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UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ DE GUATEMALA

ESCUELA DE CIENCIAS CRIMINOLOGICAS Y


CRIMINALISTICAS
CENTRO UNIVERSITARIO JALAPA

Licenciatura en Criminología y Política Criminal


Curso: Sistema Penitenciario y Políticas de Reinserción
Lic. Norman Ruano

INVESTIGACIÓN DE CECOT

Nombres y Apellidos de la Alumna


Diana Abigail Santos Mejía 3154-21-17767
7TO Seme, Secc: A
Centro de Confinamiento del Terrorismo
El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) es un centro
penitenciario de máxima seguridad con capacidad para 40,000 presidiarios situada
en el municipio de Tecoluca en el departamento de San Vicente, en la zona
paracentral de El Salvador, Fue construido durante la presidencia de Nayib
Bukele, con el fin de aligerar la carga de reos en las cárceles. El ministro de obras
públicas la calificó como la cárcel más grande de América.
¿Porque el Presidente de EL Salvador decidió construir este Centro de
Confinamiento?
Entre 1980 a 1992, El Salvador sufrió una guerra civil, la cual provocó una
emigración masiva de salvadoreños. Durante la década de los años 1980,
aproximadamente 92.000 salvadoreños habían emigrado a Estados Unidos, la
mayoría de la cual se asentaría en barrios de Los Ángeles, donde surgirían las dos
principales pandillas de Centroamérica, la Mara Salvatrucha y la Mara 18.
La Mara Salvatrucha fue fundada por salvadoreños mientras la Mara 18 fue
fundada por mexicanos quienes posteriormente aceptarían también a
centroamericanos. Ambas pandillas crecieron pero durante ese fenómeno algunos
miembros en situación migratoria irregular fueron deportados por el entonces
gobierno del Presidente Bill Clinton. Los deportados formaron células de estas
pandillas en los países a los que arribaron. Lo que inicialmente empezó como un
pequeño grupo criminal en El Salvador, de forma circunstancial se convirtió en un
severo problema.
El gobierno no puso mucha atención a estos grupos, sino hasta la década de los
años 2000. En el 2012 el presidente Mauricio Funes pactó una tregua secreta con
las pandillas, lo cual redujo temporalmente la criminalidad, pero en 2013 esta
empezaría a subir de nuevo, elevándose a tal punto que en 2015 El Salvador fue
el país no en guerra más peligroso del mundo, con una tasa de 103 homicidios por
cada 100 000 habitantes. El presidente Salvador Sánchez Cerén empezó a
emplear a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública. En 2015, la Sala
de lo Constitucional tipificó a las pandillas, sus «jefes, miembros, colaboradores,
apologistas y financistas» como terroristas y declaró ilegal cualquier tipo de
negociación con ellos.
Excediendo la población carcelaria del país su capacidad instalada, el presidente
Bukele comenzó con el proyecto de construir una cárcel de tamaño suficiente. El
Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) fue inaugurado el 31 de enero
de 2023 y las autoridades salvadoreñas han destinado su recinto para la detención
de terroristas vinculados a las estructuras de la Mara Salvatrucha, Mara Barrio 18
y Mara Mao Mao, Mara Máquina, entre otras. El CECOT es la prisión más segura
de El Salvador.
Dada a la Problemática que se ha dado desde los años 80 empeoro en El
Salvador las Maras o personas antisociales, se tomó esa decisión.

Como es el Comportamiento de los Guardias de Seguridad en el


CECOT
Esa es una de las primeras instrucciones que recibimos un grupo
de periodistas al iniciar la visita al Centro de Confinamiento del
Terrorismo (Cecot), la prisión de máxima seguridad construida
hace justo un año por el gobierno de Nayib Bukele para miembros
“de alto rango” de las tres principales pandillas de El Salvador.
Rapados, vestidos de blanco impoluto, los tatuajes a la vista, es
difícil no mirar a los presos, que se saben observados y devuelven
la mirada desde el otro lado de las rejas.
Cientos de ellos están dentro de las celdas gigantes de la prisión,
una faraónica obra levantada en medio de la nada que simboliza la
controvertida política de seguridad de Bukele, a la que se atribuye
su aplastante victoria en las elecciones del domingo.

La construcción del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El


Salvador ha generado un intenso debate en torno a su efectividad como prisión y
su significado simbólico en el contexto de la lucha contra el crimen organizado.

Este proyecto, liderado por el presidente Nayib Bukele, se presenta como una
solución radical a la problemática de la delincuencia, especialmente en lo que
respecta a las pandillas conocidas como "maras". Sin embargo, más allá de su
aparente éxito en contener a los presos, el CECOT plantea serias preocupaciones
en cuanto al respeto de los derechos humanos y la moralidad de su
funcionamiento.

Las pandillas, conocidas por sus distintivas características físicas y culturales,


como los tatuajes, gestos y jerga, han sido objeto de una política de represión
cada vez más severa en El Salvador. La construcción del CECOT se benefició
enormemente de la identificación visual de los pandilleros, lo que facilitó su
encarcelamiento masivo. Además, la destrucción de símbolos asociados a las
pandillas, como lápidas y grafitis, así como los allanamientos en los barrios
centrales de las maras, formaron parte de la estrategia del gobierno para enviar un
mensaje de control absoluto sobre la delincuencia.
La cárcel misma se diseñó no solo como un lugar para albergar a los presos, sino
también como un símbolo imponente de autoridad y represión. Rodeada por un
muro de concreto de 11 metros de altura y ubicada a 74 kilómetros de la capital, el
CECOT se presenta como una fortaleza inexpugnable, donde la comunicación con
el exterior se controla rigurosamente. Con capacidad para hasta 12.000
prisioneros, el centro se ha convertido en un monumento a la mano dura del
gobierno de Bukele.

Sin embargo, detrás de esta fachada de seguridad se esconde una realidad más
sombría. Informes de organizaciones de derechos humanos y testimonios de ex
reclusos revelan condiciones inhumanas dentro del CECOT, incluyendo
hacinamiento, maltrato y falta de acceso a servicios básicos como atención
médica adecuada. El régimen de excepción vigente suspende incluso el derecho a
la defensa y extiende el plazo de detención preventiva, lo que plantea serias
dudas sobre la legalidad y la ética de las operaciones en el centro penitenciario.

El despliegue mediático en torno al CECOT, con imágenes impactantes de


traslados de reclusos y declaraciones vehementes de las autoridades, busca
reforzar el mensaje de mano dura y control absoluto sobre la delincuencia. Sin
embargo, la falta de transparencia en cuanto a la gestión de los fondos de los
reclusos y las denuncias de extorsión por parte de los familiares ponen en
entredicho la verdadera intención detrás de esta megaprisión.

En última instancia, el éxito del CECOT como cárcel y símbolo de represión debe
evaluarse no solo en términos de seguridad, sino también en términos de respeto
a los derechos humanos y principios éticos. La lucha contra la delincuencia no
puede justificar la violación de los derechos fundamentales de los individuos. Si El
Salvador aspira a ser un país donde reine la justicia y el respeto, debe abordar las
preocupaciones legítimas sobre el funcionamiento del CECOT y trabajar hacia
soluciones que equilibren la seguridad con el respeto a la dignidad humana.

Opinión de la ONU ante CECOT

El Comité contra la Tortura de la ONU expresó su temor a que el el Centro de


Confinamiento del Terrorismo (CECOT) se convierta en un lugar de tortura o
malos tratos. Organizaciones como la Amnistía Internacional, Human Rights
Watch, la Comisión Interamericana de Derechos humanos (CIDH) y la El Comité
contra la Tortura de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se
han manifestado en contra la megacárcel de del presidente Nayib Bukele en El
Salvador.

Las organizaciones señalan que con la mega cárcel se están violando los
derechos humanos de las personas privadas de la libertad. La ONU, en su Comité
contra la Tortura cree que existe el riesgo de que el Centro de Confinamiento del
Terrorismo (CECOT) se convierta en un lugar de tortura o malos tratos hacia las
personas detenidas.

Human Rights Watch también mostró su preocupación al haber tenido acceso a


datos filtrados de la cárcel donde se mostraban violaciones masivas del proceso
para privar de su libertad a las personas, Tamara Taraciuk Broner, directora en
funciones para las Américas de Human Rights Watch, expresó:

No sólo estas, sino muchas más ONG están en contra de la violación de los
derechos humanos que aseguran se están cometiendo en El Salvador, pero a
pesar de mostrar sus disconformidades, el presidente Bukele pretende seguir
adelante con su plan de mega cárcel encarcelando a miles de pandilleros.

Es permitido en El Salvador realizar arrestos sin orden judicial, lo que los ha


llevado a arrestar incluso aproximadamente 1000 niños según Human Rights
Watch. Esto se pudo llevar a cabo gracias a que la edad de responsabilidad se
redujo de los 16 años 12 años de edad.

Bukele defiende la mega cárcel donde serán recluidos 40,000 pandilleros que
estarán en cuartos compartidos de los cuales saldrán muy poco tiempo, además
de “celdas de castigo” donde no hay luz ni ventanas.

Lo que preocupa también es el hecho de que no se puede


considerar una rehabilitación, los prisioneros no son tratados como personas, por
lo que estas organizaciones creen que se convertirá en una prisión muy violenta y
peligrosa.

El Respeto Irrestricto de los Derechos Humanos

La coordinadora residente de Naciones Unidas en El Salvador, Birgit Gerstenberg,


no quiso hacer una valoración sobre el CECOT, pero recordó a DW que su
organización hace énfasis en "la importancia de que las decisiones soberanas se
enmarquen siempre en el respeto irrestricto de los derechos humanos".

Gerstenberg recuerda que "los principios y estándares de derechos humanos en


los sistemas penitenciarios están expresados en el pacto internacional de
derechos civiles y políticos, en los artículos 9 y 10, y en la convención contra la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, que el Estado se
ha comprometido a cumplir y rendir cuentas ante la comunidad internacional.
También, en las reglas mínimas de Naciones Unidas para el tratamiento de
reclusos, conocidas como

Sin embargo, "durante el anuncio de la inauguración de la nueva cárcel, las


autoridades penitenciarias mostraron y describieron ciertas condiciones en las que
planean mantener a las personas recluidas en dicha instalación, algunas de las
cuales son contrarias a los estándares internacionales", explica a DW Irene
Cuellar, investigadora de Amnistía Internacional (AI) para Centroamérica.

"Los mensajes tanto visuales como verbales que se transmitieron durante el


anuncio de la inauguración de la nueva cárcel nos dan la pauta para creer que el
Gobierno no tiene la intención de revisar su actual política de seguridad. Y que,
por el contrario, planea seguir implementando las prácticas que diversas
organizaciones y personas defensoras de derechos humanos han denunciado, por
atentar contra los derechos y garantías de la población", agrega Cuellar…

La investigadora asegura que, desde el inicio del régimen de excepción, AI "ha


logrado documentar casos y ha recibido reportes y denuncias que dan cuenta de
graves violaciones a los derechos humanos, entre las que hemos identificado
casos de tratos crueles, inhumanos y degradantes de las personas detenidas y
muertes bajo custodia del Estado en diversos centros penales".

Sin embargo, el CECOT vendría a dar respuesta a la sobrepoblación carcelaria


que ha dejado la "guerra contra las pandillas", con la que se ha encarcelado a más
de 60.000 personas y que ha sido muy criticada por varias ONG de derechos
humanos. Cuellar aclara que "la sobrepoblación carcelaria no es un problema que
se reduzca únicamente al espacio físico que el Estado dedica al resguardo de las
personas privadas de libertad, sino al enfoque con el que se pretende administrar
justicia en el país".

"La necesidad de crear una cárcel con capacidad para albergar más de 20 mil
personas evidencia los problemas que ha generado la reestructuración del sistema
penal, a partir de las recientes reformas legales, que priorizan la punición y los
excesos, como las detenciones arbitrarias masivas y las inobservancias al debido
proceso".

Asimismo, la investigadora explica que "la desestimación de las autoridades a las


denuncias sobre los abusos que se están cometiendo, en el contexto del régimen
de excepción, únicamente confirman que estos, ahora, forman parte del conjunto
de prácticas regulares que el nuevo enfoque de administración de justicia y la
política de seguridad promueven y toleran de manera abierta y expresa".

Llamado a permitir visitas internacionales

En consecuencia, argumenta la experta, "podría suponerse que la función de la


mega cárcel estará orientada únicamente a la reclusión de los miles de personas
detenidas, violentando los principios y buenas prácticas consignados en tratados
internacionales de los cuales El Salvador es signatario, y que establecen que las
penas privativas de libertad tendrían como finalidad también la reforma,
readaptación social, rehabilitación y resocialización de las personas condenadas".
Por su parte, Gerstenberg reitera lo expresado por mecanismos y entidades de
Naciones Unidas como el Examen Periódico Universal de expedientes de
derechos humanos y el Comité contra la Tortura, en el sentido de "recomendar al
Estado salvadoreño que apruebe el protocolo facultativo de la convención contra
la tortura.

BIBLIOGRAFIA

https://delfino.cr/2024/02/el-centro-de-confinamiento-del-terrorismo-cecot-un-simbolo-de-
represion-y-control-absoluto

https://www.primicias.ec/noticias/internacional/nayib-bukele-carcel-terrorismo-prision-
maxima-seguridad/

https://aristeguinoticias.com/2502/mundo/megacarcel-de-bukele-desata-preocupacion-
mundial/

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