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FIRMA DEL ESCRITO JUDICIAL

Firma de la parte. Rechazo de la nulidad del acto jurídico. Ratificación tácita por la consulta
posterior del expediente.

Sumarios:

1- Frente a un escrito sin firma de la parte, su posterior ratificación produce efectos jurídicos
que permiten tener por saneado el vicio, como un todo inescindible. Razonar de otra forma
implicaría cerrarse en un estricto formalismo, prescindiendo de la voluntad del ratificante. La
ratificación expresa —o tácita como en el caso, con la consulta posterior del expediente y el
paso del tiempo, 15 años— tiene efectos retroactivos al momento de ejecutarse el acto [1].

2- Dado que el demandado pudo ejercer adecuadamente su derecho de defensa, pues fue
notificado de la demanda ejecutiva promovida en su contra y pudo contratar a un abogado
que lo asesoró y patrocinó en el expediente, la circunstancia que denuncia, esto es que ese
letrado defraudó su confianza y presentó un escrito de contestación de demanda con una
firma falsificada, no puede acarrear que el proceso —próximo a la subasta— se retrotraiga
hasta sus inicios en la medida en que el presunto acto irregular no fue generado por la parte
actora, sino por el letrado que el propio demandado eligió.

3- El planteo de nulidad, formulado 15 años después de que se presentara ese escrito de


recurso extraordinario, debe ser desestimado por ser manifiestamente extemporáneo,
máxime cuando quien solicitó que se declaren inexistentes este y varios escritos agregados al
proceso no es la parte contraria de quien habría presentado esos escritos, sino la propia parte
en cuyo nombre esos escritos fueron presentados.

4- Si la ley adjetiva permite a quienes abogan actuar sin firma de su cliente cuando razones de
urgencia lo ameritan, generalmente en actuaciones trascendentales del proceso, como ser una
contestación de demanda, con la condición de que tal acto se ratifique en el plazo que
establece el art. 48 Cód. Proc. Civ. y Com., con mayor razón cabe admitir la ratificación de un
escrito presentado por el letrado que patrocinó al demandado.

5- Los escritos que carecen de firma de la parte no son actos inexistentes, sino actos
susceptibles de una nulidad relativa.

CNCiv., sala L, 2023/10/18, M. M. V. c. A. O. A. s/ ejecución hipotecaria.

Expte. n° CIV 027394/2006/CA002

Buenos Aires, 18 de octubre de 2023.


Considerando:

I. Mediante la resolución del 25 de abril de 2023 el juez de grado rechazó el planteo de nulidad
que formuló el demandado Orlando Alfredo Almodóvar respecto de los escritos agregados a
fojas 37, 40/46, 49 y 70/72 (ver presentación del 28/02/2022). Para así decidir, el colega de
primera instancia consideró que el supuesto vicio que alegó el demandado consistente en que
se habría falsificado su firma en esos escritos, fue consentido por el propio incidentista por
actos procesales posteriores, en la medida que aquél asistió a una audiencia presencial en el
juzgado, oportunidad en la que pudo tomar vista del expediente. Por otra parte, respecto del
escrito de fs. 70/72, sostuvo que de él surge que el ejecutado conocía el estado del proceso.
Subrayó que tampoco fue cuestionado el escrito mediante el cual planteó el recurso
extraordinario (fs. 85/87) por lo cual dichos actos convalidaron los actos procesales anteriores
y sus respectivas presentaciones. En síntesis, consideró que si el demandado reconoció la
autenticidad de los escritos mediante los cuales dedujo los recursos de apelación y
extraordinario, el planteo de nulidad del escrito de expresión de agravios, resultaba
manifiestamente extemporáneo.

Los fundamentos de la apelación fueron expresados el 16 de mayo de 2023 y contestados el 1


de junio de 2023.

Fracasados los intentos de la Sala tendientes a que las partes arriben a un acuerdo
conciliatorio, las actuaciones se encuentran en condiciones de resolver.

II. En sus agravios el demandado sostuvo que los escritos con firmas falsas no son actos nulos,
sino actos inexistentes, de modo que no resultan convalidables en forma expresa o tácita en
los términos arts. 170 del Cód. Procesal. Insistió en que en la causa penal que se instruyó
contra el Dr. I. M. R. pudo comprobarse que las firmas insertas en los escritos peritados no le
pertenecían a su parte, de modo que con cita de abundante doctrina y jurisprudencia reiteró
que el escrito de contestación de demanda debe ser declarado inexistente y, por ende, se
impone la nulidad de todo lo actuado en el expediente a partir de esa presentación. También
sostuvo que el juez a quo incurrió en un error trascendental e inexcusable al otorgarle eficacia
o status jurídico a una presentación como la de fojas 37, pese a que la pericia caligráfica
determinó que la firma que se le atribuye a su hijo N. Al. también es falsa. Por otra parte,
sostuvo que su asistencia personal a la audiencia que fijó el juzgado no pudo conducir a un
consentimiento tácito de las actuaciones pues en esa oportunidad no tomó contacto directo
con el expediente, ni con los escritos con firmas falsas. Insistió, por otra parte, en que los
escritos posteriores que no fueron cuestionados no permiten “presumir” que su parte conocía
el estado del proceso y, por ende, de ello no puede extraerse una convalidación tácita.

III. Esta Sala no desconoce que un sector de la jurisprudencia considera que es inexistente el
escrito sin firma de la parte que actúa por derecho propio. Ello, por ser la firma un requisito
esencial para la existencia y validez del acto (conf. CNCiv., Sala K, “R., J. E. y otros c/ G., M. S. y
otros s/ desalojo”, 7/08/17; id. Sala E, “M., M. A. c/ E. S. SA y otros s/ interrupción de la
prescripción”, 15/04/14, entre otros).

No obstante, en casos como el de autos, a fin de no incurrir en un excesivo rigor formal,


consideramos que no corresponde recurrir a la teoría antes mencionada (Fallos: 238 :550;
345:61, entre tantos otros; id. esta Sala, “Y. de B. C. M. y otro c/ B. D. A. s/ liquidación de
sociedad conyugal”, 27/4/22, expte. nro. 94815/2010).

Sucede que, frente a un escrito sin firma de la parte, su posterior ratificación produce efectos
jurídicos que permiten tener por saneado el vicio, como un todo inescindible. Razonar de otra
forma implicaría cerrarse en un estricto formalismo, prescindiendo de la voluntad del
ratificante. La ratificación expresa -o tácita en algunos casos- tiene efectos retroactivos al
momento de ejecutarse el acto (conf. Cam. 3ª. Civ., Circ. 1°, Mendoza, 1/4/03, elDial-MC34A9).

Además, aun cuando se trate de hipótesis diferentes, cabe considerar que si la ley adjetiva
permite a quienes abogan actuar sin firma de su cliente cuando razones de urgencia lo
ameritan, generalmente en actuaciones trascendentales del proceso, como ser una
contestación de demanda, con la condición de que tal acto se ratifique en el plazo que
establece el art. 48 del Cód. Procesal, con mayor razón cabe admitir la ratificación de un
escrito presentado por el letrado que patrocinó al demandado.

A lo expuesto cabe agregar que la jurisprudencia que considera al escrito sin firma de la parte
como un acto inexistente, también admite la ratificación mientras no hubiera vencido el plazo
legal para efectuar la presentación judicial de que se trate, circunstancia que relativiza la
aplicación de la teoría de la inexistencia del acto, aun cuando la finalidad sea recurrir al
principio de economía procesal (conf. CNCiv., Sala C, “Alarcón, Humberto Marcos c/ Karapute,
Hugo Cesar y otros s/ daños y perjuicios”, 14/07/15).

IV. Sobre esas bases, según el criterio mayoritario de esta Sala, aquellos escritos que carecen
de firma de la parte no son actos inexistentes, sino actos susceptibles de una nulidad relativa,
de modo que resultan aplicables a su respecto las normas que regulan ese instituto en los arts.
169 y subsiguientes del Cód. Procesal.

En ese sentido, el art. 170 del Cód. Procesal establece que todo vicio procesal debe ser
planteado dentro del quinto día pues, de otra manera, se produce su convalidación tácita. Ello
es lo que ocurrió en este caso pues, aun cuando sea cierto que el demandado no tomó vista de
las actuaciones al concurrir a la audiencia presencial en el juzgado, ninguna duda cabe de que
al presentar el escrito de recurso extraordinario ante esta Sala el 7/9/2007 - escrito cuya firma
no fue cuestionada- tomó conocimiento del estado de las actuaciones, así como de los
términos de presentaciones anteriores. Adviértase que en el escrito se hace referencia a la
teoría del esfuerzo compartido que el juez aplicó en su sentencia de primera instancia y que
fue confirmada por esta Sala. Además, se pide la aplicación de la normativa de emergencia,
todo lo cual revela que el demandado estaba al tanto de lo ocurrido en instancias anteriores.

Al ser ello así, la Sala concuerda con el juez de grado en que el planteo de nulidad, formulado
15 años después de que se presentara ese escrito de recurso extraordinario, debe ser
desestimado por ser manifiestamente extemporáneo.

V. A mayor abundamiento cabe agregar que, aun si se considerase que el planteo fue deducido
en término, no puede perderse de vista que en este caso, a diferencia de lo que suele suceder
en otros supuestos, quien solicitó que se declaren inexistentes varios escritos agregados al
proceso no es la parte contraria de quien habría presentado esos escritos, sino la propia parte
en cuyo nombre esos escritos fueron presentados.

Frente a esa particularidad, este tribunal estima esencial recordar que, por el principio de
trascendencia, no corresponde declarar la nulidad por la nulidad misma, es decir, por un mero
prurito formal. De lo que se trata es de garantizar el derecho de defensa, para lo cual el Código
autoriza a declarar la nulidad del acto irregular que impidió a alguna de las partes defenderse
en debida forma.

En este caso concreto, el demandado pudo ejercer adecuadamente su derecho de defensa


pues fue notificado de la demanda ejecutiva promovida en su contra (ver cédula de
notificación a fs. 30) y pudo contratar a un abogado que lo asesoró y patrocinó en el
expediente. Si como sostiene el apelante, ese letrado defraudó su confianza y presentó un
escrito de contestación de demanda con una firma falsificada, ello no puede acarrear que el
proceso -que se encuentra próximo a la subasta- se retrotraiga hasta sus inicios en la medida
en que el presunto acto irregular no fue generado por la parte actora, sino por el letrado que
el propio demandado eligió.

Recuérdese que como bien destaca la parte actora, nadie puede invocar o alegar su propia
torpeza. Así lo preveía el art. 1047 del Cód. Civil y ahora lo refuerza el art. 387 del Código Civil y
Comercial, al establecer que la nulidad puede ser alegada por el Ministerio Público y por
cualquier interesado, excepto por la parte que invoque la propia torpeza para lograr un
provecho.

Se trata de una regla que anida en el principio general de buena fe, reconocido en forma
expresa en los arts. 1198 del Cód. Civil y en el art. 9 del Cód. Civil y Comercial y que posee
especial gravitación en materia contractual, pero también en el ámbito de los procesos
judiciales.
En síntesis, sobre la base de lo expuesto, la Sala coincide con la solución adoptada en primera
instancia pues además de que la irregularidad denunciada fue consentida por el demandado,
habría sido generada por el letrado que éste eligió para que lo patrocine, todo lo cual impide
acceder a la nulidad pretendida, sin perjuicio de los reclamos que puedan formularse contra el
Dr. R. por la vía y forma que corresponda.

V. Como corolario de lo expuesto, por mayoría, el Tribunal Resuelve: 1) Confirmar la resolución


apelada; 2) Costas al vencido (arts. 68, párrafo primero y 69, Cód. Procesal). Regístrese.
Notifíquese por Secretaría. Comuníquese al CIJ. Devuélvase. — Marcela Pérez Pardo. — Juan P.
Rodríguez. — Gabriela A. Iturbide.

Cita: AR/JUR/138130/2023

FIRMA DEL ESCRITO JUDICIAL

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