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Firmado Demanda Decreto 500 de 2024
Firmado Demanda Decreto 500 de 2024
HONORABLES MAGISTRADOS
CONSEJO DE ESTADO
E. S. D.
I. PRETENSIONES
II. HECHOS
Por su parte, el Consejo de Estado, luego de hacer referencia a las dificultades que
encara la definición de límites precisos entre las competencias del legislador y la
facultad reglamentaria, señaló:
El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 reconoce un día festivo a los servidores del
Ejecutivo Central que no está previsto en el C.S.T. ni en ninguna otra norma
aplicable.
El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 regula así materias que son propias del
Estatuto del Trabajo y que, como tal, están sujetas a reserva de ley en los términos
del artículo 53 de la C.P.
El artículo 3°, por su parte, exhorta a las demás ramas del poder público, a las
entidades autónomas y las entidades territoriales a que realicen esta misma
actuación, al tiempo que promueve modificaciones en los calendarios académicos
para poder ejecutar tal lineamiento
La razón de la nulidad de esta disposición obedece a que exhorta a las demás ramas
del poder público, a las entidades autónomas y a las entidades territoriales a que
también ellas adopten una decisión contraria al ordenamiento jurídico. En efecto,
¿tienen competencia las ramas del poder público, las entidades autónomas y las
entidades territoriales para declarar días festivos no señalados por la ley?
Evidentemente no. ¿Puede el Presidente exhortar a los destinatarios de la medida
para que tomen una decisión contraria al ordenamiento legal? Menos aún.
Es claro, por tanto, que el Gobierno Nacional no contaba con facultades para
reconocer un día festivo adicional un grupo de personas ni para promover el
reconocimiento de días festivos adicionales al resto de la población. Esta
competencia es exclusiva del Congreso. Al haberlo hecho, el Decreto 500 de 2024
excedió su ámbito competencial al tiempo que invadió el ámbito competencial del
Congreso.
Como puede verse, no hay relación alguna entre el propósito declarado de la norma
y el tratamiento diferencial que establece.
4.3. El Decreto 500 de 2024 fue expedido sin contar con un estudio
suficiente respecto de sus repercusiones administrativas, económicas
y operativas. Violación del artículo 209 de la C.P. por desconocimiento
del deber de motivación
Una de las causales que configuran este vicio sucede cuando “los motivos no sean
de tal naturaleza que justifiquen la decisión tomada”4.
El decreto acusado señala en sus considerandos que sus objetivos serían los
siguientes:
• Proteger el ambiente.
i. Declarar el tercer vienes de abril como día cívico de la paz con la naturaleza.
3 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Cuarta. Sentencia del trece (13)
de diciembre de dos mil diecisiete (2017). Radicación Número: 25000-23-37-000-2015-00047-
01(22658)
4 Ibidem
ii. Otorgarle a dicho día la calidad de no laboral para los servidores públicos
del Ejecutivo Central.
iii. Exhortar a las demás ramas del poder público, a las entidades autónomas
y a las entidades territoriales para que acojan este mismo lineamiento.
La comparación entre los fines buscados y los medios elegidos por el Gobierno para
alcanzarlos evidencian una total falta de causalidad.
El Decreto 500 de 2024 configura así una situación en la cual hay una desconexión
manifiesta entre los motivos que se invocan y la naturaleza de la decisión.
Tan clara es dicha desconexión que el Gobierno sustenta el decreto en cuestión con
disposiciones constitucionales y legales que nada tienen que ver con la materia que
este acto administrativo busca reglamentar. El Gobierno señala que expide el
Decreto 500 de 2024 en ejercicio de las facultades previstas en los artículos 115 y
189-4 de la Constitución y en el artículo 199 de la Ley 1801 de 2016. El artículo
115 dispone que el presidente de la República es jefe del Estado, jefe del Gobierno
y suprema autoridad administrativa. El 189-4 indica que le corresponde al
presidente de la República conservar en todo el territorio el orden público y
restablecerlo donde fuere turbado. Finalmente, el artículo 199 de la Ley 1801
desarrolla las competencias del presidente como suprema autoridad de policía.
¿Qué relación tienen estas normas con las preocupaciones expuestas en los
considerandos del Decreto 500 de 2024 según las cuales en abril ha llovido menos
de lo esperado lo cual implica que la recuperación de los niveles de los embalses
tomará más tiempo del pronosticado inicialmente? ¿Por qué a este fenómeno se le
atribuye la calidad de asunto de orden público? ¿De qué manera la declaratoria de
un día cívico o la concesión de un día festivo adicional a favor de los servidores
públicos del Ejecutivo Central podrían ayudar a su solución?
Como puede constatarse, hay una brecha insalvable entre (i) las normas que el
Gobierno invoca para sustentar el acto reglamentario; (ii) los argumentos que
expone para sustentarlo; y (iii) las medidas específicas que implementa. Esta
disparidad manifiesta de los elementos que integran el Decreto 500 de 2024
necesariamente supone su nulidad.
Este vacío genera profundos cuestionamientos: ¿de qué manera se afecta el país
por el hecho de que un porcentaje alto de los servicios que presta el Ejecutivo
Central se suspendan durante un día que es laboral para el resto de la población?
El país pudo atestiguar las afectaciones que vivieron innumerables personas cuyas
actividades se vieron entorpecidas el viernes 19 de abril y cuyos proyectos
resultaron frustrados a causa de la expedición súbita e inesperada del Decreto 500
de 2024. Fue necesario incluso que algunos órganos del Ejecutivo Central reiniciar
actividades pese a que, según la norma, se encontraban en día feriado.
4.4. El Decreto 500 de 2024 fue expedido sin haber sido sometido a
participación ciudadana. Violación de los artículos 2° y 40 de la C.P.
Primera, como se ha visto ya, el Libro Segundo Parte I Título II del Decreto
Reglamentario Único promueve valores de rango constitucional. El inciso segundo
del artículo 2° de la C.P. establece que “las autoridades de la República están
instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida,
honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el
cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares”. Así pues, si
existen los mecanismos normativos necesarios para asegurar el derecho de
participación ciudadana y el principio de transparencia de decisiones del Estado,
es inadmisible que éstos no se ejerzan.
Segunda, el Decreto Reglamentario Único que responde, ese sí, a una actuación
del presidente en su calidad de suprema autoridad administrativa y que constituye
un instrumento para asegurar el cumplimiento de los mandatos constitucionales.
La norma dispone que algunas de estas acciones serán las de “incorporar a sus
planes de desarrollo y de gestión las políticas y programas encaminados a fortalecer
la participación ciudadana” (lit. c) y “aplicar mecanismos que brinden transparencia
al ejercicio de la función administrativa” (lit. f).
¿Puede así el Gobierno desconocer una orden que él mismo ha impartido para
asegurar los fines constitucionales? De ninguna manera. El Decreto Reglamentario
Único es un acto propio que necesariamente obliga al propio Gobierno. Más aún
cuando, en lo relacionado con su Libro Segundo Parte I Título II (artículos 2.1.2.1.1.
y siguientes), dicha norma establece mandatos de orden meramente procedimental
encaminados a asegurar los fines constitucionales y legales ya mencionados.
El artículo 231 del CPACA rige la figura de la suspensión provisional. Según dicha
norma, la aplicación de esta medida cautelar queda sujeta a dos condiciones:
i. La violación de las disposiciones invocadas debe surgir “del análisis del acto
demandado y su confrontación con las normas superiores invocadas como
violadas o del estudio de las pruebas allegadas con la solicitud”.
La ilegalidad del artículo 3° del Decreto 500 de 2024 o las dudas de su legalidad
surgen como consecuencia de la ilegalidad del artículo 2°.
6.1. El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 es manifiestamente contrario al
artículo 53 de la C.P. y al artículo 177 del C.S.T.
iii. Por mandato constitucional, uno de los elementos del estatuto del trabajo
es el derecho al descanso.
iv. Los días feriados o no laborales son prima facie días de descanso.
vi. En su artículo 177, el C.S.J. establece los días feriados adicionales a los
domingos.
vii. El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 establece que el tercer viernes de
abril de cada año será “un día no hábil laboralmente” para los servidores
públicos del Ejecutivo Central.
viii. Un “día no hábil laboralmente” es, para fines prácticos, igual a un día
festivo.
x. El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 incursiona así en una esfera sujeta
a reserva de ley, lo cual viola el artículo 53 de la C.P.
xi. El artículo 2° del Decreto 500 de 2024 amplía el alcance del artículo 177
del C.S.J.
xiii. Al haberlo hecho, el artículo 2° del Decreto 500 de 2024 viola también el
artículo 177 del C.S.T.
ii. Todas las personas vinculadas de cualquier manera por una relación de
trabajo tienen iguales derechos básicos.
iii. Uno de estos derechos básicos es del contar con el derecho al descanso.
6.3. El artículo 2° del Decreto 2024 viola los principios de la función pública
porque genera costos que no fueron identificados y que resultan
irracionales
La decisión del Gobierno Nacional de darle al tercer miércoles del mes de abril de
cada año la calidad de día parcialmente feriado y de suspender durante ese día los
servicios civiles que prestan los órganos del Ejecutivo Central tiene profundas
implicaciones sociales y económicas.
VI. COMPETENCIA
VII. ANEXOS
El Decreto 500 de 2024 está suscrito por las siguientes personas, las cuales
conforman la parte demandada:
El Decreto 500 de 2024 está suscrito por las siguientes personas, las cuales
conforman la parte demandada: