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FACTORES BIOTICOS Y ABIOTICOS

Los factores bióticos y abióticos son dos de los elementos centrales que
estudia la ecología, es decir, la disciplina científica que se dedica a los
ecosistemas para entender el modo en que se construyen las relaciones
entre la vida y los elementos inertes que la rodean.
Así, los factores bióticos son aquellos seres vivos que habitan un
ecosistema, nutriéndose de él, reproduciéndose y sirviendo a su vez de
sustento para otras especies. Por el contrario, los factores abióticos son
aquellos que tienen su origen en la materia inerte, es decir, son el conjunto
de materiales químicos y fuerzas físicas que constituyen el ecosistema y
que ejercen ciertos efectos determinados sobre los seres vivientes.
Todos los ecosistemas están compuestos por estos dos tipos de factores,
entre los cuales se tejen relaciones más o menos complejas, que
constituyen el medio ambiente. El ser humano no está exento de este tipo
de relaciones, aunque se distingue del resto de los animales en que tiene
las herramientas psíquicas y tecnológicas para modificar el medio
ambiente, en lugar de adaptarse irremediablemente a él, como hacen las
demás especies en sus hábitats respectivos.
Así, los factores bióticos son aquellos seres vivos que habitan un
ecosistema, nutriéndose de él, reproduciéndose y sirviendo a su vez de
sustento para otras especies. Por el contrario, los factores abióticos son
aquellos que tienen su origen en la materia inerte, es decir, son el conjunto
de materiales químicos y fuerzas físicas que constituyen el ecosistema y
que ejercen ciertos efectos determinados sobre los seres vivientes.
Todos los ecosistemas están compuestos por estos dos tipos de factores,
entre los cuales se tejen relaciones más o menos complejas, que
constituyen el medio ambiente. El ser humano no está exento de este tipo
de relaciones, aunque se distingue del resto de los animales en que tiene
las herramientas psíquicas y tecnológicas para modificar el medio
ambiente, en lugar de adaptarse irremediablemente a él, como hacen las
demás especies en sus hábitats respectivos.

El término “factores abióticos” abarca un conjunto muy diverso de


componentes no vivos de un ecosistema, como pueden ser el agua, el
aire, la luz solar, los gases de la atmósfera o los componentes minerales del
suelo. Estos elementos no tienen vida propia, pero son indispensables para
la existencia de los seres vivos, ya que son aprovechados por los
productores para generar la materia orgánica: las plantas, por ejemplo,
emplean dióxido de carbono, luz solar y agua para producir moléculas
orgánicas (azúcares).
Además, los factores abióticos inciden de diversas maneras en los seres
vivos, obligándolos a adaptarse a su entorno. El cambio de temperatura en
las estaciones frías, por ejemplo, obliga a los árboles a perder las hojas
para ahorrar el agua en tiempos de baja luz solar, y a muchos animales a
acumular recursos para hibernar durante la etapa de peor clima.
Los factores abióticos se pueden clasificar de acuerdo a su naturaleza en
dos conjuntos:
Factores químicos. Aquellos que tienen que ver con la constitución de la
materia, como son el agua, los gases del aire (oxígeno, hidrógeno,
nitrógeno, entre otros) y los elementos minerales del suelo (calcio, hierro,
fosfatos, entre otros).
Factores físicos. Aquellos que tienen que ver con las fuerzas naturales, el
movimiento y la energía, como son la luz solar, la temperatura ambiental,
los fenómenos meteorológicos (lluvia, granizo, nieve, entre otros) o las
formas del relieve terrestre.
Por último, son ejemplos de factores abióticos:
La radiación solar, que brinda luz y calor a la superficie terrestre.
Los distintos estadios del agua en su ciclo hidrológico: el hielo, el agua
líquida, el vapor de agua en la atmósfera o las gotas de agua en la
precipitación.
La temperatura ambiental y la presión atmosférica, que determinan el
clima que cambia cíclicamente a lo largo del año.
Los minerales del suelo, las rocas de distinto tipo y los accidentes del
relieve.
Las mareas ocasionadas por la atracción de la Luna.

Los factores bióticos y abióticos están continua y estrechamente relacionados. Por un lado, los
elementos abióticos sirven de punto de partida para que los bióticos puedan alimentarse, como en
el caso de la nutrición autótrofa, o bien para la respiración, proceso en el cual los seres vivos
ingieren gases útiles para su metabolismo, como el oxígeno.
Por el otro lado, los elementos naturales moldean las formas de
supervivencia de los seres vivos, propiciando una respuesta adaptativa de
su parte, es decir, obligándolos a proteger su supervivencia de distintas
maneras o a aprovechar los momentos de bonanza. La lluvia, por ejemplo,
es indispensable para la vida de las plantas y para refrescar el ambiente,
manteniendo el clima estable.
De modo que, en una temporada muy seca, los seres vivos deben
competir por el agua disponible, lo cual puede implicar la migración hacia
geografías más húmedas y, por ende, la lucha por el territorio con otras
especies. Algo distinto ocurre en los desiertos, cuyo ambiente
continuamente seco propicia la adaptación de las criaturas, que
desarrollan a lo largo de las generaciones cuerpos y metabolismos
capaces de minimizar el gasto de agua o de retener reservas de esta
sustancia en su interior.

JULIAN MANUELZAVALA
HUERTA
17-04-24 ACTIVIDAD 1

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