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Otón III del Sacro Imperio Romano

Germánico
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Otón III

Emperador del Sacro Imperio


Otón III.

Reinado

996–1002

Predecesor Otón II

Sucesor Enrique II

Información personal

Nacimiento 980
Kessel, Sacro Imperio Romano Germánico

Fallecimiento 23 de enero de 1002


Paterno, Salerno

Sepultura Catedral de Aquisgrán

Familia

Dinastía Sajona

Padre Otón II

Madre Teófano

Regente Teófano
Adelaida

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Otón III (julio de 980-23 de enero de 1002)1 fue el tercer emperador del Sacro
Imperio Romano Germánico perteneciente al linaje de los Otones. Tras la
derrota de Cabo Colonna (también conocida como Batalla de Stilo), su padre el
emperador Otón II convocó a los magnates alemanes e italianos a una Dieta
extraordinaria en Verona, en junio de 983, para elegirlo como su sucesor.2
El emperador niño[editar]
Fue coronado rey de Alemania y ungido en Aquisgrán el 25 de diciembre de
983, poco después de la muerte de su padre (el 7 de diciembre), cuando tenía
tan solo tres años. El primo segundo de Otón II, que había sido duque de
Baviera, Enrique II “El Disputador”, secuestró al niño con la intención de ejercer
la regencia, y llegó a ser reconocido como rey en zonas importantes de
Sajonia.3 Sin embargo, se vio obligado a entregar al niño a las llamadas
"imperiales señoras".4Notas 1 Después se constituyó un consejo donde su abuela
paterna, Adelaida de Borgoña, y el arzobispo Willigis tuvieron un mayor peso.
En el 995 es declarado mayor de edad, y logra así la plena potestad del poder.5
Soberano del Imperio[editar]
Coronación del emperador Otón III del Sacro
Imperio Romano Germánico.
El nuevo monarca, influido por las tradiciones que le transmitió su madre, y por
la educación de su tutor el arzobispo de Reims, Gerbert d'Aurillac
(posteriormente elegido papa, con el nombre de Silvestre II), y el obispo
Bernardo de Hildesheim entre otros, pretendió dejar a un lado la política
heredada por su padre y por su abuelo y se marcó como objetivo recuperar el
esplendor existente en el antiguo Imperio romano, esto es, efectuar
la Renovatio Imperii Romanorum,6 proclamando su instauración mediante una
bula papal.7 El Imperio había sido restaurado, y su centro se instauró en Roma,
a donde se traslada Otón III tras un breve periodo en Alemania. A este
respecto, Indro Montanelli y Roberto Gervaso señalan que "se hacía llamar
emperador de los romanos, cónsul y senador (...) Se vestía como el basileus,
se rodeaba de eunucos, imponía a la corte la liturgia de un protocolo bastante
complicado, comía a solas, sentado en su trono, y quería que fuesen los nobles
romanos quienes le sirvieran. Gerberto le había enseñado el griego y el latín,
que sustituyeron al alemán como idioma oficial del Imperio (...).8 Como afirman
otras fuentes,9 "[l]os carolingios y los otonianos crearon la impresión de una
cultura dominante, determinada por Roma y por la Biblia".
Es preciso recordar que el objetivo fundamental de la política de sus
antecesores Otón I y Otón II consistía en consolidar su poder en las tres
grandes regiones del Imperio: Renania, Italia Septentrional y Sajonia, si bien es
cierto que controlaban parte del territorio de la Francia Oriental, que había
pertenecido al Imperio Carolingio.10 Asimismo, emprendieron una política
expansionista hacia el este de Europa: Bohemia, Polonia, Hungría, etc.,
territorios que son convertidos al cristianismo.11 El s. X se enmarca en el
período histórico conocido como las Segundas Invasiones. Otón I había
frenado las incursiones de los húngaros, obodritas y otros pueblos eslavos. Sin
embargo, la derrota de Otón II en Cabo Colonna (expansión musulmana) frente
a los sarracenos, que ya hemos mencionado más arriba, coincidió con los
avances de los pueblos eslavos, lo que supuso la ralentización de los
emperadores a finales del s. X.12
Por otro lado, aparte de las invasiones de otros pueblos, tanto Otón
I como Otón II tuvieron que hacer frente a los señores alemanes "(...)
derrotándolos en batallas, deponiéndolos y reemplazándolos por sus propios
parientes".13 En esto consistió, precisamente, su política interior, encaminada a
la consolidación de su autoridad real.14
Los aspectos más importantes del reinado de Otón III se corresponden, no
tanto con la defensa frente a las sucesivas invasiones, ni con la pugna con el
poder de los señores (que también mantuvo, por supuesto), sino con su
relación con el papado y el territorio de Roma.
En el año 961, Otón I acude al llamado de auxilio del papa Juan XII para luchar
contra su antiguo vasallo Berengario.15 Su victoria le valió ser coronado como
Emperador en 962. Otón I se había comprometido a "(...) no meterse en los
asuntos de la Iglesia", pero luego de las conspiraciones del propio papa Juan
XII contra él, comenzó un periodo marcado por la intromisión del Sacro Imperio
en la elección de los pontífices.Notas 21617
Ese mismo año ayudó al papa Juan XV a sofocar una rebelión dirigida por un
noble romano llamado Crescencio II. Muerto Juan XV, Otón III auspició la
elección de su primo Bruno de Carintia como papa (Gregorio V), quien le
coronó como emperador en Roma el 21 de mayo de 996. Cuando Otón
abandonó Roma, en el año 997, Crescencio II logró deponer a Gregorio V y
sustituirle por otro pontífice, Juan XVI (considerado antipapa). Otón regresó y,
tras hacerse con el control de Roma en 998, mandó ejecutar a Crescencio y al
antipapa en el Castillo de Sant'Angelo. Al fallecer misteriosamente Gregorio
V en el año 999, planeó la elección del papa Silvestre II.
El emperador Otón III hizo de Roma el centro administrativo de su imperio y
recuperó costumbres y ceremonias romanas y bizantinas, pero manteniendo
siempre un estrecho vínculo con la Iglesia. Reconstituyó el patriciado romano, y
pretendió restaurar el Senado y el Consulado, autoproclamandose cónsul y
restaurador del imperio.18
Por otro lado, las ya mencionadas tradiciones maternas, al ser descendiente de
la realeza bizantina, podrían explicar los sesgos cesaropapistas de su
gobierno.19 Asimismo, por iniciativa propia se crearon sedes metropolitanas.Notas
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