: : - : ::r:amiento de la estructura del mismo. Para ello es indispensable
: =É _ - una metodología similar a la de la visita previa con objeto de la

·:e:._ :2.:::ión del proyecto.


: 2 ::Jebe realizar una inspección detenida analizando el aspecto
=,:- _::::ural del edificio y los daños que éste pueda presentar. Antes que
- - deben fijarse en esta observación previa criterios para determinar
_ ?. problemática que se presenta es muy complicada, b) la estructura
::,::. - ,.Jy dañada, c) cómo está integrada, d) cómo fue pensado su trabajo
: - i-2. -nente, e) cómo está trabajando actualmente, f) qué modificaciones
- :. : _:~¡::Jo, g) cuáles son las principales mutilaciones o adiciones, h) cómo
- '-- -·luido éstas en su comportamiento actual. Hay que analizar y clasificar
: _ :2.::::osamente las lesiones que puedan apreciarse a simple vista, fisuras,
: _:.-:eaduras y grietas, así como su dirección y localización, lo cual por lo
É=- ::-2.\ nos dará la pista para identificar hundimientos o fallas. Los desplomes
=- - -ros y columnas, o deslizamiento de dovelas en arcos y platabandas,
: ::.- : os en la geometría de elementos estructurales, hundimientos, cambios
:.: :.-e~tes de nivel, flechas en vigas, armaduras, cubiertas y entrepisos.
='" 2-S en elementos como vigas, gualdras, tablazones, bovedillas, grietas o
: es: uamientos en aplanados o plementería de bóvedas. Todo esto servirá
::.~ c:.ie antes de proceder a un levantamiento metodológico de daños,
__ e-:caucemos correctamente para emitir un dictamen o diagnóstico
-iinar del estado estructural del edificio.

2. Levantamiento metodológico de daños. Una vez que hemos emitido el


: · -er diagnóstico y nos hemos formado el criterio que aplicaremos para
2:::-::uar un levantamiento ordenado y metódico de los daños o lesiones
=-= e::Jifkio, procederemos a esto, con el fin de posteriormente ir dando
:: : _::ones pertinentes caso a caso, y encuadrarlas dentro de un esquema
~e-eral. Varios especialistas han elaborado técnicas muy complejas y
completas para registrar las lesiones de los edificios. Existen tablas que
agrupan los daños que pudo sufrir un edificio en base a sus orígenes, otras
en base a su apariencia, a su ubicación etc., pero como por lo general, cada
caso se presentará en forma diferente, la utilización de estas guías y tablas
tiene que ser elegida por el especialista, e inclusive en muchos casos, se
tendrán que formular cartabones específicos. Por lo tanto, a continuación
se presentan recomendaciones de trabajo que podrán ser ordenadas y
utilizadas dentro de diversas metodologías.
2. I. Registro de daños en planos. Al momento de registrar las lesiones
de un edificio, nos daremos cuenta de por qué se hizo un especial hincapié
en lo completo y cuidadoso que debe ser el levantamiento. Si se dispone
de planos exactos y detallados sobre ellos, podremos localizar con poco
margen de error los daños estructurales y arquitectónicos de acabados,
elementos dañados y, en fin, todos los daños visibles, y que se registrarán
con una metodología que se describe más adelante. En el aspecto de registro
de deformaciones, desplomes etc., un valiosísimo auxiliar (que a veces es
imprescindible) es la observación topográfica; será también un invaluable
auxilio, el registro fotográfico.

Proyecto estructural. Es claro que para el proyecto de reestructuración


de un edificio histórico tenemos que tomar en cuenta el grado de deterioro
y la importancia o tamaño del edificio. No es lo mismo proyectar la
reestructuración de un monumento aislado, (como puede ser una pequeña
hornacina, una estela, un humilladero, una capilla, o una casa habitación de
dimensiones reducidas), que de un gran edificio en el que por lo regular ha
habido varias intervenciones a través del tiempo y cuya estructura podría
no ser homogénea, coexistiendo en ella construcciones de diversas épocas
o diferentes sistemas constructivos.
Con el objetivo de ejemplificar la metodología a seguir en un proyecto de
reestructuración, abordaremos el caso de cualquier edificio de importancia
que presente una problemática compleja y diversos grados de deterioro.

1. Control de movimientos. Es de importancia capital determinar cual. ss


la causa de los daños que ha sufrido un edificio histórico. Pueden servar : s
los factores que han incidido, los agentes atmosféricos y el deterioro causado
por el ser humano entre otros. En zonas de terrenos compresibles, una de
las causas más comunes es la de los hundimientos; otra que muchas veces
se aúna a ésta es la de los sismos. Es vital saber si el edificio ha dejado de
moverse o lo sigue haciendo; para ello es necesario valernos del útil auxiliar
que es la topografía, trabajo que deberá realizar un topógrafo experto,
aunque el Arquitecto Restaurador coordine y dirija todo el proceso. Esto
último se conoce como nivelaciones de precisión y se registran en dos
planos: el horizontal y el vertical, llamándose respectivamente planimetría
y altimetría.
El banco de nivel. Debe tomarse fuera de la zona del edificio, de preferencia
en un punto convencional e inamovible. Pueden tomarse bancos auxiliares,
pero todas las medidas se referirán al principal. De acuerdo a lo requerido,
éste podrá ser fijado por el topógrafo en un punto determinado y con una
cota de nivel que sea lo menos susceptible de sufrir variaciones.
Planimetría. Para llevar a cabo este trabajo es necesario contar ya con
las plantas de levantamiento arquitectónico en estado actual. Éstas se
encuadrarán dentro de un eje de coordenadas cartesianas, a las que se darán
valores de abscisas y ordenadas de acuerdo a las lecturas topográficas.
Se trazan poligonales auxiliares en las que puede apoyarse el topógrafo para
marcar los puntos que se van a medir sobre los muros, columnas u otras
partes de la estructura. Teniendo localizados estos puntos en un plano, se
vacían en forma tabular localizándose por medio de las coordenadas y se
hace la primera lectura, que deberá ser con aproximación de milímetros.
Los resultados de esta lectura se consignarán en una tabla, refiriéndose
desde luego, a los muros o elementos donde están localizados los puntos.
Estas lecturas deberán hacerse periódicamente con la frecuencia que
determine la gravedad de los movimientos y de esta manera podremos
controlar cualquier desplazamiento horizontal de la estructura.
Altimetría. Esta medición sirve para controlar los movimientos verticales
de la estructura que podrían manifestarse en deformaciones de varios
elementos aislados, como puede ser el flechado de losas, vigas o dinteles, el
vencido o desplazamiento de arcos, la deformación de bóvedas o cúpulas,
o los más frecuentes, los hundimientos tanto en forma diferencial como

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1
integral. En este caso también nos referiremos a los puntos que hemos
localizado valiéndonos de las poligonales auxiliares y del sistema de
coordenadas, y la medición se hará utilizando nivel de pie basándonos en el
banco maestro de nivel, que como ya se dijo, debe estar fuera del área de
influencia del edificio medido.

2. Calas para determinar la composición estructural y de acabados


del edificio del que se lleva a cabo el análisis de daños. En vista de
que la naturaleza y metodología de los diversos tipos de calas sería motivo
de otra materia, no profundizaremos en este procedimiento. Sin embargo,
vale la pena mencionar que este tipo de exploraciones llamadas calas
pueden ser de tipo estratigráfico, como las que se hacen para descubrir
pictografía, o calas a interior de muros o elementos estructurales, ya sean
más o menos superficiales, o a corazón de muro hechas a cincel u otra
herramienta. Lo más conveniente (por ser las menos destructivas) son las
que se hacen con los modernos "sacabocados" o nucleadoras de varios
tipos como los que se utilizan para sacar los corazones de prueba de los
cilindros de concreto. Aquí, es importante señalar que lo procedente al
hacer un levantamiento de daños es localizar en planos de plantas y alzados
las diferentes calas que se efectúen y sus características por medio de una
codificación. Es también indispensable, efectuar un registro fotográfico
de éstas calas, identificándolas con la misma codificación usada para su
localización. Las calas deben efectuarse en cimen~ación y superestructura,
tanto en elementos verticales como horizontales, apoyos aislados, corridos,
entrepisos, cubiertas y azoteas. En general, el criterio es que entre más calas
tengamos ordenadamente registradas y codificadas, mejor conoceremos la
composición del edificio.
3. Levantamiento de la composición estructural y acabados. En
un edificio histórico que ha sufrido daños considerables en su estructura,
por lo general en ella se han realizado al paso de los años modificaciones
y se le han añadido materiales intrusos de otras épocas que tienen un
diferente comportamiento al trabajo mecánico, y que cuando se presentan
movimientos accidentales como el sismo, no trabajan en forma homogénea
con el resto de la estructura. Es un caso muy común la inclusión de losas
de concreto sin haber hecho un estudio integral en edificios con entrepisos
y cubiertas formadas por viguería de madera y bóvedas catalanas o techos
franciscanos; otro caso es cuando en muros de cal y canto, los tapiados de
vanos o complemento de éstos, se han hecho a base de adobe, tabique o
sillares de tepetate. En vista de que ésta es situación frecuente, conviene
realizar sobre nuestros planos mudos del levantamiento arquitectónico un
nuevo levantamiento, en este caso estructural, y de materiales integrantes e
ir consignando en forma ordenada y metódica: a) de qué está compuesta la
cimentación, los pisos, los apoyos verticales como muros, columnas, pilares
y pilastras, arcos, cerramientos en forma de arco o platabandas rectas, los
entrepisos, las cubiertas, planas o de bóvedas, tragaluces y marquesinas,
escaleras y elevadores, herrería y carpintería, puertas, ventanas, rejas y
canceles. b) Comprobar por medio de un sistema ordenado de calas si hay
pictografía ornamental, (una sugerencia para esto es ir registrando cala por
cala y local por local siguiendo un orden según las manecillas del reloj). A los
planos resultantes de estos levantamientos se les llama planos de fábricas.
Se recomienda ampliamente vaciar todos estos datos en forma por demás
ordenada.

4. Levantamiento de daños estructurales. Una vez registrada y


consignada la estructura en planos, procederemos a registrar minuciosamente
los daños. Para ello es conveniente valernos de una simbología que facilite
identificar el tipo de lesiones o daños. Así podremos representar en plantas
y alzados, grietas, desplazamiento de elementos estructurales, desplomes,
partes mutiladas, piezas que han perdido su trabajo mecánico etc.
Esta metodología se describirá con detalle en los capítulos subsecuentes.

5. Acciones estructurales a tomar. Si como producto de las calas y el


sondeo de la cimentación se llega ala conclusión, de que como es muy común
en los edificios históricos por efecto de las superposiciones y adiciones a
través del tiempo, el edificio en conjunto está integrado por varios cuerpos
lo que puede apreciarse en plantas a nivel de cimentación, o por juntas
constructivas en la superestructura; es muy conveniente el delimitar en el
proyecto estos cuerpos que pueden comportarse en forma diferente. De

127 ~
este modo podremos tener identificadas las diferentes secciones que de ser
así, integran un edificio que aparentemente es uno solo. Como es el caso de
las casas pareadas en las cuales las estructuras de cada casa son diferentes
pero están recubiertas bajo la misma fachada.
• En la cimentación. En primera instancia deberán marcarse las acciones de
refuerzo, ya sea de reintegración o integración de elementos estructurales,
como es la recimentación o ampliación de área de contacto de la misma.
Consolidación de zapatas de mampostería, plantillas contratrabes de liga o
de repartición. Substitución y encachetado, o inyección de estos elementos
bajo el nivel O, inclusión de castillos o columnas, confinamiento de paños
enteros. Cadenas de repartición, trabes de liga, zapatas o candados.
• En la superestructura. Complemento de losas, colado de losas enteras,
substitución de bovedillas en sus diversos tipos, catalana de ladrillo, de
tabique, porflriana de ladrillo o lámina de zinc, sistema Roebling o similar.
Consolidaciones de bóvedas de concreción, vuelta a su lugar de dovelas
desfasadas, inyecciones de muros, arcos o platabandas. En fin, la cantidad de
refuerzos estructurales es tan variada en un edificio histórico como puede
serlo su sistema constructivo y las lesiones que presente.
• Por lo general, dentro del trabajo interdisciplinario el Arquitecto
Restaurador acude al ingeniero estructurista para el diseño en sí de los
elementos de reestructuración o refuerzo. En este caso, el trabajo de
proyecto estructural debe ser coordinado y en conjunto pues el Arquitecto
Restaurador será al fin y al cabo responsable del resultado final, aunque desde
luego hay arquitectos que prefieren diseñar por su cuenta. Obviamente, en
ambos casos se utilizarán los sistemas y procedimientos que marquen para
cada caso las técnicas probadas y aceptadas en los reglamentos de diseño
estructural.
En lo que respecta a la representación de elementos de refuerzo como
viguetas pretensadas, bovedillas, armado de losas, capas de compresión,
trabes, cadenas de repartición y todo aquello que se usa en un plano
estructural común y corriente, existen varias tendencias en el uso de diversos
símbolos, achurados, líneas discontinuas, líneas continuas, punteados,
cuadriculados etc. Cualquiera de estos métodos de representación es
valido, aunque en realidad, lo óptimo sería que como se ha venido haciendo
en la mayoría de los planos comunes de cálculo estructural, se adoptase
una notación convencional que fuera aceptada en general. Esto simplificaría
notablemente la representación de los planos estructurales de refuerzo y
reestructuración en edificios históricos, artísticos o monumentos. Una vez
que se han marcado e identificado de acuerdo a sus claves las acciones a
tomar, se deberán referir a los detalles en escalas lo suficientemente grandes
como para entenderse. En estos casos, se dibujarán con todo cuidado
los elementos de refuerzo o reestructuración por incluir, detallando sus
secciones, armados, formas de empotre y todo aquello que permita al
ejecutor de la obra llevar .a cabo su trabajo con el menor grado de dificultad
y en el menor tiempo posible.
Como en todo plano estructural, deberán consignarse las resistencias de
materiales,como el f'c del concreto, el tamaño de sus agregados, y su grado
de revenimiento cuando esto se requiera para algún colado especial, así
como la resistencia del acero, los tipos de vigueta pretensada, los cables y
tensores y los elementos auxiliares como anclas, amarres, expansores, etc.
Por último, todo proyecto de refuerzo o reestructuración deberá incluir
una memoria de cálculo en la que se expliquen detalladamente los sistemas,
criterios y procedimientos empleados.

Características del proyecto de restauración. En el desarrollo del


proyecto arquitectónico ejecutivo de un edificio nuevo que se va a realizar,
por medio de cualquier tipo de representación gráfica y valiéndonos
de diversas escalas, plasmamos en los planos la idea del proyecto por
construirse o sea lo que vamos a llevar a cabo. Por lo general, este proceso
se inicia con un anteproyecto que define la idea general con plantas fachadas,
perspectivas y a veces maquetas en tercera dimensión, idea que una vez
aprobado el anteproyecto se detallará y consolidará comenzando con un
plano de ejes con todas las cotas, ángulos, niveles y demás elementos de
apoyo gráfico que serán la base para desarrollar las plantas arquitectónicas;
de éstas vamos a partir para continuar el desarrollo del proyecto que se va
concibiendo simultáneamente en alzado, y lo que es más importante, en
espacios tanto interiores como exteriores, además de volúmenes, acabados
y texturas. El acto proyectual siempre ve hacia el futuro; hacia algo que

129 ~
vamos a crear, y a edificar y en el que el proyecto arquitectónico ejecutivo
nos va a servir de pauta, de marco. De él nos serviremos para conocer qué
sección y dimensión lineal tienen los muros, cuánto miden en planta los
locales, las alturas correspondientes, los vanos y macizos, y en fin toda la
infinita gama que se necesita leer en los planos de un proyecto para construir
una manifestación arquitectónica.
A su vez, lo que el proyecto de restauración indica por hacer, se vaciará
sobre algo que ya existe, o sea sobre el levantamiento del estado actual del
edificio o monumento. Vamos a adecuar espacios, es cierto, pero éstos ya
han sido dados por lo expresado en el edificio antiguo: muros, alturas, vanos,
macizos, ritmos en fachada y volúmenes, que cuando son los originales o
producto de una afortunada adición histórica, son intocables. Teóricamente
no nos está permitido vaciar muros, cambiar o cerrar vanos, modificar
alturas ni alterar espacios, tampoco retirar partes originales del edificio o
monumento, quitar recubrimientos de origen ni recubrir paramentos que
fueron concebidos por su autor para ser aparentes.
En el proyecto de restauración se trabajará con lo ya existente, se retirará
lo que erróneamente se ha agregado al paso del tiempo y que deforma o
pone en peligro la concepción primigenia del edificio. Vamos a reestructurar.
a reponer materia faltante o devolver el trabajo físico que han perdido
ya sea una estructura en conjunto o un elemento aislado. Se repondrá lo
que se ha perdido por efecto de los agentes de destrucción. Todo esto
debe realizarse con base en la evidencia histórica. Es necesario tomar en
cuenta que aunque en algunos casos podremos copiar lo simétrico y io
similar, nunca será válido inventar lo que no sabemos cómo fue. Igualmente.
debemos considerar que el edificio histórico o monumento debe reciclarse
revitalizarse; para ello habrá que adaptarlo a la función actual, dotarlo de !2.5

instalaciones necesarias y darle la comodidad que reclaman las actividades


contemporáneas, todo esto, respetando siempre su esencia histórica.
Hay que insistir en que de ninguna manera es válido cambiar un mate~::.
histórico constitutivo del edificio que esté en buen estado, simplerre-:e
porque su apariencia "no le gusta al propietario o al director del proye:::
Las actividades que deben plasmarse en el proyecto de restauracic- s: -
(o debieran ser) rigurosamente normadas por la teoría general ce e:~::.
: sctplina. A un edificio histórico o monumento podemos quitarle adiciones
=.<:rañas a sus valores, podemos detener los daños que estén afectando
s_s partes, devolverle la solidez que han perdido sus elementos, completar
=Stos, o reacomodarlos y también restituirle aquellos de sus componentes
: _e le han arrebatado los diversos agentes de deterioro.Podremos añadirle
:: incorporarle elementos contemporáneos que sean necesarios para el
: _:1cionamiento o el uso del edificio, como pueden ser instalaciones de
: versos tipos, reforzarlo o consolidarlo, adecuarlo para la nueva función
:iJe va a desempeñar, pero siempre deberá predominar el respeto a la
esencia histórica del edificio, y su expresión estética y estilística.
Para representar esto en los proyectos de restauración, lo ideal sería
que existiera un consenso de los teóricos. En primer lugar, cómo bautizar
las diversas acciones que engloba la obra de restauración de un edificio
o monumento, cosa que a la fecha ha sido muy difícil, pues para llegar
simplemente a un acuerdo sobre los términos, las discusiones se han hecho
farragosas e interminables. Teóricos de diversas banderías se han remontado
a las más complejas disquisiciones filosóficas; la teoría ontológica de los
valores ha sido traída y llevada apoyándose en pensadores de diversas
tendencias: se ha vuelto a la vetusta querella "Viollet- Ruskin". Algunos han
tomado como base los postulados de Boito, Anonni y Giovanonni, y se
han adoptado varias posiciones apoyándose en sus teorías, desde luego sin
faltar el omnipresente Brandi matizando los postulados. Esto por hablar de
los nombres extranjeros más conspicuos.
Dentro del medio de la Restauración, se han producido infinidad de
textos tomando como base, además de la pléyade de teóricos extranjeros,
la Carta de Venecia, otros documentos internacionales y desde luego los
análisis y pensamientos de Maestros como José Villagrán García, Enrique
del Moral, o Carlos Chanfón Olmos.
Sin embargo, en la actualidad no ha podido llegarse a una convención más
o menos aceptada por quienes incursionan en el campo de la teoría de la
restauración, como se ha logrado mal que bien en otros terrenos. Cuando
se ha tenido que trabajar en la práctica como ejecutor en obra de proyectos
de diversos arquitectos restauradores, la confusión es mayúscula ya que un
término igual unos lo entienden de una manera y otros de otra. Desde luego

131 ~
que pocos o ninguno de los teóricos mexicanos estarían dispuestos a dar su
brazo a torcer y cada uno de ellos defenderá irreductiblemente su posición.
Como prueba, el lector puede referirse a la bibliografía que incluye este
libro y por simple curiosidad ver cuántas definiciones distintas o manera
de interpretarlos se dan por ejemplo de los términos "reintegración",
o "integración". Aquellos que tienen que interpretar en la ejecución
física de la obra lo que los arquitectos restauradores han vaciado en sus
proyectos, han acabado por ir formando una terminología que ha validado
la costumbre; se ha ido aceptando a la hora de realizar las obras y más o
menos se interpreta en forma, si no universal, por lo menos muy general.
Los términos que hablan de las acciones más comunes a llevar a cabo en
una obra de restauración podrían denominarse de diferente manera: A, B,
C o D, pero la costumbre de usar determinados nombres, en proyectos
para concursos de obra, cuantificaciones o catálogos de procedimientos,
les ha dado carácter de convención a aquellos términos que según dicen
la mayoría de los teóricos han emanado de documentos serios que vienen
desde Viollet-le-Duc y Ruskin, y otros más recientes como los postulados
de Boíto, de Annoni o de Giovanonni sin faltar Brandi y por supuesto la
Carta de Venecia.
Lejos está dentro del espíritu de este texto validar las definiciones y
terminología que se expondrán a continuación con ninguna teoría filosófica
ni cosa que se le parezca, simplemente enunciaremos como se ha dicho los
términos que más o menos han tenido una aceptación general a la hora de
vaciarlos al proyecto, al hacer una cuantificación de obra o un catálogo de
procedimientos o simplemente llevarlos a cabo en el campo. De antemano,
presento una disculpa a quienes han pensando y cavilado las definiciones de
las acciones que se realizan en la restauración y han llegado a una conclusión
distinta. Lo que a continuación se expone es una vox populi que se utiliza
en la práctica; por ello, hemos sacado de la experiencia esta terminología y
puesto a disposición de los interesados en el tema con un fin absolutamente
práctico y con el más sincero deseo de no provocar polémicas al respecto.
_::..; ::.:: enes que más comúnmente se realizan en una obra de restauración

• Liberaciones
• Consolidaciones
• Reintegraciones
• 1ntegraciones

-,emos insistido reiteradamente en la importancia que para un proyecto


:-2 ~estauración tiene la calidad del levantamiento arquitectónico del

e:::2.:Jo actual, ya que es en éste donde se vaciará con una simbología


absolutamente convencional y usada como herramienta, los trabajos
: e os cuatro grandes rubros enunciados. Previamente me permito aclarar
: _e :os cuatro grandes apartados pueden descomponerse por facilidad en
::.:: vidades que les son afines o pueden englobarse en ellas.
: caso más notorio quizá sea el de la reestructuración, que muchos
:01sideran dentro del rubro de las consolidaciones y otros lo toman como
_- concepto aparte. Hay que enunciar también las actividades posteriores
:0110 puede ser la de adecuación y la de la conservación.

~a definición de términos empleada convencionalmente en este libro es la


s guiente:
a) Liberaciones. Se considera como liberaciones a aquellas acciones que
eliminan elementos constructivos de acabados o pensados para otros
propósitos. Elementos que han sido añadidos por diversas causas al
monumento o sitio, que no tienen ningún valor estético o histórico y que
cambian su morfología, texturas y espacios exteriores o interiores, además
de afectar significativamente la estructura o funcionamiento y su expresión
plástica o arquitectónica.
b) Consolidaciones. Se consideran consolidaciones aquellas acciones cuyo
objetivo es detener los deterioros que los afectan, y devolver su trabajo
mecánico a elementos arquitectónicos, constructivos u ornamentales
existentes, sin cambiar su apariencia en cuanto a forma, textura y
acabados.
e) Reintegraciones. Se consideran reintegraciones aquellas acciones
cuyo objetivo es reponer elementos arquitectónicos, constructivos u
ornamentales que por diversas causas se han perdido, mutilado, o se
encuentran tan degradados que es imposible su consolidación, pero de
los cuales tenemos testimonio histórico o gráfico en algunos casos, y en
otros disponemos de piezas repetitivas en buen estado y se tienen de ellas
dimensiones, materiales y localización.
d) Integraciones. Se consideran integraciones aquellas acciones que
introducen elementos arquitectónicos, constructivos u ornamentales,
nuevos o ajenos a la concepción original pero que son necesarios
para el funcionamiento dentro de normas razonables de comodidad o
funcionamiento y el desempeño propio del nuevo uso que se está dando al
bien restaurado.

Hablemos un poco sobre el rubro de la reestructuración como aclaración


para efectos prácticos de representación, y sobre el cual existe bastante
controversia respecto a si debe considerarse como otro gran apartado. Y
es que en realidad, dentro del concepto de reestructuración intervienen los
cuatro anteriormente señalados. Cuando una estructura falla, lo primero que
haremos es eliminar aquello que está causando el daño: esta es una acción de
liberación. En lo posible se repararán elementos constructivos fallados pero
que deben permanecer en su sitio: esto es consolidación. Se repondrán las
partes estructurales inservibles tomando como base las existentes que estén
en buen estado (como por ejemplo, parte de una viguería de madera): esto
es acción de reintegración. Se introducirán elementos de refuerzo que nunca
tuvo la estructura original (como puede ser el caso del concreto armado o
el acero): esto es una acción de integración. Por facilidad de representación
y comprensión, en este texto se ha considerado a la reestructuración como
acciones englobadas dentro de las demás actividades.
e) Adecuaciones. Otro gran grupo de acciones que se ejecuta al reciclar
o revitalizar un edificio histórico es el de las adecuaciones. Consiste en
incorporar nuevos elementos que son extraños a la concepción original del
edificio, pero que se requieren para su nuevo uso dentro de las normas
contemporáneas de funcionalidad y comodidad. Algunos teóricos consideran
un rubro aparte el de las adecuaciones, facilitando así la representación

~ 134
s- proyectos complicados. Sin embargo, como ya se ha visto, pueden
::o nsiderarse también dentro de la gran familia de las integraciones, y usarse
: e acuerdo al criterio del proyectista según el caso.
Otro término que vale la pena mencionar pues con él se va a tropezar
::ualquieraquetrabajeen el área de la restauración de edificios o monumentos
es la reversibilidad. Este concepto se entiende como la posibilidad que tenga
::ualquiera de las acciones anteriormente enunciadas de ser anuladas con
objeto de devolver al edificio o monumento el estado que tenía antes de
dicha intervención. Es decir, que se pueda quitar o retirar lo que hayamos
agregado sin afectar ni causarle daños al edificio o bien restaurado.

f) Traslado de un edificio o monumento. Durante mucho tiempo se ha


sabido de casos en el mundo entero de monumentos que se trasladaron a
kilómetros de distancia de su lugar de origen. Quizá el ejemplo más famoso
de los últimos años ha sido el seccionamiento y traslado de los speos de
Abu Simbel, monumentos de la época de Ramsés 11 ( 1300 A. C.) que fueron
reubicados en lugares de mayor altura para que no los afectaran las aguas de
la Presa de Asuán. En este caso, la necesidad del movimiento era evidente:
o se hacía, o se perdían los monumentos para siempre.
Por otra parte, es también del dominio público el hecho del desmontado
o seccionado de otros monumentos cuya justificación ha sido muy dudosa.
Sin embargo, muchas veces la disyuntiva que se presenta ante el arquitecto
restaurador es muy clara: o se desmantela el monumento y se lucha a ultranza
por su rearmado y reubicación en otra parte, o se pierde el testimonio sin
remedio. Me parece que la decisión no es para meditarse mucho, como
dice la Carta de Venecia en su artículo 7: "El monumento es inseparable de la
historia de la cual es testigo y también del medio en el cual está situado".
El traslado debería evitarse hasta donde las personas, asociaciones
y dependencias con conciencia sobre estas materias puedan hacerlo, pero
hay que tener la honestidad para que cuando se vea que la destrucción del
edificio o monumento es inevitable y no podamos impedirla, se ponga todo
nuestro ingenio y técnica para su desmantelamiento y traslado. Es aquí que
hay que puntualizar, que cuando se desarma un edificio o monumento (más
aún cuando éste es de construcción pétrea, cantera, mármoles o materiales
cerámicos), por mucho cuidado que se emplee en el trabajo de desarmado
o desmantelarlo, se causará daño al edificio y se perderán muchas piezas,
a veces en porcentajes muy elevados. No obstante, si por este medio se
logra rescatar el testimonio histórico del edificio o monumento, el traslado
siempre será preferible a la demolición y pérdida. Gracias a las técnicas
disponibles en la actualidad ha sido factible trasladar completos monumentos
de tamaño y peso considerables. En Alemania, hace poco tiempo se trasladó
completa una iglesia del siglo XIII sobre una plataforma rodante a varios
kilómetros de distancia. En la Ciudad de México durante el año de 2004,
quien esto escribe tuvo la oportunidad de participar en el movimiento del
monumento completo a Cuauhtémoc desde 80 metros de distancia a su
emplazamiento original lo cual se logro por medio de grúas sin desarmar su
estructura ni ornamentación de cantería. De igual forma, en el año de 2006
tuvimos participación en el traslado de los monumentos a lzcoatl y Ahuizotl
conocidos como los "Indios Verdes" que sin ser desarmados se reubicaron
a más de 300 metros de distancia.Considero que la posibilidad del traslado
sin tener que desarmar un edificio o monumento siempre valdrá la pena
plantearla y estudiarla seriamente.

Conservación y restauración: un concepto para reflexionar.


Hemos hablado anteriormente sobre las diferentes acciones que pueden
intervenir en un proyecto de restauración, especialmente por las cuatro
grandes familias que se han extraído de los textos teóricos (entre ellos la
Carta de Venecia). A saber: liberaciones, consolidaciones, reintegraciones e
integraciones. Sin embargo, en la misma Carta y en muchos otros documentos
referentes a la restauración, existe un término del que no se ha aclarado bien
su significado y al que en realidad puede dársele una serie de connotaciones.
nos referimos al término conservación y sus diferentes acepciones. Por le
general, siempre que se habla sobre términos que atañen a la restauracicn
se presenta confusión. Dentro de ambientes no especializados, ¿cuán:c.
no hemos escuchado hablar y la mayoría de las veces equivocadamente
acerca de conceptos como restauración, conservación, mantenimiencc
rehabilitación o remodelación, etc.? Con el objetivo de que nos proporcio~e-
un poco de claridad al respecto, hagamos algunas reflexiones sobre dieres
términos, pues la mayoría de las veces, la confusión es semámic2.. \/ea~cs
lo que algunos diccionarios dicen al respecto:
Conservación. I. Mantener una cosa en cierto estado. cuida· :=e su
permanencia. 2. Mantener una cosa en buen estado, preservar/a de ai'te ·c:c ones.
(Encontramos que conservar y mantener se consideran como sinon :cs.
Mantenimiento. I. Conservar una cosa en su ser o estado, en buen uso
2. Acción de reparar o conservar en buen estado el material y las insta/aciones
de los edificios. (También aquí, se consideran como sinónimos mantener y
conservar).
Rehabilitar. I. Habilitar de nuevo o restituir una cosa a su antiguo estado.
2. Habilitar de nuevo.
Remodelar. I. Modificar, trasformar, mejorar. 2. Reestructuración,
especialmente en arquitectura y en urbanismo.
Modelar. I. Dar forma artística a una sustancia plástica. (O sea que de hecho
remodelar seria volver a modelar o volver a darle forma a una sustancia
plástica.)

Toda esta confusión semántica ha hecho la más de las veces, y aún en los
medios especializados, que se confunda la restauración con la conservación.
Es cierto que en muchas ocasiones estas dos acciones se traslapan y
mezclan, dando lugar al equívoco, Sin embargo, dentro del quehacer de
la restauración hay que tratar de darle su lugar hasta donde sea posible a
cada una de ellas. Como es común en estos casos, no es factible tratar de
dar una definición tajante a cada uno de los términos. Sugiero que en este
tipo de aspectos teórico-filosóficos se escuchen las opiniones de aquellos
que dentro del campo de la teoría han tratado el tema y en forma casuística
se apliquen cuando nos encontremos con el problema. Para hablar de
las diversas opiniones, comencemos con uno de los más controvertidos
teóricos del siglo XIX quien aunque se pronunció contra la restauración,
en sus escritos aboga decididamente por la conservación. Veamos como la
entiende John Ruskin en su lámpara del recuerdo:

El principio de la época actual [. .. ] es olvidar los edificios primero y restaurarlos después. Cuídese
oportunamente sus monumentos y no tendrá que restaurarlos. Unas cuantas planchas de plomo

137 ~
colocadas a tiempo en la cubierta, unas cuantas hojas y ramitas secas retiradas en su momento de
la corriente de agua salvarán la techumbre y los muros de la ruina [... ] Cuente las piedras como lo
haría con las joyas de una corona; ponga vigilantes como si de las puertas de una ciudad sitiada se
tratara; átelo con hierro donde se suelte; sosténgalo con madera donde se debilite; no se preocupe de
la deformidad del apoyo. Mejor una muleta que una pierna perdida ... " "La conservación de los edificios
del pasado no es una cuestión de oportunidad o sensibilidad. No son nuestros. Pertenecen por un ladc
a quienes los construyeron, y por otro a todas las generaciones que nos han de suceder. Los muertos
todavía tienen derecho sobre ellos." (2)

Recordemos que los artículos que hablan acerca del tema de la


Conservación en la Carta de Venecia son el artículo 4, artículo 5, artículo 6,
artículo 7 y artículo 8. (Ver en el Apéndice Documental: Carta de Venecia.
Pág. 206)

Conservación. Por su parte, el Dr. Carlos Chanfón dice que "La conservación debe ser :::-=
carácter permanente y tiene por objeto prevenir las alteraciones y detener /os deterioros 5-

su inicio" y hablando del mantenimiento asegura que: "Es una intervención que debe ser :::-=
carácter permanente y tiene por objeto evitar /os deterioros sosteniendo las condiciones --=
habitabilidad sin alteraciones". (3)

Salvador Muñoz Viñas, catedrático de Conservación y Restauración de


Bienes Culturales en la Universidad Politécnica de Valencia y uno de los más
importantes teóricos actuales, afirma:

"La conservación es la actividad que consiste en evitar futuras alteraciones de un bien [. .. _- =: :


actividad que consiste en adoptar medidas para que un bien determinado experimente el meno.- - _- :' ·:
de alteraciones durante el mayor tiempo posible." Más adelante continúa con: "La res:: - -: : : -
puede definirse como la actividad que consiste en devolver algo a su estado original o Cc,:e-: ::
(4)"En la práctica la conservación y la restauración se superponen con frecuencia, de for--r: : _e - :
siempre es posible distinguir entre ambas actividades. Por ejemplo: cuando se reentela u.- e :: - : _·:
se están evitando futuras alteraciones del objeto debidas a las deformaciones de la tele -= - . -=_e: : :
(operación de conservación) pero también se está mejorando el aspecto de la pintura hoc,::-c:: -- :.
alisada (operación de restauración).De/ mismo modo Si se barniza, se protegerá la pintwc ce : 5: - : : :
atmosféricos nocivos (operación de conservación) pero también se incrementará la viveza d-c : : : : : e
(operación de restauración). La palabra conservación se emplea para referirse a la parte ce :- : : : : >
restauración que no aspira a introducir cambios perceptibles en el objeto restaurado. Cu: - : : : 0
- : :

de restauración se refiere a la parte de trabajo que tiene por objeto modificar los rasgos ,tt - :e:: : : :
objeto"_ (5)
- -.:..3: -¡ bimos aquí otra opinión del mismo autor: "En general, los tratamientos conser. at' .os son
1

: : - : : mprendidos y aceptados. Su objeto es estabilizar el objeto en su estado actual. ir1 t."OGJC'endc


_. ::ocas modificaciones visuales.Los tratamientos de restauración a menudo causar ccrrbios
: :::: ces significativos (La reconstrucción de formas, el retoque de colores) que pueden dcr e disc:...sión
:::::e y controversia (Malina y Pincemin, 1994)." (6) "La conservación puede ser entendico co,-:10
. -: ~rervención técnica [. .. ] donde la estabilización estructural esencial, teóricamente r;c cite'::i. o
: -e,.,os no pretende alterar, la apariencia de la pintura (Leiter y Paine, 1994)." (7; ·Dentro ce le
: : • :e-loción existe una rama específica que ha adquirido carta de naturaleza propia. y oue er' países
:: ·::ola latina se ha denominado la conservación preventiva. Es esta una expresión es,becio/:nente
::: ; ::-:ortunada, porque no existe ninguna conservación no preventiva; toda actividad de conservaóón
-:e~:a mantener el bien en su estado actual, evitando daños ulteriores". (8) Podemos ver que
"·' •- ñoz Viñas prefiere hablar de conservación periférica o ambiental cuando asevera que:
_o conservación preventiva incluye exclusivamente aquellas actividades de conservación en las
:: _:: no se interviene directamente sobre aquello que se conserva, sino sobre sus circunstancias
::-;o/entoles (9).

Muñoz establece tres grandes categorías dentro de la Restauración:


I. Preservación, o conservación ambiental (o indirecta o periférica). que es
la actividad que consiste en adecuar las condiciones ambientales en que se
halla un bien para que éste se mantenga en su estado presente.
2. Conservación, o conservación directa, que es la actividad que consiste
en preparar un bien determinado para que experimente la menor cantidad
posible de alteraciones interviniendo directamente sobre él , e incluso
alterando o mejorando sus características no perceptibles.
3. Restauración, que es la actividad que aspira a devolver a un estado
anterior los rasgos perceptibles de un bien determinado. ( 1O)
Hasta aquí las opiniones de Muñoz Viñas.

Según otras publicaciones, veremos que la legislación española, la Ley del


Suelo (6/98) Artículo 19 tiene varias definiciones que atañen a nuestro tema.
Al definir obras de conservación y mantenimiento dice:

"Las obras de conservación/mantenimiento tienen por finalidad mantener el edificio en condiciones


de salubridad y ornato, sin alterar el aspecto estético del edificio. En éstas se consideran también los
anclajes de cornisas y volados, limpieza o reposición de canalones de desagüe y bajantes, revocos de

139 ~
fachada, pintura de paramentos, reparación de cubiertas -planas o inclinadas- así como las condiciones
de saneamiento del edificio. '"'Las obras de restauración: su finalidad es restituir a un edificio parte o la
totalidad del mismo a su estado original, aunque en muchos casos y sobremanera en las actuaciones de
los edificios históricos, se tienen que efectuar obras de consolidación, demolición y acondicionamiento de
elementos constructivos vitales para la estabilidad de la edificación." "Las obras de rehabilitación : en
su sentido más amplio, se consideran como las que tiene por objetivo recuperar y mejorar la calidad de
un edificio entendiendo que se pueden considerar obras de restauración , consolidación, reestructuración
etc., con la finalidad de recuperar y mejorar la calidad de vida del edificio intervenido". ( 11)

Umberto Baldini, profesor de historia, teoría y técnicas de la restauración


en la Universidad de Pisa y presidente de la Universidad Internacional de
Arte de Florencia, habla también sobre los conceptos de conservación y
mantenimiento. Dice en su libro Teoría de la Restauración que:

"Durante su vida la obra de arte puede encontrarse en tres estados: el de la destrucción (Thánatos
[... ] El de la prolongación de su vida (Bias) que resulta del acto físico del cuidado material de la ob ·::
para proteger/a de los daños y las pérdidas (mantenimiento y conservación) y el de la restitución ce
su realidad como obra de arte (Heros) que se manifiesta en el acto final de filología crítica (actc :::-:
restauración)." ( 12)

De ello podemos sintetizar que en una obra de arte pueden definirse


claramente tres tipos de acción que inciden en ella, y son las siguientes:
• Creación por el artista.
• Acción del tiempo sobre la obra .
• Acción del hombre: a) Reparando la acción generadora o la del tiempo .
b) Modificando el primer acto y a veces también, el segundo al situar la
obra en un nuevo contexto. c) Puede ser un acto de mantenimiento, de
conservación o el de una restauración; puede coexistir con a) y b) y su
principal razón es la de corregir cualquier daño. El mantenimiento se
convierte en un consiente y coherente acto de conservación que será
necesario mientras exista la imagen.

"Cuando se emprende la restauración, el mantenimiento o la conservación de una obra, se e~: e:::::


realizar un estudio filológico ( 13) que nos permita identificar la obra en el estado en que se e - : _-= - : ·:
los elementos que aun podemos recuperar[. .. ] Esta es la operación más importante porque - : , : :: · - · ;e
obtener el conocimiento y, por lo tanto la conciencia de la obra. Por ahí pues debe empez::- e
:J,1servación. En teoría existen muchas técnicas y muchos criterios estéticos a la hora de realizarlo pero
:ebe cumplirse un requisito irrenunciable: no debe modificarse en ningún modo el valor y la realidad de
ese conocimiento y de esa conciencia". ( 14) Continúa Baldini: "Sin embargo, hay que evitar también
: imitación, porque puede entrar en competencia con la obra y convertirse en una falsificación, aún
::"ando creemos que afecta sólo a partes secundarias de la obra. Para que ello no ocurra, entonces, la
::cción del hombre (es decir el tercer acto) no debe en absoluto modificar, sino ensalzar y evidenciar
: que ya existe. Debe ser una actuación crítica no guiada por el gusto y las opiniones personales, sino
:retada, como si de una regla se tratara, por la misma realidad de la obra". ( 15)

Es Baldini muy claro en este punto, ya que expresa la posibilidad de caer


en el error común de que por un prurito de rigor científico se dejen las
obras reducidas a fragmentos inexpresivos. Líneas más adelante observa:

.. El riesgo inaceptable que con ello conllevaría (y conlleva) es que la obra quede, como ocurre a menudo
. desligada de su realidad , reducida al estado de un fragmento en virtud de una supuesta 'honradez'
o rigor científico [. .. ] ( 16).Por este camino nos precipitamos rápidamente y sin remedio hacia ese
fetichismo del fragmento que tan a menudo encontramos en la arquitectura y que resulta cuando se
rechaza esa acción que, como dijimos, es indispensable para la vida de la obra: la única acción que ha
,bermitido la supervivencia de tantas obras y que se llama 'mantenimiento'. Esta acción precisamente
por tratarse de mantenimiento, o conservación no 'incidente', debe ser realizada si no se quiere que la
obra desgastada se desgaste aún más, lo que sería peor que una falsificación. ¿Qué sentido tiene esperar
hasta la aparición del desgaste y luego tratar por todos los medios de detenerlo?"( 17)

Creemos que por medio de las citas que hemos hecho de varios teóricos
eminentes de diversas épocas podrá establecerse la diferencia entre los
términos Restauración y Conservación, lo que será de utilidad al lector
para la aplicación de estos y su correcta comprensión dentro de la teoría y
en la práctica tanto dentro del proyecto de restauración como su aplicación
misma en la realización de las obras.
NOTAS

1. Villagrán García, José. Arquitectura y Restauración de Monumentos. SMAR. AC 1979


2. Ruskin, Jhon. Las siete lámparas de la arquitectura. Ediciones Coyoacán S.A. de C.V. México,
1996. Pp. 173, 174
3. Teoría y práctica en la conservación de un monumento: ex Convento de Tecamacha/co, Puebla. INAH.
México, 1982.
4. Muñoz Viñas, Salvador. Teoría contemporánea de la restauración. Editorial Síntesis. España, 2003.
Pp. 19
5. Op. cit. Pp. 22
6. Op. cit. Pp. 22
7. Op. cit. Pp. 22
8. Op. cit Pp. 23
9. Op. cit Pp. 23
1O. Op. cit. Pp. 23
1 1. Coscollano Rodríguez, José. Restauración y Rehabilitación de edificios. Thompson Paraninfo.
España, 2003. Pp. 90
12. Baldini, Umberto. Teoría de la restauración. Nardini Editare. Italia. 1997. Pp. 7 y 9
13. La filología se entendía hasta principios del siglo XX como el estudio de la lingüística,ahora se
entiende también como la ciencia aplicada a la reconstrucción de textos valiéndose de sus partes
o completando los mismos ,puede reconstruir la parte perdida de un documento original por
comparación de partes en piezas similares. En el texto de Baldini el da esta interpretación al hablar
de "realizar un estudio filológico"
14. Op. cit. Pp. 9
15. Op. cit. Pp. 1O
16. Op. cit. Pp. 11
17. Op. cit. Pp. 12

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