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21 La Propiedad Constitucional Limitaciones, Privaciones, Contenido - Nodrm - Gonzalo Montory
21 La Propiedad Constitucional Limitaciones, Privaciones, Contenido - Nodrm - Gonzalo Montory
monografías
ALTA CALIDAD EN
monografías INVESTIGACIÓN
JURÍDICA
LA PROPIEDAD CONSTITUCIONAL
monografías
ISBN 978-84-1336-428-5
LA PROPIEDAD CONSTITUCIONAL:
Limitaciones, privaciones, contenido esencial
COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT LO BLANCH
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LA PROPIEDAD
CONSTITUCIONAL:
Limitaciones, privaciones,
contenido esencial
tirant lo blanch
Valencia, 2019
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© TIRANT LO BLANCH
EDITA: TIRANT LO BLANCH
C/ Artes Gráficas, 14 - 46010 - Valencia
TELFS.: 96/361 00 48 - 50
FAX: 96/369 41 51
Email: tlb@tirant.com
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Librería virtual: www.tirant.es
ISBN: 978-84-1336-429-2
INTRODUCCIÓN.................................................................................... 13
Parte I
EL CONTENIDO NORMATIVO DEL DERECHO
DE PROPIEDAD EN LA CONSTITUCIÓN DE 1980
Y SU REGULACIÓN POR EL LEGISLADOR
Capítulo Primero
LA TIPICIDAD CONSTITUCIONAL DEL DERECHO DE PROPIEDAD
Sección I
El concepto de derecho de propiedad asumido por la
Constitución y sus principales características
1. Referencia general a la “tipicidad” en los derechos fundamentales...... 19
2. El tipo iusfundamental del Derecho de propiedad............................... 20
2.1. La pertenencia y la exclusividad.................................................. 21
2.2. La plenitud de la propiedad Constitucional................................. 23
2.3. La perpetuidad............................................................................ 30
Sección II
La propiedad constitucional y su relación con el Derecho preexistente
1. La concordancia con las disposiciones del Derecho civil...................... 33
2. El carácter unitario del derecho de propiedad asumido por la Consti-
tución.................................................................................................. 37
Capítulo Segundo
LAS FACULTADES DEL LEGISLADOR EN LA
CONFIGURACIÓN DEL DERECHO DE PROPIEDAD
GARANTIZADO POR LA CONSTITUCIÓN
Sección I
La regulación del derecho de propiedad por el legislador
1. La facultad reguladora y el establecimiento del tipo del derecho de
propiedad............................................................................................ 45
2. Distinción entre la facultad configuradora y la facultad limitadora..... 49
3. Los límites, las limitaciones y las obligaciones del derecho de propie-
dad...................................................................................................... 51
8 Índice
Sección II
El rol de la función social en la regulación del Derecho de propiedad
1. Aspectos generales............................................................................... 57
2. Referencia a la función social como límite inmanente. Crítica............. 60
3. La función social no forma parte de la esencia del derecho de propie-
dad...................................................................................................... 70
Capítulo Tercero
LAS LIMITACIONES Y LAS PRIVACIONES DE
ATRIBUTOS O FACULTADES ESENCIALES
Sección I
La rígida distinción entre las limitaciones y las privaciones
1. Antecedentes normativos..................................................................... 75
2. La distinción desde el punto de vista semántico................................... 78
3. Otras diferencias de carácter jurídico y formal.................................... 80
Sección II
La disipación o el desvanecimiento de la distinción
entre los conceptos de limitación y privación
1. Explicación del fenómeno.................................................................... 81
2. La distinción entre una limitación y una privación es una cuestión de
grado o intensidad............................................................................... 85
3. La intensidad de una regulación no transforma a una limitación en
expropiación....................................................................................... 87
4. La afectación de elementos esenciales del derecho de propiedad como
parámetro para medir la intensidad de una regulación legal................ 89
Capítulo Cuarto
ANTECEDENTES HISTÓRICOS QUE EXPLICAN EL
DESVANECIMIENTO DE LA FRONTERA ENTRE
LAS LIMITACIONES Y LAS PRIVACIONES
Sección I
La evolución expansiva del concepto de expropiación forzosa
1. Explicación de sus causas.................................................................... 95
2. Consecuencias de la expansión del concepto de expropiación............. 97
3. El regreso a los cauces tradicionales.................................................... 98
Índice 9
Sección II
Primeros intentos doctrinarios y jurisprudenciales tendientes a
dibujar la frontera entre las limitaciones y las privaciones
1. La teoría del acto particular o del acto concreto.................................. 100
2. La teoría del sacrificio impuesto.......................................................... 104
3. La teoría del sacrificio especial............................................................ 105
4. Trascendencia de estas teorías.............................................................. 107
5. El surgimiento de la garantía material del contenido esencial.............. 109
Sección III
La confusión con la responsabilidad del Estado
1. Los antecedentes comunes y la cercanía entre la expropiación y la
responsabilidad del Estado.................................................................. 112
2. Referencia a la denominada responsabilidad del Estado por acto líci-
to......................................................................................................... 115
3. Un problema de carácter constitucional y no de indemnización de per-
juicios.................................................................................................. 119
4. Las privaciones no se indemnizan........................................................ 125
5. Las indemnizaciones por intervenciones en el derecho de propiedad
previstas en la ley................................................................................ 128
6. Recapitulación..................................................................................... 131
Parte II
EL CONTENIDO ESENCIAL COMO LÍMITE AL LEGISLADOR
EN LA REGULACIÓN DEL DERECHO DE PROPIEDAD
Capítulo Primero
PROBLEMAS DOCTRINALES QUE HA SUSCITADO
LA GARANTÍA DEL CONTENIDO ESENCIAL
Sección I
El concepto de esencia o contenido esencial
1. Importancia de su determinación......................................................... 135
2. Una aproximación al concepto de esencia o contenido esencial........... 137
3. Los problemas doctrinarios................................................................. 139
Sección II
El objeto de protección de la garantía del contenido esencial
1. La teoría objetiva del contenido esencial y su aplicación al derecho de
propiedad. Referencia a las garantías de instituto de Carl Schmitt....... 141
10 Índice
Sección III
La naturaleza del contenido esencial y su determinación
1. La teoría absoluta del contenido esencial y su aplicación al derecho de
propiedad............................................................................................ 149
2. La teoría relativa del contenido esencial y su aplicación al derecho de
propiedad............................................................................................ 152
3. Nuestro planteamiento en relación a la naturaleza del contenido esen-
cial...................................................................................................... 154
4. Introducción a los métodos de aproximación al contenido esencial
propuestos por el Tribunal Constitucional español.............................. 157
Capítulo Segundo
LA APROXIMACIÓN AL CONTENIDO ESENCIAL DEL DERECHO
DE PROPIEDAD A TRAVÉS DE SU RECONOCIBILIDAD
Sección I
Planteamiento de la teoría
1. Su concreción jurisprudencial.............................................................. 159
2. Relación de este criterio de aproximación con las teorías del contenido
esencial antes mencionadas.................................................................. 160
Sección II
Elementos esenciales del tipo abstracto del derecho de propiedad
1. Breve recuento de los elementos que conforman la tipificación consti-
tucional del derecho de propiedad....................................................... 163
2. La dominación como núcleo del tipo abstracto del Derecho de propie-
dad...................................................................................................... 164
3. El usus ut dominus.............................................................................. 167
Sección III
Elementos que permiten la reconocibilidad del usus ut dominus
1. El uso a título de dueño permite siempre un espacio para el arbitrio... 168
2. El uso a título de dueño es superior al que confieren otros derechos de
explotación de los bienes..................................................................... 169
3. El uso a título de dueño es exclusivo................................................... 171
4. El uso a título de dueño es directo y sin intermediarios....................... 173
Índice 11
Sección IV
Las ideas generalizadas y convicciones generalmente aceptadas
como criterios de reconocibilidad del Derecho de propiedad
1. Explicación preliminar........................................................................ 181
2. Breve reseña de la configuración histórica del derecho de propiedad... 181
3. La predeterminación conceptual o dogmática del derecho de propie-
dad...................................................................................................... 184
Capítulo Tercero
LA APROXIMACIÓN AL CONTENIDO ESENCIAL DEL DERECHO DE
PROPIEDAD A TRAVÉS DEL INTERÉS JURÍDICAMENTE PROTEGIDO
Sección I
Planteamiento de la teoría
1. Su concreción jurisprudencial.............................................................. 189
2. El interés jurídicamente protegido como núcleo de los derechos subje-
tivos.................................................................................................... 193
3. El derecho de propiedad como derecho subjetivo................................ 195
Sección II
El interés jurídicamente protegido por el derecho de propiedad
1. El interés que protege el derecho de propiedad es el interés del dueño. 198
2. El interés del dueño está representado por la utilidad o el aprovecha-
miento privado de los bienes............................................................... 201
3. El equivalente económico como representativo de la utilidad privada.. 204
Sección III
El carácter abstracto del aprovechamiento
1. La Constitución no ampara utilidades o aprovechamientos concretos. 212
2. La afectación del uso específico elegido por el propietario................... 214
3. Bienes que presentan acotadas posibilidades de aprovechamiento pri-
vado. Referencia al ius aedificandi en la propiedad urbana.................. 217
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................ 223
INTRODUCCIÓN
1
CASTÁN TOBEÑAS, J., “La propiedad y sus problemas actuales”, Instituto
Editorial Reus, 2ª edición, Madrid, 1963, p. 9.
2
DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: crisis y retorno a la tradición
jurídica”, Editoriales de Derecho Reunidas (EDERSA), Madrid, 1993, p. 85. En
general para el derecho de propiedad constitucional se puede consultar a FUEN-
TES OLMOS, JESSICA, “El Derecho de propiedad”, ediciones Der, Santiago,
2018.
14 Gonzalo Javier Montory Barriga
3
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad Constitucional. El Estatuto Jurídico del
Suelo Agrario”, primera edición, editorial Civitas, Madrid, 1988, p. 96.
4
REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada en la Constitución española”, Bo-
letín Oficial del Estado. Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1994, p.
XXX.
La propiedad constitucional 15
5
Esto ha llevado a Barnes Vásquez a afirmar que en materia de derecho de pro-
piedad, “la cuestión contemporánea, la clave de nuestro tiempo radica […] en
dibujar la línea divisoria entre las intervenciones delimitadoras del contenido
dominical y las expropiatorias, puesto que la ley se ha introducido en el reducto
amurallado de la propiedad, como hiciera el mítico caballo de Troya. BARNES
VÁSQUEZ, J., “La propiedad Constitucional…”, ob. cit., p. 96.
16 Gonzalo Javier Montory Barriga
guar el rol que juega la función social del dominio, como fuente de
las limitaciones al derecho de propiedad, para finalizar esta primera
parte con el estudio de las privaciones al derecho de propiedad, par-
ticularmente cuando vienen referidas al derecho y no a la cosa sobre
la que éste recae.
En la segunda parte y final, nos centraremos en la garantía del con-
tenido esencial del derecho de propiedad, abordando algunos proble-
mas doctrinarios que ha suscitado dicha garantía, y que tienen inci-
dencia en su determinación y alcance; para finalizar con el desarrollo
de dos fórmulas de aproximación al contenido esencial que se han
esbozado en la jurisprudencia española, y que nosotros aplicaremos al
derecho de propiedad, valiéndonos de algunos ejemplos de la realidad
legislativa que nos permitirán contrastar nuestras conclusiones.
Este trabajo tendrá como referente principal los textos nacionales
relativos al derecho de propiedad, a partir de la misma Constitución.
Con esto, no pretendemos desechar a priori toda orientación pro-
veniente de la doctrina extranjera, pero tendremos el cuidado de no
trasladar artificialmente a nuestro ámbito, problemas dogmáticos que
podrían resultar inaplicables en nuestro medio.
Es preciso aclarar además, que nuestro trabajo se centrará exclu-
sivamente en el dominio sobre cosas corporales, dado que el estatuto
de la propiedad sobre cosas incorporales presenta características muy
particulares, que no serán materia de este estudio.
Parte I
EL CONTENIDO NORMATIVO
DEL DERECHO DE PROPIEDAD
EN LA CONSTITUCIÓN DE
1980 Y SU REGULACIÓN
POR EL LEGISLADOR
Capítulo Primero
LA TIPICIDAD CONSTITUCIONAL
DEL DERECHO DE PROPIEDAD
Sección I
EL CONCEPTO DE DERECHO DE PROPIEDAD
ASUMIDO POR LA CONSTITUCIÓN Y SUS
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS
6
ALDUNATE LIZANA, E., “Derechos Fundamentales”, Legal Publishing, San-
tiago, 2008, pp. 135-136.
7
GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo. La
garantía del contenido esencial de los derechos fundamentales en la Ley Funda-
mental de Bonn”, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1994, p. 9.
20 Gonzalo Javier Montory Barriga
8
BRAGE CAMAZANO, J., “Los límites a los derechos fundamentales”, Dykin-
son, Madrid, 2004, pp. 98 y ss.
9
ALDUNATE LIZANA, E., “Derechos Fundamentales”, ob. cit., p. 142.
10
En este sentido ALDUNATE LIZANA E. y FUENTES OLMOS, J., “El concepto
del derecho de propiedad en la jurisprudencia constitucional chilena y la teoría
de las garantías de instituto”, en Actas XVIII Jornadas de Derecho Público,
publicadas en Revista de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso, año
1997, p. 203.
La propiedad constitucional 21
11
Ya hemos señalado en la introducción, que nuestro trabajo se centrará en la
propiedad sobre cosas corporales. No abarcaremos la propiedad sobre cosas in-
corporales, ya que presenta particularidades que incluso hacen dudar a algunos
que se trate de una verdadera propiedad.
12
GUZMÁN BRITO, A., “Las cosas incorporales en la doctrina y en el derecho
positivo”, Editorial Jurídica de Chile, segunda edición actualizada, Santiago,
2006, p. 139.
13
MONTÉS, V., “La propiedad privada en el sistema del Derecho civil contempo-
ráneo”, Civitas, Madrid, 1ª edición, año 1980, p. 235.
14
En este sentido DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: crisis y re-
torno…”, ob. cit., p. 4; también PEÑAILILLO ARÉVALO, D., “Los bienes. La
propiedad y otros derechos reales”, (versión ampliada) Editorial Jurídica de Chi-
22 Gonzalo Javier Montory Barriga
le, Santiago, 2007, p. 83; también CALVO SAN JOSÉ, M. J., “La función social
de la propiedad y su proyección en el sistema de compensación urbanística”,
Ediciones Universidad de Salamanca, España, año 2000, p. 4. Paolo Grossi, por
su parte, sostiene que “la propiedad de los juristas es un quid, cualitativamente
diverso [a la del historiador o a la del sociólogo], no porque los juristas piensen
diversamente sino porque toman del mundo embrollado y complicado de la pro-
piedad sólo ciertos aspectos y no otros; la propiedad de los juristas es sobre todo
poder sobre la cosa…” GROSSI, P., “La propiedad y las propiedades. Un análisis
histórico”, Cuadernos Civitas, 1ª edición, Madrid, 1992, p. 50.
15
GUZMÁN BRITO, A., “Las cosas incorporales en la doctrina y en el derecho
positivo”, ob. cit., p. 144.
16
DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: crisis y retorno…”, ob. cit.,
p. 249.
La propiedad constitucional 23
17
PEÑAILILLO ARÉVALO, D., “Los bienes…”ob. cit., p. 32.
18
Artículo 20 de la Constitución Política de la República.
19
DÍEZ-PICAZO, L. y GULLÓN, A., “Sistema de derecho civil”, vol. III, Derecho
de Cosas y Derecho Inmobiliario General, Tecnos, Madrid, 2005 p. 140.
24 Gonzalo Javier Montory Barriga
20
En la sesión N° 159 de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, ce-
lebrada el 16 de octubre de 1975, el Comisionado Silva Bascuñán expuso al
respecto lo siguiente: “Veo muy claro que hay ataque a la esencia del dominio
tanto en la privación de su titularidad como en la privación de aquellos atributos
básicos sin los cuales no es tal dominio, porque no tiene ninguna significación
jurídica”. Y más adelante señaló: “Lo que se quiere defender con la palabra
“esencia” es toda la construcción o sistematización jurídica que encierra no sólo
la titularidad, sino los beneficios básicos sin los cuales el dominio deja de ser tal”.
21
Así lo denuncia CASTÁN TOBEÑAS, J., “Derecho Civil español, común y fo-
ral”, t. II, vol. I, 14ª edición, Reus, Madrid, 1992, p. 136. Vid. también del mismo
autor “La propiedad y sus problemas actuales”, ob. cit., p. 59, quién expresa que
“por la vía del análisis crítico a que se somete el concepto de propiedad, se llega
a las conclusiones más exageradas, que hacen tambalear —sin utilidad ninguna,
y con daño incalculable para la técnica jurídica— la construcción científica tra-
dicional del derecho civil”.
22
La idea de que los derechos se encuentran sujetos a límites nace coetáneamente
con la reflexión sobre los mismos derechos. ALDUNATE LIZANA, E., “Dere-
chos Fundamentales”, ob. cit., p. 232.
23
En Chile, Novoa ha sostenido que los límites al derecho de propiedad no han
faltado ni siquiera en las formulaciones más antiguas. NOVOA MONREAL, E.,
“El derecho de propiedad privada”, editorial Temis Librería, Bogotá, Colombia,
1979, p. 27.
La propiedad constitucional 25
24
PUIG BRUTAU, J., “Fundamentos de Derecho Civil”, t. III, vol. I, 4ª edición,
Bosch, Barcelona, año 1979, p. 133.
25
CASTÁN TOBEÑAS, J., “La propiedad y sus problemas actuales”, ob. cit., p.
41.
26
BRAGE CAMAZANO, J., “Los límites a los derechos fundamentales”, ob. cit.,
p. 36.
27
REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada en la Constitución española”, ob.
cit., pp. 4 y 5. Dice este autor que ha sido un debate recurrente en la historia,
teñido de una ideologización intensísima, la cuestión de si los romanos elabora-
ron un concepto de propiedad análogo al actual. Por su parte, Castán sostiene
que el Derecho romano no nos legó ninguna verdadera definición de propiedad.
CASTÁN TOBEÑAS, J., “Derecho civil español, común y foral”, ob. cit., p. 157.
28
De ahí que también el nombre del instrumento procesal creado para recuperar la
cosa era la vindicatio rei y no vindicatio domini, denominación esta última que
habría sido más adecuada según los esquemas actuales. RASCÓN GARCÍA, C.,
“Síntesis de historia e instituciones de derecho romano”, Tecnos, Madrid, año
2008, p. 218.
29
KASSER, M., “Ius gentium”, Comares, Granada, año 2004, p. 114; D’ORS, A.,
“Elementos de Derecho privado romano”, Eunsa, Navarra, año 1992, p. 71. Es-
te autor sostiene que los romanos identificaban el poder del dueño con las cosas
mismas. De ahí que la fórmula “esta cosa es mía” equivale al moderno concepto
de “tengo derecho de propiedad sobre esta cosa”.
26 Gonzalo Javier Montory Barriga
30
PUIG BRUTAU, J., “Fundamentos de Derecho Civil”, ob. cit., p. 133.
31
KASSER, M., “Ius gentium”, ob. cit., p. 116; también D’ORS, A., “Elementos…
”ob. cit., p. 72. Este autor señala que “a falta de una definición del dominio,
que los juristas no creyeron necesaria, tenemos en esos cuatro verbos [uti, frui,
habére y possidére] una descripción del contenido del derecho de pertenencia
dominical.
32
VILLEY, M., “El derecho romano”, Editorial Universitaria de Buenos Aires (EU-
DEBA), Buenos Aires, año 1960, p. 43. En Chile se puede consultar el trabajo de
ALDUNATE LIZANA E., y CORDERO QUINZACARA, E., “Evolución histó-
rica del concepto de propiedad”, en Revista de Estudios Histórico-Jurídicos, N°
30, año 2008, pp. 345-385.
La propiedad constitucional 27
33
Artículo 17 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano: “La
propiedad es un derecho inviolable y sagrado y nadie puede ser privado de ella,
a no ser que la necesidad pública, legalmente constatada, así lo exija y bajo la
condición de una justa y previa indemnización”.
34
DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: crisis y retorno…”, ob. cit.,
p. 6.
35
CARRILLO DONAIRE, J. A., “Las servidumbres administrativas (Delimitación
conceptual, naturaleza, clases y régimen jurídico)”, editorial Lex Nova, Vallado-
lid, 1ª edición, año 2003, pp. 33-34.
36
En este sentido DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: crisis y retor-
no…”, ob. cit., p. 63; también RODOTA, S., “El terrible derecho. Estudios sobre
la propiedad privada”, Civitas, Madrid, 1ª edición, 1986, p. 86, quién sostiene
que lo que en realidad se pretendía al calificar a la propiedad como derecho
absoluto en la época liberal, no era tanto la afirmación de su carácter ilimitado,
como resaltar que la propiedad quedaba desligada de toda suerte de dominio
eminente de reminiscencia feudal. El profesor Brahm García, citando a Alfons
Bürge, señala que la forma superlativa usada en el artículo 544, “de la mane-
ra más absoluta”, habría perseguido distinguir claramente el dominio del usu-
fructo, haciendo imposible el restablecimiento de formas feudales de propiedad
amparadas en esa figura, rompiendo así con las estructuras propias del antiguo
régimen, pero autorizando la intervención del Estado bajo el signo de la igual-
dad. Sostiene además este autor que el artículo 544 del Code no estuvo inspirado
en una concepción liberal individualista, como generalmente se ha pensado. El
contenido liberal extremo que se le suele asignar, tomó consistencia a lo largo del
28 Gonzalo Javier Montory Barriga
38
DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: crisis y retorno…”, ob. cit.,
p. 55.
39
COLINA GAREA, R., “La función social de la propiedad privada en la Consti-
tución española de 1978”, Bosch, Barcelona, año 1997, p. 94.
40
En este sentido DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: crisis y retor-
no…”, ob. cit., p. 97.
41
PEÑAILILLO ARÉVALO, D., “Los bienes…”, ob. cit., p. 95.
42
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…” ob. cit., pp. 93, 321,
322 y 323.
43
Esto coincide con la “concepción amplia de los derechos fundamentales”, según
la cual, para la fijación del ámbito protegido de un derecho fundamental, se parte
del supuesto de que todas las conductas que encajan en el tipo son conductas
permitidas y protegidas jurídicamente a través de la categoría del respectivo de-
recho fundamental, lo que permite que las restricciones legales que achiquen o
acorten esas libertades, puedan ser sometidas, en una fase ulterior, a un escruti-
nio o control constitucional (principio de legalidad, proporcionalidad, contenido
esencial). BRAGE CAMAZANO, J., “Los límites a los derechos fundamentales”,
ob. cit., pp. 98 y ss.
30 Gonzalo Javier Montory Barriga
2.3. La perpetuidad
El inciso 3°, el artículo 19 N° 24 previene que “nadie puede, en
caso alguno, ser privado de su propiedad, del bien sobre que recae o
de alguno de los atributos o facultades esenciales del dominio, sino en
virtud de ley general o especial que autorice la expropiación por causa
de utilidad pública o de interés nacional, calificada por el legislador”.
44
Castán sostiene que “el absoluto” debe ser entendido en el sentido de que las
facultades y poderes del propietario se presumen, mientras no se desprenda del
ordenamiento jurídico o de la naturaleza de las cosas que son objeto de propie-
dad, la existencia de limitaciones. CASTÁN TOBEÑAS, J., “La propiedad …”
ob. cit., p. 89.
45
Como lo apunta Messineo, la plenitud del dominio es una especie de fórmula en
blanco que sirve para expresar el sentido ampliamente comprensivo del derecho
de propiedad, lo que permite atribuir al propietario toda especie de poder lícito
de utilización, hasta la consumación de su objeto. MESSINEO, F., “Manual de
Derecho Civil y Comercial”, t. III, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos
Aires, año 1956, p. 259.
La propiedad constitucional 31
46
CEA EGAÑA, J. L., “Delimitación y privación del dominio en la Constitución de
1980”, XVIII Jornadas de Derecho Público, en Revista de Derecho de la Univer-
sidad de Concepción, año 1987, pp. 55-68; en este mismo sentido PEÑAILILLO
ARÉVALO, D., “Los bienes…”, ob. cit., p. 131.
47
El artículo 19 N° 7, letra g) de la Constitución de 1980 previene que “no podrá
imponerse la pena de confiscación de bienes, sin perjuicio del comiso en los ca-
sos establecidos por las leyes; pero dicha pena [la confiscación] será procedente
respecto de las asociaciones ilícitas”. De acuerdo al artículo 31 del Código Penal,
el comiso consiste en la pérdida de los efectos e instrumentos del delito. Ambas
figuras cuentan con reconocimiento constitucional, siempre y cuando se originen
como secuela de un proceso previo, racional y justo, en cuyo caso tendrán la
calidad de pena accesoria impuesta por la judicatura.
48
Regulados en el artículo 41 N°s 1, 5 y 8 de la Constitución de 1980. Contem-
plan, sin embargo, el pago de una indemnización al propietario afectado, si ha
sufrido daño. Vid., CEA EGAÑA, J. L., “Delimitación y privación…”, ob. cit.,
pp. 59 y 60.
49
En este sentido GUZMÁN BRITO, A., “Las cosas incorporales en la doctrina y
en el derecho positivo”, ob. cit., p. 252. También FUENTES OLMOS, JESSICA,
“El derecho de propiedad en la Constitución y la jurisprudencia”, Editorial Jurí-
dica Conosur Ltda., año 2001, p. 106.
50
Como por ejemplo, el régimen de amparo minero, cuyo incumplimiento deter-
mina el remate de la concesión en pública subasta (arts. 146 y ss. Del Código
de Minería), además de otras causales de caducidad de la concesión previstas en
32 Gonzalo Javier Montory Barriga
Sección II
LA PROPIEDAD CONSTITUCIONAL Y SU
RELACIÓN CON EL DERECHO PREEXISTENTE
cuentren abandonados y los que estén mal explotados”. Pero en base a nuestros
textos no podría suceder lo que en algún momento se dio en Francia durante la
postguerra donde existieron leyes que impusieron la obligación de cultivar la
tierra, so pena de que el cultivo fuera realizado por terceros en caso de incum-
plimiento, o quedando el Estado facultado para dar la tierra en arrendamiento,
o para venderla. Vid. EVANS DE LA CUADRA, E., “Estatuto constitucional
del derecho de propiedad en Chile”, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, año
1967, p. 168. La afirmación corresponde a una intervención en el Senado del
ministro Pedro Jesús Rodríguez, en el marco del debate en torno a las reformas
a la Constitución de 1925.
53
La ausencia de contraposición entre Constitución y Código civil, con especial
consideración de la doctrina italiana, puede verse en DE LOS MOZOS, J. L., “El
derecho de propiedad: crisis y retorno…”, ob. cit., pp. 146 y ss. En Chile, vid.,
34 Gonzalo Javier Montory Barriga
56
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…” ob. cit., p. 182.
57
Este tema puede ser consultado en el texto de EVANS DE LA CUADRA, E, “Los
derechos constitucionales”, t. III, 3ª edición actualizada por Eugenio Evans Pi-
ñera, Editorial Jurídica de Chile, año 2004. Lo relativo al derecho de propiedad
aparece destacado en las pp. 285, 305, 309, 311, 314 y 313.
58
STC de 30.04.1952 (BVerfGE 1, 264) citada por KIMMINICH, O., “La pro-
piedad en la Constitución alemana”, en AA.VV., “Propiedad, Expropiación y
Responsabilidad. La Garantía Indemnizatoria en el Derecho Europeo y Com-
parado”, Tecnos, Madrid, 1995 pp. 151. En Chile, la jurisprudencia ha relacio-
nado estrechamente la garantía constitucional del dominio con la regulación del
Código Civil. Así por ejemplo, en SCS de 19 de agosto de 1994, publicado en
Gaceta Jurídica N° 170, pp. 38 y ss., se dijo que “…el derecho de dominio está
garantizado en nuestra legislación por la Constitución y, concordante con ella, lo
hace expresamente el artículo 582 del Código Civil…” (Cons. 8°).
59
Aun cuando ha habido fallos que así lo han considerado, como por ejemplo,
SCS de 8 de junio de 1990, recaída en la causa caratulada Campos Canales (rol
14.444), publicada en Gaceta Jurídica N° 120. En ese fallo se sostuvo que la
sola existencia de una norma diferente a las establecidas en el Código civil como
modos de adquirir la propiedad (se refiere al DL. 2695), lesionaba los derechos
36 Gonzalo Javier Montory Barriga
que puede ser derogada o modificada por otra ley ordinaria. Pero si
bien la Constitución no garantiza la inmutabilidad de los preceptos
del Código, sin duda que ellos constituyen un antecedente importante
para llenar de contenido una serie de conceptos propios del Derecho
civil, que utiliza la Constitución.
De hecho, si tuviéramos que explicarle a alguien qué es la propie-
dad, sería absurdo recurrir primero a la Constitución, o a las dispo-
siciones que regulan algún estatuto especial, como el urbanismo, o
la legislación forestal o agraria. Lo primero que habría que hacer es
remitirse a la doctrina civil, donde se contienen los elementos básicos
y estructurales de la institución, y recién entonces acudir a la Cons-
titución, que la garantiza y protege; y a la regulación especial, donde
se determina el alcance de los poderes del dueño, en orden a regular
sus aprovechamientos. Como se ve, sin la dogmática civil es práctica-
mente imposible acceder a un conocimiento de lo que es el derecho de
propiedad60. Incluso, alguna doctrina constitucional ha llegado a sos-
tener que la norma del artículo 19 N° 24 es “inentendible sin conocer
el sentido de los artículos 582 y 583 del Código Civil”61.
La similitud entre el tipo constitucional del Derecho de propiedad
con aquel regulado en el Código Civil, se ve reflejada incluso en el
ámbito de las limitaciones al dominio, puesto que el artículo 582 de
62
BRAHM GARCÍA, E., “Propiedad sin libertad…”, ob. cit., p. 68.
63
Montés plantea que el artículo 348 del Código Civil español, contiene una nor-
ma lo suficientemente elástica como para poder adaptarse a las nuevas situa-
ciones, toda vez que admite que las facultades de goce y disposición puedan ser
limitadas por las leyes especiales. MONTÉS, V., “La propiedad privada en el
sistema del Derecho civil contemporáneo”, ob. cit., p. 252.
64
LACRUZ BERDEJO, J. L., “Elementos de Derecho civil” t. III, Derechos Reales,
Dykinson, Madrid, año 2004, p. 237. SERRANO ALBERCA, J. M., “El derecho
38 Gonzalo Javier Montory Barriga
68
De todas estas clasificaciones, creo que la única que presenta rasgos especiales
que permiten calificarla como otro tipo de propiedad, es la que recae sobre cosas
incorporales, teniendo presente, eso sí, que se ha discutido que se trate realmente
de una propiedad. Por su parte, la propiedad pública o el “dominio público”.
también tiene un régimen distinto, no porque constituya una excepción a la uni-
dad conceptual del dominio que venimos predicando, sino porque es discutible
que la relación entre el Estado y los bienes públicos sea la propietaria.
69
De ahí que Lacruz sostenga que las facultades no son un prius, sino un posterius,
por lo que no podrían servir para definirla. LACRUZ BERDEJO, J. L., “Elemen-
tos de Derecho civil”, ob. cit., p. 232. Serrano Alberca, por su parte, apunta que
el derecho de propiedad no sufre alteración alguna en su esencia, en lo que uni-
40 Gonzalo Javier Montory Barriga
tariamente es, por el hecho de que según la diversa índole de las cosas sobre las
que recae y la función social que deba satisfacerse con él, esté sometido a límites
negativos y positivos diferentes, por razón de sus distintos objetos. SERRANO
ALBERCA, J. M., “El derecho de propiedad, la expropiación y la valoración del
suelo”, ob. cit., p. 83.
70
GUZMÁN BRITO, A., “Las cosas incorporales en la doctrina y en el derecho
positivo”, ob. cit., p. 139.
71
Señala Lacruz que tanto en la antigüedad como ahora “la pluralidad de regíme-
nes del dominio, e incluso la distancia entre ellos, no afecta a la identidad del
punto de partida: un concepto de ordenación que vale igualmente para todas
sus variedades y regímenes, sin perjuicio de examinar ulteriormente lo que hay
de particular y característico que tiene cada una”. LACRUZ BERDEJO, J. L.,
“Elementos de Derecho civil”, ob. cit., p. 238.
72
La existencia de este género supremo es sostenida en Chile por GUZMÁN BRI-
TO, A., “Las cosas incorporales en la doctrina y en el derecho positivo”, ob. cit.,
pp. 137-138. Díez-Picazo señala que la diversificación de la propiedad presu-
pone, como un a priori lógico, una idea central de propiedad a partir de la cual
los diferentes estatutos se enjuician. De esta forma, la doctrina de la pluralidad
de propiedades representa en el fondo una inteligente manera de reconstruir el
puesto central de la propiedad. DÍEZ-PICAZO, L., en el prólogo a la obra de
RODOTA, S., “El terrible derecho…”, ob. cit., p. 16.
La propiedad constitucional 41
73
Serrano Alberca reproduce un voto de disidencia (voto particular) del Magis-
trado Rodríguez Bereijo, incluido en la STC español 89/1994, de 17 de marzo,
quién sostuvo que la exigencia constitucional del respeto al contenido esencial
lleva inevitablemente al intérprete “a tratar de delimitar de alguna manera los
rasgos del tipo de propiedad descrito en nuestra Constitución, por encima o más
allá de la «pluralidad de propiedades» en que se diversifica la institución domini-
cal (propiedad urbanística, propiedad agraria o forestal, propiedad inmobiliaria,
propiedad horizontal, propiedad industrial, etc.), a fin de que sirva de canon en el
control jurisdiccional que corresponde a este Tribunal”. Finaliza este Magistrado
diciendo que “en la Sentencia de la que disiento viene a dejarse en manos del Le-
gislador ordinario, en aras de la función social de la propiedad, la definición del
contenido esencial de «las propiedades» o distintos tipos o categorías de propie-
dad, al establecer para cada una de ellas su propio y específico régimen jurídico,
reconociéndole además, una gran disponibilidad o libertad de configuración. En
definitiva, el contenido esencial del derecho de propiedad, según el tipo o cate-
goría, será lo que el propio Legislador diga […] según el criterio dominante en
cada momento histórico […]. Así, huérfano de todo referente ex Constitutione la
garantía institucional que para el derecho de propiedad representa el concepto de
contenido esencial (art. 53.1 CE) se desvanece y volatiliza”. SERRANO ALBER-
CA, J. M., “El derecho de propiedad, la expropiación y la valoración del suelo”,
ob. cit., p. 82.
74
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit., p. 348. La-
cruz, por su parte, señala que la caracterización general del dominio como el
poder más pleno jurídicamente posible sobre una cosa, no está reñida con la
pluralidad de regímenes que puede presentar el dominio según el objeto sobre el
que recae, a consecuencia de la tutela de los intereses de la comunidad, lo que en
absoluto es incompatible con la definición única del instituto. Más aun, señala
que “la evolución moderna del contenido y límites de la propiedad; su diversifi-
cación según el objeto y la reducción extrema de los poderes del dueño sobre los
bienes de mayor relevancia social, no modifica el concepto del art. 348 del Cc”.
LACRUZ BERDEJO, J. L., “Elementos de Derecho civil”, ob. cit., pp. 238-239.
42 Gonzalo Javier Montory Barriga
75
DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: crisis y retorno…”, ob. cit.,
p. 141.
76
En este sentido BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob.
cit., pp. 100-102.
77
Ibidem, p. 130.
78
En este sentido, MEDINA DE LEMUS, M., “La propiedad urbana y el aprove-
chamiento urbanístico”, Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles
de España, Centro de Estudios Registrales, Madrid, año 1995, p. 149.
79
Serano Alberca, en un estudio comparado del derecho de propiedad sobre el
suelo, concluye que para la doctrina alemana mayoritaria (Leisner), la propiedad
sigue siendo un derecho unitario no diluible en una pluralidad de facultades
sometidas a regímenes jurídicos diversos, y además, sigue siendo una potestad
de disponer sobre determinados bienes y de excluir de dicha disposición a los
demás. SERRANO ALBERCA, J. M., “El derecho de propiedad, la expropiación
y la valoración del suelo”, ob. cit., p. 44.
La propiedad constitucional 43
Sección I
LA REGULACIÓN DEL DERECHO DE
PROPIEDAD POR EL LEGISLADOR
80
GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”,
ob. cit., pp. 142 y ss.
46 Gonzalo Javier Montory Barriga
81
En este sentido NOGUEIRA ALCALÁ, H., “Aspectos de una teoría de los Dere-
chos fundamentales: La delimitación, regulación, garantías y limitaciones de los
Derechos fundamentales”, en Ius et Praxis, Universidad de Talca, Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales, N° 2, año 2005, p. 35.
82
Concluye esto mismo una sentencia del Tribunal Constitucional chileno, al se-
ñalar que “en el ordenamiento chileno no compete al legislador determinar el
contenido del derecho de propiedad, comoquiera que es el mismo constituyente
quién fija y reconoce cuáles son precisamente aquellas «facultades esenciales»
del dominio, que permiten de suyo «usar, gozar y disponer» de la propiedad
(incisos segundo y tercero del artículo 19, N° 24)”. Y más adelante concluye esta
sentencia lo siguiente: “…no obstante que el legislador puede regular su ejercicio
(establecer el modo de adquirir la propiedad, de usar, gozar y disponer de ella),
así como implantar ciertas restricciones y cargas (limitaciones y obligaciones
que deriven de su función social), carece —sin embargo— de una potestad de
configuración que le permita delimitar el contenido sustancial del derecho domi-
nical, desde el momento en que la tarea de definir sus facultades inmanentes fue
asumida por el propio constituyente”. STCCh de 29 de enero de 2014, Rol N°
2299-12-INA (Cons. 6° del voto que estuvo por acoger el requerimiento).
83
Sin embargo, existe controversia en la doctrina acerca del alcance de la facultad
del legislador ordinario para configurar los derechos fundamentales. Así, hay
autores como Baño León, que sostienen que al legislador no le está reservada una
función meramente aplicativa de la Constitución, sino una labor creadora, capaz
de actualizar el mensaje que los derechos fundamentales llevan dentro. BAÑO
LEÓN, J. M., “La distinción entre derecho fundamental y garantía institucional
en la Constitución española”, en Revista Española de Derecho Constitucional,
año 8, número 24, septiembre-diciembre 1988, p. 162. La mayoría de los autores
que se mantienen en esta línea se fundan en Häberle, quién le otorga al legislador
un papel activo en la configuración del contenido de los derechos fundamentales.
HÄBERLE, P., “La garantía del contenido esencial de los derechos fundamenta-
les”, traducción de Joaquín Brage Camazano, Dykinson, Madrid, año 2003, pp.
125 y ss.
La propiedad constitucional 47
84
Una sentencia del Tribunal Constitucional alemán ha señalado, en este sentido,
que los puntos de vista que orientan una intervención legislativa no tienen nin-
gún papel en la definición del tipo del respectivo derecho fundamental, porque
aquello significaría que habría que adaptar el tipo a las necesidades de interven-
ción. Sentencia citada por BRAGE CAMAZANO, J., “Los límites a los derechos
fundamentales”, ob. cit., p. 100.
85
Gavara señala que esta es una debilidad que presenta la concepción de Häberle,
sobre el rol del legislador en los derechos fundamentales. GAVARA DE CARA, J.
C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”, ob. cit., p. 106-107.
86
HÄBERLE, P., “La garantía del contenido esencial de los derechos fundamen-
tales”, ob. cit., p. 43. En otro lugar el autor señala que: “A la legislación de
reserva le está, en principio, prohibido determinar los derechos fundamentales
y conformarlos en cuanto a su contenido. La Ley Fundamental no reconoce
derechos fundamentales según la «medida de las leyes» pues no se quería auto-
rizar al legislador a la arbitrariedad”. Esta es, según el autor, la tesis tradicional
(p. 131).
87
Montés sostiene, para el caso español, que el concepto de contenido esencial no
puede darlo la propia ley que se dicte para regular el derecho afectado, o para
48 Gonzalo Javier Montory Barriga
90
Cierta doctrina ha señalado que la configuración de un derecho fundamental
sólo comprende aquellas actuaciones legislativas dirigidas a protegerlo, promo-
verlo, posibilitar o facilitar su ejercicio, y en general, a desarrollar los objetivos
perseguidos a través de su establecimiento. BRAGE CAMAZANO, J., “Los lími-
tes a los derechos fundamentales”, ob. cit., pp. 69 y ss.
50 Gonzalo Javier Montory Barriga
91
BRAGE CAMAZANO, J., “Los límites a los derechos fundamentales”, ob. cit.,
pp. 72-73. Gavara, por su parte, sostiene que no toda concreción representa una
limitación de un derecho fundamental. Sólo lo será cuando el interés individual
protegido por el derecho se obstaculiza a favor de un interés estatal. En tal caso
hay que plantearse la cuestión de si tal limitación es o no constitucional. GAVA-
RA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”, ob.
cit., p. 27.
92
Ibidem, p. 193 y la doctrina alemana citada por él.
93
Alexy formula esta regla utilizando el derecho fundamental de la propiedad pri-
vada, el que según este autor, exige las mayores posibilidades de realización, lo
que a su vez incluye una medida lo más amplia posible de utilización privada
y de capacidad de disposición. En este contexto, cualquier eliminación de una
competencia anteriormente existente en el propietario, implica una restricción
La propiedad constitucional 51
del derecho de propiedad que requiere ser justificada. ALEXY, R., “Teoría de
los derechos fundamentales”, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,
Madrid, año 2008, pp. 326-328.
94
GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”,
ob. cit., p. 207. Esta parece haber sido también la intención del constituyente
chileno, ya que en la sesión N° 150 de la Comisión de Estudios de la Nueva
Constitución, celebrada el 4 de septiembre de 1975, el Comisionado Silva Bascu-
ñán señaló que la garantía de la esencia abarcaba no solamente las limitaciones,
sino también a “otros aspectos que no son las limitaciones” como por ejemplo,
“el modo de adquirir, gozar y disponer; porque también las normas que incidan
en esos respectos” aun cuando pudiera considerarse que no son limitaciones o
restricciones al derecho de propiedad, pueden llegar a ser “arbitrarias y atrope-
lladoras de la esencia del derecho”.
95
Para esta distinción, vid. MARTÍN MATEO, R., “El estatuto de la propiedad
inmobiliaria”, en Revista de Administración Pública, Instituto de Estudios Políti-
cos, Madrid, N° 52, año 1967, pp. 101-150. Señala este autor que en la doctrina
alemana, a partir de Gierke, con trascendencia posterior en la doctrina de otros
países, se viene precisando la distinción entre aquellas restricciones a la propie-
dad impuestas expresamente sobre la misma, de aquellas otras que más bien
constituyen el trazado de sus confines y la precisión de su concepto, describiendo
las barreras dentro de las cuales se mueven los derechos dominicales. Se utilizan
para ello los términos contrapuestos de Eigentumsbegrenzungen, límites; y Ei-
gentumsbeschrenkungen, limitaciones. (p. 130).
52 Gonzalo Javier Montory Barriga
96
Esto se desprende, en general, de la forma en que abordan la distinción diver-
sos tratadistas. Así, CASTÁN TOBEÑAS, J., “Derecho civil español, común y
foral”, ob. cit., pp. 195 y ss.; DÍEZ-PICAZO, L. y GULLÓN, A., “Sistema de
Derecho Civil”, ob. cit., pp. 143; LACRUZ BERDEJO, J. L., “Elementos de
Derecho Civil”, ob. cit., pp. 262-263; PUIG BRUTAU, J., “Fundamentos de De-
recho Civil”, ob. cit., pp. 247 y ss.
97
En este sentido, DE OTTO Y PARDO, I., “La regulación del ejercicio de los
derechos y libertades. La garantía de su contenido esencial en el artículo 53.1 de
la Constitución”, en Derechos fundamentales y Constitución, editorial Civitas,
Madrid, 1988, p. 145.
98
O simplemente caer en la esfera general del principio de legalidad, o de algún
otro principio reconocido en cada Estado constitucional. CASAL HERNÁN-
DEZ, J. M., “¿Deslindar o restringir? El debate sobre el alcance del ámbito pro-
tegido del Derecho Fundamental en Alemania”, en Revista Española de Derecho
Constitucional, N° 82, enero/abril 2008, Centro de Estudios Políticos y Consti-
tucionales, p. 84.
99
BRAGE CAMAZANO, J., “Los límites a los derechos fundamentales”, ob. cit.,
p. 82.
100
Según lo sostiene Guzmán Brito, con la expresión “bienes incorporales” la Cons-
titución discurre sobre la base de la propiedad sobre derechos reales y personales
o créditos, en el sentido de los arts. 576 a 580 Código Civil, es decir, sólo com-
prende los derechos que pueden ser catalogados como “bienes”, y no a todo tipo
de beneficio patrimonial, de cualquier índole. En consecuencia, cualquier otro
tipo de derecho que no sea un bien, debe ser excluido de la garantía constitucio-
nal del dominio, por no tratarse de una cosa incorporal. GUZMÁN BRITO, A.,
“Las cosas incorporales…”ob. cit., pp. 246-249.
La propiedad constitucional 53
101
Aldunate sostiene que una de las principales ventajas del manejo del concepto de
tipicidad, o de ámbito protegido, en la dogmática de los derechos fundamentales,
“es que incluye, dentro de una etapa muy temprana del análisis, el concepto de
límite del respectivo derecho”. ALDUNATE LIZANA, E., “Derechos Funda-
mentales”, ob. cit., p. 142.
102
BRAGE CAMAZANO, J., “Los límites a los derechos fundamentales”, ob. cit.,
p. 80-81.
103
CARRILLO DONAIRE, J. A., “Las Servidumbres administrativas”, ob. cit., pp.
27 y 51. Para el análisis de las limitaciones al dominio, desde diversas perspecti-
vas, vid. MOHOR ABUAUAD, S., “Taxonomía de las limitaciones al dominio y
54 Gonzalo Javier Montory Barriga
107
BRAGE CAMAZANO, J., “Los límites a los derechos fundamentales”, ob. cit.,
pp. 100 y ss. También CASAL HERNÁNDEZ, J. M., “¿Deslindar o restringir?,
ob. cit., pp. 83-117.
56 Gonzalo Javier Montory Barriga
la teoría de los límites inmanentes sostiene que los derechos y los lími-
tes no pueden entenderse como categorías diferentes108.
Creemos que este planteamiento confunde la limitabilidad (como
característica, no sólo del derecho de propiedad, sino de todo dere-
cho), con las limitaciones mismas. Parece ser que el propósito de los
límites inmanentes no es otro que el de justificar una eventual limita-
ción, ante la dificultad de descubrir un expreso apoyo constitucional
donde fundarla. Se recurre entonces a los límites inmanentes, en el
sentido de que subyacen al reconocimiento constitucional del dere-
cho, cuestión que nos parece criticable.
Estimamos que en el Texto constitucional chileno no existe base
alguna para sostener que el derecho de propiedad tenga como fun-
damento una atribución condicionada por límites inmanentes. Por el
contrario, el estatuto general de la propiedad constitucional se funda
en la libertad y autonomía en el uso y goce de los bienes. De ahí que
las limitaciones y las obligaciones impuestas al propietario deban ser
específicas y sólo puedan establecerse por ley expresa. Así por ejem-
plo, no parece sostenible que en nuestro ordenamiento, el derecho de
propiedad sobre un inmueble que colinda con una playa pública no
contenga la facultad de excluir, estando el dueño de antemano sujeto
a otorgar acceso gratuito al público, por la sola ubicación del inmue-
ble109. Si dicho límite se encontrara implícito, entonces la facultad de
excluir quedaría de antemano fuera de la garantía constitucional del
dominio, en cuyo caso la ley que ordena fijar la franja de acceso, sólo
se limitaría a declarar una situación preexistente. Esto no se condice
con el texto del artículo 19 N° 26 de la Constitución chilena, del que
se desprende que es el legislador el llamado a limitar los derechos
garantizados por ella, en los casos en que la propia Constitución lo
autorice, lo que es demostrativo de que las limitaciones son siempre
externas al derecho, y por lo mismo, deben respetar el contenido esen-
cial.
En la doctrina, principalmente alemana, ha existido un enérgico
rechazo a la categoría de los denominados límites inmanentes, intrín-
108
En este sentido NOGUEIRA ALCALÁ, H., “Aspectos de una teoría de los Dere-
chos fundamentales…”, ob. cit., p. 32.
109
Artículo 13 del DL. 1.939, de 1977.
La propiedad constitucional 57
Sección II
EL ROL DE LA FUNCIÓN SOCIAL EN LA
REGULACIÓN DEL DERECHO DE PROPIEDAD
1. Aspectos generales
Como es sabido, la expresión “función social de la propiedad” fue
acuñada a comienzos del siglo XX por León Duguit, como una vía
transaccional entre la ideología liberal proveniente de la Revolución
francesa (recogida en los Códigos decimonónicos) y la propiamente
socialista. Su enunciación inicial fue notoriamente confusa. Sin em-
110
BRAGE CAMAZANO, J., “Los límites a los derechos fundamentales”, ob. cit.,
p. 81.
111
Ibidem, pp. 99 y ss.
58 Gonzalo Javier Montory Barriga
112
LASARTE, C. “Principios de Derecho Civil”, tomo IV, 4ª edición, Marcial Pons,
Madrid-Barcelona, 2002, p. 83. Ya en Girke se aprecian elementos socializantes,
a partir del título de su obra “La Función (tarea) social del Derecho privado”,
Vid. BRAHM GARCÍA, E., “Propiedad sin libertad…”, ob. cit., pp. 25 y ss.
(quien cita la obra de Gierke “Die social Aufgabe des Privatrecht”, 1889); tam-
bién, CARRILLO DONAIRE, J. A., “Las Servidumbres administrativas”, ob.
cit., p. 40 (específicamente cita a pie de página N° 24).
113
Para una detallada enumeración de los cambios introducidos por el artículo 153
de la Constitución de Weimar, en relación al régimen constitucional del derecho
de propiedad privada, Vid. REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada en la
Constitución española”, ob. cit., pp. 111 y 112.
114
Vid., CASTÁN TOBEÑAS, J., “Derecho civil español, común y foral”, ob. cit.,
p. 147. En Chile, vid. NOVOA MONREAL, E., “El derecho de propiedad priva-
da”, ob. cit., p. 47.
La propiedad constitucional 59
115
BERTELSEN REPETTO, R., “El derecho de propiedad en la Constitución de
1925”, introducción al libro de BRAHM GARCÍA, E., “Propiedad sin libertad:
Chile 1925-1973”, Ediciones Universidad de los Andes, Santiago, 1999, pp. 43-
44. Es clara la influencia de Duguit en este planteamiento, lo que quedó reflejado
en la lectura que el presidente Arturo Alessandri Palma le dio a un trozo de la
obra de este autor, en uno de los debates de las comisiones, donde se afirmaba
que “el concepto de propiedad como derecho subjetivo desaparece, para ser re-
emplazado por el concepto de la propiedad como función social” (p. 44). Puede
consultarse también EVANS DE LA CUADRA, E., “Estatuto constitucional…”
ob. cit., pp. 13 y ss., en donde se reproduce parte del debate llevado a cabo en el
seno de la subcomisión redactora de la Constitución de 1925.
116
Vid. Informe de la Subcomisión de Derecho de Propiedad, en Anexo de la se-
sión N°148, de 26 de agosto de 1975, de la Comisión de Estudios de la Nueva
Constitución. En un Memorandum evacuado por dicha Comisión al Presidente
de la República, de fecha 16 de agosto de 1978, en que se expusieron las ideas
precisas relativas al futuro texto constitucional, se dijo que “la función social es
inherente al derecho de propiedad y está implícita en él. Supone que el derecho
debe ser ejercido de acuerdo con el fin que le es propio y en armonía con los
intereses colectivos”; sin embargo, más adelante se dijo que la función social de
la propiedad era la que “justifica las limitaciones y obligaciones que el legislador
podía imponerle al derecho de propiedad”, lo que en cierta medida representa
una contradicción con lo afirmado precedentemente, como luego se dirá. El in-
forme se encuentra publicado en Revista Chilena de Derecho, vol. 8, N°s 1-6,
enero-diciembre 1981, p. 213.
60 Gonzalo Javier Montory Barriga
117
EVANS DE LA CUADRA, E., “Estatuto constitucional del derecho de propiedad
en Chile”, ob. cit., p. 406.
118
CEA EGAÑA, J. L., “Derecho constitucional chileno”, ob. cit., p. 535. Sin em-
bargo, esta opinión es contradictoria con la que el autor vierte antes, en la mis-
ma página del texto citado, donde señala que la función social es un elemento
estructural del dominio; que es parte del derecho mismo y no algo adicionado
o supuesto por el Estado a él, concluyendo que es “un criterio delimitador del
contenido esencial”.
119
CLARO SOLAR, L., “Explicaciones de Derecho civil chileno y comparado”,
tomo 6, vol. I, (correspondiente al vol. III) Editorial Jurídica de Chile, Santiago,
año 1979, p. 411.
120
Lasarte cree que la expresión función social de la propiedad carece de un valor
técnico concreto, constituyendo simplemente un concepto jurídico indetermina-
do que pretende adecuar la titularidad dominical a las exigencias sociales. LA-
SARTE, C., “Principios de Derecho Civil”, ob. cit., p. 85. Para Rey Martínez, la
idea de función social no tiene una génesis jurídica, sino que más bien ha surgido
en el ámbito social y político. REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada…”,
ob. cit., p. 352. Este autor desarrolla una detallada evolución doctrinaria del con-
cepto a partir de Comte. Por su parte, Álvarez-Caperochipi sostiene que, como
teoría concreta, la función social muestra más bien un aspecto programático y
La propiedad constitucional 61
123
STCCh de 2 de diciembre de 1996, recaída en causas acumuladas roles N°s
245-246 (Cons. 27°); también en STCCh de fecha 29 de enero de 2014, rol N°
2299-12-INA recaída en causa de protección caratulada “Constructora Santa
Beatriz con Consejo de Monumentos Nacionales y Ministerio de Educación”,
rol N° 25.159-12, del ingreso de la Corte de Apelaciones de Santiago (Cons. 7°
voto de rechazo del requerimiento).
124
En este sentido LACRUZ BERDEJO, J. L., “Elementos de Derecho Civil”, ob.
cit., pp. 245-246.
La propiedad constitucional 63
125
STCCh de fecha 30 de octubre de 1995, rol N° 226, que se pronunció sobre
la inconstitucionalidad de ciertos preceptos de un proyecto de ley relativo a la
libertad de expresión (Cons. 47º).
126
De los Mozos sostiene que la verdadera idea moderna de la función social de la
propiedad surge para combatir el individualismo jurídico que “se dice” ha inspi-
rado por completo a los Códigos Civiles. DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de
propiedad: crisis y retorno…”, ob. cit., p. 110.
127
CALVO SAN JOSÉ, M. J., “La función social de la propiedad…” ob. cit., p. 35.
64 Gonzalo Javier Montory Barriga
los 932 y 2328 inc. 2° del Código Civil. Incluso, cuando se trata de
situaciones que pueden provocar un perjuicio a la colectividad, la ley
otorga acción popular, como sucede en el caso del artículo 2333 del
mismo Código. Todo lo dicho es sin perjuicio de la procedencia del
recurso de protección de las garantías constitucionales enumeradas en
el artículo 20 de la Constitución.
Pero hay otra forma de entender la función social, que es precisa-
mente la que recoge el ordenamiento constitucional: Una justificación
de las limitaciones legales al derecho de propiedad. En este caso, la
función social no descansa en un reproche a la conducta del propie-
tario, sino que responde a un imperativo de satisfacción de las nece-
sidades públicas, cuyo cumplimiento le es encomendado al legislador
ordinario. Desde esta perspectiva, la función social no es una regla
de conducta. Tampoco es una norma general limitativa de los dere-
chos subjetivos. Constituye solamente una orientación genérica a la
labor legislativa, que no obliga directamente al propietario; tampoco
al juez, porque ella no tiene la categoría de un principio general de
derecho del que pueda hacerse aplicación directa y efectiva, como sí
lo es, según lo hemos señalado, el repudio al abuso del derecho o a
su ejercicio antisocial, o el deber de no dañar a nadie, cuya infracción
acarrea responsabilidad.
Desde esta perspectiva, no podría ser la función social el funda-
mento de una demanda dirigida en contra de un propietario, tendien-
te a exigirle que utilice o destine un bien para fines más beneficiosos
desde el punto de vista social, porque en nuestra Constitución es sólo
el legislador el llamado a desarrollarla, dentro de los marcos que la
propia Carta le señala. No existe, en este sentido, una supuesta ac-
ción popular dirigida a conseguir la adopción de medidas judiciales
o administrativas tendientes a hacer cumplir la función social de la
propiedad, sin que exista un daño real o contingente para las perso-
nas128. Ello porque la función social del dominio es una finalidad cuya
salvaguarda no le corresponde al titular del derecho, como iniciativa
propia. Tampoco tienen los jueces la facultad de revisar en concreto la
manera como el propietario ejerce el derecho de propiedad, a efectos
128
En igual sentido, LACRUZ BERDEJO, J. L., “Elementos de Derecho civil”, ob.
cit., p. 256.
La propiedad constitucional 65
129
En la Subcomisión de Derecho de Propiedad se había propuesto en un principio
el siguiente texto relacionado con la función social del dominio, para el que lue-
go sería el art. 19 N° 24 inciso 2° de la Constitución Política de 1980: “La fun-
ción social obliga a emplear la propiedad en el fin que le es natural en armonía
con los intereses colectivos”. Sin embargo esa idea no prosperó. Vid. Comisión
de Estudios de la Nueva Constitución, Sesión N° 36, y en general la discusión
suscitada en Sesiones N° 155 de 2 de octubre de 1975 y 212 de 19 de mayo de
1976.
66 Gonzalo Javier Montory Barriga
130
Torsten Stein, comentando el apartado 2 del artículo 14 de la Ley Fundamental
de Bonn, que previene que “la propiedad obliga y que su uso debe servir al bien
común”, ha señalado que dicho precepto está orientado al legislador en su fun-
ción de marcar ciertos límites a los diferentes derechos. Sostiene que no existe
coincidencia en cuanto a si esta disposición tendría aplicación directa a cada
propietario. Al menos en la jurisprudencia, no se ha corroborado que el indivi-
duo se encuentre constitucionalmente obligado a hacer un uso de su propiedad
que se compadezca con la función social, o a omitir ciertos usos que sean con-
trarios a ella. Concluye que es el poder legislativo el que traza en forma de leyes
ciertos límites al dominio del propietario en interés del bien común. STEIN, T.,
“Garantías constitucionales en el Derecho de propiedad alemán”, en Anuario
de Derecho Constitucional Latinoamericano, edición 1998, Konrad Adenauer
Stiftung, p. 363-364.
131
Verdugo, Pfeffer y Nogueira, afirman que “la Constitución sólo ha previsto la
procedencia de limitaciones u obligaciones por las muy determinadas expresio-
nes de la función social del dominio y toda otra restricción es inconstitucional”.
VERDUGO MARINKOVIC, M., PFEFFER URQUIETA, E., NOGUEIRA AL-
CALÁ H., “Derecho constitucional”, tomo I, Editorial Jurídica de Chile, año
2012, p. 311. Según José Luis Cea, constituye una característica sustantiva de
nuestro ordenamiento constitucional “la delimitación precisa de las facultades
del legislador, las que además han sido reducidas, para lo cual se tuvo presente,
sin lugar a dudas, el canon de la teoría constitucional moderna, según el cual,
poco sirven los principios de la Carta Fundamental cuando su implementación se
delega con exagerada amplitud en el legislador”. CEA EGAÑA, J. L, “El estatuto
constitucional del dominio”, Boletín de Investigaciones Universidad Católica de
Chile, Facultad de Derecho, año 1979, especialmente pp. 7, 8, 19 y 2. Evans, ana-
lizando el alcance de las modificaciones introducidas a la Constitución de 1925,
que culminaron con la incorporación del concepto de función social, plantea que
es perfectamente posible la inaplicabilidad de un precepto legal que establezca
limitaciones u obligaciones al derecho de propiedad fuera de los casos previstos
en la Constitución. EVANS DE LA CUADRA, E., “Estatuto constitucional del
derecho de propiedad en Chile”, ob. cit., pp. 404 y 405.
La propiedad constitucional 67
constitucional132. Pero además, hay que advertir que aun cuando con-
curra alguna de dichas causales, la función social se verá igualmente
limitada si las necesidades colectivas exigen de ciertos bienes un grado
de compromiso público que no sea posible de obtener por la vía de
imponerle al dominio limitaciones o cargas. Entonces el Estado debe
expropiar, basado en la utilidad pública o el interés nacional. De ahí
que Barnes sostenga que la expropiación comienza cuando termina la
función social133.
Lo dicho deja en evidencia que la función social, lejos de ser un
límite inherente al derecho de propiedad, constituye un título de in-
tervención que sólo podrá ser utilizado por el legislador cuando con-
curra alguna de las causales previstas en la Carta Fundamental. Fuera
de ellas, en Chile no hay función social. Siendo una directriz genérica,
necesita ser concretada por el legislador ordinario, quién, como intér-
132
En STCCh de 10 de febrero de 1995, recaída en la causa rol N° 226, el Tri-
bunal declaró inconstitucional un proyecto de ley por imponer restricciones y
limitaciones al dominio fuera del ámbito de la función social. Luego de recalcar
el fallo que la Constitución, en su artículo 19 N° 24, sólo autoriza al legislador
para establecer limitaciones y obligaciones al derecho de propiedad cuando ellas
tienen como antecedente alguna de las causales de función social señaladas en
dicho precepto, (Cons. 56°), concluyó que en la especie no se daba ninguna de
ellas (Cons. 57°), por lo que mal podía entenderse que las limitaciones que se
pretendía imponer a los accionistas, tuvieran su fundamento en la función social
del dominio, toda vez que no se encontraban comprometidos los intereses gene-
rales de la Nación, la seguridad nacional, la utilidad y salubridad públicas ni la
conservación del patrimonio ambiental (Cons. 58°). En base a este razonamiento
el Tribunal Constitucional resolvió que el proyecto de ley analizado era incons-
titucional, ya que las necesidades que se habían esgrimido, por muy generales y
beneficiosas que pudieran haber sido para la economía del país, no se enmarca-
ban en ninguno de los capítulos de la función social. También en STCCh de fecha
30 de octubre de 1995, rol N° 226 relativa a la libertad de expresión, el Tribunal
sostuvo que si bien el artículo 19 N° 24 inciso segundo de la Constitución, esta-
blece la posibilidad de imponerle limitaciones al derecho de propiedad, aquello
lo será solamente en la medida que dichas limitaciones deriven de su función so-
cial, función que comprende, por expresa disposición constitucional, cuanto exi-
jan las circunstancias que en el texto se indican, las cuales, según el Tribunal no
se configuraban en el caso sometido a su conocimiento (Cons. 46°); recalcando a
continuación que toda limitación o restricción a un derecho constitucionalmente
asegurado, puede establecerse únicamente en los casos o circunstancias que en
forma precisa y restrictiva indica la Carta Fundamental (Cons. 47°).
133
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit., p. 379.
68 Gonzalo Javier Montory Barriga
prete del interés general, regula el alcance de las facultades del dueño,
dentro del marco de la garantía constitucional. En otras palabras no
es la función social la que delimita a priori el contenido del derecho
de propiedad, sino que es el legislador quién, por mandato constitu-
cional, está habilitado para limitarlo conforme a ella.
Este planteamiento podría ser diferente en otras latitudes134. Así
por ejemplo, en España el artículo 33.2 de la Constitución de 1978
dice que es “la función social” de la propiedad privada la que “de-
limitará su contenido” de acuerdo con las leyes. Esto ha llevado al
Tribunal Constitucional español a sostener que “… la fijación del
contenido esencial de la propiedad privada no puede hacerse desde
la exclusiva consideración subjetiva del Derecho o de los intereses
individuales que a éste subyacen, sino que debe incluir igualmente
la necesaria referencia a la función social, entendida no como límite
externo a su definición o a su ejercicio, sino como parte integrante
del derecho mismo. Utilidad individual y función social definen, por
tanto, inescindiblemente el contenido del derecho de propiedad sobre
cada categoría o tipo de bienes (fundamento 2°)”135.
Algo similar se da en el ordenamiento jurídico alemán, puesto
que el artículo 14.2 de la Ley Fundamental de Bonn, señala que: “La
propiedad obliga. Su uso debe servir asimismo al bien común”. La
doctrina alemana se ha referido a esta disposición utilizando diversas
acepciones, tales como vinculación social (Sozialbindung), obligación
social (Sozialpflichtigkeit), sujeción social (Sozialgebundenheit) o de-
ber social (Sozialverpflichtung) de la propiedad. Si a esto le sumamos
que el artículo 14.1 señala que “el contenido y los límites [del de-
recho de propiedad] se determinan por las leyes”, no resulta difícil
134
Así lo ha sostenido el Tribunal Constitucional chileno en una de sus sentencias,
al señalar que en lo referente a la garantía constitucional del dominio, “nuestra
Ley Suprema se apartó de otras constituciones contemporáneas, como las de
Alemania (artículo 14.1) o de España (artículo 33.2), que confían a las leyes
demarcar el contenido esencial del derecho de propiedad”. STCCh de 29 de
enero de 2014, Rol N° 2299-12-INA (Cons. 6° del voto que estuvo por acoger el
requerimiento).
135
Sentencia N° 37 de 26 de marzo de 1987, relativa a la Reforma Agraria andalu-
za. Esta sentencia aparece publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) N°
89, de fecha 14 de abril de 1987.
La propiedad constitucional 69
136
KIMMINICH, O., “La propiedad en la Constitución alemana”, ob. cit., p. 155.
137
Dice el artículo 42, inciso 2° de la Constitución italiana que “la propiedad pri-
vada está reconocida y garantizada por la ley, que determinará los modos de ad-
quirirla, de goce y los límites con el fin de asegurar la función social y de hacerla
accesible a todos”.
70 Gonzalo Javier Montory Barriga
138
La garantía de la propiedad pública está consagrada en el artículo 19 N° 23 que
deja al margen de la apropiación privada aquellos bienes que pertenecen a la
Nación toda.
139
LASARTE, C., “Principios de Derecho Civil”, ob. cit., p. 56.
La propiedad constitucional 71
140
Por lo expuesto, no estamos de acuerdo con lo afirmado por Bordali, cuando
señala que: “el legislador puede limitar o delimitar el derecho de propiedad en
virtud de su función social, límites que sólo puede establecerlos el legislador
mediante ley, sin que a su respecto rija la norma del articulo 19 N° 26 de la Cons-
titución Política (porque la función social forma parte de la esencia del derecho
de propiedad y puede limitar su libre ejercicio)”. BORDALI SALAMANCA, A.,
“Comentario a la sentencia Empresa Forestal Trillium Limitada”, ob. cit., p. 134.
141
Como lo veremos en la segunda parte de este trabajo, cierta doctrina alemana
ve en el contenido esencial de los derechos un “límite de límites” (Schranken-
Schranke), esto es, un límite a la actividad limitadora del legislador, puesto que
constituye una frontera más allá de la cual no le está permitido inmiscuirse en
los derechos y garantías constitucionales. Vid., GAVARA DE CARA, J. C., “De-
rechos fundamentales y desarrollo legislativo…”, ob. cit., p. 11. En igual sentido
NOGUEIRA ALCALÁ, H., “Derechos fundamentales y garantías constituciona-
les”, tomo I., editorial Librotecnia, año 2007, p. 101.
142
En este sentido, SERRANO ALBERCA, J. M., “El derecho de propiedad, la ex-
propiación y la valoración del suelo”, ob. cit., p. 105.
143
RODRÍGUEZ-ARMAS, M. L., “Análisis de contenido esencial de los derechos
fundamentales enunciados en el art. 53.1 de la Constitución española”, editorial
Comares, Granada, 1996, p. 172-173.
144
Aldunate, al tratar la tipicidad iusfundamental, señala que se deben excluir de
ella aquellas normas habilitantes de una intervención estatal. Es el caso de la
función social en el derecho de propiedad. Si se considerara incluida en el tipo,
72 Gonzalo Javier Montory Barriga
habría que concluir que la protección que brinda ese derecho fundamental sólo
consistiría en la legalidad de las hipótesis de intervención. De ahí que estas dis-
posiciones habilitantes no deben ser consideradas en el tipo iusfundamental, sino
que solamente son una exigencia de la legalidad de las intervenciones, pero de
un ámbito de protección ya configurado, de manera que se le pueda exigir a la
ley reguladora que lo respete como una entidad distinguible, de acuerdo con los
parámetros constitucionales que habilitan al legislador para limitarlo. ALDU-
NATE LIZANA, E., “Derechos Fundamentales”, ob. cit., p. 141-142.
145
EVANS DE LA CUADRA, E., “Estatuto constitucional del derecho de propiedad
en Chile”, ob. cit., pp. 395-397.
La propiedad constitucional 73
Sección I
LA RÍGIDA DISTINCIÓN ENTRE LAS
LIMITACIONES Y LAS PRIVACIONES
1. Antecedentes normativos
Prácticamente en todos los países se ha presentado el problema
de tener que distinguir entre aquellas intervenciones al derecho de
propiedad que constituyen una limitación al dominio en razón de su
función social, toleradas por la Constitución, y aquellas que impor-
tan una privación del derecho, necesitadas de expropiación. Se podría
afirmar que ésta se ha erigido en la distinción básica y fundamental,
dentro de la cual han de quedar enmarcadas todas las intervenciones
públicas en el derecho de propiedad.
Esta distinción suele coincidir con la interpretación que se le da a
los distintos apartados de los textos constitucionales que consagran
la garantía constitucional del dominio y la expropiación forzosa. Es
lo que sucede en Alemania entre el apartado primero, parte final, y el
apartado tercero del artículo 14 de la Constitución de Bonn146; en Ita-
146
“1.- La propiedad y el derecho de herencia están garantizados. Su naturaleza y
sus límites serán determinados por las leyes; 3.- La expropiación sólo es lícita
por causas de interés general. Podrá ser efectuada únicamente por ley o en vir-
tud de una ley que establezca el modo y la cuantía de la indemnización…”. En
Alemania no cabe expropiación sin indemnización simultánea, lo que se conoce
como la técnica de la Junktin-Klausel o cláusula de simultaneidad. Por lo tanto,
si una ley es materialmente expropiatoria y no contiene una cláusula indemniza-
toria, ella es simplemente inconstitucional. Ahora bien, para aplicar esta técnica
es indispensable distinguir, cuándo hay expropiación (privación) y cuándo una
regulación del dominio en razón de la función social. KIMMINICH, O., “La
propiedad en la Constitución alemana”, ob. cit., p. 168.
76 Gonzalo Javier Montory Barriga
147
“2.- La propiedad privada es reconocida y garantizada por la Ley que determina
los modos de adquirirla y de disfrutarla y sus límites con la finalidad de asegurar
su función social y de hacerla accesible a todos; 3.- La propiedad privada puede
ser expropiada en los casos que prevé la Ley, y con indemnización, por motivos
de interés general”.
148
“2.- La función social de estos derechos [propiedad privada y herencia] delimi-
tará su contenido, de acuerdo con las leyes;” 3.- Nadie podrá ser privado de sus
bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social,
mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto
por las leyes”.
149
GARCÍA DE ENTERRÍA, E., “La garantía constitucional del patrimonio de
los ciudadanos: Expropiación forzosa y responsabilidad patrimonial del legisla-
dor en el Derecho comparado”, en La responsabilidad patrimonial del Estado
Legislador en el Derecho español, segunda edición, editorial Thomson-Civitas
(Aranzadi), Navarra, año 2007 p. 177. También se puede consultar LOBATO
GÓMEZ, JM., “Propiedad privada del suelo derecho a edificar”, editorial Mon-
tecorvo S.A., Madrid, año 1989, pp. 142-145.
150
Distinción que no fue descubierta en Europa, sino hasta bien entrado el siglo
XX, esto es, casi un siglo después, por la inexistencia de una jurisdicción que
controlara la constitucionalidad de las leyes. GARCÍA DE ENTERRÍA, E., “La
garantía constitucional del patrimonio…”, ob. cit., pp. 153-155.
La propiedad constitucional 77
151
La V Enmienda a la Constitución norteamericana, que fue aprobada junto a
otras nueve en el año 1791, contiene varios derechos fundamentales. Al finalizar
su enunciado señala: “…ni se le tomará la propiedad privada para una utilidad
pública sin una compensación justa”.
152
El Convenio Europeo no reconoció entre los derechos inicialmente protegidos al
derecho a la propiedad privada. Dicho catálogo ha sido complementado a través
de doce protocolos adicionales. El primero de ellos, adoptado el 20 de marzo de
1952, incluye el derecho a la propiedad privada en su artículo 1°.
153
“Toda persona física o moral tiene derecho al respeto de sus bienes. Nadie puede
ser privado de su propiedad más que por causa de utilidad pública y en las condi-
ciones previstas por la Ley y los principios generales del derecho internacional”.
154
“Las disposiciones precedentes se entienden sin perjuicio del derecho que poseen
los Estados de poner en vigor las leyes que juzguen necesarias para la reglamen-
tación del uso de los bienes de acuerdo con el interés general o para asegurar el
pago de los impuestos u otras contribuciones o de multas”.
78 Gonzalo Javier Montory Barriga
155
Este problema fue advertido en las discusiones que se produjeron en el seno de
la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, particularmente en la sesión
N° 155 de fecha 2 de octubre de 1975. El Comisionado Pedro Jesús Rodríguez
planteó en esa ocasión la siguiente pregunta: “¿Dónde está la línea demarcatoria
entre limitación y privación? Y más adelante señaló: “…siempre volverá a surgir
de nuevo el mismo problema: ¿se está afectando la esencia del derecho o es real-
mente una limitación y nada más que eso?”.
156
CEA EGAÑA, J. L., “Delimitación y privación del dominio en la Constitución de
1980”, ob cit., pp. 55-68. En igual sentido se ha pronunciado nuestro Tribunal
Constitucional en STCCh de fecha 2 de diciembre de 1996, Roles acumulados
N° 245-246 (Cons. 22°).
157
El Tribunal Constitucional chileno ha recurrido a este concepto del Diccionario
de la Lengua Española para precisar lo que dicha magistratura entiende por
privación, a fin de distinguirla de una limitación. Vid. STCCh de fecha 2 de di-
ciembre de 1996, roles acumulados N° 245-246 (Cons. 22°). Cita este fallo a la
SCS de 27 de marzo de 1983, publicada en RDJ, 80, secc. 5ª, p. 244, en la que
se dijo que privar a alguien de un derecho consiste en “apartar a uno de algo o
despojarlo de una cosa que poseía”.
158
Señala García de Enterría que el tecnicismo legal “privación” supone un ataque
(Eingriff, emprise) y una sustracción positiva de una integridad patrimonial. La
privación, según este autor adviene ad extra, siendo en el genuino sentido de la
expresión, un despojo. (La palabra alemana Eingriff significa intervención; por
su parte, la palabra francesa emprice, significa injerencia o influencia). GARCÍA
DE ENTERRIA, E., “Los principios de la nueva ley de expropiación forzosa”,
editorial Civitas, Madrid, año 1984, pp. 67-68.
La propiedad constitucional 79
159
STCCh de 6 de marzo de 2007 (rol N° 505), relacionada con el pago de peajes
por transmisión eléctrica a la empresa Puyehue S.A. En otra sentencia, el Tri-
bunal Constitucional chileno también ha recurrido al Diccionario de la Lengua
Española para precisar lo que dicha magistratura entiende por limitación, seña-
lando que limitar importa “acortar, cerrar, restringir”. Vid. STCCh de fecha 2
de diciembre de 1996, roles acumulados N° 245-246. (Cons. 22°). Basándose
en esta última sentencia, el Tribunal Constitucional ha declarado también que:
“Mientras privación supone despojar a uno de una cosa que poseía, siendo su
fundamento el interés nacional y la utilidad pública, limitar importa el estableci-
80 Gonzalo Javier Montory Barriga
Sección II
LA DISIPACIÓN O EL DESVANECIMIENTO DE
LA DISTINCIÓN ENTRE LOS CONCEPTOS
DE LIMITACIÓN Y PRIVACIÓN
162
En términos similares ALDUNATE LIZANA, E. “Problemas de la dogmática
de la protección constitucional a la propiedad”, publicado en Actas XXXIV
Jornadas de Derecho Público, Pontificia Universidad Católica de Chile, editorial
Lexis Nexis, año 2005, p. 160. De hecho este autor plantea que en lo referente a
las limitaciones u obligaciones a la propiedad, las disposiciones constitucionales
que limitan expresamente al legislador son tres: a) El sustento de la función so-
cial de la propiedad (art. 19 N° 24, inc. 2°); b) El eventual fundamento de una
restricción específica para proteger el medio ambiente (art. 19 N° 8 inc. 2°); y c)
El respeto al contenido esencial o esencia del derecho (art. 19 N° 26).
163
Así lo ha declarado el TCCh en sentencia de fecha 2 de diciembre de 1996, Roles
acumulados N° 245-246 (Cons. 22°).
82 Gonzalo Javier Montory Barriga
164
Sostiene Peñailillo que “junto a la privación total (expropiación, en su significa-
do tradicional, en la que es extraída toda la cosa), la regla concibe también la
privación parcial (que implica expropiación parcial); y no se trata de una priva-
ción parcial de la cosa, sino del derecho.” Esto significa, sostiene el autor, “que el
constituyente concibe la expropiación de una parte del derecho, permaneciendo
la cosa en el patrimonio del expropiado, pero con el derecho cercenado”. PE-
ÑAILILO ARÉVALO, D., “Los bienes…”, ob. cit., p. 92. Esta posibilidad ha
sido reconocida también por nuestro Tribunal Constitucional en STCCh de 6
de marzo de 2007, Rol N° 505-06, cuando señala: “Nuestra Carta Fundamen-
tal contiene una distinción muy útil para acometer esta tarea, pues trata como
equivalentes la privación de la propiedad con la de cualquiera de sus atributos
o facultades esenciales y, fundado en ello, esta Magistratura ha estimado que
ciertas regulaciones resultan inconstitucionales por privar a los propietarios de
atributos esenciales de su dominio…”.(Cons. 22°). Con anterioridad el Tribunal
Constitucional ya se había referido a esta posibilidad en otra de sus sentencias,
al señalar que “no solo se produce privación del dominio cuando se le despoja a
su dueño totalmente de él o de uno de sus atributos o facultades esenciales, sino,
también, cuando ello se hace parcialmente o mediante el empleo de regulaciones
que le impidan libremente ejercer su derecho o uno de sus atributos menciona-
dos, como ocurre en este caso”. STCCh de 21 de agosto de 2001, rol N° 334
(Cons. 19°).
165
Por lo expuesto no estamos de acuerdo con lo sostenido por Aldunate y Olmos,
cuando señalan que para que opere el artículo 19 N° 24 inciso 3° de la Constitu-
ción, es necesario que se produzca el desplazamiento del bien o de los atributos
o facultades del dominio, y la subsistencia de los mismos en otro patrimonio.
ALDUNATE LIZANA E. y FUENTES OLMOS, J., “El concepto del derecho de
propiedad en la jurisprudencia constitucional chilena…”, ob. cit., pp. 214-215.
Tampoco estamos de acuerdo con un fallo del Tribunal Constitucional chileno,
cuando señala que la diferencia entre una expropiación y una regulación legis-
lativa, se aprecia en la circunstancia de que la expropiación “tiene por objeto
trasladar el dominio del bien desde la esfera privada a la pública”, mientras que
en una regulación legislativa “el bien no cambia de naturaleza ni de dominio”.
La propiedad constitucional 83
22°). Esta tema también ha sido tratado a propósito de los Tratados Bilaterales
de Inversión suscritos por los Estados (BIT), en los que se manejan términos
como el de “expropiación indirecta”, que se produce cuando un acto o una
serie de actos de un país tienen un efecto equivalente al de una expropiación
directa, pero sin que se produzca la transferencia formal del dominio. Así, la
actividad normativa lícita de los Estados puede llegar a afectar la esencia del
derecho de propiedad de los inversionistas, al ver éstos severamente limitada
su inversión, resultando expropiados en los hechos. MONTT OYARZÚN, S.,
“Aplicación de los tratados bilaterales de protección de inversiones por tribu-
nales chilenos. Responsabilidad del Estado y expropiaciones regulatorias en un
mundo crecientemente globalizado”, en Revista Chilena de Derecho, vol. 32,
N° 1, año 2005, p. 8.
168
En la sesión N° 160 de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, cele-
brada el 21 de octubre de 1975, el Comisionado Jaime Guzmán sostuvo que “en
esta perspectiva, [la de la afectación parcial del derecho de propiedad] le parece
digna de considerarse la indicación del señor Ovalle de asimilar una limitación
que represente un «menoscabo sustancial», a la idea de privación”.
La propiedad constitucional 85
169
En la sesión N° 155 de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, ce-
lebrada el 2 de octubre de 1975, el Comisionado Pedro Jesús Rodríguez señaló
que la necesidad de incorporar la garantía de la esencia se presentaba en el caso
de las limitaciones legales, puesto que “llega un momento en que las limitaciones
pueden ser de tal envergadura, que constituyen privación”. Incluso, el artículo
41 N° 8 de la Constitución Política de la República se refiere a las limitaciones
al dominio que causan privación, lo que nos está indicando que la frontera entre
ambas hipótesis se desvanece cuando estamos ante afectaciones parciales al de-
recho de propiedad.
86 Gonzalo Javier Montory Barriga
170
STCCh de 12 de diciembre de 1996, Rol N° 245-246, que se pronunció acerca de
la constitucionalidad del DS. N° 1 de Bienes Nacionales de 1996, que contenía
el Reglamento del art. 13 del DL. 1939, de 1977, que regula el acceso gratuito a
las playas a través de los terrenos colindantes.
171
STCCh de 29 de enero de 2014, rol N° 2299-12-INA.
172
STCCh de fecha 6 de marzo de 2007, rol N° 505-06. Puede consultarse también:
STCCh de 21 de agosto de 2001, Rol N° 334, (Cons. 19° y 20°); STCCh de 17
de marzo de 2009, Rol N° 1141, (Cons. 18°); y STCCh de 6 de octubre de 2009,
Rol N° 1295 (Cons. 93).
La propiedad constitucional 87
173
Para el caso francés Vid. BON, P., “El estatuto constitucional del derecho de
propiedad en Francia”, en Revista Chilena de Derecho, vol. 25, N° 3, año 1998,
pp. 533-547 (en especial p. 539); también GARCÍA DE ENTERRÍA, E., “La
garantía constitucional del patrimonio de los ciudadanos: Expropiación forzosa
y responsabilidad patrimonial del legislador en el Derecho comparado”, ob. cit.,
pp. 168-181.
174
El análisis del fallo en DELAVEAU SWETT, R., “La regulación expropiatoria en
la experiencia norteamericana”, en Revista Chilena de Derecho, vol. 33, N° 3,
año 2006, pp. 415-416; también FERMANDOIS VÖHRINGER, A., “Inaplica-
bilidad de la Ley de Monumentos Nacionales…”, ob. cit., p. 42. Esta jurispru-
dencia ha sido citada también por nuestro Tribunal Constitucional en la STCCh
de fecha 29 de enero de 2014, rol N° 2299-12-INA (Cons. 9° del voto de rechazo
al requerimiento).
175
En contra se manifiesta el profesor Eduardo Aldunate. Según este autor, la dife-
rencia entre una limitación y una privación no puede ser de grado, puesto que en
un marco regulatorio, toda limitación implica la eliminación de parte del ámbito
protegido por el derecho de propiedad, de forma tal que, a menos que los con-
ceptos de limitación y privación se sitúen en planos diferentes, sería imposible
fijar la línea divisoria entre ambos. ALDUNATE LIZANA, E., “Problemas de
la dogmática de la protección constitucional a la propiedad”, ob. cit., p. 163.
En otro trabajo, el autor propone abandonar la distinción entre una limitación
y una privación basado en el grado de lesión que pueda producir la respectiva
88 Gonzalo Javier Montory Barriga
palabras, una ley que lesiona el derecho de propiedad más allá de cier-
tos límites, afectando alguno de sus elementos esenciales, no se trans-
forma en una ley expropiatoria. Desde este punto de vista, una limita-
ción legal al dominio, por muy intensa que sea, y una expropiación, se
sitúan en planos totalmente diferentes. Las limitaciones forman parte
de la regulación legal del dominio, mientras que la expropiación for-
zosa es un acto jurídico de derecho público que se encuentra regulado
estrictamente en sus causas y en su procedimiento176. Al menos en
nuestro ordenamiento, una expropiación requiere de la dictación de
una ley que la autorice expresamente, materializándose luego a través
de un acto administrativo (acto expropiatorio), lo que la diferencia
claramente de otros actos administrativos que también provocan in-
tervenciones en el derecho de propiedad177.
En este sentido es dable afirmar que una limitación y una expro-
piación se sitúan en planos diferentes. Pero cuando el legislador impo-
ne regulaciones al derecho de propiedad que traspasan un cierto um-
bral de intensidad, afectando alguno de sus elementos esenciales sin
recurrir a la expropiación formal, al menos en nuestro ordenamiento,
esa regulación se traduce en una privación de atributos o facultades
esenciales, o en una afectación de la esencia, términos ambos que al
estar referidos al derecho y no a la cosa sobre la que éste recae, se tor-
nan equivalentes, como ya se ha explicado. Pero en ningún caso la ley
limitadora se va a transformar, en razón de su intensidad, en una ley
178
MIR PUIGPELAT, O. “La responsabilidad patrimonial de la Administración.
Hacia un nuevo sistema”, Civitas, Madrid, año 2002, p. 111. También PONS
CÁNOVAS, F., “La incidencia de las intervenciones administrativas en el Dere-
cho de propiedad. Perspectivas actuales”, Marcial Pons, Madrid-Barcelona, año
2004, p. 87. Según Santamaría, esto se debe a que la ley no es el instrumento
concreto de la expropiación, sino sólo su fundamento primario. SANTAMARÍA
PASTOR, J. A., “La teoría de la responsabilidad del Estado legislador”, en Re-
vista de Administración Pública, N° 68, año 1972, pp. 102.
179
Ibidem pp. 108 y 109.
180
Fermandois apunta que “toda la diferencia entre una restricción aceptable al
derecho de propiedad, y una que vulnera la Constitución, radica en el concepto
90 Gonzalo Javier Montory Barriga
182
PEÑAILILLO ARÉVALO, D., “Los bienes…”, ob. cit., pp. 94-95.
183
Para la revisión de estas dos concepciones del dominio vid. PEÑAILILLO ARÉ-
VALO, D.,“Los bienes…”, ob. cit., pp. 77, 93 y 95. Según este autor, “la concep-
ción sintética del derecho de propiedad lo concibe como un señorío monolítico
o poder pleno sobre el objeto de la propiedad, con prescindencia de facultades
identificables que puedan describirse separadamente y con autonomía”. Hay que
advertir que a pesar de las fórmulas descriptivas que utiliza la mayoría de los
Códigos civiles para definir el derecho de propiedad como una suma de faculta-
des, en doctrina se ha ido imponiendo la concepción sintética, que lo ve como un
poder abstracto, unitario y global sobre la cosa. También Vid. CASTÁN TOBE-
ÑAS, J., “Derecho Civil español, común y foral”, ob. cit., pp. 157. Lacruz, por su
parte, se muestra contrario a la concepción que él denomina “enumerativa de la
propiedad”. LACRUZ BERDEJO, J. L., “Elementos de Derecho civil”, ob. cit.,
pp. 231-232.
184
La existencia de estos dos métodos se infiere de lo sostenido por PEÑAILILLO
ARÉVALO, D.,“Los bienes…, ob. cit., p. 100.
92 Gonzalo Javier Montory Barriga
185
Vid. CASTÁN TOBEÑAS, J., “Derecho Civil español, común y foral”, ob. cit., p.
181. Cita este autor una enumeración de facultades hecha por Sánchez Román.
186
SCS publicado en RDJ, t. 81, 2ª parte, secc. 5ª, pp. 181 y ss. En similares térmi-
nos se pronunció una sentencia recaído en un recurso de protección caratulado
“García Sabugal contra Ministro de Agricultura”, publicado en Fallos del Mes,
N° 380, pp. 353 y ss. Para un análisis detallado del caso Galletué. Vid. GUZ-
MÁN ROSEN, R., “La regulación constitucional del ambiente en Chile”, Abele-
do Perrot (Legal Publishing), 2ª edición, 2010, p. 173 y ss.
La propiedad constitucional 93
187
En la sesión N° 159 de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, cele-
brada el 16 de octubre de 1975, el Comisionado Ortúzar dijo que “la esencia del
derecho no es sólo la facultad de usar, administrar, gozar y disponer; es algo más,
e inclusive sin privar de ninguna de esas facultades puede posiblemente verse
afectada la esencia del derecho”.
188
Como lo señala Lacruz “la tutela del propietario no se otorga directamente al
goce, sino al goce a título de dueño”. LACRUZ BERDEJO, J. L., “Elementos de
Derecho Civil”, ob. cit., p. 232.
Capítulo Cuarto
ANTECEDENTES HISTÓRICOS QUE
EXPLICAN EL DESVANECIMIENTO
DE LA FRONTERA ENTRE LAS
LIMITACIONES Y LAS PRIVACIONES
Sección I
LA EVOLUCIÓN EXPANSIVA DEL CONCEPTO
DE EXPROPIACIÓN FORZOSA
189
En este punto es de referencia obligatoria el trabajo de NIETO, A., “La evolución
expansiva del concepto de expropiación forzosa”, en Revista de Administración
Pública, N° 38, mayo-agosto 1962; vid. también SANTAMARÍA PASTOR, J.
A., “Principios de Derecho Administrativo General”, vol. II, primera edición,
editorial Iustel, Madrid, año 2005, pp. 423 y ss. Desde el punto de vista histórico,
CLEMENTE DE DIEGO, F., “Notas sobre la evolución doctrinal de la expro-
piación forzosa por causa de utilidad pública. Glosadores y postglosadores”, en
Revista de Derecho Privado, tomo IX, enero-diciembre 1922, pp. 289-312.
96 Gonzalo Javier Montory Barriga
190
La expropiación así configurada se caracterizó por la concurrencia de los si-
guientes elementos: a) se originaba a partir de un acto administrativo; b) se re-
fería sólo a propiedades inmuebles; c) suponía la transferencia del dominio; y c)
dicha transferencia operaba en beneficio de un ente o empresa pública concreta.
PAREJO ALFONSO, L., “La garantía del derecho de propiedad y la ordenación
urbanística en el Derecho alemán (II)”, en Revista Española de Derecho Admi-
nistrativo, N° 19 octubre/diciembre 1978, pp. 544 y ss.
191
NIETO, A., “La evolución expansiva del concepto de expropiación forzosa”,
ob. cit., p. 97; GARCÍA DE ENTERRÍA, E., “Los principios de la nueva ley
de expropiación forzosa”, ob. cit., p. 65. En Chile, Claudio Matute propone la
creación de un instituto autónomo, distinto de la expropiación y de la responsa-
bilidad del Estado, aplicable a aquellas hipótesis en que un particular ve afectado
su derecho de propiedad en forma extrema, a través de regulaciones lícitas. Vid.
MATUTE, C., “Expropiaciones regulatorias”. Aplicabilidad al caso chileno”,
Thompson Reuter (Legal Publishing), año 2014, p. 210.
La propiedad constitucional 97
192
El nuevo concepto de expropiación quedó caracterizado por los siguientes ele-
mentos: a) ya no es imprescindible un acto administrativo, ya que la intervención
puede ser realizada directamente mediante una ley; b) tampoco es necesario que
la expropiación se refiriera a propiedades inmuebles, sino que su objeto pue-
de ser cualquier derecho patrimonial; c) no es necesaria la transferencia de la
propiedad, bastando al efecto con que se produzca una mutilación de la misma
que supere a una simple limitación; d) la causa de la expropiación no es ya la
necesidad de ejecutar una específica obra pública, sino que se generaliza hasta su
identificación pura y simple con el interés público. NIETO, A., “La evolución ex-
pansiva del concepto de expropiación forzosa”, ob. cit., p. 95; también PAREJO
ALFONSO, L., “La garantía del derecho de propiedad…”, ob. cit., p. 546.
193
El concepto de propiedad que contiene el art. 903 del BGB se refiere sólo a cosas
corporales. Eso explica que la ampliación del concepto constitucional de pro-
piedad a las cosas incorporales haya sido en Alemania obra de la doctrina y la
jurisprudencia de ese país.
98 Gonzalo Javier Montory Barriga
194
PAREJO ALFONSO, L., “La garantía del derecho de propiedad…”, ob. cit., p.
546.
195
En este sentido MIR PUIGPELAT, O., “La responsabilidad patrimonial de la
Administración. Hacia un nuevo sistema”, ob. cit., p. 108.
196
Ibidem, p. 112.
197
BVerfGE, número 58, 1982. Puede verse un resumen traducido de la sentencia
en SCHWABE, J., “Jurisprudencia del Tribunal Constitucional Federal Alemán”,
La propiedad constitucional 99
Sección II
PRIMEROS INTENTOS DOCTRINARIOS
Y JURISPRUDENCIALES TENDIENTES
A DIBUJAR LA FRONTERA ENTRE LAS
LIMITACIONES Y LAS PRIVACIONES
200
NIETO, A., “La evolución expansiva del concepto de expropiación forzosa”,
ob. cit., pp. 72 y 73. En lo que respecta al dominio, esa limitación operaba en
La propiedad constitucional 101
cuando surge entre ambos una auténtica colisión; y 75.- Por su parte, queda el
Estado obligado a indemnizar al que se haya visto obligado a sacrificar (aufo-
pfern) al bien común sus privilegios y derechos especiales”. PAREJO ALFONSO,
L., “La garantía del derecho de propiedad…”, ob. cit., p. 543.
205
NIETO, A., “La evolución expansiva del concepto de expropiación forzosa”, ob.
cit., pp. 72-73.
206
Hasta el día de hoy, la necesidad de habilitación legal para imponer limitaciones
al dominio ha servido para reafirmar la idea de que éstas sólo pueden ser conse-
cuencia de una regulación general y abstracta, y por lo tanto, no indemnizables.
Vid. SALA ARQUER, J. M., “En torno al concepto de límites normales de la
La propiedad constitucional 103
211
NIETO, A., “La evolución expansiva del concepto de expropiación forzosa”, ob.
cit., p. 77.
106 Gonzalo Javier Montory Barriga
212
Citado por PAREJO ALFONSO, L., “La garantía del derecho de propiedad…”,
ob. cit., pp. 544-557.
213
GARCÍA DE ENTERRIA, E., “Los principios de la nueva ley de expropiación
forzosa”, ob. cit., p. 69.
La propiedad constitucional 107
214
El propio Tribunal Federal Alemán en lo Civil (BGH), en la ya citada sentencia
de 10 de junio de 1952, se percató de este problema, advirtiendo que en el caso
concreto, no siempre es fácil establecer cuándo tiene lugar una incidencia estatal
en la propiedad que afecte a un grupo de forma desigual, lo que determinaría
el deber de indemnizar. PAREJO ALFONSO, L., “La garantía del derecho de
propiedad…”, ob. cit., pp. 554-557.
215
Vid. BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit., p. 373
(pie de página); también MONTÉS, V., “La propiedad privada en el sistema…”,
ob. cit., p. 75.
216
Boletín Oficial del Estado (BOE), Nº 351 de 17 de diciembre de 1954.
217
Boletín Oficial del Estado (BOE), Nº 160 de 20 de junio de 1957.
108 Gonzalo Javier Montory Barriga
218
Boletín Oficial del Estado (BOE), N° 261 de 31 de octubre de 2015.
219
FERMANDOIS VÖHRINGER, A., “Inaplicabilidad de la Ley de Monumentos
Nacionales…”, ob. cit., p. 43; también DELAVEAU SWETT, R., “La regulación
expropiatoria en la experiencia norteamericana”, ob. cit., p. 413.
220
NIETO, A., “La evolución expansiva del concepto de expropiación forzosa”, ob.
cit., p. 71. En igual sentido PAREJO ALFONSO, L., “La garantía del derecho de
propiedad…”, ob. cit. p. 551, quien sostiene que las tesis antes referidas, y que
fueron las primeras que se esbozaron para tratar de encontrar la distinción entre
las limitaciones y las expropiaciones, tuvieron un mismo punto de arranque: el
principio de igualdad y su específica infracción como “sacrificio especial o des-
igual”.
La propiedad constitucional 109
221
VILLAR PALASÍ, J. L., “La translación del «justum pretium» a la esfera de la
expropiación forzosa”, en Revista de Administración Pública, N° 18, 1955, pp.
171-172.
222
ALDUNATE LIZANA, E., “Derechos Fundamentales”, ob. cit., p. 233.
223
Otras fórmulas que tienden al mismo fin son: a) La aplicación directa y vinculan-
te de todos los poderes públicos a los derechos fundamentales; b) La protección
judicial de los mismos (amparo o protección); y c) El control de constituciona-
lidad de las leyes. Vid. GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y
desarrollo legislativo…”ob. cit., p. 11.
224
Artículo 18.3 “Las leyes restrictivas de los derechos, libertades y garantías ha-
brán de revestir carácter general y abstracto y no podrán reducir la extensión y
110 Gonzalo Javier Montory Barriga
228
PAREJO ALFONSO, L., “La garantía del derecho de propiedad…”, ob. cit., p.
557.
229
GARCÍA DE ENTERRIA, E., “Los principios de la nueva ley de expropiación
forzosa”, ob. cit., p. 68.
230
PONS CÁNOVAS, F., “La incidencia de las intervenciones administrativas en el
Derecho de propiedad. Perspectivas actuales”, Marcial Pons, Madrid-Barcelona,
año 2004, p. 78.
112 Gonzalo Javier Montory Barriga
Sección III
LA CONFUSIÓN CON LA
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
231
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit., p. 374.
232
MIR PUIGPELAT, O., “La responsabilidad patrimonial de la Administración.
Hacia un nuevo sistema”, ob. cit., 108.
233
FORSTHOFF, E., “Tratado de Derecho Administrativo”, editorial Instituto de
Estudios Políticos, Madrid, año 1958, pp. 431 y 432.
La propiedad constitucional 113
234
NIETO, A., “La evolución expansiva…”, ob. cit., p. 92.
235
GARRIDO FALLA, F., “Tratado de Derecho Administrativo”, vol. II, Parte Ge-
neral, 3ª ed., Instituto de Estudios Políticos, Madrid, año 1966, pp. 298-299.
236
Como ya se ha señalado, también en la Ley de Suelo existen ciertas restricciones
que tienen consecuencias reparatorias. La jurisprudencia del Tribunal Constitu-
cional español ha dicho que en ciertos preceptos de la Ley de Suelo se contem-
plan “supuestos indemnizatorios, sea a título de responsabilidad administrativa
o de expropiación forzosa, que no siempre cabe distinguir fácilmente…” CA-
RRILLO DONAIRE, J. A., “Las servidumbres administrativas…”, ob. cit., p. 79
237
Esto ha originado un debate en ese país entre Eduardo García de Enterría y
Fernando Garrido Falla. Para el primero basta que exista una lesión para que
estemos ante un supuesto de responsabilidad, sin importar que la actuación de la
Administración haya sido lícita o ilícita. Garrido Falla, en cambio, sostiene que si
la actuación de la Administración es lícita, aquello pertenece al ámbito de la teo-
ría de la indemnización de Derecho Público, mientras que si es ilícita, entonces
es posible hablar de responsabilidad. NIETO, A., “La evolución expansiva…”,
ob. cit., pp. 68-69. El tema ha sido debatido también por la doctrina civil. Vid.
PANTALEÓN PRIETO, F., “Los anteojos del civilista: Hacia una revisión del
régimen de responsabilidad patrimonial de las administraciones públicas”, en
Revista del Consejo de Defensa del Estado N° 2, diciembre 2000, p. 87. Es-
te trabajo se publicó también en la revista Documentación Administrativa N°s
237-238 (enero-junio 1994), pp. 239 y ss.
114 Gonzalo Javier Montory Barriga
238
El Tribunal Supremo Federal (Bundesgerichtshof), para conceder una mayor
tutela resarcitoria a los ciudadanos, ha construido, a partir del instituto expro-
piatorio, dos figuras que ponen de relieve la estrecha relación existente entre
expropiación y responsabilidad, y las dificultades que presenta su respectiva
delimitación: el ataque (o intervención) equivalente a la expropiación (enteig-
nungsgleicher Eingriff) y el ataque (o intervención) expropiatorio (enteignender
Eingriff). El fundamento de estas figuras se encuentra en el artículo 14 Ley Fun-
damental de Bonn, que contiene la garantía del derecho a la propiedad privada y
a la herencia, junto a la garantía expropiatoria. Vid., MIR PUIGPELAT, O., “La
responsabilidad patrimonial de la Administración. Hacia un nuevo sistema”, ob.
cit., pp. 78-79. Ahí se pueden ver más en detalle los requisitos de estas figuras,
además de algunos ejemplos en los que se han utilizado. Ha de notarse, como
lo sostiene Ossenbühl, que la razón de ser de todos los esfuerzos dogmáticos de
reconstrucción de la responsabilidad patrimonial del Estado, que se han llevado
a cabo por la jurisprudencia y la doctrina alemana, lo único que han pretendido
es cubrir los flancos indemnizatorios dejados por la institución de la responsabi-
lidad Administrativa de ese país. Sostiene este autor que las mencionadas figuras
jurisprudenciales, lo que hacen es permitir el resarcimiento de daños que provie-
nen de actuaciones antijurídicas del ente público, o bien de accidentes, que nada
tienen que ver con aquellos que son el producto de actuaciones potestativas de
intervención. OSENBÜHL, F., “La responsabilidad patrimonial de los poderes
públicos en la República Federal de Alemania”, en Propiedad, expropiación y
responsabilidad. La garantía indemnizatoria en el Derecho europeo y compara-
do, coordinador Javier Barnés, Tecnos, 1995, p. 943.
239
ALESSI, R., “Instituciones de Derecho Administrativo”, tomo II, Bosch, Barcelo-
na, año 1970, pp. 485-490
La propiedad constitucional 115
240
En España vid. GALÁN VIOQUE, R., “La responsabilidad del Estado legisla-
dor”, Barcelona CEDECS, año 2001, en especial pp. 121 y ss. Este autor sostiene
que la responsabilidad del Estado legislador propiamente dicha sería una vía
indemnizatoria autónoma que se situaría entre las delimitaciones legales no in-
demnizables y las expropiaciones legislativas (o materiales), la que se presenta
cuando la ley, sin llegar a privar a los afectados de derechos o facultades con-
cretas, produce un daño o sacrificio individualizado y especial (o anormal) en
el patrimonio de aquellos. También a propósito de la aplicación del artículo 1
del Protocolo Adicional N° 1 el TEDH ha deslizado en alguna de sus sentencias
que dicho precepto garantiza la integridad del patrimonio privado por daños
derivados de la acción del Estado, incluso si esta acción es en sí misma legítima.
Dicho tribunal ha justificado la procedencia de indemnizaciones en estos casos,
fundándose para ello en la tesis de la “carga especial y exorbitante”, imponien-
do, en consecuencia, a todos los Estados signatarios del Convenio la necesidad
de regular una responsabilidad objetiva o sin culpa en presencia de esa “carga
especial”. GARCÍA DE ENTERRIA, E., “La garantía de la expropiación según
el Derecho europeo”, en Documentación Administrativa, N° 222, año 1990, p.
39. En Chile se refieren a este tema UGARTE GODOY, J. J., “Limitaciones al
dominio, de las meras restricciones y de cuando dan lugar a indemnización”,
en Revista Chilena de Derecho, vol. 28, N° 2 abril-junio 2001, pp. 425-440;
CALDERA DELGADO, H., “Sistema de la responsabilidad extracontractual del
Estado en la Constitución Política de 1980”, Editorial Jurídica de Chile, año
1982, p. 45; y “La responsabilidad extracontractual por el hecho de las leyes en
la Constitución Política de 1980. ¿Espejismo o realidad?”, en Revista de Dere-
cho y Jurisprudencia, t. 79, año 1982, 1ª parte, pp. 9-29; OELCKERS CAMUS,
O., “Fundamentos indemnizatorios en razón del acto administrativo lícito que
cause daño en el patrimonio del administrado”, en Revista de Derecho de la Uni-
versidad Católica de Valparaíso, XI, 1987, p. 69; SOTO KLOSS, E., “Derecho
Administrativo. Bases Fundamentales”, t. II, Editorial Jurídica de Chile, 1996, p.
346; FIAMMA OLIVARES, G., “La acción constitucional de responsabilidad y
la responsabilidad por falta de servicio”, en Revista Chilena de Derecho, vol. 16,
1989, p. 434 y ss. En la doctrina civil también ha sido reconocida, aunque con
116 Gonzalo Javier Montory Barriga
243
SCS de 30 de diciembre de 2004, Rol N° 381-04, caratulada “Sociedad Agrícola
Lolco con Fisco” (Cons. 51°); SCS de 5 de octubre de 2010, Rol N° 552-08,
caratulada “Inmobiliaria Maullín con Fisco” (Cons. 38°); SCS de fecha 20 de
noviembre de 2012, Rol N° 9924-10, caratulada “Soc. Productos Fernández con
Fisco de Chile” (Cons. 14° y 15°); SCS de 30 de diciembre de 2013, Rol N° 4043-
13, caratulada “Esquerré con Fisco”.
244
Se ha llegado a esgrimir, con base en disposiciones constitucionales (art. 1° inc.
3° y 5° CPE), la existencia de un principio pro administrado, en virtud del cual
si la Administración, en el ejercicio lícito de sus prerrogativas, ocasiona un daño
“al no menos lícito derecho de un administrado” se debe optar entre privilegiar
a uno de los dos, debiendo prevalecer, en virtud del principio citado, el derecho
de este último. FIAMMA OLIVARES, G., “La acción constitucional de respon-
sabilidad y la responsabilidad por falta de servicio”, ob. cit., p. 436.
245
Como por ejemplo, el artículo 7 letra j) de la Ley 18.755 del Servicio Agrícola
y Ganadero; Ley 18.856 de Servicios de Gas; DFL N° 1 que contiene la Ley de
General de Servicios Eléctricos; y la Ley 18.168 General de Telecomunicaciones.
118 Gonzalo Javier Montory Barriga
246
En definitiva, el fundamento de la indemnización no reside en estos casos en la
conducta de la Administración, ya que ella actúa en cumplimiento de la ley, con
pleno apego al principio de supremacía constitucional y de legalidad administra-
tiva, consagrados en los arts. 6° y 7° de la Constitución. Lo reprochado en estos
casos es la actitud del legislador, que autoriza la imposición de restricciones al
derecho de propiedad sin prever la correspondiente indemnización a favor del
propietario afectado.
247
BARROS BOURIE, E., “Tratado de responsabilidad extracontractual”, ob. cit.,
pp. 487 y 515; PEÑAILILLO ARÉVALO, D., “Los bienes…”, ob. cit., p. 104.
La propiedad constitucional 119
248
Es interesante constatar que si se compara el fallo dictado por la Corte Suprema
en la causa indemnizatoria caratulada “Galletué con Fisco” (CS. RDJ, t. 81, 2ª
parte, secc. 5ª, pp. 181 y ss.), con la sentencia dictada por el mismo Tribunal, pe-
ro en sede de inaplicabilidad de algunas disposiciones de la Ley de Monumentos
Nacionales (CS rol N°4309-2002) los fundamentos legales que entran en juego
son prácticamente los mismos: Artículos 19 N° 24 y 19 N° 20 de la Constitución
Política. La única diferencia está en que en el fallo de inaplicabilidad, por tratarse
de un recurso constitucional, no cita el art. 38 inciso 2° de la Constitución, como
sí sucede en la primera sentencia citada.
249
Aldunate advierte en cierto modo esta situación en ALDUNATE LIZANA, E.,
“Problemas de la dogmática…”, ob. cit., p. 160.
120 Gonzalo Javier Montory Barriga
250
El análisis del fallo puede verse en MIR PUIGPELAT, O., “La responsabili-
dad…”, ob. cit., pp. 115-116. También STEIN, T., “Garantías constitucionales
en el Derecho de propiedad alemán”, ob. cit., p. 367-368. En Chile, Aldunate
tiene una opinión similar. Sostiene que si se imponen regulaciones que afectan
de manera manifiestamente injusta o desproporcionada al derecho de propiedad,
sin que el legislador disponga la correspondiente indemnización, entonces no
estamos ante una inconstitucionalidad por lesión al derecho de propiedad en
virtud del art. 19 N° 24, sino por lesión al principio de igualdad ante las cargas
públicas vía art. 19 N° 20. ALDUNATE LIZANA E., “Limitación y expropia-
ción…”, ob. cit., p. 298.
La propiedad constitucional 121
251
En España se aprecia un fenómeno similar. MIR PUIGPELAT, O., “La respon-
sabilidad patrimonial de la Administración. Hacia un nuevo sistema”, ob. cit., p.
103.
252
STCCh de fecha de 17 de marzo de 2009, Rol N° 1.141-2008, recaído en reque-
rimiento de inaplicabilidad de del artículo 13 del Decreto Ley Nº 1.939 de 1977.
Más adelante, este mismo fallo, luego de dejar sentado que el establecimiento
de un derecho de paso hacia la playa pública por terreno privado, no consti-
tuía privación, concluyó lo siguiente: “…sí es razonable estimar que la medida
probablemente le causará un daño por el menor precio o valor del bien raíz
respecto del cual puede seguir disponiendo, y ello podría hacer constitucional-
mente necesario que sea indemnizado [lo que] no afecta el carácter de limitación
y no de privación que se debe atribuir a la obligación de facilitar el acceso que
se contiene en la norma impugnada” (Cons. 20° voto de mayoría). Incluso, el
voto de prevención redactado por el ministro Navarro, alude, para justificar
una indemnización, a los artículos 6 y 7 de la Constitución y a la Ley Orgánica
Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado (Cons. 7°).
122 Gonzalo Javier Montory Barriga
253
Garrido Falla ha señalado al respecto, para el caso español: “…lo que la doctrina
de nuestro Tribunal Constitucional tiene de paradójicamente equitativo es negar
y afirmar al mismo tiempo (no hay derecho expropiado, luego no hay indem-
nización…pero pudiese existir perjuicio digno de compensación)”, GARRIDO
FALLA, F., “Tratado de Derecho Administrativo”, ob. cit., p. 344.
254
BARNÉS VÁSQUEZ, JAVIER, “La jurisprudencia del Tribunal Europeo de De-
rechos Humanos sobre la propiedad privada”, en AA.VV. “Propiedad, Expro-
piación y Responsabilidad. La Garantía Indemnizatoria en el Derecho Europeo
y Comparado”, Tecnos, año 1995, p. 137. Galán Vioque trata la jurisprudencia
del Tribunal Europeo de Derecho Humanos (TEDH) donde también se ha ha-
blado de responsabilidad del Estado por actos lícitos, ante la imposibilidad de
extender artificialmente la garantía expropiatoria a lesiones causadas por de-
cisiones de un país miembro. Fue el caso de la conocida sentencia Sporrong y
Lönnroth contra Suecia, de 23 de septiembre de 1982, en que por disposición de
una ley, la Administración sueca impuso unas limitaciones urbanísticas a ciertos
terrenos, con lo que se vio afectado el derecho de propiedad de los propietarios
de dichos terrenos. Habla este autor de una “insuficiencia congénita de la expro-
piación forzosa” para abarcar todos los casos de lesiones al derecho de propie-
dad, lo que también ha determinado que el TC español reconozca el derecho a
indemnización en caso de intervenciones no expropiatorias. GALÁN VIOQUE,
R., “De la teoría a la realidad de la responsabilidad del Estado legislador” Revis-
ta de Administración Pública, N° 155, año 2001, pp. 285 y ss.
La propiedad constitucional 123
255
Así por ejemplo, la sentencia recaída en la causa caratulada “Galletué con Fisco”
(CS. RDJ, t. 81, 2ª parte, secc. 5ª, pp. 181 y ss.), luego de afirmar que la prohibi-
ción de cortar y explotar la Araucaria no constituía expropiación, sostuvo que
“…ello no excluye la posibilidad de que [se] de lugar a una acción indemnizato-
ria”. (Cons. 7 y 8°).
256
Así lo ha resuelto la Corte Suprema en los últimos fallos citados precedentemen-
te (Nota a pie 245). Quizá este tipo de indemnización podría tener sustento en
otras legislaciones. Por ejemplo, en España la Constitución señala en el artículo
33, apartado tercero, que “nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino
[…] mediante la correspondiente indemnización…”, lo que da a entender que
una vez calificada una intervención como expropiatoria, podría demandarse una
indemnización. A esto hay que agregar que en virtud de lo prevenido en la Ley
de Expropiación Forzosa de ese país, es procedente una indemnización derivada
de los “actos normales” de la Administración. En consecuencia, allí existe texto
expreso que posibilita este tipo de responsabilidad.
257
En similar sentido MATUTE, C., “Expropiaciones regulatorias…”, ob. cit., p.
145.
124 Gonzalo Javier Montory Barriga
258
GARCÍA DE ENTERRÍA, E., “El principio de «responsabilidad de los poderes
públicos» según el art. 9.3 de la Constitución y la responsabilidad patrimonial
del Estado legislador”, en La responsabilidad patrimonial del Estado legislador
en el Derecho español, Thomson-Civitas (Aranzadi), 2007, p. 82.
259
ZÚÑIGA URBINA, F., “Responsabilidad patrimonial del Estado Legislador”,
editorial Lexis Nexis, año 2005, p. 45.
260
La STCCh que declaró la inconstitucionalidad del DS. Nº 1 que reglamentaba
el artículo 13 del DL. 1.939 (roles acumulados Nºs 245 y 246 de 1996), errada-
mente a nuestro entender, fundó uno de los capítulos de la inconstitucionalidad
en que la medida causaría perjuicios a los particulares afectados. En otra de sus
sentencias (STCCh de 24 de julio de 2012, Roles acumulados N° 1993-11-INA;
La propiedad constitucional 125
264
PAREJO ALFONSO, L., “La garantía del derecho de propiedad…”, ob. cit., p.
542. FORSTHOFF, E., “Tratado de Derecho Administrativo”, ob. cit., p. 428.
Este autor señala que el ius quaesitum era el derecho adquirido en virtud de un
título jurídico especial, en lo que se diferenciaba de la mera libertad natural.
Soto Kloss aclara, en relación a este concepto, que no se trata de un derecho
inherente al súbdito en cuanto persona humana, sino de un derecho que ha sido
adquirido en virtud de un título especial y que ha entrando en su patrimonio”.
Más adelante este autor sostiene que “tales derechos —o iura quaesita— no eran
intangibles, pero puesto que se fundaban en un título especial, su sacrificio era
objeto de modalidades y condiciones determinadas con precisión”, entre las que
se destacaba el debido resarcimiento. SOTO KLOSS, E., “Derecho Administrati-
vo. Bases Fundamentales”, ob. cit., p. 187.
265
NIETO, A., “La evolución expansiva…”, ob. cit., p. 72.
266
La historia constitucional de la expropiación forzosa arranca, por tanto, de la
misma acta de nacimiento del constitucionalismo moderno. GARCÍA DE EN-
TERRÍA, E., “Los principios de la nueva ley de expropiación forzosa”, ob. cit.,
p. 22; también GARCÍA DE ENTERRÍA, E. y FERNÁNDEZ, T. R., “Curso de
Derecho Administrativo”, tomo II, cuarta edición, Civitas, Madrid, 1993, pp.
208 y 209; y GARRIDO FALLA, F., “Tratado de Derecho Administrativo”, ob.
cit., p. 259.
128 Gonzalo Javier Montory Barriga
267
ALDUNATE LIZANA, E., “Derechos Fundamentales”, ob. cit., 2008, p. 171.
268
De hecho, es frecuente que la propia ley que arbitra o que autoriza medidas
interventoras se pronuncie directamente, o de manera implícita, respecto de la
procedencia de una indemnización. Por ejemplo, el caso de la confiscación en
situaciones de emergencia constitucional (artículo 41 N° 8); las servidumbres
administrativas en materia eléctrica, sanitarias, gas, etc.; en la ley N° 18.617 y
el DL. N° 3.557 de 1981, que faculta al Servicio Agrícola y Ganadero para sa-
crificar animales o destruir plantaciones; la Ley de Caminos (DFL 294 de Obras
Públicas e 1984) cuando dispone que los predios colindantes con los caminos
pueden ser usados para el tránsito en caso de obstrucción o destrucción de aque-
llos por fuerza mayor, con derecho a indemnización (Art. 47).
La propiedad constitucional 129
269
A favor de esta tesis HOLMES SALVO, F., “Propiedad urbana. Régimen jurídi-
co”, Abeledo Perrot (Legal Publishing), año 2010, p. 62. Hay autores que hablan
de la concurrencia de una subrogación real entre la indemnización y el atributo
afectado, como por ejemplo PEÑAILILLO ARÉVALO, D., “Los bienes…”, ob.
cit., p. 101. Otros sostienen que en estos casos hay, más propiamente hablando,
una conversión obligatoria del derecho del particular en su contenido econó-
mico. ALESSI, R., “Instituciones de Derecho Administrativo” ob. cit., pp. 493
y 494. En igual sentido GARRIDO FALLA, F., “Tratado de Derecho Adminis-
trativo”, ob. cit., p. 207. El tribunal Constitucional chileno ha declarado que en
este caso habría una “trasmutación de la protección del contenido esencial del
derecho de propiedad por una indemnización”. STCCh de 29 de enero de 2014,
rol N°2299-12-INA (Cons. 8°).
270
En este sentido MIR PUIGPELAT, O., “La responsabilidad…”, ob. cit., p. 109.
130 Gonzalo Javier Montory Barriga
6. Recapitulación
En la primera parte de este trabajo, nos referimos al tipo cons-
titucional del derecho de propiedad, sus características y facultades
distintivas, así como también, a la relación que presenta con las dis-
posiciones del Derecho civil. A partir de dicho examen, arribamos a
la conclusión de que sus elementos distintivos estaban representados
por la existencia de una relación directa entre una persona y una cosa
(relación de pertenencia), que le otorga al titular los más amplios po-
deres sobre ella, sin perjuicio de las limitaciones o restricciones a las
que pudiera verse sometido, por obra del legislador. Concluimos tam-
bién que el derecho de propiedad asumido por la Constitución tiene
un carácter unitario, en el sentido de que sus características y elemen-
tos distintivos se encuentran presentes en todas sus modulaciones.
A continuación abordamos las facultades reguladoras del legisla-
dor en materia de derecho de propiedad, su alcance y la distinción
que presenta esta función con el establecimiento o configuración del
tipo constitucional del derecho de propiedad, concluyendo que esto
último escapaba a las prerrogativas del legislador ordinario. Diferen-
ciamos luego los conceptos de “límite” y “limitación”, a efectos de
aclarar el ámbito en que se desenvuelve cada uno. Señalamos también
que el papel de la función social era externo al derecho de propiedad,
representando solamente la justificación de las limitaciones y cargas
que el legislador puede imponerle, sin que forme parte de su esencia
o estructura material.
Luego analizamos la distinción entre las limitaciones y las priva-
ciones al derecho de propiedad planteando, en lo medular, que dicha
distinción se diluía cuando estos conceptos eran aplicados al derecho
y no a la cosa sobre la cual éste recaía, situación que en nuestro or-
denamiento encuentra acogida en el artículo 19 N° 24 inciso 3° de la
Constitución, cuando se refiere a la privación de “atributos o facul-
tades esenciales del dominio”. A partir de aquello concluimos que la
distinción debía centrarse en la intensidad o el grado de penetración
132 Gonzalo Javier Montory Barriga
Sección I
EL CONCEPTO DE ESENCIA O
CONTENIDO ESENCIAL
1. Importancia de su determinación
Determinar el sentido de la palabra “esencia” que utiliza nuestra
Carta Fundamental en el artículo 19 N° 26, y que se irradia también
al artículo 19 N° 24 inciso 3°, bajo la nomenclatura de atributos o fa-
cultades “esenciales” del dominio, es de la mayor trascendencia, pues-
to que nos conecta con aquello que el legislador no puede desconocer
en un derecho fundamental, constituyendo el parámetro de constitu-
cionalidad por excelencia, para determinar la licitud o ilicitud de las
regulaciones legislativas que irrumpen en su ámbito de protección.
Luciano Parejo ha señalado a este respecto, que la depuración técnica
de la garantía del contenido esencial en los derechos fundamenta-
les, representa una cuestión de primera importancia para la correcta
interpretación y aplicación del Texto Constitucional271. Su incorpo-
ración en nuestro Ordenamiento Fundamental le otorga una efica-
cia jurídica cuya obligatoriedad no puede ponerse en duda, más aún
cuando el Constituyente la ha configurado como una prohibición, a
diferencia de lo que sucede con la función social, que sólo constituye
una orientación al legislador.
271
PAREJO ALFONSO, L., “El contenido esencial de los derechos fundamenta-
les en la jurisprudencia constitucional; a propósito de la sentencia del Tribunal
Constitucional de 8 de abril de 1981”, en Revista Española de Derecho Consti-
tucional, vol. 1, N° 3 septiembre-diciembre 1981, p. 171.
136 Gonzalo Javier Montory Barriga
272
En la sesión N° 150 de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, ce-
lebrada el 4 de septiembre de 1975, cuando se debatió acerca de la obligación
del legislador de respetar la esencia de los derechos, el Comisionado Evans se
preguntó: “¿Qué se quiere decir con esto? Comprende que el legislador no puede
tocar la esencia del derecho, pero advierte que ésta no se encuentra definida en
el texto positivo. Al tratar de conceptualizarla, no sabe si definirla como una
institución, un valor o un bien jurídico, pero concluye, en todo, que es anterior
al Texto Constitucional. Montés propone deducir el concepto de esencia de los
principios, utilizando al efecto los criterios interpretativos del Código Civil, tales
como el sentido de las palabras, el contexto, los antecedentes históricos y legis-
lativos, y la realidad social del tiempo en que (las normas) han de ser aplicadas,
atendiendo fundamentalmente el espíritu y finalidad de aquellas. MONTÉS, V.,
“La propiedad privada en el sistema del Derecho civil contemporáneo”, ob. cit.,
p. 217-218.
273
En similar sentido para el derecho español, RODRÍGUEZ-ARMAS, M. L.,
“Análisis del contenido esencial de los derechos fundamentales…”, ob. cit., p.
173.
274
Así lo sostiene para el caso español MEDINA GUERRERO, M., “La vinculación
negativa del legislador a los derechos fundamentales”, McGraw-Hill, Madrid,
1996, p. 160.
275
GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”
ob. cit., pp. 346.
La propiedad constitucional 137
276
STCCh de 24 de febrero de 1987, Rol N° 43 relativa al control de constituciona-
lidad del Proyecto de Ley Orgánica Constitucional de Partidos Políticos (Cons.
21°); esta doctrina es reiterada en STCCh de 14 de noviembre de 1994, Rol N°
200, relativa a juntas de vecinos (Cons. 4°).
277
Sigo en este punto a GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y
desarrollo legislativo…”, ob. cit., pp. 211-212 y ss. Este autor señala que la
aplicación de criterios filosóficos en la interpretación y aplicación del Derecho
constitucional fue criticada en Alemania por E. Forsthoff, quien acusaba dicha
práctica de ser poco rigurosa, superficial, argumentando que los juristas nos son
filósofos y que utilizar conceptos filosóficos supone un peligro para la seguridad
jurídica. En concreto, Forsthoff se refería a que el Título de los derechos funda-
mentales de la Ley Fundamental de Bonn y el contenido esencial de un derecho
fundamental no podían ser interpretados en términos filosóficos.
138 Gonzalo Javier Montory Barriga
278
GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”,
ob. cit., pp. 211-213. Barnes, por su parte, sostiene que la sustancia o esencia de
una cosa (en este caso de un derecho) está conformada por la parte principal y
permanente de aquella (el elemento arquitectual), en oposición a lo meramente
accidental. BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit.,
pp. 251.
La propiedad constitucional 139
279
La expresión “su” que utiliza el precepto, es indicativo de que lo protegido es
la esencia propia de cada derecho. Así se ha concluido, al menos, respecto del
art. 19 parte 2ª de la Ley Fundamental de Bonn. Además, el Tribunal Cons-
titucional alemán en una sentencia llamada “Sozialhilfe” (seguridad social), se
pronunció sobre el tema en el sentido de que el contenido esencial inafectable de
los derechos fundamentales debía ser averiguado para cada derecho fundamen-
tal. La doctrina alemana se ha inclinado por esta misma tesis. Vid., GAVARA
DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”, ob. cit.,
pp. 213-214; también BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional. El
estatuto jurídico del suelo agrario”, ob. cit., p. 227; también MONTÉS, V., “La
propiedad privada en el sistema del Derecho civil contemporáneo”, ob. cit., p.
169.
140 Gonzalo Javier Montory Barriga
280
MONTÉS, V., “La propiedad privada en el sistema…”, ob. cit., p. 167.
281
DE OTTO Y PARDO, I., “La regulación del ejercicio de los derechos y liberta-
des…”, ob. cit., pp. 125 y ss.; MARTÍNEZ PUJANTE, A. L., “La garantía del
contenido esencial de los derechos fundamentales”, Centro de Estudios Consti-
tucionales, Madrid, año 1997, pp. 22 y 23; SCHNEIDER, L., “Der Schutz des
Wesensgehalt von Grundrechten nach Art. 19 Abs. 2 GG”, editorial Duncker &
Humblot, Berlin, año 1983, pp. 201 y ss. Cierta doctrina alemana ve en el con-
tenido esencial de los derechos un “límite de límites” (Schranken-Schranke), esto
es, un límite a la actividad limitadora del legislador, puesto que constituye una
frontera más allá de la cual no le está permitido afectar los derechos y garantías
constitucionales. NOGUEIRA ALCALÁ, H., “Derechos fundamentales y garan-
tías constitucionales”, t. I., editorial Librotecnia, 2007, pp. 101.
282
MARTÍNEZ PUJANTE, A. L., “La garantía del contenido esencial de los de-
rechos fundamentales”, ob. cit., pp. 20-22; GAVARA DE CARA, J. C., “De-
rechos fundamentales y desarrollo legislativo…”, ob. cit., pp. 272, 273 y 331;
DE OTTO Y PARDO, I., “La regulación del ejercicio de los derechos y liberta-
des…”, ob. cit., pp. 237 y ss.
283
SERRANO ALBERCA, J. M., “El derecho de propiedad, la expropiación y la
valoración del suelo”, ob. cit., p. 80.
La propiedad constitucional 141
Sección II
EL OBJETO DE PROTECCIÓN DE LA
GARANTÍA DEL CONTENIDO ESENCIAL
284
En España Rey Martínez resume el alcance del aspecto objetivo de la garantía del
contenido esencial en tres principios: a) la prohibición al legislador de abolir la
propiedad privada; b) la cláusula de accesibilidad (libre apropiabilidad); y c) la
obligación de preservar un campo mínimo de bienes reservado a la apropiación
privada. REY MARTÍNEZ, F., “Sobre la (paradójica) jurisprudencia constitu-
cional en materia de propiedad privada”, en Derecho Privado y Constitución,
N° 3, año 1994, p. 191.
285
SCHMITT C., “Teoría de la Constitución”, Alianza Editorial S.A., Madrid,
1982.
286
Una exposición sucinta y clara de este problema puede verse en CRUZ VILLA-
LÓN, P., “Formación y evolución de los Derechos Fundamentales”, en Revista
Española de Derecho Constitucional, N° 25, enero-abril 1989, pp. 35-54. La
parte dedicada a la Constitución de Weimar se encuentra en las pp. 54 y ss.
142 Gonzalo Javier Montory Barriga
287
Ibidem., p. 57. La mayoría de los preceptos ubicados en la segunda parte de
la Constitución de Weimar contenían, con una fórmula u otra, una remisión
al legislador. Por ejemplo: “Art. 118. Todo alemán tiene derecho de exponer li-
bremente su opinión dentro de los límites de las leyes generales…”; “Art. 153.
La Constitución garantiza la propiedad. Su contenido y sus límites resultan de
las leyes”; etc. Vid. también REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada en la
Constitución española”, ob. cit., p. 221. En igual sentido, GAVARA DE CARA,
J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”, ob. cit., p. 92.
288
ALDUNATE LIZANA, E., “Derechos fundamentales”, ob. cit., p. 168; también
GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”,
ob. cit., p. 91; REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada…”, ob. cit., pp. 220
y ss.; CRUZ VILLALÓN, P., ob. cit., p. 59; SOLOZÁBAL ECHAVARRÍA, J. J.,
“La libertad de expresión desde la teoría de los derechos fundamentales”, en
Revista Española de Derecho Constitucional, N° 32, mayo-agosto 1991, p. 87.
289
GAVARA DE CARA, J. A., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”,
ob. cit., p. 96.
La propiedad constitucional 143
290
BAÑO LEÓN, J. M., “La distinción entre derecho fundamental y garantía ins-
titucional en la Constitución española”, ob. cit., p. 167. También ALDUNATE
LIZANA, E., “Derechos fundamentales”, ob. cit., p. 196; y REY MARTÍNEZ,
F., “La propiedad privada…”, ob. cit. p. 228.
291
GAVARA DE CARA, J. A., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”,
ob. cit., p. 99.
144 Gonzalo Javier Montory Barriga
292
REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada…”, ob. cit., pp. 224, 225, 229 y
275. También GAVARA DE CARA, J. A., “Derechos fundamentales y desarrollo
legislativo…”, ob. cit., p. 95 quien señala el listado de garantías institucionales y
de instituto aceptadas hoy en día en la ley Fundamental de Bonn.
293
Vid. ALDUNATE LIZANA, E., “Problemas de la dogmática de la protección
constitucional a la propiedad”, en Actas XXXIV Jornadas de Derecho Público,
Lexis Nexis, año 2005, pp. 157-169; también “Limitación y expropiación: Scilla
y Caribdis de la dogmática constitucional de la propiedad”, en Revista Chilena
de Derecho, v. 33, N° 2, año 2006, pp. 285-303; y “Derechos fundamentales”,
ob. cit., p. 261-264. También ver de ALDUNATE LIZANA E. y FUENTES OL-
MOS, J., “El concepto del derecho de propiedad en la jurisprudencia constitucio-
nal chilena y la teoría de las garantías de instituto”, en Actas XVIII Jornadas de
Derecho Público, publicadas en Revista de Derecho de la Universidad Católica
de Valparaíso, año 1997, pp. 105-221. En similar sentido, Montés, quién postula
que el objeto de la garantía del contenido esencial es la institución del dominio,
puesto que si estuviera orientada a la conservación de todas y cada una de las
situaciones concretas de propiedad, ello estaría en contradicción con la posibi-
lidad de expropiación y con la referencia que la Constitución Española hace de
La propiedad constitucional 145
296
En el Derecho español, Rey Martínez resume esta dimensión en dos reglas: a)
la garantía de estabilidad o de posición jurídica en manos de su titular; y b)
subsidiaria y secundariamente, la garantía de valor (representada por la expro-
piación) en el caso de disminución de la primera garantía. REY MARTÍNEZ,
F., “Sobre la (paradójica) jurisprudencia constitucional en materia de propiedad
privada”, ob. cit., p. 191.
297
REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada…”, ob. cit., p. 338-339.
298
Vid. por todos, GAVARA DE CARA, J. A., “Derechos fundamentales y desarro-
llo legislativo…”, ob. cit., pp. 21 y ss.
299
STCCh, 16 de abril de 2009, Rol N° 1173-2008 (Cons. 10º).
300
NOGUEIRA ALCALÁ, H., “Aspectos de una teoría de los Derechos fundamen-
tales…”, ob. cit., p. 16-17.
301
MEDINA GUERRERO, M., “La vinculación negativa…”ob. cit., p. 158-159. El
hito jurisprudencial en este sentido está representado por la denominada senten-
cia Lüth (BVerfGE 7, 198 de 1958). En ella el Tribunal Constitucional Alemán
La propiedad constitucional 147
304
REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada…”, ob. cit., p. 231-232.
305
En este sentido, GAVARA DE CARA, J. A., “Derechos fundamentales y desarro-
llo legislativo…” ob. cit., p. 230.
La propiedad constitucional 149
Sección III
LA NATURALEZA DEL CONTENIDO
ESENCIAL Y SU DETERMINACIÓN
306
En alemán “Schranken-Schranke”.
307
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional. El estatuto jurídico del
suelo agrario”, ob. cit., pp. 234 y ss.
308
CIANCIARDO, J., “El conflictivismo en los derechos fundamentales”, Eunsa,
Pamplona, año 2000, p. 258.
309
GAVARA DE CARA, J. A., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”,
ob. cit., p. 226.
310
Bernal Pulido recurre a la figura en que una célula es observada bajo el micros-
copio, lo que permite distinguir claramente su núcleo en medio del citoplasma.
La idea es que de la misma manera que los científicos conocen la fisiología de
los microorganismos, se comprenda la vinculación que generan los derechos
fundamentales cuando se analiza su estructura bajo el microscopio dogmático.
150 Gonzalo Javier Montory Barriga
313
RODRÍGUEZ-ARMAS, M. L., “Análisis del contenido esencial de los derechos
fundamentales…”, ob. cit., p. 99. Prieto Sanchís, reconoce que “muchas veces el
nomen y el alcance de un derecho subjetivo son previos al momento en que tal
derecho resulta recogido”, de modo que “el tipo abstracto del derecho preexiste
conceptualmente al momento legislativo”. PRIETO SANCHÍS, L., “Estudios so-
bre derechos fundamentales”, editorial Debate, Madrid, 1990, p. 144.
314
RODRÍGUEZ-ARMAS, M. L., “Análisis del contenido esencial de los derechos
fundamentales…”, ob. cit., pp. 172-173; también destaca el carácter declarativo
de la garantía del contenido esencial NOGUEIRA ALCALÁ, H., “Aspectos de
una teoría de los Derechos fundamentales…”, ob. cit., pp. 57-58.
315
MEDINA GUERRERO, M., “La vinculación negativa…”, ob. cit., p. 170-171.
Este autor reconoce incluso una tercera zona, que él llama de “extramuros”,
integrada por aquellas facultades accesorias que configuran lo que él denomina
“el contenido suplementario o adicional” de los derechos fundamentales, donde
el legislador actúa con mayor libertad de configuración.
316
CIANCIARDO, J., “El conflictivismo en los derechos fundamentales”, ob. cit., p.
259.
152 Gonzalo Javier Montory Barriga
317
GAVARA DE CARA, J. A., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”,
ob. cit., p. 232 y ss. En el mismo sentido, BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad
constitucional…”, ob. cit., p. 268.
La propiedad constitucional 153
318
MEDINA GUERRERO, M., “La vinculación negativa del legislador a los dere-
chos fundamentales”, ob. cit., p. 147; también CIANCIARDO, J., “El conflicti-
vismo en los derechos fundamentales”, ob. cit., p. 261.
319
ALEXY, R., “Teoría de los derechos fundamentales”, ob. cit., p. 288.
320
BERNAL PULIDO, C., “El principio de proporcionalidad y los derechos funda-
mentales”, ob. cit., p. 405.
321
Barnes, opina que se debe rechazar de plano, todo intento de reducción de la ga-
rantía del contenido esencial a puntos de vista meramente formales (tales como
la prohibición de límites arbitrarios), sin que previamente se determine cuál es la
sustancia de cada derecho. BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucio-
nal…”, ob. cit., pp. 237-239.
154 Gonzalo Javier Montory Barriga
322
PRIETO SANCHÍS, L., “Estudios sobre derechos fundamentales”, ob. cit., p.
148.
La propiedad constitucional 155
323
Hay autores que sostienen que la incorporación en la Constitución de la técnica
del contenido esencial constituye una clara aproximación a puntos de vista ius-
naturalistas, existiendo gran similitud entre la naturaleza de la cosa y la esencia
de un derecho. En este sentido BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitu-
cional…”, ob. cit., p. 242.
324
NOGUEIRA ALCALÁ, H., “Aspectos de una teoría…”, ob. cit., p. 57.
325
STCCh de 24 de febrero de 1987, Rol 43 (Cons. 21°); reitera esta doctrina en
STCCh de 14 de noviembre de 1994, Rol 200 (Cons. 4°) y en STCCh de 20 de
octubre de 1998, Rol 280 (Cons. 13°). Es de esta misa opinión NOGUEIRA
ALCALÁ, H., “Aspectos de una teoría…”, ob. cit., pp. 53-56.
326
STCCh de fecha 29 de enero de 2014, Rol 2299-12-INA (Cons. 10° del voto de
rechazo al requerimiento).
156 Gonzalo Javier Montory Barriga
327
Intervención del Comisionado José María Eyzaguirre en la sesión N° 155, de
fecha 2 de octubre de 1975. Evans sostiene, en similares términos, que la esencia
de una cosa “es lo que hace que esa cosa sea eso y no otra distinta”. EVANS DE
LA CUADRA, E., “Los Derechos Constitucionales”, ob. cit., p. 409. Estas expre-
siones son atribuidas, al parecer, al teólogo Bouyer, quién sostuvo que “la esencia
es, en un ser, aquello en virtud de lo cal este ser es lo que es y no otra cosa”.
BOUYER, L, “Diccionario de Teología”, en Ferrater Mora y otros, traducción
de Francisco Martínez, editorial Herder, Barcelona, 1999, p. 615, citado por
RODRÍGUEZ-ARMAS, M. L., “Análisis del contenido esencial de los derechos
fundamentales…”, ob. cit., p. 245.
328
Expresiones del Comisionado José María Eyzaguirre, la sesión N° 157 de la Co-
misión de Estudios de la Nueva Constitución, celebrada el 9 de octubre de 1975.
329
EVANS DE LA CUADRA, E., “Los Derechos Constitucionales”, ob. cit., pp.
296-297.
330
Esta afirmación la hizo, entre otros, el Comisionado Ortúzar en la sesión N° 159
de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, celebrada el 16 de octubre
de 1975.
La propiedad constitucional 157
331
Estos dichos corresponden al Comisionado Diez, vertida en la sesión N° 155 de
la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, celebrada en 2 de octubre
de 1975. Vid. también EVANS DE LA CUADRA, E., “Los Derechos Constitu-
cionales”, ob. cit. p. 288. Anteriormente, en la sesión N° 150, celebrada el 4 de
septiembre de 1975, el Comisionado Sergio Diez dijo que la jurisprudencia podía
“ir enriqueciendo y variando el concepto de la esencia del derecho”, lo que es
propio de la teoría relativa. Sin embargo agrega luego que esto es sin perjuicio de
mantenerse invariable “lo que corresponde a la fuente real del derecho, a la rela-
ción del derecho de propiedad con la naturaleza del hombre, que es lo invariable
en la fuente del derecho”. No cabe duda que en esta parte se impone la tesis
absoluta del contenido esencial. Concluye este Comisionado señalando que el
concepto de esencia “tiene la rigidez para impedir la burla y, al mismo tiempo, la
flexibilidad para impedir que se quiebre el concepto del derecho de propiedad”.
332
Expresiones vertidas por José María Eyzaguirre en la sesión N° 155 de la Co-
misión de Estudios de la Nueva Constitución, celebrada el día 2 de octubre de
1975.
333
Sentencia del Tribunal Constitucional español N° 11 de 8 de abril de 1981, re-
caída en inconstitucionalidad del Decreto-ley 17/1977, (Fundamento jurídico
8°). Este fallo aparece publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), N° 99 de
fecha 25 de abril de 1981. Analizan el fallo COLINA GAREA R., “La función
social…”, ob. cit., pp. 362 y ss.; SERRANO ALBERCA, J. M., “El derecho de
propiedad, la expropiación y la valoración del suelo”, ob. cit., p. 66; y PAREJO
158 Gonzalo Javier Montory Barriga
Sección I
PLANTEAMIENTO DE LA TEORÍA
1. Su concreción jurisprudencial
El fallo del Tribunal Constitucional español, antes mencionado,
previene que el primer camino para encontrar el contenido esencial
de un derecho consiste en “tratar de acudir a lo que se suele llamar la
naturaleza jurídica o el modo de concebir o de configurar cada dere-
cho”. Señala la sentencia que esto es posible porque “muchas veces el
nomen y el alcance de un derecho subjetivo son previos al momento
en que tal derecho resulta recogido y regulado por un legislador con-
creto”. Esto quiere decir, según lo expone la sentencia, que “el tipo
abstracto del derecho preexiste conceptualmente al momento legisla-
tivo y en este sentido se puede hablar de una recognoscibilidad de ese
tipo abstracto en la regulación concreta”.
En base a estos antecedentes, fija el criterio esbozado señalando que
“constituyen el contenido esencial de un derecho subjetivo aquellas fa-
cultades o posibilidades de actuación necesarias para que el derecho sea
recognoscible como perteneciente al tipo descrito y sin las cuales deja
de pertenecer a ese tipo y tiene que pasar a quedar comprendido en otro
desnaturalizándose, por decirlo así”. Para lograr ese reconocimiento el
tribunal propone “establecer una relación entre el lenguaje que utilizan
las disposiciones normativas y lo que algunos autores han llamado el
metalenguaje o ideas generalizadas y convicciones generalmente admi-
tidas entre los juristas, los jueces y, en general, los especialistas en de-
recho” puesto que en opinión de los sentenciadores, son ellos quienes
“pueden responder si lo que el legislador ha regulado se ajusta o no a
lo que generalmente se entiende por un derecho de tal tipo”.
160 Gonzalo Javier Montory Barriga
335
STCCh de 24 de febrero de 1987, Rol N° 43 (Cons. 21°).
336
En otro fallo, pero esta vez para descartar la concurrencia de una privación de
atributos o facultades esenciales, o la afectación de la esencia, el Tribunal Cons-
titucional chileno recurrió también el criterio de la “reconocibilidad. En efecto,
en la sentencia recaída en el caso Empresa Eléctrica Panguipulli con Transelec
S.A, dicho tribunal declaró que la propiedad de los recurrentes “…no queda
desprovista de lo que le es consustancial, no resulta irreconocible…”. STCCh, de
6 de marzo de 2007, Rol 505 (Cons. 25°).
La propiedad constitucional 161
337
ALDUNATE LIZANA, E., “Derechos fundamentales”, ob. cit., pp. 175-176.
338
En este mismo sentido para el Derecho español, PRIETO SANCHÍS, L., “Estu-
dios sobre derechos fundamentales”, ob. cit., p. 143-144.
162 Gonzalo Javier Montory Barriga
339
STCCh de 24 de febrero de 1987, Rol N° 43 (Cons. 21°); STCCh de 14 de no-
viembre de 1994, Rol 200 (Cons. 4°); y STCCh, de 6 de marzo de 2007, Rol 505.
(Cons. 25º).
La propiedad constitucional 163
Sección II
ELEMENTOS ESENCIALES DEL TIPO
ABSTRACTO DEL DERECHO DE PROPIEDAD
340
Para el elemento de “la pertenencia”, Vid. MESSINEO, F., “Manual de Derecho
Civil y Comercial”, ob. cit., p. 261.
341
SERRANO ALBERCA, J. M., “El derecho de propiedad, la expropiación y la
valoración del suelo”, ob. cit., p. 35.
166 Gonzalo Javier Montory Barriga
les342. Es verdad que el dueño puede ceder el uso y goce por medio
de la constitución de un usufructo, o de una servidumbre; e incluso
producto de una relación personal, como un arrendamiento o un co-
modato. Pero estas hipótesis, además de ser temporales, no obstan al
poder de dominación del dueño, puesto que éste mantiene siempre
una situación de supremacía que se refleja en importantes grados de
tuición o de gobierno de la cosa. En cualquier momento el dueño
puede impedir que un usufructuario o un arrendatario se extralimite
en el ejercicio de sus facultades.
En el derecho privado, también existen límites que le impiden a
las partes alterar la estructura inderogable de ciertas figuras jurídicas,
so pena de ineficacia del acto de disposición, o de degeneración del
derecho en uno distinto. Así por ejemplo, no sería aceptable una cláu-
sula que prive al usufructuario de la posesión o del poder de admi-
nistración de la cosa fructuaria, como tampoco una que le atribuyera
al usufructuario facultades omnímodas de disposición, por sobre el
derecho del nudo propietario. En ocasiones es la propia ley la que
establece, a través de normas imperativas, los límites de la autono-
mía privada en la composición del derecho real. Así por ejemplo, la
copropiedad no puede consistir en un estado perpetuo de indivisión,
puesto que la partición puede siempre pedirse (art. 1.317 CC); tam-
poco puede concebirse un derecho de uso o de habitación enajenables
(art. 819 CC).
Es interesante constatar el paralelismo que existe entre el orden
público, como límite de la autonomía privada en la configuración o
modelación de ciertas figuras jurídicas, con el límite del contenido
esencial, en el ámbito de la regulación pública de los derechos priva-
dos. Este paralelismo ha sido destacado por Montés, a propósito de
los derechos reales. Plantea este autor que al igual como sucede con
éstos, cuya regulación está entregada a la autonomía de la voluntad
con el límite del orden público; así también frente a la autoridad, la
regulación del derecho de propiedad está reservada a la ley ordinaria,
de acuerdo a la función social, con el límite del contenido esencial343.
342
En este sentido REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada…”, ob. cit., p. 267.
343
MONTÉS, V., “La propiedad privada en el sistema del Derecho civil contempo-
ráneo”, ob. cit., p. 223.
La propiedad constitucional 167
3. El usus ut dominus
Pero la identificación del derecho de propiedad como un tipo de
derecho subjetivo distinto y específico, debe basarse no solamente en
la titularidad. Ella es un mero presupuesto que permite afirmar que
344
Chile suscribió un tratado internacional para la protección de la flora y la fauna,
y las bellezas escénicas de América, firmado en Washington, el 12 de Octubre de
1940. Este tratado se transformó en ley de la República (Decreto Supremo N°
531, de fecha 23 de Agosto de 1967, del Ministerio de Relaciones Exteriores).
Dicho tratado permite que los países suscriptores declaren ciertas especies de
la fauna o de la flora, como monumento natural, y por lo tanto inviolables. En
ejecución de este tratado, se dictaron sucesivos Decretos Supremos que declara-
ron a la Araucaria Araucana como monumento natural, quedando totalmente
prohibida su explotación y comercialización. Entre los decretos dictados con el
referido propósito mencionaremos el Decreto Supremo N° 29 del Ministerio de
Agricultura, publicado en el Diario Oficial de 16 de abril de 1976; el Decreto
Supremo N° 141 del año 1987, también del mismo Ministerio, y finalmente el N°
43, del citado Ministerio, publicado en el Diario Oficial de 3 de abril de 1990.
Este último al mismo tiempo que derogó al anterior, estableció que la declara-
ción de Monumento Natural de dicha especie vegetal afectaría a cada uno de los
individuos vivos, cualquiera sea su estado o edad, que habiten dentro del terri-
torio nacional, ampliando así totalmente a todo el territorio las prohibiciones
de corta y explotación de dichos árboles. Vid. BANDA VERGARA, A., “Medio
ambiente y función social del dominio”, en Revista de Derecho (Valdivia), vol. 8,
número especial, Agosto 1998, pp. 55-86.
168 Gonzalo Javier Montory Barriga
Sección III
ELEMENTOS QUE PERMITEN LA
RECONOCIBILIDAD DEL USUS UT DOMINUS
345
MONTÉS, V., “La propiedad privada en el sistema del Derecho civil contempo-
ráneo”, ob. cit., p. 236.
346
Como lo señala Lacruz, citando a Constantino, “la tutela del propietario no se
otorga directamente al goce, sino al goce a título de dueño”. LACRUZ BERDE-
JO, J. L., “Elementos de Derecho Civil”, ob. cit., pp. 232.
La propiedad constitucional 169
347
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”ob. cit., p. 320.
348
BIONDI, B., “Las servidumbres”, Comares, 2ª edición, traducción de Juan Ma-
nuel González Porras, Granada, año 2002, p. 58.
170 Gonzalo Javier Montory Barriga
349
Es interesante destacar lo que sostiene Castán, en el sentido de que la exclusi-
vidad es una nota genérica propia de todos los derechos reales, mientras que la
totalidad o plenitud, es una nota característica del dominio, que lo distingue de
los demás derechos reales. CASTÁN TOBEÑAS, J., “La propiedad y sus proble-
mas actuales”, ob. cit., p. 86.
350
NOVOA MONRREAL, E., “El derecho de propiedad privada”, ob. cit., p. 26
351
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit., p. 323. Este
autor afirma que sería “inconstitucional cualquier configuración legal que atri-
buyera poderes más amplios sobre los bienes al titular de un derecho patrimonial
cualquiera que el de propiedad”.
La propiedad constitucional 171
pudiendo excluir a cualquier otro del uso y goce. De ahí que el orde-
namiento le conceda acciones tendientes a mantener o recuperar ese
statu quo. Esto nos conecta con otra faceta de la exclusividad, cual es
la reivindicabilidad, entendida en un sentido amplio, comprensiva de
toda acción protectora del dominio susceptible de ser intentada frente
a intromisiones de cualquier clase que sean, incluso en contra de la Ad-
ministración, salvo claro está, el caso de una expropiación.
Por otra parte, la exclusividad significa que los poderes que con-
fiere el dominio sobre los bienes, deben ser ejercidos por el dueño en
forma directa, desde que el mismo Texto Constitucional prevé, que
ningún propietario puede ser privado de esos poderes, representados
por los atributos o facultades esenciales del dominio. Es decir, dentro
de ciertos márgenes regulatorios, la determinación de las decisiones
básicas acerca del destino del bien y su explotación, deben ser siem-
pre de la exclusiva competencia del dueño, de forma tal que si una
ley sustrae esa prerrogativa del ámbito de poder del propietario, di-
cha norma sería inconstitucional porque afectaría la exclusividad del
dominio. Piénsese en lo dicho a propósito del artículo 12 de la Ley
17.288 sobre Monumentos Históricos, que somete a la autorización
discrecional de un ente público (Consejo de Monumentos Naciona-
les), la decisión acerca del ejercicio de una facultad esencial del domi-
nio, cual es la disposición material; y en cierto modo también la jurí-
dica, puesto que la venta de un bien declarado en esta categoría queda
sujeta a un derecho de adquisición preferente a favor del Estado, no
pudiendo además el propietario fijar libremente su precio, debiendo
estarse al que se fije por peritos (art. 15).
Lo anterior no quiere decir que la exclusividad, al igual que los de-
más caracteres del dominio, no pueda estar sujeta a restricciones. No
hay que olvidar que el artículo 19 N° 24 inciso 2° de la Constitución
deja en manos del legislador el establecer el modo de usar, gozar y dis-
poner. Por ejemplo, en la zona de protección aledaña a las carreteras
(35 metros), el propietario puede libremente sembrar y plantar, inclu-
so edificar, siempre y cuando las construcciones no tengan el carácter
de definitivas352. Por lo tanto, esta limitación no afecta la exclusividad
352
Artículo 39 del DFL. 850 de 25 de febrero de 1998, (Texto refundido Ley de
Caminos).
La propiedad constitucional 173
353
Esta conclusión es similar a la que se consignó en la STCCh de 21 de abril de
1992, Rol 146 referida a los letreros camineros (Cons. 6° voto de disidencia).
354
GARCÍA DE ENTERRIA, E., “Los principios de la nueva ley de expropiación
forzosa”, ob. cit., p. 70.
355
Como sí se acepta en Italia, donde se ha acuñado una tesis que ve en los bienes
culturales un auténtico supuesto de propiedad dividida, en el sentido de cotitu-
laridad. Por una parte está la del propietario, a quién le corresponde la utilidad
económica del bien; y por la otra la de la colectividad que ostenta el derecho
sobre el valor cultural del bien, cuya disponibilidad se halla al margen del pro-
pietario. En este sentido FERRERI, P. G., “La propiedad de los bienes histórico-
artísticos en Italia”, en “Propiedad, expropiación y responsabilidad. La garantía
indemnizatoria en el Derecho europeo y comparado”, coordinador Javier Bar-
nés, Tecnos, Madrid, año 1995, p. 448. Según se desprende de lo dicho preceden-
temente, en nuestro ordenamiento constitucional aquello sería impensable.
174 Gonzalo Javier Montory Barriga
356
PEÑAILILLO AREVALO, D., “Los bienes…”, ob. cit., pp. 94 y 134.
357
STCCh de 7 de marzo 1994, Rol 184.
La propiedad constitucional 175
las decisiones del medio de comunicación sin que tenga título jurídico
válido para ello”358.
A propósito de la Ley N° 17.288 sobre Monumentos Naciona-
les, antes citada, la Corte Suprema, acogiendo también un recurso
de inaplicabilidad por inconstitucionalidad de los artículos 11 y 12
del mencionado precepto, concluyó que la privación de la capacidad
de administrar afectaba la esencia del dominio359. Recordemos que
aquella norma dispone, en su artículo 12 inciso 1°, que si el Monu-
mento Histórico es un inmueble de propiedad particular, el propieta-
rio debe conservarlo debidamente, sin que pueda destruirlo, transfor-
marlo o repararlo, ni hacer en sus alrededores construcción alguna,
sin obtener previamente la autorización del Consejo de Monumentos
Nacionales360.
Pues bien, el fallo analizado declaró inaplicable la disposición
transcrita (junto al artículo 11), por estimar que ella restringía seria-
mente las facultades del dueño del inmueble. Para fundamentar esta
conclusión recurrió a la doctrina sustentada por Evans de la Cuadra,
quién ha sostenido que ninguna limitación u obligación impuesta por
la ley a la propiedad privada puede, en caso alguno, afectar la esencia
del derecho con medidas de tal envergadura que el dueño pase a ser
un dependiente de la autoridad pública, poniendo como ejemplo la
pérdida de la capacidad de administrar (Cons. 6°)361.
358
STCCh de 30 de octubre de 1995, Rol Nº 226 (Cons. 36°).
359
SCS de 18 de junio de 2004, Rol N° 4309-02, Publicada en la Gaceta Jurídica
N° 289, año 2004. Tratan este tema VARAS ALFONSO, P., “Fortalecimiento del
derecho de propiedad por la sentencia de la Corte Suprema que declaró inapli-
cables los artículos 11 y 12 de la Ley N° 17.288”, en Actas XXXIV Jornadas de
Derecho Público (25-27 de noviembre de 2004), Facultad de Derecho Pontificia
Universidad Católica de Chile, editorial Lexis Nexis, año 2005, pp. 383-393;
también FERMANDOIS VÖHRINGER, A., “Inaplicabilidad de la Ley de Mo-
numentos Nacionales…”, ob. cit., pp. 19-53.
360
Para analizar el funcionamiento del Consejo de Monumentos Nacionales puede
consultarse a REVETRIA BELTRÁN, M., “El régimen jurídico de la propiedad
monumental en Chile”, en Revista de Derecho Público, Facultad de Derecho
Universidad de Chile, N° 21-22 enero-diciembre 1977, pp. 85-148.
361
EVANS DE LA CUADRA, E., “Los Derechos Constitucionales”, ob. cit., pp. 463
y ss.
176 Gonzalo Javier Montory Barriga
362
Luz Bulnes ha señalado, en relación a la declaración de inaplicabilidad de los
artículos 11 y 12 de la Ley 17.288 que “en la especie es evidente que al propie-
tario no sólo se le ha limitado su dominio sino que también se le ha privado de
atributos esenciales de él. En la práctica el Consejo de Monumentos Nacionales
viene a decidir sobre el goce y disposición de los Monumentos Históricos, por lo
que la amplitud de sus atribuciones afecta el derecho de propiedad del dueño del
inmueble privándole de sus atributos esenciales, efecto que sólo puede producir-
se a través de una expropiación de estos atributos y no por la vía de entender que
se trata sólo de una limitación del dominio”. BULNES ALDUNATE, L., “Aná-
lisis de un fallo y su relación con la Ley 17.288 (Monumentos Nacionales)”, en
Revista de Derecho Público, N°49, Santiago, 1991, p. 31.
363
Se manifiestan críticos ACCATINO SCAGLIOTTI, D., en comentario de juris-
prudencia a la “Sentencia de inaplicabilidad sobre la inconstitucionalidad de al-
La propiedad constitucional 177
364
DL. 458 de 18 de diciembre de 1975, en adelante LGUC.
365
FERNÁNDEZ RICHARD, J., y HOLMES SALVO, F., “Derecho urbanístico chi-
leno”, 2ª edición actualizada, Editorial Jurídica de Chile, p. 201.
La propiedad constitucional 179
366
DÍEZ-PICAZO L., “Algunas reflexiones sobre el derecho de propiedad privada
en la Constitución”, en Estudios Sobre la Constitución Española, homenaje al
profesor Eduardo García de Enterría, t. II, editorial Cívitas, Madrid, 1991, p.
1263.
367
LASARTE, C., “Principios de Derecho Civil”, ob. cit., p. 69 Por su parte, Castán,
citando a Radbruch, sostiene que las cosas se han transformado en mercancías
que el hombre tiene no para poseerlas continuamente, sino para desprenderse de
ellas lo más pronto posible y realizarlas económicamente para su transformación
en dinero. CASTÁN TOBEÑAS, J., “La propiedad y sus problemas actuales”,
ob. cit., p. 11.
368
STCCh de 21 de agosto de 2001, Rol N° 334.
180 Gonzalo Javier Montory Barriga
369
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit., p. 344
La propiedad constitucional 181
Sección IV
LAS IDEAS GENERALIZADAS Y CONVICCIONES
GENERALMENTE ACEPTADAS COMO CRITERIOS DE
RECONOCIBILIDAD DEL DERECHO DE PROPIEDAD
1. Explicación preliminar
El fallo del Tribunal Constitucional español que hemos venido
analizando propone, como una forma de aproximación al contenido
esencial, desde la perspectiva de la reconocibilidad de cada derecho,
establecer una relación entre el lenguaje que utilizan las disposiciones
normativas y las “ideas generalizadas y convicciones generalmente
admitidas de lo que se entiende por un determinado derecho”, en
este caso, el derecho de propiedad. Esto coincide, en cierta forma,
con la doctrina recogida en una sentencia del Tribunal Constitucional
alemán, citada anteriormente, en la que se dijo que para el concepto
de propiedad que ha asumido la Ley Fundamental ha de tenerse en
cuenta “el instituto jurídico de la propiedad, tal y como lo han con-
formado el Derecho Civil y las concepciones sociales”370.
No cabe duda que dentro de las concepciones sociales a las que
alude la sentencia alemana, se encuentran incorporadas las ideas ge-
neralizadas y convicciones generalmente admitidas de aquello que
se entiende por propiedad. Los antecedentes en base a los cuales se
construyen esas ideas generalizadas o convicciones generalmente ad-
mitidas son, principalmente, la configuración histórica del derecho de
propiedad y su predeterminación conceptual o construcción dogmá-
tica.
370
STC de 30.04.1952 (BVerfGE 1, 264) citada por KIMMINICH, O., “La propie-
dad en la Constitución alemana”, ob. cit., pp. 151.
182 Gonzalo Javier Montory Barriga
371
JELLINEK, G., “Teoría General del Estado”, editorial Albatros, Buenos Aires,
1954, p. 30.
372
GROSSI, P., “La propiedad y las propiedades: Un análisis histórico”, Civitas,
Madrid, 1992, pp. 22, 27, 28 y 30.
La propiedad constitucional 183
373
Ver la intervención realizada por don Guillermo Edwards Matte, en la Subco-
misión Redactora de la Constitución de 1925, reproducida en EVANS DE LA
CUADRA, E., “Estatuto constitucional del derecho de propiedad en Chile”, ob.
cit., p. 20.
184 Gonzalo Javier Montory Barriga
374
Ramón Martín Mateo señala que sería erróneo suponer que las cláusulas relati-
vas al respeto de la propiedad introducidas en los ordenamientos constituciona-
les de los Estados occidentales, constituyan una radical innovación respecto de
lo que existió antes de la Revolución Francesa. Sostiene que en épocas anteriores
se encuentran también análogas limitaciones al poder del soberano. MARTÍN
MATERO R., “El estatuto de la propiedad inmobiliaria”, en Revista de Admi-
nistración Pública, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, N° 52, año 1967, p.
120-121.
375
DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: Crisis y retorno…”, ob. cit.,
pp. 244-245.
376
Ibidem, pp. 102-103.
377
DÍEZ-PICAZO L., “Algunas reflexiones…”, ob. cit., pp. 1257-1258.
378
DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: Crisis y retorno…”, ob. cit.,
p. 85.
La propiedad constitucional 185
un poder pleno y abstracto sobre ella. Un autor señala que esta idea
expresa el sentimiento que tiene aquel que es propietario respecto de
la cosa que le pertenece379.
Desde un punto de vista dogmático, el derecho de propiedad sólo
es reconocible como tal, si en él se produce la conjunción de los clá-
sicos ius utendi, ius fruendi, y ius disponendi. La Constitución toma
prestados estos conceptos preexistentes en la doctrina y en el “meta-
lenguaje” de los juristas; o, si se prefiere, los toma prestados del acervo
de las tradiciones existentes en la comunidad jurídica en el momento
de su promulgación y los utiliza también para representarla380. De ahí
que no merezca hoy favorable acogida la famosa construcción técnica
de la propiedad ideada por Duguit, que sustituyó la propiedad dere-
cho subjetivo, por la propiedad función social, pues semejante pun-
to de vista sobrepasa los límites de las transformaciones reconocidas
actualmente al derecho de propiedad. Como lo sostiene Castán, estas
transformaciones no han llegado a mudar la base filosófica y jurídica
sobre la que se asienta tradicionalmente el derecho de propiedad. To-
davía cabe considerarlo como un derecho subjetivo de exclusión, que
confiere a su titular el poder de gobernar y controlar los bienes que le
pertenecen, en una esfera de autonomía, con exclusión de las demás
personas381.
La legislación decimonónica relativa al derecho de propiedad, lo
que realmente persiguió fue eliminar todo vestigio de la propiedad
vinculada, propia del antiguo régimen, pero sin apartarse totalmente
de la tradición jurídica anterior. En este sentido, el verdadero cambio
que se generó a partir del Code civil de 1804, fue la generalización
y unificación del régimen de la propiedad, que hizo que se mantu-
viera indiferente a las cualidades de su titular, como asimismo, a las
particularidades del objeto sobre el que recaía382. Esto nos conecta
con el otro rasgo tipificador de la nueva propiedad, cual es su abs-
379
RASCÓN, C., “Síntesis de historia e instituciones de Derecho romano”, Tecnos,
Madrid, 2008, p. 221.
380
DÍEZ-PICAZO L., “Algunas reflexiones…”, ob. cit., pp. 1258.
381
CASTÁN TOBEÑAS, J., “Derecho Civil español, común y foral”, ob. cit., p.
147-148.
382
GROSSI, P., “La propiedad y las propiedades: Un análisis histórico”, ob. cit., p.
110.
186 Gonzalo Javier Montory Barriga
383
Figura que no solo es admisible “desde la quimera del laboratorio”, como lo
sostiene BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit., p.
129.
384
GROSSI, P., “La propiedad y las propiedades: Un análisis histórico”, ob. cit., p.
114.
385
DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: Crisis y retorno…, ob. cit., p.
186.
386
GROSSI, P., “La propiedad y las propiedades: Un análisis histórico”, ob. cit., p.
55.
La propiedad constitucional 187
387
Intervención del Comisionado José María Eyzaguirre en la sesión N° 155, de
fecha 2 de octubre de 1975.
388
Intervención del Comisionado Gustavo Lorca en la sesión N° 157, de fecha 9 de
octubre de 1975.
Capítulo Tercero
LA APROXIMACIÓN AL CONTENIDO
ESENCIAL DEL DERECHO DE
PROPIEDAD A TRAVÉS DEL INTERÉS
JURÍDICAMENTE PROTEGIDO
Sección I
PLANTEAMIENTO DE LA TEORÍA
1. Su concreción jurisprudencial
Este es el otro camino propuesto por la sentencia del Tribunal
Constitucional español, para determinar el contenido esencial de los
derechos fundamentales389. El fallo en análisis sostiene que “el segun-
do posible camino para definir el contenido esencial de un derecho
consiste en tratar de buscar lo que una importante tradición ha llama-
do los intereses jurídicamente protegidos como núcleo y médula de
los derechos subjetivos. Se puede entonces hablar de una esencialidad
del contenido […] para hacer referencia a aquella parte del contenido
del derecho que es absolutamente necesaria, para que los intereses
jurídicamente protegibles que dan vida al derecho, resulten real, con-
creta y efectivamente protegidos.” Luego especifica el fallo la forma
como opera el criterio propuesto, señalando que se rebasa el derecho
o se desconoce su contenido esencial “cuando […] queda sometido a
limitaciones que lo hacen impracticable, lo dificultan más allá de lo
razonable o lo despojan de la necesaria protección”.
389
Sentencia del Tribunal Constitucional español N° 11 de 8 de abril de 1981, re-
caída en inconstitucionalidad del Decreto-ley 17/1977, (Fundamento jurídico
8°). Recordemos que este método de aproximación al contenido esencial, junto
al método de la reconocibilidad recién analizado, fue ratificado por el mismo
Tribunal Constitucional español en el fallo N° 37 de 26 de marzo de 1987, re-
lativo a la Reforma Agraria Andaluza (Cons. Jurídico 2°). Esta ultima sentencia
aparece publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) N° 89, de fecha 14 de
abril de 1987.
190 Gonzalo Javier Montory Barriga
390
STCCh de 24 de febrero de 1987, Rol N° 43 (Cons. 21°) En el mismo sentido
STCCh de 14 de noviembre de 1994, Rol 200 (Cons. 4°).
391
STCCh, de 6 de marzo de 2007, Rol Nº 505 (Cons. 25°).
La propiedad constitucional 191
392
SCAS, 25.08.1994, (Cons. 15º), publicada en Gaceta Jurídica N° 171, 1994.
393
STCCh de 15 de abril de 1997, Rol N° 253, (Cons. 12°).
192 Gonzalo Javier Montory Barriga
394
STCCh de 20 de octubre de 1998, Rol N° 280, relativa a la constitucionalidad
del Proyecto de Ley que rebaja la tasa de los aranceles a las importaciones e
introduce modificaciones a otras normas tributarias y económicas. (Cons. 29°).
395
Incluso, en el seno de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, para
argumentar a favor de la inclusión de la garantía del contenido esencial, algunos
comisionados recurrieron a ejemplos un tanto burdos (así fueron calificados por
ellos mismos) de regulaciones que podrían hacer ilusorio el derecho de propie-
dad. Es el caso de la cesión N° 155, de 2 de octubre de 1975, en la que el Comi-
sionado Diez Urzúa dijo que “el ejemplo más burdo, pero que puede ocurrir, es el
establecimiento de una contribución a los bienes raíces o un impuesto al capital
que haga, por ejemplo, ilusorio el derecho de propiedad. Y es evidente que esto
afecta la esencia del derecho de propiedad”.
396
CIANCIARDO, J., “El conflictivismo en los derechos fundamentales” ob. cit.,
pp. 261 y 266. Es de opinión contraria PAREJO ALFONSO, L. “El contenido
esencial…”, ob. cit., pp. 185.
La propiedad constitucional 193
397
BARROS BOURIE, E., “Tratado de responsabilidad extracontractual”, ob. cit.,
p. 614. Señala Barros que desde un punto de vista doctrinario, el derecho sub-
jetivo es, a la vez, una potente abstracción que facilita el manejo conceptual del
derecho privado (y también del Derecho constitucional), y expresión de la mul-
tiplicidad de formas de vida que dan lugar a las relaciones jurídicas (p. 611).
398
IHERING, R., “El espíritu del Derecho romano”, abreviatura por Fernando
Vela, Marcial Pons, Madrid, 2005, pp. 317 y ss.
399
BARROS BOURIE, E., “Tratado de responsabilidad extracontractual”, ob. cit.,
p. 615.
400
Ihering plantea en resumen que los derechos subjetivos son intereses jurídica-
mente protegidos que se encuentran configurados en base a dos elementos: Uno
sustancial, en que reside el fin práctico del derecho y que consiste en la posibili-
dad de ser utilizado, lo que se traduce en la ventaja o ganancia que asegura a su
titular; y otro formal, representado por la protección del derecho, que se traduce
en la acción judicial como medio para asegurar esa finalidad. IHERING, R., “El
espíritu del Derecho romano”, ob. cit., pp. 319 y ss.
194 Gonzalo Javier Montory Barriga
401
GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”,
ob. cit., p. 28.
402
BARROS BOURIE, E., “Tratado de responsabilidad extracontractual”, ob. cit.,
p. 614.
403
No hay que olvidar la crítica a la tesis de Savigny, que concebía al derecho subje-
tivo exclusivamente como un poder de la voluntad, lo que dejaba sin respuesta la
atribución del derecho a quienes carecían de voluntad. Ihering refuta este plan-
teamiento, afirmando que el derecho subjetivo puede existir independientemente
de toda manifestación de voluntad del titular. Para Ihering, la voluntad sólo
incide en su ejercicio y en su protección. Por consiguiente, es necesario distinguir
entre el derecho mismo y su puesta en ejecución. La voluntad del titular sólo es
importante para esto último, como también para su protección, pero ambas co-
sas presuponen la existencia del derecho. IHERING, R., “El espíritu del Derecho
La propiedad constitucional 195
romano”, ob. cit., p. 318; Vid. también GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos
fundamentales y desarrollo legislativo…”, ob. cit., pp. 40-43.
404
El criterio del interés jurídicamente protegido ha sido utilizado reiteradamente
por la doctrina alemana, para desentrañar el contenido esencial del derecho de
propiedad. Vid. MEDINA GUERRERO, M., “La vinculación negativa…”, ob.
cit., p. 149. Una de las aportaciones más destacadas en esta línea ha sido la
del criterio de la utilidad privada (Privatnützigkeitstheorie) de REINHARDT,
R., “Wo liegen für den Gesetzgeber die Grenzen, gemäss Art. 14 des Bonner
Grundgesetz über Inhalt und Schranken des Eigentums zu bestimmen?” (¿Dónde
se encuentran los límites del legislador en la determinación del contenido y los
límites del dominio según el Art. 14 de la Constitución de Bonn?), en “Verfas-
sungsschutz des Eigentums”, J. C. B Mohr (Paul Siebeck), Tübingen, 1954 (tra-
ducción libre).
405
BARROS BOURIE, E., “Tratado de responsabilidad extracontractual”, ob. cit.,
p. 613.
196 Gonzalo Javier Montory Barriga
406
GARCÍA DE ENTERRIA, E., “Las expropiaciones legislativas desde la pers-
pectiva constitucional. En particular el caso de la Ley de Costas”, en La res-
ponsabilidad patrimonial del Estado legislador en el Derecho español, editorial
Thomson-Civitas (Aranzadi), Navarra, segunda edición, año 2007, pp. 187-188.
407
Así lo estima NOGUEIRA ALCALÁ, H., “Derechos fundamentales y garantías
constitucionales”, ob. cit., p. 103 quién sostiene que se identifica el contenido
esencial del derecho de propiedad con los intereses individuales constitucional-
mente protegidos.
408
Aldunate y Fuentes sostienen una tesis contraria, señalando que el art. 19 N° 24
de la Constitución, cuando señala que ella asegura a todas las personas el dere-
cho de propiedad, dicha protección no está referida a “los derechos subjetivos
que pueda alegar el titular de un derecho real de propiedad”. Esto último estaría
incluido, según ellos, en lo que se podría denominar la “protección a la integri-
dad del patrimonio” a que se refiere la expropiación. ALDUNATE LIZANA E.
y FUENTES OLMOS, J., “El concepto del derecho de propiedad…”, ob. cit., p.
214.
409
Boletin Oficial del Estado (BOE), sentencia 111/1983 de 2 de diciembre (Funda-
mento 8º).
La propiedad constitucional 197
410
REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada…”, ob. cit., p. 199-208.
411
CASTÁN TOBEÑAS, J., “La propiedad y sus problemas actuales”, ob. cit., p.
98.
412
CASTÁNTOBEÑAS, J., “Derecho Civil español, común y foral”, ob. cit., p. 148.
413
REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada…”, ob. cit., p. 213.
198 Gonzalo Javier Montory Barriga
Sección II
EL INTERÉS JURÍDICAMENTE PROTEGIDO
POR EL DERECHO DE PROPIEDAD
414
DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: Crisis y retorno…”, ob. cit.,
223 y 224.
415
Ya nos hemos referido a la tesis de Duguit, quién sustituyó el concepto de propie-
dad-derecho subjetivo, por el de propiedad-función social. Otros autores, como
por ejemplo Josserand, sin llegar a suprimir la categoría de los derechos subje-
tivos, propugnaban que estos sólo eran reconocidos por la ley para satisfacer
intereses colectivos, de modo que su ejercicio concreto debía ser consistente con
esos fines. Luego Hauriou planteó su tesis de la propiedad-función, consistente
en que el propietario tenía el poder de emplear la cosa en la satisfacción de sus
propias necesidades, pero a su vez el deber de ponerla también al servicio de las
necesidades sociales. Vid. en este tema a CASTÁN TOBEÑAS, J., “Derecho civil
español, común y foral”, ob. cit., p. 147. En Chile, vid. NOVOA MONREAL, E.,
“El derecho de propiedad privada”, ob. cit. pp. 47-48.
416
Tener presente aquí a lo señalado en la primera parte de este trabajo, Capítulo
Segundo, Sección II, relativo al rol de la función social en la regulación del Dere-
cho de propiedad.
La propiedad constitucional 199
417
En la sesión 150 de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, celebrada
el 4 de septiembre de 1975, el Comisionado José María Eyzaguirre, planteó que
en la Subcomisión de Derecho de Propiedad se había suscitado una discusión en
torno al contenido del artículo 10 N° 10 de la Constitución de la época (1925),
señalando que algunos estimaban que muchas de las materias que consagraba
esa disposición, no deberían estar ahí, pues dicha norma estaba reservada al
estatuto de la propiedad privada, por lo que no tendría por qué consignar ma-
terias que más bien, pertenecían a la propiedad pública, como por ejemplo, la
propiedad de las minas y de las aguas. Aun cuando, en definitiva, estas materias
permanecieron bajo el amparo del actual artículo 19 N° 24, la garantía de la
propiedad pública quedó consagrada en el artículo 19 N°23 que deja al margen
de la apropiación privada aquellos bienes que pertenecen a la Nación toda.
418
LACRUZ BERDEJO, J. L., “Elementos de Derecho Civil”, ob. cit., p. 247.
200 Gonzalo Javier Montory Barriga
partir del interés individual, no del interés general. Para esto último
existen figuras externas al derecho, tales como las limitaciones legales,
las obligaciones y las carga, cuya función es, precisamente, la de sub-
venir la tutela concomitante de un interés diverso al del propietario,
que usualmente será un interés público419. Discrepamos, por tanto, de
lo declarado por un fallo del Tribunal Constitucional Español, donde
se dijo que “… la fijación del contenido esencial de la propiedad pri-
vada no puede hacerse desde la exclusiva consideración subjetiva de
los intereses individuales que a éste subyacen, sino que debe incluir
igualmente la necesaria referencia a la función social, entendida no
como límite externo a su definición o a su ejercicio, sino como parte
integrante del derecho mismo. Utilidad individual y función social
definen, por tanto, inescindiblemente el contenido del derecho de pro-
piedad sobre cada categoría o tipo de bienes”420.
Por el contrario, creemos que la utilidad individual y la utilidad
pública (o utilidad individual y función social, como dice el fallo
citado), constituyen realidades opuestas. Y decimos que se trata de
realidades opuestas porque no pueden confluir en el titular. Sí super-
ponerse, y ceder una en beneficio de la otra, pero pretender que el
interés particular se incorpore al interés público o social y que ambos
contribuyan a definir la propiedad, nos parece que no se ajusta a la
construcción dogmática de la institución421. Como tendremos opor-
tunidad de demostrar, el contenido esencial del derecho de propiedad
está orientado a garantizar un mínimo de beneficio, provecho o satis-
facción de los intereses individuales del propietario. En eso consiste
la seguridad que la Constitución garantiza a todas las personas en el
epígrafe del artículo 19 de la Constitución de 1980.
419
MONTÉS, V., “La propiedad privada en el sistema del Derecho civil contempo-
ráneo”, ob. cit., p. 253.
420
STC español 37/1987 de 26 de marzo acerca de la Reforma Agraria andaluza,
publicado en Boletín Oficial del Estado (BOE), N° 89 de 14 de abril de 1987.
Estas ideas han sido utilizadas también por el Tribunal Constitucional chileno,
quién ha señalado que “la función social de la propiedad significa que ésta tiene
un valor individual y social por lo que debe estar al servicio de la persona y de
la sociedad”. STCCh de 29 de enero de 2014, rol N° 2299-12-INA (Cons. 7° del
voto de rechazo del requerimiento).
421
DE LOS MOZOS, J. L., “El derecho de propiedad: Crisis y retorno…”, ob. cit.,
p. 174.
La propiedad constitucional 201
422
Citada por SERRANO ALBERCA, J. M., “El derecho de propiedad, la expropia-
ción y la valoración del suelo”, ob. cit., p. 58.
202 Gonzalo Javier Montory Barriga
423
Como lo señala Biondi, la utilidad es la base del ordenamiento jurídico y de cada
institución. El mundo del Derecho es el mundo de lo útil, tanto desde el punto de
vista colectivo como individual. La utilitas era invocada por los romanos como
fundamento del ordenamiento jurídico, tanto público como privado. BIONDI,
B., “Las servidumbres”, ob. cit., p. 259.
424
Como lo apunta Lasarte, la facultad de goce y disfrute del bien objeto de la pro-
piedad es, sin duda alguna, el elemento definidor por excelencia de las facultades
del titular dominical, en cuanto representan la utilización directa e inmediata
del objeto del dominio, obteniendo de él las utilidades y beneficios que pueda
reportarle. Aquello constituye pues, la manifestación esencial del conjunto de los
poderes del propietario, quien en la generalidad de los casos, dejará de serlo por
propia iniciativa, a través del ejercicio de la facultad de disposición, si el goce o
disfrute de la cosa no le reporta beneficios. LASARTE, C., “Principios de Dere-
cho Civil”, ob. cit., p. 56-57. Barnes concluye que el goce constituye un elemento
esencial de la propiedad; forma parte de su naturaleza específica, puesto que
se trata del principal interés jurídicamente protegido por el derecho. BARNES
VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit., p. 324.
425
REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada…”, ob. cit., pp. 338-339. En la
sesión N° 159 de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, el Comi-
sionado Jesús Rodríguez señaló: “La verdad es que el derecho de propiedad es
un derecho patrimonial y tiene un sentido y un valor patrimonial. De tal manera
que si a una persona se le priva de la totalidad del uso y goce, […], a su juicio,
evidentemente, aun cuando la titularidad esté en abstracto reconocida, no podrá
decirse que está respetada la esencia del derecho”.
426
Como bien lo señala Sandulli, la pertenencia de un bien con fin de goce, vendría
a constituir la esencia de la propiedad privada, de forma que ésta quedaría vacía
La propiedad constitucional 203
429
KRÜGER, H., “Der Wesensgehalt der Grundrechtei.s. des Art. 19 GG”, DÖV,
1955, Heft 19, p. 597.
430
En la sesión N° 150 de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, cele-
brada el 4 de septiembre de 1975, el Comisionado Silva Bascuñán sostuvo que
“lo que se asegura por el constituyente a todos los habitantes es que nadie puede
ser privado sin expropiación, u otra causa que se halle establecida en la Carta
Fundamental, de la esencia del beneficio patrimonial que se le ha concedido”.
La propiedad constitucional 205
431
MESSINEO, F., “Manual de Derecho Civil y Comercial”, ob. cit., p. 259; PUIG
BRUTAU, J., “Fundamentos de Derecho Civil” ob. cit., p. 148. Como lo señala
Montés, el goce implica el desarrollo del valor en uso de la cosa en su más amplio
sentido. MONTÉS, V., “La propiedad privada en el sistema del Derecho civil
contemporáneo”, ob. cit., p. 246.
432
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit., p. 323.
433
De lo contrario, la propiedad quedaría representada por aquella imagen del ani-
mal disecado, que tiene la apariencia de los vivos pero al que se le ha privado
de todas sus vísceras. Expresión vertida por PARADA R., “Evolución y crisis del
instituto expropiatorio”, ob. cit., p. 49.
434
Artículo 88 Ley General de Urbanismo y Construcciones. El parámetro del des-
tino económico de un bienes, ha sido empleado también en el Derecho Civil a
propósito del usufructo, para determinar el alcance de la obligación del usu-
fructuario de conservar la substancia de la cosa fructuaria, como límite al dis-
frute permitido, señalando alguna doctrina que aquello involucra, además de la
conservación de la cosa fructuaria, el respeto a su destino económico, del que el
206 Gonzalo Javier Montory Barriga
nudo propietario no puede ser privado. CASTÁN TOBEÑAS, J., “Derecho civil
español, común y foral”, ob. cit., pp. 25, 26, 28.
435
Doménech concluye que el paradigma económico permite justificar, definir y
articular racionalmente varios de los criterios que vienen empleando intuitiva-
mente los Tribunales para distinguir entre expropiaciones y delimitaciones de la
propiedad no indemnizables. DOMÉNECH PASCUAL, G., “Cómo distinguir
entre una expropiación y una delimitación de la propiedad no indemnizable”,
en (WWW.INDRET.COM), Revista para el análisis del Derecho, Facultad de
Derecho de la Universidad de Valencia, enero 2012, p. 47.
436
MONTÉS, V., “La propiedad privada en el sistema del Derecho civil contempo-
ráneo”, ob. cit., pp. 226-227 y 239.
La propiedad constitucional 207
437
SCAS de 31 de mayo de 1990, RDJ, t. 87, 2ª parte, secc. 5ª, p. 122 (Cons. 11°).
Esta sentencia fue confirmada por la Corte Suprema el 10 de julio de 1990.
208 Gonzalo Javier Montory Barriga
438
El derecho de propiedad, como todo derecho real, es un prius respecto de su
violación o desconocimiento. No es la violación o el desconocimiento lo que
viene a configurar el derecho subjetivo. ¿Qué es lo que se viola o se desconoce,
sino el derecho? Precisamente, respecto de éste se puede predicar la violación o
desconocimiento. En este sentido BIONDI, B., Las servidumbres, ob. cit., pp. 52
y 54
439
Me baso en este punto, así como en las sentencias que se citarán a continuación,
en el análisis de la jurisprudencia norteamericana realizada por GARCÍA GAR-
CÍA, J. F., “El tribunal Constitucional y el uso de test: una metodología necesaria
para fortalecer la revisión judicial de a regulación económica”, en Revista Chi-
lena de Derecho, vol. 38, N° 1, año 2011, pp. 118 y ss.; también en DELAVEAU
SWETT, R., “La regulación expropiatoria en la jurisprudencia norteamericana”,
ob. cit., p. 425; también FERMANDOIS VÖHRINGER, A., “Inaplicabilidad de
la Ley de Monumentos Nacionales:…”, ob. cit., p. 43; y MATUTE, C., “Expro-
piaciones regulatorias. Aplicabilidad al caso chileno”, ob cit., pp. 98 y ss.
210 Gonzalo Javier Montory Barriga
440
MATUTE, C., “Expropiaciones regulatorias. Aplicabilidad al caso chileno”, ob
cit., p. 109.
La propiedad constitucional 211
441
STCCh de 6 de marzo de 207, Rol N° 505-06, sobre pago de peaje por transmi-
sión eléctrica (Cons. 26°).
442
STCCh de 29 de enero de 2014, rol N° 2299-12-INA (Cons. 11° letra “c”).
443
MONTÉS, V., “La propiedad privada en el sistema del Derecho civil contempo-
ráneo”, ob. cit., p. 204.
212 Gonzalo Javier Montory Barriga
Sección III
EL CARÁCTER ABSTRACTO DEL
APROVECHAMIENTO
444
El término “incoloro” es utilizado por BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad
constitucional…”, ob. cit., p. 354.
445
GAVARA DE CARA, J. C., “Derechos fundamentales y desarrollo legislativo…”,
ob. cit., p. 212.
La propiedad constitucional 213
446
SERRANO ALBERCA, J. M., “El derecho de propiedad, la expropiación y la
valoración del suelo”, ob. cit., p. 83.
La propiedad constitucional 215
447
La Ley 18.755 Orgánica del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), concede a este
servicio amplísimas facultades normativas y de fiscalización, con el fin de con-
tribuir al desarrollo e incremento de la salud animal, como aquellas contenidas
en el artículo 8º de dicha ley, en virtud de la cual, “los Directores Regionales
216 Gonzalo Javier Montory Barriga
450
RAJEVIC MOSLER, E., “La propiedad privada y los derechos adquiridos ante
la planificación urbana”, ob. cit., pp. 104 y 105.
451
DS. N° 47, MINVU, 1992.
452
BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucional…”, ob. cit., p. 410.
La propiedad constitucional 219
453
Barnes se refiere a esto señalando que las genéricas facultades del dominio, en
virtud de la decisión pública, adquieren un tinte o un color urbanístico, agrario
o forestal, según sea el caso. BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad constitucio-
nal…”, ob. cit., p. 410.
220 Gonzalo Javier Montory Barriga
454
Este planteamiento lo ha esgrimido en un par de ocasiones la Administración del
Estado, frente a requerimientos de inaplicabilidad. Es del caso de la STCCh de
15 de Abri de 1997, Rol N° 253, donde Presidente de la República, en respuesta
al requerimiento señaló: “La urbanización deja así de ser un contenido de la
propiedad para convertirse en una verdadera función pública”. Y luego concluye
que “la propiedad urbana se [sustenta] sobre la base de que la determinación de
las decisiones básicas sobre el destino de un bien y su explotación, o sea el ejerci-
cio de las facultades de uso y goce, sean de competencia de los poderes públicos”.
En similar sentido el Consejo de Defensa del Estado en STCCh de 29 de enero de
2014, Rol N° 2299-12-INA.
455
FERNÁNDEZ RICHARD, J., y HOLMES SALVO, F., “Derecho urbanístico chi-
leno”, ob. cit., pp. 200-201.
456
HOLMES SALVO F., “Propiedad Urbana. Régimen jurídico”, Abeledo Perrot
(Legal Publishing), año 2010, pp. 91-100.
La propiedad constitucional 221
457
ANGOSTO SÁEZ, J. F., “El ius aedificandi y el derecho de propiedad sobre el
suelo urbano”, Servicio de Publicaciones Universidad de Murcia, año 1998, pp.
179 y ss. También sostienen esta tesis BARNES VÁSQUEZ, J., “La propiedad
constitucional…”, ob. cit., pp. 361 y ss.; SERRANO ALBERCA, J. M., “El dere-
cho de propiedad, la expropiación y la valoración del suelo”, ob. cit., pp. 72 y ss.
Este autor realiza un análisis de las tres concepciones que según él se debaten en
el Derecho español sobre el régimen jurídico de la propiedad del suelo: La con-
cepción tradicional liberal; la concepción estatutaria; y la concepción teoría del
contenido esencial. También REY MARTÍNEZ, F., “La propiedad privada…”,
ob. cit., p. 266. En Chile, sostienen que el ius aedificandi forma parte de la facul-
tad de uso de la propiedad urbana RAJEVIC MOSLER, E., “La propiedad priva-
da…”, ob. cit., p. 104 y ss.; también HOLMES SALVO, F., “Propiedad Urbana.
Régimen jurídico”, ob. cit., pp. 81 y ss. y la doctrina chilena citada por él. En
Italia, se sigue la misma doctrina. URBANI, P., “La propiedad urbana en Italia”,
en “Propiedad, expropiación y responsabilidad. La garantía indemnizatoria en
el Derecho europeo y comparado”, Coordinador Javier Barnés, Tecnos, Madrid,
año 1995, p. 347.
458
STCCh de 29 de enero de 2014, Rol N° 2299-12-INA.
222 Gonzalo Javier Montory Barriga
que son catalogadas como “inedificables”, vía plan regulador, por en-
contrarse en lugares de avalanchas o de inundaciones, o de erupciones
volcánicas, etc.459. En estos casos, la imposibilidad de construir pro-
viene de la natural situación o características del suelo, por lo que la
prohibición declarada por la autoridad es más bien una constatación
de una situación preexistente, que en nada afecta la esencia del de-
recho de propiedad. La administración cumple en estos casos con el
deber del Estado de proteger o salvaguardar la seguridad e incluso la
vida de las personas. Además, la prohibición de construir no impide
que estos terrenos puedan ser utilizados en otros fines460.
459
Esta facultad se encuentra reconocida en el artículo 60 de la Ley General de
Urbanismo y Construcciones.
460
RAJEVIC MOSLER, E., “La propiedad privada…”, ob. cit., p. 105. Señala este
autor que lo dicho no obsta a que “puedan presentarse situaciones en que la
decisión sea errada o arbitraria, caso en que los particulares están plenamente
legitimados para recurrir a la justicia” a través de una serie de vías jurisdiccio-
nales que el autor detalla. Al contrario de lo que opina este autor, Holmes cree
que la norma es inconstitucional, por el hecho de que elimina el ius aedificandi.
HOLMES SALVO F., “Propiedad Urbana. Régimen jurídico”, ob. cit., pp. 106 y
ss.
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