Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RESPONSABILIDAD CIVIL
COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT LO BLANCH
MARÍA JOSÉ ANÓN ROIG JAVIER DE LUCAS MARTÍN
Catedrática de Filosofía del Derecho Catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía
de (a Universidad de Valencia
Política de la Universidad de Valencia
ANA CAÑIZARES LASO VÍCTOR MDRENO CATENA
Catedrática de Derecho Civil
de la Universidad de Málaga Catedrático de Derecho Procesal
de la Universidad Carlos III de Madrid
J ORGE A CERDIO HERRÁN Catedrático de
Teoría y Filosofía de Derecho. Instituto
FRANCISCO MUÑOZ CONDE
Catedrático de Derecho Penal de la Universidad
Tecnológico Autónomo de México
Pablo de Olavide de Sevilla
J OSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ
Ministro en retiro de la Suprema
ANCELIKA NUSSBERCER
Corte de Justicia de la Nación y Catedrática de Derecho Constitucional
miembro de B Colegio Nacional e Internacional en la Universidad de Colonia
(Alemania)
EDUARDO FERRER MAC-GREGOR POISOT Miembro de la Comisión de Venecia
Juez de la Corte Interamericano de
HÉCTOR OLASOLO ALONSO
Derechos Humanos Investigador del Catedrático de Derecho Internacional de la
Instituto de Investigaciones Jurídicas de
Universidad del Rosario (Colombio) y Presidente
la UNAM del Instituto Ibero-Americano de La Haya
(Holanda)
OWEN RSS
Catedrático emérito de Teoría del Derecho LUCIANO PAREJO ALFONSO
de! a Universidad de Yole (EEUU) Catedrático de Derecho Administrativo de la
Universidad Carlos III de Madrid
JOSÉ ANTONIO GARCÍA-CRUCES GONZÁLEZ
Catedrático de Derecho Mercantil de la UNED TOMÁS SALA FRANCO
Catedrático de Derecho del Trabajo y de la
Luis LÓPEZ GUERRA Catedrático de Segundad Social de lo Universidad de Valencia
Derecho Constitucional de la Universidad
Carlos III de Madrid
IGNACIO SANCHO GARGALLO
Magistrado de la Sala Primera (Civil) del Tribunal
ÁNGEL M. LÓPEZ Y LÓPEZ Supremo de España
Catedrático de Derecho Civil de
la Universidad de Sevilla
TOMÁS S. VIVES ANTÓN
Catedrático de Derecho Penal
MARTA LORENTE SARIÑENA de la Universidad de Valencia
Catedrática de Historia del Derecho de la
Universidad Autónoma de Madrid RUTH ZIMMERLING
Catedrática de Ciencia Política de la Universidad
de Mainz (Alemania)
tirant lo blanch
Bogorá D.C., 2021
Copyright ® 2021
© TIRANT LO BLANCH
EDITA: TIRANT LO BLANCH
Calle 69A No. 4-88, Bogotá D.C.
Telf.: 4660171
Email: db@tirant.com
www.tirant.com
Librería virtual: www.tirant.es
ISBN: 978-84-1378-309-3
Capítulo 1
LOS CASOS COMPLEJOS EN MATERIA DE CAUSALIDAD FÁCTICA
1. Daños causados por omisión .......................................................................................... 15
2. Daños causados por “menos que rodos los hechos posiblemente dañosos” ............. 19
2.1 Casos en que no se sabe cuál hecho generador, de dos o más hechos
generadores, causó el daño (causalidad alternativa) ................................................ 19
2.2 Casos en que no se sabe si fue el hecho generador, u otro hecho, del
azar o de la victima, el que causó el daño .............................................................. 25
23 Casos en que no se sabe cuáles víctimas, y cuáles no, fueron afectadas por un hecho dañoso
que se sabe que es apto para generar el daño c incrementa sus posibilidades de ocurrencia
.................................................................................................................... 27 27
2.4 Casos en que no se sabe cuáles víctimas y cuáles no fueron afectadas por varios hechos
dañosos que se sabe son aptos para generar el daño........................................ 28 28
3. Casos de sobrcdcterminación causal .............................................................................. 31
3.1 Sobrcdcterminación causal simultánea .................................................................. 31
3.2 Sobrcdcterminación causal sucesiva ..................................................................... 36
3.3 Las nuevas teorías de la causalidad fáctica ............................................ 4 1
4. Casos de aporte causal mínimo............................................................................... 46
5. Casos de expensas preventivas asumidas por la víctima antes de ocurrir el
daño ............................................................................................................................. 48
5.1 Tipología 1 .......................................................................................................... 48
5.2 Tipología 2.......................................................................................................... 49
6. Daños causados por influencia psicológica ............................................................. 53
6.1 Influencia psicológica leve ................................................................................... 54
6.2 Influencia psicológica “másfuerte”....................................................................... 55
6.3 Influencia “fuerte” y “la másfuerte” ..................................................................... 55
6.4 Influencia psicológica que no está medida por su nivel de fuerza sino
porque se trata de influencia causada por información incorrecta o insuficiente ...... 56
6.5 Casos de instigación, estímulo, intención común o aprobación de la
conducta dañosa ................................................................................................... 57
Conclusión Capítulo 1 .......................................................................................................... 58
Capítulo II
CRITERIOS PARA ESTABLECER EL “ALCANCE
DE LA RESPONSABILIDAD"
1. Teoría de la Causalidad Adecuada (Francia, Colombia, Alemania, países
ác\ civil la w) ................................................................................................................ 64
9 Indice
Jane Stapleton. “Law. Causation and Common Sense". Oxford Journal of Legal Sfr/d/es,
Oxford, vol. 8, N° 1 (Primavera, 1988).
Jane Stapleton, “Causes and Consequences in the Common Laiu", [conferencia inédita
Universidad de Oxford, 2 mayo 2018J. Oxford. 2018. disponible en: https://www.
law.ox.ac.uk/darendon-law-lecture-series.consulta: noviembre 18 de 2018.
Entendemos por “hecho imputable" aquel que no se debe a una causa extraña o a una causal
de justificación, ya sea un incumplimiento contractual o un hecho imputable extracontractual.
12 Felisa Baena Aramburo
Jane Stapleton, Cause in Fact and the scope oí liability for consequences, 119 Law Quarterly
Review, p. 388,2003.
Winiger, Bénédict; Koziol, Helmut: Koch, Bernhard A.; Zimmermann. Reinhard; eds.,
Digest of European Tort Law. Volunte 1: Essential Cases on Natural Causation, Alemania,
Springer-Verlag / Wien, 2007.
O conterfactual theory en el Contnton Law.
H. L. A. Hart y Tony Honoré. Causation in the law, Nueva York, Clarendon Press- Oxford,
2J edición 1985, p. 444.
w Bifurcación of the causal question". H. L. A. Hart y T. Honoré, op. cit., p. 110.
La causalidad en la responsabilidad civil 13
Si bien Hart & Honoré en su obra Causation in the Law reconocen que usualmente las cortes
se enfrentan a la bifurcación de la cuestión causal (causalidad táctica + causalidad jurídica),
en su obra proponen entender que no hay solo dos segmentos de análisis sino tres: uno táctico,
uno de “principio” (principled based) y uno basado en política pública, así: (il las condiciones
causalmente relevantes (causally relevant conditions), que es la pregunta por la causalidad
táctica; (ii) la conexión causal {causal connection) que selecciona de las condiciones aquellas
que son verdaderas causas, para lo cual entienden “causa" en el sentido del uso cotidiano del
lenguaje ("canse in everyday language") y entienden que un hecho es causa si es no-
coincidente, si es una acción humana libre y deliberada o si es anormal, y (iii) el asunto sobre
si el daño es demasiado remoto ("too remóte"} en relación con la conducta del demandado,
lo que constituye un asunto de política pública sobre el alcance de la responsabilidad. H. L.
A. Hart y T. Honoré. op. cit.
Para ello, pueden consultarse, por ejemplo, obras como la de Jorge Santos Ballesteros
(Instituciones de Responsabilidad Civil, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, 2006).
Al respecto pueden consultarse, por ejemplo, las obras de H. L. A. Hart y Tony Honoré
(Causation in the law, Nueva York, Clarendon Press-Oxford, 2’ edición 1985) y de Michael
Moore (Michael S. Moore, Causation and Responsibility: An Essay in Law, Moráis and
Methaphysics, Nueva York. Oxford University Press, 2010).
14 Felisa Baena Aramburo
Cause in Fact and the scope of liability for consequences", Laiv Quarterly Review, London,
119 LQR. p. 388. 2003.
PETL: Principies of European Tort Law. En español. Principios del Derecho Europeo de la
Responsabilidad Civil.
Capítulo I
LOS CASOS COMPLEJOS EN MATERIA
DE CAUSALIDAD FÁCTICA
Los jueces y la academia en diferentes ordenamientos jurídicos han
detectado un conjunto de casos que generan dificultad en materia de causalidad
fáctica y han propuesto diversas soluciones para darles una respuesta adecuada.
En este capítulo revisaremos de manera general algunos de estos casos y
sus posibles soluciones, con el único propósito de ponerlos en circulación para
invitar a su estudio y análisis, pues tal como lo señala el académico inglés
Sandy Steel en su reciente obra Proof of Causation in Tort Law, comprender
la naturaleza de los casos y reglas excepcionales en materia de causalidad
fáctica es esencial para lograr desarrollar el derecho de la responsabilidad civil
en una forma consistente13.
Acogeré, en gran parte, la terminología, sistematización y las decisiones
judiciales referenciadas en el “Digesr of European Tort Law Volume 1:
Essential Cases on Natural Causation" (en adelante, “Digest of European Tort
Law"), editado por B. Winigcr, H. Koziol, B. A. Koch y R. Zimmcrmann 14,
obra de gran valor por su trabajo de compilación y síntesis.
Sandy Steel. Proof of Causation in Tort Lawy Cambridge. Cambridge Univeristy Press. 2015'.
B. Wimger. H. Koziol. B. A. Koch. R. Zimmermann; eds, op. cit.
Un gran número de los casos de responsabilidad por culpa corresponden a omisión del deber
de diligencia y cuidado, a una inacción, a una ausencia de actuación (de vigilancia, de
cuidado, de advertencia, de pericia).
Michael S. Moore, Causation and Responsibility: An Essay in Law, Moráis and
Methaphysics, Nueva York. Oxford University Press. 2010, p. 446.
16 Felisa Baena Aramburo
(iii) Ejemplos.
- Si analizamos un caso en que el Estado omitió poner barreras de
seguridad para que los vehículos accidentados de un puente no cayeran
a un río, algunos dirían que entre la inacción del Estado y el daño no
hay nexo físico alguno. Sin embargo, realmente no hay dificultad para
formular el test de la conditio sine qua non si se traduce la omisión a
un incumplimiento del deber y se identifica plenamente el deber para
hacer el ejercicio de la conditio sine qua non. Nos preguntamos
entonces: ¿el incumplimiento del Estado de poner barreras de seguridad
(omisión) generó la caída del vehículo? Para dar respuesta, eliminamos
mentalmente el incumplimiento de Estado, mentalmente simulamos
que el Estado sí cumplió su deber (poniendo barreras de seguridad) y
fácilmente concluimos que de haber habido barreras de seguridad el
vehículo no habría caído. Hay causalidad sine qua non.
- En el “Digcst of Europcan Tort Law” aparece un ejemplo igualmente
claro: la ciencia desarrolla exámenes que permiten detectar si muestras
de sangre están infectadas con VIH. En el país X varias personas
resultan infectadas con sangre trasfundida. Surge entonces la pregunta:
¿la omisión del Estado de practicar pruebas para detectar VIH en la
sangre a ser trasfundida causó el daño (el contagio del VIH)? Algunos
dirían que entre la inacción del Estado y el daño, en rigor, no hay nexo
físico. Ahora bien, aplicando la solución propuesta, basta preguntarse:
¿si el Estado hubiera cumplido su deber de hacer pruebas a la sangre
donada, se habría detectado la enfermedad y evitado el contagio? La
respuesta es positiva. Por lo tanto, se concluye que la omisión del
Estado sí fue causa del daño19.
B. Winiger, H. Koziol, B. A. Koch, R. Zimmerman; eds. op. ctt.. p. 164. Traducción libre.
Texto original: “The country reports confirm that the principal difficulty in omis- sion cases
is establishing the existence of a duty to act. Once this duty is cstabhshed, the approach to
causation rests on the same principie as in case of acts. The conditio sine qua non test is
applied".
"Solution: The patients complain of injury to their bodily and mental integrity pro- tected by
7 Art. 2:102 (1), (21 PETE. Had the tests been used before the transfusions were effected, the
would have been discovered and the infection would have been
18 Felisa Baena Aramburo
prevented. For all infections that occurred once the tests were auailabie and not used, natural
causation between the defendant's omission and the damage is established in the sense ofArt.
3:101 PETE”. Ibid., p. 165.
H. L. A. Hart y T. Honoré, op. cit.. pp. 138-139.
“Acts and omissions are often difficidt to distinguish. It can he, as the Dantsh repórter States,
a matter of formidation. or perspectne, whether a case is classified the one way or the other.
This is one reason why the requirements for liability, including the issue of caiisation, should
be essentially the same. This means that the conditio sine qua non (or: but-for) test shoidd be
applied in cases of omissions as much as in cases involving positiue actions". B. Winiger, H.
Koziol, B. A. Koch. R. Zimnierman; eds, op. cit., p. 166.
La causalidad en la responsabilidad civil 19
En este sentido. Stapleton plantea: “It is worth noting herc in passing, that, unlikc all
obligations of care and all tort obligations. sometíales an ohligation is strict as to 1) achieving
a particular result. Most contract obligations are like this. Herc the equiva- Icnt hy por he tic
a! that must be considcred befare more than nominal damages can be awarded is where would
C have been at the time oí trial had the contract ohligation been performed ant the entitled
result been achieved". Stapleton. Jane, “Cause in Fact and the scope of liability for
consequences”, Law Quarterly Review. London, 119 LQR 388,2003, p. 392.
Término empleado en B. Winiger, H. Koziol. B. A. Koch. R. Zimmerman; eds, op. cit.
Stapleton. Jane, “Cause in Fact and the scope of liability for consequences", op. cit.. p. 395.
American Law Institute, op. at.. p. 137.
Miquel Martin-Casals y Diego M. Papayanis, Uncertain Causation in Tort Law, Cambridge.
Cambridge University Press. 2016.
Gemma Turton. Evidential Uncertainty in Causation in Negligence, Londres, Bloomsbury,
2016.
20 Felisa Baena Aramburo
(iii) Ejemplos.
- Varios cazadores disparan negligentemente sus armas al mismo tiempo
y un transeúnte resulta lesionado en su ojo con una sola de las balas.
No es posible establecer a cuál de los cazadores pertenecía la bala que
causó la lesión.
- Una persona trabajó con 3 empleadores distintos y en rodos los trabajos
estuvo expuesto al asbesto. Contrajo cáncer pulmonar causado por
asbesto. No se sabe en cuál de los tres trabajos lo contrajo.
(v) Soluciones.
En el derecho comparado, la solución judicial mayoritaria a este tipo de
casos ha sido condenar a cada uno de los demandados por la totalidad del
perjuicio por considerar que ambos son causantes.
Así se ha decidido en Austria24, Alemania25, Francia26, Grecia27, Italia28,
Holanda29, y también en Estados Unidos, Canadá c Inglaterra.
Hay quienes afirman que esta solución proviene del Derecho Romano y le
atribuyen a Ulpiano y a Juliano su creación. Incluso, se afirma que Juliano, a
pesar de haber admitido que esta solución podía atentar contra la lógica (contra
rationem disputandi), la defendió por estar guiada por el bien común (pro
ntilitate communi)30, dado que permite a la víctima obtener una indemnización
en casos en que se dificulta probar la causalidad por haber falta de certeza.
En Estados Unidos, el famoso caso Summers vs Tice [1948] '" (de dos
cazadores que dispararon negligentemente y su guía de cacería resultó herido),
fue solucionado estableciendo que la carga de la prueba en estos casos se
invierte y que son los demandados quienes deben demostrar que no fueron la
causa del daño. En el caso concreto, como ninguno de los cazadores pudo
demostrar que no causó el daño, se consideró que ambos fueron causa del daño
y fueron condenados al pago de la totalidad de los perjuicios solidariamente.
Esta regla quedó vertida en el Restatement Third (Torts): Liability for
Physical and Emotional Harm, sección §28 (b):
Ҥ 28 Carga de la prueba.
(a) Sujeto a la sección (b). el demandante tiene la carga de probar que
la conducta ilícita del demandado fue una causa táctica del daño del
demandante.
(b) Cuando el demandante demanda a todos los múltiples agentes y
prueba que cada uno incurrió en una conducta ilícita que expuso al
demandante a un riesgo de daño y que la conducta ilícita de uno o más
agentes causó el daño pero no puede esperarse razonablemente que el
demandante pruebe cuál agente o agentes causaron el daño, la carga
de la pruebo, incluyendo la producción y la persuasión, en materia de
causalidad táctica recae en los demandados"38.
cuáles de los empleadores fue causante del cáncer, el resultado del juicio
normalmente habría sido que no obtendría indemnización. La Cámara de los
Lores (Hotise of Lords], sin embargo, condenó a los tres empleadores a pagar
solidariamente la totalidad del perjuicio35.
El caso Fairchild ha sido ampliamente discutido en el Reino Unido. Jane
Stapleton se refirió a este caso en su reciente ponencia Causes and
Conseqnences in the Conunon Late y denunció que ha habido mucha confusión
respecto al significado de este fallo. Destacó que no es cierto que se haya
sustituido el requisito de la causalidad por una “causalidad más débil o más
amplia” (como parecieron sugerirlo algunos jueces de la Corte Suprema del
Reino Unido en un fallo posterior), sino que se trata realmente de un caso que
pertenece a una tipología de casos excepcio- nalísimos en los cuales existe una
presunción de causalidad a favor de los demandantes: se invierte la carga de la
prueba y corresponde a los demandados demostrar que no causaron el daño.
Stapleton admite que en estos casos efectivamente puede llegar a haber
condenas en ausencia de la prueba de la causalidad, y acepta que ello, sin duda,
genera controversia, pero explica que realmente se trata de casos especiales con
una justificación muy específica36.
Ibid. Análisis diponiblc en: Sandy Steel. “Justifying liability without the proof of causación”,
sitio web: Torts Jotivell [mayo 11 de 2018|, disponible en: Shttps://
torts.iorwell.com/|ustifying-liability-without-proof-of-causation/, consulta: enero 2 de 2018.
Afirmó Stapleton: “A major source of confusión lately is tbat all too often legal com-
mentators and members of the bench and bar give the impression tbat a case tvbicb
recognizes a rare local proof rule in fact modified the very conccpt of tvbat a cause means
in tbat locahty. For example, the exceptional rule recognized by the House of Lords in the
mesothehoma case Fairchild Glenn Haven Funeral Services tvas simply tbat such claimants
shouldn't be beld to the orthodox standard of proof of the causal relation betivcen breacb
and in/ury hut vistead it could be presumed. The nteaning of ¡vbat it means to he a cause
ivas not addresscd at all. Yet in a later decisión members of the supreme court said tbat
Fairchild modified the ordinary requirements of causation by recognizing tbe sufficiency of
a “tveak or broad causal Imk “. Nou-* tbis can giue tbe misleading impression tbat in the
Fairchild cases the very conccpt of ivbat it means to be a cause is special but it isn't. Even
¡fue were to read tbis dicta as recognizing correctly tbat Fairchild only recognized a local
proof rule, the ¡ustices unfortunately managed to misstate it by saying tbat it tras tbe
recognition of the sufficiency of tbe "weak or broad causal link". WHh respect, tbis isn't so.
Not even a iveak or broad causal Imk need be present. What Fairchild recognized ivas a
presumption of a causal link. ¡t 's clear and accepted tbat under tbe Fairchild doctrine,
claimants can succeed against defendants tbat bad no causal Imk ubatever. no causal role
ivbatever in the claimants predicament. The simple fact is tbat liability under the Fairchild
rule is liability regardless of causation. Tbat is ivby its so controversia!. In my vieiv, it ivould
be miicb more sensible for us to understand the special rules of tbese exceptional
24 Felisa Baena Aramburo
evidentiary gap cases as stmply that: rare local rules of proof that require very specific
fustification; as depar tures front the orthodox rules of proof ci'en to the extent of not
requiring any proof of the causal relatton at all". Stapleton, Jane, ‘'Causes and Consequences
in the Common Law" op. cit. (transcripción propia a partir del video de la ponencia).
American Law Institute. op. cit., p. 137.
Jane Stapleton cita el siguiente extracto del caso “Fairchild”: “The evidencia! diffi- culty
arising from the impossibility of identifying the gun which fired the crucial pe- llet should
redound upon the negligent hunters, not the blameless plaintiff". Jane Stapleton. “Uncertain
causes. Asbestos in UK courts", en:. M. Martin-Casals y D. M. Papayanis, op. cit.. p. 89.
Francia. Corte de Casación. 13 de marzo de ¡975. Bull. Civ. II, no. 88.
Caso resumido y explicado por O. .Moretean y C. Pellerm-Rugliano en: B. Winiger, H.
Koziol, B. A. Koch. R. Zimmerman: eds, op. cit.. p. 364.
Corte de Casación Francesa 15 de diciembre de 1980 y 14 de diciembre de 1983. Corte de
Versailles, 20 de enero de 1994, Corte de Chambery, 23 de noviembre de 1994.
37 “Si vanas personas, por un acto ilícito cometido en común, han causado un daño,
cada uno es responsable del daño. Lo mismo se aplica si no puede descubrirse quién,
La causalidad en la responsabilidad civil 25
Así, si fueran por ejemplo 4 cazadores, se entendería que cada uno causó
solo el 25% del daño y no habría solidaridad, sino que cada demandado pagaría
únicamente el valor de la indemnización que le corresponde según su
porcentaje42.
Los redactores de los PETL eran conscientes de la tendencia mayori- taria,
pero entendieron que como las soluciones de los distintos ordenamientos
jurídicos no son uniformes (por haber un tratamiento diferente en Suiza y en
algunos casos italianos), los Principios debían adoptar una posición
intermedia43: una responsabilidad parcial de acuerdo con el grado de
probabilidad de que cada uno de ellos haya causado el daño.
entre varios partícipes, ha causado el daño mediante su acción. Los instigadores y los
partícipes están en la misma situación como coautores”. Código Civil Alemán, art. 830.
4" Rodrigo Barría Díaz. “El Daño Causado por el Miembro Indeterminado de un Grupo" [tesis
doctoral dirigida por Eugenio Llamas Pombo, Universidad de Salamanca) Salamanca, 2008,
p. 13.
42 /fo'd.,p.387.
43 Miquel Marrín-Casals, “Una primera aproximación a los Principios de Derecho europeo de
la responsabilidad civil". InDret, España. N 284.
26 Felisa Baena Aramburo
2.2 Casos en que no se sabe si fue el hecho generador, u otro hecho, del azar
o de la víctima, el que causó el daño
(i) Denominación. Caben dentro de lo que la doctrina comparada llama
causal uncertainty, uncertain causation 51 o evidential uncertainty*44 45. En el
“Digest of European Tort Law” los llaman Damage caused by less than Lili
possibly harmfid events, including events or ha zard within the victimas sphere.
(iii) Ejemplos.
- Una persona va manejando su vehículo, se queda dormida, se choca y
sale rodando por la ventana del vehículo. Lo atropella un bus que va a
exceso de velocidad y sin frenos. No se sabe si falleció por el golpe
inicial producto de su propio descuido o como consecuencia de que el
bus le pasó por encima.
- Una persona ha sido fumadora durante toda su vida y ha trabajado
siempre en una empresa donde tiene exposición al asbesto. Le da cáncer
de pulmón y fallece. No se sabe si el cáncer lo produjo la exposición al
asbesto o su consumo de cigarrillo.
- Una persona es dada de alta del hospital después de un tratamiento
médico negligente. El paciente se agrava y muere. No se sabe si su
muerte se debió a la negligencia médica o a los riesgos inherentes a la
enfermedad.
52
53
54
“One has further to cake into accounc the fact that the problems covered by che concept of
loss oí a chance might also be discussed under the heading of alternative causación, and more
precisely che concurrente of fauley behaviour and hazard. This is che case in Austria, where
che concept of alcernacive causación —co some excenc— leads co similar resulcs as che
cheory of loss of a chance”. B. Winiger. H. Koziol, B. A. Koch, R. Zimmerman; eds, op. at.,
p. 590.
28 Felisa Baena Aramburo
2.3 Casos en que no se sabe cuáles víctimas, y cuáles no, fueron afectadas por
un hecho dañoso que se sabe que es apto para generar el daño e
incrementa sus posibilidades de ocurrencia
(i) Denominación. Caben dentro de lo que la doctrina comparada llama
causal uncertainty, uncertain causation48 o evidential uncertainty49. También
puede llamársele casos de víctimas alternativas (alternative vic- tims). En el
“Digest of European Tort Law” los llaman Damage caused to less than all
victims hy a harmful event.
(iii) Ejemplos:
- Está demostrado que los hijos de los empleados de una planta de
energía nuclear tienen una alta probabilidad de desarrollar leucemia y
linfoma, y que las personas que viven en el pueblo donde está ubicada
la planta tienen 6 veces más probabilidades de contraer estas
enfermedades. Dos hijos de un empleado de la planta, que viven en el
pueblo donde esta está ubicada mueren de leucemia. No es posible
saber con certeza si las enfermedades que contrajeron estas dos
personas fueron causadas por la radiación de la planta.
- Está demostrado que un medicamento anticonceptivo aumenta
considerablemente la posibilidad de sufrir trombosis en las mujeres que
lo consumen. Una de las mujeres que consume el medicamento sufre
trombosis y queda inválida. No es posible saber si la trombosis fue
causada por el medicamento.
(iv) Problema. Si bien se sabe que el hecho es apto para causar un daño y
lo pudo haber causado a una o a varias personas de un grupo determinado, no
es posible establecer con certeza si el hecho causó el daño en concreto a todas
ellas. No es posible cumplir con el test de la conditio sine qua non.
Si se condenara al demandado a pagar la indemnización a todas las víctimas
que reclamen por haber sufrido el daño en cuestión, posiblemente se le estaría
condenando a pagar tanto por daños que sí causó como,
5ó
57
(v) Soluciones. Los PETL describen así la solución que sus redactores
consideran adecuada, en su artículo 3:103 (2), que consiste en una condena a
la indemnización de perjuicios a favor de todas y cada una de las víctimas que
reclamen, en proporción a la probabilidad de que se hubiera causado el daño a
una víctima concreta.
Art. 3:103. Causas alternativas.
(2) Si, en el caso de una pluralidad de víctimas, es dudoso que una
actividad haya causado el daño de una víctima concreta, pero es
probable que no haya causado daño a todas las víctimas, se considera
que la actividad es causa del daño sufrido por todas las víctimas en
proporción a la probabilidad de que pueda haber causado el daño a
una víctima concreta.
Así, aplicando esta norma, la solución en los dos ejemplos planteados sería
condenar porcentualmente conforme a la probabilidad de causación.
En Inglaterra, en el caso Reay v British Nuclear Fuels Pie [1994]50, de dos
hijos de un exempleado de una planta de energía nuclear que sufrieron
leucemia y linfoma, los jueces consideraron que no se probó suficientemente
la causalidad, a pesar de que había estudios epidemiológicos que demostraban
que había un exceso de estas enfermedades en niños de la zona donde estaba
ubicada la planta, y en hijos de empleados. La decisión se basó en debilidades
de los estudios científicos presentados, pues los jueces consideraron que tenían
algunas fallas metodológicas y que se basaron en muestras estadísticas
pequeñas. No es posible saber cómo habría sido la decisión si los estudios
científicos hubieran sido considerados sólidos.
2.4 Casos en que no se sabe cuáles víctimas y cuáles no fueron afectadas por
varios hechos dañosos que se sabe son aptos para generar el daño
(i) Denominación. Caben dentro de lo que la doctrina comparada llama
causal uncertainty, uncertain causation51 o evidential uncertainty52. También
puede llamársele casos de “múltiples responsables alternativos y múltiples
víctimas alternativas” {múltiple alternativo tortfeasors and múltiple
alternativo victims). Una de sus modalidades son los casos de “par
50
Reay v British Nuclear Fuels Pie [ 1994) Env LR 320.
51 M. Martin-Casals y D. M. Papayanis. op. cit.
52 G. Turrón, op. át.
30 Felisa Baena Aramburo
(iii) Ejemplos:
- Varios barcos derraman petróleo en una playa. Los productores de
mejillones de esa zona sufren perjuicios porque sus clientes les
devuelven los pedidos debido a que los mejillones tienen sabor a
petróleo. Los productores demandan a los dueños de los barcos pero no
pueden demostrar con certeza cuál barco causó el perjuicio a cada uno
de ellos.
- Crean un medicamento llamado Diethylstilbestrol (DES) para prevenir
abortos durante el embarazo. El medicamento es consumido por miles
de mujeres. Años después, descubren que muchos de los hijos de
quienes ingirieron el medicamento desarrollaron graves defectos
físicos. Un grupo de varias personas con defectos físicos, que son hijos
de las mujeres que consumieron el medicamento, demandan a las
múltiples farmacéuticas que comercializaron el producto en la época en
que sus madres lo consumieron. No saben con certeza la marca que su
madre consumió.
(v) Soluciones.
España. En el caso de los barcos petroleros enunciado arriba (derramaron
petróleo y los múltiples productores de mejillones que resultaron afectados), el
Tribunal Supremo negó la indemnización por no haberse probado la
causalidad53.
61
Estados Unidos. En los “casos DES" las cortes americanas están divididas
casi por partes iguales: unas cortes han adoptado la teoría del ntarket share
(participación de mercado) y han condenado a las farmacéuticas a pagar las
indemnizaciones en proporción a su cuota de el mercado. Otras cortes han sido
renuentes a aplicar la teoría del market share, argumentando que ello crearía
una gran fisura al requisito de la causalidad fáctica. La doctrina, por su parte,
ha considerado que la responsabilidad por participación de mercado en estos
casos parece ser una solución razonable, dado que responde a los postulados
de la compensación a las víctimas y de la disuasión a los responsables, aunque
tiene la desventaja del alto costo administrativo de establecer en juicio
mediante estudios la participación exacta de cada agente en el mercado 55.
62
63
(ii) Descripción. Dos o más hechos dañosos del mismo tipo causan un
daño en forma simultánea. Cada hecho dañoso es suficiente por sí solo para
causar la totalidad del daño6". En ausencia de uno de los hechos, el otro hecho
en todo caso habría causado el daño.
(iii) Ejemplos.
- Hay dos fogatas equidistantes a una casa que está ubicada en la mirad
de las dos. Ambos fuegos se salen de control, avanzan hasta la casa y
la casa se incendia. Cada fogata era capaz por sí sola de producir el
incendio.
- Dos empresas contaminan un río y mueren sus peces. La polución que
aporta cada empresa, por sí sola, sería suficiente para matar los peces.
- Una empresa danesa vende carne a una empresa italiana y contrata a A
para cargar la carne en el camión y a B para transportarla. La carne es
rechazada por las autoridades aduaneras italianas porque está mal
cargada en el camión (no dejaron un corredor en el medio para que los
inspectores la revisaran) y porque estaba a una temperatura superior a
la permitida. Ambas causales de rechazo serían suficientes por sí solas
para causarlo68.
(iv) Problema. Al aplicar el test de la conditio sine qua non resultaría que
ninguno de los hechos es causante del daño, pues si eliminamos mentalmente
el hecho 1, el daño subsiste, lo que obligaría a descartarlo como
Helmut Koziol (ed.), Basic Qiiesttons ofTort Lau> from a Comparative Perspectiva,
Austria, Jan Sramek Verlag, 2015, p. 465. Repone de M. Greene.
B. Winiger, H. Koziol, B. A. Koch, R. Zimmerman; eds, op. cit.
B. Winiger, H. Koziol, B. A. Koch, R. Zimmerman; eds, op. cit., p. 459.
H. L. A. Hart y T. Honoré, op. cit.. p. 123.
B. Winiger, H. Koziol, B. A. Koch, R. Zimmerman; eds, op. cit., p. 474.
La causalidad en la responsabilidad civil 33
(v) Soluciones.
Países Europeos. De todos los países europeos consultados en las encuestas
a los reporteros del “Digest of European Tort Law”, solo un tercio de ellos
enviaron sentencias de este tipo de casos. Los que enviaron sentencias
informaron que, en sus jurisdicciones, a pesar de que se evidencia que falla el
test de la conditio sine qua non, se considera que cada hecho es causa del
daño’2, lo que lleva a condenar solidariamente a los demandados al pago del
100% de los perjuicios73.
“Each tire would have been sufficicnt to cause thc damage, but neither was a necessary cause
of it. Applying the normal -but for* standard of causation, which requires that the defendant’s
conduct be a necessary cause of thc claimant’s harm, would entail that neither person caused
the damage, even though thc mtuitivcly right answcr seems to be that they both did".
Emmanuel Voyiakis, “Causation and Opportunity in Tort", Oxford Journal of Legal Studies,
24 de octubre de 2017, disponible en: https://doi. org/10.1093/ojls/gqxO18.
Ver también: Michael S. Moore, Causation and Rcsponsilnhty: An Essay in Lau>, Moráis
and Methaphysics, Nueva York. Oxford University Press. 2009, p. 410 “For exampie, if each
of two tires is sufticient for the destruction of a housc, then it follows that neither tire is
independently necessary for the house’s destruction. On the usual counterfactual theory of
causation... that means that neither tire caused the destruction of the house".
The false negatives. Stapleton. Jane. “Cause in Fact and the scope of liabiliry for con-
sequences", op. cit., p. 393.
B. Winiger, H. Koziol, B. A. Koch, R. Zimmerman; eds, op. cit., p. 476.
B. Winiger, H. Koziol, B. A. Koch, R. Zimmerman; eds, op. cit., p. 777.
Sandy Steel y David Ibbetson. “More grief on uncertain causation in tort", The Cambridge
Late Journal, Cambridge, vol. 70, No. 2. julio de 2011. pp. 451-468, dis-
34 Felisa Baena Aramburo
74
Texto original: “If múltiple acts occur, each oí which under $26 alone would ha ve been a
factual cause oí the physical harm at thc same time in the absenté of the other act(s), each act
is regarded as a factual cause of thc harm” Restatement (Third) of Torts: Liability For
Physical And Emocional Harm $ 27. American I.avv Instituto, op. cit.
Corey v Havener, 65 NE 69. Massachusetts Supremo Judicial Court.
“Particularmente en Estados Unidos, el principal artilugio para superar este problema fue el
término factor sustancial (substantial factor): al enfrentarse a casos en los cuales el but-for
test no resultaba satisfecho pero en el cual la corre consideraba que debía haber
responsabilidad, el but-for test fue reemplazado por el vacío, o. como mucho, impresionista,
conjuro del test del factor sustancial: fue el hecho imputable un factor sustancial en la
producción del resultado? El artefacto del “factor sustanciar’ ha sido correcta y totalmente
abandonado en el borrador del Restatement (Third) of Torts en el año 2003". Traducción libre
del texto original: “Particularly in the United States the principal fudge adopted to get
around this problem was the temí “substantial factor": when confronting cases where the
but-for test was not satisfied but in which the court belieued liability iras appropriate. the but
for test was replaced by the vacuous, or at best impressionistic, incantation of the substantial
factor test: was the tortious conduct a substantial factor in producing the outeomet The
substantial factor deuice has now righltly been wholy abandoned in the 2003 draft of the
Restatement (Third) of Torts". Stapleton, Jane, “Cause in Fact and the scope of liability for
consequences", op. cit., p. 393.
36 Felisa Baena Aramburo
causa fáctica del daño en los términos de la sección 27, el daño no está dentro
del ámbito de la responsabilidad del agente”. Esta norma aplica cuando es
posible comparar y medir con precisión la contribución de los hechos.
Un ejemplo planteado por los comentarios al Restatement es el siguiente:
Jerry trabajó 40 años como instalador de material aislante de asbesto y estuvo
expuesto a fibras de asbesto de 12 fabricantes. En el caso de la mayoría de los
fabricantes, Jerry estuvo expuesto a sus productos diariamente durante años.
Su exposición al asbesto durante 40 años es considerablemente mayor a la
requerida para contraer mesotelioma. Pero la exposición de Jerry al asbesto del
fabricante Centurión Company ocurrió en el sirio de una construcción
comercial donde otros instaladores estaban utilizando producto Centurión,
durante 1 solo día, en un piso diferente al piso donde Jerry trabajó ese día. Un
experto en el proceso judicial establece que Jerry pudo haber inhalado fibras
de asbesto ese día, pero en una cantidad minúscula comparada con la
exposición que tuvo Jerry al asbesto de los otros fabricantes. En este caso.
Centurión no sería responsable.
Los comentarios al Restatement precisan que la limitación al alcance de la
responsabilidad establecida en esta norma no es aplicable si la contribución
trivial fue necesaria para el resultado. Esta norma solo aplica para casos en el
que el daño está sobredeterminado. Es decir, en aquellos casos en que el agente
culposamente pone la última pajilla que le fractura el lomo al camello, es
responsable (tal como lo reza el famoso proverbio árabe).
En síntesis, parece haber un consenso académico y judicial no solo en
Europa sino también en Estados Unidos en que la solución a los casos de
sobredeterminación simultánea es considerar que todos los demandados son
causa del daño. A esta solución han llegado los diferentes sistemas por la vía
de entender, sin mayor elaboración conceptual, que estos casos requieren la
creación de una regla especial que permita llegar a al resultado que
intuitivamente se considera lógico y justo. Jane Stapleton afirmaba que en estos
casos de sobredeterminación simultánea el derecho simplemente toma la
decisión normativa de no exigir el requisito del but for test y que esta decisión
puede y debe ser defendida porque en estos casos la dignidad del Derecho debe
prevalecer sobre el tratamiento justo a los demandados 78.
Jane Stapleton, “Legal Cause: Cause-in-Fact and the Scope oí Liability for
Consequences”, Vanderbilt Laiv Rcriew, 54 Vand. L Rev. 941,2001, p. 968.
La causalidad en la responsabilidad civil 37
(iii) Ejemplos.
- El automóvil A atropella a un peatón y lo mata. El automóvil B pasa
unos segundos después, y pasa por encima del cadáver. De no haberlo
atropellado el automóvil A, en todo caso el automóvil B lo habría
atropellado y matado algunos segundos después.
- Un Rolls Royce sufre un choque menor causado por el vehículo A en
la parte delantera del guardabarros. Para repararlo hay que desmontar
tanto el guardabarros trasero como delantero y pintarlos ambos, para
que no se note la diferencia en color entre el guardabarros recién
pintado y el guardabarros sin pintar. Posteriormente, el vehículo B
choca levemente el guardabarros en la parte trasera y lo raya, haciendo
necesario pintarlo. Sin embargo, ya era un hecho que, a causa del
choque de A, el guardabarros trasero tenía que ser pintado en todo caso
9
.
85 “Once che harm has occurred, any other cause that remains incomplete is not a cause oí harm”
American Law Institute. op. cit., p. 130.
59
Ibíd.
60
Ibíd.,tf. 130-131.
40 Felisa Baena Aramburo
10 Las dos críticas de lógica causal que se le formulan al test contrafáctico fueron explicadas
recientemente en la nota editorial Rethinking Actual Causation in Tort Law (Harvard Law
Rcview, op. cit.) y podrían exponerse así, corriendo el riesgo de sobresimplificarlas: (i) En
primer lugar, se le critica porque genera conclusiones de causación revérsica (temporally
reversed causation), como cuando se afirma que (i) Pedro condujo negligentemente y
atropelló a Jacobo, (ii) Pedro solo conduce negligentemente cuando olvida tomar su cafe en
la mañana, por lo que se concluiría que (iii) si Pedro condujo negligentemente esc día es
porque no se tomó su cafe esa mañana y que entonces, (iv) si Pedro no hubiera conducido
negligentemente, sí se habría tomado su café esa mañana, pero (v) si conduio
negligentemente, no se tomó su cafe esa mañana, con lo cual (vi) el haber conducido Pedro
negligentemente seria causa de haber olvidado tomar su cafe. Esta conclusión, evidentemente
equivocada, es producto de la aplicación del test contrafáctico y por eso se le critica por llevar
a ese resultado absurdo. Ahora bien, los defensores de la teoría de los contra tácticos han
enfrentado esta crítica respondiendo que esc análisis es equivocado porque desconoce la
premisa de que toda causa debe preceder su efecto en el tiempo, (ii) En segundo lugar, se le
critica porque podría generar conclusiones anómalas de causalidad con eventos que entre los
cuales claramente no hay relación de causalidad, como cuando se afirma que Pedro olvido
hacer su café, condujo su vehículo negligentemente, mató a Jacobo y más tarde, el amigo de
Pedro. Nicolás, preparó café, porque siempre que Pedro olvida preparar su café, Nicolás lo
prepara. En este ejemplo, la conducción negligente de Pedro sería la causa de que su amigo
Nicolás hubiera preparado el café más tarde. Esta conclusión también es claramente
equivocada. Para esta crítica no parece haber contra argumentos convincentes en defensa de
la teoría de la conditio sine qtia non.
1,1 J. L. Mackie, “Causes and Conditions'*, American Philosophical Quarterly. 2 (4), pp. 245-264.
02 H. L. A. Hart y T. Honoré, op. cit., pp. Ivi. Ixiv, 111-117, 122-125, 128-129,235-253.
93 Richard W. Wright, “Causation ¿n Tort Law", California Law Review, N° 73-1735, 1985,
disponible en: http://scholarship.law.berkeley.edu/californialawreview/vol73/ iss6/2.
94 David A. Fischer. “Insufficient Causes", KY. L.J., N° 94, 277, 2006: “The NESS... test of
causation. popularized by Professor Richard Wright, is emerging as the new supplement to
the but-for test for the twenty-first century”.
44 Felisa Baena Aramburo
El estudio del test NESS fue retomado por Michael Moore en su obra
Causation and Rcsponsibility en el año 200970, es rema recurrente en los
diversos escritos académicos sobre la causalidad71 e incluso aparece men-
cionado expresamente en un comentario en el Restatement Third of Torts de
Estados Unidos72.
Algunas ideas básicas que permiten entender a grandes rasgos el test NESS
son las siguientes:
(i) Un hecho puede ser causa de un daño, aún si no cumple el “but for
test”, siempre que cumpla con el test NESS.
(ii) El test NESS test soluciona problemas de sobredeterminación causal
simultánea.
(iii) NESS significa Necessary Elenient of a Sttfficient Test (elemento
necesario de un set suficiente)
(iv) Según el test NESS, una condición particular es causa (condición
contribuyente) de un daño si y solo si fue un elemento necesario de
un set de condiciones antecedentes que fue suficiente para la
ocurrencia del daño.
(v) El test NESS incorpora la noción indispensable de la “necesidad”
(propia de la conditio sine qua non), pero la subordina a la noción de
“suficiencia”.
(vi) Un ejemplo para ilustrarlo:
• Hay 5 votantes: A, B, C, D y E.
• A, B, C y D están a favor de que se tome una decisión.
• E está en contra.
• Sólo se requieren 3 de 5 votos para que la decisión sea adoptada.
• Sin embargo, los 4 votantes que están a favor (A, B, C y D) votan
a favor.
• Si se aplica el but for test ninguno de los votos de los votantes A,
B, C y D sería decisivo. Ninguno sería causa de la decisión.
Restatement (Third) of Torts: Liability For Physical And Emotional Harm.§ 27: comentario.
f, illus. 3. American Law Insñtute. op. cit., p. 128.
M. Moore, op. cit., p. 91.
Restatement (Third) of Torts: Liability For Physical And Emotional Harm.§ 27: comentario
i: “[FJrom a purely conceptual perspectire, a person tvho negligently runs over a decid body
would be sufficient (iritb the approprtate background conditions)
46 Felisa Baena Aramburo
Richard Wright no está de acuerdo con que el test NESS no sea idóneo
para los casos de sobredeterminación sucesiva y propone algunas
alternativas de análisis para hacer funcionar el test NESS en estos casos
(alternativas de análisis que no han sido satisfactorias para la doctrina)76
77
. Por esta dificultad, los casos de sobredeterminación sucesiva han
sido llamados por Moore “el dolor de cabeza” de las teorías de la
causalidad.
(ii) En segundo lugar, el test NESS ha sido criticado porque podría
ocasionar conclusiones anómalas de “causalidad en reversa” (teni-
porally reversed causation}101. Esta crítica puede explicarse a partir del
siguiente caso: se afirma que Pedro olvidó hacer su cafe, condujo su
vehículo negligentemente, atropelló a Jacobo y más tarde, el amigo de
Pedro, Nicolás, preparó café, porque siempre que Pedro olvida preparar
su cafe, Nicolás se lo prepara. En este ejemplo, la conducción
negligente de Pedro sería causa de que su amigo Nicolás hubiera
preparado el café más tarde, lo que es claramente equivocado. Los
profesores Richard Fumerton y Kcn Kress idearon el siguiente ejemplo
que también explica el problema: cuando el sol está a un ángulo de 45
grados y la sombra del asta de una bandera tiene 5 pies de longitud,
habría que concluir por leyes de la naturaleza que el asta tiene 10 pies
de altura. Si se aplica el test NESS se concluiría que la sombra es la
causa de que el asta de la bandera tenga 10 pies de longitud, lo que
evidentemente sería un error78.
Estas dos críticas, que no son exclusivas de las teorías de la suficiencia,
sino que también se han dirigido hacia la teoría de la conditio sine qua
to acconnt for tbe body not being al i ve front tbat point fortvard". American Law Institute,
op. cit., p. 130.
M. Moore. op. cit., p. 91. Afirma Moore. refiriéndose a Richard Wright: "Tbat being an
unacccptable rednetion to swallotv, generalist musí find sonte tvay to avoid it. Sufficiency
theorist typically ntake tivo sorts of claints bere: tbey soy eitber tbat any set of ivbicb tbe pre-
empted factor is seemtngly a necessary member is incomplete (so tbat tvben tbe
incompleteness is seen one can see tbat tbe set is in fact not snfficient): or tbey soy tbat tbe
set is not actual, presently instantiated, or concrete, by tvbicb tbey mean to deny tbat some
condition generally needed to ntake tbe set snfficient ivas present*.
Harvard Law Review. op. cit.
Richard Fumerton & Ken Kress. “Causation and the Law: Preemption. Lawful Sufficiency,
and Causal Sufficiency”, Late & Contemp. Probs., otoño, 2001, p. 93: “If the sun is casting
a five- foot-long shadow on the ground when it is at a forty-five de- gree angle to a flag pole,
we can infer from laws of nature that the flag pole is ten feet high. It does not follow that the
shadow is causing the flag pole to be ten feet high”.
La causalidad en la responsabilidad civil 47
Así lo definen en la nota editorial Rethmking Actual Causation in Tort Law (Harvard Law
Review. op. cit.) citando el artículo de Ned Hall (Ned Hall, The Intrinsic Character of
Causation, Oxford Studies m Metaphysics (Dean W. Zimnierman ed., 2004): As its ñame
suggests, the intrinsicness thesis appeáis to the notion that "the causal structure of a process
is... determined... by the intrinsic natures of the events that malte up the process, togetber
with the ways m which they are juxta- posed with one another, togetber with the laws that
govern that process”... “(Ijntrinsic” in turn, is taken ”io mean something like • internal* or
•metaphysically mdependent»; intui- tiuely, the way something is intnnsically is the way it ¿s
independent of how anything else is".
Harvard Law Review, op. cit. p. 2182.
48 Felisa Baena Aramburo
(iii) Ejemplos. Mil personas que están en una marcha política se desvían
de la ruta autorizada y atraviesan un predio privado sin permiso de su
propietario. La grama del predio queda arruinada. Si se hace el test de
eliminación mental de la conditio sine qua non en relación con el daño final
(daño del prado) referido a la conducta de Martín, uno de los miembros del
grupo, resulta que Martín no lo causó porque, sin su conducta, el daño se
hubiera producido en —casi— igual magnitud, salvo una milésima parte cuyo
impacto en el daño final es difícilmente determinable.
! "' “The problems start when applying the but-for test, and this is why these cases are lis- red here:
If one focused on rhe actual loss caused by the individual, such damage may not be
measurable at all (though not necessarily beca use of uncertainty, but rather due to the lack
of significance)". B. Winiger, H. Koziol, B. A. Koch, R. Zimmerman; eds, op. cit., p. 542.
82
Ibíd.
La causalidad en la responsabilidad civil 49
5.1 Tipología 1
(i) Descripción. La víctima de un daño contingente o amenaza de daño
incurre en gastos para evitarlo.
108
en los gastos para evitarlo. Este asunto hace parre de la institución de la carga
de evitar y mitigar el daño y, particularmente, de uno de sus efectos clásicos:
la posibilidad de la víctima de cobrar al deudor las expensas razonables
incurridas para evitar el daño. Es pacífica la conclusión de que dichos gastos
son recuperables, siempre que sean razonables. Así lo establecen los PETL en
su artículo 2:104:
Art. 2:104. Gastos preventivos.
Los gastos realizados para evitar un daño que amenaza producirse
constituyen un daño resarcible en la medida en que hayan sido
razonables.
5.2 Tipología 2
(i) Descripción. Antes de la ocurrencia del hecho dañoso (y del daño) la
víctima ya había incurrido en gastos para prevenir perjuicios derivados de ese
tipo de hecho dañoso.
ción de capital (una tasa de interés sobre el valor del vehículo antes de ser
chocado); o bien (ii) con base en los costos de mantenimiento del vehículo de
reserva. Así, la condena con base en los costos de mantenimiento sería
simplemente una manera de tasar un perjuicio por pérdida de uso que se
entiende causado. En el caso concreto de Birmingham Corporation contra
Sowsbery [1970| RTR 84, el fallo analizó las ventajas y desventajas de cada
método y consideró que era más adecuado el segundo método: una suma diaria
por el costo de mantenimiento del vehículo de reserva.
En Colombia, por ejemplo, cuando se causa un daño a un bien y queda
inmovilizado por el tiempo de la reparación, y su inmovilización no origina un
lucro cesante (porque no era productivo; por ejemplo, era un yate, un carro de
lujo, o porque la víctima tenía otros vehículos para movilizarse), se ha
planteado que aunque, en principio, se trataría de un daño sin perjuicio 88, debe
concederse una indemnización por concepto de inmovilización de capital, lo
que la Corte Suprema de Justicia hace, en equidad, con el reconocimiento de
la rasa de interés civil (del 6% anual) sobre el valor del bien que resultó
averiado. Al respecto pueden consultarse las sentencias de la sala civil de la
Corte Suprema del 14 de noviembre de 200889 y del Consejo de Estado, del 11
de mayo de 200690, en las que se hacen recuentos de sentencias anteriores en
el mismo sentido.
11' Fernando Moreno, “Responsabilidad sin Perjuicio’* [conferencia inédita, IARCE 2016),
Bogotá, copia de autor. 2005.
89
“De manera, pues, que, como di/o la Corte en la comentada sentencia, el juez para evitar la
iniquidad de sus fallos cuenta con múltiples mecanismos que en verdad resultan eficaces
para dejar indemne a la victima del daño. Asi, por via de ejemplo, conviene memorar que
esta Corporación, en la sentencia de 8 de lidio de ¡ 964, concluyó que debía condenarse al
pago de los frutos de/ados de producir por un predio rural por hechos atribuibles a la
demandada, y ante la imposibilidad de demostrar con exactitud su cuantía por las
particulares dificultades probatorias, determinó su monto por la utilidad que reportó una
cosecha anterior (CVI1I, pág. 292); igualmente, ha considerado que el lucro cesante
generado por la destrucción o deterioro de un vehículo bien puede obtenerse averiguando
cuál es la utilidad que en el medio local produce un automotor de las mismas características
del que sufrió el daño (sentencias de V de septiembre de 1959, XCI pág. 666,- 26 de febrero
de ¡962. XCVlll pág. 293). Inclusive, en litigios en donde no fue aportada prueba alguna de
la existencia del lucro cesante, ni siquiera como elemento comparativo, se ha condenado por
ese concepto al pago del interés corriente que habría rentado el capital inmovilizado a causa
del daño (sentencias de r de junio de 1957. LXXXV pág. 584; 22 de julio de 1959, XCI pág.
283; 16 de agosto de 1963, Clll C1Vpág. 628)”. CSJ. Cas. Civ„ 14 de noviembre de 2008,
M.P. Pedro Octavio Munar Cadena. Rad. No. 70001 3103 004 1999 00403 01.
1,5
“CAPITAL INMOVILIZADO - Indemnización. Pérdida total. Pérdida parcial / PERDIDA
TOTAL - Indemnización. Capital inmovilizado / PERDIDA PARCIAL - Indemnización. Capital
inmovilizado. De conformidad con los argumentos expues-
54 Felisa Baena Aramburo
ios en las sentencias transcritas y teniendo en cuenta que no hubo pérdida total del bien, a
este valor se le liquidará el 6% anual, por concepto del rendimiento mínimo que debió
producir dicho capital, es decir, el 6% anual sobre el dinero que la demandante dejó de
producir en razón a los daños causados a su vehículo, así: $7'838.782,77 + 6% =
$8'309.109.73. Entonces, la indemnización se hará teniendo en cuenta lo dejado de percibir
por la demandante desde la ocurrencia de los hechos hasta por un lapso de tres meses, pues,
teniendo en cuenta la magnitud de los daños que sufrió el vehículo de la demandante, dicho
lapso constituye un término prudencial dentro del cual se estima que el vehículo debía estar
reparado, y por ende, es un periodo en el que el propietario del bien deja de percibir ingresos.
A este valor se le liquidará el interés legal por los tres meses, por concepto del rendimiento
mínimo que debió producir dicho capital, es decir. 0,5% por cada mes, asi, lo que da como
resultado la suma de $2'397.728,87. Nota de Relatoría: Ver sentencia de 27 de julio de 2000,
M.P. Dr. Germán Rodríguez Villamizar. Exp. 12168, Actor: Tomás de Aquino Alegría;
sentencia de 1 de noviembre de 2001, M.P. Dra. María Elena Giraldo Gómez, Exp. 13185,
Actor: Eugenio Sandoval; sentencia del 8 de junio de 1999, exp: 13540, ponente: DANIEL
SUÁREZ HERNÁNDEZ: sentencias de 1 de marzo de 1994. Expediente 6.755, actor: María
Amparo Fuentes y otro; de 19 de julio de 2000. Expediente 13.244, actor: Julio Ribero
Martínez- Sentencia del 12 de septiembre de 2002. exp: 13.395, ponente: RICARDO HOYOS
DUQUE: de la Corte suprema de Justicia Sala de Negocios Generales, sentencia del Io de
junio de 1957. G.J. T LXXXV. Pág. 584;22 de julio de 1959, G.J. T XC1. Pág. 283; 16 de
agosto de 1963, G.J. T. C1II. Pág. 628; 8 de julio de 1964, G.J. T. CVI1I. Pág. 294" Consejo
de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Proceso 14694,11 de
mayo de 2006. C.P. Ramiro Saavedra.
La causalidad en la responsabilidad civil 55
,1Q B. Winiger, H. Koziol, B. A. Koch, R. Zimmerman; eds, op. át., p. 193 ss.
95
Ibíd.
La causalidad en la responsabilidad civil 57
6.3 Influencia “fuerte" y “la más fuerte" (strong and strongest influence)
Se trata de casos en que el agente causa una influencia psicológica
contundente en la víctima.
Esta figura está siendo objeto de estudio en Estados Unidos por el American Law Institute
para un nuevo Restatement de Econimic HarmTorts. Información disponible en:
http://www.thealiadviser.org/economic-harm-torts/interference-with-contract/
British Motor Trade Association v Salvadori [1949] Ch 556.
58 Felisa Baena Aramburo
6.4 Influencia psicológica que no está medida por su nivel de fuerza sino
porque se trata de influencia causada por información inconecta o
insuficiente
Ejemplo 1. Una compañía financiera da información falsa a los inver-
sionistas de una empresa y los inversionistas invierten y sufren perjuicios como
consecuencia de la información financiera falsa. En un caso similar en
Finlandia se consideró que hay causalidad y responsabilidad99.
98 En este caso hay un antecedente de Hungría en el que la Corte consideró que había causalidad
y responsabilidad. B. Winiger, H. Koziol, B. A. Koch. R. Zimmerman; eds, op. cit.y p. 193
ss.
99
Ibíd.
La causalidad en la responsabilidad civil 59
Ejemplo 2. El caso alemán del beso en la mano (the “hand kiss case”117):
C mata a paradas a B en presencia de A. Al finalizar la golpiza, A “besa la
mano” de C en aprobación de lo que hizo.
100 CSJ. Cas. Civ. 17 de noviembre de 2011. M.P. William Ñamen Vargas, Exp. 11001-3103-
018-1999-00533-01.
101 Inspirado en el caso “Dangerous Fight”. B. Winiger, H. Koziol, B. A. Koch, R.
Zimmerman; eds. op. dt., p. 343.
12 “Hand Kiss Case”. Alemania. Ibíd.. p. 351.
103
Ibíd., p. 275.
60 Felisa Baena Aramburo
Problema. Se discute si aquella persona que no es causa sine qua non del
daño, sino que solo acompañó la conducta, instigó o simplemente compartió la
intención común de quien sí la causó, debería ser considerado responsable a
pesar de que rigurosamente no es causa fáctica del mismo.
CONCLUSIÓN CAPÍTULO I
Hemos dado un vistazo a un abanico de casos que han sido reportados
como “complejos” en materia de causalidad fáctica por jueces y doctri
Código de Obligaciones Suizo (SCO Art. 50); Código Civil de Austria ABGB §§ 1301 y
1302. Código Civil de Polonia, Art. 422.
La causalidad en la responsabilidad civil 61
nantes alrededor del mundo. Y hemos dado también una mirada a algunas de
las soluciones que se han planteado para dar respuesta a estos casos.
Desde una perspectiva general, bien podría considerarse que las soluciones
que han propuesto los jueces y la academia para estos casos complejos en
materia de causalidad fáctica obedecen a razones de política legal (legal
policy*30) y no a la aplicación de principios o reglas puramente causales. Esto
supone aceptar la idea de que, en casos excepcionales, la causalidad fáctica se
ve contaminada por asuntos normativos105.
Sin embargo, debe admitirse que se trata, en su mayoría, de soluciones
lógicas y razonables, que se corresponden con el “sentido común” del hombre
corriente, lo que, según Hart & Honoré, es y debería ser siempre la base de las
decisiones judiciales en materia de causalidad.
Ahora bien, el reto para la nueva generación de jueces y académicos es
estudiar estos casos, sistematizar sus variantes y desarrollar un sistema lógico
y coherente de soluciones, pues, sin duda, hay un largo trayecto por recorrer en
ese sentido. En cuanto al sistema colombiano, falta mucho desarrollo, tanto
doctrinal como jurisprudencial, para avanzar en esa dirección.
H. L. A. Hart & T. Honoré, op. cit.; M. Lunney & K. Oliphant. op. cit.
Srapleton. Jane, “Cause in Fact and the scope oí liability for consequences”, op. cit., pp. 392-
393.
Capítulo II
CRITERIOS PARA ESTABLECER EL
“ALCANCE DE LA RESPONSABILIDAD”
Los diferentes sistemas y la doctrina jurídica mayoritaria coinciden en que,
superada la verificación de la causalidad fáctica mediante el test de la conditio
sine qua non, es necesario hacer un test de causalidad jurídica o mejor, un test
sobre “el alcance de la responsabilidad", para poner límites a los resultados del
test de la causalidad fáctica.
¿Por qué es necesario limitar los resultados del test de causalidad fáctica?
Porque con la ejecución del test de la conditio sine qua non pueden resultar
seleccionadas como causas fácticas múltiples hechos (condiciones,
circunstancias) que, si bien son determinantes para la ocurrencia del daño, no
son, o, mejor, no deberían ser consideradas verdaderas “causas" relevantes
para el derecho de la responsabilidad civil. En palabras de Le Tourneau, la
teoría de la conditio sine qua non no permite fijar un límite a la extensión de la
responsabilidad152. Por ello, es necesario aplicar un filtro normativo adicional.
Hay una tendencia global a abandonar la denominación “causalidad
jurídica", y a sustituirla por el termino “alcance de la responsabilidad" (scope
of liability). Este es el nombre que se le da en los Rcstatements of Torts en
Estados Unidos, en los PETL, y que utiliza en el medio académico en la
actualidad. Si bien algunos doctrinantes del dril law prefieren utilizar el
término “imputación objetiva", importado de la doctrina penal alemana, en
lugar del término causalidad jurídica 1", el término "alcance de la
responsabilidad” sigue siendo el más aceptado.
Jane Stapteton, “Causes and Consequences in the Common Law”, op. cit.
64 Felisa Baena Aramburo
lk<iHart & Honoré explican que la escogencia del termino (entre “teoría de la causali
dad adecuada" o “teoría de la adecuación") no es irrelevante, pues quienes prefieren
utilizar el termino “teoría de la adecuación" en lugar de “teoría de la causalidad ade
cuada" quieren destacar que se trata de una teoría que se ocupa de imponer límites "no
causales" a la responsabilidad civil, y no de una teoría que se ocupa de encontrar
el significado de una “conexión causal" en el civil law. H. L. A. Hart y Tony Honoré,
Cansation in the law, Nueva York, Clarendon Press - Oxford, 2002. p. 465.
1 Era fisiólogo, pero con gran interés en la teoría matemática de la probabilidad, en los
144 Ludwig Enneccerus, Derecho de obligaciones, Barcelona. Bosch Casa Editorial, 1954, p. 66.
145 H. L. A. Hart y T. Honoré, op. cit., p. 470.
146 O no incrementa significativmente la probabilidad de muerte de los pasajeros por
electrocución por un rayo. H. L. A. Hart y T. Honoré, op. cit., p. 471.
147
Ibíd.
66 Felisa Baena Aramburo
escogida y validada por los jueces en el civil laiu, según lo plantean Hart &
Honoré, es la de Traéger148.
(i) Von Kries consideraba que el hecho ilícito debía plantearse con base
en lo que el agente conocía al momento del hecho.
Es decir, para Von Kries el hecho ilícito es “prender fuego a una
casa”, o “dar a una persona un leve empujón”, pues el agente no
conocía que había alguien en la casa ni que estaban al borde de un
risco.
(ii) Traéger consideraba que el hecho ilícito debía plantearse con base en
“los hechos conocidos por el agente o por un agente prudente” al
momento del hecho. O formulado en negativo: se excluye de la
descripción del hecho ilícito toda circunstancia que “el “agente no
conociera y que un agente prudente no pudiera conocer”.
Es decir, para Traéger el hecho ilícito en los ejemplos sería “prender
fuego a una casa a pesar de que prudentemente podía saberse que
podía encontrarse alguien adentro” o “prender fuego a una casa
cuando no era posible prudentemente saber si había alguien adentro”,
según el caso.
O “dar a una persona un empujón leve a pesar de que prudentemente
podía saberse que se estaba a borde del risco” o “dar a una persona
un empujón leve cuando no era posible prudentemente saber que se
estaba a borde del risco”, según el caso.
El impacto de la formulación así planteada es evidente. En aquellos
casos en que el agente no previo y para un agente prudente no fuera
posible prever el resultado, no habrá causalidad adecuada y, por ende,
no habrá responsabilidad.
(iii) Rúmelin fue más allá y propuso que el hecho ilícito debía plantearse
incluyendo circunstancias que incluso hubieran sido descubiertas
posteriormente.
Es decir, para Rúmelin, aún si un hombre prudente no hubiera podido
saber que en la casa había alguien, o que se estaba junto a un risco, el
hecho ilícito se plantearía como “prender fuego en una casa con
alguien adentro” y “dar a una persona un empujón leve al borde de un
risco”.
148
149
Mark Lunney y Ken Oliphant, Tort Law: Tcxt and Materials, Nueva York, Oxford University
Press. 2010. p. 273.
150 D. Harris, I. D. Campbell y R. Halson, afirman: “The tests for duty oí care and re- moteness
are not identical: both use the phrase “reasonable faresecability", but they are applied at
different times in the sequence of events, and are therefore based on different sets of data.
The purpose of using foreseeability of the risk in the duty of care concepts is to draw a
conclusión as to whether D’s actions should be tested by the standard of care of the reasonable
man. In the light of his foresight of possible risks would the reasonable man in D’s position
(immediately befare he actedl have conside- red that he should take care to avoid harming
someone in C s position?. [Generally] it may be said that at the duty of care stage the risk
need not to be seen in any detail, ñor need there be foresight oí .1 particular way in which D
might fall below the standard oí reasonable care. There might be many ways in which he
could be careless, but the duty test is phrased in general terms: “lí care is not taken by D in
the action he is about to undertake. is there a nsk oí harm to someone in C’s position?" The
La causalidad en la responsabilidad civil 69
phrase “if care is not taken" is applied in a general, unspecificd way, without knowledge oí
the actual act or omission by D which will later be labelled as negligent. But the causation
and remoteness test are applied after D has actcd: the information given to the reasonable
man has then expanded to inelude knowledge oí the particular act or omission iound to be
negligent. The test oí foreseeability is applied to D’s specific action (...)". D. Harris, I. D.
Campbell y R. Haison, Remedies in Contract and Tort, Londres. Butterworths, 2002. pp. 315-
316.
70 Felisa Baena Aramburo
151
Entonces, ¿cómo entender nuestro artículo 1616 del Código Civil? ¿cuál
es el plus que tiene el régimen de responsabilidad contractual en relación con
el de la responsabilidad extracontractual en lo referido a la limitación de la
responsabilidad a los daños y perjuicios previsibles?
Tal vez la clave para entender esta norma y su coordinación con el análisis
de causalidad jurídica está en tener presente que la causalidad adecuada analiza
la previsibilidad al momento del hecho ilícito, es decir, en materia contractual,
al momento del incumplimiento contractual; mientras que la institución del
daño previsible establece que la previsibilidad se analiza al momento de la
celebración del contrato.
Entonces, si la causalidad adecuada solo excluye los resultados impre-
visibles para el deudor al momento del incumplimiento, mientras que la
institución del daño previsible excluye los daños y perjuicios imprevisibles
para el deudor al momento de la celebración del contrato, ello lleva a que un
resultado causado por el deudor (que cumpla con el test de la causalidad
adecuada) por ser previsible al momento del hecho ilícito (del incum-
plimiento), resulte luego excluido de la indemnización por concluirse era
imprevisible al momento de la celebración del contrato.
Por ejemplo, si en un contrato de transporte, el remitente solo revela el
altísimo costo de la mercancía cuando el buque ya está en altamar, o si el
pasajero de un taxi solo avisa al taxista a mirad de camino que va camino a una
audiencia de licitación, y el transportador marítimo o taxista negligentemente
incumplen ya sabiendo esto, habría causalidad adecuada porque el agente
previo o podía prever, al momento del hecho ilícito, el extenso perjuicio que
causaría, pero no habría lugar a pagar esa extensa indemnización porque el
perjuicio era imprevisible al momento de la celebración del contrato.
Este análisis dual de “causalidad-previsibilidad del daño contractual”, es
necesario tenerlo presente en nuestro sistema jurídico, reiteramos, porque en
los países herederos de la tradición francesa se ha entendido que el daño
previsible es un asunto adicional al de la causalidad. Pero este problema no se
presenta en el coninion late porque, según veremos más adelante, la institución
del daño previsible en materia contractual en el common law constituye el filtro
mismo de causalidad jurídica o del “alcance de la responsabilidad” (por lo que
no hay duplicidad de instituciones). Y tampoco se presenta este problema en
Alemania porque allí no existe la institución autónoma del “daño previsible”
como la conocemos en nuestro sistema, sino que solo existe la institución de la
causalidad adecuada, complementada y últimamente sustituida por el criterio
de can-
72 Felisa Baena Aramburo
1.5.1 Francia
Moretau152 153, explica cómo en Francia los jueces acogen la teoría de la
conditio sine qua non y la complementan con la teoría de la causalidad
adecuada en forma pragmática, y afirma que a pesar de que la doctrina no ha
sentido la necesidad de conceprualizar nítidamente la distinción entre
causalidad “fáctica” y causalidad “jurídica”, realmente sí son conscientes de la
diferencia de esas categorías154.
La concepción francesa de la causalidad también se apoya en la idea de que
la causalidad es una cadena continua (“continuum”) en la que un acto
intervinicntc (“novus actus”) puede romper la cadena causal, lo que implica un
análisis valorativo. Moretau pone dos ejemplos155: si la víctima de un accidente
culposo sale a perseguir al responsable corriendo a toda velocidad y mucre de
un infarto, el autor del accidente no es responsable por la muerte de la víctima
dado que la conducta de ésta se considera un “novus actus" que rompe la
cadena de la causalidad. Desde el punto de vista de la causalidad adecuada
habría que concluir que hay causalidad
152 Basil S Markesinis, Kanes Unberath, Angus Johnsron, The Germán Law of Contraer: A
Comparativo Treatise, Segunda Edición. Estados Unidos, Kart Publishing, 2006, p. 473.
’5' Bénédict Winiger, Helmut Koziol. Bernhard A. Koch. Reinhard Zimmermann; eds., Digest of
European Tort Law, Volunte 1: Essential Cases on Natural Causation, Alemania, Springer -
Verlag / Wien, 2007.
154 “French doctrine did not feel the need to conceptualize a distinction between natural and
legal causation, though authors are well aware that equivalente is more on the factual side
and adequacy on the legal side". Helmut Koziol (ed.), Basic Questions of Tort Law front a
Contparatue Perspertnr, Austria, Jan Sramek Verlag, 2015, p. 82.
155
Ibicl.
La causalidad en la responsabilidad civil 73
sine qua non entre el accidente y el infarto pero que, según el postulado de la
causalidad adecuada, un accidente, en el curso normal de las cosas y según la
regla de la ciencia y de la experiencia, no causa un infarto, por lo que el
demandado no sería responsable.
Otro ejemplo de la jurisprudencia francesa ilustra la causalidad adecuada
y el planteamiento del continnnni y del novus actas: durante una fiesta en una
casa, la anfitriona prende velas en el primer piso. Luego se va a dormir, sin
advertir a los invitados que tenían que apagar las velas (lo que constituye un
actuar culposo). Uno de los invitados después lleva las velas al segundo piso,
donde la fiesta continúa toda la noche y olvida apagarlas. Una de las velas
causa un gran incendio en horas de la mañana. La Corre de Casación Francesa
consideró que la culpa del invitado de subir las velas al segundo piso sin
asegurarse de que fueran apagadas interrumpió el curso causal. La culpa
original de la anfitriona, a pesar de ser causa sine qua non del daño, dejó de ser
la causa jurídica del daño porque la culpa del invitado constituye la causa
adecuada del mismo.
1.5.2 Colombia
En Colombia, dejando de lado algunas sentencias aisladas que parecen
apoyarse en las teorías de la causa eficiente156 o de la causa próxima157, puede
afirmarse que la sala civil de la Corte Suprema de Justicia acoge la teoría de la
causalidad adecuada como test de causalidad jurídica aplicable para la
institución de la responsabilidad civil:
Destacamos 4 sentencias:
(i) Una sentencia del Io de septiembre de 1960 ilustra la aplicación de la
teoría de la causalidad adecuada. Un avión militar aterrizó de
emergencia en la Amazonia por una falla técnica. Los tripulantes
sobrevivieron, caminaron por la selva y viajaron en una balsa por el
río. Uno de los soldados se quedó dormido en la balsa, cayó al río y
murió. La Corte Suprema consideró que la muerte del soldado no era
atribuible al Estado Colombiano porque no se cumplía el test de la
causalidad adecuada: el aterrizaje de emergencia de una aeronave en
el curso normal de las cosas y según las reglas de la ciencia y la
experiencia no es causa adecuada de una muerte por ahogamiento en
días posteriores, pues este
156 CSJ. Cas. Civ., 30 de abril de 1976. T. CKII. N°. 2393. p. 108; CSJ. Cas. Civ., 17 de mayo
de 1982. T. CLXV. N°. 2406, p. 98.
157 CSJ. Cas. Civ., 25 de febrero de 1942. GJ. N°. 1983. p. 87.
74 Felisa Baena Aramburo
158 Afirmó la sentencia: Afirmó la sentencia: “d) falta de nexo. Eft la hipótesis o supuesto de que
al mecánico Blanco no se le pudiera atribuir ninguna responsabilidad en el siniestro del
avión, según lo que acaba de exponerse, tampoco procede la acción incoada por los actores,
porque falta el nexo necesario entre el accidente del avión, en el cual no sufrió ninguna
lesión, con la muerte posterior en el rio Puritú, pues se trata de dos hechos o acontecimientos
distintos, sin conexión alguna, pues el primero no fue la causa eficiente o causa adecuada e
idónea del segundo, es decir, de haber perecido por ahogamiento en el río Puritú, hecho
puramente contingente en relación con el aterrizaje de emergencia del trimotor militar".
C.S.J., Cas. Civ., 1" de septiembre de 1960. “G.J.”, t. XCIII, pp. 1065 ss.
150 Tamayo Jaramillo, Javier, Tratado de la Responsabilidad Civil, Bogotá, Legis. 2007, p. 390. '
160 CSJ. Cas. Civ.. 26 de septiembre de 2002, M.P. Jorge Santos Ballesteros, Exp. 6878.
Reiterada en sentencia del 9 de diciembre de 2013 (CSJ. Cas. Civ., 9 de diciembre de 2003.
M.P. Ariel Salazar. Rad. 88001-31-03-001-2002-00099-01».
161 Cita propia de la sentencia: “Se comprimía esta teoría con la fórmula: “causa causae es causa
causati". Y luego se la intentó precisar mediante la aplicación de la “condictio sine qua non",
en virtud de la cual, si mentalmente se suprime una de las condiciones, ésta adquiere la
categoría de causa, cuando el resultado asimismo se ve suprimido".
La causalidad en la responsabilidad civil 75
162 Cita propia de la sentencia: “Esta última proposición, la de sopesar antecedentes que sólo de
manera anormal o azarosa producen el resultado, se le ha añadido a la teoría de la causalidad
adecuada.—que precisamente es criticada en ese aspecto, es decir, en que deja sin explicación
aquellos daños que se producen por causas que normalmente no son aptas para ocasionarlo—, pues
la ayuda que las ciencias forenses prestan a este propósito, permite que aún en esos raros casos, y
junto con la “lógica de lo razonable" (Recasens) más precisamente que con las reglas de la
experiencia, dichos eventos puedan esclarecerse".
76 Felisa Baena Aramburo
nan elementos de juicio en vista del conocimiento especial que se necesita, por
lo que a no dudarlo cobra especial importancia la dilucidación técnica que brinde
al proceso esos elementos propios de la ciencia —no conocidos por el común
de las personas y de suyo sólo familiar en menor o mayor medida a aquellos que
la practican—y que a fin de cuentas dan. con carácter general, las pautas que
ha de tener en cuenta el juez para atribuir a un antecedente la categoría jurídica
de causa. En otras palabras, un dictamen pericial, un documento técnico
científico o un testimonio de la misma Índole, entre otras pruebas, podrán ilustrar
al juez sobre las reglas técnicas que la ciencia de que se trate tenga decantadas
en relación con la causa probable o cierta de la producción del daño que se
investiga. Asi, con base en la información suministrada, podrá el juez, ahora si
aplicando las reglas de la experiencia común y las propias de la ciencia, dilucidar
con mayor margen de certeza si uno o varios antecedentes son causas o. como
decían los escolásticos, meras condiciones que coadyuvan pero no ocasionan.
De la misma manera, quedará al abrigo de la decisión judicial, pero tomada con
el suficiente conocimiento aportado por esas pruebas técnicas a que se ha hecho
alusión, la calificación que de culposa o no se dé a la actividad o inactividad del
profesional, en tanto el grado de diligencia que le es exigióle se sopesa y
determina, de un lado, con la probabilidad de que el riesgo previsto se presente
o no y con la gravedad que implique su materialización, y de otro, con la dificultad
o facilidad que tuvo el profesional en evitarlo o disminuirlo, asuntos todos que,
en punto de la ciencia médica, deben ser proporcionados al juez a efectos de
ilustrarlo en tan especiales materias.
sin embargo, la valoración de un hecho como causa física de un efecto es sólo un aspecto de la
imputación.
Cuando en el lenguaje común y corriente se toma un hecho como generador de
una consecuencia jurídica, normalmente se está en presencia de un concepto
normativo y no naturalista de causa, sin que esta distinción se haga explícita en
la mayoría de los casos por fuerza de la costumbre. Al respecto, GOLDENBERG
explica:
«No debe perderse de vista el doto esencial de que, aun cuando el hecho causa
y el hecho resultado pertenecen al mundo de la realidad natural, el proceso
causal va a ser en definitiva estimado de consuno con una norma positiva dotada
de un juicio de valor, que servirá de parámetro para mensurar jurídicamente ese
encadenamiento de sucesos. Para la debida comprensión del problema, ambos
niveles no deben confundirse. De este modo, las consecuencias de un hecho no
serán las mismas desde el punto de vista empírico que con relación al área de la
juridicidad. En el iter del suceder causal el plexo jurídico sólo toma en cuenta
aquellos efectos que conceptúa relevantes en cuanto pueden ser objeto de
atribución normativa, de conformidad con las pautas predeterminadas
legalmente, desinteresándose de los demás eslabones de lo cadena de hechos
que no por ello dejan de tener, en el plexo ontológico, la calidad de
"consecuencias"». (La relación de causalidad en la responsabilidad civil. Buenos
Aires: Editorial Astreo, 2011, p. 8)
La imputación, por tanto, parte de un objeto del mundo material o de una
situación dada pero no se agota en tales hechos, sino que se configura al
momento de juzgar: el hecho jurídico que da origen a la responsabilidad
extracontractual sólo adquiere tal estatus en el momento de hacer la atribución.
El imputante, al aislar una acción entre el flujo causal de los fenómenos, la valora,
le imprime sentido con base en sus preconcepciones jurídicas, y esa valoración
es lo que le permite seleccionar un hecho relevante según el sistema normativo
para efectos de cargarlo a un agente como suyo y no a otra causa.
Esta causalidad adecuada —explica KARL LARENZ— «expresa cuál es la
necesaria delimitación de las consecuencias imputables, aunque bajo el falso
ropaje de una 'teoría de la causalidad'. (...) El efecto más lejano de cierta acción
es únicamente ‘adecuado' cuando esta acción ha sido apropiada para la
producción del resultado obtenido en circunstancias normales y no sólo en
circunstancias especialmente peculiares completamente inverosímiles que han
de quedar fuera de toda consideración según el curso normal de las cosas. (...)Al
responsable del hecho solamente le pueden ser imputadas y tenidas en cuenta
en la determinación del daño aquellas consecuencias 'adecuadas' al hecho
generador de la responsabilidad». (Derecho de obligaciones. Tomo I. Madrid:
Editorial Revista de Derecho Privado. 1958. p. 200)
Por tal razón, la causalidad adecuada que ha sido adoptada por nuestra
jurisprudencia como explicación para la atribución de un daño a la conducta de
un agente, debe ser entendida en términos de «causa jurídica» o
78 Felisa Baena Aramburo
(iv) Finalmente, en una reciente sentencia de enero del 2018162 163, del
mismo magistrado ponente de la sentencia anteriormente citada de
septiembre de 2016 (Dr. Ariel Salazar), la Corre reiteró la distinción
entre causalidad fáctica y causalidad jurídica y la aplica- bilidad de la
teoría de la causalidad adecuada en nuestro sistema jurídico.
Si bien esta sentencia hace elaboraciones conceptuales sumamente
complejas (c incluso confusas) en materia de causalidad c imputación
(y también en materia de la responsabilidad por actividades
peligrosas), es razonable concluir que la Corre en esa sentencia
pretendió ratificar la aplicabilidad de la teoría de la causalidad
adecuada.
Destacamos el siguiente aparrado:
Una interpretación causal sobre los datos que interesan al proceso (enunciados)
significa que los hechos probados (referencia) son comprendidos con
adecuación a un sentido juridico (significado). “La ciencia del derecho —
explicaba Kelsen— crea su objeto en tanto y en cuanto lo comprende como un
todo significativo^5. El acaecer adecuado a un sentido jurídico (causalidad
adecuada) quiere decir que los hechos de la experiencia deben estar
jurídicamente orientados u ordenados para que sean comprensibles para los
efectos que interesan al proceso. Si falta la adecuación de sentido nos
encontraremos ante una mera probabilidad estadística no susceptible de
comprensión o interés para el derecho, por mucho que la regularidad del
164
165
CSJ. Cas. Civ., 12 de enero de 2018, M.P. Ariel Salazar, Rad. 11001-31-03-027-2010-00578-
01.
Cita propia de ¡a sentencia: “Aunque Kelsen nunca contó con una teoría lingüística que le
permitiera explicar el proceso de imputación, sí estaba equipado con una teoría
epistemológica kantiana que le permitió comprender que el conocimiento sobre los hechos
jurídicos presupone categorías normativas, lo que lo llevó a sostener que las proposiciones
descriptivas no pueden ser formuladas sin adoptar un punto de vista normativo”. En: Carlos
Santiago NINO. La validez del derecho. Buenos Aires: Astrea, 1985. pp. 18 y ss.
La causalidad en la responsabilidad civil 79
desarrollo del hecho se conozca con precisión cuantitativa 160. La causalidad que
interesa al derecho es, entonces, la causalidad jurídica, es decir la causalidad
adecuada a un sentido jurídico, que es lo mismo que una causalidad orientada
por criterios normativos o de imputación: “...la causalidad adecuada que ha sido
adoptada por nuestra jurisprudencia como explicación para la atribución de un
daño a la conducta de un agente, debe ser entendida en términos de «causa
jurídica» o imputación, y no simplemente como un nexo de causalidad natural'*'7.
En síntesis, puede afirmarse que nuestra Corte Suprema, Sala Civil, acoge
la distinción causalidad fáctica-causalidad jurídica, y aplica la teoría de la
causalidad adecuada (la cual presupone la aplicación previa de la teoría de la
conditio sitie qita non).
Estas reglas aplican tanto para la responsabilidad cxtracontrac- tual como
para la contractual, pues la jurisprudencia no hace ninguna distinción.
En la doctrina colombiana, dejando de lado los tratados clásicos de res-
ponsabilidad civil como el de Tamayo Jaramillo y el de Santos Ballesteros, que
han explicado la institución y sus teorías con buen nivel de detalle, la
causalidad no ha tenido el desarrollo académico profuso que se esperaría para
un tema tan interesante como complejo (y que ha tenido, por ejemplo, en el
common latí' y en Europa). Ello explica, entre otras cosas, poique el presente
texto, en sus categorías, casuística y jurisprudencia, tiene un enfoque marcado
de derecho comparado.
Sin embargo, son destaca bles los recientes desarrollos de Sergio Rojas
Quiñones y Juan Diego Mojica en esc sentido 168.
Sobre los últimos pronunciamientos de la sala civil de la Corte Suprema en
materia de causalidad. Rojas Quiñones, en una reciente ponencia169 expuesta
en Medellín en abril del 2018, aplaudió el paso hacia 164 165
adelante que dio la Corte Suprema con la sentencia del año 2016, al haber
reconocido expresamente la división entre causalidad fáctica y jurídica, pero
lamentó (con razón) que la sentencia no explicó en detalle cómo se lleva a cabo
la etapa de selección jurídica ni cuáles son los criterios normativos a ser
utilizados. Además, señaló que, en su opinión, la Corte dio un paso en reversa
en materia de causalidad con la sentencia de enero del 2018, porque en ella,
según Rojas, se eliminó el análisis de la causalidad táctica y se hace énfasis
únicamente a la etapa de selección jurídica (nuevamente, sin ser clara la Corre
en explicar cómo se lleva a cabo esta última). Al respecto, afirmó en una
columna de opinión de prensa en abril del 2018 [refiriéndose a la sentencia de
enero de 2018 de la CSJJ:
“En su lugar, sostuvo la corporación, debe acudirse a un criterio de imputación cuyo
contenido debe ser normativo, dado que el análisis táctico —o puramente natural y
físico— acerca de lo que causó el resultado «es inútil». En pocas palabras, se debe
acudir a una teoría normativa de imputación que, con base en criterios jurídicos —y no
tácticos—, determine las condiciones relevantes para endilgarle a una persona un daño.
La Corte se inclinó así por la denominada teoría de la imputación civil, también conocida
como teoría del Scope ot Liability en los sistemas europeos. El problema es que. en su
ánimo de innovar, el ponente hizo una importación equivocada de esa figura jurídica.
En efecto, aunque para la Corte la teoría de la imputación debe basarse en un análisis
puramente jurídico para determinar la causa relevante, lo cierto es que en el derecho
comparado ha sido claro que la imputación civil exige un análisis de dos estadios: uno
táctico, natural o físico, y otro jurídico o normativo. El primero orientado a identificar el
universo de causas naturales que dieron lugar al daño (todas las causas que
tácticamente incidieron) y el segundo en el que el operador deberá seleccionar cuál de
tales causas le es jurídica o normativamente imputable al agente dañador, si la hubiere.
Pero la Corte prescinde de la primera etapa por considerarla inútil. De lo que no se
percata la corporación es que, sin un análisis de la causalidad natural, los jueces (i)
carecerán de un universo de causas físicas para aplicar el criterio de selección
normativa (sin los causas físicas, no habrá ninguna base sobre la cual determinar qué
causas son jurídicamente relevantes), (ii) Y si el análisis es puramente normativo,
¿cómo podrán diferenciar los jueces el estudio de la imputación causal de aquel que se
adelanta en relación con los factores de atribución (culpa, dolo, etc.)? Es evidente que
la distinción será difusa™'.
Sergio Rojas Quiñones, “Responsabilidad sin Causalidad", sirio web: Ambito Jurídico [24
de abril de 2018|, disponible en: https://www.ambitoiuridico.com/noticias/anali- sis-
jurisprudencial/educacion-y-cultura/responsabilidad-sin-causalidad, consulta: enero 2 de
2018.
La causalidad en la responsabilidad civil 81
Para los casos de omisión, remitimos a lo planteado en el capítulo I del presente texto sobre
la posibilidad de constatar la causalidad táctica mediante un test “ajustado" de la conditio
sine qua non. Respecto de los casos de responsabilidad por el hecho ajeno, planteamos que
debe existir causalidad táctica (y causalidad adecuada) entre la conducta del directamente
responsable y el daño, y también entre la presunta mala vigilancia o mala educación del
civilmente responsable y la conducta dañosa del directamente responsable, pudiéndose
desvirtuar —en teoría— tanto la presunción de culpa en la vigilancia o en la educación, como
la causalidad táctica y jurídica entre la culpa y la conducta del directamente responsable.
82 Felisa Baena Aramburo
material en una específica conducta (causa material), pero las consecuencias del
mismo sean atribuidas a un tercero (v. gr., la responsabilidad por el hecho de las cosas,
o por el hecho de otro)".
capción. Luego, la contribución que nos ofrece la imputación objetiva, cuando hay lugar
a su aplicación, es la de rechazar la simple averiguación descriptiva, instrumental y
empírica de "cuando un resultado lesivo es verdaderamente obra del autor de una
determinada conducta'*75.
1 Esto, sin dudo, es un aporte que se representa en lo considerado por Larenz según
el cual había necesidad de 'excluir del concepto de acción sus efectos imprevisibles,
por entender que éstos no pueden considerarse obra del autor de la acción, sino obra
del azar'176 Con lo anterior, se logra superar, definitivamente, en el juicio de
responsabilidad, la aplicación tanto de la teoría de la equivalencia de condiciones, como
de la causalidad adecuada, ofreciéndose como un correctivo de la causalidad, donde
será determinante la magnitud del riesgo y su carácter permisible o no' 77.
8 Dicha tendencia es la que marcó el precedente jurisprudencial constitucional, pero
ampliando la consideración de la imputación (desde la perspectiva de la imputación
objetiva) a la posición de garante donde la exigencia del principio de proporcionalidades
necesario para considerar si cabía la adopción de medidas
razonables para prevenir la producción del daño antijurídico, y así se motivara el juicio de
imputación. Dicho juicio, en este marco, obedece sin lugar a dudas a un ejercicio de la
ponderación'79 que el juez está llamado a aplicar, de tal manera que se aplique como
máxima que: ‘Cuanto mayor sea el grado de la no satisfacción o del detrimento de un
principio, mayor debe ser la importancia de satisfacción del otro™
al daño sufrido, lo que es incorrecto. Así lo explican los comentarios al Restatement of the
Law Third, Torts: Liability for Physical and Eniotional Harm. American Law Institute, A
conciso restatement of Torts, 3’ ed., Estados Unidos, American Law Institute Publishers.
2013, p. 143.
El Restatement of the Law Third, Torts: Liability for Physical and Eniotional Harm afirma
que omite el término “legal cause" porque no tuvo mucha acogida en el vocabulario de la
responsabilidad civil. Op. cit., p. 142.
Jane, Stapleton, “Cause in Fact and the scope of liability for consequences", op. cit.
Restatement Third of Tort: A. Harms Risked by the Tortious Conduct - § 29. Limitations On
Liability For Tortious Conduct: An actor's liability is limited to those harms that result from
the risks that made the actor’s conduct tortious.
88 Felisa Baena Aramburo
South Australia Asset Management Corp v York Montague Ltd. (‘SAAMCO’) [1997] AC
191 (HL) 213.222.
El criterio de la “repetición” (que explicaremos más adelante, utilizado en el test del
“Incremento del Riesgo”, confirma la conclusión: si un médico repetidas veces permite a sus
pacientes emprender actividades que pueden acrecentar sus lesiones, ello no genera mayores
accidentes por avalanchas).
American Law Institute, A concise restatement of Torts, 3' ed., Estados Unidos, American
Law Institute Publishers, 2013, p. 144.
La causalidad en la responsabilidad civil 89
180 Overseas Tankship (UKl Lrd v Morts Dock and Engineenng Co Ltd (Wagón Mound No. 1)
[1961|
181 Palsgraf v. Long Island Railroad Co., 248 N.Y. 339, 162 N.E. 99 (1928].
La causalidad en la responsabilidad civil 91
2.3 Ventajas del test del alcance del riesgo sobre el test de la previsibilidad
La doctrina norteamericana (representada en los comentarios del
Restatement of Torts) enriende que el test de la previsibilidad es generalmente
consistente con el test del scope of the risk, pues generalmente llegan a los
mismos resultados. Esto es así porque normalmente los daños que hacen que
una conducta sea negligente son aquellos mismos que son previsibles para el
agente. Por ello, los jueces de muchos estados de Estados Unidos utilizan
todavía el clásico criterio de la previsibilidad en lugar del más reciente criterio
del scope of the risk182.
Sin embargo, los comentarios al Rcsrarmcnt of Torts plantean que es
preferible utilizar el criterio del scope of the risk que el de la previsibilidad, por
ser aquel más claro en su aplicación y en sus fundamentos 183. El criterio de la
previsibilidad tiene la indeterminación acerca de que debe ser previsto, por
quién y en que momento. Adicional mente, se afirma que el scope of the risk
funciona bien tanto casos de responsabilidades con culpa como objetivas,
mientras que el criterio de la previsibilidad parece más afín a los casos de
responsabilidad por culpa (en que la previsibilidad juega un papel en la
determinación de si el agente incurrió o no en culpa) y más exógeno a los casos
de responsabilidades sin culpa (en que la previsibilidad no hace parte del hecho
imputable)184. En los comentarios a los Restatements, se afirma, por ejemplo,
que en un caso de responsabilidad objetiva por daños causados por un animal
salvaje en que, supongamos, no hay culpa alguna del dueño porque el animal
razonablemente parecía domesticado, el scope of the risk podría ser aplicado
normalmente (y arrojaría que efectivamente hay responsabilidad), pero el test
de previsibilidad no tendría una aplicación satisfactoria, pues arrojaría que no
hay causalidad jurídica y no habría responsabilidad, dado que el daño sería
imprevisible.
Y se agrega (en los comentarios al Restatement) que un caso de res-
ponsabilidad objetiva por uso de explosivos, si una caja con explosivos se rueda
de la pila de cajas donde se encontraba y lesiona a alguien, no habría causalidad
jurídica según el scope of the risk porque el riesgo de daño por explosivos
generalmente se refiere a las lesiones causadas por la detonación de los
mismos. Ahora, si las voladuras de una mina producen
vibración y ésta es la causa fáctica de que una “mamá visón185” mate a sus crías
en una granja vecina, no habría causalidad jurídica porque esc daño no
pertenece al tipo de daños que hacen que el derecho considere que el uso de
explosivos son una actividad anormalmente peligrosa. Sin embargo, podría
configurarse una responsabilidad con culpa si se considera que el usuario de
los explosivos debía informar al dueño de la granja de viso- nes cada que fuera
a hacer una detonación para que éste pudiera tomar medidas, rales como
separar a la “madre visón" de sus crías al momento de las voladuras. En este
caso, si hubiera culpa, sí habría causalidad jurídica (tanto por el criterio del
scope of the risk como de la previsibilidad)186.
185 El visón es un animal de la familia de las martas, hurones, nutrias y comadrejas. En inglés:
“mink”.
186
Ib¡d.,p. 151.
187
lbíd.,p. 151.
La causalidad en la responsabilidad civil 93
21,4My explanación co why che law is unlikely to hold thc custodian responsiblc for all the dcaths
perpetrated by thc serial killcr throughout the rest oí his lifc is rooted in a deeper wider
argument about why prívate law will always trúncate responsibility for the consequences of
thc violación oí a norm and this has to do with the separateness of legal persons and their
identity. Tony Honoré has insightfully argued that an essential constituent of our identity as
persons is that outeomes resulting from our conduct are ascribcd to us but the pricc wc pay is
that we are sccn as responsiblc for thosc consequences. While he sccs this relationship
between identity and responsibility existing quite apart from morality or law, he does note
that “thc main role of legal liability is to reiníorce this basic outeome responsibility in somc
situations with formal sanctions such as compensación*. Now this is a compellmg notion and
certainly goes a long way to addrcss Honores concern with moral objections to strict liability.
But I would argüe the following: equally essential for our personal identity ¿s that not all thc
infinite stream of outeomes resulting from our conduct be asenbed to us. and that far from the
prive of our identity. being that we are responsiblc for all thosc consequences, its essential
for the distinctivencss of our individual identity that we are not responsiblc in this way, and
indeed we find that m neither society ñor law is the responsibility of an individual unbounded.
In other words I argüe that the central charactcristic of any form of individual responsibility
for consequences is that it is subject to attenuation and eventual extinction, reflecting the
nature of sepárate identity. This is why even in the serial killer case, the responsibility of the
custodian will be truncated at some point. Jane Stapleton, “Causes and Consequences in the
Common Law”, {conferencia inédita Universidad de Oxford. 2 mayo 2018]. Oxford, 2018,
disponible en: https:// www.law.ox.ac.uk/clarendon-law-lecture-series.consulta: noviembre
18 de 2018.
205 Weld-Blundell v Stephens [ 19201 AC 956 at 986.
94 Felisa Baena Aramburo
206
Sección 30 del Resratement oí the Law Third. Torts: Liability for Physical and Emotional
Harm. American Law Institute.
Así, por ejemplo, a las personas que son miembros de jurados en el estado de lowa, Estados
Unidos, cuya corte acogió plenamente el Resratement en lo relacionado con el Scope of
Liability; les dan la siguiente instrucción: A Scope of Liability - Defined. The plaintiff’s
claimed harm is ivithm the scope of a defendant's liability if that harm arises front the same
general types of danger that the defendant should have talten reasonahle steps for other tort
obligation] to avoid. Consider whether repetition of defendant's conduct maltes it more liltely
harm of the type plaintiff claims to have suffered tvoidd happen to another. Ifnot. the harm is
not ivithin the scope of liability Quad Cities Imury Lawyers. sitio web: Quad Cities Injury
Lawyers, disponible en: https://qciinjurylawyers.wordpress.com/2010/06/30/new-iowa-
scope-of-liability-pro- ximate-cause-jury-instructions/. consulta: diciembre 27 de 2018.
96 Felisa Baena Aramburo
toaría: (i) si rodos los dueños de supermercados dejaran las escaleras en-
jabonadas repetidamente, más y más clientes sufrirían caídas como la que
sufrió la persona en el caso en cuestión; por ende, habría responsabilidad;
y (ii) si los médicos repetidas veces autorizan negligentemente a sus pa-
cientes emprender actividades que pueden acrecentar sus lesiones, ello no
generaría mayores muertes por avalanchas; entonces, por vía de este crite-
rio, se confirma que la responsabilidad quedaría excluida. Se confirma el
resultado obtenido con el test del scope ofthe risk.
Anotamos que la similitud de este criterio anglosajón del incremento del
riesgo con el de la causalidad adecuada utilizado en el civil law es evidente.
Incluso, el ejemplo clásico que lo ilustra es similar al ejemplo clásico de la
causalidad adecuada (el tren desviado y el rayo que mata los pasajeros). Resulta
indiscutible que los criterios de normalidad y probabilidad que están en el
corazón de la causalidad adecuada son concordantes con la pregunta sobre si
actuar de X manera incrementa el riesgo de que ocurra un daño Y.
Sección 31 del Restatement oí the Law Third. Torts: Liability for Physical and Emotional
Harm. American Law Institute.
Sección 32 del Restatement oí the Law Third. Torts: Liability for Physical and Emotional
Harm. American Law Insritute.
La causalidad en la responsabilidad civil 97
El caso que dio origen a esta regla es Wagner v Inri' Ry. Co. fallado por el
Juez Cardozo. Se trataba de un caso en que una persona salió expulsada de un
tren que viajaba con puertas abiertas y su primo, una vez el tren se detuvo, salió
a rescatarlo y sufrió una lesión. El Juez Cardozo estableció que la empresa de
trenes era responsable bajo la idea de que el peligro invita al rescate: “Danger
invites res cz/e". Afirmó, a modo de ejemplo, q//e el responsable de dejar un
hueco en un puente debe responder no solo por el niño que se cae sino por las
lesiones que sufre su padre, quien sale a rescatarlo 111 **.
La regla ya decantada en la jurisprudencia y reconocida en el Restatement
consiste entonces en que si el agente causa un daño ilícito a otro, en su
propiedad o de cualquier tipo, el alcance de su responsabilidad comprende los
daños causados a aquella persona que resulte dañada en su esfuerzo por ayudar
o proteger a la persona lesionada, siempre que el daño resulte de un riesgo
inherente al esfuerzo de proveer ayuda191.
Un interesante análisis del caso Wagner y del razonamiento del Juez
Cardozo en esa sentencia, fue publicado recientemente por Kenneth S.
Abraham y Ted Whitc192 en los Estados Unidos. Los autores plantean que ese
fallo se basa realmente en el concepto de la “relac tonalidad del riesgo"
(relationality of risk), noción que, según ellos, es mucho más importante que
la de la secuencia “natural y probable" entre el hecho imputable y el daño. Así
lo explica también el destacado autor norteamericano Benjamín Zipurski en un
comentario que publicó respecto de dicho artículo en marzo del 2019193. Estos
recientes pronunciamientos muestran que la doctrina del rcscatista, lejos de
estar olvidada, está siendo estudiada nuevamente con gran interés por la
doctrina norteamericana en la actualidad.
"the risk of resaie, if only ¡t be not ¡cantón, ¡s born of thc occasion” (...) "tbc State
that leaves an opening tn a bndgc is hable to the child that falls tuto the stream, bul Hable
also to the parent who phinges to its aid" Wagner v Inri’ Rv. Co., 133 N.E. 437 (N.Y. 1921)
Estos casos comparten cierta similutud con aquellos discutidos en materia de “influencia
psicológica leve", referidos en la sección 6.1 del capítulo 1 del presente escrito. Abraham
Kenneth S. y Edward White G., “Recovering Wagner v. International Railway Company",
Tauro Latu Revieu\ Nueva York, Vol. 34, No. 1, artículo 8, 2018, disponible en
https://digitalcommons.tourolaw.cdu/lawreview/vol34/issl/8. Benjamín C. Zipursky,
“Cardozo’s great proximate cause decisión?" sitio web: Torts Jotwell [marzo 28 de 2019],
disponible en: https://torts.jotwell.com/cardozos-great- proximate-cause-decision/ Consulta:
marzo 28 de 2018.
98 Felisa Baena Aramburo
2.6.4 Agravación del daño (aún negligente) causada por alguien que le presta
asistencia médica o ayuda de cualquier tipo a la víctima 215
Sección 35 del Resratement oí the Law Third. Torrs: Liability for Physical and Emotional
Harm. American Law Insrinite.
La causalidad en la responsabilidad civil 99
Sección 33 del Restatement of the Law Third. Torts: Liability for Physical and Emotional
Harm. American Law Insritute.
La causalidad en la responsabilidad civil 101
21 Tsachi Keren-Paz, “Liability for Consequences. Duty of Care and the Limited Relevance of
Specific Reliance: New Insights on Bhamra v Dubb (2016)”, Journal of Professional
Negligente, Remo Unido, vol. 32. pp. 48-65,2016.
102 Felisa Baena Aramburo
197 The Heron II (Kaufos v. C. Czamikow, Ltd.) [1967) 3 All. E.R. 686.
198 John Grimes Partnership Ltd v Gubbins [2013] EWCA Civ 37,5.
199 Transfield Shipping Inc v Mercator Shipping Inc [2008] UKHL 48 (The Achilleas)
104 Felisa Baena Aramburo
200 Supershield Ltd v Siemens Building Technologies FE Ltd [2010] EWCA Civ 7, Rubenstein
v HSBC Bank pie [2012] EWCA Civ 1184, John Grimes Partnership Ltd v Gubbins [2013]
EWCA Civ 37.
201 Supershield Ltd v Siemens Building Technologies FE Ltd [20101 EWCA Civ 7.
202 John Grimes Partnership Ltd v Gubbins [2013] EWCA Civ 37,5.
La causalidad en la responsabilidad civil 105
casos en que se concluya que los perjuicios son previsibles pero que, no
obstante lo anterior, son perjuicios que definitivamente el deudor no asumió
tácitamente responsabilidad por su causación, tal como en el caso Achilleas. O
incluso, puede haber casos en que los perjuicios causados sean muy
improbables, hasta el punto de ser imprevisibles, pero que aún así se concluya
que el deudor asumió responsabilidad por ellos (como en el caso Supershield).
En estos casos se debe dejar de lado el test estándar y aplicar el test de la
asunción implícita de responsabilidad.
Sin embargo, si no hay evidencia en un caso concreto de que hay un
entendimiento comercial o circunstancia especial que permita concluir que el
deudor no asumió responsabilidad por un determinado perjuicio, debe aplicarse
el test estándar de previsibilidad (Hadley). Así lo estableció el caso John
Grimes Partnership Ltd v Gubbins203, ya mencionado arriba, en el cual se
consideró que no hay razón para considerar que en el sector inmobiliario no se
asuma la responsabilidad por pérdidas por la caída de precios del mercado en
caso de mora en la entrega de estudios técnicos.
Este caso, de 1996, a pesar de ser muy anterior al caso Achilleas (que es
del 2008), es considerado el germen del test de la asunción implícita de
responsabilidad que se configuró en el caso Achilleas. Y ha sido incluso
utilizado para ilustrar el test del scope of the risk en materia extracontractual,
por lo que se cita usualmente, también, como precedente para casos de tort
(extracontractuales).
205
Section31:
PREEXISTENTCONDITIONS AND UNFORESEEABLE HARM.
When an actor$ tortious conduct causes barnt to a person tbat, because of a preexis- ting
pbysical or mental condition or other cbaracteristics ofthe person, is of a greater magnitud?
or different type tban might reasonably be expected, tbe actor is neuertbe- less subject to
liability for all sucb barm to tbe person.
108 Felisa Baena Aramburo
“Extent oí harm. If the type oí harm that occurs is within the scope oí the risk, the defendant
is liable for all such harm caused, regardless oí its extent. Even when a foreseeability standard
is employed for scope of Iiability, the fact that the actor neither foresaw ñor should have
foreseen the extern of the harm caused by the tortious con- duct does not affect the actor’s
iiability for the harm. One of the primary applications of this rule occurs when the injured
person has a preexisting condition creating an unusual susceptibility. In some such cases, the
extent of the harm is unforeseeabie; the actor is nevertheless subject to iiability for the full
extent of the harm". American Law Institute, op. cit., p. 153.
La causalidad en la responsabilidad civil 109
“The risk standard would produce this result in any case, but in jurisdicrions that employ a
foreseeability test, this Section and Comment foreclose an argument that the extent of
damages suffered was unforeseeable”. Ibíd. p. 157.
110 Felisa Baena Aramburo
Athey v. Leonati, [1996] 3 S.C.R. 458 (caso canadiense) “The defendant need not put the
plaintiff in a position better than his or her original position. The defendant is hable for the
injuries caused, even if they are extreme, but need not compénsate the plaintiff for any
debilitanng effeets oí the pre-existing condition which the plaintiff would have experienced
anyway. The defendant is hable for the additional damage but not the pre-existing damage”.
2
" Shaiu v. Clark iBCSC 1986), 11 BCLR (2d) 46 “The distinction between a thin skull case and a
crumbling skull case is that m the (thin skull), the skull. although thinner than the a verage
skull, is in a stable condition before the accident and, but for the acci- dent, would have
remained so. The (crumbling skull) is where the skull. whether thick or thin, is not in a stable
condition before the accident but in a State of continuing deteriorar ion which the accident
has merely accelerated. In the (crumbling skull), the Defendant is not to be held responsible
for the whole of the post-accident condition of the skull. The Defendant’s actions are not to
be treated as having been the solé cause of the entire post-accident condition of the Plaintiff.
The Defendant’s actions are viewed as merely an aggravating cause. Depending upon the
circumstances, the degree of aggravation may range from very substantial to ven’ slight”.
La causalidad en la responsabilidad civil 111
2,4 Paul Apostolis/Gwenette Vetuz, “Collision Damages - Does the Eggshell Skull Rule apply in
collisions between ships?”. sitio web Sea Transporta disponible en: http://
seatransport.org/seaview_doc/SV_88/law°o20colomn%20-%20Seaview%20
Article7o20Egg%20Shell%20Collision.pdt.
208
The Fedra [2002] 1 Lioyds Rep. 453.
209
McColl v Dionisatos [20021NSWSC 276.
112 Felisa Baena Aramburo
237
238
239
213 Benn v. Thomas. 512 N.W.2d 537, 1994 lowa Sup. LEXIS 35 (lowa Feb. 23, 1994)
214 Nader v Urban Transir Authority oí NSW (1985)2 NSWLR 501.
114 Felisa Baena Aramburo
Sin embargo, en los comentarios a los PETL 215 216 se afirma que en casos
de resultados atípicos por vulnerabilidad de la víctima en materia de daños
corporales sí habría causalidad y responsabilidad con base en el criterio de “la
naturaleza y el valor del interés protegido" que es el segundo criterio (litera b)
del artículo de la causalidad jurídica (“alcance de la responsabilidad" —Art.
3:201—), el cual, a su vez, remite al Art. 2:102, en el cual se establece que el
daño corporal merece una protección más intensa:
“La naturaleza y el valor del interés protegido se refiere al Art. 2:101. En dicho articulo
hemos previsto una especie de jerarquía de intereses. No hace falta insistir en que
cuanto más valor se atribuya a un interés, más amplio será el alcance de la imputación
como norma general. La regla de la predisposición de la víctima (thin-skull rule) puede
servir como un ejemplo, pues está reconocida en (casi) todos los ordenamientos
jurídicos^.
“Los partidarios de esta teorías distinguen entre las condiciones que han causado el
evento de manera fortuita y los que están unidos o ese evento por una relación
adecuada.
Un ejemplo es citado a este respecto por todos los autores:
“A le da a B un golpe en la cabeza, insuficiente para provocar una lesión en un ser
normal. Pero ocurre que B está afectado por una debilidad congénita de los huesos del
cráneo y ese golpe leve basta para matarlo. El resultado se produjo, pues, pese a que
el acto que ha sido la condición de ello, no debía normalmente tener semejante defecto.
La teoría de la causalidad adecuada conducirá a considerar la debilidad particular de
los huesos del cráneo de B como un evento excepcional, y a considerar desde luego
que el acto de A no es la causa del daño porque esta consecuencia no era previsible.
Por el contrario, si se hubiera tratado de un niño. A habría podido prever semejante
debilidad y su acto habría sido considerado como la causa adecuada de la muerte del
niño".
Es decir, si se plantea, como en EEUU, que lo que debe ser previsible para
el agente (o para un agente razonable) no es el daño mismo sino “e/ tipo general
de daño”, y que se es responsable por la extensión aún imprevisible de éste (o
de los perjuicios extendidos que este cause), se lograría un régimen (como el
norteamericano) en el que hay responsabilidad en los casos cáscara de huevo.
Tendría que deformarse un poco el test de la causalidad adecuada para
formular en forma tan amplia el “tipo de daño” que todo quepa allí, y, en
apariencia, se respete la regla general. Por ejemplo, se trataría de plantear que
pegar una parada a alguien puede causar una “afectación corporal cualquiera”,
y allí cabrá incluso la muerte como una extensión de esc daño.
Otra posibilidad sería simplemente aceptar abiertamente que, por ejemplo,
en casos de daños corporales se hará una excepción a la regla y habrá
responsabilidad por daños imprevisibles, por perjuicios imprevisibles y por su
extensión imprevisible. Esta excepción podría fundamentarse, como en los
PETL, en tipo de interés protegido (integridad corporal). Y habría que analizar
si debería también extenderse este tratamiento a los daños materiales de
magnitud imprevisible.
También debe estudiarse si debería darse un tratamiento especial, con un
ámbito de causalidad jurídica más amplio (extendido a daños imprevisibles), a
todos los casos de daños causados con dolo o culpa grave en la responsabilidad
extracontractual, tal como ocurre en el common latw y lo establece el
Restatcment Third.
En Colombia, la jurisprudencia deja entrever la intención de permitir un
tratamiento especial para ciertos casos de resultados atípicos. Nuestra Corte
Suprema afirma que si bien los resultados atípicos normalmente quedan
excluidos por la teoría de la causalidad adecuada, parece sugerir que nada obsta
para que en casos raros de resultados atípicos, en que normalmente no hay
causalidad, se puedan tener en cuenta “circunstancias azarosas” y se establezca
la causalidad dejando de lado las reglas de la experiencia y aplicando “la lógica
de lo razonable”, teniendo en cuenta que existe un esquema conceptual de
“gran elasticidad” que puede ser aprovechado por el juez.
Así lo estableció la CSJ218:
CSj. Sala Civil. 26 de septiembre de 2002. M.P. Jorge Santos Ballesteros. Exp. 6878.
Reiterada en sentencia del 9 de diciembre de 2013 (CSJ. Sala Civil. 9 de diciembre de 2003.
M.P. Ariel Salazar. Rad. 88001-31-03-001-2002-00099-01)
La causalidad en la responsabilidad civil 117
220
lbíd.,p. 100.
La causalidad en la responsabilidad civil 121
221 Miqucl Martín Casals. Una primera aproximación a los “Principios de Derecho europeo de
la responsabilidad civil". Observaron de dret privar europea i comparar Universitat de Girona.
284. BARCELONA, MAYO DE 2005 http://www.indret.com/ pdfZ284_es.pdf.
222 Sergio Rojas y Juan Diego iMojica, De la causalidad adecuada a la imputación objetiva en
la responsabilidad civil colombiana. 129 Vniversitas. 187-235 (20141. htrp://
dx.doi.org/10.11144/Javeriana.VJ129. caio; Sergio Rojas y Juan Diego Mojica, La
Imputación Objetiva en la Responsabilidad Civil. Revista IARCE. N° 39,2017.
122 Felisa Baena Aramburo
Diego Lur.ón Peña, “La imputación objetiva como elemento del tipo del delito” ¡conferencia
inédita], disponible en: https://www.youtube.com/watchPvsZm8P5LBxEnU, consulta:
diciembre 27 de 2018.
Aramburo Calle, Maximiliano: “Responsabilidad civil y riesgo en Colombia: Apuntes para
el desarrollo de la teoría del nesgo en el siglo XXI”. Revista Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas Universidad Pontificia Bohvariana, Medellín. No. 108, 2008, pp. 15-51.
Antonio Fernández Crende y Pablo Salvador Coderch, “Causalidad y responsabilidad”,
Indret Revista para el análisis del derecho, sirio web: Indret, disponible en:
http://www.indret.com/pdf/329es.pdf, consulta: noviembre 25 de 2018.
La causalidad en la responsabilidad civil 123
El ejemplo de los PETL (criterio “d” del artículo 3:201), que ya men-
cionamos, ilustra cómo funciona. Lo reiteramos: una persona es víctima de un
accidente de tránsito, sufre lesiones leves y demanda al responsable que causó
el accidente en forma negligente. A los dos días decide consultar a su médico
y lo atropella un vehículo camino a la cita médica. El segundo accidente, según
los comentarios de los PETL, puede considerarse una consecuencia de los
riesgos ordinarios de la vida, en la medida en que “todo el mundo corre el riesgo
de verse envuelto en un accidente”. El segundo accidente no se consideraría
causado jurídicamente por el responsable del primer accidente, a pesar de haber
causalidad sitie qua non: si no hubiera ocurrido el primer accidente, la víctima
no habría tenido que ir a consultar al médico y no habría resultado atropellada
por segunda vez.
Salvador Coderch y Fernández Crende plantean que el argumento de texto
que mejor permite aplicar la doctrina del riesgo permitido es el artículo 141.1
de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento, según el cual "¡sjólo serán indemnizares las lesiones
producidas al particular provenientes de daños que éste no tenga el deber
jurídico de soportar de acuerdo con la Ley"154.
Este artículo es el equivalente a nuestro artículo 90 de la Constitución
Política de Colombia, aunado a la interpretación jurisprudencial que explica el
daño antijurídico como aquel que la víctima no tenía el deber de soportar.
La asimilación del riesgo general de vida al daño que la persona sí tiene el
deber de soportar (por oposición a aquel que no está en deber de soportar) es
interesante y amerita mayor estudio y desarrollo, pero ello excede el propósito
del presente artículo.
En cuanto a casos y ejemplos, estos autores plantean dos sentencias en las
cuales se aplicó este criterio en la jurisprudencia española:
- "El caso de lo STS, 3a, 29.10.1998 (Ar. 8421) es ilustrativo: un joven que se arrojó
al mar desde un rompeolas murió ahogado. Su madre pretendió responsabilizar a la
Junta de Cantabria por no haber señalizado el lugar como peligroso. En vano: el mar
siempre lo es y no es razonable señalizar toda la costa.
- Parecidamente, la STS, 3a. 8.4.2003 (Ar. 3683) resuelve un caso en el que una
viandante sufrió daños en sus rodillas al golpearse contra un muro a causa de un fuerte
golpe de mar que superó el Muro de San Lorenzo del paseo marítimo de Gijón
(Asturias). El Tribunal Supremo desestimó las pretensiones de la actora
sirviéndose de los criterios del riesgo general de la vida y de la asunción de riesgos por
parte de la víctima, pues, debido al temporal, la policía municipal había cortado el tráfico
en el paseo marítimo y había advertido a los viandantes de que tuvieran cuidado al
transitar por la zona. El Tribunal afirmó literalmente: “no hay base legal ni jurisprudencial
que permita sostener que. al introducir en nuestro ordenamiento la regla de la
responsabilidad extracontractual y objetiva de los poderes públicos, se hoya querido
convertir a los mismos en aseguradores universales, ni hacerlos responsables de las
imprudencias de los particulares" (F.D. 3o)™.
2t>0
261
262
5.6 La provocación
Fernández Crende y Salvador Coderch lo explican así:
Kenneth W. Simons y Laureo Klosinski, “Assumption of Risk and Consenr in the Twenty-
First Century" [conferencia inédita, noviembre 6 de 2018, Universidad UC1, Irvinj,
California, 2018, disponible en: http:ZAvww.thealiadviser.org/intentional-torts- persons-
restatement/assumption-of-nsk-and-consent-in-the-twenty-first-century/, consulta:
diciembre 30 de 2018.
130 Felisa Baena Aramburo
“Permite imputar los daños sufridos por una persona, o causados por ésta a un tercero,
en el intento de salvar su vida, su integridad física o sus bienes, o la vida, integridad
física o bienes de un tercero, al que culpablemente creó la situación de peligro cierto
sobre los bienes jurídicos mencionados (PANTALEÓN (1993)). Este criterio de
imputación objetiva adquiere plena relevancia en el ámbito del derecho penal en
relación con los daños provocados durante el intento de proteger los bienes jurídicos
puestos en peligro por el presunto culpable cuya conducta está tipificada como delito o
falta en el Código Penar26*
Vemos que este criterio se refiere tanto a (i) daños causados a sí mismo por
quien intenta salvar su integridad o la de un tercero, como a (ii) daños que la
persona causa a terceros intentando salvar su integridad o la de terceros.
(i) Si el daño lo sufre la misma persona en el intento de salvar su vida o la
de terceros, estamos ante un caso similar al de la doctrina del rescatista
en el common latu”1(t\ En efecto, el Rcstatemcnt Third ofTorts reguló
en su artículo 32 la situación de las personas que, ayudando a una
víctima de un hecho imputable, sufren un daño.
En el caso Wagner v Inri' Ry. Co. fallado por el juez Cardozo, una
persona salió expulsada de un tren que viajaba con puertas abiertas y
su primo, una vez el tren se detuvo, salió a rescatarlo y sufrió una
lesión. El Juez Cardozo estableció que la empresa de trenes era
responsable. Afirmó, a modo de ejemplo, que el responsable de dejar
un hueco en un puente debe responder no solo por el niño que se cae
sino por las lesiones que sufre su padre, quien sale a rescatarlo 170”.
Esta regla, reconocida en el Rcstatemcnt consiste en que si el agente
causa un daño ilícito a otro, en su propiedad o de cualquier tipo, el
alcance de su responsabilidad comprende los daños causados a aquella
persona que resulte dañada en su esfuerzo por
Estos casos comparten cierta similitud con aquellos discutidos en materia de “influencia
psicológica leve”, referidos en la sección 6.1 del presente escrito.
132 Felisa Baena Aramburo
de ellos escoge la mejor estrategia posible, dadas las estrategias adoptadas por el
resto"236.
236
Ibid., p. 15.
La causalidad en la responsabilidad civil 133
273 CSJ, Cas. Civ., 12 de enero de 2018, M.P. Ariel Salazar, Rad. 11001-31-03-027-2010-00578-01.
24 Juan Antonio García Amado, “La imputación objetiva en el derecho civil y penal” [conferencia
inédita, enero 20,20161. disponible en: https://legis.pe/garcia-amado-la- imputacion-
objetiva-en-el-derecho-civil-y-penal/, consulta: diciembre 27 de 2018.
238 5 “La tesis o, mejor dicho, hipótesis que arriesgaré es la siguiente: ese criterio último o
Dejamos planteado este tema, advirtiendo que, sin duda, amerita un análisis
profundo para evaluar su verdadero impacto y utilidad en el mundo de la
causalidad jurídica, pues las reflexiones aquí planteadas son apenas
aproximaciones preliminares.
CONCLUSIONES CAPÍTULO II
1. Todos los sistemas jurídicos establecen criterios normativos para poner
límites al alcance de la responsabilidad civil, en tal forma que no rodos
los daños que fueron causados fácticamente por el demandado sean
considerados causa jurídica del mismo.
2. Los países del common law utilizan el sistema del scope of the risk,
complementado con otros interesantes criterios, y los sistemas del civil
law utilizan principalmente la teoría de la causalidad adecuada.
Tanto en el civil law como en el connnon law, el criterio de la pre-
visibilidad está inmerso en el análisis del alcance de la responsabilidad
y es esencial porque permite excluir de la esfera de responsabilidad del
agente aquellos daños que este no tenía cómo anticipar que ocurrirían.
En el connnon law este criterio está representado por el caso
Wagonmound y por el caso Palsgraf, y en el civil law este criterio hace
parte del test ontológico de la causalidad adecuada: el hecho ilícito se
describe con base en lo que un agente prudente podía prever.
3. En el connnon law y en los PETL se ha planteado que dentro del
alcance de la responsabilidad quedan comprendidos los daños cor-
porales imprevisibles sufridos por la víctima, especialmente cuando
tiene una vulnerabilidad o predisposición especial. Esta regla se llama
la “egg-shell skull rule”. En el connnon law se afirma que
o tiende a asignarse al sujeto que tiene lo que denominaré el dominio del hecho o control de
la situación. Los criterios de imputación se estructuran y operan al servicio de ese propósito
último y desde él ganan su coherencia sistemática y jurídico-política. Tal vez expresado de
modo más abarcador, la responsabilidad por el daño se atribuye al sujeto que tiene el dominio
del hecho, mientras que de la responsabilidad se exonera al que no tiene tal dominio, bien
porque ese dominio lo adquiere otro, bien porque el control sobre el hecho se pierde debido
a tactores no dependientes de ningún sujeto, como ocurre, por ejemplo, en los casos de fuerza
mayor” Juan Antonio García Amado, “¿Es objetiva la imputación objetiva en Derecho de
daños?" |Blog Dura Lex, Io de marzo de 20131, disponible en:
http://garciamado.blogspot.com/2013/03/es- objetiva-la-imputacion-objetiva-en.html,
consulta: diciembre 27 de 2018.
La causalidad en la responsabilidad civil 135
https://digitalcommons.tourolaw.edu/lawreview/vol34/ issl/8.
139 Felisa Baena Aramburo
Keren-Paz, Tsachi, “Liability for Consequences, Duty of Care and rhe Limited
Relevance of Specific Reliante: New Insights on Bhamra v Dubb (2016)”,
Journal of Professional Negligence, Reino Unido, vol. 32.
Koziol, Helmut; ed., Basic Questions of Tort Law from a Comparative
Perspective, Austria, Jan Sramek Verlag, 2015.
Le Tourneau, Philippe. La responsabilidad civil, Bogotá, Legis Editores, 2010.
Lunney, Mark y Oliphant, Ken, Tort Law: Text and Materials, Nueva York,
Oxford University Press, 2010.
Luzón Peña, Diego, “La imputación objetiva como elemento del tipo del de-
lito” [conferencia inédita], disponible en: https://www.youtube.com/
watch?v=Zm8P5LBxEnU, consulta: diciembre 27 de 2018.
Mackie, J. L., “Causes and Conditions”, American Philosophical Quarterly, 2
(4), pp. 245-264.
Markesinis, Basil S; Unberath, Hanes; Johnston, Angus; The Germán Law of
Contract: A Comparative Treatisc, Segunda Edición, Estados Unidos, Hart
Publishing, 2006.
Martín Casals, Miquel (Coord), Principios de Derecho Europeo de la
Responsabilidad Civil, Texto y Comentario. Pamplona: Aranzadi, 2008.
Martín-Casals, Miquel y Papayanis, Diego M., Uncertain Causation in Tort
Law, Cambridge, Cambridge University Press, 2016.
Moore, Micha el S., Causation and Responsibihty: An Essay in Law, Moráis
and Methaphysics, Nueva York, Oxford University Press, 2010.
Pantaleón Prieto, Fernando. Causalidad e imputación objetiva: criterios de im-
putación objetiva, Centenario del Código Civil, Asociación de Profesores
de Derecho Civil, t. II, Madrid, Centro de Estudios Ramón Arces.
“Rethinking Actual Causation in Tort Law”, sitio web: Harvard Law Review
¡junio 10 de 2017), 130 Han-. L. Rev. 2163, disponible en:
https://harvardlawrc- view.org/20l7/06/rethinking-actual-causation-in-tort-
law/
Rojas Quiñones, Sergio y Mojica, Juan Diego, “De la causalidad adecuada a la
imputación objetiva en la responsabilidad civil colombiana”, Vniversitas,
Bogotá, núm. 129,2014.
Rojas Quiñones, Sergio y Mojica, Juan Diego, “La Imputación Objetiva en la
Responsabilidad Civil”, Revista 1ARCE, núm. 39,2017.
Rojas Quiñones, Sergio, “Responsabilidad sin causalidad: fallos y fallas de la
jurisprudencia de casación civil” [conferencia inédita - Tertulia IARCE, 5
de abril de 2018), Medellín, 2018.
Rojas Quiñones, Sergio, “Responsabilidad sin Causalidad”, sitio web: Ambito
Jurídico [24 de abril de 2018], disponible en: https-J/www.ambitojuridico.
com/noticias/analisis-jurisprudencial/educacion-y-cultura/responsabilidad-
sin-causalidad, consulta: enero 2 de 2018.
La causalidad en la responsabilidad civil 140
https://torts.jotwell.com/ cardozos-great-proximate-cause-decision/
Consulta: marzo 28 de 2018.
JURISPRUDENCIA
• Corte Suprema de Justicia, Sala Civil, Colombia
- CSJ. Cas. Civ., 30 de abril de 1976. T. CKI1. N". 2393.
- CSJ. Cas. Civ., 17 de mayo de 1982. T. CLXV. N°. 2406.
- CSJ. Cas. Civ., 25 de febrero de 1942. GJ. N°. 1983.
- CSJ. Cas. Civ., 8 de octubre 1992. GJ. T. CCXIX. N°. 2458.
- CSJ. Cas. Civ., 26 de septiembre de 2002, M.P. Jorge Santos
Ballesteros, Exp. 6878.
- CSJ. Cas. Civ., 9 de diciembre de 2003, M.P. Ariel Salazar. Rad. 8
8001 -31 -03-001 -2002-00099-01.
- CSJ. Cas. Civ., 30 de septiembre de 2016, M.P. Ariel Salazar. Rad.
05001 -31 -03-003-2005-00174-01.
- CSJ, Cas. Civ., 12 de enero de 2018, M.P. Ariel Salazar, Rad. 11001-
31-03-027-2010-00578-01.
- CSJ. Cas. Civ. 17 de noviembre de 2011, M.P. William Ñamen Vargas,
Exp. 11001-3103-018-1999-00533-01.
- CSJ. Cas. Civ., 14 de noviembre de 2008, M.P. Pedro Octavio Mimar
Cadena. Rad. No. 70001 3103 004 1999 00403 01.
- CSJ. Cas Civ., 17 de septiembre de 1935. “G.J.”, t. XLI1I.
- C.S.J., Cas. Civ., 1° de septiembre de 1960. “G.J.”, t. XC1II.
Casos de Canadá
- Athey v. Leonati, [1996] 3 S.C.R. 458.
- Cook v. Lewis [1951] S.C.R. 830.
Casos de Francia
- Corte de Casación, 13 marzo de 1975. Bull. Civ. II, no. 88.
- Corte de Casación, 13 de marzo de 1975. Bull. Civ. II, no. 88.
- Corte de Casación, 15 de diciembre de 1980.
La causalidad en la responsabilidad civil 143
Casos de Alemania
- Oberster Gerichtshof, 23 December 1908, Rv VI 308/8.
- Bundesgerichtshof, 22 ¡un. 1976, VI ZR 100/75.
- OLG Neustadt, 20 dic. 1957,2 U 135/57.
- Bundesgerichtshof, 22 nov. 1971, III ZR 112/69.
- Bundesgerichtshof, 10 may. 1960, VI ZR 35/59. BGHZ 32,280.
- Bundesgerichtshof, 6 nov. 1979, VI ZR 254/77 BGHZ 75,230. Casos
de Grecia
Casos de Italia
- Corte de Casación de Italia, 22 feb. 2000, no. 1967.
Casos de España
- Tribunal Supremo, 19 junio 1980 (RJ 1980,2410).
Casos de Holanda
- Hoge Raad, 9 oct. 1992.
Casos de Australia
- Nader v Urban Transir Authoríty of NSW (1985) 2 NSW1.R 501.
- McColl v Dionisatos |2002| NSWSC 276.
Suscríbete a nuestro servicio de base de datos jurídica y tendrás
acceso a todos los documentos de Legislación, Doctrina,
Jurisprudencia, Formularios. Esquemas. Consultas o Voces, y a
muchas herramientas útiles para el jurista:
www.tirantonline.com