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El árbol mágico
(Anónimo)
Tomás se frotó los ojos, parpadeó varias veces y se volvió a asomar por la ventana de su
dormitorio. Ahí seguía todavía, un hermoso roble que, desde luego, ayer no estaba allí. No tenía la
menor duda de que, si hubiera estado, él lo sabría. Para empezar, se habría subido a él, porque lo
que más le gustaba a Tomás era trepar a los árboles e ir a jugar play station con sus amigos.
¡No, seguro que el árbol ayer no estaba ahí! Tomás se quedó sentado mirándolo entre incrédulo
y maravillado. Estaba allí, ante la ventana de su habitación, inmenso, con las ramas extendidas
como si lo invitase a trepar. Tomás se preguntaba asombrado cómo era posible que hubiera
brotado de repente, pero decidió que, en lugar de seguir admirándose, lo que haría primero sería
salir y subirse a él. Pensó que, a fin de cuentas, siempre hay tiempo se sobra para asombrarse de
algo, pero nunca hay tiempo suficiente para hacerlas. Recordó que su mamá siempre dice:
“Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. Y con estos pensamientos en mente, se
vistió y salió corriendo rápidamente para ver de cerca el árbol nuevo. Tenía el mismo aspecto que
cualquier otro roble grande, con gruesas ramas tentadoras, gran cantidad de hojas verdes y
redondeadas y la corteza rugosa.
Tomás no puso resistir más y empezó a trepar. En un instante se encontró bajo un toldo de hojas
verdes. Ya no podía ver el suelo y, además, pasaba algo bastante extraño: Las ramas de abajo
parecían tan grandes que hubiera podido ponerse de pie y caminar por ellas en cualquier dirección
y las ramas que se encontraban a su alrededor parecían otros árboles. De pronto, se dio cuenta
de que estaba trepando a un árbol muy alto, pero que, al mismo tiempo, estaba rodeado de un
auténtico bosque.
Tomás pensó que lo mejor sería volver a bajar. Pero, ¿dónde estaba la parte de abajo? Todo lo
que veía eran árboles que se agitaban junto a senderos ondulantes que conducían a lo más
profundo del bosque. No sabía cómo lo había hecho, pero se había perdido en un bosque. ¡Y aún
no había desayunado! Encima, parecía que comenzaba a oscurecer.
-Pero, ¿por qué quería el Mago de los Bosques atrapar a la gente? –preguntó Tomás, sabiendo
que la respuesta no le iba a gustar.
-La quiere convertir en fertilizante para que crezcan los árboles – respondió la ardilla.
Tomás no sabía muy bien qué era un fertilizante, pero le sonaba peligroso. Se alegró cuando la
ardilla dijo de repente:
-Solo hay un modo de sacarte de aquí, pero debemos darnos prisa. Pronto se hará de noche y el
Mago de los Bosques despertará. En cuanto eso suceda, olerá tu sangre y querrá capturarte. –Y
saltando al árbol siguiente, la ardilla gritó: ¡Sígueme!
Finalmente, dejaron de subir. Por debajo de ellos no se veía nada más que árboles, y al mirar
hacia arriba podía verse el cielo despejado, que empezaba a oscurecer. Se dio cuenta de algo
extraño: las hojas de ese árbol eran enormes.
Tomás se sentó en una de las gigantes hojas. La ardilla silbó y, al instante, aparecieron cien
ardillas más. Se agarraron de la rama de donde colgaba la hoja y, con gran esfuerzo, tiraron y
tiraron hasta que la rama se dobló hacia abajo. De repente, la soltaron. Con un fuerte crujido, la
rama, y con ella la hoja en la que Tomás se sentaba, saltaron hacia delante. Esto hizo que Tomás
y las hojas salieran despedidas por el aire. Saltaron por encima de los árboles hasta que,
lentamente, empezaron a bajar flotando hacia el suelo. Fueron bajando y bajando hasta que
aterrizaron de golpe.
Tomás abrió los ojos y se encontró en el suelo de su cuarto. Corrió a la ventana y se asomó. El
árbol mágico ya no se veía; tan de repente como había aparecido había vuelto a desaparecer.
Quizá nunca había existido. A lo mejor había sido un sueño. ¿A ti qué te parece?
(Extraído de 35 cuentos y rimas para niños)
1. ¿Cuál es el efecto que provoca el hecho de que todas las ardillas tiraran la hoja en que
estaba sentado Tomás? (1 punto).
Porque:
Su:
a) valentía.
b) simpatía.
c) orgullo.
d) alegría.
8. ¿Cuál de las siguientes situaciones del texto evidencian que este se ambienta en la
época actual? (1 punto).
9. Explica por qué llevan coma las siguientes oraciones extraídas del texto leído. (3
puntos).
Oración del texto Regla de uso de coma utilizada
11. Lee la siguiente oración relacionada con el texto leído y coloca las comas que faltan.
(2 puntos).
Mamá no sabes lo que ocurrió este día: un enorme árbol me tomó prisionero pero
logré escapar.
12. ¿Qué crees que sintió Tomás cuando descubrió que no podía bajar del árbol, y que
comenzaba a oscurecer? ¿Qué hubieses sentido tú en su lugar?
Fundamenta tu respuesta con un ejemplo del relato y uno de tu vida o entorno. (4 puntos).
DIBUJO
15. Redacta un comentario acerca de: ¿Te parece que este es un buen cuento? Para
ello:
PÁRRAFO 1
PÁRRAFO 2