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EL ESPACIO VACÍO - PETER BROOK

El libro empieza hablando sobre el teatro mortal y explica cosas interesantes, ya que se
refiere al teatro mortal, al tipo de teatro que cualquier persona puede hacer y en cualquier
lugar, un teatro engañoso, ese que el público ve para entretenerse de formas fácil o sin
entrar en debate con sus pensamientos.

Peter Brook analiza cómo desde un lugar sin una gran producción, se pueden lograr
muchas cosas y así un teatro de calidad, un teatro vivo. Peter estudia a Shakespeare y se
apodera de él entendiendo los temas que abarca y llega a la conclusión de que no existe un
auténtico teatro de diversión.

En Francia observa el tipo de teatro que se realiza y se da cuenta que una obra triunfa por
su regularidad, consistencia y terquedad, y no tanto por su pesadez. Muchas obras fueron
vistas por abordar temas controversiales en la sociedad y que no eran expuestos como tal,
ya que muchas cosas las relacionaban con el deber y lo moral. También realizaba un teatro
tradicional en el que lo más importante es la voz y los ademanes.

Recalca que un teatro vivo es un ensayo que pone a prueba lo que sucedió un día anterior,
ya que a diferencia de un teatro mortal, este utiliza el happening, es una acción en tiempo
real que puede entenderse como improvisación, sin embargo, de eso depende si fracasa o
triunfa la obra.

Explica que el público tiene uno de los papeles más importantes para hacer teatro, ya que el
público es quien elige qué tipo de presentaciones quiere consumir y de eso también
depende qué tipo de teatro tiene más popularidad. Además comenta que no siempre el
público debe aplaudir, el silencio muchas veces es necesario y es bueno.

Después Peter introduce a Barry Jackson, un actor inglés que buscaba valores y principios
auténticos, además estaba dentro de una lista de las personas que celebraban a
Shakespeare, a lo cual reflexiona diciendo: “No sabemos cómo celebrar ya que no sabemos
qué celebrar”. Y hoy en día muchas veces no sabemos cómo celebrar a alguien en su
cumpleaños por ejemplo, porque no hay un motivo como tal.

También menciona a Antoine Artaud quien deseaba que el público se entregara por
completo a lo que sucedía en el escenario, que se dejara, amar, violar, soltarse por
completo, sacudirse y dejar que le hicieran lo que quisieran para posteriormente llegar a un
estado de calma total y poder aceptar lo que sigue con una nueva energía.

Además Antoine expresaba que el actor debe mostrarle una idea invisible al público y éste
tenía que entenderlo a la perfección por medio de acciones y no de emociones
apasionantes nada más, lamentablemente no logró transmitir por completo estas ideas,
porque la gente seguía consumiendo un teatro fácil y no se atrevía o no se atreve a ir más
allá, a explorar un teatro duro, sagrado, obstinado, sangriento, controversial, vivo.
Peter también habla sobre un teatro sagrado tradicional y uno moderno, el sagrado indica
que la idea invisible se puede hacer visible por condiciones relacionadas al estado de
ánimo.

Gracias a todo este análisis, podemos entender que los dos teatros son buenos, los dos
tienen su chiste y son válidos, los dos van a tener un público correspondiente y serán
apreciados, pero para poder hacer un buen trabajo, el actor se debe entrenar y debe ser
disciplinado en su trabajo, entregarse con amor y genuidad, comprender que el público es
una herramienta necesaria y poderosa y que se deben tener buenos valores y principios.

En muchas ocasiones nos olvidamos de jugar en el escenario y entregarnos por completo a


él, y es muy cierto lo que Peter plantea, en un espacio vacío podemos crear magia, existen
muchas posibilidades para hacer una historia concisa y con un mensaje claro sin necesidad
de algún objeto extra, nuestra voz, expresiones, actitud y compromiso son suficientes para
pararse frente a un público y contarle una historia.

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