Está en la página 1de 2

Bukele exhibe a miles de presos como una

demostración de poder sobre las maras

El traslado de 2.000 pandilleros a la cárcel de máxima seguridad construida por el


Gobierno en tan solo siete meses ha generado una nueva ola de críticas de
organizaciones de derechos humanos, que cuestionan la legalidad de las medidas
tomadas por el presidente desde que decretó el estado de excepción en El Salvador
como parte de su estrategia de seguridad. El Ejecutivo ha capturado a más de 60.000
pandilleros y cierra el cerco contra sus liderazgos, pero en el camino las autoridades
han cometido fuertes violaciones a los derechos humanos. Un informe presentado a
finales de enero por Human Rights Watch (HRW) revela que se han cometido “abusos
a gran escala”, que incluyen hacinamiento extremo, violaciones del debido proceso,
falta de garantías, detenciones masivas y muertes bajo custodia. “Miles de personas,
incluidos cientos de menores, han sido detenidos y procesados por delitos definidos
de manera amplia que violan las garantías básicas del debido proceso y socavan las
perspectivas de justicia para las víctimas de la violencia de las pandillas”, denuncia el
organismo de derechos humanos.

La puesta en escena es impresionante. Las cámaras enfocan a centenares de


hombres que, vestidos solo con ropa interior blanca, abandonan las cárceles de El
Salvador para ser trasladados en autobuses hasta el que es el proyecto insignia de la
política de seguridad del presidente Nayib Bukele

Ha sido él mismo quien ha compartido el vídeo que muestra cómo en la madrugada


del viernes integrantes de las pandillas que han sembrado el terror en el país
centroamericano son sacados de sus celdas por oficiales penitenciarios, esposados y
obligados a caminar con el cuerpo agachado, suben a los autobuses y llegan hasta la
nueva prisión de máxima seguridad.

El mandatario salvadoreño, sin embargo, se ufana de haber bajado en 10 meses los


altos índices de homicidios en su país. En su recuento de la cruzada personal que ha
desatado contra las pandillas, Bukele ha celebrado un drástico descenso de los
crímenes en enero y febrero, y ha bautizado a su país como “el más seguro de
América”. 

También podría gustarte