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F. SCHUSTER
N. GIARRACA / S. APARICIO
J. C. CHIARAMONTE
B. SARLO

Serie Estudios Sociales

Homo Sapiens Ediciones


Instituto de Investigación en Ciencias de la Educación
Facultad de Filosofía y Letras - UBA
Facultad de Filosofia y Letras (UBA)

Decano ' Prof. Luis A. Yares


Vicedecano Dr. Luis Emilio Burucúa
Secretario académico Lie. Ricardo P. Graziaro
Secretario de Investigación y Posgrado Prof. Félix Schuster
Secretaria de Extensión Universitaria
y Bienestar Estudiantil Prof. Gladys Palau
Secretario de Supervisión Administrativa Dr. Antonio Marcelo Scodellaro

Prosecretaria de Publicaciones Prof. Gladys Palau


Coordinador de Publicaciones Lie. Mario Dobruskin

Consejo Editor Luis Yanes


Berta Braslavsky
Beatriz Sarlo
Hilda Sábaio
Carlos Herrar

Instituto de Investigaciones
en Ciencias de la Educación - I.I.C.E.
Facultad de Filosofía y Letras (UBA)

Director Dr. Ovide Menin


Secretaria Técnica Prof. Silvia Roitenburd
Coordinadora Programa de Publicaciones Prof. Susana Lamboglia.

El oficio de investigador

2001 - Segunda Edición


1995 - Primera Edición

© Homo Sapiens Ediciones


Sarmiento 646 (2000) Rosario • Santa Fe ■Argentina
Telefax: 54 341 4243399
Email: h_sapiens@elsitio.net

Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723


Prohibida su reproducción total o parcial
ISBN: N° 950-808-048-5

Esta tirada se terminó de imprimir en enero de 2001


en Artes Gráficas Viilarruef Av. Alberdi 861 (2000) Rosario.
I n d ic e

P resentación.................................................................................................. 7

Exposición
Federico Schuster ........................................................ 11

El oficio del sociólogo o de los sociólogos con oficio


Norma Giarraca - Susana Aparicio ........................................................53

El oficio del investigador en la historia:


una experiencia personal
José Carlos Chiaramonte ........................................................................ .95

Público, modernidad y vanguardia desde la perspectiva


de la historia literaria y el análisis cultural
Beatriz Sarlo ..............................................................................................115

Mesa redonda
Coordinación: Adriana Puiggrós ................ 127
Expositores: Edith Litwin y Raúl Ageno

Autores 147
Los capítulos que integran esta publicación toman como punto de
partida las ricas exposiciones seguidas, como dijimos, de un diálogo abierto
con los asistentes. Asistentes calificados, por los demás. Los textos bordean
un lenguaje entre coloquial y distanciado del objeto de reflexión, que los
vuelve ágiles a la lectura pero sin dejar por ellos de ser conceptualmente
rigurosos. En algún caso, digámoslo sin ambages, emana del discurso algo de
las tribulaciones del oficio que lo hace particularmente interesante a la lectura
de entendidos y neófitos.
Cabe reconocer sin reticencias que el supuesto desinterés de los
pedagogos por saber qué hacen específicamente, como lo hacen, por qué lo
hacen así sus colegas de la otras especialidades, no se produjo. La respuesta
fue excelente. Alcanzó por momentos niveles de abordaje e intercambio poco
habituales. Fue fácil deducir, entonces, que el oficio según lo practican unos
y otros tiene numerosos pimíos en común, condicionados por factores internos
y externos a la materia que tratan, como es natural. Cada capitulo del libro es
la respuesta de nuestros invitados al interrogante básico: ¿en qué consiste ese
oficio? Cada uno dice lo suyo. Así, Federico Schuster se refiere por ejemplo
al oficio plasmado desde la filosofía. Norma Giarraca y Susana Aparicio desde
la sociología. José C. Chiaramonte desde la historia y Beatriz Sarlo desde la
literatura.
Lamentamos, de veras, que Graciela Friggerio, que integró con Raúl
Ageno y Edith Litwin el panel de cierre, cordinado por Adriana Puiggrós, no
pudiera entregamos en tiempo el resumen de su exposición que mereció
comentarios ponderables a la par de los demás.
Al compilar los trabajos que integran el libro que presentamos, lo
hacemos con el convencimiento que aportamos al medio, de cierta manera, un
conjunto de apreciaciones que seguramente van a generar apreciaciones
nuevas, tal vez en cascada, que cumplan con la demanda reiterada de muchos
jóvenes universitarios: saber qué pasa; qué se dice; cómo se vivencia este
oficio sobre el que se han depositado tal vez exageradas esperanzas en materia
de transformación material y espiritual dei mundo por el cual transitamos con
diverso caudal de conocimientos. En lo personal, este oficio que he practicado
con no pocas limitaciones de todo orden, me ha servido para desmitificar la
leyenda de que somos los únicos, los elegidos, los sin igual, y comprender que
el oficio de investigador, cual los otros oficios, es básicamente trabajo y
reflexión. Búsqueda incansable. Nuestros invitados a los Ateneos nos asom­
braron con su sencillez y su humildad, unidas a un profundo respeto por las
diferencias de criterio que pudieron suscitarse.
Por último quiero agradecer a Susana Lamboglia, Profesional del
Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) por su valiosa
colaboración para que los Ateneos, cuya organización llevó a cabo con tesón,

8
fueran exitosos como lo fueron . Así mismo por la preparación de esta
publicación .
O vi de Menin
Director / IICE

9
P resentación

El oficio del investigador científico ha sido históricamente percibido


desde ópticas diversas. La libertad para indagar, ahondar y reflexionar se ha
visto a menudo sometida a los avalares de la política y el poder. No es un oficio
impoluto. No lo ha sido nunca. Basta con revisar los antecedentes y los
consecuentes de la "profesión" para darse cuenta de que, cual en el arte -para
dar un solo ejemplo- una suerte de lucha constante por mantener vigente la
libertad para pensar, lo ha colocado no pocas veces en el papel del esclavo. El
colectivo científico mismo aplica, en ciertos lugares y en ciertas épocas, las
reglas del dueño de la verdad. ¿Quién no ha sufrido las exigencias rígidas de
los patrones de tumo a la hora de aprobar un proyecto, de aceptar una
metodología alternativa, de dar curso, aunque sea provisorio, a tesis e
hipótesis que no acuerdan con la filosofía hegemónica? ¿Quien no ha visto
destruidos, más de una vez, sus sueños, sus utopías, su imaginación creadora
porque no se encuadraba en lo que ya fue sancionado? Que lo digan, si no, los
investigadores del campo social. Que lo digan los investigadores del campo
artístico. Que lo digan también los autodidactas que se niegan como ninguno
apasarporlas "horcas caudinas" que impone el sistema burocráticoimperante.
El oficio de investigador es el más fascinante de los oficios. Lástima
que pocas yeces tengamos tiempo y espacio suficiente para reflexionar sobre
él. El Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación (F.F. y L./UB A)
ha tratado de hacerlo, no obstante, con la colaboración de excelentes investi­
gadores en los campos singulares de las ciencias sociales: Filosofía,Sociología,
Historia, Literatura,y Pedagogía. Aprovechando el sistema de Ateneos
Mensuales instaurado de' le hace algunos años en nuestro Instituto, los
expositores invitados gent aron un espacio dialogal sobre sus propias expe­
riencias, los interrogantes n e les suscitó la tarea cotidiana, las reflexiones
epistemológicas, algunas veces acotadas al tema de la exposición, otras más
generales, contextuadas en perspectivas históricas o fenomenológicas que
incidieron en el desarrollo que el oficio como tal impone inevitablemente a
todo investigador, sea experimentado o bisoño. No importa.

7
Federico Schuster


%

•(
3 E xposición

Muchas gracias. Le agradezco al profesor Menin la presentación y la


invitación que además me ha permitido ordenar bastante las cosas que tenía
para comentarles.
Cuando me invitaron, (originalmente me invitó Susana Lamboglia) a
participar, se me habló de la posibilidad de combinar algunos aspectos de
contenido, aspectos que podríamos llamar objetivos, -es lo que he preparado
para hoy-, con algún comentario también subjetivo, es decir, cómo he llegado
a estos temas y cómo se ha ido dando la investigación en un campo tan extraño
para la misma como es la Filosofía.
Los investigadores en filosofía somos gente medio rara porque somos,
a veces, torpes cuando queremos metemos en cuestiones empíricas y nos
solazamos en una investigación centralmente teórica.
He llegado a las ciencias sociales, aunque parezca curioso porque
provengo genéticamente de un epístemólogo de las ciencias sociales, pero he
llegado, en realidad, por casualidad; y porque traté de escaparle a las ciencias
sociales, me dediqué originalmente a la filosofía de lo lógica, era el tema en
el cual empecé, por eso, tengo varias publicaciones en el campo de la lógica
y de la filosofía de la lógica.
Llegué a la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Buenos
Aires en el año 86 y ahí, me enamoré de esos temas, la ventaja de las carreras
nuevas, es que a uno lo obligan a comprometerse; cuando son carreras donde
hay poca gente, pocos estudiantes en principio, a uno lo van obligando a
comprometerse. Terminé directamente ya en el inventario de la carrera de
Ciencia Política porque no me pude ir nunca más.
Agradezco la invitación a tomar contacto con ustedes porque, efectiva­
mente, mi contacto con las ciencias de la educación es un contacto muy
fragm entario, muy parcial, no es un campo donde haya trabajado
específicamente, y es un campo que me resulta de sumo interés, además de
reconocerle una gran importancia real en nuestra situación actual.
Como primera cuestión, digamos que hoy en día hay ciertas ventajas

11
para la relación entre la epistemología y la ciencia social; la epistemología
como reflfexión filosófica sobre la ciencia durante mucho tiempo apareció
como un esquema prefijado que nos daba recetas para operar científicamente
y siempre se ha recurrido a la epistemología bajo esta guía milagrosa, casi
alquímica, que nos convierte de legos e inexpertos en científicos. Justamente,
los temas que yo he ido encarando más bien parten de algunos encuentros muy
interesantes que se han venido dando-diría después de la década del 7 0 - entre
filósofos dé la ciencia y científicos sociales, es decir en los momentos en los
cuales comienzan a aparecer algunos científicos sociales, como alguna vez
aparecieron científicos naturales, que empiezan hacer filosofía de la ciencia.
En realidad muchos de los primeros filósofos de la ciencia importantes eran
físicos, astrónomos, químicos, biólogos, y hacían filosofía de la ciencia;
muchos de ellos se convirtieron en los grandes filósofos de la ciencia y con el
tiempo fueron los consultados por los científicos sociales para hablar sobre la
cientificidad del conocimiento de la sociedad.
Cuando después del '70 comienzan a aparecer casi con fuerza profesio­
nal teóricos sociales, científicos sociales a ocuparse de cuestiones filosóficas
desde la práctica del científico social, se genera un diálogo sumamente
interesante que si bien, creo que lo sabemos, todavía-y en nuestro país de una
manera muy fuerte- no ha logrado quitarle a la epistemología este carácter de
disciplina normativa, rígida y formal, sin embargo está permitido, y cada vez
más, un encuentro, que enlugar de partir de lo que las ciencias sociales debieran
ser en abstracto, parte de lo que las ciencias sociales son y haga un análisis de
qué es lo mejor que las ciencias sociales han podido producir y dónde han
estado los conflictos, los problemas, las dificultades de la tarea del científico
social. De hecho, buena parte de los epistem ólogos, de los textos
epistemológicos que trabajo en la cátedra que tengo a mi cargo en ciencia
sociales provienen de teóricos sociales, sociólogos como Giddens, o Fierre
Bourdieu por ejemplo, de filósofos-sociólogos como Habermas, de teóricos
políticos y sociales como Richard Bemstein y Charles Taylor. La mayoría de
esta gente plantea problemas epistem ológicos y presenta posiciones
epistemológicas desde la ciencia social, y son gente que viene originariamente
de la ciencia social, lo cual le da un aspecto bastante interesante a su reflexión.
La gran discusión de los años '50, '60, incluso parte de los '70 y de la que
todavía hoy estamos recibiendo los coletazos, era si la ciencia social podía ser
ciencia y si básicamente el modelo de comparación era el método de las
ciencias naturales. Es decir, en qué medida podía plantearse la cientificidad
del conocimiento de la sociedad en términos compatibles con lo que era el
conocimiento de la naturaleza, que había adquirido derecho propio a la
existencia desde hacía mucho tiempo. Este es el problema que se discutió
largamente en la década del 60 entre el llamado monismo y dualismo o

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pluralismo metodológicos; ¿hay un único método para toda actividad humana
llamada ciencia?, ¿el hecho de que algo se llame ciencia obliga a una unidad,
me!odológicarígida?o ¿es posibie pensar que hay diversidades metodológicas
en distintos campos?
Hoy sabemos muchas cosas más; saber más quiere decir, no que
sabemos más contenidos sino que tenemos mayor flexibilidad, menos rigidez
para pensar algunas cuestiones. Estas cuestiones básicamente son las siguien­
tes: no solamente es posible hoy plantearse la diversidad de métodos entre la
ciencia social y la ciencia naturai, sino que en realidad hoy se podría pensar
que, incluso al interior de la ciencia social, hay diversidades en la tarea de
investigación entre las distintas ciencias; las ciencias de la educación tienen
problemas que son en parte similares pero en parte diferentes de los de la
antropología o los de la sociología o los de la ciencia política o los de la historia
o los de la psicología. Es decir, hay campos que nos regalan problemas
específicos, nos plantean cuestiones específicas, algunas de estas las. voy a
mencionar hoy. Especialmente creo que hay dos problemas, que son proble­
mas típicos de la ciencia política y que se cruzan con problemas de la ciencia
de la educación. Hacia el final voy a mencionar lo que me parece que son estos
dos problemas centrales; de hecho así como hace algunos años se decía "no
puede haber un filósofo de la ciencia que no sepa alguna ciencia" y se pensaba
inmediatamente, debe conocer física o matemática o química o biología, esto
se ha trasladado hoy a .quienes deseamos dedicamos a la filosofía de las
ciencias sociales, de hecho tenemos que conocer lo mejor posible una ciencia.
En mi caso, por circunstancias en parte azarosas y en parte elegidas, nunca se
sabe bien qué parte hay de cada una de estas, me he dedicado a estudiar con
entusiasmo la ciencia política y hoy, sin llegar a ser un politòlogo, puedo tener,
digamos, lecturas de trabajos de ciencia política actualizados y entenderlos y
dialogar con politólogos, o sea básicamente tener un intercambio fluido con
ellos sin que por el momento sea capaz de hacer ningún aporte original a la
ciencia política. Esto me ha obligado a especializarme sin duda y a alejarme
de otras ciencias, por lo cual es refrescante, cada tanto, encontrarse con otras
disciplinas de la ciencia social y poder intercambiar ideas sobre algunas
cuestiones, sobre algunas problemáticas específicas.
Esta es una cuestión básica de la epistemología que siempre se ha
discutido y que la he vivido como una necesidad práctica. El epistemólogo
tiene que, y pareciera hoy inevitable, dedicarse a una ciencia, conocer bien una
ciencia en profundidad. La posibilidad de trabajar en la carrera de Ciencia
Política y de que sea una carrera con la que es fácil comprometerse y tener
intercambio con los profesores de las diferentes materias me ha permitido en
este momento tener un intercambio fluido, un contacto permanente con la
gente de ciencia política. V;P'

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Paso ahora ai desarrollo de mis investigaciones, en el Instituto de
Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales, un colega de ustedes con
menos tradición, o parcialmente con menos tradición porque es el heredero del
Instituto de Sociología. En tiempos de crisis la Facultad de Ciencias Sociales
se planteó la posibilidad de hacer cinco institutos, uno para cada una de las
cameras que comparten ía Facultad y, mirando hacia la situación real, dijeron
"Nó, mejor hagamos uno, lo mejor que podamos". Frente a la Facultad de
Filosofía y Letras que tiene una cantidad inmensa de Insitutos de Investiga­
ción, la Facultad de Ciencias Sociales, surgida hace apenas cinco años, cinco
años y medio, tiene un instituto de investigación y, por el momento, con una
gran modestia de recursos. Acaba de normalizarse y el primer director del
Instituto, elegido por los claustros del mismo, Dr. Enrique Oteiza, está
haciendo una tarea titánica para tratar de convertirlo en un espacio real de
investigación. Menciono esto porque es interesante y mucha gente ni siquiera
sabe que este instituto está tratando de existir; en realidad tiene ciertos logros
como algunos cuadernos de investigación, y algunas publicaciones y muchos
investigadores realmente importantes; pero obviamente necesita más inter­
cambio con otros institutos, necesita la posibilidad de discusión en el ámbito
de la ciencias sociales.
Vamos más al tema específico que había preparado para hoy. Se trata
de un trabajo de investigación que estoydesarrollando desde hace dos años,
pero que en realidad arrastra problemas que vengo estudiando y discutiendo
desde hace bastante más; lo voy a tratar de plantear tal como lo planteé en su
momento, en una pequeña hojita que le acerqué a Susana para proponerle la
idea que a mí, más o menos, se me ocurría, tratando de que se entienda
exactamente lo que quiero decir e interpretar. Yo había escrito lo siguiente, es
una carilla así que puedo leerla rápidamente:
La discusión entre naturalistas y humanistas acerca del carácter y
método de las ciencias sociales aparece una y otra vez bajo formas diversas a
lo largo del siglo XX. Positivismo y antipositivismo, explicación y compren­
sión, monismo y pluralismo metodológicos, son'algunos de los muchos
vestidos en los que se muestran los contendientes. Sin embargo, puede
pensarse que cuando dos respuestas a un mismo problema están tan constante
e irreductiblemente presentes en la discusión teórica quizás la solución real
esté en la adecuada valoración de ambas (tal como afirma P. Bourdieu en el
cap. 1 de LESENS PRAUQUE). Estaparece ser la tendencia-creciente m ente-
dominante en los últimos quince años.
i. Cuando lareformulación del problema en términos sintéticos se instala,
como parece estar sucediendo, crece la libertad para enfrentar los temas
básicos de cada corriente con real profundidad. Sobre uno de ellos venimos
trabajando hace ya varios años. Se trata de la idea de verstehen o comprensión,

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un concepto central para la posición comprensivista, interpretativa o
hermenéutica (según se ia ha ido llamando sucesivamente) en ia filosofía y
metodología de las ciencias sociales.
Nos proponemos en est*t charla recorrer la definición de 'comprensión'
a lo largo del siglo XX para ver si es efectivamente posible usarla en las
ciencias sociales contemporáneas y en qué sentido. Un punteo programático
de los temas a tocar podría ser la siguiente:
1. El origen de la comprensión. W. Dilthey. Del antipositivismo a la
concepción empática del método científico-social.
2. Comprensión de la acción en M. Weber. Un salto metodológico
contra la empatia. El residuo psicologista.
3. La reconstrucción fenomenológica de la noción de comprensión. La
filosofía de A. Schütz.
4. La versión lingüística P. Winch.
5. La heremenéutica como abandono del psicologismo y coronación
del relativismo de la comprensión. Comprensión e interpretación. H. G.
Gadamer. El intento sintético de P. Ricoeur.
6. La segunda solución lingüística en la filosofía del lenguaje de D.
Davidson.
Es decir lo que quiero hacer es un recorrido bistórico-conceptual de este
término comprensión. El término es muy viejo, en este sentido uno podría
decir ¡Qué novedad hablar de comprensión!, que es un término del cual ya
habla Dilthey a fines de siglo pasado; después de cien años volver a hablar de
lo mismo, no es una cuestión muy novedosa, obviamente. Pero ¿cuál es el
enfoque entendido? Bueno, hoy sabemos, hoy pareciera ser la tendencia que
tanto los enfoques que vienen del ladodiltheiano, del lado que originariamente
fue antipositivista a ñnes del siglo pasado, como los enfoques que vienen
originariamente del positivismo pero que obviamente han ido cambiando muy
profundamente a lo largo de este siglo, tienen algo que decir sobre la ciencia
social contemporánea. Esa misma capacidad de articulación y de bajar las
armas que se ha venido dando entre las metodologías cuantitativas y cualita­
tivas, se da en la epistemología entre las epistemologías llamadas naturalistas,
explicativas y las epistemologías llamadas antinaturalistas, comprensivistas,
interpretativas. Es decir que cuando traigo el término comprensión otra vez,
por eso quiero que eso quede bien claro, no es para reeditar la polémica y decir
"Volvamos a la pelea contra el viejo contendiente positivista, naturalista". No,
la idea es, hoy, que la tarea más dura pareciera ser cómo pueden interactuar en
una riqueza metodológica y epistemológica estas dos viejas tradiciones, cómo
podemos encontrar una nueva dimensión epistemológica que nos permita en
parte saldar viejas cuentas de una nueva manera. Parte de esta tarea consiste
en revisar, ahora más despasiosamente y en cierto sentido con más profundi-
dad (porque al poderlo hacer más tranquilamente uno puede quizás detenerse
en más detalles, dedicarle más tiempo a algunas cuestiones de minucias), los
conceptos de ios dos lados.
El concepto de explicación está otra vez en la mira de los estudiosos de
la filosofía de la ciencia y lo mismo pasa con el concepto de comprensión, pero
no ya necesariamente para apostar' a uno de los dos en contra del otro, sino para
ver qué es lo que cada uno quiere decir y cómo podemos reformularlos,
reencontrarlos para que nos sirva, para que le sirva al investigador en ciencias
sociales. Esta es básicamente la idea.
Estoy trabajando ahora hacia el lado del concepto de explicación en el
marco de un proyecto promovido muy entusiastamente por la Secretaría de
Posgrado de laFacultad de Ciencias Sociales, de articulación de laepistemología
y la metodología; el secretario de Posgrado llamó a gente de las cátedras de
Epistemología y las cátedras de Metodología y nos planteó una demanda que
él percibía en la Facultad, en la Facultad de Ciencias Sociales, de superar cierta
desarticulación de las materias epistemológicas y las materias metodológicas.
Es decir que el alumno pasaba por una y pasaba por otra y no se daba
cuenta que supuestamente hablaban en parte de lo mismo, parecían discursos
que se sentían ajenos entre sí. Entonces nos planteó esto y nos preguntó si nos
animábamos y si nos parecía bien encontrar una articulación, un diálogo entre
las dos dimensiones. Algunos recogimos el guante y estamos trabajando.
Gente como Néstor Cohén, Jorge Vusosevich, del lado metodológico, y la
profesora Cecilia Hidalgo, que es profesora de esta casa de estudios, del lado
epistemológico. El proyecto es de articulación de estas dos dimensiones. Eso
me ha llevado a volver al problema de la explicación, digamos que ahora estoy
en el otro téimino de la cuestión, pero como este no lo tengo terminado, van
a ver ustedes que concluiremos concierto tono de pregunta o de problema, este
es un momento en el cual circunstancialmente he debido apurar el tiempo de
ocuparme más a fondo de la explicación cuando aún no terminé con la
comprensión, que era mi idea original.
Dicho esto ahora sí puedo hablar de comprensión con más tranquilidad,
suponiendo que no se va a intentar hacer una defensa, que no estoy intentando
revivir a un contendiente ya cansado para empujarlo a oponerse otra vez a las
metodologías y las epistemologías de raíz naturalista, entendiéndose por
naturalista las que sostenían que la Ciencia Social no puede hacer nada más
que algo parecido a la ciencia natural, por lo tanto estructurar métodos que
adquieren los criterios epistemológicos de la ciencia natural.
¿De dónde viene esta idea de la comprensión, básicamente?
Como dije viene del siglo pasado. Siempre uno puede encontrar dónde
empezó algo, siempre empezó antes de lo que se dice, porque siempre hay
algún antecedente, pero para no llegar hasta Platón o Aristdteles (es una

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tentación de todo filósofo, siempre remitir todo comienzo a Platón, Aristóteles
o a los Presocráticos) con cierta arbitrariedad, vamos a plantear que el
problema empieza a fines del siglo XIX básicamente con el imperio de la
concepción positivista de la ciencia y con la construcción de la sociología
positiva de raíz comíiana. Frente a este avance de construcción de una
sociología positiva, una sociología que tomaba sus métodos en buena parte de
la biología, surge todo un movimiento, primero en Alemania, luego también
en Francia, de raíz antipositivista, lo que en términos genéricos se llamó, para
el caso alemán, el espiritualismo alemán. Los nombres son clarísimos, la idea
era defender ei espacio de la creatividad, la producción de cultura del hombre
frente a las posiciones que aparecían, para estos autores, como deterministas
del lado del positivismo.
Frente a lo que ellos llamaban el deterninismo positivista que intenta­
ba, o por lo menos así lo interpretaban ellos, dejar de-lado todos los aspectos
productivos, creativos de la libertad del individuo, de la libertad humanadlos
elementos de la valoración, la producción de valores, 1a producción de cultura,
la creación, la libertad, la moral, etc., todas estas dimensiones; frente a
esto,decíamos, surge.con gran fuerza el movimiento antipositivista que tiene
distintas ramas: en Alemania, básicamente dos: por un lado, los discípulos
neokantianos del hegelianismo, una especie de vuelta que se da allí a fines del
siglo pasado y principios de éste en Alemania con Windelband y Rickert
básicamente; y del lado llamado historicista, la figura de Wilheim Dilthey.que
es un autor hoy en día renacido, como suele pasar con estos grandes autores:
después de muchos años de ostracismo, ahora ha reaparecido y es muy común
encontrarlo citado, reiteradamente.
La figura de Dilthey es muy interesante y muy rica, entre otras cosas,
porque mucho más que los neokantianos, intenta construir una metodología de
lo que hoy llamaríamos ciencias sociales, de las ciencias del hombre, ciencias
del espíritu o ciencias de la cultura, como eran los nombre más habituales en
aquel momento. Y es Dilthey el que empieza a hablar, en sentido estricto, de
"verstehen" o comprensión, como método de las ciencias del espíritu o
ciencias de la cultura.
Básicamente la idea de Dilthey es la idea del investigador social que se
pone en el lugar, que reproduce el lugar de los sujetos investigados.
La investigación en Dilthey es, básicamente, histórico-cultural, es
decir, se está pensando en ciencias histórico-culturales, entonces el problema
de reproducir el lugar desde el cual otras personas, otros hombres, otros
individuos producen cultura es una cuestión histórica, es ir al pasado en
general para Dilthey. ¿Cómo hago yo para entender la producción de acción
y la producción de la cultura en otra época histórica, cómo hago yo para
remontarme ai pasado y efectivamente comprender una determinada acción,
un determinado conjunto de acciones?
El problema que se plantea inmediatamente y que a Dilthey general­
mente se le atribuye, es el problema de qué puede querer decir, (para dar el
ejemplo que muchas veces aparece en los propios trabajos de Dilthey), qué
puede querer decir "ponerse en el lugar de Julio César", para entender por qué
Julio César cruza el Rubicón, porqué Julio César da lugar a ciertas acciones
políticas, qué puede querer decir esto, imaginar, reproducir con la imaginación
la situación particular de Julio César, tratar de ponerse en sus estados mentales,
básicamente aquí aparece la cuestión.
Dilthey tenía toda una concepción muy compleja de este ponerse en el
lugar del otro, de esta idea de comprensión, que va a ser de una gran influencia
en épocas posteriores, inclusive en el filósofo francés antipositivista por
excelencia, Henry Bergson, figura clave en este movimiento. La influencia de
Dilthey está en una idea muy interesante, que es la idea de que todo estado
mental real, en cierto sentido, produce un resultado. Esto, en términos más
concretos, quiere decir que, por ejemplo, lo que sea un escritor está en sus
obras, lo que sea un pintor está en sus pinturas, lo que sea un político esta en
sus obras como político. Esto es bastante interesante, en realidad es una
herencia, en cierto sentido, hegeliana de Dilthey, porque es la idea hegeiiana
de que no hay esencia sin apariencia; digamos, detrás de una apariencia se
oculta una esencia. Habituaimente tenemos esta idea de que, en realidad, la.
apariencia esconde la esencia; lo que no siempre se ve y se reconoce es que si
hay dialéctica, a su vez la esencia necesita una apariencia, no existe lo que no
se muestra. Se podrá mostrar de una manera engañosa, inevitablemente lo que
se muestra se muestra deformándose porque no es lo mismo, el mostrarse
supone una diferencia con lo que se es, pero lo que no se muestra, lo que no
tiene una apariencia, no tiene esencia. Esta relación de la apariencia a la
esencia también va de la esencia a la apariencia; y esto lo toma Dilthey.
¿Para qué sirve metodológicamente este tipo de cosas?
Ya estamos en temas complicadísimos; la esencia, la apariencia, la
dialéctica: ¿Paraqué nos sirve todo este tipo de cuestiones o para qué le sirven
a Dilthey?
Filosóficamente, esto plantea problemas muy interesantes que hoy
están siendo re valorizados, como los de la experiencia y la relación entre lo
que somos y lo que hacemos, una serie de cosas que actualmente están siendo
otra vez estudiadas con mucho entusiasmo.
Pero en lo que nos interesa a nosotros, el método diltheyano inaugura
toda una nueva manera de entender las ciencias de la cultura, las ciencias
sociales. Esta manera es no buscar necesariamente leyes, porque frente a esta
posición de Dilthey estaba la idea de las leyes universales de las ciencias
sociales posiüvas de fin de siglo, la búsqueda de leyes universales explicativas

18
que no tuvieran que tener que yer con las dimensiones subjetivas, con las
interpretaciones, deseos, creencias de los sujetos que producían la cultura,,
sino leyes generales del comportamiento, de la sociedad, de toda cultura, etc.
Cuando se habla de £>ilthey se lo puede encarar del lado positivo o del
lado negativo, yo siempre lo encaré del lado negativo. Después de estudiarlo
mucho me encariñé con Dilthey y por eso, encaro ahora el lado positivo. En
realidad metodológicamente generó, a la vez que inició, un camino muy
interesante que hoy todavía estamos discutiendo y recogiendo sus finitos, al
mismo tiempo, trajo una serie de inconvenientes que aún tenemos, en cierto
sentido, los que queremos entender qué es la comprensión.
En Dilthey comprender, básicamente, es comprender a otros sujetos;
esta es una idea constitutiva de la idea de comprensión. Comprender es-
comprender a otro en tanto el otro también es un sujeto como yo, no es un
objeto. Nosotros, y esto va a ser bastante interesante mencionarlo ahora
enseguida, nosotros a veces comprendemos entidades que no son sujetos,
nosotros decimos "comprendo las reglas del juego" por ejemplo, este tipo de
comprensiones en qué medida se relacionan o no se relacionan con la
comprensión diltheyana, bueno, a esto tendríamos que llegar. Pero en princi­
pio, comprender en Dilthey es comprender a otro, es esta idea de comprensión
que se ha desarrollado intuitivamente y que ha de venir al sentido común
cuando decimos "soy un incomprendido", "nadie me comprende". La idea de
comprensión es la idea de comprender a otro sujeto, comprender dimensiones,
subjetivas de otro sujeto. Ahora, si esto es comprender, el problema que se
plantea en el método, es decir, cómo llego a comprender, es lo que pareciera
que tengo que reconstruir -si bien el método diltheyano en este sentido es muy
interesante-pareciera que io que tengo que reconstruir son estados psicológi­
cos del otro. En realidad este era un problema clave de fines de siglo XIX y
principios del XX; el problema del psicologismo. En este momento empieza
una discusión importante en este sentido, de la que Dilthey mismo se da
cuenta. Es un hombre que vivió muchísimos años, y hasta su últimas épocas
tuvo una lucidez implacable para estar atento a todo lo nuevo que surgía y
aprovecharlo en beneficiode sus propias preocupaciones. Erasin duda ai guien
más comprometido, entré comillas, con la verdad, con la búsqueda de una
posición más correcta, más sólida que, por ahí, con sus propias posiciones. No
se quedó encerrado en dos o tres cosas importantes que dijo, por eso lo que
escribió Dilthey es importantísimo. El conoció algunos trabajos de Husserl,
especialmente las Investigaciones Lógicas donde Husserl pone en duda el
psicologismo, pone en duda esta idea de que todo lo que es producto del
pensamiento sea necesariamente reducible a términos de estados mentales
subjetivos, y esto a Dilthey lo llevó a pensar bastante, pero nunca pudo salir,
porque el propio Hussérl no terminó tampoco de salir del todo del psicologismo.

19
El otro problema es en qué medida, pese a que hay toda una recupera­
ción hermenéutica de la interpretación de textos, cuando saltó deja interpre­
tación de textos a la interpretación de sujetos, que es lo que quiere hacer
Dilthey, la interpretación de contenidos subjetivos, no me encuentro con el
escollo de la empatia, es decir, de la capacidad de un sujeto de representarse,
de tomar contacto con otros estados mentales. El problema de la empatia es
que efectivamente es subjetiva, pero ya no subjetiva en el sentido interesante
de Dilthey, o sea en el sentido de acceder a la dimensión subjetiva del otro, sino
subjetiva en el sentido del investigador, es decir, que no parece posible
reconstruir reglas metodológicas que permitan a cualquier investigador desa­
rrollar los mismos pasos para llegar a la misma situación empática que
cualquier otro investigador. Una idea básica del método es que dos investiga­
dores cualquiera podrían recorrer los mismos pasos y llegar, en principio, al
mismo resultado o entender lo mismo; ahora, la empatia nó permite esto, la
empatia es básicamente intuitiva y, por lo tanto, depende de aspectos subje­
tivos del investigador, lo cual genera el serio problema de cómo hago yo para
que el otro investigador controle mi interpretación empática.
Un salto sin duda grande, (si estamos media hora con Dilthey después
vamos a teminár como los programas de historia del secundario, sin llegar a
hoy), un salto realmente importante es obviamente el salto que va a dar Max
Weber. Sin duda la figura de Weber es clave, así como hace veinte años casi
todos los científicos sociales eran de uno u otro modo funcionalistas, hasta en
elmarxismo había todo un aire funcionálistamuy grande,'hoy elvveberianismo
parece que lo ha inundado todo, hay una preocupación por Weber impresio­
nante.
Para plantear la cuestión del método de la compresión, es decir, cómo
puedo hacer yo para compreder una cultura a través de sus productos,
básicamente lo que tengo que hacer es interpretar los productos de una cultura,
con lo cual va toda una ciencia de la interpretación. En realidad, la ciencia de
la interpretación viene de antes, se la llama hermenéutica. Pero nace de una
nueva manera. La hermenéutica era una disciplina muy específica, la discipli­
na de la interpretación de textos sagrados, ya desde fines de la Edad Media, y
especialmente desde la Reforma Protestante, servía para estudiar e interpretar
los textos del derecho romano y servía a los filólogos de principios del siglo
XIX, para rearmar los textos. Le sirvió, por ejemplo, a Schleiermacher con
esos métodos hermenéuticos para tratar de interpretar, por ejemplo frente a
distintos papiros, cómo se ordenaban las páginas. Ese tipo de tareas que uno
imagina terribles, juntar papelitos y tratar de ordenar a.ver cuál venía primero
y a ver cuál venía después en una obra de Aristóteles y por qué viene ésta antes
y ésta después, y cuál de éstas dos versiones es la más confiable. Todo esto
suponía un trabajo de interpretación que permitiera conectar cada papelito con

20
todos los oíros papelitos, con citas y referencias que se encontraba en oíros
autores, etc., etc.
Pero en Dilthey la hermenéutica adquiere otra dimensión, una dimen­
sión ya de método de la ciencia social. Como técnica de interpretación, la
hermenéutica adquiere una dimensión metodológica diferente, ya no es una
técnica para una cosa específica sino que es El Método de la interpretación, en
tanto remite de la apariencia a la esencia, es decir, del producto cultural, lo que
uno ve reflejado de una cultura, los productos culturales, a la esencia de esa
cultura, a lo que los sujetos que produjeron esos productos, que dieron lugar
a esos productos, teman en mente, sus motivos, sus intenciones, sus ideas; a
través de los productos ponemos en el lugar de los productores, esta es
básicamente la idea de Dilthey,
Weber es una figura muy importante y desde el punto de vista
epistemológico aunque no siempre fue tan considerada, claro, por los filósofos
de la ciencia.
Hoy está siendo reivindicada fuertemente la idea de Weber.
Básicamente Weber es un autor que por su situación real no pudo
escaparle alapolémica positivismo-antipositivismo. En launiversidad alema­
na de principios de siglo, prácticamente era imposible para alguien que
estuviera en temas de ciencias de la cultura, ciencias del hombre, que hoy
nosotros las llamamos ciencias sociales, era imposible escaparle a la discu­
sión, era una discusión entre los profesores de la universidad alemana, erauna
discusión instalada muy fuertemente, muy violentamente en el ámbito acadé­
mico alemán de principios de siglo. Weber no pudo escapar. La solución
weberiana es una solución interesante y a la vez problemática, como son las
soluciones en este sentido; Weber salió por el medio de la discusión positi vismo-
antipositivisrno, es decir, Weber quiso encontrar, ya a principios de siglo, una
síntesis entre lo que era en aquel momento positivismo y antipositivismo,
Weber valoraba mucho la ciencia social positiva, la sociología positivisata,
valoraba la capacidad explicativa, valoraba el rigor metodológico, valoraba la
objetividad, valoraba una gran.cantidad de .elementos que para él daba la
ciencia social positivista; pero lo que la ciencia social positivista a Weber no
le daba era la posibilidad de bucear en las profundidades de la acción. A
diferencia de otros sociólogos, Weber, y eso es algo que quizás hay a hecho que
influya normalmente hoy en día, a diferencia de otros sociólogos de su tiempo,
puso como centro de la sociología a la acción. Hoy la acción es eje de casi todas
las ciencias sociales, por eso en parte hoy hay una reivindicación de Weber,
al poner como centro la acción y no los hechos. Para hablar de los hechos uno
no necesita meterse en las dimenciones subjetivas de los actores, o como hoy
les gusta llamar a algunos científicos sociales, los agentes, para fortalecer la
idea del que hace y no del que representa, el actor representa un papel que no

21
El otro problema es en qué medida, pese a que hay toda una recupera­
ción hermenéutica de la interpretación de textos, cuando saltó de.la interpre­
tación de textos a la interpretación de sujetos, que es lo que quiere hacer
Dilthey, la interpretación de contenidos subjetivos, no me encuentro con el
escollo de la empatia, es decir, de la capacidad de un sujeto de representarse,
de tomar contacto con otros estados mentales. El problema de la empatia es
que efectivamente es subjetiva, pero ya no subjetiva en el sentido interesante
de Dilthey, o sea en el sentido de acceder a la dimensión subjetiva del otro, sino
subjetiva en el sentido del investigador, es decir, que no parece posible
reconstruir reglas metodológicas que permitan a cualquier investigador desa­
rrollar los mismos pasos para llegar a la misma situación empática que
cualquier otro investigador. Una idea básica del método es que dos investiga­
dores cualquiera podrían recorrer los mismos pasos y llegar, en principio, al
mismo resultado o entender lo mismo; ahora, la empatia nó permite esto, la
empatia es básicamente intuitiva y, por lo tanto, depende de aspectos subje­
tivos del investigador, lo cual genera el serio problema de cómo hago yo para
que el otro investigador controle mi interpretación empática.
Un salto sin duda grande, (si estamos media hora con Dilthey después
vamos a teminár como los programas de historia del secundario, sin llegar a
hoy), un salto realmente importante es obviamente el salto que va a dar Max
Weber. Sin duda la figura de Weber es clave, así como hace veinte años casi
todos los científicos sociales eran de uno u otro modo funcionaiistas, hasta en
el marxismo había todo un aire funcionálista muy grande;hoy el webenanismo
parece que lo ha inundado todo, hay una preocupación-por Weber impresio­
nante.
Para plantear la cuestión del método de la compresión, es decir, cómo
puedo hacer yo para compreder una cultura a través de sus productos,
básicamente lo que tengo que hacer es interpretar los productos de una cultura,
con lo cual va toda una ciencia de la interpretación. En realidad, la ciencia de
la interpretación viene de antes, se la llama hermenéutica. Pero nace de una
nueva manera. La hermenéutica era una disciplina muy específica, la discipli­
na de la interpretación de textos sagrados, ya desdé fines de la Edad Media, y
especialmente desde la Reforma Protestante, servía para estudiar e interpretar
los textos del derecho romano y servía a los filólogos de principios dei siglo
XIX, para rearmar los textos. Le sirvió, por ejemplo, a Schlelermacher con
esos métodos hermenéuticos para tratar de interpretar, por ejemplo frente a
distintos papiros, cómo se ordenaban las páginas. Ese tipo de tareas que uno
imagina terribles, juntar papelitos y tratar de ordenar a ver cuái venía primero
y a ver cuál venía después en una obra de Aristóteles y por qué viene ésta antes
y ésta después, y cuál de éstas dos versiones es la más confiable. Todo esto
suponía un trabajo de interpretación que permitiera conectar cada papelito con
todos los oíros papeiitos, con citas y referencias que se encontraba en otros
autores, etc., etc.
Pero en Dilthey la hermenéutica adquiere otra dimensión, una dimen­
sión ya de método de la ciencia social. Como técnica de interpretación, la
hermenéutica adquiere una dimensión metodológica diferente, ya no es una
técnica para una cosa específica sino que es El Método de la interpretación, en
tanto remite de la apariencia a la esencia, es decir, del producto cultural, lo que
uno ve reflejado de una cultura, los productos culturales, a la esencia de esa
cultura, a lo que los sujetos que produjeron esos productos, que dieron lugar
a esos productos, tenían en mente, sus motivos, sus intenciones, sus ideas; a
través de los productos ponemos en el lugar de los productores, esta es
básicamente la idea de Dilthey..
Weber es una figura muy importante y desde el punto de vista
epistemológico aunque no siempre fue tan considerada, claro, por los filósofos
de la ciencia.
Hoy está siendo reivindicada fuertemente la idea de Weber.
Básicamente Weber es un autor que por su situación real no pudo
escaparle a la polémica positivismo-antipositivismo. En la universidad alema­
na de principios de siglo, prácticamente era imposible para alguien que
estuviera en temas de ciencias de la cultura, ciencias del hombre, que hoy
nosotros las llamamos ciencias sociales, era imposible escaparle a la discu­
sión, era una discusión entre los profesores de la universidad alemana, era.una
discusión instalada muy fuertemente, muy violentamente en el ámbito acadé­
mico alemán de principios de siglo. Weber no pudo escapar. La solución
weberiana es una solución interesante y a la vez problemática, como son las
soluciones en este sentido; Weber salió por el medio de la discusión posi tivismo-
antipositivismo, es decir, Weber quiso encontrar, ya a principios de siglo, una
síntesis entre lo que era en aquel momento positivismo y antipositivismo,
Weber valoraba mucho la ciencia social positiva, la sociología positivisata,
valoraba la capacidad explicativa, valoraba el rigor metodológico, valoraba la
objetividad, valoraba una gran.cantidad de.elementos que para él daba la
ciencia social positivista; pero lo que la ciencia social positivista a Weber no
le daba era la posibilidad de bucear en las profundidades de la acción. A
diferencia de otros sociólogos, Weber, y eso es algo que quizás haya hecho que
influya normalmente hoy en día, a diferencia de otros sociólogos de su tiempo,
puso como centro de la sociología a la acción. Hoy la acción es eje de casi todas
las ciencias sociales, por eso en parte hoy hay una reivindicación de Weber,
al poner como centro la acción y no los hechos. Para hablar de los hechos uno
no necesita meterse en las dimenciones subjetivas de los actores, o como hoy
les gusta llamar a algunos científicos sociales, los agentes, para fortalecer la
idea del que hace y no del que representa, el actor representa un papel que no

,. 2f
ha escrito, el agente hace. En Weber, el individuo, el agente social es el que
hace, el que produce la realidad social. En este sentido, se habla de acción y
se pone el énfasis en esta dimensión, en la dimensión de la producción de la
acción, más todavía que en la dimensión de los efectos o consecuencias de la
acción. Siempre estuvo en ciencias sociales el problema de esta dicotomía,
esta doble dimensión de la acción, tomar el resultado de la acción o tomar una
dimensión productiva donde aparece el sujeto con sus intenciones, sus
motivos, sus fines. Weber enfatizó durante mucho tiempo este último lado, el
lado de las intenciones, el lado motivacional; al hacerlo se tuvo que meter con
el problema de la comprensión.
El salto metodológico weberiano está dado sin duda con el método de
tipos ideales.Nosési lo recuerdan, la idea es construir una especie de maqueta
de comparación, yo construyo un modelo ideal donde hay un sujeto ideal y
típico, puramente racional, que se mueve dentro de ese modelo; supongamos,
por ejemplo, construyo un modelo de acción racional, y/o defino el modelo de
acción racional, lo llamo, acción económica, digo; que voy a definir acción
económica como la acción que tiende a maximizar ganancias y entonces ahí
tengo un modelo construido, los modelos de tipos ideales, esto es importante
tenerlo claro, no son teorías sobre el mundo, son herramientas para comparar.
Construyo y digo "bueno, vamos a construir uno, cualquiera, el que a mi se me
dé la gana" tal modelo, lo’llamo de acción económica, de acción burocrática
. o de acción feudal o como sea. Supongamos este de la acción económica,
(siempre lo uso porque es el más fácil de explicar rápidamente) lo construyo
como un patrón ideal, imaginario. En este modelo de acción económica,
defino la acción, la defino en sentido un poco arbitraria porquees una cuestión
meramente instrumental, después si no me sirve para comparar, es decir, si no
lo puedo aplicar, lo tiraré y usaré otro o lo definiré de otra manera, pero no hay
una cuestión de correspondencia con la realidad, es decir si es la mejor
definición posible en términos de verdad; no hay aquí cosa de definición
verdadera, es adecuación instrumental, me sirve como herramienta para
comparar, de la misma manera que me puede servir una maqueta. Si es asi
bienvenido sea, porque el tipo ideal es, en este setido , heurístico, sirve para
generar hipótesis, hipótesis interpretativas; entonces imagino un sujeto que se
moviera en ese universo ideal, ideal -Weber siempre aclara, porque ustedes
saben que Weber era un defensor de la neutralidad valorativa, asi que siempre
aclara que ideal no quiere decir el mejor posible, deseable, ideal quiere decir,
sencillamente, no real, abstracto, puramente racional, donde se mueven
sujetos puramente racionales, cosa que no sucede en la sociedad real, pero este
modelo de racionalidad pura nos sirve después para comparar las situaciones
reales y ver en qué medida hay coincidencia, hay acuerdo de la situación real
o hay desviación. Si hay desviación no hay problema, no es malo que haya

22
. desviación, en la medida en que la herramienta me plantea una situación ideal
y me dice que acá no se cumplió la situación ideal; por qué, qué obstáculo
hubo, qué pasó? qué pasó para que no se cumpliera la situación ideal, qué hay,
hay algún elemento impulsivo, hay alguna dimensión, por ejemplo, de
intemalización de valores muy fuerte en esta sociedad que hace que los sujetos
no estén todo el tiempo maximizando ganancias, sino que se detengan y
valoren la capacidad de integración social o de solidaridad porque hay,como
dijimos, una intemalización fuerte de valores y entonces hay un momento en
que se abstienen de ganar más todo el tiempo, podrían ganar más acá, pero no
lo hacen, por qué? porque saben que si lo hacen van a perjudicar a otros y hay
una sociedad muy fuerte, con una presión, ya sea una presión estatal, en
términos de represión intema en el sentido de intemalización de valores, de
cohesión de la cultura, etc. que hace que a los individuos ni se les ocurra la
posibilidad de ganar a expensas de otros. Estoy imaginando situaciones. Pero
si uno imagina estas situaciones ideales, al encontrar la desviación, reconoce
que hay una desviación y busca el obstáculo,qué pasó para que el individuo se
desviara de la situación ideal típica.
Este modelo me permite hacer interpretaciones, entonces puedo decir
el motivo que tuvo Fulano. Básicamente aquí cuando Weber habla de
comprensión, está hablando de la capacidad del investigador de reconstruir los
motivos que un individuo tuvo para actuar.
Supongamos un caso de una ley económica muy sencilla. La ley dice
que cuando una moneda vale más en metálico que nominalmente tiende a
desaparecer de circulación. Esta es una ley explicativa muy sencilla, muy
tonta: cuando una moneda vale más por el metal en el que está acuñada que por
el numerito que tiene escrito, tiende a desaparecer de circulación. Este ejemplo
que usa Weber para mostrar que efectivamente es eso lo que pasa, es un
ejemplo demasiado sencillo, demasiado simple, por eso, por ahí, es muy fácil
entender lo que Weber quiere mostrar. Pero esta ley, que sirve efectivamente
para explicarme por qué en tal lugar y en tal momento tal moneda desapareció
no circula más, dice Weber, no nos provee más que del conocimiento de que
un hecho social es uncasosubsumible en una regularidad. Porque las monedas
no desaparecen de circulación, a las monedas las sacan de circulación las
personas y las personas las sacan de circulacón porque tienen cierta motiva­
ción-para guardarse la moneda y nadarla ai colectivero. Para construir una
hipótesis acerca de por qué lo hacen, Weber construye tipos ideales como este
de acción económica.
Frente a este individuo, el muñequito ideal, digamos, de maqueta, que
se va moviendo siempre con una lógica racional de ir maximizando ganancias
frente a cualquier situación que se le aparece, uno podría preguntarse qué haría
nuestro sujeto ideal si se encuentra con una moneda que tiene e scrito uno y
I

ciencias sociales, en Schutz sí ya se puede decir que hay una filosofía de las
IJ ciencias sociales y no solamente una dimensión metodológica.
¿Cómo lo hace? Bueno, recurriendo a la filosofía de Husserl. Básica­
mente la posición de Schutz es un encuentro entre la sociología weberiana y
la filosofía de Husserl. Cuando Schutz escribe el único libro, que es La
fenomenología del mundo social, lo escribe en 1936 en Alemania, justo antes
de irse de aquí para exiliarse en Estados Unidos. Husserl inmediatamente de
la aparición del libro lo llama y lo invita a escribir un texto de fundamentación
de la ciencia social,pero Schutz, al poco tiempo se tuvo que ir. Aparentemente
le habría dicho que no a Husserl, entre otras cosas porque no estaba muy
convencido del desarrollo filosófico por el cnal Husserl salvaba el problema
de la intersubjetividad. En realidad, en este sentido, Schutz era más sociólogo
y salvaba el problema de 1a intersubjetivídad más fácilmente, con los procesos
de socialización. Los procesos de socialización en Schutz hacen que el
individuo sea un individuo social y como tal, la construcción de la conciencia
individual es social, nos hacemos individuos y, por lo tanto, distintos a los
demás, en !a medida que nos hacemos sujetos sociales y, por lo tanto,
semejantes a los demás. De esta manera, para Schutz, todo el problema
trascendental husserliano de cómo hago yo, desde mi conciencia, para
entender al otro como un sujeto y no meramente como un objeto que es
contenido de mi conciencia, es no sólo cómo hago yo para saber que ustedes
no son solamente una representación de mi conciencia sino que además
también son sujetos que también tienen conciencia, por lo tanto con los cuales
puedo interactuar. La solución de Schutz no es trascendental, es empírica en
este sentido, la solución está dada porque todos nosotros nos hacemos sujetos
en compañía de otros sujetos y si no.hay otros sujetos no podemos hacemos
sujetos. Para hecemos individuos, para formar nuestra conciencia, tenemos
que ingresar a un mundo social, como tal nos socializamos y la intersubjetivídad
es la condición de la subjetividad individual. No somos sujetos individuales
si no hay otros sujetos, desde nuestros padres, familia, amigos, institucciones,
todo lo que ustedes quieran y conocen.
¿Qué ventaja tiene la filosofía de Schutz o la idea de comprensión de
Schutz frente a la idea de comprensión de Weber? porque justamente por el
desarrollo de esta idea de socialización en Schutz, hay un salto que a veces se
puede llamar (esto es una terminología muy filosófica pero podemos tratar de
aclararlo si es necesario), el comienzo del abandono de la conciencia monádica.
La mónada era, si ustedes recuerdan algo de filosofía, el concepto de Leibniz,
la mónada (voy a ser muy metafórico así que la gente que sabe de filosofía
disculpe la manera un poco erada en que voy a decir esto, pero es una cuestión
ll meramente metafórica), es como si fueran átomos, la mónada era cerrada en
I
' - 11 sí misma, no tenía posibilidades de mezclarse con otras mónadas y constituíá

26
ante sí ía realidad, frente a la diferencia de los átomos, la mónada tiene
perspectivas, conoce una y otra cantidad de cosas.
Pero, ¿por qué digo conciencia monádica? Porque básicamente hasta
ahora lo que teníamos era individuos, incluso en Weber, individuos que
andaban cerrados en el munao y el probléma era cómo hacía un individuo para
representarse algo de adentro del otro (estas.metáforas físicas de "adentro del
otro", cuando estamos hablando de estados mentales, suena medio raro de
decir, pero no está mal como metáfora porque hay algo de eso), si los
individuos son, como en. toda la filosofía moderna, cuerpos portadores de
mentes, -desde Descartes para acá nosotros somos cuerpos que andamos en
el mundo llevando una mente-; entonces cómo hace, si la mente es cerrada en
este sentido, cómohace la mente del científico, la conciencia del investigador
para representarse los contenidos mentales del investigado, cómo hago para
saber yo cuáles son los motivos que el otro tiene para actuar.
La ventaja de Shutz es que, en cierto sentido, ya la conciencia no es tan
cerrada. ¿Por qué? Porque son conciencias que se van constituyendo juntas:
yo no sé cómo ve exactamente el mundo el otro-, pero sé que en cierto sentido
no lo puede ver de maneras absolutamente extrañas al modo en que lo veo yo.
De alguna manera puede haber intercambio. Obviamente esto genera proble­
mas cuando hay que tener en cuenta que Schutz estaba pensando en sociología
y se dirá: qué pasa en la antropología, qué pasa efectivamente con las
dimensiones del relativismo cultural, qué pasa cuando yo intento abordar una
cultura en la cual no me lie formado. Toda una cuestión que ahora enseguida
vamos a mencionar porque efectivamente es uno de los elementos más
interesantes en la crítica a este concepto de comprensión que se dio en la
década del 70. Pero en términos de los individuos que se forman como
individuos en el interior de una misma cultura, la conciencia del otro no me es
totalmente ajena. No puedo reproducir exactamente cómo ve el mundo cada
uno de los otros sujetos, pero en el curso de una investigación, esta posibilidad
no me es totalmente ajena porque comparto básicamente los modos de
referirme al mundo de los otros sujetos, porque me he formado en ellos. Mi
pensamiento, mi conciencia, es una conciencia compartida con los otros
miembros de la sociedad, en ese sentido hay posibilidad de interacción, la
misma posibilidad de interacción que Schutz ve en la vida cotidiana, se da en
la ciencia.
Ahora, ¿cómo es el mundo social en Schutz, cómo es la realidad social?
Básicamente, en Schutz, cada uno de nosotros ve el mundo desde una
perspectiva. Esta es una idea de Husserl también, cuando Husserl. trata de
encontrar ei famoso punto inicial cartesiano de todo conocimiento, del cual no
podamos dudar, que sea el comienzo de todo conocimiento posible, Husserl
llega a la conciencia. Puedo dudar de todo, puedo dejar todo entre paréntesis

27
pero no mi conciencia; ahora bien, ¿qué es la conciencia? y entonces ahí se da
cuenta que la conciencia es únicamente en tanto refiere a contenidos, la
conciencia es conciencia de la mesa, conciencia del vaso, conciencia de las
imágenes que tengo de ustedes, etc., es decir, la conciencia remite inmediata­
mente a sus objetos. Entonces ahí empieza la vuelta husseriiana donde.se
empieza a reconstruir el mundo y hay que reconstruir los objetos, entonces,
dice Husserl, qué es un objeto, qué es, por ejemplo, esta mesa; entonces dice,
en realidad para nuestra conciencia la mesa nunca se da, nunca está presente,
la mesa como totalidad, en realidad lo que es la mesa es una suma de escorzos,
el escorzo es la versión del objeto del lado de la perspectiva. Si cada uno de
nosotros dibujara, si fuéramos arquitectos, si dibujáramos o diseñáramos, si
fuéramos diseñadores, y si hiciéramos un dibujito de la mesa tal como la
vemos desde nuestro lugar, sin duda saldrían cosas totalmente distintas, sin
embargo todos hablamos de la mesa, ¿por qué? Porque lo que no vemos lo
anticipamos, lo suponemos en función de nuestra experiencia; no vemos la
parte de abajo de la mesa, sin embargo la estamos suponiendo cuando
hablamos de la mesa. .
La mesa o un objeto cualquiera es la totalidad de las perspectivas. La
sociedad, dice Schutz, es eso, la totalidad de las perspectivas sociales, la
sociedad no es otra cosa que la totalidad de las maneras en que los distintos
individuos perciben la-sociedad.
¿Cuál es la tarea del científico, entonces? Bueno, la tarea del científico
es tratar de’reconstruir ios pedazos.
En la vida cotidiana conocemos nuestra perspectiva pero no la de los
demás, .incluso nuestra propia perspectiva no es objeto de una plena
concientización. La tarea del científico es la de reconstruir las perspectivas de
los demás. Esto ya inmediatamente genera varios problemas, uno de ellos es:
¿no era que yo podía acceder justamente a las perspectivas de los demás
porque, en cierto sentido, compartía el mundo con los demás, me había
formado en el mundo con los demás? entonces, si esto es así, uno podría
preguntarse ¿nunca voy a ver la perspectiva de los demás, siempre voy a
acercarme a los demás desde mi perspectiva? si yo soy un sujeto social más.
Ahí es donde Schutz da el salto y dice que enrealidad cuando el científico actúa
como científico abandona su perspectiva de sujeto cotidiano. Uno podría
preguntarse ¿.cómo puede hacerlo? La respuesta de Schutz es: no podría no
hacerlo, porque se entra a otro mundo de la vida, es decir, el mundo de la vida
cotidiana es uno y el mundo de la vida científica es otro, con distintas reglas,
el tipo de afirmaciones que yo puedo hacer en la vida cotidiana no lo puedo
hacer en la vida científica. Un ejemplo (que suena un poco irónico, porque
tiene por detrás la crítica que Habermas le hace a este modelo), nosotros nos
levantamos, leemos el diario, escuchamos la radio, comentamos las noticias

28
Í?T:<vi;
con alguien que tengamos cerca, decimos ¡qué barbaridad esto que pasó acá!,
el tema de Guatemala, del autogolpe, comentamos en el mismo tono en el que
podríamos comentar en principio cualquier asunto con cualquier persona-de
la vida cotidiana. Llegamos al Instituto de Investigación, nos sentamos, nos
tomamos un café, hacemos los mismos comentarios, hasta que alguien dice:
"bueno, bueno, paremos un poco que es tarde, yo a tal hora me tengo que ir,
vamos a trabajar". Entonces qué quiere decir "vamos a trabajar”, diría Schütz,
quiere decir dejemos el mundo de la vida cotidiana y empecemos a jugar con
las reglas del mundo científico, es decir, el tipo de afirmaciones que nosotros
vamos a poder hacer ahora, no son las mismas que podíamos hacer durante el
café, porque si las hiciéramos no serían aceptadas. Si nosotros presentamos un
informe de investigación cOn el mismo tipo de afirmación y con el mismo tipo
de fundamento que damos a nuestras afirmaciones en la vida cotidiana, el
informe no resultaría aprobado, es decir, el informe tiene que cumplir una serie
de reglas y cada cosa que decimos tiene que soportar los fundamentos y
requisitos metodológicos de.la comunidad científica en la que nos movemos.
La idea de Schütz es que ahí salimos de la vida cotidiana, inevitable­
mente, queramos o no queramos, porque estamos participando de mundos
distintos; con lo que Schütz dice "en la ciencia social lo que hay es una
construcción de segundó grado, con respecto ai pnmer grado de la vida
cotidiana". Esto tiene cosas muy interesantes efectivamente, en realidad, ei
segundo grado esotra vez Weber, es la idea de cómo hago yo para comprender
a Jos otros. Primero ios tipifico, cada individuo tiene una perspectiva distinta
pero yo los puedo tipificar, nunca puedo tomar individuo por individuo,
entonces los tipifico, los tipifico como clase social, o los tipifico como edad,
o los tipifico como profesión. Hago un estudio sobre los jóvenes, por ejemplo,
ahí los estoy tipificando. Alguien podría decir cómo se justifica que yo
tipifique, es decir, que en lugar de tomar individuo por individuo haga
caracterizaciones típicas, dónde hago este tipo de tipificaciones; Schütz dice
sejustifica en la vida cotidiana, porque enla vida cotidiana también tipificamos.
¿Qué es una persona? Bueno, yo soy ahora para ustedes, un profesor invitado
que está comentándoles algunas cuestiones; para mis hijos soy el padre; para
el quiosquero soy el cliente; para el Estado soy, por ahí, el que paga los
impuestos; es decir que soy yo. Siempre todos tipificamos al otro, tomamos
un aspecto del otro y lo tipificamos. Indudablemente un joven, además de un
joven, es seguramente una persona que tiene otras dimensiones, un joven de
determinado sector social, además de eso tiene determinada familia, tiene
determinada formación educativa, bueno, ha leído tanto o menos, etc., es decir
si quisiéramos estudiar plenamente tendríamos que estudiar una única perso­
na, cada persona sería una representación del mundo distinta, en función de su
biografía personal. Sin embargo, esto no es necesario hacerlo, dice Schütz, se

29
puede tipificar dependiendo dei interés de la investigación. Si estoy haciendo
una investigación sobre los jóvenes, tipifico en términos de jóvenes, si quiero
diferenciar además clase social, tipifico juventud y clase social, eso dependerá
de las reglas metodológicas de la ciencia en que me muevo. Pero ai hacerlo con
qué lleno, porque es toes lo metodológico, pero con qué lleno estas tipificaciones:
con Jas perspectivas de los propios sujetos, lo que yo tengo que tratar de hacer
es acceder a las perspectivas de los propios sujetos.
Schutz piensa que para acceder a esto, toda metodología es admisible,
Schutz en este sentido dice, cuando llego ai segundo grado me convierto en un
naturalista, no tengo ninguna diferencia con Emest Nagel, con los autores
anticomprensivistas; lo importante es partir de esta idea de que lo que tengo
que hacer es acceder a la perspectiva del otro. Ahora, ¿cómo accedo a la
perspectiva dei otro? Usen las técnicas de investigación que ustedes tienen,
usen encuestas, usen sondeo de opinión, hagan muestreo, en este sentido no
hay problema. Cuando los. discípulos de Schutz quieren empezar a aplicar
esto, se dan cuenta de que para llevar adelante este modelo shutsiano no
alcanzan las técnicas cuantitativas, y son muchos discípulos de Schutz los que
en realidad desarrollan fuertemente las técnicas cualitativas, porque para
reconstruir efectivamente la perspectiva de otro hacen falta modelos más
cualitativos: la historia de vida, y todas las formas etnográficas, especialmente
las investigaciones etnográficas, etc. De hecho Garfinkel y los etnometodólogos
tienen una influencia muy fuerte dé Schutz, todos' los estudios de vida
cotidiana dei '60 para acá tienen una inmensa influencia de Schutz, partiendo
de los distintos discípulos de Schutz.que lo inmortalizaron, Berger y Luckmann
con su famosa construcción social de la realidad. Pero Schutz dice: mi idea de
ciencia social no es distinta de la que podría tener un naturalista, positivista;
lo que es distinta es mi ¡dea de la comprensión, de la justificación de las
hipótesis comprensivas; con los mismos métodos, etc. si llego a hipótesis
comprensivas debo sostenerlas y puedo sostenerlas; ¿por qué puedo sostener­
las? porque de hecho yo comprendo al otro y lo comprendo en la vida
cotidiana. ....... ~
Acá hay dos o tres cosas muy interesantes para señalar en ¡a línea que
estoy tratando de marcar.
Una primera es esta idea de que la realidad social es una realidad
interpretada. Este es un elemento básico que hoy sostienen todas las concep­
ciones, vengan de donde vengan; antes se planteaba el tema del sujeto como
objeto, y el ptoblema de que el sujeto tiene intenciones, fines, etc., hoy
podemos decirlo de una manera mucho más precisa, mejor, hoy podemos decir
el problema está en que el mundo social es un mundo interpretado por los
propios sujetos que lo viven y lo hacen; no podemos dejar de lado como
elemento de la realidad el hecho de que los sujetos tienen sus interpretaciones

30
que les sirven para actuar. Claro, como yo trabajo con gente de ciencia política
me resulta fácil, hay una acción que en esto es clarísima, la acción de votar,
la acción de votar produce evidentemente resultados reales en la sociedad, lo
sabemos con alegría y a veces con parte de sufrimiento también; pero la acción
de votar produce resultados reales que efectivamente la gente vive
cotidianamente. Durante mucho tiempo pensábamos que hay leyes inexora­
bles del destino político que llevan a que cierto partido gane o que cierta
posición política llegue inevitablemente al poder, etc. Hoy sabemos que
además de las condiciones objetivas, parte importante de la realidad tiene que
ver con los agentes que toman decisiones; es en determinados momentos y, por
ejemplo en este caso, votar en un sentido o en otro sentido. Obviamente que
esto no agota las condiciones y sabemos que esto no hace que cualquiera pueda
llegar, pero dentro de ciertas condiciones, la capacidad de decisión de los
agentes puede producir cambios en los desarrollos de la realidad social. Pero
esos cambios suponen una interpretación de los agentes, los agentes interpre­
tan el mundo de determinada manera y por eso actúan en tal sentido o en tal
otro.
Esta idea de la realidad interpretada es un elemento que viene de toda
la tradición comprensivista. Schutz es uno de los que más contribuye a
aclararla, si bien él no la dijo de esta manera. Este planteo de que el mundo
social es la totalidad de las perspectivas, hoy la aceptan prácticamente todas
las corrientes, vengan de donde vengan, sean más objetivistas, más subjetiyistas,,,
todos aceptan que tenemos que manejamos con una realidad interpretada.
El otro elemento importante de Schutz es que en parte ya estamos
saliendo (en el sentido que me importaba a mí marcar), de las mónadas. Y a ios
sujetos son sujetos cuya conciencia se forma socialmente y como se forma
socialmente ya no está la idea de individuos cuya conciencia es totalmente
aislada. Entonces, ¿cómo hago yo para entender al otro, para meterme en la
cabeza del otro, si el otro tiene una' conciencia totalmente cerrada?, ¿qué
método puedo usar para perforar la cabeza del otro e ingresar a sus estados
mentales?, (en un sentido metafórico lo digo, por las dudas nadie.lo entienda
como una recomendación metodológica literal).
Sin embargo en Schutz lo que todavía está dando vueltas es esta
cuestión, otra vez, de conciencias y del mundo como ya representado en
perspectiva, pero representación en la conciencia de los individuos; en
realidad si bien las conciencias ya son sociales, ya la intersubjetividad está
instalada, ya no hace falta pensar: y cómo hacen después, si la sociedad es un
montón de conciencias dé individuos aislados, cómo después interactúan? La
interacción es básica, la interacción social es laque constituye a los individuos,
entonces ya los individuos y sus conciencias no son monádicos, ya hay una
interacción básica que constituye a los individuos como tales y en cierto

TI
sentido es la base que permite ai investigador acceder al otro. En este sentido
hay algo interesante, como en Husseri, Husserl dice "Yo soy el más positivista
de todos, porque voy a las cosas mismas", y en realidad Husserl cambia el
concepto de experiencia; Schutz toma ese cambio en el concepto de experien­
cia, Schutz dice "Yo soy un empirista, porque la única diferencia entre un
empirista tradicional y mi posición es que yo entiendo como parte de la
experiencia la comprensión". Es decir, ¿en la vida cotidiana'qué hacemos?;
vemos, escuchamos, olemos, tocamos, gustamos y comprendemos; el tener
conocimiento del otro, el saber, por ejemplo, que él se quemó la mano y le
duele, que el otro me está insultando o me está haciendo cariños, esto es parte
de la experiencia, es tan inmediato en la experiencia cotidiana como ver, tocar
o cualquier dimensión sensible; es decir, yo no solamente siento el calor de la
mano de otra persona, sé que me está acariciando.
Las dimensiones de comprender, de comprender al otro, son absoluta­
mente inmediatas y son parte de la experiencia, podemos tomarlas como
elementos de la experiencia de la misma manera que tomamos como elemen­
tos de la experiencia el control a través de los sentidos. Esto ahora lo voy a
desarrollar un poco más.
De todos modos seguimos todavía en cierto sentido sin lograr salir de
este problema de la dimensión psicológica, de cómo el acceso a los otros no
está teñido otra vez de perspectivas, de estados mentales y de estados de
conciencia, etc. Alguien puede decir ¿qué tiene de malo esto?; bueno, el
problema de esto es el problema de la privacidad de los estados mentales,
como en cierto sentido toda interpretación no es una interpretación en parte
arbitraria porque los estados mentales son privados, son privados de cada uno,
el problema con el cual tenemos que lidiar, en términos de psicologismo, no
de la psicología sino del psicologismo, es el problema metodológico de cómo
comprender al otro cuando los estados mentales del otro son privados.
Abrevio un poco para no agotar excesivamente su paciencia. Después
de Schutz hay dos desarrollos importantes hasta 1980, en la década del 70
centralmente. En realidad el último desarrollo importante lo ubico bastante
más cerca y creo que todavía no ha sido reconocido completamente, p ero, hay
dos interesantes y prácticamente hasta aquí llega el desarrollo conocido hasta
hoy de la comprensión, que quiebran definitivamente la versión psicologista.
Uno es el comprensivismo lingüístico y otra es la hermenéutica en sentido
estricto (hermenéutica ya hay en Dilthey), la corriente filosófica llamada
hermenéutica y representada por Hans Gadamer y por Ricoeur.Dei lado
lingüístico la figura más importante es Peter Winch. Creo que las ideas de
Peter Winch son realmente interesantes, lamenteablemente se confundió
♦ •
mucho. La desventaja de Winch, y ahí se da otra vez lo que yo decía antes, es
que nunca hizo ciencia social, no tenía mucha idea de qué era hacer ciencia

32
social y por So tanto se equivocó bastante sobre qué era la investigación social.
Planteó que no había diferencia entre la filosofía y la investigación
social, es decir, negó prácticamente el carácter empírico de la ciencia social,
lo que ningún científico social aceptó. Al principio sí hubo mucho entusiasmo
i (a diferencia de Schutz, el pobre Schutz nunca terminó de recibir un recono­
§ cimiento pleno en vida), Winch causó un impacto muy grande, su libro The
idea of a Social Science (La idea de una Ciencia Social) que está traducido al

español como Filosofía y Ciencia Social o Ciencia Social y Filosofía, causó,
un impacto realmente inmenso en los científicos sociales. Especialmente los
antropólogos dieron originalmente un gran valor al texto de Winch y a su vez
los antropólogos fueron los primeros en destruirlo , porque en realidad en la
experiencia de cualquier investigador de las ciencias sociales está el trabajo
empírico, el tr abajo empírico es algo constitutivo de la investigación social y
está en la experiencia de los investigadores sociales, por lo cual la idea de
Winch de que era lo mismo filosofía y ciencia social es una idea difícil de
f ■ defender, Winch trató de defenderla pero no tuvo demasiado éxito.
: 4 Así como Schutz viene de la filosofía de Husserl, Winch es un
wittgensteiniano, es decir viene dé la filosofía de Wittgenstein.
a De todos modos, pese a los inconvenientes de la posición de Winch, en
* este intento de quitarle el carácter empírico a la ciencia social (si a alguno le
interesa la discusión hay lugares donde está muy bien planteada, por ejemplo
y ‘fi[
en el libro.de Bemstemíxz reestructuración de lateoríasociaiy política, -este
es un libro realmente bárbaro a esta altura quizás ya un poco anticuado, es un
I libró del 7 8 - pero por lo menos hasta esa época desarrolla, muy bien
cuestiones importantes. También hay en un artículo de Jarvie dónde se discute
la posición de Winch en el texto La teoría social hoy de Giddens y Tumer; en
varios lugares hay discusiones muy duras hacia Winch, justamente en su
intento de asimilar filosofía y ciencia social) ¿qué es lo interesante? Creo que
dos cosas. Una, menos fuerte en cuanto al mérito de Winch, es que introdujo
a Wittgenstein a los científicos sociales. Hoy en día, la figura de Wittgenstein
es central para la ciencia social, especialmente el libro "Investigaciones
filosóficas" donde tiene algunas cosas muy interesantes, no sólo epistemológicas
sino incluso para desarrollos teóricos en ciencias sociales. Así que esto es una
primera cuestión, el mérito de introducir a esta figura medio desconocida para
los científicos sociales y hacércelas conocer con mucho éxito en la medida en
que dio lugar a una influencia posterior de Wittgwnstein en la ciencia social.
El otro elemento es justamente este de introducir la noción de compren­
sión como comprensión de reglas (es lo que les comentaba antes), es decir,
asimilar la idea de comprender a otro sujeto. Hasta ahora nos estábamos
manejando, pareciera, con la asociación psicologista; esta idea de que com­
prender es comprender a otro sujeto. Ahora introduce Winch la idea de

33
comprender como comprender una regla. Por eso asocia inmediatamente la
ciencia social a la filosofía, porque las reglas están en dimensiones .dei
lenguaje, entonces inmediatamente asocia que la idea de la ciencia social es
reconstruir lo que Wittgenstein llamaba un juego de lenguaje. El juego de
lenguaje para dicho autor es una totalidad de reglas que dan sentido a cada una
de las afirmaciones. Una afirmación, una proposición cualquiera tiene senti­
do, según el Wittgenstein de "Investigaciones filosóficas" (no el anterior que
dice otra cosa), tiene sentido no solamente por aquello que nombra, por aquello
de lo que habla, sino también por el uso en una comunidad, allí adquiere
sentido, y usa la palabra juego. Así como si nosotros estamos jugando al
ajedrez, por ejemplo, con alguno de ustedes y, muevo yo primero, tomo mi
caballo e inmediatamente como primera jugada, como al peón del rey de
ustedes y les digo jaque. Primero que el caballo no se mueve así, segundo que
el caballo no está dando jaque porque está justo frente ai rey. Yo puedo decir:
-¡pero no!, ¿aqué juego estamos jugando?-A l ajedrez; -¡ah, no!-, yo estaba
jugando a un juego que se llama xx donde esto se puede hacer y las reglas son
así. Es decir que el movimiento del caballo como movimiento tiene sentido al
interior del juego, de las reglas del juego. Las afirmaciones, las proposiciones
tienen sentido, dice Wittgenstein, al interior de un juego del lenguaje. Una
proposición que en el juego no tiene sentido, en otro juego puede tenerlo. Estas
reglas de juego ¿qué son? Son sociales, básicamente las reglas del juego son
sociales. El lenguaje es una construcción social y nosotros nos movemos
dentro del lenguaje como al interior de una construcción social. Wittgenstein
a esto le sumaba cosas bastante fuertes que Winch toma, como por ejemplo que
no hay lenguajes privados. Esto es problemático cuando uno toma un examen,
porque cuando un alumno dice - M yo tengo la idea pero no la puedo expresar",
si Wittgenstein fuera el profesor le diría-"M ire, qué me está queriendo decir,
que usted lo está pensando en términos de un especie de lenguaje de imágenes
privados y no lo puede traducir ai lenguaje de comunicación. Eso no existe"
Diría Wittgenstein que el propio pensamiento se desarrolla en la adquisición
del lenguaje, por lo cual yo no entiendo qué' es la idea si no es manifestada en
términos del lenguaje y el lenguaje es social. Si esto es así aparecen cosas muy
interesantes porque aquí claramente se termina el camino de Schutz ya que se
asocia socialización con lenguaje (es decir pone a los dos elementos juntos y
le da fuerza al elemento del lenguaje), todo el problema de las conciencias,
etc., comienza a diluirse porque el tema es por qué podemos intercambiar con
otros, por qué compartimos el lenguaje, por qué nos formamos como sujetos
al interior de un mismo juego del lenguaje. Y Wittgenstein dice cosas todavía
más fuertes, dice que justamente porque es así el lenguaje representa inmedia­
tamente una forma de vida, con lo cual entender un juego del lenguaje es
entender una forma de vida. Esto entusiasma mucho a algunos antropólogos

34
y sociólogos que estudian grupos marginales. Hablando con un sociólogo que
estaba trabajando en eso me decía que le pasaba esto: -Voy a gnipo's (grupos
de jóvenes violentos) y a mí en ingresar al juego de lenguaje me va la vida".
Efectivamente en esos gmpos pequeños aparece esta asociación inmediata
entre capacidad de ser un practicante en términos del lenguaje y de vivir, de
integrarse a esa forma de vida.
Winch toma esto inmediatamente y dice, bueno, listo, esto es hacer
ciencias sociales, reconstruir una forma de vida,y para reconstruir una forma
de vida lo que hay que hacer es entender el juego del lenguaje, pero juego del
lenguaje se entiende en función de reglas, así que lo único que hace un
científico social es hacer análisis del lenguaje, y eso es un filósofo, ¡a lapucha!,
entonces son la misma cosa; no hay investigación social empírica.
Esta sene de conclusiones encadenadas es lo que se le va a discutir
fuertemente a Winch. Pero lo interesante de tomar, es esta idea de "comprendo
al otro". Qué quiere decir comprender (en términos metodológicos estoy
hablando), qué es comprender al otro? Comprender al otro no es reconstruir
algo previo al lenguaje en que el otro expresa sus enunciados, sino es
reconstruir enunciados accesibles inmediatamente a través del lenguaje.
Todo este desarrollo es muy interesante si ustedes lo piensan mcluso en
otros términos. El año pasado me habían pedido dar una charla sobre
epistemología y psicoanálisis. Como me dijeron una charla sobre epistemología
y psicoanálisis (ustedes saben que la gente de filosofía es muy obsesiva con
lapresición de los términos), dije -no voy ahaceruna charla sobre epistemología
del psicoanálisis, voy a hacer lo que me pidieron que es epistemología y
psicoanálisis. En realidad tenía ganas de hacer eso y lo que hice fue comparar
cómo se habían dado todos estos desarrollos de asociación de formas de vida
y lenguaje en la filosofía de Wittgenstein y cómo se quiebra la idea de
representación; la idea de que el conocimiento es la representación del mundo
en ideas o en lenguaje y empieza a aparecer esta idea de que el mundo aparece
en una interación de las cosas y de nuestra manera de hablar de las cosas, como
dice, en Las palabras y las cosas, Eoucault, quien muestra cómo uno puede
hablar del mundo de maneras muy diferentes. No sé si alguno leyó ese libro,
inspirado en el famoso cuento de Borges de la enciclopedia china donde hace
la taxonomía de los animales. Clasificaba a los animales, en animales que
pertene cen al emperador y animales que no pertenecen al emperador, animales
que vistos de lejos parecen moscas, animales dibujados en una hoja de papel,
FouCault dice que ello le despertó la cuestión de que efectivamente uno puede
dividir el mundo con las palabras de maneras muy diversas, uno puede hablar
de la realidad de maneras muy distintas. Curiosamente por esos cruces raros, .
Wittgenstein que era un positivista o venía del positivismo y Foucault que
viene de una tradición anti positivista, curiosamente se están cruzando en

35
cosas muy similares en este sentido ¿Por qué? porque Wittgenstein tuvo la
fuerza de ir más allá de ciertos límites del pensamiento y se están cruzando en
esta dimensión cuando sostiene que el conocimiento no es necesarí amente una
representación-única del mundo sino que las maneras en que hablamos del
mundo, en que cada sociedad, cada cultura, cada teoría científica habla del
mundo, depende de las reglas de juego de esa teoría, de esa forma de vida, etc.,
etc., de ese juego de lenguaje, diríaWittgenstein.
Aproveché ío de epistemología y psicoanálisis para estudiar algo que
hacía tiempo que tenía ganas, leer con mucho detenimiento a Lacan (trabajé
bastante durante todo el año, preparando esa conferencia, al final no la pude
dar por problemas de organización, pero escribí un artículo por lo menos). Y
un poco lo que vi fue, curiosamente; que en toda la tradición del psicoanálisis
de Lacan aparece una idea muy similar en otros' términos, esta cuestión del
elemento básico del lenguaje en la constitución de subjetividad.
Este salto del lenguaje me pareció importante metodológicamente,.no
lo puedo desarrollar mucho pero podemos hacerlo al término de la charla si
quieren, si a alguno le interesa. Es un elemento clave la idea de que la expresión
de lo que queremos comprender de otro sujeto es expresable en términos de
adecuación a reglas sociales de uso y significado del lenguaje.
El otro desarrollo importante viene por el lado hermenéutico, básica­
mente de las figuras, menciono a dos, de Gadamer y Ricoeur (ya tendría que
estar terminando según mis cálculos subjetivos). Comienzo por el.primero y
en todo caso después podemos mencionar algo de Ricoeur. Gadamer no es un
epistemólogo, no es un metodólogo, pese a que su libro más importante se
llama Verdad y Método. Expresamente dice varias veces que no le interesa
h'acer metodología de la ciencia social, ni de la ciencia en general. Lo que es
interesante es el concepto estricto de interpretación. La noción de interpreta­
ción que da es la siguiente (voy a.tratar de sintetizarla, por lo menos las líneas
generales, después vamos a tener un rato para intercambiar y por ahí podemos
desarrollarla, para no alargar la parte expositiva), y aparece como un acuerdo.
Esto es bastante importante, porque pone en duda algunas de las cosas.de
Schutz. No todo porque hay muchas de las cosas de Schutz que siguen siendo
muy valiosas. Me refiero a este salto del primer grado al segundo grado, al salto
que se da cuando el serio del equipo dice -"bueno, bueno, terminemos de
hablar, vamos a trabaj ar". Hay cosas de este salto del primero al segundo grado
que efectivamente son reales. Se da en la práctica de los investigadores
científicos, esta idea de las reglas del juego. Ahora en términos de Wittgenstein
lo podemos decir más claramente: son distintas las reglas del juego que se dan
en la investigación científica de las que se dan en las afirmaciones que
hacemos en la vida cotidia«a. Lo que no quiere decir que haya un salto
absoluto. Uno no deja de ser sujeto cotidiano cuando ingresa al mundo
científico y lo más interesante (esto parece lo más discutible), es que uno no
deja de ser científico cuando: vuelve a la vida cotidiana; En realidad sería
deseable, en cualquier disciplina social, pensar- efectivamente que lo que
digamos y hagamos en el mundo científico nos puede ser de alguna utilidad
social en la vida cotidiana.
Básicamente la idea de Gadamer es la-idea, de interpretación como
acuerdo. Gadamer trabaja cqmo modelo el texto, entonces dice -Bueno, me
enfrento a un texto (y no lo dice en términos metodológicos sino en términos
de comprensión de yida cotidiana, de sujetos en la vida cotidiana, hace
referencia a nuestra experiencia fenoménica de comprensión), -yo tomo un
texto y me pongo a leerlo, al leerlo proyecto un sentido, le proyecto al texto
un sentido, proyecto mis ideas, mis prejuicios, (como ios llama él, que no son
precisamente negativos,'son los juicios previos), todos mis .conocimientos
anteriores .hasta trato de darle un sentido ai texto. Un sentido coherente a partir
de mis conocimientos previos, pero muchas veces el texto.se resiste a ser
comprendido, se resiste a ser traducido a mis ideas previas. Se genera así una
tensión entre la objetividad del texto y la subjetividad del intérprete; la única
manera, dice Gadamer, de resolver esta tensión es llegar a un acuerdo, es decir,
ir logrando un acuerdo que en cierto sentido va á adecuar el texto a mí
tradición, a mi mundo de prejuicios, etc., pero a su vez me va a obligar a
cambiar mis prejuicios. Por eso leer un libro enriquece, porque me cambia, no
soy el mismo. Un buen libro me cambia, me hace, otro, como viajar me hace
otro.
La necesidad de entender a otro, a otra cultura, por ejemplo, me va
cambiando. Mis prejuicios son dinámicos pero son la base del conocimiento.
Y o tengo una materia complicada, todos estos temas los enseño a gente
recién llegada del CBC1 y tengo dificultades. En dos oportunidades me han
dicho; -"M ire profesor, a.njí los textos me resultan muy difícilés, así que para
entenderlos, la verdad le voy a confesar (así como una confesión dura que me
hicieron dos veces dos alumnos), la verdad yo los. conecto, los relaciono con
cosas que yo sé de antes, no los puedo comprender así én abstracto". Les he
contestado:-"¿hay otra manera de comprender un texto?".
En la idea gadamenana siempre hay contenidos, previos a partir de los
cuales me enfrento a un texto, a un sujeto de otra cultura. En términos de la
teoría científica estos contenidos previos son las teorías previas de las que
parto. Si uno quiere ser todavía más postempirista y más kuniano incluiría
también todos los modelos de concepción del mundo, regias metodológicas,
todo lo que en Kuhn formaba parte del paradigma. Siempre hay algún marco
ordenador desde el cual voy a interpretar el mundo. Esto que se da en la lectura
y que hace que El Quijote,, seguramente, no es- lo mismo leído, por algún
contemporáneo de Cervantes que leído por alguno de nosotros hoy erídía. ¡No
es cualquier cosa! Seguramente si yo leo El Quijote y saco una interpretación
. y luego digo: -"En El Quijote hay un astronauta que navega por el espacio y
se encuentra con monos prehnmanos, etc.", me van a decir -"Pero vos leiste
otro libro", es decir, el texto se resiste, es objetivo, la realidad se resiste a la
interpretación, pero a su vez, inevitablemente, la interpretación que hagamos
de la realidad va a ser parte de un acuerdo y como parte del acuerdo viene el
marco teórico, todas las dimensiones que uno quiera del sujeto investigador,
sujeto a ciertas reglas que por ahílimitan los marcos ideológicos o lo que fuera,
pero hay una dimensión del sujeto en este sentido.
¿Por qué Gadamer enriquece la perspectiva del concepto de compren­
sión? Porque ahora, lo que sabemos después de Gadamer, es que el ideal de
la comprensión (que era el ideal del otro, ponerse en el lugar del otro, pero tal
como era el lugar del otro, ese ideal romántico, en cierto sentido es un ideal
romántico de la "verstehen", de la comprensión), es inaccesible, es decir que
así como hoy se dice en ciencia natural, que todo dato adquiere sentido a la luz
de una teoría y que toda teoría interpreta el dato, en este sentido el dato puro
como tal no está, también podemos decir la idea de la comprensión es casi
sinónimo de la interpretación, es decir que la comprensión es resultado, la
comprensión sería el resultado que yo diga -"¡he comprendido, he llegado al
puerto definitivo",-"ya sé que les pasaba a estos sujetos cuando hicieron tal
cosa!". En realidad no hay puerto definitivo, sino que siempre hay interpreta­
ciones'que- suponen el acuerdo entre el investigador, su marco teórico, '
metodológico, etc., y el investigado. La comprensión ha pasado a la interpre­
tación, con lo cual ei concepto de "verstehen" hoy tendría que construir una
teoría de la interpretación.
El último paso no lo expongo, solamente lo menciono, es lo que estoy
trabajando ahora. Este recorrido lo he hecho a lo largo de varios años, por eso
se me hizo difícil comprimirlo. El punto al que llegué es el punto que tengo que
tener metodológicamente para defender este concepto de comprensión y
poder articular la idea de comprender en términos de comprender sujetos y
comprenderen términos de comprender reglas, comprender lenguajes. Es una
teoría de la interpretación, una buena teoría de la interpretación en términos
sociales. Y ahí es donde otra vez los filósofos y lingüistas, los filósofos que
vienen del segundo Wittgenstein me están sirviendo de ayuda. En este
momento estoy trabajando con un señor llamado Donald Davidson, traje de él
este libnto que es el más portable, "Mente, mundo y acción", yo lo llamo la
segunda solución lingüística, porque en cierto sentido es reconocer que Winch
abrió un camino. No aportó soluciones estrictas para el investigador en ciencia
social, pero mostró cierto camino que hoy se podría retomar tamizado por la
idea de hermenéutica, en este sentido de comprensión como interpretación e
interpretación como acuerdo. Lo que podríamos llegar a pensar otra vez es
# retomar la idea básica del lenguaje y planteamos por qué en la vida cotidiana,
*! :
■ tomamos otra vez a Scliutz, comprendemos, ¿qué quire decir comprendemos?,
' 'f ' y al hacerlo, dice Davidson, no comprendemos estados privados, sino’que en
cierto sentido hay una dimensión pública que es la misma que permite
comunicamos. Se podrá decir -"no sé si cuando digo aquí hay una mesa, hay
- efectivamente una mesa", (está todo el problema filosófico), pero sé que hay
una relación tal que me permite comunicarme con ustedes, que hay una
■# . ■ relación entre algo, sea lo que sea, y la palabra mesa que me permite a mí
cuando yo les digo aquí hay una mesa, entendemos. Esto tiene que ver con el
marco en el que hemos ido construyendo nuestra forma de relacionar mundo
y pensamiento, que es relacionar mundo y lenguaje, y que en ese sentido pone,
otra yez, a la experiencia comunicativa como experiencia básica, tan inmedia­
ta como la experiencia de los sentidos, o sea que lo que hoy podríamos decir
es "metodológicamente se puede justificar". No es una aventura mágica usar
como puesta a prueba de nuestras hipótesis como base empírica la experiencia
comunicativa, porque la experiencia comunicativa es constitutiva de la
inmediatez de nuestra vida social cotidiana: Hay un artículo de Davidson que
se llamáis /mito de lo subjetivo, en él dice: -"yasé que la gente tiene contenidos
privados, en el sentido que los tiene él y no otra persona, pero no son privados
los contenidos mentales en ei sentido que sean inaccesibles; los contenidos
relevantes para la investigación social son accesibles en la medida en que
suponen una relación entre cosas y palabras aprendidas desde la infancia y que
nos constituyen como sujetos". En este sentido por ahí no hace falta la vuelta
conductista de la conducta verbal. Cuando los conductistas justificaban la
encuesta como técnica de investigación planteando -"¿qué es lo que yo
observo en una encues ta?-"Observo la conducta verbal". Lo que ei sujeto dice,
más allá de lo que piense o quiere decir, me sirve como conducta manifiesta.
En realidad esto genera una serie de problemas metodológicos porque sabe­
mos que siempre hay toda una dimensión de interpretación, incluso en la
investigación cuantitativa, en la producción de la encuesta, y toda una serie de
elementos muy complicados. Lo que hoy podríamos decir es, por lo menos,
que ia comprensión nos enseña, incluso para un enfoque más típicamente de
origen naturalista, incluso para investigación cuantitativa, lo que la compren­
sión nos enseña después de todo este trayecto, es que en la comunicación con
el otro, en la entrevista, en el acceso de investigación a través de procedimien­
tos lingüísticos, no tenemos por qué desconfiar de los procedimientos de
comunicación, porque los procedimientos de comunicación son empíricos;
esta es básicamente la idea.
Bueno, me pasé dé tiempo, pero les pido disculpas.
-Sería interesante que ahora empecemos a preguntarle a Federico
Intervención: -Podés desarrollar un poco más qué significa "acuerdo".
Profesor: -Sí. La palabra acuerdo es confusa. En Gadamer acuerdo es
simplemente llegar a una situación de coherencia. En él no es el acuerdo real
entre investigador e investigado, un acuerdo entre personas, sino básicamente
un acuerdo entre enunciados. En términos del texto el acuerdo es la posibilidad
de encontrar una lectura de un texto, por ejemplo, o una interpretación de un
conjunto de acciones, que sea coherente, es decir que no nos lleve continua­
mente a contradicciones entre nuestros conocimientos previos y la nueva
realidad que aparece. Esto obliga muy comunmente a modificar parte de
nuestros conocimientos previos. Lo que está marcando Gadamer con lanoción
de acuerdo es que en cierto sentido hay un cambio de los dos. La realidad
investigada cambia, según desde qué marco teórico se la estudie, pero también
cambia en parte el marco teórico frente a la nueva realidad. Esta es la idea de
acuerdo. No es acuerdo en el sentido más inmediato en que lo podemos pensar,
porque no es que el texto diga -"un momento, a ver déjenme ver, está bien,
estoy de acuerdo". En ciencias sociales se ha hablado mucho sobre la
necesidad de un acuerdo entre el investigador y el investigado. Ahora sí en
términos reales de acuerdo. En parte muchos autores comprensivistas han
trabajado esa idea, Schutz la trabajó con lo que él llamaba criterio de
adecuación. Cuando él se plantea cómo sé que una construcción de segundo
grado,, (una construcción científico-social), es buena y daba una serie de
criterios, uno era el criterio lógico de coherencia, que fuera coherente, un
criterio interno; otro criterio metodológico y of'o criterio que se llamaba el
criterio de adecuación, y éste curiosamente, después le fue muy criticado,
consistía básicamente en que los sujetos de los que se hablaban pudieran
reconocerse en el resultado de la investigación. Esto en parte tiene que ver con
la idea de acuerdo, y fue después lo que se le criticó. Habermas le dice por
ejemplo, "Pero usted para qué hace tanto lío para decir que el científico sale,
rompe totalmente con su situación cotidiana, si después para saber si la teoría
está bien tiene que volver y traducir el resultado a términos de vida cotidiana;
mejor no plantee una ruptura tan grande". D e: todos modos esto ha sido
bastante discutido. (Uno podría meterse con varias cosas que saldrían de esto
pero que por ahí vale la pena mencionar). En realidad detrás de todo esto hay
un modelo de ciencia social ¿Qué es hacer ciencias sociales?, cuando Schutz
dice hacer ciencia social es reconstruir la realidad social y la realidad social es
totalidad de las perspectivas sociales, está dando un concepto bastante
peculiar; alguien le podría decir -"¿y no pueden estar equivocados los
sujetos?"; la idea acá es que nadie está equivocado sino que la realidad social
es la suma de nuestras perspectivas y alguien podría decir-"¿y no pueden estar
equivocados, en términos más clásicos podríamos decir no puede haber

40
ideología, por ejemplo?", "¿no podemos estar equivocados y en cierto sentido
nuestra, perspectiva de la realidad-social pueda ser discutible?". Básicamente
este tipo de objeciones provienen de autores que todavía defienden una .idea
de. ciencia crítica, entre los cuales, en cierto sentido, me cuento. Efectivamente
este es un problema real, cuando estoy pidiendo acuerdo entre investigador e
investigado, ¿qué estoy pidiendo?. Esto es complejo; si yo planteo que los
sujetos tienen una teoría de la realidad, Taylor la llama la comprensión
preteórica del mundo, si tenemos cotidianamente ciertas "teorías" por las
cuales podemos vi vir, gracias a eso podemos movemos en el mundo cotidiano,
realizar acciones más o menos complejas, hacer explícitas esas preteorías; en
cierto sentido lo que menos preciso está diciendo Schutz es ¿cómo se pone a
prueba? Schutz diría claramente "Bueno, hay que ver si efectivamente los
sujetos se reconocen en lo que estamos diciendo de ellos". Ahora qué pasa si
nosotros descubrimos por ejemplo aspectos de la realidad, ponemos en duda
la forma en que los sujetos reconocen su propia realidad; Taylor da el ejemplo
de la interpretación marxista del contrato de trabajo, los participantes del
contrato de trabajo pueden creer efectivamente que están en situación de
libertad y de igualdad, que están pactando un acuerdo entre iguales; sin
embargo le podríamos decir "no, porque enrealidad la situación es básicamen­
te de desigualdad, porque el trabajador está compelido a vender su fuerza de
trabajo y lo que está enjuego es su supervivencia, en tanto lo que está enjuego
en el capitalista es su capacidad de acumulación de capital, por lo cual hay una
desigualdad básica entre lo que está en juego en el caso del trabajador y en el
del capitalista. Sin embargo podría suceder que el trabajador diga, y efectiva­
mente muchas veces esto sucede, que pactó un contrato de trabajo en
condiciones de igualdad. El científico podría poner en duda esto y ¿es lícita
esta puesta en duda o no es lícita? ¿y qué querría decir que hay acuerdo? El
tema del acuerdo es muy complejo porque no se puede desdeñar totalmente la
cuestión de una interacción, creo que para la ciencia de la educación es
importante esta interacción entre la construcción teórica y la vida cotidiana;
pero a la vez hay que tener cuidado en pensar que la vida cotidiana tal como
es, en determinado momento estático, legitima la teoría, porque entonces
inmediatamente le podríamos quitar poder práctico a lo teórico en el sentido
crítico de la palabra, es decir en la capacidad que tiene ia ciencia de mostramos
que las cosas no son tan como creíamos que eran. Ese papel la ciencia social
lo ha jugado y en cierto sentido lo sigue desempeñando. Así que es un tema
bastante interesante; hay un artículo inmenso de Heller que se llama De la
hermenéutica en ciencias sociales a la hermenéutica de las ciencias sociales.
Está en dos versiones; en Políticas de la posmodernidad es la primera versión, •..
después hay una versión corregida en Historia y Futuro. Lástima que son
malas traducciones, son libros caros y son malas traducciones. En este artículo

41,
toca ei tema dei acuerdo y discute qué podría efectivamente querer decir que
un investigador y un investigado se pongan de acuerdo. Hay dos cuestiones
claves de la ciencia política que se conectan con el tema del acuerdo, lo dije
al principio y ahora al final lo voy a mencionar porque me parecen que puede
ser interesante para las ciencias de la educación.Frente a la sociología hay dos
problemas que los politólogos nunca han podido solucionar o si no dos
aspectos que el politologo no puede dejar de tener en cuenta; para muchos son
interesantes e inspiran problemas metodológicos y problemas prácticos. Son
ei caso de la normatividad y el caso de la acción. Estos dos problemas son muy
interesantes y creo que para las ciencias de la educación son problemas
también cotidianos.
Los sociólogos son gente muy curiosa, (en el sentido que . tienen
curiosidad), entonces se han librado en cierto sentido de ese problema, pero
en realidad podrían y de hecho durante mucho tiempo lo hicieron, podrían
hacer una teoría de la sociedad donde no entre en juego prácticamente ei
problema de la accióji. En realidad Parsons vuelve a meter el problema de la
acción en la sociología. Le creó al pobre Parsons un lío terrible ese intento de
volver a generar una teoría de la acción en la sociología.
Este problema es, primero, que lo que tenemos que explicar en
sociología son acciones humanas, y segundo, si la teoría social puede o no
desprenderse de indicaciones o de modelos sobre lo que debiera ser.
La ciencia política parecida hoy claramente que no puede. Hay análisis
muy interesantes que muestran que detrás de una investigación politológica
empírica hay un modelo de sociedad, de una o de otra manera hay un modelo
de sociedad deseable, que está presupuesto.
Algunos dicen "bueno en realidad la teoría en ciencias políticas da
argumentos para, a favor de ese modelo de sociedad, tratar de argumentar a
favor de ese modelo de sociedad". Es decir lo que llamábamos antes los
presupuestos ideológicos o lo que Gouldner llama los supuestos básicos
subyacentes de las teorías. Pareciera que detrás de toda investigación
politológica empírica hay ciertas líneas del modelo de sociedad deseable, de
cómo debiera ser la sociedad. Es una cuestión filosófico-política a la que los
politólogos, pese a querer evitarla, no pudieron. De los '50 para acá, cuando
desaparecen los grandes estudios de filosofía política, los politólogos descu­
brieron la posibilidad de hacer ciencia política empírica sin ningún elemento
normativo, y unos años después empezaron a descubrir que el elemento
normativo se colaba inevitablemente y que lo que tenían que aprender a hacer
era convivir con esa dimensión. Incluso podría haber modelos de conocimien­
to rigurosos, con instancias metodológicas de justificación, pero con un
modelo normativo por detrás. En las ciencias de la educación hay evidente­
mente problemas normativos, quizás menos ocultos que en la ciencia política

42
porque hay que trabajar con condiciones prácticas diferentes a las del politòlogo,
así que la cuestión normativa es más patente para el científico de la educación:
que para el politologo, justamente este libro de Richard Bemstein. La
reestructuración de la peoría social y política, se ocupa del problema de
normatividad,. Uno de los ejes es cómo se puede trabajar en una dimensión
científica de rigurosidad, no es necesario pensar en abandonar criterios
metodológicos, reglas que no nos permitan decir cualquier cosa, no tenemos
que pensar que las alternativas son la unanimidad y la arbitrariedad, o todos
nos ponemos de acuerdo en términos científicos y por lo tanto ios resultados
son puras recopilaciones de datos, ( que es una manera de ponerse de acuerdo
en principio), o si queremos trabajar en una dimensión más interpretativa,
donde esos datos adquieran algún sentido a través de una construcción
explicativa, teórica, entonces ahí ya aparece la ideología o los criterios
normativos y entonces cada uno puede decir lo que quiera. En realidad puede
haber marcos teóricos, criterios normativos, y sin embargo, puede la discusión
no ser arbitraria, en el sentido de que cada uno desde su perspectiva normativa
dice lo que se le da la gana. Es una cosa muy curiosa, psicoanalítica, porque
los científicos sociales siempre estuvieron preocupados por el problema de la
objetividad, sin embargo tenían en su práctica experiencias de objetividad
muy ricas, de objetividad real. Por ejemplo, cuando iban a un congreso con un
artículo muy poco sólido. La dureza de la investigación social y sus dificul­
tades hacen que uno no pueda plantear "escribo esto total nadie me puede decir
nada porque les digo no, ustedes hablan desde una postura ideológica distinta,
entonces puedo decir lo que se me da la gana”. La investigación en este sentido
es brava, tiene muchos sinsabores, se critica, se discute: "esto ¿cómo lo
fundamenta?",."¿cómo lo justifica?", "¿tiene datos para sostener esto, tiene
argumentos teóricos, argumentos empíricos?". Llega un momento en que uno
dice "la pucha, no era tan sencillo",...
Esto obliga a que las afirmaciones no sean afirmaciones totalmente
libres y arbitrarias, sino que se tienen que someter a criterios de racionalidad.
La pregunta interesante en este sentido seriadlos modelos normativos también
pueden someterse a criterios de racionalidad objetivos, o son cuestiones no
reducibles a una discusión racional? En el fondo la vieja discusión de Weber
otra vez, cuando él habla de los problemas de los valores, dice "yo puedo
discutir sobre valores con otra persona y podemos discutir racionalmente, yo
puedo mostrarle por ejemplo, qué consecuencias lógicas acarrea su posición
vaiorati va, puedo mostrarle que si él sosüene tal modelo de sociedad tiene que
admitir por ejemplo que la gente sea apresada y torturada sin que haya un
mecanismo de control que le permita protegerse de los abusos del poder
político, económico, en ciertas condiciones; le puedo mostrar; mire si usted
sigue esto, de ahí se sigue lógicamente tal cosa y se puede discutir; puedo

43.
persuadir al otro en este sentido y el otro me puede decir: -no, yo esas
consecuencias no estoy dispuesto a admitirlas, voy a cambiar mis valores, me
ha convencido; ahora si el otro me dice: -a mí qué me importa, yo quiero seguir
con mis valores, para mí este modelo de sociedad es el mejor y no me
convence; bueno, aquí se terminó la discusión porque la decisión valorativa
es una decisión íntima que asume cada individuo con su conciencia y no hay
posibilidad de determinar qué valor es verdadero, no hay verdad de valores ni
criterio racional de decisión. Si no queremos ir tan lejos como la verdad, que
hoy está devaluada, por lo menos sostener un criterio racional de decisión, que
nos permita decir este valor es mejor que este otro, aunque sea a largo plazo,
en material consensuado. Las tendencias de hoy en realidad son dos: o bien
hacia el relativismo, coronamos esa idea y vamos hacia una posición relativista,
asumimos que hay modelos normativos pero que estos modelos normativos no
son comparables y por lo tanto no se puede discutir entre ellos y la única
posibilidad es que cada uno. viva con su modelo normativo; o bien asumimos
que puede haber discusión sobre modelos normativos como la hay sobre
hechos, esta es la posición de Habermas, de Kari Apel o la de Charles Taylor.
Estos autores sostienen que es posible encontrar argumentos a favor de
valores. Si ésto es así también se puede discutir qué modelo de individuo, qué
modelo de sociedad es mejor, de modo tal que uno podría pensar que hubiera
presupuestos normativos de este tipo detrás de las teorías y que podríamos
asumirlos sin vergüenza.
Estos temas del acuerdo, el tema normativo, son temas sobre los cuales
lo máximo que hay es esto que les comento, porque todavía no hay soluciones
más acendradas, pero lo interesante es que se pueda admitir, después de tantos
esfuerzos, este elemento normativo y que se pueda pensar en trabajar riguro­
samente, con criterios de investigación sólidos, etc., incluso admitiendo que
no podemos libramos de un modelo normativo, un modelo que nos diga cómo
debieran ser las cosas, además de la investigación empírica, que nos dice cómo
son las cosas.
María Teresa Sirvert: -Y a por la época de la década del 60, del 70,
hablábamos de una forma posible en educación para elaborar normas cientí­
ficas, lo que fue muy discutible. Ahora al gunos de nosotros estamos retomando
la idea de que cuando uno elabora un "deber ser", en la medida en que, como
vos decías, la mayoría de nuestras teorías son teorías de interpretación o
comprensión del hecho y también del deber ser del hecho, ¿cómo reflejarlo en
una afirmación que pudiera ser confirmada científicamente?, y aquí surge la
posibilidad, (que ahora estamos tratando de retrabajar nuevamente) de elabo­
rar normas en educación con "tres patas", es decir no ir directamente a "hay
que hacer cambios", sino pensar en la elaboración de normas teniendo en
cuenta tres componentes: uno el componente de diagnóstico, diagnóstico

44
realizado científicamente, con coherencia, etc., diciendo: si se desea hacer tal
cosa, (aquívendría el componente claro y explícito de intencionalidad que
puede estar basado en valores, ideologías, teorías, etc.), es necesario hacer tal
otra. Nosotros pensamos que la posibilidad de una elaboración en términos
.. científicos de esta afirmación da la posibilidad de poder verificar "hay que
hacer tal cosa" en términos de determinado contexto y con expiicitación de
deseabilidad, no hay términos universales, donde los componentes de expli­
cación o de interpretación de nuestras teorías conjuntamente con nuestros
modelos deseables podrían dar cierto elemento a una discusión con cierta base
empírica y demás. Esto lo estamos retomando ahora.
Profesor: -Está bien, es un camino interesante. Lo que pasa que hay
caminos que empezaron (la década del 60 fue muy rica en ese tipo de
desarrollo), y sus desarrollos, en su momento muy nuevos, no tenían solidez
en términos de la concepción metodológica de la época. Ahí hay otro caso del
acuerdo, ¿cómo compatibilizo las reglas metodológicas del momento con
ciertos caminos a los cuales la práctica me lleva inevitablemente porque tengo
que solucionar tal problema? La forma habitual de resolver este tipo de cosas
es cambiar una de las dos, seguramente las reglas metodológicas son más
difíciles de cambiar y uno por ahí abandona el camino. Creo que actualmente
están dadas las condiciones para reiniciar esos caminos. Obviamente cuando
se empieza este tipo de trabajos ai principio seguramente tiene fallas o
dificultades, pero dadas las condiciones actuales teóricas, creo, que los
cambios en las ciencias sociales en los últimos quince años realmente son
impresionantes, son muy grandes, y esto permite retomar ese tipo de investi­
gaciones que quizás fueron pioneras.
Intervención: -Cuando empezaste tu exposición comentabas algo que
me pareció muy interesante por distintas causas, algo que tiene que ver con tu
motivación personal y algo por las circunstancias azarosas de la vida. Vos te
encontraste en una determinada carrera, una determinada disciplina de las
ciencias sociales y necesariamente te tuviste que especializar para desarrollar
tu investigación filosófica. Por otra parte dijiste que los desarrollos referidos
a la filosofía dé la ciencia o epistemología fueron hechos por científicos de la
disciplina, en esta tensión no me queda demasiado claro cuál es la especificidad
del filósofo de la ciencia cuando se emparentan cada vez más y se especializa
cada vez más la reflexión sobre la ciencia.
Profesor: -E s una linda pregunta, desafiante. En realidad los proble­
mas son filosóficos, de eso no caben dudas, los problemas del conocimiento
científico son filosóficos; lo que sucede es que hoy en día la filosofía de la
ciencia está en crisis, y al respecto habría que decir dos o tres cosas.
El hecho de que los problemas sean filosóficos no quiere decir que no
puedan ser tratados por científicos porque en este sentido la filosofía no tiene
todavía la ley dei filósofo, que restrinja la tarea de pensar a aquellos que tienen
título profesional y efectivamente cualquier científico social (se ha dado en
autores que han alcanzado cierto vuelo teórico), puede plantearse problemas
filosóficos. En realidad hay una triple dimensión muy interesante que se está
dando en los últimos tiempos, que es ciencia social empírica, teoría social y
filosofía social y hay entrecruzamientos entre los tres muy notables, es decir
muchos científicos sociales se han convertido en teóricos sociales y la
búsqueda de la gran teoría social que le fue tan criticada a Parsons en parte ha
renacido de otro modo; Giddens es un teórico social general, Niklas Luhmenn
es un teónco social general, Pierre Bourdieu es un teórico social general. Se
puede encontrar una gran cantidad de estos autores que al abordar esta
dimensión de la teoría social se introducen inevitablemente en cuestiones
filosóficas y tratan problemas filosóficos. Un filósofo podría decir "Bueno,
bueno, un momentito, deténgase ahí". Pero no puede porque lo han hecho de
una manera muy interesante y han' hecho quizás, para mi gusto, los mejores
aportes a la teoría social contemporánea, a la idea dei método científico. Yo
vine de la filosofía, mi formación era filosófica, empecé tradicionalmente: un
curso de epistemología, Popper, Kuhn, etc. Luego se me plantearon problemas
de la ciencia política, comencé a ver material, encontré en Weber, en
Durkheim, en Maree, en Giddens, en Charles Taylor, Habermas, etc., el
material para responder a estos problemas con lo que, efectivamente, se
plantea la cuestión de la especificidad, ¿y entonces por qué un filósofo? En
nuestro país-en general todavía la tradición hace que el filósofo de la ciencia,
aquel que proviene del campo de la filosofía, se ocupe de estos problemas, es
más, muchos científicos sociales tienen a veces vergüenza o los asusta abordar
cuestiones filosóficas.
¿Qué ventaja tiene el teórico social frente al filósofo? Es que él hace
ciencia social, no plantea problemas en abstracto, que es lo que sucedía a veces
a autores muy buenos como Emest Nagel, que estudiaron realmente ciencia
social pero no hacían ciencia social. Esto le presenta.efectivamente al filósofo
un problema porque lo obliga a hacer ciencia social y curiosamente, de hechor
yo me estoy viendo envuelto en los últimos tiempos en una investigación
estrictamente politológica. No hay voluntad expresa mía, no hay proyecto de
hacerlo, mis temas son siempre epistemológicos, pero curiosamente me estoy
viendo envuelto en cuestiones que podrían llamarse de filosofía social, es decir
de reflexión filosófica no sobre la ciencia social sino sobre la sociedad,
problemas de realidad social y no de teoría social solamente. Se han mezclado
mucho los campos, es muy difícil hoy en día, por ejemplo, tener una teoría del
conocimiento de la sociedad si uno no tiene una teoría de larealidad social. Por
ejemplo, para tener una teoría de cómo hay que abordar el conocimiento de la
sociedad hay que tener idea de si vamos a trabajar con hechos sociales o con
■ f ■'

acciones, qué peso le vamos a dar a ia acción, cómo pensamos que se cons'.niye
la sociedad, qué relación hay entre la acción y la estructura o la acción y laís
dimensiones objetivas de acción. Este tipo de cosas son ya de teoría social
y sin embargo ios que hacen filosofía de la ciencia social tienen que meterse
a discutir este tipo de cuestiones porque si no se tiene una idea de cómo se
produce la realidad social es muy difícil saber bajo qué parámetros abordar su
conocimiento.
Intervención: -¿Y viceversa también?
Mucha gente que trabaja en el campo de la ciencia social cree que todo
el reflexionar pasa por esto sinserempirista. ¿Ud. cómo lo ve a esto?... Asusta
a algunos...
Profesor: -Sí, asusta. Yo me tengo que poner en otro lugar, es más fácil
para mí verlo desde este lugar y desde lo que me ha sucedido como obligación,
no cómo elección. Para poder trabajar mínimamente me vi obligado a estudiar
la ciencia política, a estudiar a los teóricos sociales, a ver qué dicensobre la
realidad social, a ver en qué medida la concepción de la-realidad social está
relacionada con un modelo del conocimiento de lo social e incluso, decía
recién, en este último año, con otro epistemólogo (somos tres personas de
filosofía; dos de la carrera de ciencia política y otro que estuvo en la carrera
de ciencia política, que es Femando García); juntos nos hemos presentado en
un subsidio para un proyecto sobre prácticas políticas atípícas en Argentina y .
Chile. Por supuesto por nuestro origen profesional vamos a sacar consecuen­
cias teóricas, de allí vamos a hacer toda una evaluación teórica de los cambios
de conceptos en lo político pero la investigación va a tener que ser empírica.
Vamos a tener que salir a hacer entrevistas, nos vemos obligados a hacer otro
tipo de tareas. A mis alumnos les digo"En casi todas las materias de ciencias
sociales es muy común alguna reflexión epistemológica". Es decir, cuando
uno escribe algún programa de teoría social más o menos tiene que decir "mis
presupuestos son es tos", "parto de tal lado", "el modelo epistemológico es tal".
Me parece muy bien, ¿pero a mí eso me autoriza a introducir elementos de
teoría social en mr curso de epistemología? Están muy cruzadas las dimensio­
nes, creo que para bien, ya que esto en lugar de perjudicar a la epistemología
la ha enriquecido, la ha obligado a plantearse problemas prácticos y a ver la
situación práctica del científico social, Nos ha llevado, por ejemplo, a
replantear el concepto de objetividad, es decir cómo la objetividad se mani­
fiesta, cómo podemos sacar criterios de la propia práctica del científico donde
la arbitrariedad no es la moneda común. No se puede decir cualquier cosa y
esto la práctica del científico social lo muestra.
La filosofía de la ciencia social sigue siendo normativa y está bien que
en parte siga siéndolo, porque no necesariamente todo lo que hacemos está

ái
disciplina tiene sus problemas y cada problema de investigación tiene sus
problemas epistemológicos particulares. Estoy fomentando este tipo'del£i;r
reas, lo que se llama consultoría epistemológica, de trabajar sobre casos
concretos de investigación y ver el problema específico.
¿Cómo se da el salto? Bueno, yo coincido con Schutz en que hay un
salto que se da inevitablemente y que se da en términos de formación y de
práctica. De formación porque el científico se inicia en su formación acadé­
mica universitaria, tiene toda una cunera de científico y eso es parte de la
formación práctica. Carrera que pasa por el aprendizaje de contenidos y
procedimientos que va aprendiendo en la Universidad. La práctica-del
investigador es distinta, se empieza siendo .un investigador asistente, becario,
se tienen que presentar informes, se van adquiriendo las reglas del juego a
través de la práctica. En ese paso inevitablemente„el investigador adquiere un
saber tácito, asilo llamaría Wittgenstein, qué se aprende, qué es tan importan­
te. En la práctica creo que el salto se da de esta manera. El salto es inevitable
en la medida que efectivamente hay instituciones que contengan.y que formen
a los investigadores y les den espacio para adquirir las reglas de las prácticas.
En términos metodológicos creo que la cuestión está dada de esta
manera: es decir, en la aceptación de recursos metodológicos. Dependerá en
cada caso si estos métodos son aceptables, válidos o no. Hoy está muy en
discusión el tema de investigación-acción, por ejemplo. Durante muchos años
estuvo en discusión.el tema dé las investigaciones cualitativas, qué rigor puede,
tener, etc. Hoy nos parecen rigurosísimas las investigaciones cuantitativas,
pero a principios de siglo se hacían improvisadamente. Se tuvo que dar un
desarrollo muy grande para salvarse de los que las discutían, para que los
métodos cuantitativos fueran canónicos en ciencia social. Lo mismo le pasó
a los cualitativos, al principio eran ideas que los cualitativos rechazaban, se
necesitó de una fundamentación, de un desarrollo riguroso para-que los
métodos fueran efectivamente aplicables intersubjetivamente y para que
adquieran, los métodos cualitativos, un lugar mucho más natural en la
investigación social. Tal vez a la investigación-acción le pase lo mismo dentro
de unos años, y adquiera toda una fundamentación teórica y. un rigor
metodológico de intersubjetividad que le permita también abandonar el
campo discutido en el que está. Pero esas discusiones que legitiman de alguna
manera ciertos métodos u otros son importantes en la medida en que al que
investiga le permite saber qué grado de confianza puede tener de los resultados
a los que llegó en la resolución de problemas y que obviamente introduce en
una dimensión totalmente distinta el tipo de afirmaciones que se hace en la
vida cotidiana. Hay reglas de juego distintas; El problema es cómo se da la
transferencia y si éste salto es cuantitativo, cualitativo o qué tipo de salto es.
Me gusta mucho la solución que da Habermas en el último texto de la

50
m iógica de las ciencias sociales, que se llama "Sobre el objetivismo en las
Ciencias Sociales". Allí Habermas discute la idea de Schutz de.que el salto _es»
un salLo cualitativo y que después en realidad hay que volver a verlo como
adecuación. Lo que plantea Habermas es más bien que esta cuestión es una
cuestión de niyeies de objetividad que se dan en términos de observado-
# observador, y que se dan enlodas ¡as dimensiones donde hay un observado y
un observador; la idea de Habermas es la siguiente; se cae este reloj, por
ejemplo, este es un hecho, ahora digo-"el reioj ha caído", hago un enunciado,
estoy en un nivel superior, y este nivel me garantiza objetividad sobre el hecho,
es distinto el reloj que cae que el observador que describe la caída del reloj.
4 Alguien puede preguntar en este caso -"¿qué está diciendo?", pueden pasar
dos cosas: puede pasar que yo entienda que alguien no, entendió la frase, lo que
dije, y diga: -"lo que yo estoy diciendo es que el reloj estaba en tal posición
y se deslizó y golpeó contra ei libro" (puedo mantenerme en ese mismo nivel,
en un nivel aclaratorio); o ei otro me dice -"ya sé eso, lo que estoy preguntando
es en términos de qué fue lo que hizo que el reloj cayera, estoy pidiendo una
explicación", (con lo cual me pongo a su vez en un nivel de objetividad con
¡It respecto ai primero que describe). Es distinto ei que describe el reloj que ha
caído que el que se pone en la tarea de explicar por qué se ha caído. Es decir,
las reglas de j uego que yo tengo que asumir para describir la caída del reloj son
distintas de las reglas que tengoque emplear para entender por qué se ha caído,
lengo que buscar otros elementos-, eso mismo-ya- ¡ne distancia de ¡a mera
situación de descripción. Habermas dice que. así funciona la explicación en
ciencias naturales, .¿cómo funciona en ciencia social? Bueno, en lugar de
relojes que caen lo que hay son cosas tales como personas reunidas alrededor
de una mesa hablando, realizando una práctica.
Aquí también puedo plantear un nivel descriptivo, una descripción de
la práctica, que no está en el nivel de la práctica sino que convierte a ésta en
objeto, y un nivel explicativo. Pero en este nivel ya no buscamos leyes, sino
que nos preguntamos por las condiciones de posibilidad de la práctica. Esto
incluye las propias creencias de los participantes de la práctica, en virtud de
(as cuales se constituyen como participantes y, por ende, la legitimidad de tales
creencia s. En este sentido, la ciencia social no podría ser neutral, en tanto la
cuestión de la legitimidad de las creencias de los agentes sociales que está a
la base de sus prácticas y las hace posibles resulta inescindible de cualquier
intento de explicación de las prácticas sociales mismas. Como se verá, lo que
hace Habermas es separar la objetividad de la neutralidad valorativa. La
primera, dirá este autor, no sólo es posible sino aún constitutiva de la ciencia
social. La segunda, en tanto, es un deseo imposible cuya búsqueda misma va
contra la naturaleza de la actividad a la que hoy hemos dedicado tanto tiem po:.
la investigación social.
a - , -

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