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Modelo agro exportador 1870-1930

Organización económica propia de algunos países de Latinoamérica, especialmente argentina a finales del siglo XIX. Gracias
a este modelo la economía argentina volvió a funcionar. Consistió en el aprovechamiento masivo de plataformas
territoriales para desarrollar el cultivo y explotación de materia prima con fines de exportación, pues esta es, su principal
fuente de ingreso. Todos estaba separado en 2, por un lado los que exportaban materia prima y por otro los que fabricaban
productos manufacturados para venderlos a países productores a un mayor precio.

CAUSAS: su surgimiento radica principalmente en la cantidad de terreno cultivable disponible en estas naciones. Por otro
lado las grandes inversiones extranjeras que fueron abundantes en Argentina por ejemplo permitían levantar una
infraestructura agrícola extensa a medida que Gran Bretaña se consolidaba como el principal comprador de dichos
productos.

CONSECUENCIAS: principalmente tienen que ver con el gran crecimiento del agro pero no con su desarrollo y
modernizacion. Además este modelo agroexportador no apuntaba a una implantación de capitalismo industrial y
surgimiento de una sociedad tecnificada. Paralelamente los países de la periferia se concentraban en generar riqueza a
partir de suministrarle al primer mundo los materiales necesarios para su desarrollo

FIN DEL MODELO: Tuvo fin con la crisis mundial de 1930 (caida de la bolsa de wall street), obligando a los países a
reemplazar toda máquina de consumo externo es decir, los paises manufactureros debieron dejar de comprar materia
prima, por lo que las inversiones en america latina cayeron. Como solución a esto se implementó el consumo interno.
¿Como? Hubo un incremento poblacional lo que provocó un mayor consumo interno de productos, por lo cual aquí se
promulga el ISI para dejar de consumir productos extranjeros y apreciar los locales. Además de esta gran crisis, el modelo
estaba acompañando paralelamente de una política de endeudamiento externo que atribuyó en su desarrollo local

El Fordismo
El fordismo es un sistema en la producción industrial en serie, establecido antes de la Primera Guerra Mundial. El concepto
recibe el nombre de Henry Ford. El fordismo apareció en el siglo XX promoviendo la especialización, la transformación del
esquema industrial y la reducción de costos, a la vez cuenta con estrategias basadas en la estandarización y el control de los
tiempos de trabajo obrero. El fordismo llevó estas estrategias a su máxima expresión, mediante una estrategia de
expansión del mercado con su consecuente aumento de cantidades y máxima estandarización. Se logra por primera vez la
producción en masa que requería un consumo en masa.

- Aumento de la división del trabajo.

- Profundización del control de los tiempos productivos del obrero (vinculación tiempo/ejecución).

- Reducción de costos y aumento de la circulación de la mercancía (expansión interclasista de mercado) e interés en el


aumento del poder adquisitivo de los asalariados (clases subalternas a la élite).

- Políticas de acuerdo entre obreros organizados (sindicato) y el capitalista. - Producción en serie.

CAPITULO 6. 1955-1966
Estado, actores sociales y sistema político

Con el golpe de Estado que derroca a Perón en 1955 inició para argentina un período de inestabilidad y violencia política
donde las FF.AA. desempeñaron el rol de “custodios”. Hasta la vuelta del peronismo en 1973, el destierro del
movimiento fundado por Perón fue lo que rigió el funcionamiento del sistema político para evitar una “ley de hierro”: la
victoria del peronismo en elecciones libres. En esta etapa hubo gobiernos civiles “débiles”, con gobiernos militares
“fuertes”, que venían a imponer el orden que los civiles eran “incapaces” de asegurar. En 1962 y 1966, las FF. AA,
interrumpieron las experiencias semidemocráticas de la UCR Intransigente y la UCR del Pueblo, pero en 1966, con la
“Revolución Argentina”, los sectores liberales decidieron asumir el control del Estado. Ademas, las clases populares y
fracciones superiores de la burguesía nacional y transnacional se disputaron la orientación económica del país.

En lo económico, se mantuvo el modelo ISI hasta la consolidación de la orientación neoliberal impuesta por la dictadura
cívico militar en 1976, consecuencia directa: la desindustrialización.

1. Para contextualizar

Post 2da Guerra Mundial el sistema capitalista ingresó en la edad de oro, caracterizada por una expansión y crecimiento
económico. Aspectos sobresalientes de estas dos décadas de acumulación “fordista” fueron la expansión del empleo,
del trabajo asalariado, del consumo masivo y el establecimiento de una forma de regulación política y social
caracterizada por el alto grado de dirección económica.

(EEUU y la Unión Soviética vencedoras de la 2da GM) se repartieron áreas de poder e influencia en el mundo. Formaron
2 alianzas militares: la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que nucleaba a las potencias occidentales piloteada
por EE.UU. y el Pacto de Varsovia, unión militar de los países socialistas regenteada por la URSS. Post guerra ambos
países comenzaron a enfrentarse de manera indirecta en conflictos militares, como las guerras de Vietnam y Corea, en
las que cada uno apoyaba a diferentes bandos sin entrar en una guerra directa. Este período fue la “guerra fría” en el
cual Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se temían entre si. Sucesos de gran significación,
como la construcción del Muro de Berlín (1961-1989) la descolonización de Asia y África (destacándose en particular la
Revolución Argelina en 1962); la guerra de Vietnam (1964-1975), la Revolución Cultural China con Mao Tse Tung (1966).

En América lo más importante fue la Revolución Cubana (1959). Desde la Sierra Maestra, en 1957 y 1958, un pequeño
grupo de guerrilleros combatieron contra el ejército del dictador Fulgencio Batista. Recibieron apoyo de distintos
sectores, especialmente campesinos y estudiantes universitarios. El 1º de enero de 1959 Batista huyó a EEUU. Este
proceso revolucionario tuvo en sus inicios un carácter democrático liberal. En 1961 Fidel proclamó el carácter socialista
de la revolución. Un mérito importante de la Revolución Cubana fue enseñar que la revolución era posible, “que los
pueblos pueden hacerla, que en el mundo contemporáneo no hay fuerzas capaces de impedir el movimiento de
liberación de los pueblos”. Ese fue el mensaje interpretado por hombres y mujeres preocupados por el destino de sus
pueblos y dispuestos a transformarlo. Se inició en América un período de organización de una oposición armada al
sistema capitalista y a la hegemonía de Estados Unidos.

El Che Guevara consideraba que el “foco” guerrillero debía ser chico, pero que la lucha guerrillera grande y extenderse a
toda Latinoamérica. Su idea de exportar la revolución lo condujo a pelear en el Cono Sur, renunciando a los puestos
ministeriales que Fidel Castro le había asignado en Cuba. El 9 de octubre de 1967, un día después de ser capturado por
el ejército boliviano, el Che Guevara fue asesinado en la localidad de La Higuera

En este contexto de guerra fría y de conflicto Este-Oeste fue gestándose la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) que
sera soporte ideológico de los regímenes militares de América Latina encargados de hostigar, disciplinar y asesinar a
ciudadanos. La DSN supuso la subordinación de las fuerzas armadas latinoamericanas a la lógica y a las hipótesis de
conflicto de las fuerzas armadas norteamericanas.

2. 1955-1958: Revolución libertadora

El golpe que en 1955 derrocó a Perón tuvo un antecedente inmediato: a mediados de junio de 1955 la aviación naval
arrojó sobre Plaza de Mayo 9,5 toneladas de bombas y metralla. Ese intento golpista fracasó pero no se detuvo
coronando su éxito en las jornadas de septiembre. En 1955, como en 1945, volvió a hacerse evidente una polarización
social y política. Por un lado, la mayoría de los trabajadores y sus estructuras sindicales mantuvieron su adhesión a
Perón. Por el otro, se conformó un abanico opositor en el que se alinearon la burguesía industrial y agropecuaria que
había visto recortada su rentabilidad por la política económica del peronismo; un sector de la pequeña y mediana
burguesía industrial beneficiado por el modelo industrialista, los monopolios exportadores afectados por el IAPI; los
partidos políticos que encarnaban la oposición (radicales, socialistas y comunistas); la prensa (amordazada por la
censura); la universidad; la Iglesia y un sector de la clase media católica y las fuerzas armadas. Estas últimas FF.AA.
continuaron expresando en 1955 los intereses básicos del bloque dominante y acordaron con él en la necesidad de
reemplazar al gobierno peronista por otro funcional al nuevo desarrollo capitalista.

EE.UU. celebro el cambio estructural en Argentina. Porque si bien el anticapitalismo del peronismo no pasó de ser
“verbal” la política exterior de nuestro país se encuadraba en la “Tercera Posición” y le impedía al país conformar un
bloque anticomunista en América. Además, el impedimento de los diputados peronistas al contrato con California
Standard Oil revelaba que el peronismo no era confiable para facilitar la nueva etapa del capitalismo conducida por
las empresas transnacionales.

Encabezados por Eduardo Lonardi, los sectores civiles y militares el 16 de septiembre de 1955 derrocaron el segundo
gobierno constitucional de Juan Perón, impusieron una dictadura autoproclamándose como la Revolución Libertadora.
“Libertadora” porque “liberaba” a la sociedad argentina del “tirano”, y a la vez porque aludía al fin del proteccionismo
estatal, imponía la “libertad de mercado” y recuperaba algunas libertades individuales que habían sido limitadas por el
peronismo. Objetivo, el desplazamiento de Perón.

Lonardi consideraba que, eliminada la figura de Perón del escenario político, los peronistas podían ser incorporados al
nuevo proyecto de país, para él, no había “vencedores ni vencidos”.

Lonardi acababa de prometer elecciones en todos los gremios. Esta decisión selló su suerte: la “revolución” no se había
hecho para permitir elecciones que significarían la inexorable victoria de los partidarios del régimen depuesto. Se había
hecho “para que el hijo del barrendero muera barrendero”

El golpe de 1955 produjo el derrocamiento de Perón, y propuso desmantelar el modelo político prevaleciente durante
los diez años anteriores. El modo de dominación peronista, basado en la relación directa entre líder y masas, había
hecho de Perón el único depositario de la representación del pueblo; la Reforma Constitucional de 1949 había puesto el
acento en los derechos sociales del trabajador y la censura política a los partidos opositores. El debilitamiento de los
canales parlamentarios hizo que el régimen fuera concebido como una “dictadura totalitaria”. En adelante, la oposición
propuso como objetivo el restablecimiento del régimen parlamentario y el sistema de partidos. Este último fue un
objetivo que se frustró recurrentemente:

 entre 1955 y 1958 el gobierno fue ocupado por dos administraciones militares
 en 1962, los militares, con el apoyo de varios partidos y UCR del pueblo, derrocaron al presidente Frondizi
 entre 1962-1963 se estableció un gobierno civil (el de José María Guido) que gobernó cumpliendo las órdenes e
intereses de las FF.AA.
 en 1966 las fuerzas armadas volvieron a intervenir para derrocar al gobierno del presidente Arturo Illia. El
golpismo era un componente del sistema político argentino que jaqueaba la estabilidad institucional.

Con Perón en el exilio, en el escenario argentino se configuraron nuevos modos de hacer política, entre ellos

3. el surgimiento de desfasajes entre el nivel de los intereses socioeconómicos y el de los bloques políticos
4. la formación de un movimiento obrero sindical peronista que se constituyó en un actor político autónomo y
articuló una estrategia defensiva y de oposición
5. el ingreso de los militares a la arena política: simularon convertirse en “guardianes” de los gobiernos
constitucionales.

“Ley de hierro”. Para sortear esa “ley” – que implicaba la victoria inexorable del peronismo en elecciones libres y sin
proscripciones– el peronismo fue proscripto durante dieciocho años. La respuesta del pueblo peronista fue la
“resistencia”, primero espontánea y clandestina, luego organizada por los sindicatos. Los trabajadores resistieron una
política que pretendía eliminar los rasgos constitutivos de su identidad y restaurar las condiciones de la etapa
preperonista
NO NOMBRAR A PERON: A través del decreto 4161/56, el ala dura de la “revolución libertadora” desterró políticamente
al peronismo y detalló prohibiciones que apuntaban a eliminar los símbolos de pertenencia e identificación política del
peronismo (la prohibición de nombrar a Perón o a Eva Perón, la prohibición de cantar la Marcha peronista o de exhibir
fotos del “tirano depuesto y su esposa”, entre otras estipulaciones). La durísima persecución hacia los trabajadores a
partir del gobierno de Aramburu y Rojas (despidos, cárcel, tortura, fusilamientos), en vez de lograr “desperonizarlos”
provocó que vastos sectores de obreros, que se habían sentido decepcionados con la segunda presidencia de Perón,
revalorizaran al peronismo

Caños (trozos de caños rellenos con explosivos) y miguelitos (clavos de tres puntas que se fabricaban a granel en las
fábricas metalúrgicas y se arrojaban para reventar neumáticos y garantizar las huelgas) fueron dos “instrumentos” de la
“Resistencia”. Acompañaron la estrategia huelguística y el sabotaje como forma de repudio a la exclusión, por un lado, y
a las intenciones de modificar los convenios laborales, por otro.

El objetivo de desperonizar la sociedad, la proscripción, el revanchismo clasista del sector liberal, las persecuciones,
llevaron a los trabajadores a buscar caminos alternativos para expresar su repudio.

Este proceso significó “el cierre del orden institucional”. Los militares habían accedido al gobierno con la consigna de
lograr una salida democrático-institucional en el corto plazo, pero sin que ello implicara entregar el gobierno
nuevamente a los desplazados. Asumieron con la consigna de la “libertad” pero ejercieron el gobierno imponiendo
prohibiciones. La creencia de que era posible acabar con el peronismo se tradujo en medidas tales como la disolución
del partido, la intervención de la CGT y los sindicatos, cuyos dirigentes fueron encarcelados y perseguidos. También se
suspendieron las convenciones colectivas de trabajo y fue derogada, por decreto, la Constitución de 1949 que contenía
los derechos adquiridos por los trabajadores.

Esto fue la “semidemocracia” ya que, si bien se mantuvo el funcionamiento de las instituciones republicanas y el
sistema de partidos, se proscribió al peronismo, dejando sin representación política a casi la mitad del electorado
argentino.

Pasada esto, los trabajadores comenzaron a organizarse. La consigna “Perón vuelve” orientó el accionar de los hombres
y mujeres que trabajaban en secreto en la resistencia peronista. Fue aquel un proceso de radicalización de las bases que
se organizaron tanto a través de los “sindicatos paralelos” y “comandos de la resistencia”, apelando a todos los métodos
posibles para expresar su descontento: sabotajes, boicots, huelgas, la colocación de explosivos caseros.

3. La “columna vertebral”

Dentro del movimiento sindical se produjo una primera división: un sindicalismo “oficialista”, no peronista, denominado
los “32 Gremios Democráticos”, y los sindicatos peronistas conocidos como las “62 Organizaciones”. Dada la
proscripción política del peronismo y la ausencia de su líder, “las 62” se convirtieron en la columna vertebral del
peronismo, representándolo.

Los sectores confrontacionistas del sindicalismo tuvieron un rol activo durante la “revolución libertadora”. Algunos de
sus dirigentes participaron del frustrado alzamiento en junio de 1956 de los generales peronistas Juan José Valle y Raúl
Tanco, que terminó con una represión ejemplar: el fusilamiento de los cabecillas y participantes civiles.

A partir del gobierno de Arturo Frondizi, la normalización de la CGT permitió la recuperación de su control por las “62
Organizaciones peronistas”. La CGT utilizó varias estrategias: combinó la acción directa, la huelga general, la toma de
fábricas con la negociación con el Estado.

En este período fueron conformándose, en el seno del sindicalismo, tres tendencias: una tendencia “combativa”, que
privilegiaba la confrontación con el Estado; una tendencia “participacionista” que se inclinaba por la negociación; y una
corriente mayoritaria que alternaba la confrontación con la negociación.
SINTESIS: los obreros peronistas se constituyeron en un actor social inevitable para la disputa del poder político y desde
1955 aprendieron a presionar con movilizaciones y a negociar para defenderse y resistir. Su fuerza residió en tres
aspectos: su carácter de sindicato único; la adhesión de los obreros al peronismo y su organización burocrática (que
permitía que las decisiones de los líderes sindicales estuvieran respaldadas por cientos de miles de votos).

En 1957 el sindicalismo peronista resumió un conjunto de propuestas que trascendían el reclamo salarial y
expresaban el rechazo de la clase trabajadora a la asunción de un rol pasivo en la definición de un modelo de país . Allí
plantearon un conjunto de objetivos, organizados según los tres principios rectores del peronismo

 la independencia económica
 la justicia social
 la soberanía política

Objetivos:

1. la necesidad del control estatal sobre el comercio exterior


2. la liquidación de monopolios extranjeros de importación y exportación
3. el control obrero de producción y distribución de riqueza nacional y la participación en la dirección de empresas
privadas y públicas
4. una política de consumo interno
5. el control popular de precios
6. un salario mínimo, vital y móvil y la previsión social integral
7. una política económica que consolidara la industria pesada
8. la nacionalización de las fuentes naturales de energía
9. la nacionalización de los frigoríficos extranjeros
10.el control del crédito.

En el plano político

1. la necesidad del “fortalecimiento del Estado nacional popular, tendiente a lograr la destrucción de sectores
oligárquicos antinacionales y sus aliados extranjeros.

Exigían la “libertad de elegir y ser elegido, sin inhabilitaciones y el fortalecimiento de la voluntad popular” en clara
alusión a la proscripción del peronismo; y postulaban la “solidaridad de la clase trabajadora con las luchas de liberación
nacional de los pueblos oprimidos”

4. Una breve referencia a las variables económicas

A mediados de la década del 50 pareció agotarse el ciclo iniciado en los años 30 y profundizado bajo los gobiernos
peronistas. Si bien el sector industrial se mantuvo hasta 1976 como la matriz de acumulación del capital, las industrias
tradicionales comenzaron a ser desplazadas por las metalmecánicas y las químicas. El Primer Plan Quinquenal del
peronismo había fortalecido la industria liviana, el Segundo Plan Quinquenal apuntaba a la industria pesada,
imprescindible para sostener la industrialización. En consonancia con este objetivo, se habían diseñado políticas para
atraer capitales extranjeros. Luego del derrocamiento de Perón cuando los intereses extranjeros ocuparon una posición
importante en el desarrollo industrial argentino.

En estos primeros años se buscó imponer un nuevo modelo económico que desmantelara el anterior, asociado a la
distribución del ingreso y al Estado de Bienestar. La política se sometió a la economía, y se necesitó de un aparato
político represor para que la reorientación económica fuera aceptada por la ciudadanía.

Medidas económicas que dan cuenta de esta orientación: se desmanteló el IAPI; se privatizaron los depósitos bancarios;
se aflojaron los controles de precios; se congelaron los salarios; se modificó el congelamiento de arrendamientos rurales
y alquileres urbanos (en perjuicio de los inquilinos); se privilegió el ingreso de capitales extranjeros.
Raúl Prebisch, elaboró en octubre de 1955 un informe sobre la situación económica del país, en el cual proponía elevar
los precios de la producción agropecuaria ya que pensaba que no habría desarrollo sólido de la industria sin la base
de una agricultura próspera. Se impulsó la producción agropecuaria y se acordó con los dirigentes de la Sociedad Rural
Argentina la devaluación y la supresión de controles estatales en las exportaciones y en la política cambiaria.

El Plan Prebisch ponía el acento en el desarrollo de la industria siderúrgica, el petróleo y la petroquímica. Para el
economista, este desarrollo solamente era posible con la ayuda de inversiones extranjeras y de una política de Estado
que dirigiera la economía. Consiste en transferencia de una parte sustancial de nuestra riqueza y renta hacia las tierras
de ultramar. Los argentinos reducirán el consumo. De esta manera, aumentarán nuestros saldos exportables, y serán
más baratos, lo que será aprovechado por el consumidor inglés que ensanchará su cinturón, a medida que nosotros lo
vayamos achicando. La mayor parte de la industria, que se sustentaba en el poder de compra de las masas populares,
entrara en liquidación. Y cuando esto pase comenzara la desocupación. Será el momento de la crisis deliberada.
Mientras tanto nos iremos hipotecando con el fin de permitir que falsos inversores de capital puedan remitir sus
beneficios al exterior. Y como nuestra balanza de pagos será deficitaria, en razón de la caída de nuestros precios y de la
carga de las remesas al exterior, no habrá más remedio que contraer nuevas deudas e hipotecar nuestro porvenir. Aquí
se donarán/venderán nuestros propios bienes, como los ferrocarriles, la flota o las usinas. Poco a poco se irá
reconstruyendo el estatuto del coloniaje, reduciendo a nuestro pueblo a la miseria.

Argentina ingresó al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, rompiéndose el “aislamiento” de la década del
cuarenta. Con la ayuda para solucionar los problemas económicos más inmediatos llegaron también las “recetas” y
recomendaciones del FMI.

Estas “recetas” de “ajuste” tuvieron un fuerte impacto en el trabajo. Al empresariado les devolvían el control de sus
empresas al ilegalizarse la representación sindical y los cuerpos de delegados. Los trabajadores resistieron las
embestidas liberales y el sindicalismo comenzó su poder de veto a las políticas de estabilización económica. Porque las
crisis que se produjeron pretendieron ser resueltas con programas de “estabilización” económica. Estos programas
limitaron la expansión del empleo, redujeron el poder adquisitivo de los trabajadores e impactaron negativamente en el
consumo popular favoreciendo los saldos exportables de los bienes primarios y recomponiendo el nivel de divisas para
dar comienzo a un nuevo ciclo ascendente. Los sectores populares asalariados, aliados con las fracciones débiles de la
burguesía en la defensa del mercado interno, frenaron la continuidad de estas recetas de ajustes.

Post golpe contra Perón, comenzaron a evidenciarse, dentro del campo del antiperonismo, tres tendencias respecto de
la orientación de la economía y respecto del peronismo y las masas

¿Qué hacer con el capitalismo argentino? ¿Qué hacer con el peronismo y sus bases? Ambos dilemas dividieron y
enfrentaron a aquellos que habían acordado en el golpe de Estado contra Perón.

El Populismo reformista, representó en la UCR del Pueblo. Los radicales del Pueblo defendieron políticas económicas
nacionalistas, no muy lejanas al modelo socioeconómico del peronismo. Cuando gobernaron con Arturo Illia entre 1963
y 1966 desplegaron un modelo industrial distribucionista basado en la expansión de la industria liviana de consumo
masivo.

Los desarrollistas se expresaron en la UCR Intransigente (UCRI, el líder era Arturo Frondizi). Decían que el
estancamiento económico se debía a un retraso en el crecimiento de las industrias base. Esto solo podía recuperarse
mediante un proceso de modernización y profundización industrial que abarcara la expansión de los bienes de capital e
intermedios y de la infraestructura económica. Para lograrlo había que reducir el salario de los trabajadores en pos de
aumentar la renta de los industriales y en consecuencia, promover la inversión. Cuando gobernaron (entre 1958 y 1962)
implementaron un modelo industrialista concentrador que reservó un rol estratégico al capital extranjero. Respecto del
peronismo, se propusieron “integrar” a las masas hasta que la ideología peronista se diluyera definitivamente.
El sector liberal tenía como objetivo erradicar al peronismo y organizaciones sindicales que eran su expresión, reducir
el intervencionismo estatal y permitir que el mercado eliminara sectores industriales ineficientes. Esto no paso en la
esfera política. Al no contar con un partido que expresara los intereses de los sectores concentrados de la economía, los
liberales debieron optar por alguna de las versiones en las que se había dividido el radicalismo. La imagen del mercado
pasó a ser fundamental en la posición liberal, la cual suponía una reducción de la intervención del Estado.

En 1957 el régimen decidió encarar el traspaso del gobierno a los civiles manteniendo la proscripción del peronismo.
Para ello fue necesario llamar a una Convención Constituyente con las distintas fuerzas políticas. La UCR, se había
fragmentado en dos: la UCR del Pueblo (UCRP) que aglutinaba a los “reformistas” y estaba liderada por Ricardo Balbín y
la UCR Intransigente (UCRI), liderada por Frondizi. En secreto se firmó un “pacto” entre Perón y Frondizi que garantizaba
a este el voto de los seguidores de Perón a cambio de otorgar un perdón a todos los dirigentes y activistas peronistas
detenidos y desarrollar un programa de signo nacional-popular.

Frondizi ganó las elecciones y asumió la presidencia en mayo de 1958.

5. Los desarrollistas en el gobierno. Arturo Frondizi (1958-1962). Integración (política) y desarrollo (económico)

Propuesta política de Frondizi: contemplaba la integración política de las masas y “reconciliación” de los argentinos. El
integracionismo planteaba que los trabajadores pudieran “agregarse” a una conducción de la burguesía.

1ras medidas: apuntaron a “cumplir” lo acordado en el pacto con el peronismo. El Congreso votó una ley de perdon en
relación a los presos políticos y sancionó la Ley de Asociaciones Profesionales, que restablecía un sindicato único por
actividad. Aumentó salarios, congeló precios, aumentó pensiones y redujo tarifas de los transportes.

Pronto comenzaron las presiones de los representantes de grandes grupos económicos nacionales y extranjeros, la
Iglesia y militares.

La Iglesia, logró la eliminación del monopolio del Estado sobre la enseñanza. Las universidades, el decreto de la época
de Aramburu que permitía crear universidades “libres” y extender diplomas y títulos habilitantes no se había
reglamentado. Con la nueva Ley de Educación Superior se permitía la existencia de universidades privadas. Proliferaron
también las escuelas secundarias privadas, confesionales y laicas.

Lo “laico” hizo ruido en la sociedad.

La mayoría de las nuevas universidades privadas pertenecieron a la Iglesia. Se privilegió la enseñanza técnica y la
investigación científica. Estas áreas fueron preferenciales, sobre todo los rubros que tendrían más efectos
reproductivos, como el CONET y el CONICET.

Las Fuerzas Armadas mantuvieron su rol. Hostigaron a Frondizi con “planteamientos” a los que este fue cediendo.
Cuando a mediados de 1959 Perón denunció la firma del “pacto” con Frondizi, las fuerzas armadas, profundizaron las
presiones sobre el gobierno.

EE.UU. estaba interesado en mantener a América Latina bajo su influencia y neutralizar el ejemplo cubano. El presidente
John Kennedy lanzó la Alianza para el Progreso, un programa de ayuda económica, política y social para América latina
que operó entre 1961 y 1970. El gobierno de Frondizi decidió no alinearse con la política de EE.UU. en todo aquello que
tuviera que ver con Cuba. Hubo una reunión para excluir a Cuba del sistema interamericano, la delegación argentina se
abstuvo de votar pero los militares hicieron un nuevo planteo y el gobierno argentino acabó rompiendo relaciones con
la isla.

6. El “desarrollo” y el modo de intervención del Estado

El proyecto desarrollista de Frondizi fue elaborado por hombres de negocios, empresarios y técnicos. Frondizi y Frigerio
consideraban que la Argentina era un país subdesarrollado por su incapacidad para un crecimiento sostenido de sus
fuerzas productivas. El eje era el desarrollo de la industria intermedia, con el aporte de capitales y tecnología
extranjeros.

Hasta 1955 el crecimiento industrial se había apoyado en la ampliación del mercado interno, el nuevo proceso que se
iniciaba en 1958 tenía como eje dinámico a las grandes firmas multinacionales. La nueva etapa de industrialización
estuvo a cargo del capital extranjero.

El modelo sustitutivo de importaciones –concentrador– basado en la expansión de la producción de bienes suntuarios a


los que tiene acceso un sector reducido de la población que concentra altos ingresos. Objetivos:

 crear una infraestructura adecuada (transportes, siderurgia, autoabastecimiento de combustible y energía)


 desarrollar las industrias nacionales en todos los sectores y reemplazar las importaciones por artículos
elaborados en el país
 poner el agro al servicio de la industria
 aumentar las exportaciones, especialmente las no tradicionales.

En la 1ra etapa, para favorecer el desarrollo, se sancionaron leyes de radicación de capitales y de promoción industrial.
El objetivo: asegurar a los inversores extranjeros la libertad para remitir ganancias y repatriar el capital. Se estableció un
régimen especial a las inversiones en sectores claves para la nueva etapa de desarrollo: la siderúrgica, petroquímica,
celulosa, automotriz, energía y naturalmente el petróleo.

Frondizi había insistido en la nacionalización de los YPF reservando al Estado su rol monopolizador en la explotación y
comercialización de los recursos energéticos naturales. Ya en el gobierno, su política de aliento a una industrialización –
química, siderurgia, petroquímica– dependía del petróleo importado. El importante drenaje de divisas y la deficiente
estructura de YPF que impedía incrementar la producción, llevaron al presidente a encarar la “batalla del petróleo”.

En 1958 anunció la firma de varios contratos con empresas norteamericanas que operarían por cuenta de YPF, con el
propósito de lograr el autoabastecimiento de los hidrocarburos. YPF, por su parte, se comprometía a comprar el
petróleo que extrajeran las empresas, pagándolo con divisas. No se pensaba en exportar petróleo sino solo en el
consumo interno.

La producción petrolera se triplicó, lográndose el autoabastecimiento. A partir de 1959, los desarrollistas tuvieron que
afrontar graves dificultades en la balanza de pagos y una fuerte inflación.

Alsogaray (ministro) anunció el plan de “estabilización”, poniendo la estabilidad, por encima del desarrollo. Según
Alsogaray, era necesario reducir el gasto público y racionalizar los salarios, que no podían ser mayores a los incrementos
en la productividad.

Las principales medidas implementadas: privatización de algunos servicios públicos; achicamiento del Estado a través
del despido del personal; disminución de las barreras aduaneras; retroceso de la obra pública en infraestructura.

Dos décadas más tarde, la dictadura cívico-militar “resolvería” el problema de la indisciplina de los trabajadores a través
de la represión física –con el terrorismo de Estado– y la estrategia económica –la desindustrialización–.

Ejemplo de las tensiones entre el gobierno y los trabajadores fue la huelga en el frigorífico Lisandro de la Torre. En
enero de 1959. Los trabajadores del Frigorífico rechazaron el intento de privatización de su fuente de trabajo. Los nueve
mil trabajadores paralizaron las actividades y a partir de una asamblea, decidieron tomar el establecimiento para evitar
su venta a la CAP (Corporación Argentina de Productores). Los trabajadores de la zona se solidarizaron y todo el barrio
de Mataderos acompañó la medida. El gobierno decretó Estado de sitio, intervino el frigorífico y recurrió al ejército para
sofocar la huelga. Terminaron con la huelga, las pretensiones y la insurrección de los trabajadores y barrio todo. Cuando
el frigorífico abrió nuevamente sus puertas cinco mil trabajadores habían sido despedidos. El hecho despertó la
solidaridad de gremios que llamaron a sumarse a las medidas de fuerza.
Paralelamente en 1959, mientras Cuba se acomodaba a los sucesos de su revolución, aparecía la 1ra guerrilla peronista
en Argentina: el Ejército de Liberación Nacional Uturuncos, que respondía al liderazgo de John William Cooke, vocero
de Perón hasta 1958.

El plan de estabilización económica provocó un descontento social. Los peronistas, a través de los sindicatos,
respondieron con más resistencia, huelgas y sabotajes. El gobierno contraatacó con el Plan Conintes, que ponía en
manos militares la represión de todo tipo de manifestación, antecedente del posterior terrorismo de Estado. Durante su
aplicación las protestas disminuyeron.

En 1961, Álvaro Alsogaray renuncia, comenzando una nueva etapa desarrollista, pero ya sin sustento político.

Sin el apoyo de los trabajadores, con las fuerzas armadas en contra, una burguesía que se mostraba desconfiada del
presidente, Frondizi intentó salir de su aislamiento político permitiendo la participación de candidatos peronistas –el
peronismo seguía expulsado– en las elecciones para diputados y senadores de 1962.

Resultados de las elecciones: triunfo a los candidatos de Perón.

El disgusto de los militares por la posición de Frondizi de permitir las elecciones. Obligaron al presidente a anular las
elecciones —a lo que no se negó— e intervenir las provincias donde los peronistas habían ganado y, pese a la
aceptación, los militares igualmente decidieron derrocarlo el 28 de marzo de 1962. El cargo fue cedido a un civil: José
María Guido.

7. José María Guido (1962-1963)

El comandante del Ejército, Poggi, se ofreció a asumir como presidente de facto, pero los civiles se adelantaron y las
FF.AA. accedieron. José María Guido, presidente provisional del Senado, juró como Presidente de la Nación. Entre sus
medidas políticas:

 anuló los comicios de marzo


 dictó normas proscriptivas hacia el comunismo y el peronismo
 modificó la Ley de Acefalía, cambiando el plazo dentro del cual deberían celebrarse los comicios
 modificó el sistema electoral, para que los partidos tuvieran representación proporcional
 revisó la Ley de Asociaciones Profesionales a fin de impedir la instrumentación política de los sindicatos.

Un hecho significativo durante su mandato fue el enfrentamiento entre “azules” y “colorados”. La posición que tomaba
cada uno de los bandos respecto del peronismo fue la raíz de la diferenciación. Los Azules pensaban que Perón había
logrado evitar que los obreros se inclinaran al comunismo. Por eso podían aceptar un peronismo sin Perón. Además,
declararon que no era de su competencia las deliberaciones políticas. Por su parte, el antiperonismo de los Colorados
iba más allá y los hacía equiparar al peronismo con el comunismo.

Azules y colorados son antiperonistas, pero en distinta forma. Para los colorados, el peronismo es un movimiento de
clase sectario y violento que da lugar al comunismo. Los azules consideran que, a pesar de sus excesos, abusos de poder
y demagogia, el peronismo es una fuerza nacional y cristiana que salvo a la clase obrera del comunismo y constituye un
refugio contra la subversión.

El antiperonismo de los azules es profesional. Se opusieron a Perón porque pretendía ‘politizar’ al ejército y ponerlo a su
servicio. Los colorados, participaron en la Revolución Libertadora. Para estos y para varios argentinos, el obrerismo de
Perón era de naturaleza subversiva. En su antiperonismo visceral había un rechazo socio-étnico, lo que explica las
relaciones privilegiadas mantenidas entre los colorados y los radicales del pueblo. Si bien los colorados aspiran a una
dictadura militar capaz de eliminar el peronismo, algunos de ellos son demócratas convencidos de que el fenómeno
peronista es enfermizo. Los dos bandos se definen más bien por contraposición.
Durante 1962-1963 ambos bandos se enfrentaron en dos oportunidades. En 1963, el grupo azul derrotó al colorado. Su
líder, el general Onganía, fue nombrado comandante en jefe del Ejército.

En el Comunicado 150, se definió la posición del movimiento legalista. Las fuerzas rebeldes de Campo de Mayo exigían
la realización de elecciones mediante un régimen que asegurara a todos los sectores la participación en la vida nacional;
que impidiera la monopolización de la vida política y que asegurara “la imposibilidad del retorno a épocas ya
superadas”. Por lo tanto, la proscripción del peronismo debía mantenerse.

Otro hecho importante fue la desaparición, en agosto de 1962, del obrero metalúrgico Felipe Vallese, delegado de la
fábrica TEA SRL y miembro de la Juventud Peronista.

El gobierno de Guido llamó a elecciones. En esa transición política se formó UDELPA (Unión del Pueblo Argentino), que
llevaba a Aramburu como candidato a presidente. El convencimiento de que el radicalismo no tenía chances en la
elección, dado que todo apuntaba a la victoria de UDELPA, hizo que Balbín, presidente de la UCRP, designara como
cabeza de fórmula a Illia. La proscripción del peronismo siguió en pie. Desde el exilio, Perón recomendó nuevamente a
sus seguidores la estrategia del voto en blanco. El Dr. Arturo Illia fue electo presidente.

8. Los radicales del pueblo en el gobierno. Arturo Illia 1963-1966

En las elecciones de 1963 la fórmula de la UCR del Pueblo obtuvo la minoría de votos. Esto denoto su debilidad.

El “populismo reformista” puso énfasis en el desarrollo del mercado interno y en la protección del capital nacional
apostando al modelo industrializador de corte distribucionista, combinado con algunos elementos keynesianos: un
Estado activo en el control y planificación económica. El Congreso votó la Ley de Salario Mínimo, Vital y Móvil.

Dos políticas de Estado terminaron por retacearle al presidente el apoyo del capital extranjero, de los grupos
transnacionales y de los organismos internacionales: la anulación de los contratos petroleros y el impulso a una ley de
medicamentos.

En noviembre de 1963 Illia firmó los decretos que anularon los contratos petroleros.

El presidente resistió la presión del gobierno norteamericano y confirmó la anulación. Los contratos que fueron suscritos
a espaldas de la ley y de los intereses económicos del país serán anulados. YPF será la entidad superiora de nuestro
desarrollo.

El otro motivo de tensión con el capital extranjero fue la Ley de Medicamentos. El ministro de Salud Pública inspiró el
proyecto, convencido de que el Estado debía regular el precio y la comercialización de medicamentos, por considerarlos
“bienes sociales”. Se dispuso el congelamiento de precios de medicamentos y productos medicinales mientras una
comisión especial investigadora se ocupaba de la calidad y costos de los mismos. Los laboratorios acusaron al gobierno
de “dirigista” y que ocultan la información a las comisiones investigadoras.

La relación entre la UCRP y la CGT fue otro de los frentes de conflicto. La CGT no se ajustó a considerar legítimo un
gobierno que había logrado ganar las elecciones con el peronismo proscripto.

Si bien el gobierno sancionó un Código de Trabajo y Seguridad Social que aseguraba la participación de los trabajadores
en la elaboración de las disposiciones que los afectaran, el acercamiento con los sindicatos no se produjo.

Las razones del enfrentamiento entre la CGT y el gobierno radical no se adscribieron exclusivamente al terreno
económico. En una coyuntura de cierta recuperación de la economía por excelentes cosechas, el Plan de lucha de la
CGT, fue la combinación de demandas económicas y políticas –anulación de la legislación represiva, amnistía, libertad a
los detenidos.

A esto se sumaron los oficios del gobierno para hacer fracasar el “operativo retorno” de Perón a la Argentina en 1964. El
avión en que viajaba Perón fue detenido en Brasil y obligado a regresar a España.
El Plan de Lucha atravesó por varias etapas. La Quinta fue reprimida por el gobierno. En Buenos Aires la policía mató a
los obreros Retamar, Mussi y Méndez. Sin embargo, el plan de lucha se disolvió por el repliegue de la propia conducción
cegetista.

Ocupado en pelear el liderazgo de Perón, para Augusto T. Vandor el Plan de lucha de la CGT tenía varios objetivos.

 debilitar al gobierno y demostrar a los empresarios y militares cuál era su verdadera fuerza para negociar.
 aparecer como único líder capaz de manejar a las mayorías obreras, frenándolas o movilizándolas.

La estrategia vandorista era invocar su nombre, usar el poder de presión que le daba capacidad de movilizar sindicatos
obreros y el control de los votos peronistas para liberarse de la tutela del líder. Un “peronismo sin Perón” permitiría su
admisión en el juego electoral después del fracaso del “Operativo Retorno” en 1964.

La división de las 62 Organizaciones peronistas en dos tendencias: “Leales” –vandorista– que pretendían independizarse
de la conducción del movimiento desde Puerta de Hierro, y “De pie junto a Perón”, organizada alrededor del líder
sindical del gremio del vestido José Alonso, expresó esta fractura al interior del sindicalismo respecto del liderazgo de
Perón.

En marzo de 1965, el peronismo participó de las elecciones parlamentarias con el nombre de Unión Popular, que
obedecía a Vandor. Cuando el objetivo del líder metalúrgico parecía a punto de lograrse, Perón envió al país a su esposa
María Estela Martínez como su representante personal. Isabel reunió a todos los opositores de Vandor. El candidato de
Vandor fue derrotado.

9. Los medios y el clima de un nuevo golpe

En la década del sesenta el Ejército comenzó a utilizar el predicamento de intelectuales y medios de comunicación para
generar en la sociedad una nueva imagen del arma. Funcionaron como instalaciones del pensamiento del ejército. Se
fue creando un clima golpista a partir de la ridiculización del presidente Illia y su gestión.

El golpe de junio de 1966 venía siendo, por lo tanto, discutido y propiciado. Anunciado incluso desde la campaña
electoral de 1963.

Según O’Donnell (1982) el golpe contó con la aceptación de gran parte de la población, exceptuando Illia, sus
colaboradores y el partido Radical expulsado del gobierno.

Con el derrocamiento de Illia se cerró la etapa en la cual los sectores liberales optaron por “aceptar” como mal menor
alguna de las versiones del radicalismo y asumieron directamente la conducción del Estado.

Las fuerzas armadas fueron la institución en la que parecía encarnar la república, las que designaron al General Onganía
como presidente de facto.

La dictadura de Onganía adoptó un sesgo distintivo. Combinó un autoritarismo político con un programa económico
liberal “aperturista” que afectó a los asalariados y al segmento menos concentrado de la burguesía local beneficiando a
las fracciones superiores de la burguesía “nacional” y transnacional.

Esta combinación provocó la reacción de la sociedad dando pie a un proceso de movilización popular expresado desde
los sindicatos –peronistas y clasistas–, partidos políticos –todos proscriptos–, organizaciones revolucionarias, hasta un
sector de la Iglesia y el empresariado nacional.

10. Conclusión

El golpe de Estado que puso fin al segundo gobierno Perón inauguró una etapa de profunda inestabilidad. La
característica sobresaliente del sistema político en los años del posperonismo fue la dualidad a partir de la proscripción
del movimiento fundado por Perón y la exclusión de las masas trabajadoras. En esta etapa la represión organizada
desde el Estado hacia los sectores populares en general y asalariados en particular se combinó con programas
económicos de corte regresivo que incrementaron la dependencia de nuestro país y fueron resistidos por los
trabajadores y sus representaciones sindicales. La violencia política fue otro de los componentes de la etapa, que esta
justificada si se aplicaba contra el peronismo: bombardeos, cárcel, represión, hasta torturas y fusilamientos. El
comportamiento golpista de las fuerzas armadas, la conculcación de los derechos laborales y sociales, el revanchismo de
clase, conformaron un sedimento complejo que puede explicar la reacción por parte de los trabajadores, quienes
adoptaron estrategias de diverso tipo y tenor para alcanzar su principal objetivo: la vuelta de Perón y del Estado de
Bienestar.

CAPITULO 7.
1966-1973. Del golpe de Estado a la transición a la democracia: experiencias fallidas

 Contexto internacional: globalización, tecnología y represión

A fines de los sesenta y principios de los setenta, la economía mundial sufrió una retracción: las tasas de rentabilidad de
empresas en los países más desarrollados, como EEUU o Japón, estaban cayendo. Los 20 años posteriores al final de 2da
guerra mundial (1945 a 1965) habían sido de crecimiento económico sostenido. Esto produjo aumento de población,
mejora en las condiciones de trabajo y calidad de vida, pero el ciclo positivo empezó a mostrar signos de agotamiento
debido a la combinación entre ese descenso en rentabilidad de empresas y los altos costos laborales. Lo que produjo
esta combinación fue un desconocido fenómeno monetario: la estanflación; combinación de inflación (aumento de
precios) y el estancamiento (caída del crecimiento del PBI)

Este fenómeno era nuevo porque las crisis económicas habían producido un descenso de precios por la caída de
demanda, pero en esta época el problema se combinó negativamente: caída de economía y alza de precios. Como
consecuencia de este fenómeno, los Estados y las empresas se orientaron al desarrollo de nuevas tecnologías derivadas
de la lucha armamentista. La guerra había terminado hacía veinte años, pero los conflictos armados se esparcieron por
el mundo, con casos emblemáticos como la guerra de Argelia, de Corea o Vietnam. La salida de la guerra había dejado
al mundo dividido en dos: occidente capitalista y oriente socialista. En los márgenes, crecía un enorme tercer mundo
compuesto por América Latina, África y el Sudeste asiático.

La divulgación de conflictos armados genero una brecha entre países desarrollados y subdesarrollados (ricos y pobres).
La respuesta a la crisis económica de países centrales fue una profundización del modo de producción capitalista que
produjo concentración de capitales, ampliación de mercados mundiales y desterritorialización de producción a países
donde la mano de obra fuera más barata. La brecha se fue ampliando como consecuencia también del avance científico-
tecnológico de países centrales: se pusieron los 1ros satélites en órbita, el hombre llegó a la luna, se mejoró la
tecnología de motores a explosión y se extendió el uso de computadoras científicas para la investigación y uso personal.

La salida a la crisis fue una globalización que, mediante el uso de nuevas tecnologías, permitió a grandes empresas y
países desarrollados dominar nuevamente el mundo bajo un nuevo paradigma productivo: el toyotismo, que implicaba
abandonar la idea de una producción en serie a bajo costo (el viejo modelo fordista) para pasar a un modelo a demanda
con una oferta más compleja y destinada a cada consumidor.

Para inicios de los 70, la demanda de energía había crecido y extraer petróleo era cada vez caro. Esto produjo un
aumento del valor impulsado por países exportadores de crudo. El valor del barril de petróleo en 1970 para 1980 creció.
Esto enriqueció a los países que lo producían y agrandó la brecha en los que lo consumían porque solo los más
desarrollados pudieron hacer frente a este aumento, mientras que los países periféricos siguieron empobreciéndose.

Esta situación pegó en América latina. La revolución cubana de 1959 y las luchas por las independencias nacionales en
África habían inspirado a grupos civiles armados a buscar el camino al socialismo. El mundo había desplazado los
conflictos al tercer mundo y la respuesta fue iniciar una política de represión indiscriminada e ilegal. Fue el comienzo del
terrorismo de Estado en Argentina que tuvo su primer episodio en la masacre de Trelew de 1972 y llegó a su punto
máximo entre 1976 y 1983.
La Escuela de las Américas fue el respaldo para esta política represiva. Funcionaba en Panamá y se dedicaba a entrenar
militares de toda la región para enfrentar al enemigo. Los militares ya no solo custodiaban las fronteras territoriales,
sino que se incorporaba la frontera ideológica: la lucha contra el comunismo.

En Argentina, la aplicación de esta doctrina se reflejó en el golpe de Estado de 1966 que, ya no se trató de un golpe
restaurador de democracia, sino que buscó implantar un régimen militar que corrigiera los desajustes económicos y
políticos. La dictadura llegaba para quedarse. Para fines de 1960, se produjeron levantamientos por parte de sectores
populares en Córdoba y Rosario que replicaban una reacción de una nueva generación nacida post guerra mundial.

Entre 1966 y 1976, se pueden distinguir 3 periodos: el del gobierno de Onganía que buscó construir un régimen
burocrático-autoritario de larga duración y que duró cuatro años (1966-1970); el del inicio de una transición a la
democracia que se extendió hasta 1973 y el del último gobierno peronista que terminó el 24 de marzo de 1976, cuando
los militares irrumpieron en el poder por última vez poniendo final al periodo (1955 y 1976) aplicando represión feroz y
criminal.

2. 1966-1970: Onganía y la revolución argentina

En el capítulo anterior, se analizaron los golpes de Estado a los gobiernos semidemocráticos de Arturo Frondizi (1958-
1962) y de Arturo U. Illia (1963-1966). Cuando Illia fue derrocado, el peronismo seguía proscripto, los militares al
acecho, los laboratorios y las petroleras habían perdido contratos millonarios y el sindicalismo adoptaba la táctica de
golpear y negociar.

Esto mostraba una sociedad dividida que seguía en un laberinto (empate hegemónico) y que describe al periodo
comprendido entre 1955 y 1976 como un ciclo largo en el que ningún grupo político -ni civil ni militar- pudo imponer
hegemonía. Al mes de asumir, la dictadura de Onganía intervino las universidades públicas del país. En la UBA, se dio
violentamente cuando la policía ingresó a los edificios de Exactas y Naturales y Filosofía y Letras “La Noche de los
Bastones Largos”. Los militares detuvieron cientos de estudiantes y profesores y puso fin a la época dorada de la
Universidad Argentina.

El golpe de 1966 fue distinto a los anteriores: esta vez no sería de corta duración buscando una salida semidemocrática
rápida; esta vez iba a durar lo que fuera necesario hasta poder poner en orden el país. Todo bajo la estricta proscripción
del peronismo y de todos los demás partidos políticos.

1ro lo económico, con un control autoritario, el gobierno iba a hacer la corrección económica que los gobiernos
semidemocráticos de 1958-1962 y 1963- 1966 no habían logrado. Se reprimieron los conflictos sociales para permitir la
inversión de sectores concentrados de la economía. Se abandonaba el modelo de industrialización por sustitución de
importaciones (ISI) focalizado en el desarrollo de las industrias con capitales nacionales, para pasar a un tipo de
industrialización desarrollada asociada con el capital transnacional.

El plan militar estimaba que, una vez alcanzado cierto grado de desarrollo científico-tecnológico, llegaba una 2da etapa
de distensión posterior al ajuste: época de cuestión social gracias a que, durante la etapa anterior, el Estado y las
empresas se habrían fortalecido.

El objetivo central era desarrollar un Estado fuerte que se iba a ocupar de redistribuir la riqueza concentrada en las
empresas. Sería un Estado modernizado acorde a las nuevas tendencias mundiales, el gobierno militar buscó construir
un “Estado burocrático-autoritario”. En la 3ra etapa se iba a devolver los derechos políticos a una población que iba a
haber aprendido a aceptar los programas de gobierno.

Los acontecimientos fueron distintos a los planes del gobierno militar. Las primeras medidas económicas tuvieron el
valor de pretender resolver todos los problemas de forma simultánea:

 se devaluó el peso (aumentó el dólar)


 se fijaron retenciones a las exportaciones (los exportadores se benefician siempre cuando el dólar sube, pero en
este caso, lo que ganaban por la devaluación lo pagaban de impuestos)
 se redujeron los aranceles aduaneros (se podía importar pagando menos impuestos).

Los sectores productivos se vieron perjudicados, los que ganaban con estas medidas eran dos: el Estado Nacional que
recaudaba más impuestos y las empresas de capitales extranjeros que acumulaban riquezas. Estos dos eran, para el
gobierno militar, los que debían empujar el tren del desarrollo. Además, hubo un aumento de tarifas e impuestos y
congelamiento de salarios.

El plan de gobierno de Onganía no cumplió todos sus objetivos. Durante los primeros meses de gobierno, el PBI creció
poco y durante los siguientes años, el gobierno lo hizo subir más y bajar la inflación.

A principios de 1967, el gobierno hizo un acuerdo con el FMI que tenía estos objetivos:

 bajar la inflación
 aumentar el PBI
 fomentar la inversión.

Fue una época de transformaciones políticas, sociales y económicas.

Este movimiento mundial influyó en Argentina, sobre todo en el sector universitario y movimiento obrero. Ciudades
como Córdoba y Rosario, en las que “fábrica” y “universidad” tienen visibilidad política e influencia social, fueron el
escenario de los levantamientos populares de 1969: el Cordobazo y el Rosariazo.

Los jóvenes se habían criado en el estado de bienestar del peronismo, pero nunca habían conocido a Juan Domingo
Perón y a fines de los sesenta nacieron, grupos de pertenencia política que iban desde grupos civiles armados,
Montoneros y ERP, curas enrolados en el movimiento de Tercer Mundo, hasta partidos reformistas como socialistas,
comunistas y jóvenes radicales.

El movimiento obrero experimentó en 1968, una fractura entre sectores dialoguistas y combativo. Los dialoguistas
quedaron nucleados en la CGT y seguían dispuestos a golpear y negociar.

El plan de Onganía estaba agotado para principios de 1970. Este renunció al cargo de presidente por falta de apoyo
interno de las FF.AA.

En 1969, empeoraron los levantamientos populares y hubo asesinatos políticos como los de Vandor y Aramburu, que
precipitaron ese final y la apertura de un largo proceso de liberalización política que culminó con el llamado a elecciones
de 1973.

3. 1970-1973: Levingston-Lanusse, liberalización, violencia y pactos truncos

El periodo iniciado en 1970 fue un largo recorrido de liberalización política que culminó con las elecciones de
septiembre de 1973 y el inicio de violencia política que desde 1976, adquirió su faceta más feroz cuando las FF.AA.
organizaron un plan de desaparición de personas y apropiación de bebes.

1982-1983 se produjo la “liberalización” transcurre entre el aflojamiento de restricciones políticas que permiten
negociar el llamado a elecciones, hasta que esas elecciones se concretan y asume un gobierno elegido
democráticamente.
Las dictaduras de 1966-73 y 1976-83 se extendieron más que las anteriores, fueron más represivas y derivaron en 2
transiciones que se agregaron para forjar el actual régimen democrático. Fueron las transiciones de 1973 y 1983.

El recorrido hasta las elecciones de 1973 comenzó con la asunción de Levingston en 1970 quien, durante sus primeros
meses de gobierno, mantuvo un intento por sostener el modelo económico liberal de Vasena, ministro de Onganía.
1970 fue muy acelerado. En mayo, hizo su aparición pública Montoneros, organización juvenil armada peronista, que
para darse a conocer secuestró y asesinó al General Aramburu, la cabeza del golpe militar que había derrocado a Juan
Domingo Perón en 1955.

Montoneros recuperaba parte de la resistencia peronista de los cincuenta (Fuerzas Armadas Peronistas) y se nutría de
otras tendencias revolucionarias (Fuerzas Armadas Revolucionarias). Se crearon otras organizaciones armadas de tipo
marxista-trotskista que buscaban la revolución, pero que no creían que el peronismo fuera un verdadero actor
revolucionario. Su organización más importante fue el PRT-ERP. (Partido Revolucionario de los Trabajadores)

La reacción a la expansión de estas organizaciones fue la creación de otras paramilitares, como la Triple A, que se
dedicaron a sembrar el terror y perseguir organizaciones de izquierda como PRT-ERP (Partido Revolucionario de los
Trabajadores) y peronistas como Montoneros. En este contexto de nivel creciente de demandas y con indicios de que la
violencia política crecía, se produjo un giro drástico en la política económica hacia fines de 1970. Levingston designó a
Aldo Ferrer, funcionario en el gobierno de Frondizi, nacionalista y orientado al mercado interno; este proponía cerrar el
ciclo de la ISI alcanzando un ideal de “vivir con lo nuestro”

El plan de Levingston fracasó rápido cuando las variables macroeconómicas empezaron a fallar, desde 1970, el
crecimiento del PBI cayó drásticamente y la inflación se disparó. Las opciones de las juntas militares se agotaban, el país
se les iba de las manos con una situación económica, política y social explosiva.

Este contexto terminó de convencer a los militares del cambio de rumbo, estos no estaban dispuestos a regalar la
oportunidad de seguir en el poder y apostaron de nuevo a ser los creadores del cambio que la sociedad demandaba. La
gente aun creía que post cada crisis Perón sería el único de salvarlos. La experiencia nacionalista de Levingston duró
nueve meses, cuando un nuevo alzamiento en Córdoba “El Viborazo”, en marzo de 1971, marcó su final.

Así fue como la junta militar comenzó una negociación con Perón exiliado. El ejército designó a Lanusse como encargado
de pactar una transición a la democracia. Los militares buscaban controlar el proceso y abrieron negociaciones con
todos los partidos políticos incluyendo al peronismo.

A la vez, empeoraba la violencia política y empezaba a notarse que venía desde el propio Estado. En agosto de 1972, un
grupo de presos políticos de izquierda y peronista organizó una fuga del penal de Rawson, algunos lograron escapar, Y
otros fueron detenidos y fusilados. Fue el primer episodio de lo que luego se conoció como “terrorismo de Estado”.

En este contexto, la apertura democrática era la solución que le quedaba a los militares. Consistía en llamar a
elecciones con la libre participación de todos los partidos políticos, incluso el peronismo, pero Perón no podía participar
como candidato. Los partidos rechazaron, pero se amoldaron a las nuevas normas. En consecuencia, el peronismo se
reorganizó luego de casi 20 años de proscripción, se fundaron partidos como el Socialista Popular (PSP), el
Intransigente (PI) o líneas internas como el Movimiento de Renovación y Cambio (MRyC), espacio del radicalismo
(UCR) liderado por Alfonsín.

El proceso continuó con avances parciales que se fueron concretando hacia 1972 cuando el ejecutivo sancionó una ley
que fijó nuevas reglas para elecciones:

 se abolió el colegio electoral y estas pasaron a ser directas con un sistema de segunda vuelta
 los senadores pasaron a ser tres
 se fijó un mínimo de tres diputados por provincia
 se aprobó el Código Electoral Nacional.

Se abrió una negociación encabezada por Perón y Lanusse. Lanusse dispuesto a no darle protagonismo a Perón (quería
superarlo). Perón quería demostrar que sus dotes de político estaban intactas. Así fue como en su primer regreso al
país, fines de 1972, cerró acuerdos con las dos facciones del radicalismo (intransigentes y populares) y con todos los
sectores del peronismo en el FreJuLi (Frente Justicialista de Liberación Nacional) comenzó un periodo de negociación
hacia la salida democrática.

Los intransigentes (PI) se sumaron a las listas del peronismo en el FreJuLi y los populares (UCR) sellaron un acuerdo de
convivencia con Perón el 19 de noviembre de 1972. Comenzaba a tejerse la red sobre la que la democracia iba a poder
asentarse una década después y luego de la tragedia más grande de la historia argentina: la dictadura de 1976-1983.

Entre 1973 y 1976, se vivió un proceso de transición a la democracia que terminó siendo fallida. Si bien se logró transitar
desde un gobierno autoritario hacia uno democrático, no se logró consolidar el régimen democrático y este cayó.

4. 1973-1976: Cámpora y Perón-Perón, la transición fallida

Las elecciones de marzo de 1973 consagraron a Cámpora, el candidato de Juan Domingo Perón quien fue el ganador de
este proceso.

En su primer regreso, en 1972, Juan Domingo Perón había confirmado sus dotes de político. Triunfó en base a tres
puntos.

 Tejió una alianza amplia (FreJuLi) con apoyos de todo el peronismo, conservadores, socialistas, radicales
desarrollistas e Yrigoyenistas, nacionalistas católicos y demócrata cristianos. Opciones que iban desde la
izquierda a la derecha.
 Hizo un acuerdo con el radicalismo encabezado por Balbín y Alfonsín. Perón le ofreció a Balbín ser su
compañero de fórmula, aunque el radical rechazó la propuesta, sellaron un acuerdo de mutuo reconocimiento
dejando atrás viejos enfrentamientos.

En las elecciones de marzo de 1973, el FreJuLi logró casi el 50% de los votos y la UCR el 21%. Fue una diferencia dolorosa
y Perón mostraba el tercer elemento que le permitió imponerse a Lanusse:

 Su poder electoral estaba sólido, el apoyo de los ciudadanos fue contundente.

El ciclo de liberalización terminaba con el ascenso de Cámpora y comenzaban los problemas de consolidación del
régimen democrático que no logró sus objetivos y volvió a ser derrocado por otro gobierno militar.

Cámpora a poco de asumir advirtió que su poder era nulo ante el regreso de Perón. A los pocos meses de asumir, Perón
decidió volver al país y, a pesar de que había solicitado que no hubiera movilización, cientos de miles de personas se
movilizaron hacia el Aeropuerto Internacional de Ezeiza para recibir al general. Se montó un escenario que evidenció
las disputas entre los sectores del peronismo:

 por un lado, la izquierda peronista dominada por Montoneros


 por el otro, la vieja estructura del sindicalismo burocrático
La movilización terminó en masacre, hubo enfrentamientos armados, corridas, gases lacrimógenos y muertos.

Como consecuencia de estos episodios, el poder de Cámpora estaba agotado. Los sectores de izquierda no estaban
dispuestos a ceder en el uso de la violencia política y los de derecha no estaban conformes con la orientación de
Cámpora. Este renunció y llamó a nuevas elecciones en las que sí participó Perón y gano.

Perón asumió el 12 de octubre de 1973. Cuando estaba exiliado, había alentado el desarrollo de organizaciones
armadas pensando que, si lograba mantenerlas dentro del peronismo, las iba poder controlar después. Intento ejercer
ese control, pero no pudo. Montoneros mantenía sus continuos reclamos al presidente y ERP, sostenía e incrementaba
la lucha armada. A Perón le quedaban los partidos políticos democráticos como sostén.

La situación política y económica empeoraba:

 violencia política de derecha y de izquierda


 la economía explotaba en el marco de la crisis mundial del petróleo.

En enero de 1974, ERP asalto un cuartel en la ciudad de Azul y provocó una nueva crisis política en el peronismo:

 fue destituido el gobernador de la provincia de Buenos Aires ligado a la izquierda peronista.

El 1º de mayo se produjo un nuevo quiebre entre Perón y Montoneros. Ante las incesantes recriminaciones al general
por parte de su juventud, este decidió expulsarlos de la Plaza. Unos meses después pasaron a operar en la
clandestinidad y volvieron a la lucha armada.

Perón murió el 1º de julio de 1974 y, lógicamente, los conflictos se profundizaron.

Se desató una lucha por el poder dentro de un gobierno débil que había quedado a cargo de María Estela Martínez de
Perón, quien se respaldó en su secretario José López Rega. La izquierda peronista y trotskista se replegaba a la
clandestinidad y sufría represión por los paramilitares, los sindicalistas pretendían aumentar su poder dentro de un
gobierno que no tenía destino, pero que iban a acompañar y sacarle el mayor rédito posible.

Para fines de 1974, se decretó el estado de sitio y la represión se desató definitivamente.

En 1975, hubo más de 300 asesinatos políticos y el gobierno civil no tenía reacción. Con los nuevos planes económicos
se fue alejando de sus otros apoyos: sindicatos y grupos económicos locales. Solo los partidos políticos seguían
sosteniendo el proceso democrático. A mediados de año, los sindicalistas resistieron una serie de medidas del gobierno
de Marínez de Perón y terminaron enfrentados a un gobierno más aislado.

La presidenta tomó licencia y asumió el presidente del Senado, Lúder, reforzando los aspectos más conservadores y
represivos dentro del gobierno. Este firmó los decretos 261/75, 2770, 2771 y 2772/75 (estos últimos tres fueron
secretos) mediante los cuales el gobierno constitucional autorizaba a las FF.AA. a aniquilar a los grupos armados. El
primer decreto se limitaba a Tucumán y los restantes a todo el territorio.

Durante 1975, el ejército había combatido a grupos armados en el monte tucumano. El ERP se había desplazado allí
buscando copiar a los cubanos que habían preparado la insurrección en Sierra Maestra hasta lograr asaltar el poder el
1º de enero de 1959. A fines de 1975, el ERP hizo un intento por tomar un cuartel en el partido de Lanús, Monte
Chingolo. La acción fue descubierta, los militares los estaban esperando y los mataron.

El gobierno peronista que había comenzado con fuerte apoyo electoral en 1973 se deshacía. La economía era un volcán
por el plan económico que intentó el gobierno ese año (el Rodrigazo) que consistió en una devaluación, aumento de
tarifas y naftas, transporte, baja de salarios y ajuste fiscal.

La crisis del petróleo a nivel mundial hacía estallar el acuerdo que había alcanzado Perón en 1973: ya no contaba con
el apoyo de los jóvenes armados que habían pasado a la clandestinidad, tampoco de los sindicalistas que se habían
enfrentado el gobierno por las medidas de 1975 y que se veían obligados a pedir aumento de salario, ni de los
empresarios que habían abandonado el interés por el bien común y trasladaban a los precios los incrementos derivados
del aumento del precio del petróleo. Solo los partidos políticos quedaron defendiendo al gobierno.

Los militares asumieron nuevamente el poder por medio de la fuerza iniciando una cruel y siniestra dictadura.

5. A modo de cierre

Argentina transitó por tres periodos.

 El 1ro se extendió hasta 1970 y fue el marcado por el intento de imponer un régimen autoritario para aplicar
una política liberal. Aquel gobierno planteó aplicar un plan de tres etapas sin importar cuánto tiempo le
demandara la tarea.
 El segundo es el periodo que abarca hasta las elecciones de 1973 en las que gobierno militar diseña mecanismos
institucionales para la transición a la democracia
 El tercero el que cubre los gobiernos democráticos de Cámpora y Juan Domingo Perón-María Estela Martínez de
Perón.

En el mundo, los avances científico-tecnológicos fueron delineando los primeros indicios de la globalización. El modelo
industrial fordista que había funcionado desde la década de 1920, dejaba paso a uno más complejo y acorde a los
tiempos modernos: el toyotismo. Los países desarrollados se lanzaron a la lucha por la conquista del espacio y lograron
avances en medicina, comunicaciones, transporte, desarrollo informático, programación, y cientos de disciplinas que se
modernizaron gracias al uso de las computadoras y todos sus derivados.

En América Latina, estos avances sucedían lejos y consolidaban el papel secundario de economías pequeñas como la
local. Los cambios estructurales acontecidos en las décadas del sesenta y setenta desfavorecieron la región
latinoamericana debido a que, en el mercado mundial, aumentaron fuertemente los precios del petróleo y
descendieron los de los productos agrícolas, que era lo que se exportaba desde la región.

Este contexto de retracción económica se combinó con el incremento de acciones revolucionarias

 La 1ra etapa comprende la dictadura de Onganía que aplicó un plan de estabilización económica basado en las
recetas del FMI. Principalmente se orientó a bajar el déficit fiscal y la inflación aplicado bajo un Estado represivo
que logró contener ambas variables. En el año 1969, el plan dio su mejor resultado: la inflación bajo y el país
creció.

Sin embargo, la situación política fue la que hizo naufragar al proyecto de instaurar un Estado burocrático-
autoritario. Los sectores populares reaccionaron fuertemente contra el gobierno militar y se produjeron
levantamientos: el Cordobazo de 1969 fue el más importante y marcó el final del gobierno de Onganía.

 Con la asunción de Levingston comenzó el 2do periodo, el del largo camino hacia la fallida transición a la
democracia de 1973 y, a la vez, el desnivel económico que tendría su pico en 1975 con el “rodrigazo” y que se
extendió hasta finales de la década del ochenta). Finalmente Lanusse, intentó una salida negociada y planteó a
Perón un escenario de negociación en el que este último se impuso al final del proceso.

El camino hasta las elecciones de 1973 estuvo lleno de dudas y cambios de estrategias. Por un lado, el gobierno
militar saliente fijaba las reglas de juego que los partidos acataron (decretos Ley 19.862 y 19.945 de 1972); por el
otro, los partidos tejían una serie de acuerdos incompletos que empezaron a devolverle a clase política el
protagonismo que los sucesivos gobiernos militares les habían vedado y que se vería plasmado para 1983, cuando la
democracia pudo empezar a consolidarse. El sector sindicalista-empresario acompañó la ilusión que se abría con el
regreso de Perón y el fin de las restricciones políticas.

 Pero este escenario ideal duró poco, en el 3er periodo se desvanecieron rápido las ilusiones y la realidad
comenzó a golpear duro, sobre todo desde 1976.
Perón gana las elecciones de septiembre de 1973, pero fue perdiendo el control rápidamente de la situación:
sindicatos, empresarios, organizaciones juveniles y todos los sectores que habían luchado por su regreso, no
acataron sus órdenes. Luego de su muerte, creció la violencia, la economía se deterioró y los partidos quedaron al
margen. La democracia y los derechos humanos empezaban a vivir su era más oscura. Asomaba un nuevo golpe
militar, el más siniestro y oscuro de la Historia argentina.

CAPÍTULO 8
1976-1983. El Estado terrorista

24 de marzo de 1976, una junta militar integrada por los tres comandantes de las Fuerzas Armadas derrocó al gobierno
constitucional de María Estela Martínez de Perón. Se había realizado el sexto golpe militar. Las FF.AA. denominaron esta
etapa como “Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983)”.

Contexto despliegue de gobiernos institucionales de las FF.AA. ¿qué forma adoptó el Estado? Desde desde 1972, con la
Masacre de Trelew, se produjeron desapariciones y asesinatos de prisioneros políticos, y sectores del peronismo de
derecha conformaron un terrorismo paraestatal. Del terrorismo estatal se pasó al Estado terrorista. El elemento que le
otorgó especificidad a esta forma de Estado fue, el desdoblamiento de los aparatos del Estado en dos caras: una
pública, sometida a las leyes y otra clandestina, al margen de toda legalidad formal.

En el entrelazamiento entre represión estatal, economía y sociedad se hallan los fundamentos del Estado terrorista. La
dictadura doblegó y erradicó modos de vida incompatibles con la especulación financiera. Los principales obstáculos
residieron en la ampliación de derechos sociales y laborales y en la cultura de resistencia que informaba la acción de
sectores sociales (peronismo, sindicalismo y estudiantes). Así, mediante dispositivos clandestinos los cambios sociales y
estructurales que demorarían años en desplegarse, se concretaron en poco tiempo.

2. La Doctrina de Seguridad Nacional: bases y prácticas

los hombres deciden abandonar el estado de naturaleza e ingresar a una sociedad reglamentada, delegando capacidad
de hacer justicia por mano propia en el Estado y esperando respeto y garantía de los derechos inalienables.

La condición de aceptabilidad de matar (por parte de las FF.AA.) y de dejar morir a ciudadanos (por parte de la sociedad)
provino en los años sesenta y setenta de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN).

La revolución cubana en 1959 y el despliegue de movimientos guerrilleros en Perú, Colombia, Argentina, Chile y
Uruguay, permitieron a EE.UU. darse cuenta que en su obsesión por la amenaza soviética había ignorado la posibilidad
de que América Latina pudiera convertirse en un frente independiente de agitación y cambio. Pero las secuelas políticas
y económicas que había dejado en EE.UU. la guerra con Vietnam y el rechazo del pueblo a nuevo enfrentamiento bélico,
cooperaron a que cada Estado latinoamericano asumiera la responsabilidad de defender la civilización occidental desde
su propia inscripción territorial. Fue así que surgió la DSN. La misma fue planificada en EE.UU. durante la administración
de Kennedy (1961-1963) y luego, en las décadas del sesenta y del setenta.

Elementos principales: la proposición de una nueva hipótesis de conflicto para las FF.AA. Esta doctrina identificó por un
lado al comunismo como el fenómeno que acabaría con las libertades y derechos individuales de individuos y postuló,
por el otro, a militares como garantía contra el peligro. Los militares se formaron para proteger fronteras nacionales y
combatir contra ejércitos extranjeros, ahora la DSN introducía un cambio: el enemigo ahora era del interior. Esto
permitía a las FF.AA. justificar la eliminación de ciudadanos de la propia comunidad nacional.

2.1. El enemigo interno

El enemigo era interno, pero tenía carácter global y transnacional. Bajo la convicción de que los límites geográficos entre
países no podían ser un obstáculo en la defensa del sistema democrático occidental, las estrategias de cada país
ingresaron en una nueva clase de cooperación. Así surgió el Plan Cóndor, programa coordinado de contrainsurgencia
que centralizó las operaciones represivas en Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile y Brasil. América Latina
comenzó a ser pensada como “campo de batalla”, donde las fronteras ideológicas eran significativas. Esto permitió que
los argentinos exiliados en países limítrofes fueran desterrados o asesinados en el país al que habían intentado huir, y
viceversa.

Los militares argentinos se expresaron mediante lenguaje biologicista, dijeron que había un “cáncer” (enemigo) que
amenazaba con extenderse en el cuerpo (sociedad). Y que debía ser extirpado (exterminado). La relación que se
estableció entre poder militar y sociedad, puede ser entendida como “relación médico-paciente donde el médico sabe y
el paciente no sabe”. El médico prescribe y el paciente cumple.

El enemigo interno era considerado asi por su textura ideológica y política (marxista, comunista, socialista). Muchos
eran rebeldes. Se trató de que el enemigo no se ajustaba a límites nacionales ni patrones raciales. El comandante de las
FF.AA. y presidente de facto, Videla, sostuvo con respecto a la identidad del “enemigo” que “un terrorista era cualquiera
que difunda ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana.

Las FF.AA. y Seguridad actuaron siguiendo criterios de identificación, selección y persecución precisos. El objetivo físico
fue aquellos que, en la mirada de perpetradores, estaban involucrados de distintas formas en prácticas contestatarias.
Se trató de amenazas, secuestros y muerte de personas que eran “articuladores sociales”, es decir, sujetos que hacían
de unión entre las dos instancias: militantes, sacerdotes, sindicalistas, abogados, intelectuales, activistas de
organizaciones de derechos humanos.

Algunos medios de comunicación asumieron como propio el discurso autoritario y advirtieron sobre la necesidad de
estar en “alerta” y de vigilar a las personas cercanas a uno. La “Carta abierta a los padres argentinos”, publicada en 1977
por la revista Gente permite lo ilustra.

La presencia de un gobierno democrático no implica la ausencia de terrorismo de Estado o, dicho en otros términos, que
el terrorismo de Estado no siempre se despliega en contextos dictatoriales. Hubo un involucramiento de las FF.AA. y de
Seguridad en acciones violentas legales y clandestinas, siendo un antecedente clave los decretos de aniquilamiento N°
2770/75, 2771/75 y 2772/75 firmados por Isabel Martínez de Perón, otorgaron importantes prerrogativas al Ejército
para neutralizar y/o aniquilar a elementos subversivos.

 Esta habilitación tuvo como consecuencia el Operativo Independencia, entre febrero y septiembre en 1975: una
acción militar sostenida por el Ejército en Tucumán que con fin de acabar con el Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP). Durante los nueve meses que duró el operativo, las FF.AA. realizaron acciones de hostigamiento y
control e instalaron centros clandestinos de detención (CCD).

2.2. Las tecnologías de terror

Luego del 24 de marzo de 1976, el accionar ilegal y clandestino del Ejército en Tucumán se extrapoló a todo el territorio
nacional, e involucró al conjunto de las FF.AA. y de Seguridad. Los años de mayor despliegue del Estado terrorista fueron
entre 1975 y 1977, cuando sucedieron el grueso de las masacres y desapariciones. La necesidad de utilizar métodos de
inteligencia no convencionales fue por la imposibilidad de detectarlos por su apariencia física o por su apellido. Ademas
esta tecnologia partía de considerar al subversivo, no por su inferioridad racial sino por su peligrosidad política.

En 1984, con la vuelta a la democracia, la investigación de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas
(CONADEP) proveyó un mapa sistemático del terror y de los métodos empleados. A partir de los testimonios, el informe
reconstruyó el accionar de las FF.AA. y de Seguridad, identificando cuatro instancias principales: el secuestro, la
tortura, la detención y la ejecución. La Junta Militar estableció la pena de muerte, pero fue escasamente aplicada y
clandestinamente. Los cuerpos se enterraron en cementerios como “personas no identificadas” (NN), fueron quemados
en fosas colectivas que a veces eran cavadas por las propias víctimas antes de ser fusiladas, o arrojados al mar con
bloques de cemento luego de ser adormecidos con una inyección.
El procedimiento de hacer desaparecer a los opositores fue un método represivo basado en la producción de un
desconocimiento, en la sustracción de un saber.

Con el propósito de obtener información sobre el paradero de sus hijos, en 1977 surgió la asociación Madres de Plaza
de Mayo. Catorce madres iniciaron una ronda en movimiento que fue creciendo en la medida en que se acercaron otras
madres afectadas. Esta modalidad de protesta obedecía a las prohibiciones que consignaba el estado de sitio.

1978 la asunción del presidente, James Carter, trajo un cambio en las relaciones entre Argentina y EE.UU. Si la DSN tenía
origen en EE.UU., ahora era EEUU el que consignaba nuevos límites. Buscando oponer una distancia moral con el
régimen soviético, el gobierno Carter se dispuso a aplicar su nueva política de derechos humanos sobre Argentina,
mediante instrumentos que le había otorgado el Congreso: la reducción de la asistencia militar y económica.

En 1979, ante el aumento de denuncias a nivel local e internacional y en el marco de la presión norteamericana, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) visitó la Argentina para elaborar un informe sobre la situación.
Del 6 al 20 de septiembre de 1979, la CIDH abrió 3 oficinas en el país y recibió 5580 denuncias de secuestros y
desapariciones.

La figura del desaparecido tenía una serie de implicancias. La desaparición del cuerpo dificultaba la prueba del delito y
generaba una situación de agravamiento de las heridas de los familiares, debido a las dificultades de dar por muerto a
sus seres queridos y finalizar la búsqueda de sus restos.

3. Los pliegues de la sociedad en dictadura

La memoria no es una operación que restituye los recuerdos y experiencias del pasado. En ese sentido, hace poco que
desde los campos político, intelectual y académico comenzó a hacerse énfasis en el apoyo de sectores de la sociedad
civil al golpe de Estado. El concepto de dictadura militar fue reemplazado por el de dictadura cívico-militar.

La apelación a “dictadura cívico-militar” reforzó la ampliación de la categoría social del represor, que pasó de ajustarse a
los agentes de las FF.AA. y de Seguridad, a incluir a aquellos civiles que participaron en el engranaje represivo. Como
consecuencia de estas ampliaciones simbólicas se iniciaron nuevas investigaciones judiciales que derivaron en juicios y
condenas, demostrando que los procesos de memoria y justicia se hallan ligadas al conocimiento experto y académico.

Ningun gobierno puede acceder al poder y gobernar sobre la base de un provecho de la violencia. El caos y debilidad del
gobierno de Isabel Martínez de Perón situó en una pérdida de legitimidad del orden constitucional, que animó a
sectores de la sociedad a aceptar soluciones de fuerza.

La celebración del Campeonato Mundial de Fútbol, en 1978, constituyó una de las instancias de mayor legitimidad del
gobierno militar, a partir de la amplificación de un nosotros futbolero, callejero y festivo. Cuando la Argentina resultó
victoriosa, los medios de comunicación y de propaganda locales buscaron difuminar los límites entre régimen y
sociedad, mostrando a los miembros de la Junta Militar como fanáticos mezclados con la gente común en la tribuna:

El intento más terminante de generar adhesión social tuvo lugar en abril de 1982 con la Guerra de las Malvinas. Los
resultados económicos, el deshonor del gobierno ante las denuncias del exterior y las protestas sociales permiten
comprender la decisión del gobierno militar de recuperar las Islas Malvinas: un reclamo que era efectivo para actualizar
sentimientos de unión y pertenencia nacional.

 El desembarco argentino en las islas, el 2 de abril de 1982, conmovió al país y cohesionó temporalmente a
grupos y sectores otrora enconados entre sí.

Todos fueron afectados por el miedo. Esto lleva a pensar en cómo reaccionó la sociedad ante el golpe militar y como fue
transformada a partir del miedo y la represión.
A pesar de la represión y el disciplinamiento laboral, en 1980 el nivel de protesta era cada vez más elevado y efectivo.
Las tomas, huelgas y paros, fueron configurándose en obstáculos para la implementación de políticas económicas.

4. Modelo de valorización financiera. Complicidad empresarial y disciplinamiento laboral

Solo un año de gobierno había transcurrido del golpe y la política económica ya mostraba resultados:

 caída del 40% del salario real


 aumento de la pobreza e indigencia
 incremento de la deuda externa
 cierre de establecimientos fabriles
 caída del PBI.

Entre 1955 y 1976 la Argentina atravesó disputas entre distintas fracciones del capital y trabajo, en el que ningún grupo
social pudo imponer su proyecto de forma duradera. Este “empate hegemónico”, comenzó a resolverse post último
golpe de Estado. La sociedad argentina había sido

 heterogénea hacia arriba (existían fracciones de capital con intereses contradictorios, imposibilitadas de
“desempatar” esa correlación de fuerzas)
 homogénea hacia abajo (clases subalternas y medias que, más allá de su diversidad, se encontraban
relativamente unificadas).

La institucionalidad militar generó las condiciones de posibilidad para el surgimiento de un modelo de acumulación de
valorización financiera (actividades de inversión, créditos y servicios), en deterioro del modelo de valorización
productiva que había sido dominante desde la década del 30 (actividades relativas a la industria y a aquellos sectores
dinámicos de la economía que requerían fuerza de trabajo)

4.1. La doctrina del shock

La política de desindustrialización fue consecuencia de la respuesta a una “revancha clasista” a favor del capital y en
contra de la clase obrera. La instauración de valorización financiera como eje central de la economía argentina permitió
a los principales grupos económicos desvincular su suerte de la de los trabajadores, que pasaron a ser considerados un
“costo” necesario de ser reducido.

Pero, ¿cómo se logró desmantelar la industria argentina? ¿Cómo se logró pasar de ser un país en donde la industria era
el centro neurálgico y el pleno empleo era moneda corriente a un país de industrias vaciadas y desocupación y pobreza?
Las respuestas las debemos rastrear en la política económica de la dictadura, la cual no hubiese sido posible sin el apoyo
de los organismos internacionales de crédito (a los pocos días del golpe, el FMI aprobó un crédito de 127 millones de
dólares) y la complicidad patronal de las principales industrias del país.

“Achicar el Estado es agrandar la Nación”. La implantación del modelo de valorización financiera fue relacionada con
una redefinición del rol del Estado en la intervención económica. Sin embargo, más allá de la argumentación
antiestatista, el Estado intervino activamente en favor de la consolidación del capital especulativo y del empresariado,
transfiriendo recursos desde el sector público hacia el capital concentrado interno.

En una primera etapa (1976-1978) se implementó una política de ajuste ortodoxo con

 devaluación
 liberación de precios
 congelamiento de salarios
 apertura del comercio
 cese de promoción de las exportaciones industriales
 desregulación financiera.
Estas medidas se resumen a los siguientes puntos:

Política de apertura económica. La liberalización mercantil se llevó a cabo mediante una rebaja de aranceles
proteccionistas. Esta medida apuntaba a que la competencia de productos extranjeros depurara a la industria sustitutiva
sencilla.

Política de disminución del salario real. Para hacer frente al proceso inflacionario, el gobierno militar transfirió ingresos
del polo trabajador al sector empresarial, mediante el congelamiento de los salarios. Como lo expresaba Rodolfo Walsh
en su carta, los salarios reales decayeron más del 40% durante los primeros meses de gobierno.

Política de afluencia de capitales extranjeros. En un contexto mundial signado por la acumulación de capitales
financieros en las economías centrales, la banca internacional necesitaba prestar dinero para reproducir el ciclo del
capital bancario, evitando que el sistema financiero colapsara a causa del exceso de depósitos sin colocación ulterior.
Los préstamos se consolidaron como deuda pública en la mayoría de los países latinoamericanos. El efecto de esta
política fue el creciente peso de la deuda externa sobre la economía de cada país.

La Reforma Financiera de 1977. Ubicó al sector de finanzas en una posición hegemónica en términos de absorción y
asignación de recursos. El nuevo Régimen de Entidades Financieras consistió en liberalizar las tasas de interés, disminuir
exigencias estatales a las entidades financieras (desregulación financiera), y darle mayor permisividad al ingreso y
egreso de capital al país. La cantidad de bancos se duplicó para 1979 y se autorizó la apertura de más de mil sucursales
financieras, mientras que el PBI quedó estancado.

Política de tasas de interés positivas y garantía estatal de depósitos bancarios. Esta medida generó la atracción del
capital especulativo en deterioro de la inversión en el sistema productivo. Era más rentable invertir en el sistema
financiero, ya que las tasas de interés eran superiores a los niveles de inflación. A partir de la crisis de 1980, para evitar
la corrida bancaria, el Estado garantizó la devolución de los depósitos.

Política de privatización periférica. Dada la falta de acuerdo dentro de las FF.AA. en torno a la privatización del
patrimonio nacional, se aplicó una “privatización periférica”: mecanismo de infiltración selectiva del capital privado en
empresas estatales, a través de concesiones y terciarización de actividades selectas. Esta consistió en la transferencia,
subcontratación y/o terciarización de actividades y tareas que antes realizaba el Estado a través de sus empresas
públicas hacia un conjunto relativamente acotado de firmas privadas.

Ante el fracaso de las medidas tomadas para frenar la inflación, se inició una segunda etapa entre 1978 y 1981, que giró
alrededor de la “tablita cambiaria”. Se trató de un programa antiinflacionario basado en el atraso cambiario, pautaba
devaluaciones inferiores al nivel de la inflación. Pero la sobrevaluación del peso generó una fuga de divisas y el cierre de
industrias nacionales, imposibilitadas de competir con los productos importados. Otra derivación del atraso cambiario
fue el fenómeno conocido como “Plata Dulce”, “fiesta de consumo” de artículos importados y turismo internacional al
cual accedió un sector de clase media en el verano de 1981. Esta política, condujo a la consolidación de la “bicicleta
financiera”: el empresariado volcado a la especulación contraía un crédito en el mercado exterior, lo convertía en pesos
y depositaba en bancos locales que ofrecían tasas de interés superiores a la inflación local y al interés del crédito
contraído.

Hacia 1980 se desencadenó una crisis económica. El detonante fue el cierre del Banco de Intercambio Regional (BIR) .
El hecho produjo una fuga de depósitos convertidos en dólares ante el riesgo de una devaluación. Para tranquilizar la
situación, el gobierno reinstauró la garantía plena de depósitos, generando un aumento del endeudamiento público.

Una tercera etapa se abrió en medio de la crisis económica. En marzo de 1981 se produjo el traspaso de la conducción
de la dictadura de Videla a Viola, quién nombró como ministro de economía a Lorenzo Sigaut. Tras anunciar que “el que
apuesta al dólar pierde”, Sigaut eliminó la “tablita” cambiaria y devaluó la moneda de forma ininterrumpida. Esto
genero un aumento del dólar y un ascenso de inflación.
En este marco, tuvo lugar una de las políticas más emblemáticas del gobierno militar: la estatización de la deuda
externa privada. El sector privado se vio auxiliado por el gobierno militar mediante el establecimiento de un sistema de
seguros de cambio que apuntó a cubrir y solventar deudas contraídas en el exterior. En una circular firmada por el
presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en noviembre de 1982, se estableció que los particulares
y empresas privadas que tenían deudas con seguro de cambio debían pagar el monto de lo que adeudaban en pesos al
BCRA.

El BCRA, se comprometía a hacerse cargo de los pagos en dólares a los acreedores externos. Bajo este mecanismo, la
deuda privada fue transformada en deuda pública. Ello tuvo efectos desfavorables en la economía. La deuda externa
aumentó; la tasa de inflación ascendió y “el PBI cayó que hizo que la economía se mantuviese estancada durante.

4.2. Trabajadores, disciplinamiento y represión

Si bien la política represiva tuvo efectos psicológicos, culturales y políticos extensivos al conjunto poblacional, uno de
sus puntos más fríos se concentró en el sector obrero y sindical. La clase trabajadora argentina, conformándose al
principio del siglo XX en el estruendo de las luchas anarquistas y socialistas llegaba a la década del setenta constituida
en un actor social y político de fuerte gravitación en la escena nacional. Se había desarrollado la participación política de
trabajadores, que a sus reclamos clásicos se fueron agregando un conjunto de objetivos radicales, como el control
obrero de producción y participación política de los sindicatos.

A nivel sectorial, el hostigamiento se concentró en actividades industriales (metalúrgicos y mecánicos) y en servicios


públicos esenciales (transportes, ferroviarios, Luz y Fuerza) que se habían conformado en pilares de la organización
sindical en las últimas décadas. Los métodos de persecución y desaparición tuvieron como blanco principal a delegados
y miembros de las comisiones internas (actores con capacidad de articular relaciones y organizar protestas). Estas
políticas represivas fueron acompañados de cambios en la legislación laboral conducentes a intervenir el ámbito sindical
y a disciplinar relaciones de trabajo.

Entre las leyes sancionadas se destaca la

 Ley 21.261, suspendió el derecho de huelga


 Ley 21.356, prohibió la actividad gremial –asambleas, reuniones, congresos y elecciones– facultando al
Ministerio de Trabajo intervenir y reemplazar dirigentes dentro de los establecimientos fabriles
 Ley 21.259, reimplantó la Ley de Residencia en virtud de la cual todo extranjero sospechoso de atentar contra la
“seguridad nacional” podía ser deportado
 Ley 21.400 de “Seguridad industrial”, prohibió cualquier medida concertada de acción directa

Respecto a la política salarial y empleo, el Ministerio de Economía suspendió los convenios colectivos y planteó la
fijación unilateral de salarios. “El verdadero incentivo para el aumento de los salarios deberá provenir de la mayor
productividad global de la economía y, en particular, de la mano de obra. La producción aumenta con el esfuerzo de
inversión del sector empresario, y por la eliminación de prácticas laborales que afectan la productividad”

Tras la regulación oficial, los salarios decayeron, en un contexto de aumento del desempleo, eliminación de horas extras
y recortes en las prestaciones sociales. Hacía 1982, la participación de los sectores asalariados en el ingreso nacional
descendió.

Otro resultado de medidas políticas y legislativas fue la fragmentación y diferenciación de la clase trabajadora. El
desgaste de la homogeneidad del movimiento obrero produjo una fractura en uno de los núcleos sobre los que se
asentaba la solidaridad entre trabajadores: la lucha por el salario. La fragmentación reforzo por la política de promoción
industrial, fomentó la relocalización de plantas en zonas alejadas de principales centros industriales, conformando una
“nueva clase obrera”

4.3. Nuevo poder económico y complicidad patronal


El principal beneficiario de políticas económicas implementadas durante el último gobierno militar fue un grupo de
empresarios nacionales. Existieron dentro de este sector dos desniveles diferenciados.

 las “familias tradicionales” de Argentina, consolidadas hacia fines del siglo XIX con la “Conquista del desierto” y
el modelo agroexportador. Y los grandes propietarios de tierras o empresarios del sector comercial que
diversificaron sus actividades hacia la industria.
 los “nuevos ricos” que comenzaron con pequeñas y medianas empresas en la segunda mitad del siglo XX
durante el ISI, y se transformaron en importantes oligopolios a partir de la última dictadura (Arcor, Macri y
Pérez Companc, entre otros).

Entre 1973 y 1983, estos grupos multiplicaron la cantidad de empresas bajo su dominio, aumentando su participación e
incidencia en la economía nacional

La clave que permite cifrar la concentración de economía residió en “la capacidad que mostraron estas organizaciones
[corporativas] para actuar en contextos de alta inestabilidad económica, a través de dos pilares centrales: los vínculos
con el aparato estatal y la asociación y posterior retirada del capital extranjero”.

Como efecto de las estrategias de expansión de estos grupos económicos, se modificó la organización estructural
interna de empresas, incrementándose el poder político y económico de sus propietarios. En la transición democrática
estos empresarios fueron conocidos como “los capitanes de la industria”: se transformaron en los interlocutores
predilectos de gobiernos de turno y en los principales resortes de apoyo de reformas estructurales de la década del
noventa.

Algunos grupos nacionales y trasnacionales tuvieron una participación activa y directa en el engranaje represivo. Tras
analizar los casos de Acindar, Astarsa, Dalmine Siderca, Ford, Ledesma y Mercedes Benz, se concluye que existió un
patrón común de funcionamiento en los grandes establecimientos fabriles: “los directivos de grandes empresas
aceptaron la represión a sus trabajadores y la demandaron y guiaron, dando listas de trabajadores a ser secuestrados y
aportando recursos para el funcionamiento de la maquinaria de la represión”

5. El ocaso del terror

Dictada por el Fondo Monetario internacional la política económica de esa Junta solo reconoce como beneficiarios a la
vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales.

La noticia de rendición de la Argentina ante Gran Bretaña, el 14 de junio de 1982, marcó el inicio del ocaso del Estado
terrorista. La disolución de la Junta Militar al año siguiente, el 5 de diciembre de 1983, representó el punto más frío de
crisis institucional: la unidad de las FF.AA. se quebró y el Ejército designó a Reynaldo Bignone como presidente de facto.

Fue la derrota bélica lo que precipitó la negociación con los principales referentes del sistema político. De parte de estos
no había una condena sistemática sobre el accionar criminal de la dictadura. Las objeciones apuntaban a la situación de
extrema vulnerabilidad económica y abusos cometidos por agentes militares durante la Guerra de Malvinas. A partir del
nuevo ciclo político en diciembre de 1983 estos aspectos comenzaron a ser valuados como ejes fundamentales de la
democracia naciente.

CAPITULO 9.
1983-2001. Reconstrucción de la democracia y el nunca más a la dictadura

Transición de un gobierno autoritario (dictadura cívico-militar 1976-1983) a uno democrático elegido por voto de la
ciudadanía. Dio por resultado el inicio de una etapa de consolidación de democracia. Los militares perdieron
protagonismo en la escena política y los golpes de Estado terminaron a pesar de los intentos desestabilizadores
realizados contra instituciones democráticas hasta 1989.
Argentina no se encontraba sola, Bolivia (1982), Uruguay (1985), Brasil (1985), Paraguay (1989) y Chile (1990) también
transitaron procesos de democratización. En cada uno la recuperación de instituciones democráticas presentó
características particulares, pero todos estuvieron marcados por la crisis de la deuda externa. En 1982 México declaró la
suspensión de pagos, y fue el 1ro en reconocer la imposibilidad de hacerse cargo de préstamos otorgados en la década
de los setenta. Esto marcó el inicio de crisis y punto de partida para renegociaciones por el pago, con la generalización
de planes de ajuste en toda la región, por lo cual denominamos a los años 1980 como la década pérdida. Etapa en la
cual los Estados perdieron autonomía de acción en manos de organismos financieros internacionales, y a la vez, se
comenzó a debatir acerca de su rol a partir de efectos de la globalización.

Los años noventa presentaron un escenario como consecuencia del fin de la guerra fría. El colapso del comunismo en la
Unión Soviética dejó al capitalismo sin rival y exaltó a EEUU como potencia hegemónica de un orden unipolar. El
neoliberalismo era la única alternativa, a la vez que se anunció el “fin de la historia” y el triunfo de democracia liberal de
mercado. Los países latinoamericanos implementaron políticas neoliberales contenidas en el Consenso de Washington,
las cuales llevaron a reformas estructurales de Estados y a la apertura y desregulación de sus economías nacionales.

Resultados: el incremento de las ya gordas deudas externas, de la pobreza y de desigualdades sociales.

El fenómeno de la regionalización –asociación de 2 o más países– resurgió en el continente como respuesta de Estados a
la globalización. Aca se observa la creación del Mercado Común del Sur (Mercosur) por el Tratado de Asunción en 1991
o el relanzamiento de la Comunidad Andina de Naciones en 1996.

Principales acontecimientos del gobiernos de Alfonsín, Menem y de la Rúa

1. La presidencia de Raúl Alfonsín (1983-1989)

1.1. Transición a la democracia: la recuperación de las instituciones

Post derrota en Malvinas y en un contexto de crisis económica, la dictadura se desmoronó y comenzó la transición a la
democracia. “el intervalo que se extiende entre un régimen político y otro”, a lo largo del cual, “los actores luchan por
satisfacer sus intereses inmediatos y/o los de aquellos que dicen representar, y por definir las reglas y procedimientos
cuya configuración determinará quiénes serán en el futuro los perdedores y los ganadores”.

El inicio del proceso está dado por el cambio de reglas en el gobierno autoritario, permitiendo cierta liberalización y
democratización, y la posibilidad de establecer un “pacto”: un compromiso negociado para renunciar a perjudicarse
mutuamente o afectar sus intereses vitales.

La apertura política estuvo a cargo de Bignone (1982-1983) quien impulsó un acercamiento con la dirigencia política
reunida en la Multipartidaria. Las FF.AA. realizaron intentos por negociar con partidos políticos un acuerdo que evitara
revisiónes sobre el pasado. Las oportunidades para tender el olvido y acordar el traspaso de poder fueron clausuradas al
emitir la Junta el “Documento Final”, en abril de 1983. En el mismo, los militares brindaron la respuesta exigida por la
dirigencia partidaria sobre la cuestión de los desaparecidos.

confirmaron que: no había desaparecidos con vida sino muertos en enfrentamientos. El discurso justificaba su accionar
en torno a la existencia de una “guerra” en la cual derrotaron a la “revolución” y ese triunfo permitiría el
restablecimiento de la democracia, y sellaría un acuerdo de silencio entre los uniformados que permanecería
inamovible en el tiempo. El contenido del documento impactó negativamente en los organismos de derechos humanos
y actores políticos restringieron las posibilidades de negociar y cerrar el tema.

Cinco meses después, los militares emitieron la Ley de Pacificación Nacional conocida como Ley de Autoamnistía,
clausurando el camino a una transición “pactada” e incrementando el grado de incertidumbre en el proceso
transicional.
Respecto al escenario político, la competencia por el poder encontró a dos partidos tradicionales mayoritarios: el
peronismo (PJ, Italo Luder al frente) y el radicalismo (UCR, Alfonsin al frente). Este último, lideraba la corriente interna
Movimiento de Renovación y Cambio, con una tendencia próxima al progresismo y enfrentada a la Línea Nacional.

Alfonsín, a lo largo de la campaña electoral, basó su discurso en valores de democracia, la recuperación del Estado de
Derecho y la promesa de aplicar justicia por los crímenes en la dictadura.

Resultado de las elecciones triunfo de Alfonsín. En lo referido a la conformación del Congreso, el oficialismo contó con
mayoría en la Cámara de Diputados y el justicialismo en el Senado. La tercera fuerza, fue el Partido Intransigente
liderado por Oscar Alende, con una posición de centro izquierda.

Alfonsín se propuso a cerrar el período de alternancia de gobiernos constitucionales y de facto, y a considerarla como
etapa refundacional para instituciones democráticas.

principales objetivos

 recuperación política del espacio público


 modernización del Estado
 subordinación de Fuerzas Armadas
 reactivación de la economía.

Alcanzar una concertación política con partidos o social entre empresarios y sindicatos para tratar estas cuestiones no
fue posible. La principal fuerza de oposición, el peronismo, tardó en rehabilitarse tras la derrota electoral de 1983 y en
los primeros años del gobierno radical se aproximó a una reestructuración para superar la fragmentación interna.

La Corriente Renovadora, representada por Antonio Cafiero, logró afianzarse a partir de 1986 e imponerse en las
elecciones legislativas en 1987

El gobierno de Alfonsín fue pluralista y trabajó para encontrar el camino a una democracia más participativa. Acciones
con ese fin:

 convocatoria al Congreso Pedagógico Nacional (1984)


 realización de un plebiscito para alcanzar una solución del conflicto con Chile sobre el Canal de Beagle (1984)
 establecimiento del Consejo para la Consolidación de Democracia (1985).

Los mayores empeños del gobierno estuvieron asociados a la reorganización de las instituciones políticas y recuperar el
espacio público.

1.2. La cuestión militar y los derechos humanos

A partir de la emisión del “Acta Final” y la “Ley de Pacificación”, la cuestión de los desaparecidos y el castigo a los
culpables adquirieron centralidad en la campaña electoral. Sin embargo, mientras el candidato peronista Ítalo Luder
cuestionó las posibilidades de invalidar los efectos de la ley sancionada por la dictadura, Alfonsín confirmó sus
intenciones de anular la autoamnistía (tipo de perdón por el cual un Estado decreta amnistía para sí mismo en
cuanto a crímenes que los funcionarios estatales puedan haber cometido)

Los actores en la pugna narrativa eran el Poder Ejecutivo, Fuerzas Armadas, Organismos de Derechos Humanos y Poder
Legislativo. El relato del gobierno calificó de terrorismo de Estado los métodos de la dictadura. Pero la narrativa dijo que
los militares respondieron al accionar de los grupos armados, comparando la violencia ejercida por las guerrillas y
uniformados actuando en nombre del Estado. Esta explicación dio lugar a la “teoría de los dos demonios”. Alfonsín optó
por una intermedia: algunos responsables, solo se les aplicaría un castigo ejemplar a las cúpulas de “los dos demonios”.

El relato de los otros actores, es significativo el de los Organismos de Derechos Humanos. Los principales objetivos de
estas organizaciones consisten en averiguar qué pasó con los desaparecidos, encontrar a los hijos que nacieron en
cautiverio o a los apropiados durante los secuestros de sus padres y juzgar a los responsables. Entre los más destacados
encontramos a las Madres de Plaza de Mayo (MPM), las Abuelas de Plaza de Mayo, el Servicio Paz y Justicia (SERJAP),
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).

Alfonsín formaba parte de La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), fue una de las organizaciones
que más colaboró con las políticas oficiales hasta la sanción de las leyes del olvido, momento en el cual el presidente es
expulsado del mismo.

Para las MPM, la reconstrucción del pasado fue más dolorosa y compleja que para el gobierno, y el presente confirmaba
un futuro en el que las ausencias serían permanentes.

la militancia, dejaba de ser un grupo social para transformarse en una fuerza política y se la cuestionaba a partir de la
teoría de los dos demonios: los desparecidos, no eran solamente víctimas, sino fundamentalmente ‘subversivos’ y se los
responsabilizaba del golpe militar y de haber ‘provocado’ el genocidio”

Alfonsín, cumpliendo con su promesa de campaña, anunció que luego de la anulación de la Ley de Amnistía dictada por
la dictadura, “se pondrá en manos de la justicia la tarea de evitar la impunidad de los culpables.

Puntos centrales de la propuesta alfonsinista sobre los responsables de violaciones a los derechos humanos

 investigación
 enjuiciamiento
 categorías de responsabilidad
 prevención

permanecieron sin modificaciones, solo variaciones en los mecanismos de aplicación.

Principios que integraron el programa al ser electo:

1) serían castigados el terrorismo de Estado y el subversivo

2) habría límites para responsables porque sería imposible juzgar a todos los que cometieron delitos

3) existirían límites en el tiempo para juicios

4) establecería mecanismos jurídicos para prevenir la violación futura de derechos humanos.

La limitación temporal fue lo que ocasionó inconvenientes.

1.2.1. La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP)

Respecto a los métodos del Estado terrorista, Alfonsín creo la CONADEP. Esta “comisión de la verdad” fue creada bajo la
órbita del Ministerio del Interior y estuvo integrada por diez personalidades designadas por el presidente. Se invitó a
Senadores y Diputados para que nombren tres representantes de cada Cámara. Para sus defensores, la legislatura
generaba desconfianza sobre los resultados a alcanzar debido a los conflictos que podrían haber entre las fuerzas
políticas y un tratamiento más lento.

Esta comisión tenía un plazo para investigar sobre las desapariciones y debia emitir un informe. Las 1ras actividades
indicaron que actuaba a partir de requerimientos y escaseaba de estrategia de investigación, hasta que orientó la indaga
hacia el sistema de desaparición empleado por la dictadura junto a la identificación de los responsables.

Esto generó confianza en los denunciantes y defensores, incrementando el material testimonial que fue clasificado a
partir de cada centro clandestino. Las pruebas para cada centro de detención consistían en

 testimonios de familiares y sobrevivientes


 respuestas oficiales
 lista de víctimas y personal involucrado
 corpus presentados
 figuras del derecho penal de las denuncias

En setiembre de 1984 se entregó al presidente el informe. Este permitía inferir que los derechos humanos fueron
violados en forma orgánica y estatal por la represión de las Fuerzas Armadas. Y violados de manera sistemática, con
secuestros en todo el territorio.

Una vez disuelta la comisión se creó la Subsecretaría de Derechos Humanos a la cual se trasladó toda la información
reunida.

1.2.2. El Juicio a las Juntas Militares

La ingeniería legal para juicios consistió en el envío al Congreso el proyecto para la anulación de la ley de autoamnistía y
la emisión de decretos presidenciales para enjuiciar a los dirigentes de ERP y montoneros (N° 157) y el procesamiento
de las tres primeras Juntas Militares (N° 158).

La orden de someter a juicio a los integrantes de las juntas ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA)
estuvo orientada a la autodepuración de militares. Sin embargo, los miembros del CSFA no se mostraron dispuestos a
investigar ni condenar a sus camaradas.

La comunicación oficial expresó que las órdenes dadas por las juntas habían sido indiscutibles y legítimas, por lo cual no
podían juzgar a los excomandantes. Así, la causa pasó a la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional
de la Capital Federal. Entre abril y setiembre de 1985 se llevaron adelante audiencias. La sentencia definitiva se dictó el
9 de diciembre. El Tribunal se pronunció sobre 700 casos presentados por fiscales con pruebas que los respaldaban. El
fallo atribuyó responsabilidades entre las Fuerzas y las Juntas. Si bien la principal responsabilidad fue adjudicada a los
altos mandos, previamente se habían tenido que probar asesinatos, torturas y secuestros involucrando a subalternos.

El Poder Judicial necesitaba producir una transformación en su imagen pública pues estaba comprometida con la
dictadura y por eso fue más allá de los límites deseados por el Ejecutivo.

1.2.3. Ley de Punto Final y Ley de Obediencia Debida

Al momento de dictar la sentencia de Juntas Militares, aparece en sectores conservadores del gobierno la idea de poner
un punto final a las causas que se inician en los juzgados del país. Alfonsín promete que no habría una ley en ese
sentido. Proyecto que es comunicado a la Legislatura en diciembre de 1986 y sancionado. La Ley de Punto Final
estableció un plazo de 60 días para iniciar nuevas causas contra militares involucrados en la represión. Esta provocó el
efecto contrario al buscado, siendo procesados más de 300 oficiales y suboficiales.

El malestar militar no acabó. Esto dio lugar a la aparición del “movimiento carapintada”, uniformados que en abril de
1987 protestaron al mando de Aldo Rico exigiendo: freno a los juicios y a la campaña de desprestigio contra
uniformados y la promesa de que no serían sancionados los rebeldes. El presidente intervino. La Ley de Obediencia
Debida sancionada en junio de 1987, interrumpió el proceso de enjuiciamiento a los militares. La norma excluía de todo
juzgamiento a quienes a la fecha de comisión del hecho comprobaban como oficiales jefes, subalternos, suboficiales y
personal de tropa de Fuerzas Armadas, de seguridad, policial y penitenciaria.

La legislación interrumpió el proceso abierto con el juicio a las Juntas, pero no frenó los levantamientos carapintadas en
Monte Caseros (enero 1988) y Villa Martelli (diciembre 1988).

1.2.4. Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG)


En 1984, cuando comenzaron a realizarse descubrimientos de cuerpos enterrados sin identificación (como NN), ante la
sospecha de que tratara de desaparecidos se creó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), un organismo
no gubernamental integrado por antropólogos, arqueólogos y médicos.

En 1987 el Congreso sancionó la ley de creación del BNDG. Este se encarga de la obtención y almacenamiento de
muestras de material genético de familiares de personas secuestradas y desaparecidas durante la dictadura. Este ha
tenido a su cargo estudios genéticos de personas (para comprar ADN) que tienen dudas sobre su identidad, hijos de
desaparecidos secuestrados junto a sus padres o nacidos durante el cautiverio, para identificar vínculos biológicos.

1.3. La economía en tiempos de Alfonsín

Es posible distinguir dos momentos en el análisis de políticas económicas implementadas.

- 1ra etapa: corresponde al equipo económico a cargo de Grinspun (diciembre 1983 a marzo 1985), se elaboró un
diagnóstico erróneo y desestimaron las transformaciones económicas y sociales sucedidas durante la dictadura. Esto
llevó a la vigencia del modelo de industrialización sustitutiva e identificar como problemas el desempleo y bajos salarios
(en contexto de deuda externa). Así, las medidas implementadas se centraban en expandir la producción, aumentar
salarios, controlar la inflación y acordar con los acreedores externos.

Respecto a la deuda externa, la propuesta inicial consistió en no girar pagos al exterior hasta 1984 y en la asociación con
otros países latinoamericanos (Consenso de Cartagena) para lograr una negociación con los acreedores que fortaleciera
la posición de los deudores. El FMI rechazó la idea y solo aceptó negociar en forma bilateral con países, lo cual llevó a
iniciar negociaciones y firma de un acuerdo stand by a fines de 1984. Dificultades de la estrategia se presentaron.

El nuevo poder económico, los ganadores de la “década perdida”, son aquellas firmas beneficiadas durante la dictadura
por los contratos con el Estado. Las empresas que lograron expandirse y consolidar su posición en el gobierno de
Alfonsín, son las beneficiadas por las transferencias de recursos públicos a partir de la promoción industrial y de los
precios diferenciales con las reparticiones del Estado. De este modo, mientras los reclamos de trabajadores estaban
vinculados al modelo de industrialización sustitutiva, los de los empresarios estaban relacionados con el rentístico
financiero, imposibilitando la generación de un acuerdo.

- 2da etapa, desde la renuncia de Grinspun (marzo de 1985) hasta el estallido de la hiperinflación estuvo caracterizado
por políticas que afianzaron el modelo de valorización financiera y el bloque de poder económico. Frente a los fracasos
en la gestión económica aplicada, el gobierno cambió de estrategia y lanzó el Plan Austral. Programa de ajuste
“heterodoxo”, que mediante el cambio del signo monetario, el Austral, queria detener la inflación. Principales medidas:
congelamiento de precios, tarifas, salarios y el tipo de cambio.

Al principio se obtuvo la disminución de inflación y déficit fiscal pero el programa no incluía objetivos de reactivación o
crecimiento. El plan sufrió correcciones que marcaron el paso de una política de congelamiento a flexibilización, para
terminar en una propuesta de mayor apertura económica y la reforma del Estado con la incorporación de
privatizaciones de empresas públicas, control de contratos estatales con privados y regímenes de promoción industrial.

A mediados de 1988 cuando la inflación, recesión, caída de salarios y desempleo reflejaban la situación crítica de la
economía, el gobierno lanzó el Plan Primavera como último intento para evitar una hiperinflación. Así, el gobierno
ingresó en una etapa de debilidad para fijar políticas en el marco de una inflación descontrolada, de elecciones y de
crecientes expectativas de recambio en el partido gobernante.

1.4. La hiperinflación, la crisis de gobernabilidad y el traspaso de mando

El año 1989, el asalto al Regimiento de Infantería de la Tablada por el Movimiento Todos por la Patria (grupo de
izquierda). Este finalizó con una represión, muertos y la posterior detención de autores intelectuales del copamiento. En
febrero se produjo una corrida contra el austral, impulsada por sectores financieros y empresariales. El dólar y precios
se dispararon, ingresando en un proceso hiperinflacionario.
Frente al colapso económico se decidió adelantar a mayo las elecciones presidenciales. Triunfo del peronista Menem y
Duhalde. Ante la crisis social y económica Alfonsín inició negociaciones con el presidente electo para realizar una
entrega anticipada del mando, la cual fue efectivizada en julio.

Alfonsín a lo largo de su gobierno logro recuperar las instituciones democráticas, pero había quedado inconclusa la
subordinación de Fuerzas Armadas y se estaba muy lejos de alcanzar un modelo de crecimiento económico. En este
sentido, se considera a la primera presidencia tras la dictadura como una democracia en transición.

2. La presidencia de Carlos Menem (1989-1999)

En la campaña electoral, Menem prometio que durante su mandato habría una “revolución productiva” y un “salariazo”.
Sin embargo, la nominación de algunos funcionarios que lo acompañarían anunció un cambio de rumbo en la política a
seguir. Hubo una ruptura con la tradición y una transformación de identidad peronista. Desarticularon el
intervencionismo estatal y su propuesta incorporó al adversario social, identificado con los grupos económicos más
concentrados.

En 1989 el Ejecutivo contaba con mayoría en el Congreso y el compromiso de la UCR de prestar ventaja y no obstaculizar
los proyectos ante la entrega del poder. En los dos primeros años de gobierno, Menem se aproximó a la construcción
política del peronismo neoliberal.

El sector de legisladores había mostrado mayores divisiones en las políticas adoptadas –el Grupo de los Ocho– se partió
dando origen a un nuevo partido, el Frente Grande, que en las elecciones presidenciales de 1995 se asoció con otras
fuerzas (Frente País Solidario, Frepaso).

Durante el gobierno de Menem se registró una concentración de poder en el Ejecutivo facilitada por el Congreso, quien
le delegó mandos que eran de su indiscreción. A través de la sanción de leyes de Emergencia Administrativa y de
Emergencia Económica, era el mejor momento para la reforma del Estado y privatizaciones. Los decretos de necesidad y
urgencia (DNU) no eran nuevos, pero la inusual emisión dio lugar al término “decretazo”. En cinco años, se dictaron 336
decretos a través de los cuales

 se establecieron impuestos
 derogaron leyes
 modificaron normas que allanaban el camino para que el Ejecutivo avanzara en privatizaciones de empresas
públicas
 permitió incrementar el número de miembros de la Corte Suprema de Justicia, alcanzando lo que se denominó
“la Corte del sí automático” para asegurar el respaldo del Poder Judicial a sus políticas.

O’Donnell denominó a este tipo de democracias con alta concentración del poder en el Ejecutivo como “democracia
delegativa”. En ella no funcionan los controles institucionales sobre los actos de gobierno, el presidente los considera
un obstáculo e intenta debilitarlos o suprimirlos. La idea de poder para este líder es democrática. Este mandatario llega
al gobierno en contextos de crisis socioeconómicas y asume que los ciudadanos le delegan autoridad para que lleve
adelante las políticas que considere adecuadas.

2.1. La cuestión militar y los derechos humanos

Con respecto a la cuestión militar y violaciones a derechos humanos el presidente expresó que era hora de un gesto de
pacificación y anunciaban la estrategia presidencial para formulación y ejecución de política referida al tema. El
proyecto consistía en pasar por alto a condenados y procesados por la represión, a civiles implicados y uniformados que
habían participado de las rebeliones carapintadas. Asi, emitió decretos en

 octubre 1989 pasando por alto a más de 200 civiles y militares con procesos abiertos y condenados
 fines de 1990 que involucraron a Videla, Massera, Agosti, Viola, Camps, Ricchieri, Lambruschini y Suárez Mason;
y a civiles, Mario Firmenich, Norma Kennedy, Brunillo y Martínez de Hoz.
En la estrategia presidencial de Menem, vinculó la política en derechos humanos con la resolución de la cuestión militar.
De esta manera, el perdón a los militares que habían cometido crímenes en la dictadura cerró momentáneamente el
camino de justicia, verdad y memoria quedaron sepultadas detrás de la subordinación del poder militar al civil.

En este gobierno se dio inicio a la reparación económica para las víctimas de violaciones durante la dictadura. Se dio
tratamiento a la figura del “ausente por desaparición forzada” y el desaparecido se constituyó en sujeto de derecho.

2.2. Las políticas neoliberales

Con la llegada al poder de Menem, el país adhirió al llamado “pensamiento único” determinado por EEUU y por
organismos multilaterales de crédito. Pensamiento que sostenía el dominio absoluto de economía y mercado por sobre
la política, sociedad y cultura y pedía a los países endeudados diseñar nuevas políticas públicas para salir de la crisis.

Con la finalidad de cumplir con los lineamientos impuestos desde el exterior, el nuevo gobierno adhirió al Consenso de
Washington mediante la adopción de un menú de políticas que debían instrumentarse en el país a efectos de superar el
modelo estatista y avanzar en el crecimiento.

2.2.1. El Consenso de Washington

Hacia fines de los años ochenta y principios de los noventa, el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional
(FMI) establecieron un conjunto de propuestas de política económica denominadas “Consenso de Washington” (CW),
destinadas a solucionar problemas de inestabilidad que sufrían las economías latinoamericanas, pero con el propósito
de pagar sus deudas.

El diagnóstico otorgaba desequilibrios macroeconómicos de países a las políticas adoptadas luego de la 2da Guerra
Mundial que estaban dirigidas a emprender un proceso de industrialización mediante la sustitución de importaciones
(ISI).

Asociaban a dicho proceso una asignación de recursos a la vez que vinculaban el origen de todos los desequilibrios a la
intervención del Estado en la economía. Las recomendaciones del CW estaban contenidas en una suerte que debería ser
puesto en práctica por países en desarrollo a fin de superar el modelo estatista y alcanzar el crecimiento. Esos
instrumentos se centraban básicamente en:

1. La reducción del déficit fiscal: presentado como origen de los desequilibrios macroeconómicos y estaría vinculado
con la incapacidad de equilibrar gastos e ingresos públicos.

2. La disminución del gasto público: deberían eliminarse los subsidios de la actividad económica y la gestión social del
Estado debería orientarse solo a la inversión en infraestructura pública.

3. La reforma impositiva: se recomendaba acrecentar la recaudación impositiva ampliando la base imponible.

4. El establecimiento de tasas de interés que deberían estar determinadas por el mercado con finalidad de atraer
capitales.

5. La fijación de un tipo de cambio estable y alto (Plan de Convertibilidad): con el fin de asegurar un nivel competitivo
que favoreciera las exportaciones y estimulara la confianza del sector privado para la inversión.

6. La eliminación de barreras arancelarias: como eje de una política comercial tendiente a favorecer la apertura
irrestricta al mercado, cuyo efecto directo sería un proceso creciente de desprotección de la producción nacional.

7. La inversión externa directa: los países debían implementar una legislación que favoreciera la inversión extranjera
para atraer capitales y tecnología.

8. La privatización de las empresas públicas: para un manejo más eficiente por parte del sector privado.
9. La desregulación de la economía: Del mercado de trabajo a fin de eliminar distorsiones provocadas por demandas de
trabajadores y sus organizaciones sindicales.

10. El impulso de reformas institucionales: que garanticen los derechos de propiedad durante el proceso de reforma
estructural.

El argumento se organizaba a partir del ajuste fiscal que actuaría como ordenador y estabilizador de las cuentas
macroeconómicas. E inducía a un desarrollo asentado en el capital privado en deterioro del público y otorgaba una
nueva funcionalidad al Estado para favorecer la rentabilidad del capital trasnacional.

A partir de la llegada de Domingo Cavallo al Ministerio de Economía en marzo de 1991, se profundizaron las medidas
para alcanzar la estabilización monetaria y las transformaciones estructurales. El programa denominado “Plan de
Convertibilidad” estaba diseñado en torno a tres ejes principales de acción.

 El primero, la Ley de Convertibilidad, estableció una identidad cambiaria (1 peso por dólar) y la exigencia de que
todo circulante esté respaldado por reservas. Objetivo: quitar al Estado la capacidad de emitir dinero para
solventar el déficit público.
 El segundo, apertura comercial destinada a frenar la suba de precios internos por la competencia de productos
importados.
 El tercero, reforma del Estado con finalidad de reducir la presencia del mismo en la producción de bienes y
servicios y restarle capacidad de intervención y regulación. Con este se procedió a un plan de privatizaciones de
empresas de servicios. Este se efectivizó rápido y careció de un marco regulatorio, así como de la
implementación de entes de control que dejaron a los ciudadanos sin protección y con tarifas sujetas a precios
internacionales.
Se aplicó un proceso de descentralización administrativa en hospitales y escuelas públicas, del cual el Estado
nacional no se hacía cargo y transfiria obligaciones provincias y municipios a la que pertenecían
Así el Estado mínimo sustituyó al del Estado de Bienestar.

2.2.2. Las políticas sociales y laborales

La expansión económica fue considerada la principal política social. El Estado no debía intervenir para modificar la
situación de los individuos, desatendiendo los efectos de las políticas aplicadas. Se tenía la certeza de que el mismo
sistema generaría igualdad de oportunidades mediante el “efecto derrame”. El crecimiento acelerado de la economía
terminaría por derramar sus beneficios a toda la sociedad, pero como solo beneficiaba al segmento más concentrado
del capital, se necesitaba proteger a los sectores más vulnerables.

Así, se implementaron políticas sociales focalizadas en oposición a las universales del Estado de Bienestar. Sin embargo,
el efecto derrame no llegó, y hubo un crecimiento de pobreza. El neoliberalismo implementó políticas sociales a través
de numerosos programas que solo atendían a la población en pobreza.

El incremento del desempleo fue un factor fundamental para la precarización del mercado de trabajo, a través de ella se
buscaba eliminar las conquistas laborales que protegían a los trabajadores. Según el principio de la economía liberal, la
desocupación se debía a la rigidez de los salarios, por lo tanto la idea era reducir el costo laboral.

A fines de 1991, la sanción de la Ley Nacional de Empleo permitió el límite máximo de la jornada laboral y dio origen a
los “contratos basura” que afectaban la estabilidad de los trabajadores en el empleo y limitaban los derechos laborales
(período de prueba, contrato de tiempo parcial, pasantías, disminución o eliminación de la indemnización por despido)

2.2.3. Política exterior: las relaciones “carnales”

Para el desarrollo los países debían “comprender” su estado de subordinación jerárquica a las naciones líderes. Este
suponía, un voluntario “alineamiento automático” que fue cumplido en Argentina.
De este modo, argentina estuvo en sintonía con las políticas económicas aplicadas durante el período y para asegurar
una reinserción internacional necesitó desarrollar relaciones exteriores. Se privilegió la relación con Estados Unidos.

Por ejemplo, la participación de Argentina en la Guerra del Golfo (1990-1991) marcó una ruptura con la postura neutral
del Estado Argentino. Esa decisión tuvo una cruel respuesta por parte del terrorismo internacional a través de los
atentados contra la Embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994.

Otras manifestaciones fueron el retiro de Argentina del movimiento de No Alineados y la participación en las misiones
de paz de los Cascos Azules de Naciones Unidas en Medio Oriente y en el conflicto de la ex Yugoslavia. Esto demostro el
abandono de política de no intervención de Argentina.

Por otro lado, la restauración de relaciones con Gran Bretaña se logró mediante el abandono de reclamos por la
soberanía sobre las Islas Malvinas en los foros internacionales.

En cuanto a las relaciones con América Latina, se destacó el proceso integrador concretado a través de la suscripción del
Tratado de Asunción en 1991, que sentó las bases del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Los Estados fundadores
fueron Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.

2.2. La Reforma Constitucional de 1994

La reforma de 1994 fue consecuencia de un acuerdo político denominado Pacto de Olivos entre el presidente Menem y
el expresidente Alfonsín, jefe de la UCR, principal partido de la oposición. El justicialismo buscaba la reelección
presidencial, expresamente prohibida en la Constitución Nacional, mientras que el radicalismo pretendía la atenuación
del sistema presidencialista mediante la figura de un Jefe de Gabinete. Además, preocupaba a la oposición el excesivo
número de decretos de necesidad y urgencia (DNU) firmados por el presidente.

Mientras la UCR se oponía a la reelección de Menem, el justicialismo amenazaba con sancionar la declaración de
necesidad de una reforma constitucional con solo dos tercios de los presentes de cada Cámara del Congreso. Alfonsín,
decidió llegar a un acuerdo. En ese pacto se acordaron para dirigir la reforma cláusulas que no serían negociables: para
el 1ro la reelección, para el 2do el balotaje.

Asi, el Congreso sancionó la ley declarativa de necesidad de reforma que incorporó el llamado “núcleo de coincidencias
básicas”, conjunto de trece temas o puntos que debían ser votados en bloque (por sí o no) y por esa razón se la
denominó “cláusula cerrojo”. La finalidad de dicha limitación era evitar que, por tener mayoría absoluta en la
Convención Constituyente, alguno de los dos partidos no cumpliera con lo acordado y reformara la Constitución
siguiendo sus exclusivos intereses políticos.

La Reforma constitucional de 1994 tuvo tres ejes fundamentales:

1) La incorporación de nuevos derechos y garantías (se estableció que los ciudadanos tienen derecho de iniciativa para
presentar proyectos de ley ante la Cámara de Diputados)

2) El reequilibrio de poderes del Estado

3) El fortalecimiento del federalismo.

Novedades en política:

 elección directa del presidente y vice en balotaje


 reducción del período de mandato presidencial de seis a cuatro años
 introducción de la figura del Jefe de Gabinete
 incorporación de un tercer senador provincial por la minoría
 creación de organismos de control (Auditoría General de Nación, Consejo de la Magistratura, órgano encargado
del nombramiento y contralor de los jueces y el Defensor del Pueblo que sería elegido por el Congreso)
 se estableció que la Ciudad de Buenos Aires sería una unidad política autónoma (Ciudad Autónoma de Buenos
Aires). La misma mantendría su condición de Capital del Estado Argentino, pero se le concedía el derecho a
dictarse una Constitución propia y a la elección directa de su jefe de Gobierno.

2.3. Balance de una década de políticas neoliberales

A lo largo de las presidencias de Menem se consolidó la democracia con la subordinación de Fuerzas Armadas al poder
político y se definió un Estado y una economía neoliberal.

La implementación de políticas dio por resultado la consolidación de un modelo económico neoliberal. Los altos índices
de desempleo por la ola de despidos a causa de privatizaciones y contracción del sector industrial dieron origen al
movimiento piquetero (corte de rutas, puentes y calles) como medio de visibilización y se extendió en todo el territorio
nacional.

El Estado redujo sus funciones y capacidades, perdió protagonismo, llegando a su fin.

3. La presidencia de Fernando de la Rúa (1999-2001)

En las elecciones de 1999 se impuso de la Rúa y “Chacho” Álvarez, una asociación entre la UCR y el Frente País Solidario
(Frepaso). El presidente representaba a la corriente más conservadora del radicalismo y el vicepresidente pertenecía al
Frepaso. Esto da cuenta de tensiones dentro del gobierno.

Temas que reflejaron discrepancias internas:

 el sostenimiento de jueces de la Corte Suprema que representaban la “mayoría automática”


 la política de investigación y juicios por violaciones a derechos humanos que llevó a un enfrentamiento del
presidente con el Frepaso a quien se sumó el alfonsinismo
 la denuncia sobre sobornos en el Senado que finalizó con la renuncia de Álvarez a la vicepresidencia, así, la
ruptura de la Alianza.

3.1. El derrumbe: la crisis del 2001

El fin del modelo de acumulación neoliberal fue catastrófico, la Argentina había ingresado en una crisis económica,
social y política. El descontento social dejaba al descubierto un gobierno debilitado, con escasa capacidad para revertir
la situación y con falta de apoyo.

El nombramiento de Domingo Cavallo a cargo del Ministerio de Economía anunció el derrumbe del gobierno y régimen
de convertibilidad que el mismo implementó en la gestión anterior. En diciembre de 2001 ante una corrida bancaria, a
consecuencia de la retirada de las inversiones financieras, se emitió el decreto que congeló los depósitos, el llamado
“corralito”, limitando a $ 250 las extracciones semanales.

La medida impacientó a la clase media, organizaciones sindicales y piqueteras debido a un contexto en el cual los índices
de pobreza habían subido. La protesta social se manifestó a través de cacerolazos, saqueos a comercios, y
movilizaciones los días 19 y 20 de diciembre. La respuesta del presidente fue el establecimiento del estado de sitio y las
fuerzas policiales iniciaron una represión contra los manifestantes. Dejo 39 muertos.

Esto finalizó con la renuncia de De la Rúa, pero la ciudadanía redobló la apuesta exigiendo la salida de toda la dirigencia
política. La crisis fue socioeconómica y política. Los piqueteros, asambleístas barriales, ahorristas, cartoneros y
trabajadores de fábricas recuperadas cuestionaron a los partidos y a la clase política en su conjunto como vía para
alcanzar soluciones a sus problemas.

NAOMI KLEIN INTRODUCCIÓN

UNA RED DE MARCAS


Escribí este libro cuando vivía en el distrito textil de Toronto, en un almacén de diez pisos. Muchos edificios semejantes
al mío estaban clausurados; la única función capitalista que les quedaba era enarbolar sobre sus techos carteles
luminosos que recordaban la existencia de la cerveza Molson, de los coches Hyunday y de la radio FM EZ Rock a los
conductores que tomaban la ruta del lago.

En las décadas de 1920 y de 1930 estas calles bullían con inmigrantes rusos y polacos que se reunían en restaurantes
para conversar sobre Trotsky y dirigentes de la Unión Internacional de Obreras de la Industria Textil. La sucesión de
décadas que se acumulan sobre la Avenida Spadina. Sus viviendas y estudios están llenos de gente que sabe que
desempeña un papel en la escenografía urbana.

Y por eso fue lamentable que el Ayuntamiento establezca una serie de instalaciones artísticas públicas para celebrar la
historia de la Avenida Spadina. 1RO fueron figuras de acero que colgaban de postes del alumbrado; representaban
mujeres inclinadas sobre máquinas de coser y multitudes de obreros en huelga que elevaban carteles con eslóganes.
2DO lo peor: llegó un dedal gigante que fue depositado en la esquina de mi casa, cuatro metros de alto y ancho. Al lado,
dos botones gigantes de cuyos agujeros salían unos arbolillos. El dedal es la manifestación de la toma de conciencia
reciente. En toda la zona se reforman los antiguos edificios industriales para convertirlos en complejos de viviendas. Los
restos de la época de la industrialización han sido saqueados en busca de nuevas modas: así sucedió con los sobrantes
de uniformes de obreros fabriles, vaqueros y botas. Antiguos talleres han sido reformados con lujo y dotados con
bañeras, duchas, garajes subterráneos y servicio de portería. El propietario de mi piso, quiere vender nuestro edificio
para construir apartamentos con techos altos. Lo hará, pero por el momento hay inquilinos que fabrican prendas, cuyas
empresas son pequeñas para mudarse a Asia o América Central, y que no desean contratar obreros independientes y
pagarles por pieza.

YAKARTA. Estas trabajadoras indonesias se han acostumbrado a recibir personas extranjeros que vienen a hablarles
sobre las espantosas condiciones que reinan en las fábricas donde cortan, cosen y pegan telas para empresas
multinacionales. Agosto de 1997 las espantosas condiciones han provocado una huelga en la fábrica de vestidos Kaho
Indah Citra, en las afueras de Yakarta, en la zona industrial de Kawasan Berikat Nusantar. El problema de las obreras de
Kaho, es que las obligan a hacer muchas horas extras todos los días, pero no les pagan lo que manda la ley.

Después de tres días de inactividad, la empresa les ofreció un compromiso: no sería obligatorio hacer horas extras, pero
la paga seguiría siendo inferior a lo legal. Los 2.000 trabajadores volvieron a las máquinas de coser excepto 101
muchachas jóvenes que, según dictaminó la patronal, habían sido las organizadoras de la huelga.

Marca de ropas que hacían en la fábrica de Kaho: abrigos largos marca London Fog. En 1997, Canadá importó anoraks y
chaquetas de esquí de Indonesia a 11,7 millones de dólares.

1. Industria de Canadá, «Canadian Imports - Top 25 Products. Origin: Indonesia».

Las jóvenes trabajadoras de la zona son una comunidad especial y se relacionan entre sí. Otro logo común a todas
nosotras era Esprit, una marca que tenía una fábrica en la zona. Y McDonald's: se acababa de abrir cerca de Kaho que
había desilusionado a las obreras porque esta comida era inalcanzable para sus bolsillos.

Por lo general los informes sobre red mundial de logos y productos se presentan en la retórica triunfal del marketing de
la aldea global. Todas las empresas organizan su estrategia según esta visión posnacional; pero la campaña que más
capta la promesa igualitaria del planeta unido por marcas es «Soluciones para un Pequeño Planeta» de IBM. Los
occidentales hemos comenzado a ver otro tipo de aldea global, donde la desigualdad económica se ensancha y las
oportunidades culturales se estrechan.

2. Página de Internet de Levi Strauss, 1996.

Es la aldea donde estamos conectados por una red de marcas. IBM sostiene que su tecnología está presente en todo el
mundo, pero con frecuencia esa presencia significa que los obreros mal pagados del Tercer Mundo fabrican los
microcircuitos de ordenador y las baterías que mueven nuestros aparatos. El Tercer Mundo, según dicen, siempre ha
existido para mayor comodidad del Primero. Lo nuevo, es el interés por investigar lugares de origen de artículos de
marca, donde las marcas no existen.

No logo se trata de un intento de reflejar la actitud de rechazo a las grandes empresas que nacen en muchos jóvenes
politizados. Se basa en una hipótesis: a medida que los secretos que yacen detrás de la red mundial de marcas sean
conocidos por una cantidad cada vez mayor de personas.

Había hecho investigaciones en ambientes universitarios y descubierto que muchos estudiantes se sentían preocupados
por la intrusión de empresas privadas en escuelas públicas. Les ofendían los anuncios que insinuaban en espacios
comunes; que sus escuelas firmaran contratos para la distribución de bebidas sin alcohol o con fabricantes de
ordenadores, que los estudios universitarios comenzaran a parecerse a investigaciones de mercado. Les preocupaba
que el nivel de enseñanza se redujera porque se daba prioridad a los programas que mejor permitían integrarse en el
sector privado. Planteaban objeciones éticas contra las prácticas de algunas empresas con las que sus universidades se
asociaban por lo que hacían en el extranjero. Además, les inquietaban los efectos del agresivo patrocinio de grandes
empresas y comercio minorista en el espacio público y en la vida cultural, tanto local como globalmente.

Todas estas realidades y campañas compartían un elemento: sus ataques se dirigían contra las grandes empresas como
Nike, Shell, Wal-Mart, McDonald's (y otras: Microsoft, Disney, Starbucks, Mon- santo, etcétera Se dice que las grandes
empresas han adquirido tanto poder, que se han hecho más fuertes que los gobiernos. Que, a diferencia de ellos, no
tienen que rendir cuentas más que a los accionistas; que carecemos de mecanismos para obligarlas a responder ante el
público en general.

La fábrica abandonada CAPITULO 9

La degradación de la producción en la época de las supermarcas

Nuestro plan estratégico en América del Norte consiste en dedicarnos con intensidad a la gestión de la marca, al
marketing y a los productos de diseño para satisfacer la necesidad de ropas informales que tienen los consumidores. Al
transferir una porción significativa de nuestras actividades de producción de mercados estadounidense y canadiense a
contratistas del resto del mundo, daremos a la empresa mayor flexibilidad para asignar recursos y capital a sus marcas.

Muchas marcas multinacionales están en proceso de difundir su antigua necesidad de identificarse con sus productos.
En este contexto donde el exhibicionismo reemplaza a la realidad, los departamentos de marketing que gestionan la
identidad de marcas comenzaron a considerar que su tarea no coincide con la producción de fábricas, sino que está en
competencia directa con ella. «Los productos se hacen en las fábricas, pero las marcas se hacen con la mente». Todas
las agencias publicitarias han abandonado la idea de criticar productos ajenos y llegado a definirse como fábricas de
marcas que insisten en lo que tiene valor real: la idea, estilo de vida, actitud.

Esta idea, origino campañas publicitarias de última moda, supertiendas religiosas, universidades corporativas utópicas y
modifico el panorama del trabajo mundial. Después de decidir cuál es el «alma» de la empresa, las supermarcas se
desprendieron de sus cuerpos. La razón del cambio: construir una supermarca es un proyecto caro, que necesita una
gestión, atención y alimentación constantes. Sobre todo, las supermarcas exigen mucho espacio donde estampar sus
logos. Para que una empresa recupere costes, sólo puede destinar una cantidad fina de dinero a cubrir todos los gastos:
materias primas, fabricación, gastos fijos y creación de marca.

Según esto, las empresas no deben emplear sus recursos en fábricas que exijan mantenimiento físico, máquinas que se
estropeen, empleados que con seguridad han de envejecer y morir, sino que deben concentrarlo en el patrocinio,
envases, expansión y publicidad, sinergias, comprar cadenas de distribución y venta al detalle para que sus marcas
lleguen a los consumidores.
Este cambio de prioridades dejo en una posición precaria a productores no virtuales, obreros y artesanos. El enorme
gasto en marketing de 1990, las fusiones de empresas y extensiones de marca se han aunado con una resistencia a
invertir en instalaciones de producción y trabajo. Empresas satisfechas con un aumento del 100 % entre coste de
producción en fábrica y precio minorista buscan fábricas capaces de manufacturar productos tan baratos que ese
aumento llegue a 400 %. Las marcas se tragan todo el «valor añadido».

Desde que la producción en masa creó la necesidad de que existieran marcas, su papel ha ganado más importancia,
hasta que, más de un siglo y medio después de la Revolución Industrial, a estas empresas se les ocurrió que las marcas
reemplazaran la producción. Ésta es la razón de que ahora muchas empresas se desentiendan completamente de la
producción. En lugar de fabricar productos, en fábricas propias, los externalizan. Cierran las fábricas que poseen y
contratan la producción afuera, a menudo en el extranjero. Y a medida que los antiguos puestos de trabajo se trasladan
al exterior, se va con ellos: la idea de que el fabricante es responsable de sus empleados. Las marcas globales están
pasando la responsabilidad de producción a los contratistas, les dejan hacer su trabajo por poco precio, para que quede
mucho dinero para crear marcas.

LA EXPORTACIÓN DEL MODELO DE NIKE: Nike, comenzó siendo una empresa de importación y exportación de
zapatillas deportivas fabricadas en Japón. Llegaron a ser el prototipo de la marca sin productos. Otras empresas
tradicionales imitan el modelo de Nike, copian su estilo de marketing y estructura de externalización barata. A mediados
de la década de 1990, la empresa Vans se retiró del ámbito de la fabricación y adoptó el modelo de Nike, dejando de ser
un fabricante interior para pasar a ser una empresa orientada hacia el mercado. El gasto de fondos para crear demanda
entre consumidores se financió cerrando la fábrica de la empresa en California y contratando la producción a terceras
empresas manufactureras de Corea del Sur. Adidas siguió una trayectoria semejante. Cerrar las factorías que la
compañía poseía en Alemania y contrato la producción en Asia. Libre de cadenas de producción, la empresa encontró
tiempo y dinero necesarios para crear una imagen de marca del estilo de Nike.

Aunque los cierres de plantas fabriles han disminuido desde la recesión de 1980 y comienzos de 1990, lo que ha
cambiado son las razones que se atribuyen a estas «reorganizaciones». Antes se presentaban despidos masivos como
necesidad por el bajo rendimiento de empresas. En la actualidad son sólo modificaciones de estrategia comercial. Es
más frecuente presentar estos despidos junto a promesas de aumentar las ganancias por medio del gasto publicitario, y
los directivos se comprometen a centrarse en las necesidades de sus marcas y no en las de sus obreros.

Sara Lee Corp: conglomerado tradicional de empresas que abarca alimentos congelados del mismo nombre y marcas
«no integradas». A pesar de que Sara Lee exhibía un crecimiento, ganancias, sin tener deudas, a mediados de 1990 Wall
Street dejó de interesarse en ella y devaluó sus acciones. Los objetivos de Wall Street son de índole espiritual y
financiera. Y Sara Lee, en los artículos materiales característicos del mundo real.

Para remediar la situación, en septiembre de 1997 la empresa anuncio un plan de reestructuración de 1.600 millones de
dólares que la retiraría del negocio de «cosas», purgando su base productiva. Treinta de sus fábricas, comenzando por
hilanderías y textiles, serían vendidas a contratistas que pasarían a ser proveedores de Sara Lee. Street y la prensa
económica se sintieron encantados con la nueva orientación de mercado de Sara Lee y la recompensaron con una
subida del 15 % en el precio de sus acciones. Los inversores de Sara Lee habían logrado ganancias, pero las acciones
«habían aumentado. El objetivo de Sara Lee es parecerse a Nike, que externaliza la producción y se dedica sobre todo al
desarrollo de productos y gestión de marca.

Entre 1996 y 1997 los ingresos de la empresa Levi´s habían caído. Se tomó la decisión de cerrar 11 plantas, esto provoco
el despido de 6.395 trabajadores. En este proceso, Levi's suprimió tres de sus cuatro fábricas en Texas, donde era la
principal fuente privada de empleo. Al año siguiente anunció otra ola de cierres en Europa y Norteamérica que afectaría
a 11 de sus plantas de esa zona; el total de obreros despedidos ascendió a 17 16.310 en sólo dos años.
John Ermatinger, presidente de la división Levi's Americas, dijo que el plan estratégico en Norteamérica es dedicarse a la
gestión de marca, marketing y diseño de productos, que es la manera de satisfacer los deseos y las necesidades de
vestimenta informal que tienen los consumidores.

«AQUÍ NO SE TRATA DE EMIGRACIÓN DE PUESTOS DE TRABAJO»

Al explicar los cierres de fábricas según la decisión de Levi's de convertirse en una «empresa de marketing», Robert Haas
se cuidó de señalar a la prensa que los puestos de trabajo no se eliminaban, sino que se evaporaban. Aquí no se trata de
destrucción de puestos de trabajo. En lo que concierne a la empresa, esos 16.310 puestos han sido reemplazados por
contratistas de todo el mundo. Estos contratistas realizarán las mismas tareas que las antiguas fábricas de Levi's, pero
sus trabajadores nunca serán empleados de Levi Strauss.

Para algunas empresas, cerrar fábricas es trasladar las mismas instalaciones a un sitio más barato. Pero para otras, los
despidos es un cambio más fundamental, y que se relaciona menos con dónde que con cómo se produce. Sólo cinco
meses después de anunciar la primera serie de cierres de fábricas, Le- vi's volvía a fabricar en China. La compañía se
había retirado de ese país en 1993 como protesta por las violaciones de derechos humanos que se cometían en él.
Ahora ha vuelto para operar con tres contratistas que la empresa promete vigilar para impedir que violen las leyes
laborales.

Levi's, Nike, Champion, Wal-Mart, Reebok, The Gap, IBM y General Motors son cazadores de oportunidades que buscan
la mejor oferta en el mercado global. Son compradores exigentes y plantean exigencias respecto a los diseños que
imponen, materias primas, fechas de entrega, y bajos costes. Pero no les interesa cómo lograr la reducción de precios: la
construcción de fábricas, compra de máquinas y contratación de mano de obra barata quedan al cuidado ajeno.
Consecuencia de supresión de puestos de trabajo: empresas están desentendiéndose de temas laborales.

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DE CAVITE: DENTRO DE LAS ZONAS DE LIBRE COMERCIO

crear «marcas sí, no productos», la producción tiene la característica de que nunca puede ser trascendida por completo:
alguien debe ensuciarse las manos para fabricar los productos a los que las marcas mundiales imponen sus significados.
Y es aquí donde entran en juego las zonas de libre comercio. En Indonesia, China, México, Vietnam, Filipinas y en otros
sitios, están apareciendo zonas de procesamiento de exportaciones, que se convierten en grandes productoras de ropa,
juguetes, artículos electrónicos, máquinas y automóviles.

Rosario es la mayor zona de libre comercio de Filipinas que contiene 207 fábricas donde se producen artículos para el
mercado de exportación. La mayoría de esta actividad comercial se dirige a los 50 mil trabajadores. Los obreros montan
productos terminados: zapatillas deportivas Nike, pijamas de The Gap, pantallas de ordenadores IBM, vaqueros de Old
Navy. Pero a pesar de la presencia de multinacionales es uno de los pocos sitios donde las supermarcas apenas se ven.
Tratan de mantener la máxima discreción. Y las fábricas competidoras tampoco se encierran, es frecuente que sus
artículos se produzcan en las mismas fábricas, por los mismos obreros y cosidos y soldados por mismas máquinas.

El acceso a fábricas está prohibido a todos menos a importadores y exportadores. En Cavite la producción se ha
reducido al peor estado: las fábricas carecen de marca; los trabajadores son los intocables del mundo industrial.

En otras partes del mundo, los obreros viven en las zonas económicas, pero Cavite: es un sitio exclusivamente dedicado
al trabajo. La zona es una economía libre de impuestos, independiente de gobiernos municipal y provincial; un estado
militar en miniatura dentro de una democracia.

El concepto de zonas de libre comercio tuvo importancia en el pasado, cuando el transporte de productos exigía
múltiples etapas y descansos. Las ciudades-estado alentaban el comercio declarándose «ciudades libres» donde se
podía almacenar artículos en tránsito sin pagar impuestos, y los mercaderes las protegían contra cualquier daño. Estas
zonas adquirieron más importancia económica durante la época colonial, cuando ciudades enteras fueron convertidas
en «puertos libres» desde los que el botín del colonialismo se podía enviar sin peligro a Inglaterra, Europa o EEUU
pagando reducidos aranceles de exportación.

Las zonas de procesamiento de exportaciones (ZPE) no son espacios por donde transitan los artículos sino donde se
fabrican, y donde no se pagan impuestos de importación y exportación, y a menudo tampoco por los ingresos ni la
propiedad. La idea de que las ZPE pueden ayudar al Tercer Mundo cobró vigencia en 1964, cuando el Consejo
Económico y Social de las Naciones Unidas aprobó una resolución de apoyo a las zonas, considerándolas como medio de
promocionar el comercio con países en vías de desarrollo. Pero la idea no cobró fuerza hasta principios de 1980, cuando
India otorgó cinco años de privilegio fiscal a empresas manufactureras que funcionaban en sus zonas de salarios bajos.

Desde entonces, la industria de zonas de libre comercio se multiplico. Hay 52 zonas económicas en Filipinas. La zona
económica mayor es China, donde hay 124 zonas de procesamiento de exportaciones. La Organización Internacional del
Trabajo dice que hay al menos 850 ZPE en todo el mundo, pero que la cifra probable alcanza más bien las mil, que se
extienden a 70 países y emplean alrededor de 27 millones de obreros.

La Organización Mundial del Comercio calcula que el volumen de negocios de estas zonas oscila entre 200 y 250 mil
millones de dólares. La cantidad de fábricas que se alojan en estos parques industriales también está aumentando.
Independientemente del país donde se hallen las ZPE, la condición de trabajadores tiene una similitud:

 la jornada laboral es larga


 La mayoría del personal se compone de mujeres, jóvenes
 siempre trabajan para subcontratistas de Corea, Taiwan o Hong Kong
 Los contratistas reciben pedidos de empresas de EE.UU, Gran Bretaña, Japón, Alemania o Canadá.
 La gestión del personal es de corte militar, los supervisores son arbitrarios
 los sueldos están por debajo del nivel de la supervivencia
 el trabajo es poco cualificado y tedioso.

Las ZPE de la actualidad se parecen más al de las franquicias de hamburgueserías que al del desarrollo sostenible. Estas
se ocultan tras un manto de transitoriedad:

 los contratos van y vienen sin aviso previo


 los trabajadores son predominantemente inmigrantes, alejados de sus lugares natales y con pocas
relaciones con las ciudades
 el trabajo es a corto plazo y a menudo no se renueva.

Las fábricas están construidas con materiales baratos y se hallan en un suelo alquilado, no comprado.

«TODO DEBERÍA HABER SIDO DIFERENTE EN ROSARIO»

La teoría de las ZPE es que atraerán a los inversionistas extranjeros, los cuales, decidirán quedarse en los países, y las
líneas de montaje aisladas del país se convertirán en impulsores duraderos del desarrollo; habrá transferencia de
tecnología e industria nacional. Para atraerlos, los gobiernos de países pobres ofrecen exenciones impositivas, leyes
tolerantes y servicios de fuerzas armadas, siempre dispuestas a suprimir el descontento laboral y subastan a sus propios
ciudadanos, compiten para ver cuál fija el salario mínimo más reducido y permiten que los sueldos de obreros sean
inferiores al coste real de la vida.

En las afueras de Rosario se han construido campos de golf, clubes para ejecutivos y escuelas privadas para atenuar las
incomodidades de la vida en el Tercer Mundo. El alquiler de fábricas es bajo.

Para los inversores, las zonas de libre comercio son una especie de Club para empresarios, donde el hotel paga todo y
los clientes viven gratis. Las empresas se limitan a remitirles las telas o componentes de ordenador —sin pagar
impuestos a importación— y la mano de obra barata, se encarga del montaje. Luego las prendas u ordenadores
terminados se sacan del país sin pagar impuestos a exportación.
Una de las muchas ironías de las zonas es que lo único que logran los gobiernos con cada incentivo que otorgan para
atraer a las multinacionales es reforzar el sentimiento de empresas de ser turistas económicos y no inversores a largo
plazo. En Cavite, la zona obedece a un orden: los trabajadores llevan uniformes, el césped está bien cortado, las fábricas
están reglamentadas. Pero atravesamos los portales y la ilusión desaparece. Rosario tiene calles que son un laberinto, el
agua corriente es escasa y la basura desborda por doquier. Muchos de los obreros viven en barrios de chozas. Los
jóvenes, se alojan en unos bloques de cemento apenas separados de la zona por un muro y sus habitaciones son en
realidad antiguas pocilgas a las que se ha agregado un techo.

Cuando sólo había ZPE en pocos países, se producía un aumento sostenido de salarios, había transferencia de tecnología
y se comenzó a pagar impuestos poco a poco. Pero la economía mundial se ha hecho más competitiva desde que esos
países pasaron de industrias poco cualificadas a industrias de alta especialización. En la actualidad, habiendo 70 países
que compiten por dólares de zonas de procesamiento de las exportaciones, los incentivos para atraer a inversores
aumentan, y los salarios y condiciones laborales son rehenes de sus amenazas de marcharse a otros sitios. El resultado
es que países enteros se convierten en barrios industriales y en guetos de trabajo esclavo.

Por mala que sea la situación de Cavite, peor es la de Sri Lanka, donde las exenciones tributarias significan que las
ciudades no pueden proporcionar transporte a empleados de las ZPE. Las calles que transitan para ir y venir del trabajo
son oscuras y peligrosas porque no hay dinero para iluminación pública. Los alojamientos están superpoblados.

Rosario padece todos los problemas de industrialización: contaminación, creciente población de trabajadores
inmigrantes, aumento de delincuencia y ríos de aguas servidas, pero no goza de ninguno de sus beneficios. El gobierno
calcula que sólo el 30 % de las 207 fábricas de la zona paga impuesto. El alcalde dice que a muchas industrias se les
otorga una extensión del período, porque en caso contrario cierran y vuelven a abrir con otro nombre.

TRABAJAR ENTRE PARÉNTESIS

las fábricas no pagan impuestos ni crean infraestructuras locales y los artículos que producen son para exportación, ¿por
qué países como Filipinas siguen esforzándose en atraerlas dentro de sus fronteras? La razón es la teoría del goteo:
estas zonas son programas de creación de empleos, y con el tiempo los salarios de trabajadores permitirán lograr el
desarrollo sostenible de la economía local.

El problema de esta teoría es que los salarios de la zona son tan bajos que los trabajadores deben emplear la mayor
parte para pagar alojamientos comunes y transporte; el resto lo gastan en pastas y arroz frito que les venden en los
puestos que se suceden ante las entradas de la zona.

Pero los gobiernos no se atreven a aplicar leyes laborales nacionales por temor a espantar a las golondrinas. Los
derechos laborales son tan precarios dentro de las zonas que hay pocas posibilidades de que los obreros ganen lo
suficiente para alimentarse, y menos para estimular la economía local.

El gobierno filipino niega estos hechos. Dice que las zonas están sujetas a las mismas normas laborales que el resto del
país: los trabajadores deben recibir un salario mínimo, disfrutar de seguridad social y de cierto nivel de estabilidad
laboral, sólo pueden ser despedidos con causa justificada, sus horas deben ser pagadas aparte y tienen derecho a
formar asociaciones gremiales independientes. Pero en realidad, las autoridades consideran que las condiciones de
trabajo en fábricas de artículos de exportación es una cuestión de política exterior comercial y no de derechos laborales.
Y como el gobierno atrajo a los inversionistas extranjeros prometiéndoles mano de obra dócil y barata, quiere cumplir
su promesa. Por eso los funcionarios del departamento de trabajo cierran los ojos ante las ilegalidades que se cometen
en la zona, e incluso colaboran con ellas.

En muchas fábricas de la zona imperan normas férreas que violan las leyes laborales filipinas.

 empleadores cierran con llave las letrinas excepto durante los dos descansos de quince minutos, cuando todos
los empleados deben marcar la salida y entrada para que la dirección pueda vigilar su tiempo improductivo.
 Las costureras se ven obligadas a orinar en bolsas de plástico, bajo las máquinas.
 Está prohibido hablar, y sonreír.
 Las fábricas no pagan cuotas sociales de sus empleados y les exigen «donaciones» para iniciativas como la
adquisición de material de limpieza o la organización de fiestas navideñas.
 Algunos patronos obligan a los obreros a cortar la hierba que crece en los terrenos de la empresa; lavar suelos y
letrinas al terminar su jornada.
 ventilación mala y los elementos de seguridad escasos.
 cobran menos.

DEMASIADO CARO TODAVÍA: LA REDUCCIÓN DE LOS SALARIOS EN CHINA

Los casos más notorios de reducción de salarios se dan en China.

La única manera de comprender cómo es que unas compañías multinacionales ricas y respetuosas de la ley pueden
retroceder a niveles de explotación es por medio de los propios mecanismos de subcontratación: en cada una de las
etapas de la contratación, subcontratación y trabajo personal, los fabricantes compiten entre sí para bajar precios, y en
cada nivel el contratista y subcontratista extraen su pequeño beneficio. Al final de esto está el obrero, a tres o cuatro
etapas de distancia de la empresa que hace los pedidos, y recibe una paga que ha sido recortada en cada uno de esos
pasos

«SIN SINDICATOS NO HAY HUELGAS»

«Sin sindicatos no hay huelgas». Los obreros que intentan organizar comisiones sindicales son considerados revoltosos y
se exponen a amenazas e intimidaciones. Cavite era un vivero de «revoltosos» a causa de la aparición de una entidad
llamada Centro de Asistencia a los Trabajadores. Los obreros comenzaron a acudir al centro después del trabajo para
pasar tiempo, cenar y asistir a seminarios.

El Centro de Asistencia a los Trabajadores (CAT) fue creado para apoyar el derecho constitucional de obreros a luchar
para lograr mejores condiciones de trabajo, dentro y fuera de la zona.

En Filipinas, la idea de ofrecer incentivos y excepciones a los inversionistas, que debía abandonarse gradualmente a
medida que las empresas extranjeras se aprobaban con la economía nacional, ha producido la llegada de las golondrinas
y las fábricas del país donde había asociaciones de trabajadores han cerrado o vuelto a abrir dentro de la Zona de
Procesamiento de Exportaciones de Cavite para aprovechar los incentivos.

En este aspecto, Cavite no es ninguna excepción. La formación de sindicatos provoca temor en todas las zonas, donde su
aparición puede provocar consecuencias para los organizadores y obreros. Ese es el incidente de diciembre de 1988,
cuando la fábrica estadounidense de camisas Phillips-Van Heusen clausuró la única factoría de prendas de exportación
con una asociación gremial que había en toda Guatemala, despidiendo a 200 obreros. La planta Camisas Modernas creó
su organización en 1997, después de lucha y ante graves presiones contra la empresa que realizaron grupos defensores
de derechos humanos de EE.UU. El sindicato logró que los salarios suban, y que se limpiaran las instalaciones.

El patriotismo y orgullo nacional se aúnan en la explotación de zonas de exportación; los más jóvenes son enviados a
fábricas. No se discute ni se cuestiona la autoridad. En 1993, un obrero de la zona de Sri Lanka fue asesinado por
oponerse a esta política. Después de quejarse a causa de una máquina defectuosa que había hecho perder un dedo a un
compañero de trabajo, fue secuestrado cuando se disponía a testimoniar durante la investigación del caso. Su cadáver
apareció golpeado y quemado sobre una pila de neumáticos usados, cerca de una iglesia. Su asesor legal, que le
acompañaba, perdió la vida de la misma forma.

el agotamiento de los trabajadores. La principal queja de las obreras que cosen es la obligación de hacer horas
extraordinarias. Los turnos normales van de 7AM a 10PM, pero algunas noches hasta 2AM. En los períodos de mayor
producción, es frecuente que trabajen dos turnos seguidos hasta las dos de la mañana.
El trabajo en la zona se caracteriza por la combinación de una intensidad y ausencia de medidas de seguridad. Todo el
mundo trabaja seis o siete días por semana, y cuando hay que preparar un pedido voluminoso, se trabaja hasta que el
encargo queda cumplido.

En China hay casos de turnos de tres días; los obreros se ven obligados a dormir bajo las máquinas. A menudo, los
contratistas se exponen a sanciones financieras si no cumplen los plazos de entrega. En Honduras, se dice que cuando
los directivos de las empresas tienen que hacer entregas muy voluminosas en plazos reducidos, inyectan anfetaminas a
los obreros para hacerlos trabajar por 2 dias.

LO QUE LE SUCEDIÓ A CARMELITA...

Carmelita Alonzo, según sus compañeras murió «por trabajar demasiado». Trabajaba en la fábrica V. T. Fashions
cosiendo ropa para The Gap y Liz Claiborne, entre otras muchas marcas. La muerte ocurrió porque hizo una larga serie
de turnos nocturnos durante una temporada de trabajo pesado en febrero. Había que despachar muchos productos y a
nadie se le permitió irse a casa durante casi toda una semana. Afectada de neumonía, pidió unos días de descanso para
recuperarse. Se lo negaron. Ingresó en un hospital donde murió el 8 de marzo de 1997, el Día Internacional de la Mujer.

Cuando la fábrica sufre una reducción de pedidos o las remesas de suministros se retrasan, a los obreros se le manda a
casa sin paga, a veces durante una semana seguida. «si no trabajas, no cobras». Los contratos, cuando existen, son de
cinco meses o menos. Muchos de los obreros de Cavite son reclutados por medio de agencias de empleo que funcionan
dentro de la zona y cobran sus pagas.

Este nuevo tipo de relación laboral es lo que desmiente el sistema de las ZPE. En teoría, las zonas son un mecanismo
para redistribuir la riqueza mundial. Atraen puestos de trabajo del Norte, pero a medida que las economías de los países
industrializados pasan a la alta tecnología, lo justo sería que los puestos de trabajo que permitieron la aparición de
nuestras clases medias se compartan con países que todavía están esclavizados por la pobreza.

El problema es que los trabajadores de Cavite y demás zonas de Asia y América Latina no están heredando de ninguna
manera «nuestros» trabajos. «Uno de los mitos de la reasignación de empleos es que se cree que los puestos de trabajo
que parecen transferirse del Norte hacia el Sur son los mismos que antes». No lo son.

Lo que está sucediendo en las ZPE constituye una transformación radical de naturaleza misma del trabajo fabril. La
intensa reasignación de producción de industrias del vestido y calzado se ha visto acompañada por un paso paralelo de
producción del sector formal al informal, generalmente con consecuencias negativas para el nivel de salarios y
condiciones de empleo.

UNA MANO DE OBRA FLOTANTE

En todas las zonas de Asia las carreteras están llenas de muchachas jóvenes con blusas azules que andan de la mano con
sus amigas y llevan paraguas para protegerse del sol. En Cavite, la gran mayoría de las trabajadoras son mujeres solteras
de 17-25 años inmigrantes. Las inmigrantes son reclutadas a causa de un rasgo del «carácter de habitantes de Cavite», y
que inhabilita a los lugareños a trabajar en factorías cercanas a sus casas. No se adaptan a la vida en fábricas, porque lo
que quieren es hacer dinero rápido. Pero los provincianos no están expuestos a la vida en grandes ciudades. Les gusta
trabajar en las fábricas porque eso significa un progreso respecto a las labores agrícolas a las que están acostumbrados.

testimonios

- de haber podido se hubieran quedado en sus casas, pero sus familias habían perdido sus granjas porque habían sido
convertidas en campos de golf, o a causa de las leyes de reforma agraria, o por instalación de nuevas zonas de
procesamiento de exportaciones.
- la única razón que las había llevado a Cavite era que los reclutadores que visitan sus aldeas les habían prometido
que en las fábricas podrían ganar dinero suficiente para mandar a sus empobrecidas familias. Lo cual era mentira
EL OTRO PRODUCTO DE LA ZONA: UN NUEVO TIPO DE OBRERAS

La ignorancia e inseguridad hacen más fácil mantener la disciplina, pero hay otras razones para preferir trabajadoras
jóvenes. Es frecuente despedir a las obreras de la zona cuando llegan a los 25 años, porque ya son viejas y sus dedos
han perdido agilidad. Esta práctica es una manera de reducir mujeres con hijos. En Cavite, que ha habido casos de
mujeres embarazadas a las que se obligaba a trabajar hasta las 2 de la mañana. Como consecuencia dieron a luz niños
muertos, con complicaciones, quemaduras etc.

Como la mayoría de empleadores quieren evitar el pago de gastos sociales, asignando a sus trabajadoras horarios fijos u
ofreciéndoles estabilidad en sus puestos, la maternidad es el terror de las zonas. Las mujeres que solicitan trabajo en las
maquiladoras mejicanas deben someterse a pruebas de embarazo. A embarazadas se les niega el trabajo, maltratan y
despiden o hacen trabajar horas extras sin pagarles. Se les niega tiempo libre para acudir al médico, lo que provoco
abortos en las fábricas.

En Honduras y El Salvador, los desechos provenientes de zonas están llenos de cajas vacías de anticonceptivos, que se
recogen del suelo de fábricas. En Honduras los patronos obligan a las mujeres a abortar. En algunas maquiladoras
mejicanas se exige a las mujeres que demuestren que tienen la regla.

Los antiguos fabricantes, especialistas en marketing, decididos a evitar responsabilidad, están creando una mano de
obra compuesta por mujeres sin hijos, un sistema de fábricas móviles que emplean trabajadoras ambulantes.

LAS FÁBRICAS MIGRATORIAS

En este sistema reformado, los trabajadores no son los únicos elementos flotantes. Las fábricas golondrina que los
emplean han sido pensadas para beneficiarse con los privilegios e incentivos sujetos. En Norteamérica y Europa, la
migración de puestos de trabajo es una amenaza. Entre 1993 y 1995, «los empresarios amenazaron cerrar sus fábricas.
Las amenazas, iban desde incrustar etiquetas de ingreso de artículos de toda la planta con direcciones postales de
México hasta colocar mapas de América del Norte con una flecha que ib desde el lugar donde estaban las fábricas
entonces hasta el territorio mejicano». Los empleadores cumplieron esas amenazas cerrando las fábricas.

En China, Indonesia, India y Filipinas, la amenaza de cierre de plantas y de emigración de empleos es más poderosa.
Como las industrias tienen capacidad para evitar aumentos de salario, normas de protección medioambiental e
impuestos, las fábricas se construyen para poder transportarlas rápidamente.

Cuando las multinacionales migratorias aterrizaron por primera vez en Taiwan, en Corea y en Japón, muchas fábricas
pertenecían a contratistas locales.

• En Pusan, Corea del Sur, los empresarios coreanos trabajaban para Reebok, L.A. Gear y Nike. Pero a fines de 1980
los obreros coreanos comenzaron a rebelarse contra los salarios de un dólar diario y a organizarse para lograr mejores
condiciones laborales, las golondrinas levantaron el vuelo. Entre 1987 y 1992, en las zonas de procesamiento de
exportaciones de Corea, se destruyeron 30 mil empleos.

• En Taiwan. El modelo migratorio está documentado respecto a fabricantes de artículos de Reebok. En 1985, esta
empresa fabricaba casi todas sus zapatillas en Corea del Sur y en Taiwan. Hacia 1995, casi todas esas fábricas habían
abandonado Corea y Taiwan, y el 60 % de los contratos de Reebok habían aterrizado en Indonesia y en China.

Pero en esta nueva etapa del viaje las fábricas ya no pertenecían a contratistas indonesios ni chinos. Eran de propiedad
de las mismas empresas coreanas y taiwanesas que las poseían antes de la mudanza.

Cuando las multinacionales retiraron sus pedidos de Corea y Taiwan, los contratistas cerraron las fábricas de sus países y
abrieron en países donde la mano de obra aún era barata: China, Indonesia, Tailandia y Filipinas. Alli no se fabrica nada,
porque todos los materiales son importados. Hablan de la industrialización en el contexto de la globalización, pero es
sólo un mito.

LOS COMPRADORES EMIGRAN

Aunque las marcas grandes no tienen posesiones físicas están en todas partes, y mueven las cuerdas. En su papel de
compradoras, son tan poderosas que, las tareas que implica la posesión de fábricas ha llegado a parecerles innecesaria.
Y como los propietarios reales y administradores de fábricas dependen de sus contratos para hacer funcionar las
máquinas, los obreros no tienen capacidad de negociación.

Por el contrario, al no poseer las fábricas, las multinacionales tienen más poder sobre la producción. Al igual que
compradores de artículos, no ven necesidad de interesarse en la producción de artículos que adquieren, sino que se
limitan a echarse sobre ellos y mantienen a sus contratistas de rodillas alentando a cientos más a hacer ofertas.

Las empresas o emisarios hacen declaraciones públicas sobre el peligro de que un aumento del salario mínimo deje
fuera del mercado a algún país asiático. Calificando de «intolerable» una huelga en la fábrica de Nike. Si las autoridades
no impiden las huelgas,

 se perderían clientes del exterior


 los ingresos del Estado por exportaciones disminuirán
 el desempleo empeoraría

Las empresas multinacionales niegan la acusación de haber tramado una «situación bajo mínimos», y mantienen que su
presencia en los países subdesarrollados ha ayudado a elevar el nivel de vida en ellos.

En los últimos tiempos, el temor se extiende en Cavite. Habia comenzado la devaluación monetaria, y desde entonces la
situación empeoro. A principios de 1999, el precio de artículos básicos como el aceite, azúcar, pollo y jabón habían
aumentado. Los salarios que apenas permitían sobrevivir ya no alcanzan ni para eso. Los trabajadores que habían
juntado coraje para enfrentarse a los patronos viven ahora bajo la amenaza del despido y de la emigración de fábricas.
En 1998, 3.072 empresas de filipinas cerraron o redujeron sus operaciones. Nike, por su parte, despidio a 268
trabajadores de la fábrica Philips. Pocos meses después, en febrero de 1999, Nike se retiró de otras dos fábricas fili-
pinas, en Bataan: 1.505 obreros fueron afectados por los cierres.

La transitoriedad inmanente de las zonas de libre comercio es una manifestación extrema de la desinversión de
empresas en el mundo del trabajo que se está realizando en todos los niveles de la industria.

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