Dentro de la música, se inició en el género de coplay también cantó rumbas y rancheras.

Como actriz, interpretó más de 35 películas, muchas de ellas ambientadas en el folclorismo

[3]
andaluz. ​Fue una de las primeras mujeres en la España de la posguerra en hablar
libremente de temas considerados tabú como la violencia contra las mujeres, las relaciones
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extramatrimoniales y la prostitución. ​

Como artista, se convirtió en un símbolo y un tópico de una época en la España del siglo
[5]
XX. ​También obtuvo reconocimiento en México por su participación en cintas como
Reportaje (1953), ¡Ay, pena, penita, pena! (1953), La Faraona (1956) y Los Tres Amores de
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Lola (1956). ​Estas además le valieron el haber sido reconocida como una de las actrices
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que formaron parte de la Época de Oro del cine mexicano. ​