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Doing CBT: A COMPREHENSIVE GUIDE TO WORKING WITH BEHAVIOURS,

THOUGHTS AND EMOTIONS

David F. Tolin (2016), The Guilford Press.

Practicar TCC: Una guía exhaustiva para trabajar con las conductas,
los pensamientos y las emociones

Capítulo 1. Establecer los fundamentos

Traducción: Cecilia Altamirano, Valentina Barrios, Agustina Borras y Belén Niglia.

Revisión técnica: Eduardo Keegan y Mariana Miracco.

Visión general del libro

Este libro está dividido en tres partes. La Parte I, "¿Por qué sufren las personas?", está
dedicada a utilizar los principios de la terapia cognitivo-conductual (TCC) para responder a la
pregunta fundamental de por qué nuestros pacientes sufren en primer lugar. ¿Por qué está
deprimida esta persona? ¿Por qué ese paciente experimenta ataques de pánico? ¿Por qué este
paciente se autolesiona? ¿Por qué ese paciente abusa de las drogas?, etc. La Parte II, "¿Cómo
ayudamos?", aborda las intervenciones que utilizamos en la TCC. Como verán, nuestros "cómo"
dependen en gran medida de nuestros "por qué": seleccionamos las intervenciones en función de
nuestros conocimientos de por qué persiste el problema. Esta estrategia está en el corazón del
enfoque de formulación de casos (Persons, 1989; Persons & Tompkins, 2007), en el que la
información recopilada durante una evaluación exhaustiva se utiliza para desarrollar una
formulación sobre las causas del problema y la formulación determina la selección de las
intervenciones. La Parte III, “Poniendo todo junto”, te guía a través de varios ejemplos de casos,
desde el principio hasta el final de la terapia, para que puedas ver cómo estos elementos
conceptuales e intervenciones se entrelazan en un solo caso.

Conoce a nuestros pacientes

A lo largo de este libro, ilustraré los conceptos e intervenciones haciendo referencia a


varios pacientes ficticios, a quienes conocerás con el tiempo. Nuestros consultantes son:

•Scott es un hombre de 50 años con ansiedad social visto en la práctica privada. Aunque puede
interactuar bien con su esposa e hijos, se paraliza por miedo cuando habla con su supervisor en
el trabajo o con personas que no conoce bien.
•Suzanne es una mujer de 65 años, atendida en una clínica de manera ambulatoria, que tiene
síntomas de trastorno de ansiedad generalizada (TAG), caracterizado por preocupación excesiva
y tensión. Para hacer frente a esta ansiedad, Suzanne ha estado abusando de benzodiacepinas y
teme ser "adicta" a ellas. También es altamente dependiente de los demás y parece reacia a
tomar decisiones por sí misma.
•Melissa es una mujer lesbiana de 25 años que está siendo tratada en un centro comunitario de
salud mental. Una sobreviviente de abuso sexual crónico durante su infancia, Melissa está
experimentando un trastorno de estrés postraumático (TEPT) complejo caracterizado por

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Es más útil, por lo tanto, focalizarse menos en los diagnósticos que en los síndromes de
problemas psicológicos. Piensen de esta forma: hay una cantidad limitada de síndromes (ej.
depresión, miedo) que pueden ir de moderado a severo y podrían ocurrir de forma independiente
o en combinación. Es decir, es menos importante saber el nombre del problema que entender
qué es lo que está pasando.

Mi rechazo general a las etiquetas se extiende también a las intervenciones TCC. Hoy
en día parece que todos han salido con su propia marca de TCC, con nombres distintos y
tratamientos manualizados. Yo no creo que un buen CBTer necesite saber cada paquete de TCC
desarrollado o necesite memorizar un tratamiento manualizado para todo. Si lo intentara, su
cabeza explotaría. Lo que es importante es que entienda los ingredientes fundamentales de esas
terapias. Uno halla, una vez que empieza a buscar, que el número real de ingredientes que
funcionan es mucho menor que la cantidad de paquetes de tratamientos disponibles.

Por eso tenemos un número finito de intervenciones para un número finito de


síndromes. Cuando realizamos una conceptualización, vemos que cada problema que se
presenta puede ser descompuesto en sus partes, y contamos con un núcleo efectivo de
intervenciones para enfocar esas partes. Así es como está organizado este libro. Por supuesto,
para una presentación específica de un problema quizás quieras leer un tratamiento manualizado
para tener un mejor entendimiento de cómo el tratamiento ha de implementarse. Hay muchos
manuales buenos de TCC que valen la pena; el apéndice A te conducirá a algunos de mis
favoritos. Pero con la información que vas a aprender acá, verás que puedes anticipar el
contenido de la mayoría de los manuales TCC antes de abrirlos. Si optas por usar tratamientos
manualizados en tu práctica, tener una formación sólida en los principios y en la práctica de
TCC te va a ayudar a usar esos manuales de forma flexible, adaptándolos a las necesidades de tu
paciente.

Un buen CBTer está dispuesto a estar equivocado.

Thomas Huxley (1825-895) escribió que “la gran tragedia de la ciencia [es] la muerte de
una hipótesis hermosa por un hecho horrible”. Yo puedo llegar a una gran conceptualización de
los problemas de un paciente y creer que establece perfectamente qué está sucediendo y por
qué… y después aprendo más sobre mi paciente, y mi conceptualización se cae. A mí no me
gusta cuando eso sucede, y tampoco a ti probablemente. Después de todo, estar en lo cierto se
siente mucho mejor. Pero es central para pensar de forma científica reconocer que muchas de
tus ideas van a ser erróneas. Un buen CBTer está abierto a la posibilidad de equivocarse,
inclusive a buscar los signos de esas fallas en el camino. Nosotros siempre podemos modificar
nuestras ideas en la medida en que aprendemos nuevos hechos. Vamos hacia un problema si
empezamos a ignorar los hechos que no confirman nuestras ideas. La tendencia a hacer eso,
lamentablemente, está en la naturaleza humana, y se aplica tanto a nuestros pacientes como a
nosotros. En el capítulo 3 vamos a ver cómo este tipo de procesamiento parcial de la
información entra en juego en los problemas psicológicos.

¿Qué es la TCC?

Fundamentalmente la TCC es una forma de pensar los problemas psicológicos y su


tratamiento. Más que nada, es una aproximación a la conceptualización de caso que guía nuestro
entendimiento de por qué algunas personas sufren y cómo podemos ayudarlas. Aquí hay
algunos elementos que hacen a la TCC única.

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 Como intervención, la TCC tiende a ser focalizada, esto es, pasamos la mayor parte del
tiempo discutiendo y trabajando sobre el blanco o problema más importante.

 La TCC tiende a ser limitada en el tiempo, al menos en comparación con muchos otros
tratamientos. Algunas terapias cognitivo-conductuales son realmente cortas (p. ej., una
sesión de TCC para fobias específicas (Öst, 1989) y otras terapias son muy largas (p. ej.,
dos años de TCC para tratamiento de personalidad límite (Linehan et al., 2006), pero por lo
general la TCC tiende a no ser para siempre, al estilo de un tratamiento de Woody Allen.

 A diferencia de otras formas de psicoterapia, la TCC, en la mayoría de los casos, está


centrada en el presente. Es decir, pasamos la mayor parte del tiempo hablando sobre
situaciones actuales más que sobre eventos históricos. Cuando nos hacemos la pregunta,
“¿por qué esta persona está sufriendo?” esa pregunta puede ser interpretada como una
pregunta sobre la etiología (¿cómo empezó a sufrir esta persona?) o sobre el mantenimiento
(“¿por qué en el día a día esta persona sigue sufriendo?”). Nos interesa la etiología, pero
nuestra terapia es más efectiva cuando identificamos los factores que mantienen el problema
y luego trabajamos para cambiar esos factores. Eso es cierto incluso cuando la etiología es
muy llamativa. Tomemos de ejemplo a la antes mencionada Melissa, que tiene TEPT. Sus
traumas de la infancia fueron realmente horribles y claramente fueron la fuente principal de
su sufrimiento psicológico. Y nosotros estamos realmente interesados en eso y queremos
hablar con Melissa al respecto. Pero lo que la va a hacer sentir mejor es abordar los factores
cotidianos que generan que su sufrimiento persista.

 La TCC tiende a ser activa. La TCC es sobre hacer cosas, y el paciente tendrá nuevas cosas
para intentar durante todo el curso de la terapia. En muchos casos, el terapeuta hará estas
cosas junto con el paciente, con frecuencia por fuera del marco tradicional de consultorio.

 La TCC es directiva. A diferencia de los tipos de psicoterapia más humanísticas y de apoyo,


en la TCC el terapeuta toma un rol de liderazgo y ayuda a establecer una agenda para la
terapia y para cada sesión. En muchos aspectos, el terapeuta actúa como un entrenador para
el paciente.

 Conforme a sus fundamentos científicos, la TCC enfatiza mejorías o beneficios mensurables


e hipótesis que puedan ser puestas a prueba. Establecemos objetivos claros para nuestros
resultados deseados, hacemos suposiciones bien fundamentadas sobre lo que funcionará, y
luego revisamos de un modo sistemático para ver si efectivamente funcionó.

Permítanme también hacer un comentario sobre lo que la TCC no es. Algunas personas tienen
ideas equivocadas sobre este tipo de tratamiento, así que pongámoslas sobre la mesa.

 La TCC como una caja de herramientas, un manual, o un conjunto de técnicas. Hay


muchas intervenciones particulares en la TCC y a menudo he escuchado a gente usar la
analogía de la “caja de herramientas” o “panoplia clínica” (por ejemplo, “este libro es muy
bueno porque me dará más herramientas para mi caja de herramientas”). Es cierto que las
intervenciones que discutiremos aquí son efectivas, y no tengo ninguna duda de que
resultarán útiles para ti y para tus clientes. Pero la analogía de la caja de herramientas yerra
el punto. Piensa en la diferencia entre un cocinero y un chef. Un cocinero puede seguir una
receta y presentar algo delicioso. Pero un chef puede realmente crear la receta, adaptando lo
que él o ella está haciendo para satisfacer las necesidades específicas del comensal. Un buen

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CBTer es un chef, no un cocinero. Seguir un manual de terapia publicado es una cosa; saber
cómo descifrar por qué un paciente está sufriendo y proponer una intervención estratégica
que esté adaptada a las necesidades individuales de ese paciente es otra cosa.

 La TCC como una venda o apósito. En primer lugar, no despreciemos a las vendas.
Efectivamente paran el sangrado, previenen infecciones, y promueven una curación rápida,
todo por unos pocos centavos, y cualquiera puede conseguirlas en prácticamente cualquier
lugar. ¡Ojalá tuviéramos algo así en la salud mental! Pero cuando la gente usa esta analogía
está sugiriendo que la TCC no le presta atención a la causa del problema, sino sólo a los
síntomas del problema. Esto no es correcto. La TCC le presta atención a la causa – al por
qué – pero nuestra conceptualización de la causa es distinta de aquella que se usa en otras
disciplinas. No atribuimos los problemas psicológicos a un desequilibrio químico, como en
la farmacoterapia, ni tampoco los atribuimos a conflictos inconscientes establecidos en la
infancia temprana, como en la teoría psicoanalítica clásica (no es que tales cosas no existan;
sino que justamente no son tan útiles para nuestros propósitos). Más bien, la TCC plantea
que los problemas psicológicos son causados y mantenidos por una mezcla de factores,
tanto internos como externos para la persona, que incluye emociones y sensaciones
fisiológicas, pensamientos y creencias, conductas, sesgos en el procesamiento de la
información, contingencias comportamentales, y déficits en habilidades comportamentales.
Comprender cómo esos factores interactúan para causar el problema es el núcleo para
desarrollar intervenciones eficaces.

 La TCC como un conjunto de técnicas independientes de la relación. Esto es un poco como


la (falsa) distinción entre arte y ciencia descripta anteriormente. Hay algunos que te dirán
que los terapeutas TCC sólo se interesan por aplicar una determinada técnica y no les
importa la relación. Tal vez sea cierto que las primeras investigaciones básicas en
intervenciones conductuales dejaron bastante que desear en lo relativo a la relación
terapéutica. Pero cuando nos referimos a la TCC moderna, técnica y relación terapéutica no
son mutuamente excluyentes (ver figura 1.2). La conclusión aquí es que los mejores
profesionales aplican técnicas apropiadas en el contexto de una relación terapéutica
positiva. En muchos sentidos, la relación terapéutica es central en la TCC. A modo de
ejemplo, el empirismo colaborativo forma la base de la relación terapéutica, en la cual el
paciente y el terapeuta arman colaborativamente hipótesis y las ponen a prueba. A modo de
ejemplo adicional, la relación terapéutica es utilizada como un medio para moldear y
reforzar en la sesión comportamientos adaptativos.

Yo considero una buena TCC a aquella que reúne tres ingredientes básicos: (1) buena
terapia, (2) una buena conceptualización del caso, y (3) buenas técnicas cognitivo-
conductuales (ver figura 1.3). Los tres ingredientes son importantes; una buena TCC no
puede desarrollarse a menos que cada uno esté presente. Una buena terapia constituye los
cimientos de la TCC. Representa un estándar mínimo de criterios que deben estar presentes
para que la terapia sea eficaz. Una buena conceptualización del caso es crítica.
Específicamente, el terapeuta y el paciente necesitan tener un buen modelo de trabajo de por
qué la persona está sufriendo. La técnica también es algo crítico. Con frecuencia, si uno ha
desarrollado una buena conceptualización cognitivo-conductual del caso dentro del contexto
de una buena terapia, las técnicas específicas a usar se convierten en evidentes.

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Pasaremos mucho tiempo hablando sobre los pormenores de una buena TCC en el
capítulo 7. En pocas palabras, sin embargo, muchos de los elementos de una buena terapia
son independientes de la orientación terapéutica (p. ej., J.D. Frank, 1974). Buena terapia
significa prestar una cuidadosa atención hacia el paciente. Eso significa que nos tomamos
tiempo para preguntar por los síntomas de la persona, hacer una exhaustiva historia,
aprender sobre qué es importante para él o ella, y comprender su calidad de vida. También
significa que prestamos especial atención hacia comportamientos que el paciente muestra en
sesión, incluyendo cómo interactúa con el terapeuta.

Debes
estar aquí

Técnica Relación Técnica

Relación

FIGURA 1.2. Técnica y relación terapéutica en psicoterapia. No son polos opuestos (izquierda).
Más bien, son dos constructos diferentes (derecha).

Buena terapia

Buena
Buena técnica
conceptualización

FIGURA 1.3. Elementos de una buena TCC.

Buena terapia significa una sólida relación clínica. Carl Rogers (1957) fue uno de los
primeros en enfatizar los factores de la relación en psicoterapia, y sus ideas siguen siendo útiles
hoy en día. Él sugirió que los buenos terapeutas despliegan los siguientes comportamientos:

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 Empatía. Los buenos terapeutas demuestran rutinariamente, con palabras y con señales
no verbales, que les interesa el bienestar del paciente y sienten compasión por lo que
están sufriendo.
 Autenticidad. Los buenos terapeutas actúan como sí mismos. Comparten, cuando sea
clínicamente apropiado, sus pensamientos, ideas, y reacciones emocionales.
 Estima positiva incondicional. Los buenos terapeutas demuestran un agrado elemental
hacia sus pacientes. No juzgan o parecen ser críticos (aunque esto no impide confrontar
al paciente cuando esto sea clínicamente apropiado). Respetan al paciente como persona
y creen que el paciente tiene el derecho de sentirse mejor.

Buena terapia significa facilitar expectativas positivas y esperanza. Por supuesto, no


deberíamos exagerar los beneficios de la terapia o conducir a los pacientes a creer de que
podemos llevar a cabo milagros. Pero si no creemos que las cosas mejorarán, entonces no hay
muchas razones para que conduzcamos una terapia en primer lugar. Así que, usando el mejor
juicio clínico del que disponemos, transmitimos el mensaje de que el problema del paciente
puede mejorar.

Una buena conceptualización cognitivo-conductual, la cual abordamos en detalle a lo largo


de los siguientes capítulos, significa que desarrollamos y compartimos con el paciente una clara
comprensión de lo que no anda bien y por qué. Para cada uno de nuestros pacientes, nuestra
conceptualización está basada en la idea de que los problemas psicológicos consisten en
elementos cognitivos, elementos emocionales y elementos comportamentales (ver tabla 1.1) y
que el problema puede ser examinado (y potencialmente abordado) por medio de cada uno de
estos elementos y las interacciones entre ellos. Los elementos cognitivos refieren a los
pensamientos de la persona, creencias, interpretaciones, y modos de procesar la información, así
como a las estrategias mentales deliberadas que la persona utiliza para intentar salir adelante.
Los elementos emocionales refieren a estados sentimentales subjetivos (por ejemplo, tristeza,
enojo, miedo) y procesos y sensaciones fisiológicas asociados. Los elementos
comportamentales refieren a las respuestas manifiestas del paciente.

TABLA 1.1. Elementos cognitivos, emocionales y comportamentales de problemas


psicológicos seleccionados.

Cognitivo Emocional Comportamental


Depresión Creencia de que soy Tristeza, sensación de Pasar tiempo
un inútil. pesadez, poca excesivo en la cama.
energía.
Manía Creencia de que soy Entusiasmo, alta Sexo y gasto
grandioso. energía, disminución compulsivos.
de la necesidad de
dormir.
Pánico Creencia de que estoy Miedo, aumento de la Evitación, buscar
muriendo. frecuencia cardíaca, reaseguro.
mareo.
TLP Creencia de que los Todo lo de arriba en Autolesiones,
otros me abandonarán diferentes momentos. amenazas suicidas,
y estaré devastado. arrojar objetos.

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Así que como terapeutas cognitivo-conductuales, buscamos estos elementos cuando
conocemos a nuestros pacientes. Desde el principio de la terapia, el terapeuta está haciendo
preguntas constantemente (de las cuales hablaremos con más detalle más tarde), tales como:

 ¿Bajo qué circunstancias ocurre este problema?


 ¿Cuáles son los elementos comportamentales del problema (ver capítulo 2)?
 ¿De qué modo las contingencias internas y externas (por ejemplo, recompensa y
castigo) influencian sus respuestas comportamentales?
 ¿Cuáles son los efectos negativos de los comportamientos de esta persona?
 ¿Cuáles son los elementos cognitivos del problema (ver capítulo 3)?
 ¿En qué medida esta persona tiene interpretaciones que son de escasa utilidad?
 ¿En qué medida las creencias nucleares de esta persona moldean su pensamiento en
situaciones difíciles?
 ¿En qué medida los sesgos en el procesamiento de la información distorsionan cómo se
le presta atención a la información y cómo es recordada?
 ¿En qué medida esta persona se involucra en estrategias mentales de afrontamiento
desadaptativas?
 ¿Cuáles son los elementos emocionales del problema (ver capítulo 4)?
 ¿Cuáles son los estados emocionales subjetivos experimentados?
 ¿Qué sensaciones psicológicas están asociadas a esas emociones?
 ¿En qué medida las respuestas emocionales han sido condicionadas clásicamente a
través de una asociación emparejada?
 ¿Cómo la historia de aprendizaje de esta persona moldeó sus pensamientos, emociones
y conductas?

Las buenas conceptualizaciones hacen uso de la navaja de Ockham, también conocido


como el principio de parsimonia. Guillermo de Ockham (1285-1349) dijo: “Uno no debería
aumentar, más allá de lo necesario, el número de entidades requeridas para explicar algo”. En
lenguaje más simple, Ockham nos estaba diciendo que deberíamos evitar conjeturas que no
puedan ser examinadas, puestas a prueba, o falseadas, especialmente si nuestra
conceptualización funciona bien sin ellas. Así que mientras tratamos de entender por qué
nuestro paciente está sufriendo, seremos más eficaces si comenzamos con la explicación más
simple y directa, haciendo nuestro mejor esfuerzo para evitar hacer suposiciones acerca de
procesos inconscientes que nunca seremos capaces de evaluar. ¡Te estoy hablando a ti, Freud!

Nuestra conceptualización también está determinada por la idea de que los componentes
emocionales, cognitivos y conductuales de los problemas psicológicos pueden influirse
mutuamente. Un ejemplo de esta interacción para nuestra paciente Anna, quien tiene un
trastorno de pánico, se muestra en la figura 1.4. Cómo pueden ver, cuando ella siente pánico,
tiene una respuesta emocional (aumento de la frecuencia cardíaca y un sentimiento subjetivo de
miedo), una respuesta cognitiva (el pensamiento “me voy a morir”) y una respuesta conductual
(evitación, y búsqueda de reaseguro en los demás).

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Figura 1.4 Influencia recíproca de los elementos cognitivos, fisiológicos y conductuales del
proceso patológico central, en general (arriba) y para Anna, nuestra paciente con trastorno de
pánico (abajo).

Estos tres elementos- cognitivo, emocional y conductual- se alimentan mutuamente


causando que todo el proceso empeore cada vez más. La escalada recíproca de estos factores
constituye lo que he llamado el proceso patológico central. Es un efecto de bola de nieve, de
modo que a medida que un elemento empeora, los otros empeoran también. Afortunadamente,
esto también puede funcionar de otra forma- que es lo que nos proponemos hacer en la terapia
(ver figura 1.5). En este caso, la disminución de las sensaciones fisiológicas de Anna
(frecuencia cardíaca más lenta y menos mareos), la disminución de la creencia de que está
muriendo y la disminución de las conductas de evitación y búsqueda de reaseguro, todas ellas
actúan disminuyéndose entre sí, causando que todo el proceso mejore cada vez más. Podemos
empujar la bola de nieve en una dirección saludable.

¿Cómo debe ser una sesión de TCC?

Como pueden imaginarse, no hay una fórmula grabada en piedra, por lo que una sesión
de terapia cognitivo conductual puede no parecerse mucho a otra. Sin embargo, en muchas
sesiones de TCC es probable ver varios elementos, incluidos los siguientes:

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 El terapeuta escucha activamente al consultante, expresando empatía,
autenticidad y una perspectiva positiva incondicional.
 El terapeuta colabora con el establecimiento de una agenda para la sesión
con el paciente.
 El terapeuta revisa los eventos desde la sesión anterior, con especial énfasis
en cualquier tarea que el paciente debía completar.
 El terapeuta usa libremente los elogios, felicitando al paciente por sus
esfuerzos para mejorar o por los comportamientos que señalan mejoría.

Gráfico 1.5 Influencia recíproca de los elementos cognitivos, emocionales y volitivos durante la
recuperación de Ana del trastorno de pánico.

 El terapeuta y el consultante discuten un aspecto o instancia del problema,


descomponiéndolo en sus elementos cognitivos, emocionales y comportamentales.
 El terapeuta usa la psicoeducación para ayudar al paciente a entender mejor su
problema y por qué está ocurriendo.
 El terapeuta y el paciente trabajan juntos en una estrategia o ejercicio que tiene por
objetivo ayudar a mejorar el problema.
 El terapeuta se toma el tiempo de asegurarse de que el paciente entiende y está de
acuerdo con la conceptualización y las intervenciones.
 El terapeuta le asigna tareas al paciente para continuar trabajando sobre el problema
hasta la próxima sesión.

¿Cómo es la TCC a lo largo del tiempo y entre las sesiones?

Nada está tallado en una piedra, por lo que el curso de la terapia variará de un
consultante a otro. Sin embargo, una progresión bastante típica podría proceder de la siguiente
forma:
 El terapeuta evalúa al paciente, ganando una mayor comprensión del problema blanco.
 El terapeuta colabora con el consultante para desarrollar una conceptualización
cognitiva-conductual del problema(s) (ver Capítulo 5).

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 El terapeuta y el paciente acuerdan los objetivos de la terapia establecidos de la manera
más explícita posible. También acuerdan sobre los principios generales tales como la
duración y la frecuencia del tratamiento, las expectativas del paciente y del terapeuta y
el plazo de tiempo establecido para la revisión y reevaluación del plan, y así
sucesivamente.
 El terapeuta trabaja con el consultante en las formas de mejorar su problema efectiva y
eficientemente. Dependiendo de los problemas y de las características del paciente, los
pasos iniciales pueden incluir cambios conductuales dirigidos, entrenamiento en
habilidades, reestructuración cognitiva, regulación emocional, u otras estrategias.
 El terapeuta y el consultante realizan un seguimiento rutinario del progreso y modifican
el plan de tratamiento según sea necesario. Discuten abiertamente cómo se está
desarrollando el tratamiento y si es necesario realizar algún cambio.
 A medida que la terapia avanza, la discusión podría dirigirse hacia cuestiones más
amplias, tales como creencias centrales (ver Capítulo 3), o patrones de comportamiento
desadaptativos de larga data.
 A medida que el consultante se acerca a sus metas de tratamiento, el terapeuta y el
paciente comienzan a discutir la terminación y la prevención de recaídas.
 Cuando se acuerda que los objetivos de tratamiento han sido alcanzados y que no es
necesario un tratamiento adicional, el tratamiento finaliza con el acuerdo de que el
paciente podría iniciar tratamiento otra vez de ser necesario en el futuro.

Aprender TCC aplicándola a uno mismo

A medida que vayas leyendo este libro, podría resultarte útil probar alguno de estos
conceptos e intervenciones en ti mismo. Como ejercicio de aprendizaje, te invito a seleccionar
un objetivo personal sobre el cual te gustaría trabajar. Idealmente, tu objetivo personal podría
ser un análogo (quizás subclínico) de algo por lo cual las personas podrían buscar tratamiento.
Temor a las arañas o a hablar en público, malhumor, irritabilidad, inquietud, dificultades para
llevarse bien con alguien, uso excesivo de cafeína o nicotina, perfeccionismo, comerse las uñas
y comer en exceso, son preocupaciones bastante frecuentes que tienen cierta superposición con
problemas clínicos más graves.

Después de varios de estos capítulos te alentaré a poner a prueba lo que hemos


estado discutiendo sobre tu objetivo personal. Intenta entender por qué tu objetivo está allí,
basándote en los principios de este capítulo, y prueba varias de las intervenciones para
familiarizarte sobre cómo implementarlas y cómo funcionan para ti.

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Los fundamentos

 Un buen terapeuta TCC establece metas de tratamiento razonables y


significativas.
 Un buen terapeuta TCC utiliza la mejor evidencia científica para comprender el
problema y seleccionar el tratamiento, combina la ciencia con el arte de la
psicoterapia.
 Un buen terapeuta TCC mira más allá del diagnóstico e intenta comprender por
qué el problema del paciente persiste.
 Un buen terapeuta TCC elabora sus ideas como hipótesis y está dispuesto a
estar equivocado.
 La TCC es principalmente una forma de pensar los problemas psicológicos.
 Una buena TCC proviene de la interacción de una buena terapia, una buena
conceptualización y una buena técnica.
 En general, la TCC tiende a ser focalizada, de tiempo limitado, orientada en el
presente, activa y directiva, y enfatiza las metas medibles e hipótesis
comprobables.
 Una conceptualización TCC comienza con la identificación del proceso
patológico central: la interacción entre comportamientos desadaptativos,
pensamientos y emociones.

Términos clave y definiciones

Enfoque de la formulación del caso: una hipótesis a poner a prueba para la evaluación clínica,
la formulación y la intervención.

Empirismo colaborativo: Una aproximación a la relación terapéutica en la cual el terapeuta y


el consultante actúan como socios o colegas, elaborando y poniendo a prueba hipótesis acerca
de las causas del problema y de cómo abordarlo.

Proceso patológico central: Interacción entre las respuestas emocionales, cognitivas y


conductuales que se vuelven desadaptativas o inútiles.

Navaja de Ockham: la idea de que las explicaciones deben hacer el menor uso posible de
suposiciones.

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