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Gallo - La Consolidación Del Estado y La Reforma Política
Gallo - La Consolidación Del Estado y La Reforma Política
Ezequiel Gallo
Las tres décadas y media que transcurrie que lo hicieron en proporciones relativas su
ron entre 1880 y 1914 estuvieron signadas por periores a las registradas en los Estados Uni
acontecimientos de singular importancia en el dos. Aumento sustancial en el número de ha
terreno político-institucional. Fueron tiempos bitantes, acompañado por cambios decisivos
cambiantes, difíciles de resumir en una crono en la composición de la población. El impacto
logia detallada. Por este motivo este capítulo de la inmigración puede observarse, hacia
se centrará más en el análisis interpretativo, 1914, en el origen nacional de quienes dirigían
corriendo el riesgo, por lo tanto, de perder en empresas económicas en el litoral pampeano:
precisión descriptiva. Antes de entrar en mate en el comercio y la industria manufacturera,
ria, sin embargo, resulta útil hacer una breve los inmigrantes representaban más del 75%
referencia al contexto general dentro del cual del total; en la agricultura, superaban holga
actuaron los diversos protagonistas de la vida damente el 60% y aun en la ganadería, la más
institucional. tradicional de las industrias, casi el 50% había
La sociedad argentina fue afectada por nacido fuera del país. Cabe agregar que todos
cambios muy significativos durante el período estos cambios se dieron en un período relati
bajo estudio. Ciertamente, el país de 1914 era vamente corto, algo que, también, contrastó
radicalmente distinto al que asomaba en 1880. con lo ocurrido en los Estados Unidos donde
El rápido crecimiento económico que caracte el proceso fue mucho más gradual.
rizó la época no se reflejó solamente en trans No debe haber sido fácil la adaptación a si
formaciones materiales, sino que impactó tuaciones que cambiaron tan rápidamente.
fuertemente, también, en el tamaño y compo Este problema, que incidía en la vida cotidia
sición de la población, en los hábitos y cos na, aparecía aún con más fuerza en el ámbito
tumbres, en la vida cultural, etc. Bastaría ilus público. Nuevos sectores plantearon proble
trar estos cambios con lo ocurrido con la po mas desconocidos hasta entonces y generaron
blación del país. Los alrededor de 2.000.000 de demandas sobre las cuales no habían expe
habitantes existentes en 1880, se convirtieron riencias previas. Todas estas circunstancias de
en cerca de 8.000.000 en 1914. Este vertigino bieron ser procesadas por políticos que se ha
so crecimiento se produjo como consecuencia bían formado en ambientes mucho más pro
de la entrada masiva de inmigrantes europeos, vincianos. Parece importante, entonces, no 511
LA DIMENSIÓN POLITICA
que se opuso a la federalización y predijo que un cuerpo de ideas que ganaba adeptos en Eu
la nueva norma marcaría el fin de lo que ya ropa como consecuencia de los avances de los
era, en su opinión, un tambaleante sistema fe procesos de unificación nacional en Alemania
deral. El mismo sesgo es inocultable en la dis e Italia. Para el llamado “nacionalismo unifi
posición sobre las milicias por la cual se otor cador” otro de los ingredientes importantes
gaba el monopolio de la fuerza pública a la fue el territorio. A esta orientación respondió
autoridad central. Las mismas ideas que pre en nuestro país la ley de territorios nacionales
dominaron en ocasión de la federalización que otorgó status institucional a las tierras in
volvieron a expresarse para fundamentar la corporadas durante la Conquista del Desierto.
ley militar. El senador Aristóbulo del Valle, La ley no estableció la autonomía de los nue
que luego será opositor a Roca, manifestó en vos territorios (decisión que dejaba para el fu
1880 que, como la mayoría de sus colegas, se turo) ni permitió que fuesen incorporados a
alineaba claramente “con los que querían lle algunas de las provincias limítrofes. En pala
var la fuerza de la periferia al centro”. bras del diputado Ramón Cárcano, serían “ex
Ya con Roca en la presidencia, se aproba clusivamente dependientes del gobierno gene
ron otras leyes que se inscribían en la misma ral, apoyadas por la mano poderosa de la Na
dirección. Entre ellas, cabe mencionar la ley de ción". El problema de la ocupación territorial
unificación monetaria de 1881 que prohibía a fue contemplado, también, en la legislación
las provincias la emisión de dinero, derecho sobre tierras públicas aprobada en 1882 y
que recaerá exclusivamente en el gobierno na 1884. Estas normas intentaron, sin mayor éxi
cional. La ley tuvo dificultades en su aplica to, completar y mejorar, la ley sobre coloniza
ción, las que intentaron ser superadas por la ción e inmigración de 1876.
aún menos exitosa ley de bancos garantidos de La educación fue otro de los temas que
1887, aprobada por la administración de Mi ocupó un lugar destacado dentro de las ideas
guel Ángel Iuárez Celrnan (1886-90). Los pro prevalentes en la época. En este caso confluye
blemas monetarios continuaron por un buen ron problemas de muy distinta índole: pedagó
tiempo y sólo fueron solucionados con la ley gicos, institucionales, religiosos y políticos, es
de convertibilidad de 1899. En este largo reco tos dos últimos elocuentemente ilustrados du
rrido, plagado de dificultades financieras, lo rante las ásperas polémicas entre “católicos” y
que nunca estuvo en duda, sin embargo, fue el “liberales”. Todas estas dimensiones emergie
principio político institucional que fijó la ley ron durante los debates parlamentarios de 1884
de 1881 y que fue reiterado por el diputado que culminaron con la sanción de la ley 1.420
Wenceslao Escalante al defender la ley de ban de educación común. La ley estableció la ense
cos garantidos, cuando sostuvo que lo que se ñanza primaria, obligatoria, gratuita y laica, y
buscaba afianzar era “el imperio de la legisla fue, al comienzo, de aplicación en la Capital Fe
ción nacional [...] lo que significa dar un pa deral y territorios nacionales, para luego exten
so más en la evolución hacia la consolidación derse gradualmente al resto de las provincias. El
del poder nacional”. debate fue tan intenso que desencadenó la ex
Las tres leyes mencionadas (Capital Fede pulsión del nuncio apostólico y la suspensión
514 ral, ejército y moneda) eran consistentes con de las relaciones diplomáücas con el Vaticano.
LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO Y LA REFORMA POLITICA (1880-1914)
La ley otorgó un papel central a las autori Hubo otras, que sería largo enumerar, que se
dades nacionales y recortó considerablemente relacionaron especialmente con la esfera judi
el lugar que ocupaba la Iglesia Católica en la cial y administrativa. Tampoco la legislación
materia. Los partidarios de la nueva disposi destinada a la organización de los poderes na
ción consideraron que una ley neutra en ma cionales se limitó a los años ochenta, por más
teria religiosa era crucial para un país que se activos que estos hayan sido. En el campo eco
había propuesto estimular la entrada de los nómico, por ejemplo, se dictó en 1891 la ley de
extranjeros. No es de extrañar, entonces, que impuestos internos que, al otorgar la recauda
por estas y otras razones se haya decidido es ción del mismo al gobierno central, y no a las
tablecer la supremacía del Estado nacional provincias productoras, acentuó la tendencia
que, al decir del diputado Delfín Gallo, “no centralista de la legislación anterior. De mu
podía ceder ante el poder de los papas”. El go cha importancia para la organización moneta
bierno central no se limitó a establecer el mar ria fue la ya mencionada ley de convertibilidad
co legal; creó, además, instituciones que hicie sancionada en 1899. En 1902 se aprobó la Ley
ran efectivo el cumplimiento de la ley. Entre Ricchieri de servicio militar obligatorio, que
estas sobresalió el Consejo Nacional de Educa completó la organización del ejército nacional
ción que, aparte de velar por los temas estric iniciada por la ley de milicias provinciales de
tamente educativos y pedagógicos, se transfor 1881. En 1904 se aprobó la polémica Ley de
mó, a través de su incidencia en los planes de Residencia que otorgaba poderes al Ejecutivo
estudios, en una herramienta activa en la Nacional para expulsar extranjeros que com
transmisión de las ideas “nacionalistas” vigen prometieran, segím las autoridades, la paz in
tes en la época. terior. La norma introducía cambios en una
Algunos de los aspectos político—institu legislación sobre inmigración que hasta ese
cionales del tema educativo se reflejaron, momento se había caracterizado por su espíri
también, en la sanción de otra norma impor tu liberal. Esta ley fue completada en 1910 por
tante, verbigracia, la ley de matrimonio civil la de Defensa Social que proseguía fines sirni
aprobada durante la administración de Mi lares, pero que fue de aplicación más limitada.
guel Ángel Juárez Celman. En este caso, tam En 1905 se sancionó la Ley Láinez de educa
bién, se transfirió al ámbito de los poderes na ción que creó las escuelas del mismo nombre,
cionales funciones que hasta entonces habían que extendieron a todo el territorio las estipu
sido ejercidas por la Iglesia Católica. El minis laciones de la ley de educación común de
tro Filemón Posse fundamentó la medida con 1884. Hubo proyectos que tuvieron la inten
el mismo tipo de razones que se utilizó para ción de completar leyes anteriores, pero que
legitimar la legislación anterior: “El matrimo no fueron aprobadas por el Congreso. Fue el
nio es la base de la familia, da a la Nación sus caso, por ejemplo, del relacionado con el dí
hijos, los futuros ciudadanos [...] y esto no vorcio, que fue rechazado en la Cámara de Di
puede estar legislado sino por el Congreso de putados por un estrecho margen de votos. Lo
la Nación”. mismo podría decirse, en otro orden de cosas,
No fueron las mencionadas las únicas me del voluminoso proyecto de Código de Tra
didas que se aprobaron durante aquellos años. bajo de 1904 que intentaba una ordenación 515
LA DIMENSION POLÍTICA
novedosa de las relaciones laborales, y que fue que sostuvo esta hipótesis, a pesar de que, es
rechazado por las partes interesadas. Final tando de acuerdo con la mayoría de los artícu
mente, en 1898 se aprobó una muy limitada los de la ley, se pronunció en el Senado a favor
reforma de la Constitución Nacional que am del voto público.
plió de 5 a 8 el número de ministerios fijados Mucho mejor suerte corrió el proyecto
por la Carta Magna de 1853. La reforma coin que presentaron el presidente Sáenz Peña y su
cidió con un momento de ampliación y mo ministro del Interior Indalecio Gómez. El pro
dernización de la administración pública que yecto, inspirado en la ley Maura española, fue
había quedado superada por el rápido creci aprobado en 1912 luego de superar ciertas re
miento del país. ticencias de parte de algunos políticos y legis
Se ha dejado para el final la mención de la ladores oficíalistas. La ley estableció el voto
ley que tendrá una influencia decisiva en la universal (masculino), secreto y obligatorio.
evolución política posterior de la República. En rigor, la universalidad del sufragio había si
En 1912 se aprobó la reforma electoral que fue do proclamada desde muy temprano por la le
conocida como Ley Sáenz Peña, nombre del gislación electoral argentina. La novedad, en
presidente de la República en el momento de tonces, provenía del carácter secreto y obliga
la sanción. La reforma tenía como objetivo torio del sufragio. La nueva legislación esta
principal poner fin a la secuela de fraudes que blecía, además, que los comicios estarían bajo
distorsíonaron desde siempre el sistema elec la vigilancia del poder judicial y serían custo
toral. La historia institucional argentina regis diados por las fuerzas armadas en reemplazo
tra otros intentos que perseguían el mismo de las policías provinciales, percibidas como
fin. En 1902, para no retroceder demasiado en muy susceptibles a las presiones de los caudi
el tiempo, Joaquín V. González (ministro del llos lugareños. La ley, finalmente, adoptaba el
Interior durante la segimda presidencia de sistema de lista incompleta para las elecciones
Roca) había introducido una ley que instaura de electores de presidente y vice y de diputa
ba el voto uninominal (por circunscripciones) dos nacionales. De esta manera, se facilitaba la
en la Argentina. La reforma fue aplicada en las incorporación de las minorías al otorgárseles
elecciones legislativas de 1904 pero no produ un tercio de la representación.
jo los resultados esperados, y dejó como única Una visión retrospectiva del período 1880
novedad la elección del primer diputado so 1914 ilustra la celeridad con las que se gesta
cialista de América (Alfredo Palacios). La ley ron y afianzaron instituciones claves en la
fue criticada porque se señaló que había facili conformación de los poderes nacionales. Des
tado la compra de votos y, por lo tanto, fue de de la perspectiva de la visión de los hombres
rogada para los comicios siguientes, en los que del ochenta se podría sostener que se habían
se volvió al viejo sistema de la lista completa consolidado, con ciertas imperfecciones, algu
(sólo la lista ganadora consagraba candida nas de la instituciones básicas de un sistema
tos). Para algunos, el fracaso de la ley se debió republicano y, en los tramos finales, represen
a que el Congreso no aprobó el voto secreto, tativo. Estos desarrollos tuvieron un costo vi
que era una de las disposiciones del proyecto sible, verbigracia, el debilitamiento de la di
516 de González. Carlos Pellegrini fue uno de los mensión federal que habían postulado los
LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO Y LA REFORMA POLÍTICA (1880-1914)
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l Combates en la Plaza Libertad, durante la revolución del 26 de julio de 1890, Litografía de El Sudamericano.
El segimdo rasgo distintivo de la cultura po Ejecutivo o [. . .] derrocar un gobierno local de
lítica argentina fue la ausencia de alternancia en safecto al central” (1891).
el ejercicio del poder. En otros países (España, El exclusivismo del oficialismo encontró
por ejemplo) la presencia de distorsiones en el su contrapartida en la actitud rígida de la
sistema electoral no impedía que partidos riva Unión Cívica Radical, el principal partido de
les se altemasen en el gobiemo (el conocido oposición. Esta actitud se reflejó en la pertinaz
“tumo”). En la Argentina un solo partido, el Au negativa a negociar, a realizar coaliciones o
tonornista Nacional, ejerció el gobierno duran acuerdos con otras fuerzas políticas (denomi
te prácticamente todo el período analizado. Sal nados despectivamente contuberníos). Para los
vo en contadas ocasiones, lo mismo ocurrió con radicales, el término intransigencia se convir
los poderes provinciales. El oficialismo se carac tió en una de sus principales banderas, en un
terizó, entonces, por un marcado exclusivismo principio moral irrenunciable. Para su funda
que cerró casi todos los caminos a la oposición, dor, Leandro Alem, la noción de que en políti
incluida aquella que había surgido de sus pro ca se hace lo que se puede era inaceptable y
pias filas. Para estos propósitos utilizó indistin debía ser sustituida por la noción de que si no
tamente el fraude electoral o la intervención fe se puede hacer lo que se debe, “no se hace na
deral. Esta última, según el diputado autono da”. La posición intransigente postulada por
mista Osvaldo Magnasco, se utilizaba con dos Alem fue continuada, con diferente retórica,
propósitos centrales: “o levantar un gobiemo por Hipólito Yrigoyen cuando asumió el lide
518 local que garantice la situación doméstica del razgo del partido en 1898.
LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO Y LA REFORMA POLÍTICA (1880-1914)
ha de haber revoluciones; los otros contestan período, generalmente al ritmo del calendario
que mientras haya revoluciones ha de haber electoral. La existencia de este mundo perio
gobiernos de fuerza. Todos están en la verdad o dístico tan variado y combativo fue posible,
más bien todos están en el error”. entre otras cosas, por la reiterada actitud de la
Suprema Corte de Iusticia en defensa de la li
bertad de prensa. No todas ellas eran partida
PARLAMENTO, PRENSA Y COMICIOS rias: La Prensa, por ejemplo, la más sólida fi
nancieramente y la de mayor circulación, se
El levantamiento armado fue un ingre mantenía independiente de los partidos, aun
diente no desdeñable del estilo político vigen que no era para nada renuente a dar su opi
te. No fue el único ni el más importante. El de nión sobre los principales problemas políti
bate parlamentario, la prensa partidaria, los cos. El prestigio profesional podía coincidir,
clubes y comités, las manifestaciones callejeras sin embargo, con la afiliación partidaria como
y los actos públicos, y, desde luego, las eleccio lo demostraba el caso de La Nación, vocero de
nes ocupaban con mayor habitualidad la aten los partidos “mitristas” (cívicos nacionales y,
ción pública. El parlamento, por ejemplo, luego, republicanos). Otros periódicos se defi
cumplió una función importante como caja nían, también, como portavoces de los distin
de resonancia de las principales opiniones po tos partidos, como lo ilustran los casos del Sud
líticas, económicas y sociales, vertidas tanto en América (juarista), La Tribuna (roquista), El
los debates entre parlamentarios como en las Argentino (radical), El País (pellegrinista y,
frecuentes interpelaciones a los ministros. Es luego, roquista), La Vanguardia (socialista) y
tos debates podían resultar doblemente ilus La Protesta (anarquista). Este conjunto in
trativos porque pocas veces los legisladores es cluía, también, a los periódicos humorísticos,
taban obligados a seguir las posiciones fijadas algunos de los cuales dieron muestra de gran
por sus partidos. Por otra parte, el Congreso sofisticación gráfica con sus caricaturas y de
era un lugar crucial en la gestación de las ca un afinado estilo literario en sus ironías polí
rreras políticas de quienes aspiraban a posi ticas. Ejemplos de este género fueron: El Mos
ciones más encumbradas. quito, Don Quijote, PBT, Caras y Caretas, La
La difusión del debate parlamentario se Bomba, entre otros.
hizo generalmente a través de una prensa par Los debates entre estas publicaciones aci
tidaria tan activa como diversa. Los diarios catearon muchas veces pasiones que distaron
fueron un factor crucial en la disputa política, de ser pacíficas; en otras ocasiones, sin em
una plataforma desde donde, también, se for bargo, ilustraron con bastante precisión y ci
jaban carreras y reputaciones: “Un diario para vilidad las distintas ideas que circulaban en el
un hombre público es como un cuchillo para mundo político. En algunas instancias, no se
el gaucho pendenciero; debe tenerse siempre a limitaron exclusivamente a la vida partidaria
mano”, le escribía Ramón Cárcano a Juárez y registraron la presencia de sectores que no
Celman en 1883. Esta necesidad explica la participaban habitualmente en ella. Es el ca
cantidad de publicaciones políticas, algunas so, por ejemplo, de la interesante polémica
520 de vida efímera, que emergieron durante el que tuvo lugar entre La Vanguardia, socialis
LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO Y LA REFORMA POLÍTICA (1880-1914)
ta y La patria degli Italiani, uno de los tantos con motivo de los mismos acontecimientos
voceros de la distintas colectividades extran del noventa, que “la fiesta ha sido magnífica y
jeras radicada en la Argentina. El debate giró al compás de la música, cohetes y bombas la
alrededor de la actitud que debían adoptar manifestación recorrió las calles vivando [...]
los extranjeros frente a la adopción de la ciu a la Unión Cívica y a la revolución” (La Capi
dadanía argentina. tal, Rosario, 1890). Estas reuniones se celebra
La prensa partidaria se hallaba estrecha ban muy habitualmente en locales cerrados
mente vinculada a los comités y clubes parro (teatros, por ejemplo), y algunas de ellas die
quiales, que eran los lugares destinados al re ron lugar a acontecimientos políticos muy sig
clutamiento y al intercambio entre adherentes nificativos. Es el caso, entre muchos otros, del
de una agrupación. Estas instituciones eran, acto en el Teatro Odeón (1897) donde Pelle
además, otro de los canales en donde se desa grini decidió apoyar la candidatura de Roca
rrollaban las carreras políticas. Durante buena para lo que luego sería su segunda presidencia
parte del período funcionaron especialmente (1898-1904).
en épocas electorales, para permanecer inacti Como se dijo anteriormente, buena parte
vas una vez finalizados los comicios. Este rit de las actividades mencionadas se hallaban
mo fue alterado en parte con la aparición de vinculadas a la celebración de los comicios. El
radicales y socialistas, muy especialmente con tema electoral ha dado lugar a una serie de
las actividades desarrolladas por los segundos. controversias, por lo cual es necesario evitar
Clubes y comités participaron muy activa generalizaciones indebidas, especialmente
mente en la organización de las reuniones cuando existió una variación muy grande tan
más coloridas y vivaces de la vida pública, ver to en el tiempo como en el espacio. La década
bigracia, las manifestaciones y mitines a los del ochenta, por ejemplo, se caracterizó por
que los porteños, por ejemplo, ya eran muy una marcada indiferencia electoral, tal vez
afectos desde antes de 1880. Estas reuniones motivada por la falta de alternativas oposito
podían ser convocadas con distintos propósi ras. La primera mitad de los años noventa, por
tos y reunir audiencias de tamaños muy dis el contrario, registró un alza notable en el in
pares. Estaban las grandes manifestaciones ca terés político, con elecciones disputadas que
llejeras (o en plazas públicas) como el famoso dieron lugar a algún triunfo opositor en la Ca
mitin del Frontón organizado en 1890 por la pital Federal y en la provincia de Buenos Aires.
Unión Cívica para protestar contra el gobier Esto no era habitual, sin embargo, y luego de
no de Juárez Celman. En abril, el diario La 1896, la ola de entusiasmo disminuyó, aunque
Nación informaba: “No ha sido sólo una ma la concurrencia a los comicios siguió en au
nifestación, han sido cuatro manifestaciones mento hasta la sanción de la Ley Sáenz Peña
en que el pueblo ha estado presente. Diez mil en 1912.
ciudadanos de acuerdo al cómputo de los dia ¿Quién concurría a los comicios? Desde
rios oficiales llenaban las tribunas y las anchas siempre (182 l) la legislación argentina estable
avenidas”. Estos actos se repetían en otras ciu ció el voto universal para varones nativos (o na
dades del país y hasta en pueblos rurales. En la cionalizados) mayores de 17 años (luego, de
colonia Esperanza de Santa Fe se daba cuenta, 18). No hubo, por lo tanto, como en otros paí 521
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
ses, limitaciones relacionadas con los ingresos ca. En rigor, muchos inmigrantes lo hacían a
(voto censitario) o la educación (exclusión de través de otros canales: las asociaciones a que
los analfabetos). Hubo sí una ausencia irnpor pertenecían participaban muchas veces en de
tante, la de la numerosa población extranjera bates sobre temas institucionales y peticiona
que se había radicado en el país. Este vacío fue ban frecuentemente a las autoridades estable
consecuencia de que muy pocos de los inmi cidas. Los sindicatos obreros fueron, quizás, el
grantes habían solicitado la carta de ciudadanía caso más conocido por su permanente presen
argentina, por más que el requisito legal para cia en la vida político-social. No fueron, sin
hacerlo no era demasiado exigente (dos años de embargo, los únicos; lo mismo ocurría, aun
residencia en el país). La baja tasa de nacionali que con menor intensidad, con las organiza
zación contrastó, también, con los niveles más ciones empresarias, las asociaciones volunta
altos que se obtuvieron en los Estados Unidos o rias, etc. En algimos lugares los extranjeros
en la vecina República Oriental del Uruguay. podían votar y ser elegidos en las elecciones
Varias han sido las razones que se han esgrimi municipales, y ya se han señalado instancias
do para explicar el caso argendno. Se ha señala más dramáticas de participación política co
do que la reiteración de prácticas electorales mo la intervención armada de los colonos
fraudulentas no estimulaba a los extranjeros a santafesinos en la revolución radical de 1893.
actuar en la vida cívica. Se ha mencionado, ¿Qué ocurría, mientras tanto, con la pobla
también, que al revés de lo ocurrido en otros ción que reunía las condiciones legales para
países, los partidos políticos argentinos (con la emitir el voto? La existencia de una legislación
excepción del socialista) no demostraron ma amplia no abría automáticamente las puertas
yor interés en promover la nacionalización de del comicio. Para participar en la elección era
los inmigrantes. Otras explicaciones apuntaron necesario inscribirse previamente en el Regis
a la amplitud de los derechos civiles de que go tro Electoral. El éxito o fracaso en la inscrip
zaban los extranjeros, lo que hacía que no tu ción tenían una incidencia decisiva en el resul
vieran mayor interés en adquirir la carta de ciu tado de la posterior confrontación en las ur
dadanía. Más aún, manteniendo la nacionali nas. En líneas generales, y con las variaciones
dad de origen, los inmigrantes podían acceder apuntadas anteriormente, el cuadro que emer
a dos fuentes de protección: la de las leyes civi ge analizando inscripciones y elecciones es el
les argentinas y la de los representantes diplo de concurrencias bajas, con mayor participa
máticos de sus países de nacimiento. En rela ción de los sectores de bajos ingresos y escasa
ción a este último tema se han mencionado, instrucción (los analfabetos, por ejemplo), y
también, las activas campañas de cónsules y de con mayor participación en los distritos rura
asociaciones extranjeras para convencer a sus les que en los urbanos. Esto último no fue
connacionales de que no adquieran la naciona siempre así, pero alcanzó, en ciertos lugares,
lidad argentina. La ya mencionada polémica niveles bastante llamativos. En la provincia de
entre La Vanguardia y La Patria degli Italiani se Buenos Aires en 1894, por ejemplo, en el parti
refería precisamente a este problema. do de La Plata (60.991 habitantes) sólo votó el
La no concurrencia a los comicios no sig 1,23% de la población total y el 7% de los que
522 nificaba una abstención total de la vida públi estaban en condiciones de hacerlo. En el parti
LA CONSOLIDACIÓN DEL EsTADo Y LA REFORMA POLÍTICA (1880-1914)
la reforma electoral. Roque Sáenz Peña fue man y Bernardo de Irigoyen (ambos por aquel
elegido en 1910 y falleció en 1914, siendo entonces miembros del PAN). En un primer
reemplazado por el vicepresidente Victorino momento, Irigoyen contaba con el apoyo del
de la Plaza que completó el mandato hasta dirigente santafesino Iosé Gálvez, mientras
1916. Para esta altura, el PAN había perdido a que Juárez Celman estaba respaldado por el
sus dirigentes históricos (Roca, Pellegrini y rosarino Estanislao Zeballos. Ambos políticos
Sáenz Peña) y se hallaba debilitado y dividido, locales aspiraban a la gobernación de la pro
situación que ilustró elocuentemente en 1916 vincia. Durante la campaña quedó claro que
la elección de Lisandro de la Torre, un diri Gálvez contaba con bastantes más apoyos lo
gente santafesino de trayectoria antiautono cales que su rival, y que la candidatura presi
mista, como candidato a la presidencia de la dencial de Iuárez Celman aparecía como bas
República. tante más sólida que la de Irigoyen. No es de
El PAN fue una coalición de partidos pro extrañar que, luego de una serie de negocia
vinciales a la que no le resultaba fácil estable ciones, la combinación final terminara reu
cer una dirección nacional unificadafEsto no niendo a Gálvez con Juárez Celman. Este epi
era exclusivamente un problema de partido; se sodio demuestra el peso que tuvieron, en su
había convertido, también, en un problema de momento, gobernadores como Racedo en En
gobierno. El predominio del PAN durante tre Ríos, Civit en Mendoza, Irondo y Gálvez en
tantos años descansó, como lo señaló Natalio Santa Fe, Rocha, Paz y Ugarte en la provincia
Botana, en la posibilidad de ejercer un cierto de Buenos Aires, Nougués y Córdoba en Tucu
control sobre la sucesión presidencial. Este mán, Vidal en Corrientes, etc.
control exigía arreglos políticos, bastante Las mismas negociaciones tenían lugar en
complejos, entre los distintos componentes de un escalón más bajo entre los gobernadores y
la agrupación oficialista. En el peldaño supe los caudillos de distrito, o, como decía irónica
rior de esta organización se encontraba, gene mente uno de estos últimos, entre el “verdade
ralmente, el presidente de la República, que ro elemento de la campaña” y “la parte deco
procuraba ejercer influencia sobre los gober rativa y metropolitana”. Cualquiera haya sido
nadores de provincias, los que, a su vez, basa la tensión generada por estos intercambios, no
ban su autoridad en los apoyos que recibían caben dudas de la importancia adquirida por
de los ya mencionados “caudillos” de distrito. estos modestos jefes rurales. Simón de Irondo
Las relaciones entre cada uno de estos escalo supo plantear el problema con llamativa cru
nes distaban de ser automáticas; exigían, por deza: “A mí no me importa de la prensa, de los
el contrario, negociaciones arduas y cambian clubes y de las oposiciones organizadas en las
tes. Especialmente complejas podían ser las ciudades cuando cuento con la masa y los cau
que se entablaban con los gobernadores de dillos que las levantan en el espacio de unas
provincias. Un ejemplo, extraído de la renova pocas horas”.
ción presidencial de 1886 en la provincia de A estas relaciones verticales complejas que
Santa Fe, ilustra bien el tipo de situación que caracterizaban al PAN y a sus gobiernos habría
podía plantearse. La competencia presidencial que agregar el peso de algunas individualida
se había establecido entre Miguel Juárez Cel des que se destacaron en la función legislativa 527
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
a comienzos de los años noventa, de los “pelle heredera del Partido Nacionalista que seguía
grinistas” a comienzos del nuevo siglo y de reconociendo al general Mitre como su máxi
quienes acompañaron a Roque Sáenz Peña a mo dirigente, y la Unión Cívica Radical (UCR)
partir de 1910. que reunía a los jóvenes universitarios con al
La oposición a los gobiernos autonomistas gLmos viejos dirigentes que provenían del auto
no fue homogénea, y varió significativamente nomismo porteño. Al frente de la UCR se en
de acuerdo a los distintos períodos y a las di contraba Leandro Alem, un autonomista clási
ferentes agrupaciones que asumieron ese pa co, antirroquista, que en 1880 se había opuesto
pel. La década del ochenta, como se señaló, es elocuentemente a la federalización de Buenos
tuvo signada por una marcada indiferencia Aires. La causa de la división fue la dispar acti
política y caracterizada por una oposición dé tud adoptada frente a quienes habían asumido
bil y dividida, muchas veces limitada a esfuer el poder luego de la renuncia de Juárez Celman.
zos personales (el del senador del Valle, por Para la UCN la gravedad de la crisis (econórni
ejemplo). Militaban en esa oposición figuras ca y política) justificaba la negociación con las
prestigiosas (como la de Bartolomé Mitre) del nuevas autoridades para llegar a una fórmula
Partido Nacionalista y algunos ex autonomis compartida para las elecciones presidenciales
tas que habían acompañado al gobernador Te de 1892. La negociación culminó con el cono
jedor en 1880. A ellos se le había unido un cido Acuerdo que terminó imponiendo al bino
grupo reducido de dirigentes que habían for mio Luis Sáenz Peña-Iosé Evaristo Uriburu. Los
mado la Unión Católica para oponerse a las le que luego integrarían la UCR, por su parte, re
yes laicas del presidente Roca. Los Partidos chazaron todo arreglo con el oficialismo y pro
Unidos, la coalición que formaron en 1886 pa clamaron su propia fórmula (Bernardo de Iri
ra oponerse a la candidatura de Juárez Cel goyen-Iuan M. Garro), adoptando a partir de
man, fue abrumadoramente derrotada en las ese momento una clara actitud opositora que
urnas y se disolvió casi de inmediato. Todavía se extendería por el resto del período.
en 1889, la atonía política era tan marcada, La evolución posterior del radicalismo re
que las primeras convocatorias contra el go conoce como mínimo dos épocas claramente
bierno de Juárez Celrnan partieron de un gru diferenciadas entre sí. La primera transcurrió
po de estudiantes universitarios que formaron entre la fundación en 1891 hasta la división
la Unión Cívica de la Juventud. que tuvo lugar en 1898. En esta primera etapa
A partir de 1890, sin embargo, el panorama la UCR reconoció el liderazgo de su fundador
político argentino sufrió un vuelco significati Leandro Alem, situación que se mantuvo has
vo. La agrupación de los jóvenes dio paso a la ta el suicidio del político porteño en 1896. En
Unión Cívica, una agrupación que organizó esta etapa, la UCR definió principios muy cla
formidables manifestaciones callejeras contra ros que intentaron establecer diferencias mar
Juárez Celrnan, y que terminó liderando el cadas con las posiciones adoptadas por el ofi
frustrado levantamiento militar de julio de cialismo. El nuevo partido comenzó, paradóji
1890. La flamante organización tuvo corta vida, camente, por reivindicar los valores prevalen
pues a poco de andar se dividió en dos faccio tes en la “vieja” Argentina, es decir en el país
nes (1891), la Unión Cívica Nacional (UCN), anterior a la solución alcanzada en 1880. Al 529
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
como las que expresaron los que adoptaron rior. En su conocida polémica con Pedro Moli
posiciones anarquistas o libre-pensadoras o los na (dirigente radical cordobés), Yrigoyen esta
que, en el otro extremo, concurrieron a la for bleció que el partido debía mantenerse neutral
mación del Partido Conservador bonaerense en el debate entre proteccionistas y librecarn
que iba a liderar Manuel Ugarte. La historia bistas, que, como en otras cuestiones, debía su
del Partido Radical a partir de comienzos del bordinarse a la reivindicación por la regenera
siglo XX va a quedar limitada, por lo tanto, a ción política. La diferencia principal con el pri
la evolución del sector que lideró Hipólito mer radicalismo fue, sin embargo, la declara
Yrigoyen. ción de la abstención electoral, como conse
El nuevo radicalismo tuvo en algunos te cuencia de la cual la UCR estuvo ausente de los
mas posiciones similares a las que había de comicios durante cerca de catorce años. En es
fendido la agrupación dirigida por Leandro ta etapa, por lo tanto, el partido careció de re
Alem. Como entonces, la UCR siguió otorgan presentación parlamentaria y no participó de
do un lugar central a los reclamos por la pure los principales debates legislativos, entre ellos el
za del sufragio y mantuvo la postura intransi dedicado a la reforma de la ley electoral.
gente frente a la realización de acuerdos y coa Quienes dirigieron al radicalismo durante
liciones. Al mismo tiempo, no abandonó la sus dos etapas tuvieron la misma inserción en
predisposición favorable a la organización de la vida social argentina. Eran, en general,
rebelíones militares, como ocurrió con la frus miembros de los grupos más encumbrados de
trada intentona de 1905. También compartió la sociedad, tanto por ingresos como por nivel
el discurso “regeneracionista” que tendía a di educativo. En rigor, en esta dimensión no te
vidir el mundo tajantemente entre buenos y nían diferencias significativas con los líderes
malos. Todavía hacia 1913, un comentarista, de los partidos oficialistas, con quienes com
que no le era favorable (A. Peralta en la Revis partieron, también, el mismo estilo de vida y
ta Argentina de Ciencias Políticas), sostenía, la pertenencia a las mismas instituciones so
analizando la retórica radical, que “el prestigio ciales. Es probable que esta característica se
de este partido emana del culto de los símbo haya ido modificando gradualmente a partir
los mencionados que contribuyen al espíritu de 1916, pero hasta ese momento ilustraba
bueno de esta religión política que para su con alguna fidelidad la observación de Federi
complemento tiene también su espíritu del co Pinedo, para quien los miembros de ambos
mal, el demonio, representado siempre por el grupos políticos no diferían en ubicación so
enemigo antiguo del oficialismo”. cial y “tenían el mismo concepto de la vida co
Las semejanzas convivieron, sin embargo, lectiva y parecidas concepciones en cuanto a la
con diferencias significativas. El “yrigoyenis vida económica”.
mo” se alejó visiblemente de las posiciones fe El otro partido de oposición fue la segun
deralistas de sus antecesores y se volcó a ideas da facción que nació con la revolución de
centralistas muy semejantes a las sostenidas por 1890, la Unión Cívica Nacional, denominada a
el oficialismo. En materia económica aparecie partir del nuevo siglo Partido Republicano. Los
ron, también, algunas discrepancias, aunque “mitristas”, como eran comúnmente llama
menos tajantes que la señalada en el caso ante dos, tuvieron en el plano institucional princi
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
pios no demasiado alejados a los proclamados el voto censitario. En rigor, la posición de al
por la UCR. Los postularon, sin embargo, con gún relieve en el plano nacional que la Liga al
un estilo bastante más moderado y estuvieron canzó hacia 1914 fue más el producto del
siempre dispuestos a establecer alianzas y coa prestigio personal de Lisandro de la Torre que
liciones con otras fuerzas políticas. A través de del peso electoral del partido.
estas alianzas, impusieron en 1894 a Guiller La tercera agrupación nacional que actuó
mo Udaondo como gobernador de Buenos Ai durante parte de este período fue el Partido So
res, y en 1906 triunfaron en la Capital Federal cialista, fundado por Juan B. Iusto en 1896. La
integrando una lista encabezada por Carlos nueva agrupación fue la expresión local de un
Pellegrini. La influencia del “mitrismo” estuvo vasto movimiento internacional que trasladó a
limitada a la ciudad y a la provincia de Buenos la arena política una serie de reivindicaciones
Aires, y a Corrientes a través del Partido Libe que se habían originado en el campo econórni
ral. Compensó su limitado caudal electoral co-social. Los socialistas argentinos adhirieron
con la presencia de dirigentes de gran influen a la II Internacional y, dentro de ella, se identi
cia nacional: Bartolomé y Emilio Mitre, Gui ficaron con las ideas expresadas por el ala más
llermo Udaondo, Antonio Bermejo, Bonifacio reformista y moderada, de la cual el social de
Lastra, etc. mócrata alemán Eduardo Bernstein fue, qui
La naturaleza de este capítulo llevó a pres zás, el vocero más representativo.
cindir de importantes agrupaciones provin Recibieron influencias, además, de los
ciales, muchas de ellas alineadas dentro del cooperativistas belgas, de los laboristas britá
Partido Autonomista Nacional. Parece opor nicos y de sus equivalentes en Australia y Nue
tuno, sin embargo, hacer una breve mención a va Zelanda. Si bien Iusto era un lector atento
una agrupación provincial, la Liga del Sud, de las obras de Marx y Engels, éstas influyeron
que, además, de presentar características no parcialmente en su pensamiento, donde se
habituales, tuvo una actuación que trascendió combinaron con otras corrientes provenien
el plano regional después de la sanción de la tes, especialmente, del positivismo y del evolu
Ley Sáenz Peña. La Liga (luego de 1914, Parti cionismo spenceriano. En el plano institucio
do Demócrata Progresista-PDP) actuó en la nal, los socialistas fueron partidarios de la lla
provincia de Santa Fe y fue uno de los tantos mada “vía parlamentaria” y participaron, por
desprendimientos de la Unión Cívica Radical. lo tanto, activamente en los comicios y en los
Tuvo como su dirigente más importante a Li cuerpos legislativos. Distinguieron entre un
sandro de la Torre, luego candidato a presi programa “mínimo” de aplicación inmediata y
dente por el PDP en las elecciones de 1916. La otro “máximo” que apuntaba a la sociedad del
Liga propuso al comienzo una plataforma tí futuro. El primero postulaba introducir mejo
picamente localista, como el reclamo del tras ras en las condiciones de trabajo, en el sistema
paso de la capital provincial desde la ciudad de fiscal (libre cambio e impuesto a la renta) y
Santa Fe a la de Rosario. Influida por el mode monetario (patrón oro). Reclamaba, además,
lo estadounidense, planteó reivindicaciones las mismas reformas políticas por las que bre
municipalistas y presionó por otorgarle el su gaban los partidos de la oposición y algunas
532 fragio a los extranjeros, pero propuso, además, facciones disidentes dentro del oficialismo.
LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO Y LA REFORMA POLÍTICA (1880-1914)
Los socialistas eran partidarios, también, de tituciones sociales incidieron en la vida políti
sustituir el sistema federal por uno explícita ca, a la cual llevaron protestas, peticiones y re
mente unitario. clamos. De todas ellas, las que mayor actividad
Los socialistas no se limitaron exclusiva desplegaron fueron, sin duda, los sindicatos
mente a la participación política y legislativa. obreros.
Fueron también activos en la organización y di Hasta fines del siglo XIX, el movimiento
rección de entidades cooperativas, a las que obrero avanzó lentamente y con alguna errati
Juan B. Justo otorgaba, además de la función cidad. Este ritmo se modificó sustancialmente
económica, un significativo valor educativo. a partir del nuevo siglo, que asistió a un creci
Más importante aún para los socialistas fue su miento llamativo del número de organizacio
participación en el naciente movimiento sindi nes gremiales. Este incremento llevó a la for
cal. La presencia de las organizaciones gremia mación de las primeras centrales sindicales.
les, en rigor, fue uno de los aspectos más nove En 1901 se constituyó la Federación Obrera Ar
dosos del período, y merece, por tanto, una bre gentina (FOA) que fue reemplazada al poco
ve referencia a sus principales características. tiempo por la Federación Obrera Regional Ar
gentina (FORA). En 1905, la llamada FORA
del V Congreso proclamó su adhesión a los
LA DIMENSIÓN SOCIO-POLÍTICA principios anarquistas, posición que mantuvo,
con serias dificultades a partir de 1910, hasta
El rápido crecimiento económico registra 1915. Este año, un nuevo Congreso de la FO
do en el período trajo consigo fuertes muta RA (el X) marcó el comienzo del predominio
ciones sociales. Entre ellas, sobresalió la apari de los llamados sindicalistas, predominio que
ción de nuevos grupos socio-económicos tan se mantendría por más de dos décadas. En
to en el ámbito urbano como en el rural. La 1907 se había formado la Unión General de
aparición de una vasta capa de sectores me Trabajadores (UGT) central adherida al Parti
dios, con sus consiguientes subdivisiones, y la do Socialista, aunque caracterizada, por una
emergencia de un proletariado urbano fueron tensa relación entre la parte gremial y el sector
claras ilustraciones de este proceso. Los nue político de la agrupación. El movimiento
vos grupos pronto se agruparon en institucio obrero así conformado se fue organizando al
nes que procuraron defender y promover sus rededor de dos núcleos principales, los gran
intereses. Ya antes de 1880 se había formado la des puertos como Buenos Aires y Rosario que
influyente Sociedad Rural Argentina que con se habían constituido en verdaderos emporios
gregó a los propietarios ganaderos del litoral laborales, y los centros ferroviarios con su red
pampeano. Aparecieron, asimismo, una serie de industrias conexas.
de asociaciones comerciales con el mismo La acción desarrollada por los distintos
propósito y, en 1882, se fundó la muy activa gremios fue consecuencia, en buena medida,
Unión Industrial Argentina. Más adelante, en de las ideologías que adoptaron. Los más
1912, se formó la Federación Agraria Argentina combativos fueron, desde luego, los sindica
que representó a los agricultores arrendatarios tos de orientación anarquista, los que propi
de la región cerealera. Todas estas nuevas ins ciaron en algunas ocasiones la declaración de 533
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
huelgas generales. Más moderadas fueron las cutivo a expulsar (sin necesidad de juicio) a
posiciones de los sindicalistas, los que, sin los extranjeros que consideraba peligrosos pa
embargo, coincidían con los anarquistas en su ra la seguridad interior.
rechazo a la participación política y a la nego El movimiento obrero modificó, enton
ciación con los poderes públicos. Los gremios ces, aspectos importantes de la vida cotidiana
socialistas, por el contrario, apoyaron las y afectó, además, la actitud de algunos acto
campañas políticas de su partido y defendie res políticos. El gobierno, por ejemplo, debió
ron la idea de que el parlamento era un ins tomar decisiones frente a la demanda de las
trumento útil para lograr mejoras en las con organizaciones sindicales. Las respuestas va
diciones de trabajo. riaron desde la adopción de medidas represi
Los datos que aportó el nuevo Departa vas, como la ya citada Ley de Residencia, has
mento Nacional de Trabajo para el período ta la propuesta de normas que incorporaban
1907- 1916 dan cuenta de la existencia de cien parte de las demandas gremialesxLa más in
tos de huelgas en la ciudad de Buenos Aires, de teresante de estas propuestas fue el volumi
las cuales cinco fueron de carácter general. noso y original Código de Trabajo presenta
Más de la mitad de esos paros procuraron ob do en 1904 por el presidente Roca y su minis
tener aumentos salariales o reducciones en las tro Joaquín V. González. El Qódigo introdu
jornadas de trabajo. Como resultaba normal cía, por primera vez, la noción de contrato
en una etapa inicial, muchas de las huelgas (al colectivo y legislaba sobre una serie de medi
rededor del 35%) estuvieron dirigidas a for das tendentes a mejorar las condiciones labo
mar y a consolidar a las organizaciones gre rales. En su redacción habían colaborado con
miales. Cerca del 40% de los paros obtuvo, to González algunos conocidos intelectuales so
tal o parcialmente, la satisfacción de las de cialistas como Iosé Ingenieros y Augusto
mandas sindicales. Es posible que el porcenta Bunge. A pesar de estas circunstancias, el Có
je citado sea mayor si se tienen en cuenta sólo digo fue rechazado por los sindicatos que
aquellos movimientos relacionados exclusiva consideraron que la nueva legislación incor
mente con las condiciones de trabajo vigentes poraba normas que conducían a una, para
(salarios, horarios, etc.). ellos, inaceptable injerencia del Estado en las
La huelga general, finalmente, estuvo muy relaciones laborales.
en boga en algunos países latinos del conti Los conflictos sociales no sólo afectaron
nente europeo. En la Argentina, en realidad, las zonas urbanas. En 1912 estalló una inusual
nunca abarcó al conjunto del país, ni siquiera huelga entre los arrendatarios de la región del
a todas las industrias de las zonas afectadas. Al maíz (Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba) que
impactar, sin embargo, en actividades crucia se negaron a levantar la cosecha. Reclamaban
les para una economía exportadora, tuvo con que los propietarios rebajaran el precio de los
secuencias económicas que iban más allá de su arriendos. La huelga, conocida luego como el
dimensión regional o numérica. La demanda Grito de Alcorta, se extendió por cerca de dos o
permanente de las huelgas generales fue recla tres meses y conmovió tanto al gobierno na
mar la derogación de la ya mencionada Ley de cional como a las autoridades de las provin
534 Residencia (1902) que facultaba al Poder Eje cias afectadas. La reacción de estas últimas fue
LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO Y LA REFORMA POLÍTICA (1880-1914)
La primera de ellas fue, quizás, un aumento publicado en Dr. Roque Sáenz Peña: in memoriam, Buenos
Aires, 1916.
significativo en la proporción de gente que
concurrió a los comicios. La participación de Santa Fe y la Capital Federal. En este último
electoral venía creciendo ya con anterioridad a lugar, la elección fue tan reñida que el tercer
la sanción de la ley pero el salto que se registró partido, el socialismo, logró elegir a dos dipu
a partir de 1912 fue llamativo: en 1910 había tados nacionales. En 1914, nuevamente en
votado algo más del 20% del electorado; en elecciones de diputados nacionales, los radica
1912 lo hizo alrededor del 70%. Cierto es que les agregaron un triunfo en Entre Ríos e irn
este porcentaje cayó en 1914 al 55%, pero aun portantes avances en Córdoba y la provincia
así el aumento fue importante. de Buenos Aires. Las novedades mayores se
La posición de los distintos partidos co produjeron en la Capital Federal, donde los
menzó, también, a modificarse como conse socialistas desalojaron a los radicales del pri
cuencia de la aplicación de la nueva ley. En los mer lugar. La elección repetía el resultado de
comicios legislativos de 1912, los partidos ofi un comicio aislado de senador nacional de
cialistas se impusieron en casi todos los distri 1913, y produjo temor en algunos sectores
tos del país, con las importantes excepciones dentro del oficialismo y, también, de la UCR. 535
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
Estos temores no habían conmovido al presi vida política y atentos solamente a las oportu
dente Sáenz Peña, que analizó el problema con nidades que abría la prosperidad económica.
bastante realismo: “Se trata de partidos [los Para Pellegrini (y Cané), la forma de revertir
socialistas] que operan dentro del orden y de esta situación era a través de una competencia
la libertad, con sus doctrinas y sus hombres electoral transparente que revirtiera la decli
amparados por la Constitución. Por el hecho nación de los valores cívicos.
de votar no son partidos revolucionarios”. A La posición de los “pellegrinistas” fue reto
pesar de los avances registrados por la oposi mada por uno de ellos, Roque Sáenz Peña, en
ción, todavía hacia 1914 existían ventajas para 1910. Los argumentos esgrimidos a favor de la
las agrupaciones oficialistas, ventajas que ha reforma eran similares a los que había expre
cían razonable el optimismo de Lisandro de la sado su predecesor cuatro años antes. Ante los
Torre, candidato a presidente por la coalición reparos de algunos dirigentes oficialistas,
oficialista para las elecciones de 1916. Sáenz Peña sostuvo que la manera de encarar
Teniendo a 1914 como fecha final, el histo los problemas futuros era mediante la consti
riador debería narrar los hechos como I. Hui tución de un sólido partido conservador con
zinga aconsejaba hacerlo en circunstancias si capacidad de competir en comicios francos. Si
milares: “Si escribe sobre el golpe de Estado de bien la tesis del Presidente fue aceptada por la
Brumario debe hacerlo como si todavía fuera mayoría de los autonomistas nacionales, y la
posible que Bonaparte no estuviera por ser ig ley electoral finalmente aprobada en el Con
nominiosamente rechazado por sus compa greso, hubo dirigentes de peso que considera
triotas”. En 1916, sin embargo, los comicios ron que la reforma constituía un salto en el va
consagraron el triunfo de la UCR con la con cío. Uno de ellos fue Iulio Roca, quien ya reti
siguiente derrota de los partidos oficialistas. Es rado de la vida política tuvo expresiones críti
conveniente, en consecuencia, reflexionar bre cas sobre la ley: “Ya veremos en qué se convier
vemente sobre las razones que condujeron a te el sufragio libre cuando la violencia vuelva a
un resultado que en 1914 no aparecía necesa amagar. Los líricos, los ingenuos, los que no
riamente como el más probable. conocen el país ni han vivido su vida, ni saben
Las facciones reformistas del PAN habían lo que contiene, claro está que no han podido
arribado a la Ley Sáenz Peña luego de un tra pensar en todo esto”. Roca presagiaba un futu
bajoso y largo recorrido. Ya a comienzos del si ro similar al que estaba viviendo México des
glo (para no retroceder hasta la experiencia pués de su revolución.
modernista del ‘9l), Pellegrini y sus amigos Desde el punto de vista reformista, pues,
(Cané, Casares, los Ramos Mejía, Sáenz Peña, el éxito futuro dependía de la constitución de
etc.) habían fundado el Partido Autonomista un partido unificado y con principios claros.
para impulsar el saneamiento del sistema elec Disciplina partidaria sin grandes jefes o, en
toral. Estimaban que el cambio era necesario palabras de Sáenz Peña, “partidos orgánicos e
para renovar a una vieja generación autono impersonales”, una combinación que no ha
mista demasiado dependiente del apoyo de los bía sido demasiado habitual en las filas con
caudillos lugareños. Los jóvenes, por otra par servadoras. Hacia 1914, sin embargo, el inten
536 te, eran percibidos como desinteresados de la to pareció materializarse con la formación del
LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO Y LA REFORMA POLITICA (1880-1914)
Partido Demócrata Progresista, una coalición goyen, la UCR decidió abandonar la absten
de partidos oficialistas a los que se agregó la ción y participar activamente en las elecciones
Liga del Sud santafesina. El nuevo partido que tuvieron lugar a partir de la sanción de la
reunió a los más calificados dirigentes de la ley Sáenz Peña. La abstención había consoli
facción reformista del autonomismo (loa dado al partido y las épocas de conspiración
quín V. González, Indalecio Gómez, Benito habían repercutido sobre la organización de la
Villanueva, Iulio Roca [h], etc.) y ungió, co vida partidaria fortaleciendo a los centros más
mo se señaló, a de la Torre como candidato a fuertes y, especialmente, al liderazgo de Hipó
presidente. El “partido orgánico e irnperso lito Yrigoyen. Ya en 1914 el radicalismo tenía
nal” parecía una realidad con sólidas aspira una organización nacional unificada y un lí
ciones de éxito. Había perdido,‘ sí, a uno de der reconocido por casi todas las facciones que
sus máximos inspiradores, al presidente integraban la agrupación. El primer aspecto
Sáenz Peña que falleció en ese mismo año de contrastaba claramente con la dispersión re
1914, luego de una larga enfermedad. gionalista de sus principales adversarios. El
El nuevo partido no tardó en suscitar pro contraste había sido claramente advertido por
blemas de alguna envergadura. El primero, y Antonio Sagarna, un conocido comentarista
muy importante, fue la tensión que se generó de la Revista Argentina de Ciencias Políticas,
entre el proyecto reformista y las tradiciones quien analizando una campaña electoral en
que habían implantado los “caudillos” en mu Córdoba sostuvo que “mientras el partido del
chos distritos del país. En esas tradiciones se poder se empeñaba en sostener la elección
apoyaban, por ejemplo, las pretensiones polí [...] sobre la base estrecha y localista [...] del
ticas del fuerte dirigente bonaerense Manuel rancio poder provincial [...] el partido del lla
Ugarte, que no veía con buenos ojos el “expe no [UCR] desplegó [...] la bandera del nacio
rimento reformista”. En este sentido, la candi nalismo solidario”. Hacia 1914, como se men
datura de Lisandro de la Torre, con su pasado cionó, ya era visible el avance electoral del ra
antioficialista, no ayudaba demasiado a dis dicalismo en los centros más avanzados y po
minuir las tensiones existentes. Ya no existían, blados del país.
tampoco, los influyentes líderes de antaño Ésta era, en consecuencia, la situación rei
(Roca, Pellegrini y, quizá, Sáenz Peña) capaces nante en el país hacia 1914. Con algunas disi
de unificar al partido en apoyo a una candi dencias, la mayoría de los sectores más influ
datura extrapartidaria. El viejo PAN (ahora yentes de la vida política había aceptado los
Partido Demócrata Progresista) parecía estar cambios introducidos por la Ley Sáenz Peña.
sin timonel en el momento que más lo nece El único nubarrón preocupante en aquel año
sitaba. provenía, en rigor, de la vieja Europa. En ese
En la oposición, por el contrario, se vivía momento se iniciaba lo que sería la más ho
un clima muy diferente. Luego de superadas rrenda experiencia bélica que hubiera conoci
algunas reticencias, atribuidas al mismo Yri do hasta entonces el género humano.
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