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Bogotá, 3 de mayo de 2024

HONORABLES MAGISTRADOS
CONSEJO DE ESTADO
E. S. D.

REF: MEDIO DE CONTROL DE NULIDAD POR


INCONSTITUCIONALIDAD

DECRETO 500 DE 2024

Respetados Señores Magistrados:

LUIS JAIME SALGAR VEGALARA, MARÍA CLAUDIA ROJAS LASSO, NIDIA


ALEJANDRA CARVAJAL REYES, RUBÉN DARÍO LIZARRALDE MONTOYA, OSCAR
ENRIQUE ORTÍZ GONZÁLEZ, BERNARDO HENAO JARAMILLO, MARÍA
ALEXANDRA LILIANA REYES BOTERO, MARIA FERNANDA MORENO DIAZ,
JAVIER CORTAZAR MORA, NELSON ROBERTO PARDO GIRALDO, ERNESTO
CAVELIER FRANCO, DIEGO JOSÉ TOBÓN ECHEVERRI y SANDRA MÓNICA
BARRERA BERNAL, en nuestra calidad de ciudadanos colombianos, de manera
respetuosa formulamos ante ustedes el presente Medio de control de Nulidad por
Inconstitucionalidad, contra el Decreto 500 de 2024 para que, previos los
trámites de que trata los artículos 135 y siguientes del Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo (CPACA), se sirvan en sentencia
de mérito, estudiar las siguientes:

I. PRETENSIONES

Primera. Que se declare la nulidad por inconstitucionalidad del Decreto 500 de


2024 por desconocer los mandatos constitucionales previstos en los artículos 13,
53 y 209 de la Constitución Política (C.P.) y el artículo 177 del Código Sustantivo
del Trabajo (C.S.T.). Esto porque el decreto acusado (i) vulnera la cláusula de
reserva de Ley para la expedición de normas que modifiquen el descanso
remunerado y, por esa misma vía, el Estatuto del Trabajo; (ii) viola el derecho
fundamental a la igualdad al otorgar a los funcionarios del Gobierno Central una
prerrogativa específica de la que no gozan los demás funcionarios públicos ni los
empleados privados; (iii) desconoce el deber de motivación que debe siempre
acompañar el ejercicio de la función reglamentaria; y (iv) para su expedición, el
Gobierno omitió observar los mecanismos que aseguran el derecho fundamental de
participación ciudadana y la transparencia de las decisiones del Estado.
Segunda. Que se declare la suspensión provisional de los artículos 2° y 3° del
Decreto 500 de 2024, en el marco de la presente demanda de nulidad por la
violación evidente de los artículos 13, 53 de la Constitución Política (C.P.), el
artículo 177 del Código Sustantivo del Trabajo (C.S.T.) y por los perjuicios que la
norma le generará a la población colombiana si se aplica de nuevo, en los años
venideros, antes de que el Consejo de Estado se pronuncie de manera definitiva
sobre su nulidad.

II. HECHOS

1. El artículo 53 de la Constitución Política señala que corresponde al Congreso


de la República, y no al Gobierno Nacional, expedir el estatuto del trabajo, el
cual, entre otros aspectos, debe reglamentar el “descanso necesario”.

2. En concordancia con dicha norma constitucional, el artículo 177 del Código


Sustantivo del Trabajo (CST) señala que “todos los trabajadores, tanto del sector
público como del sector privado, tienen derecho al descanso remunerado en los
siguientes días de fiesta de carácter civil o religioso: Primero de enero, seis de
enero, diecinueve de marzo, primero de mayo, veintinueve de junio, veinte de
julio, siete de agosto, quince de agosto, doce de octubre, primero de noviembre,
once de noviembre, ocho de diciembre y veinticinco de diciembre, además de los
días jueves y viernes santos, Ascensión del Señor, Corpus Christi y Sagrado
Corazón de Jesús”, al tiempo que señala en qué casos dichos feriados se
trasladarán al lunes siguiente.

3. El pasado 18 de abril del 2024, el presidente de la República expidió el Decreto


500 de 2024, mediante el cual dispuso “Declarar como "Día Cívico de la Paz con
la Naturaleza" el tercer viernes del mes de abril de cada año, con motivo de la
protección de los recursos naturales”.

4. En su artículo 2°, el mencionado Decreto 500 de 2024 señala: “Las entidades


públicas de la Rama Ejecutiva del orden nacional, tanto del nivel central como
descentralizado, impartirán y adoptarán las instrucciones pertinentes que
permitan a sus servidores públicos suspender las diferentes actividades
laborales y de atención al público, de manera que el tercer viernes del mes de
abril de cada año sea considerado como un día No Hábil, laboralmente”.

5. La norma en comento reconoce así, a manera de “día no hábil laboralmente” un


día feriado que cobija exclusivamente a los servidores públicos de la Rama
Ejecutiva Central, el cual no está previsto en el CST ni en ninguna otra norma
de rango legal.

6. En su artículo 3°, el Decreto 500 “exhorta a las entidades territoriales y sus


entidades descentralizadas, a los entes autónomos y a las Ramas del poder
legislativo y judicial, y a la ciudanía en general a acoger lo dispuesto en el
presente decreto, siendo autónomas en decidir si otorgan como día no hábil el
tercer viernes del mes de abril de todos años, empezando el 1 9 de abril del 2024,
para conmemorar el día cívico de la Paz con la Naturaleza”.
III. PROPUESTA PARA LA FIJACIÓN DE LA LITIS

En los términos del artículo 180-7 del Código de Procedimiento Administrativo y


de lo Contencioso Administrativo (CPACA), de manera respetuosa nos permitimos
proponer para efectos de la fijación de la litis los siguientes problemas jurídicos:

1. ¿Tiene competencia el Gobierno Nacional para hacer uso de la facultad


reglamentaria con el fin de establecer un nuevo día feriado o “día no hábil
laboralmente” o, por el contrario, esta actuación vulnera el mandato superior
según el cual corresponde al Congreso de la República expedir el Estatuto del
trabajo?

2. ¿Puede el Gobierno Nacional otorgar este beneficio de manera exclusiva a los


servidores públicos del Ejecutivo Central o, por el contrario, esta actuación
viola el derecho a la igualdad?

3. ¿Puede el Gobierno Nacional establecer un “día no hábil laboralmente” a favor


de los servidores públicos del Ejecutivo Central sin haber evaluado de manera
detenida la efectividad de la medida y sin haber realizado consideración alguna
de los impactos que acarrea esta actuación sobre la economía del país o, por el
contrario, esta actuación viola el deber de motivación de los actos
administrativos y el principio de publicidad propio de la función
administrativa?

4. ¿Puede el Gobierno desconocer el trámite de expedición de los decretos


establecido por el propio Gobierno para asegurar la efectividad del derecho de
participación ciudadana y el principio de transparencia de las decisiones del
Estado?

IV. CONCEPTO DE LA VIOLACIÓN

4.1. Con la expedición del Decreto 500 de 2024, el Gobierno Nacional


invadió competencias exclusivas del legislador. Violación del artículo
53 de la C.P. y del artículo 177 del C.S.T.

La jurisprudencia constitucional y la administrativa se han pronunciado sobre los


límites que rigen la facultad reglamentaria.

La Corte Constitucional ha señalado lo siguiente:

"La facultad con que cuenta el Presidente de la República de reglamentar


la ley está sujeta a ciertos límites, que no son otros que la Constitución y
la ley misma, ya que no puede en este último evento ampliar, restringir o
modificar su contenido. Es decir, que las normas reglamentarias deben
estar subordinadas a la ley respectiva y tener como finalidad exclusiva
la cabal ejecución de ella. No se olvide que cualquier exceso en el uso de
la potestad reglamentaria por parte del Ejecutivo se traduce en
inconstitucionalidad por extralimitación del ámbito material del
reglamento"1.

Por su parte, el Consejo de Estado, luego de hacer referencia a las dificultades que
encara la definición de límites precisos entre las competencias del legislador y la
facultad reglamentaria, señaló:

“(…) en lo que si hay consenso, es en que, en toda materia sometida por


el Constituyente a reserva de ley, no se admite normativa reglamentaria
de no haber sido tratada previamente por el legislador, pues es este el
llamado a producirla y, en consecuencia, que la reglamentación de la
administración depende directamente del texto legal, quedando
habilitada la administración directa e intemporalmente, no de manera
exclusiva el Presidente de la República, por la sola presencia y existencia
de la ley, para ejercer la potestad reglamentaria que considera oportuna
y necesaria con el propósito de cumplir, hacer viable y ejecutorio los
postulados de la norma legal”2.

En este caso, el artículo 53 de la C.P. asigna al Congreso de la República la función


de expedir el estatuto del trabajo.

Esta asignación específica de la Carta al Congreso obedece al hecho de que, de


conformidad con el artículo 25 superior, el trabajo tiene la doble condición de
derecho fundamental y obligación social, y es sujeto de la especial protección del
Estado.

El artículo 53 superior expresamente dispone que el derecho al “descanso” es uno


de los componentes del derecho al trabajo. El artículo 172 y siguientes del C.S.T.
reglamenta la materia. Su artículo 177 establece lo relativo al “descanso
remunerado en otros días de fiesta”, tal como se indica en los hechos.

El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 reconoce un día festivo a los servidores del
Ejecutivo Central que no está previsto en el C.S.T. ni en ninguna otra norma
aplicable.

El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 regula así materias que son propias del
Estatuto del Trabajo y que, como tal, están sujetas a reserva de ley en los términos
del artículo 53 de la C.P.

En efecto, dicha norma introduce a manera de “día no hábil laboralmente” un nuevo


día festivo no previsto en las normas legales aplicables. De este modo, la norma
viola también el artículo 177 del C.S.T. en la medida en que amplía su alcance sin

1Corte Constitucional. Sentencia C-302 de 1999.


2Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C. Sentencia
del diez (10) de octubre de dos mil dieciséis (2016) con radicación número: 11001-03-26-000-2015-
00165-00 (55813)
tener competencia para ello. Los días festivos son los expresamente señalados en
dicha norma, no en otras de orden reglamentario.

El Presidente de la República no tiene competencia para establecer días festivos


adicionales ni de manera generalizada para el universo de personas sujetas a
relaciones laborales de cualquier tipo, ni para hacerlo a favor de un sector
específico de la sociedad, en este caso, los servidores públicos del Ejecutivo Central.
Esta actuación lleva a una ampliación de una norma legal sin que medie facultad
alguna que autorice o faculte al Presidente para hacerlo.

El artículo 3°, por su parte, exhorta a las demás ramas del poder público, a las
entidades autónomas y las entidades territoriales a que realicen esta misma
actuación, al tiempo que promueve modificaciones en los calendarios académicos
para poder ejecutar tal lineamiento

La razón de la nulidad de esta disposición obedece a que exhorta a las demás ramas
del poder público, a las entidades autónomas y a las entidades territoriales a que
también ellas adopten una decisión contraria al ordenamiento jurídico. En efecto,
¿tienen competencia las ramas del poder público, las entidades autónomas y las
entidades territoriales para declarar días festivos no señalados por la ley?
Evidentemente no. ¿Puede el Presidente exhortar a los destinatarios de la medida
para que tomen una decisión contraria al ordenamiento legal? Menos aún.

Es claro, por tanto, que el Gobierno Nacional no contaba con facultades para
reconocer un día festivo adicional un grupo de personas ni para promover el
reconocimiento de días festivos adicionales al resto de la población. Esta
competencia es exclusiva del Congreso. Al haberlo hecho, el Decreto 500 de 2024
excedió su ámbito competencial al tiempo que invadió el ámbito competencial del
Congreso.

4.2. El Decreto 500 de 2024 confiere un beneficio a favor de los servidores


públicos del Ejecutivo Central que viola los principios básicos de la
igualdad. Violación del artículo 13 de la C.P.

El inciso primero del artículo 13 de la C.P. garantiza el derecho de todos a recibir


el mismo “trato de las autoridades”.

El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 introduce un tratamiento diferencial entre


los servidores públicos del Ejecutivo Central, de un lado, y las demás personas, de
otro, bien que se trate de servidores de las demás ramas del poder público, de las
entidades autónomas, de las entidades territoriales o que se encuentren vinculadas
a organizaciones o personas de carácter privado.

En estas condiciones, la norma configura una prerrogativa a favor de un universo


específico -los servidores del Ejecutivo Central- al tiempo que excluye a todas las
demás personas que ejercen su actividad laboral.
Este tratamiento diferencial carece de toda justificación, más aún si se observa el
objetivo que busca la norma. Tal como se indica en sus considerandos, el Decreto
500 busca promover la convivencia pacífica del ser humano con el ambiente en el
cual habita. ¿De qué manera contribuye a este objetivo el reconocimiento de un
beneficio especial que se les concede exclusivamente a los servidores del Ejecutivo
Central?

Como puede verse, no hay relación alguna entre el propósito declarado de la norma
y el tratamiento diferencial que establece.

En estas condiciones, la medida deviene caprichosa. El tratamiento diferencial que


ella contempla no se orienta hacia la búsqueda de un objetivo legítimo, sino que
resulta manifiestamente arbitraria. Todos los servidores públicos están cubiertos
por el deber general de promover los fines del Estado. Todos ellos cumplen una
función que está prevista en las normas aplicables y que se encamina hacia la
satisfacción de los objetivos que persigue la función pública. No existe, por tanto,
razón alguna que margine a unos mientras premia a otros. Esa medida está incluso
por fuera de la órbita de configuración del Congreso. En efecto, ¿podría el
legislador, por ejemplo, señalar que el 20 de julio será festivo sólo para los
servidores de la rama legislativa, e invitar, al mismo tiempo, a las demás ramas y
órganos del poder público que lo confieran, si así lo consideran? Como puede verse,
el decreto acusado no sólo encuentra su origen en el ejercicio ilegítimo de la función
reglamentaria, sino que además configura un manifiesto acto de discriminación.

El reconocimiento de prerrogativas específicas sin motivo alguno configura una


discriminación que choca de manera radical y profunda con los valores básicos que
promueve la Constitución Política, lo cual necesariamente lleva a la nulidad del
Decreto 500 de 2024.

4.3. El Decreto 500 de 2024 fue expedido sin contar con un estudio
suficiente respecto de sus repercusiones administrativas, económicas
y operativas. Violación del artículo 209 de la C.P. por desconocimiento
del deber de motivación

La jurisprudencia del Consejo de Estado ha puesto de presente que el deber de


motivación de los actos administrativos es consecuencia del principio de publicidad
propio de la función administrativa.

En relación con la procedibilidad del cargo por falsa motivación, ha señalado la


Sala:

“Para establecer si se incurre en esta causal de nulidad del acto


administrativo, se hace necesario examinar los antecedentes fácticos y
jurídicos del mismo, para llegar a concluir que existe una incongruencia
entre los motivos invocados por el funcionario y la decisión final. Así,
habrá falsa motivación cuando al analizar el acto administrativo se
evidencia la divergencia entre la realidad fáctica y/o jurídica con los
motivos esgrimidos en el acto administrativo”3.

Una de las causales que configuran este vicio sucede cuando “los motivos no sean
de tal naturaleza que justifiquen la decisión tomada”4.

El precedente jurisprudencial citado ayuda a establecer los defectos que exhibe el


Decreto 500 de 2024 en términos de motivación, tal como pasa a demostrarse.

El decreto acusado señala en sus considerandos que sus objetivos serían los
siguientes:

• Velar por el cuidado integral de la salud de la población.

• Proteger el ambiente.

• Garantizar “la convivencia, la interacción pacífica, respetuosa y armónica


entre las personas, con los bienes, y con el ambiente, en el marco del
ordenamiento jurídico, y señala como una de las categorías de convivencia el
ambiente, de manera que se favorezca la protección de los recursos naturales,
el patrimonio ecológico, el goce y la relación sostenible con el ambiente”.

• Ofrecer respuesta al “agravamiento de la emergencia climática, con presencia


actual de un fenómeno de El Niño atípico”.

• Ofrecer respuesta al hecho de que a principios de abril de 2024, se


“proyectaron lluvias por encima de lo normal para las últimas dos semanas
del mes de abril [a pesar de lo cual] hasta la fecha estas han estado por debajo
de lo esperado, completando tres meses, por lo que el rezago en la llegada de
las precipitaciones pone un horizonte de tiempo más lejano para la
recuperación de las escorrentías y por tanto los niveles en los embalses,
aspecto que genera riesgo a la seguridad energética y la garantía al derecho
fundamental al agua”.

La norma mezcla así unos propósitos de carácter estructural (velar por la


protección de la salud de la población, proteger el ambiente y garantizar la
convivencia de los seres humanos con el entorno) con otros que son de naturaleza
coyuntural (dar respuesta a los problemas ocasionados con el prolongamiento del
Fenómeno del Niño).

¿Qué medios utiliza la norma pasa satisfacer estos objetivos?

i. Declarar el tercer vienes de abril como día cívico de la paz con la naturaleza.

3 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Cuarta. Sentencia del trece (13)
de diciembre de dos mil diecisiete (2017). Radicación Número: 25000-23-37-000-2015-00047-
01(22658)
4 Ibidem
ii. Otorgarle a dicho día la calidad de no laboral para los servidores públicos
del Ejecutivo Central.

iii. Exhortar a las demás ramas del poder público, a las entidades autónomas
y a las entidades territoriales para que acojan este mismo lineamiento.

La comparación entre los fines buscados y los medios elegidos por el Gobierno para
alcanzarlos evidencian una total falta de causalidad.

La norma mezcla objetivos estructurales con objetivos coyunturales, lo cual, de


entrada, dificulta establecer qué es lo que realmente se quiere. ¿Se busca fijar un
día conmemorativo? ¿o se procura solucionar un problema ocasionado por la
incertidumbre climática?

Si es lo primero, ¿cuál es entonces el aporte que se sigue del reconocimiento de un


día festivo a favor de un sector exclusivo de la sociedad? Es por completo irracional
que la conmemoración de un hecho que concierne a toda la sociedad se enfoque en
sólo un grupo de personas y no en todas ellas.

Si es lo segundo, ¿qué elementos permiten al Gobierno establecer que los días


festivos los servidores del Ejecutivo Central consumen menos agua que en los días
laborales corrientes? ¿Qué razones hay para concluir que este solo hecho ayuda al
ahorro de agua o de energía que se requiere en la actual coyuntura?

El Gobierno no aporta elementos que mu establecer alguna correlación entre estos


dos hechos, a saber: establecer un día festivo a favor de un grupo de personas para
lograr así un ahorro generalizado de agua. Por el contrario, un examen preliminar
permite inferir prima facie que se trata de hechos aislados entre sí.

En esas circunstancias, es de suyo que, de haber tal conexión, el Gobierno estaba


obligada a identificarla.

El Decreto 500 de 2024 configura así una situación en la cual hay una desconexión
manifiesta entre los motivos que se invocan y la naturaleza de la decisión.

Tan clara es dicha desconexión que el Gobierno sustenta el decreto en cuestión con
disposiciones constitucionales y legales que nada tienen que ver con la materia que
este acto administrativo busca reglamentar. El Gobierno señala que expide el
Decreto 500 de 2024 en ejercicio de las facultades previstas en los artículos 115 y
189-4 de la Constitución y en el artículo 199 de la Ley 1801 de 2016. El artículo
115 dispone que el presidente de la República es jefe del Estado, jefe del Gobierno
y suprema autoridad administrativa. El 189-4 indica que le corresponde al
presidente de la República conservar en todo el territorio el orden público y
restablecerlo donde fuere turbado. Finalmente, el artículo 199 de la Ley 1801
desarrolla las competencias del presidente como suprema autoridad de policía.
¿Qué relación tienen estas normas con las preocupaciones expuestas en los
considerandos del Decreto 500 de 2024 según las cuales en abril ha llovido menos
de lo esperado lo cual implica que la recuperación de los niveles de los embalses
tomará más tiempo del pronosticado inicialmente? ¿Por qué a este fenómeno se le
atribuye la calidad de asunto de orden público? ¿De qué manera la declaratoria de
un día cívico o la concesión de un día festivo adicional a favor de los servidores
públicos del Ejecutivo Central podrían ayudar a su solución?

Como puede constatarse, hay una brecha insalvable entre (i) las normas que el
Gobierno invoca para sustentar el acto reglamentario; (ii) los argumentos que
expone para sustentarlo; y (iii) las medidas específicas que implementa. Esta
disparidad manifiesta de los elementos que integran el Decreto 500 de 2024
necesariamente supone su nulidad.

Hay un segundo argumento que confirma la irracionalidad de la medida. El


Gobierno Nacional nunca examinó el impacto que tiene la norma para el la
población en general y para la economía.

Este vacío genera profundos cuestionamientos: ¿de qué manera se afecta el país
por el hecho de que un porcentaje alto de los servicios que presta el Ejecutivo
Central se suspendan durante un día que es laboral para el resto de la población?

En caso de que las entidades exhortadas procedieren de conformidad con el


exhorto, ¿qué consecuencias traerá este hecho para la productividad del país y
para su crecimiento? ¿Cómo se afectan los servicios civiles que presta el Estado en
su conjunto?

El país pudo atestiguar las afectaciones que vivieron innumerables personas cuyas
actividades se vieron entorpecidas el viernes 19 de abril y cuyos proyectos
resultaron frustrados a causa de la expedición súbita e inesperada del Decreto 500
de 2024. Fue necesario incluso que algunos órganos del Ejecutivo Central reiniciar
actividades pese a que, según la norma, se encontraban en día feriado.

Esta sola circunstancia ilustra sobre las nefastas consecuencias de la medida. La


norma no contiene elemento alguno que permita conocer sus beneficios y sus
costos ni establece cómo impactará de manera generalizada el funcionamiento de
la sociedad y de sus instituciones. No repara en las implicaciones que genera. En
los términos utilizados por el Consejo de Estado, los motivos que señala el Gobierno
Nacional para la expedición de la norma no justifican lo que ella ordena.

4.4. El Decreto 500 de 2024 fue expedido sin haber sido sometido a
participación ciudadana. Violación de los artículos 2° y 40 de la C.P.

El artículo 2° de la C.P. asegura el derecho de todos a participar en las decisiones


que los afectan, norma que se complementa con el derecho general de participación
ciudadana prevista en el artículo 40 del mismo estatuto.
El Decreto 1081 de 2015 “Reglamentario Único del Sector Presidencia de la
República” asegura la efectividad de este derecho en su Libro Segundo Parte I Título
II del Decreto Reglamentario Único al establecer mecanismos de naturaleza
procesal encaminados a garantizar dicha participación.

En su artículo 2.1.2.1.3., el Decreto Reglamentario Único establece que lo allí


previsto se aplica a los ministerios y departamentos administrativos que en razón
sus funciones deben preparar proyectos de decretos y resoluciones para la firma
del presidente de la República.

El artículo 2.1.2.1.6. incluye la figura la memoria justificativa, la cual tiene por


objeto darle transparencia al proceso de elaboración de las normas.

Por su parte, el artículo 2.1.2.1.14. contempla la figura de la Publicidad e informe


de observaciones y respuestas de los proyectos específicos de regulación expedidos
con firma del presidente de la República en los siguientes términos: “Con el fin de
que los ciudadanos o grupos de interés participen en el proceso de producción
normativa, a través de opiniones, sugerencias o propuestas alternativas, los
proyectos específicos de regulación elaborados para la firma del presidente de la
República, junto con la versión preliminar de la memoria justificativa, deberán
publicarse en la sección normativa, o en aquella que hagas sus veces, del sitio web
del ministerio o departamento administrativo cabeza del sector administrativo que
lidera el proyecto de reglamentación, por lo menos durante quince (15) días
calendario, antes de ser remitidos a la Secretaría Jurídica de la Presidencia de la
República. Los quince (15) días calendario se contarán a partir del día siguiente a la
publicación del proyecto”.

El Decreto 500 de 2024 claramente no acogió estos mandatos. ¿Podía el Gobierno


Nacional proceder a la expedición del Decreto 500 de 2024 sin observar este
procedimiento? Evidentemente no. Dos razones así lo demuestran.

Primera, como se ha visto ya, el Libro Segundo Parte I Título II del Decreto
Reglamentario Único promueve valores de rango constitucional. El inciso segundo
del artículo 2° de la C.P. establece que “las autoridades de la República están
instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida,
honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el
cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares”. Así pues, si
existen los mecanismos normativos necesarios para asegurar el derecho de
participación ciudadana y el principio de transparencia de decisiones del Estado,
es inadmisible que éstos no se ejerzan.

Segunda, el Decreto Reglamentario Único que responde, ese sí, a una actuación
del presidente en su calidad de suprema autoridad administrativa y que constituye
un instrumento para asegurar el cumplimiento de los mandatos constitucionales.

El artículo 32 de la Ley 489 de 1998, el cual reglamenta la “democratización de la


administración pública”, señala que “todas las entidades y organismos de la
Administración Pública tienen la obligación de desarrollar su gestión acorde con los
principios de democracia participativa y democratización de la gestión pública. Para
ello podrán realizar todas las acciones necesarias con el objeto de involucrar a los
ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil en la formulación, ejecución, control
y evaluación de la gestión pública”.

La norma dispone que algunas de estas acciones serán las de “incorporar a sus
planes de desarrollo y de gestión las políticas y programas encaminados a fortalecer
la participación ciudadana” (lit. c) y “aplicar mecanismos que brinden transparencia
al ejercicio de la función administrativa” (lit. f).

¿Puede así el Gobierno desconocer una orden que él mismo ha impartido para
asegurar los fines constitucionales? De ninguna manera. El Decreto Reglamentario
Único es un acto propio que necesariamente obliga al propio Gobierno. Más aún
cuando, en lo relacionado con su Libro Segundo Parte I Título II (artículos 2.1.2.1.1.
y siguientes), dicha norma establece mandatos de orden meramente procedimental
encaminados a asegurar los fines constitucionales y legales ya mencionados.

Por lo tanto, es inadmisible que el Gobierno omita el cumplimiento de mandatos


de naturaleza procedimental, que él mismo ha estatuido para asegurar el
cumplimiento de los derechos y principios constitucionales y de las normas legales
que los desarrollan.

V. SOLICITUD DE SUSPENSIÓN PROVISIONAL DE LOS ARTÍCULOS 2°


Y 3° DEL DECRETO 500 DE 2024

El artículo 231 del CPACA rige la figura de la suspensión provisional. Según dicha
norma, la aplicación de esta medida cautelar queda sujeta a dos condiciones:

i. La violación de las disposiciones invocadas debe surgir “del análisis del acto
demandado y su confrontación con las normas superiores invocadas como
violadas o del estudio de las pruebas allegadas con la solicitud”.

ii. Debe demostrase que la continuación de la norma puede ocasionar


perjuicios irremediables.

En el caso específico de la suspensión provisional, es necesario aportar elementos


de juicio que demuestren la ilegalidad del acto o que generen serias dudas sobre
su legalidad.

En esta oportunidad, la evidencia de ilegalidad del artículo 2° del Decreto 500 de


2024 o, al menos, las serias dudas sobre su legalidad surgen de dos
consideraciones diferentes que pueden ser formuladas a manera de meros
silogismos. Por su parte, la identificación de los perjuicios irremediables que
causaría la norma de continuar con su aplicación surge de una consideración
fáctica que tiene la calidad de hecho notorio.

La ilegalidad del artículo 3° del Decreto 500 de 2024 o las dudas de su legalidad
surgen como consecuencia de la ilegalidad del artículo 2°.
6.1. El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 es manifiestamente contrario al
artículo 53 de la C.P. y al artículo 177 del C.S.T.

Las consideraciones expuestas en la sección 4.1. de la demanda permiten hacer el


siguiente resumen silogístico del cargo:

i. El artículo 53 de la C.P. asigna al Congreso la responsabilidad de expedir


el estatuto del trabajo.

ii. Esta materia queda así sujeta a reserva de ley.

iii. Por mandato constitucional, uno de los elementos del estatuto del trabajo
es el derecho al descanso.

iv. Los días feriados o no laborales son prima facie días de descanso.

v. El C.S.J. es el estatuto del trabajo.

vi. En su artículo 177, el C.S.J. establece los días feriados adicionales a los
domingos.

vii. El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 establece que el tercer viernes de
abril de cada año será “un día no hábil laboralmente” para los servidores
públicos del Ejecutivo Central.

viii. Un “día no hábil laboralmente” es, para fines prácticos, igual a un día
festivo.

ix. Este día parcialmente festivo no está previsto en el C.S.T.

x. El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 incursiona así en una esfera sujeta
a reserva de ley, lo cual viola el artículo 53 de la C.P.

xi. El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 amplía el alcance del artículo 177
del C.S.J.

xii. Las normas reglamentarias no pueden ampliar el alcance de las normas


legales.

xiii. Al haberlo hecho, el artículo 2° del Decreto 500 de 2024 viola también el
artículo 177 del C.S.T.

Se constata así la contradicción evidente entre el artículo 2° del Decreto 500 de


2024 y los artículos 53 de la C.P. y 177 del C.S.T.

6.2. El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 es manifiestamente contrario al


artículo 13 de la C.P.
Las consideraciones expuestas en la sección 4.2. de la demanda permiten hacer el
siguiente resumen silogístico del cargo:

i. El artículo 13 de la C.P. asegura la libertad de todos ante la ley.

ii. Todas las personas vinculadas de cualquier manera por una relación de
trabajo tienen iguales derechos básicos.

iii. Uno de estos derechos básicos es del contar con el derecho al descanso.

iv. El artículo 2° Decreto 500 de 2024 establece un día de descanso


adicional, que es exclusivo para los servidores públicos del Ejecutivo
Central. Los demás servidores públicos y los empleados privados no
quedan cobijados por esta prerrogativa.

v. El artículo 2° del Decreto 2024 establece así una diferencia carente de


justificación.

vi. Al haberlo hecho, el artículo 2° del Decreto 2024 deviene arbitrario y


caprichoso, lo cual viola el artículo 13 de la C.P.

Se constata así la contradicción evidente entre el artículo 2° del Decreto 500 de


2024 y el principio básico de la igualdad.

6.3. El artículo 2° del Decreto 2024 viola los principios de la función pública
porque genera costos que no fueron identificados y que resultan
irracionales

La contradicción entre el artículo 2° del Decreto 500 de 2024 y el artículo 209 de


la C.P. no surge de una mera formulación silogística, sino que exige además realizar
un examen fáctico tendiente a demostrar la amenaza que dicha norma supone para
las garantías de todos.

La decisión del Gobierno Nacional de darle al tercer miércoles del mes de abril de
cada año la calidad de día parcialmente feriado y de suspender durante ese día los
servicios civiles que prestan los órganos del Ejecutivo Central tiene profundas
implicaciones sociales y económicas.

El Ejecutivo Central reúne el mayor porcentaje de recursos de toda la economía


nacional y es, sin duda, su más importante jugador. La importancia que tiene el
Ejecutivo Central en la economía y en la vida cotidiana de las personas supone que
la suspensión de sus actividades, así sea por sólo un día, tiene un impacto
monumental.

El Gobierno Nacional no evalúo las consecuencias de esta medida ni ha informado


que lo hará con posterioridad. En estas condiciones, el Gobierno generó una
situación de incertidumbre ajena a sus deberes de obrar en beneficio de todos. El
Gobierno estaba obligado a establecer los efectos de una medida de esta dimensión
y sus costos, y de evaluarlos a la luz de sus eventuales beneficios. Nada de esto
sucedió.

Para el año 2024, el daño de esta decisión constituye ya un hecho consumado. No


obstante, la suspensión provisional de la norma evita, para los años venideros y
mientras que el Consejo de Estado se pronuncia de manera definitiva sobre la
presente demanda, que este mismo perjuicio se consolide de nuevo.

En estos términos, los suscritos sustentamos la procedibilidad de la suspensión


provisional que se solicita.

6.4. La suspensión del artículo 2° implica la suspensión del artículo 3°

La suspensión provisional del artículo 2° del Decreto 2024 implica la suspensión


provisional del artículo 3°. En efecto, si se decide que el Presidente no les puede
reconocer un día festivo a los servidores públicos del Ejecutivo Central, es de suyo
que tampoco puede exhortar a las demás ramas del poder público, a las entidades
autónomas y las entidades territoriales para que lo hagan.

VI. COMPETENCIA

El Honorable Consejo de Estado, es competente para conocer de este Medio de


Control por razón de lo previsto en el artículo 237 numeral 2 de la Constitución
Nacional.

VII. ANEXOS

Se anexa copia simple del Decreto 500 de 2024.

VIII. DESIGNACIÓN DE LAS PARTES Y DIRECCIONES DE NOTIFICACIÓN

7.1. La parte demandada

El Decreto 500 de 2024 está suscrito por las siguientes personas, las cuales
conforman la parte demandada:

El Decreto 500 de 2024 está suscrito por las siguientes personas, las cuales
conforman la parte demandada:

Presidente de la República, quien recibe notificaciones en


notificacionesjudiciales@presidencia.gov.co y en la Calle 7 # 6 - 54 de la ciudad de
Bogotá D.C.

Ministro del Interior, quien recibe notificaciones en


notificacionesjudiciales@mininterior.gov.co y en la Carrera 8 # 7 – 83 de la ciudad
de Bogotá D.C.

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