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XX
Escuela: Bachilleres Plantel Cancún 4
Nombre: Bianca Esmeralda Perera Ay
Semestre: 2
Grupo: D
Asignatura: Taller de ciencias
Profesor: Jesús Manuel Ortega de León
Fecha: 18 de abril del 2024
Introducción
2· Era del Carbón (Siglo XIX): El siglo XIX estuvo dominado por la Revolución
Industrial, impulsada en gran medida por el uso extensivo del carbón como fuente
de energía· El carbón se utilizaba para alimentar máquinas de vapor en fábricas,
locomotoras y barcos, lo que permitía una producción industrial a gran escala y una
expansión del transporte·
3· Era del Petróleo y el Gas Natural (Finales del Siglo XIX - Siglo XX): A finales del
siglo XIX y principios del XX, el descubrimiento y la explotación comercial de
petróleo y gas natural transformaron la economía mundial· Estos combustibles
fósiles se convirtieron en las principales fuentes de energía para el transporte, la
generación de electricidad y la calefacción, superando en muchos casos al carbón
debido a su mayor eficiencia y versatilidad·
4· Desarrollo de la Energía Eléctrica (Siglo XIX - Siglo XX): A lo largo del siglo XIX y
principios del XX, se produjo un rápido avance en la generación y distribución de
energía eléctrica· Thomas Edison y Nikola Tesla fueron figuras clave en el
desarrollo de sistemas eléctricos que permitieron la iluminación eléctrica, la
electrificación de fábricas y la creación de redes de transmisión de energía·
5· Energía Nuclear (Siglo XX): Durante la primera mitad del siglo XX, se realizaron
importantes avances en la tecnología nuclear, culminando en la primera generación
de reactores nucleares comerciales en la década de 1950· La energía nuclear se
convirtió en una fuente significativa de generación eléctrica en varios países,
aunque también generó preocupaciones sobre seguridad y proliferación nuclear·
6· Auge de las Energías Renovables (Finales del Siglo XX - Siglo XXI): A medida
que surgieron preocupaciones sobre el cambio climático y la seguridad energética,
se renovó el interés en las energías renovables como la solar, eólica, hidroeléctrica
y geotérmica· A partir de finales del siglo XX y en el siglo XXI, se ha observado un
crecimiento significativo en la inversión y la adopción de energías renovables,
impulsadas por avances tecnológicos y políticas de apoyo·
Esta evolución de los tipos de energía desde el siglo XVIII hasta el XX refleja la
interacción entre la disponibilidad de recursos naturales, los avances tecnológicos,
las necesidades económicas y las preocupaciones ambientales a lo largo de la
historia·
Energía térmica
Las mejoras realizadas por James Watt al diseño de la máquina de vapor fueron
fundamentales para su adopción generalizada durante el siglo XVIII. Al introducir un
condensador separado y otras innovaciones, Watt aumentó significativamente la
eficiencia del motor, haciéndolo más práctico para aplicaciones industriales. La
capacidad de la máquina de vapor para aprovechar el poder del vapor para realizar
trabajos mecánicos impulsó la revolución industrial, permitiendo la producción en
masa de bienes y la mecanización de tareas que requerían mucha mano de obra.
Esta innovadora tecnología encontró aplicaciones en el transporte, con máquinas de
vapor que impulsan locomotoras y barcos de vapor, revolucionando los viajes y el
comercio. Durante la primera revolución industrial, el carbón fue la fuente de energía
utilizada para impulsar las nuevas máquinas de vapor. Durante la segunda
revolución industrial, la electricidad y el petróleo encontraron formas de hacer frente
al cambio tecnológico y la innovación en la industria. El auge de la electricidad
también fue decisivo, pero a mediados del siglo XX el petróleo se había convertido
en la fuente de energía más importante. Se puede decir que la tercera revolución
industrial es el inicio del uso y desarrollo de fuentes de energía renovables en los
procesos industriales. La conciencia de los efectos nocivos del uso excesivo de los
recursos naturales y de las emisiones de gases de efecto invernadero en la
atmósfera aumenta el uso de otras fuentes de energía y la necesidad de explorar las
formas más eficientes de utilizarlas.
Energía eléctrica
Para entonces, los paisajes ya estaban trufados de toda clase de grandes obras de
energía hidráulica y, lanzada a la conquista de una nueva civilización, la energía
eléctrica se coló en las casas de los países industrializados amparando desde los
más básicos a los más sofisticados electrodomésticos, siendo la lavadora
considerada por muchos como el mejor invento de la Humanidad. Desde que se
descubrió la corriente alterna y la forma de producirla en los alternadores, se ha
llevado a cabo una inmensa actividad tecnológica para llevar la energía eléctrica a
todos los lugares habitados del mundo, por lo que, junto a la construcción de
grandes y variadas centrales eléctricas, se han construido sofisticadas redes de
transporte y sistemas de distribución. Sin embargo, el aprovechamiento ha sido y
sigue siendo muy desigual en todo el planeta. Así, los países industrializados o del
primer mundo son grandes consumidores de energía eléctrica, mientras que los
países en vías de desarrollo apenas disfrutan de sus ventajas.En general, la
generación de energía eléctrica consiste en transformar alguna clase de energía
(química, cinética, térmica, lumínica, nuclear, solar entre otras), en energía eléctrica.
Para la generación industrial se recurre a instalaciones denominadas centrales
eléctricas, que ejecutan alguna de las transformaciones citadas. El uso de la
electricidad en la vida moderna es
imprescindible. Difícilmente una sociedad puede concebirse sin el uso de la
electricidad. La industria eléctrica, a través de la tecnología, ha puesto a la
disposición de la sociedad el uso de artefactos eléctricos que facilitan las labores del
hogar, haciendo la vida más placentera. Las máquinas o artefactos eléctricos que
nos proporcionan comodidad en el hogar, ahorro de tiempo y disminución en la
cantidad de quehaceres, se denominan electrodomésticos. Entre los
electrodomésticos más utilizados en el hogar citaremos: cocina eléctrica,
refrigerador, tostadora, microondas, licuadora, lavaplatos, secador de pelo, etc.
Siglo XX: Los petróleos convencionales son aquellos más fáciles de extraer y de
mayor calidad. Son los que se han explotado de forma claramente mayoritaria
desde el inicio del siglo XX y, especialmente, tras la II Guerra Mundial. Aunque las
reservas no son estáticas (pueden incrementarse por descubrimientos, precios más
altos que hagan viable la explotación de nuevos campos, cambios normativos o
nuevas tecnologías) sí es posible prever, hasta cierto punto, su comportamiento en
el futuro.
Energía nuclear
Durante el siglo XX, la energía nuclear se convirtió en uno de los avances más
significativos en el campo de la ciencia y la tecnología. A lo largo de este periodo, la
energía nuclear ha tenido un impacto profundo en diversas áreas, tanto positivas
como negativas. En las primeras décadas del siglo XX, los científicos descubrieron
las propiedades de los átomos y su potencial para generar energía a través de la
fisión nuclear. En 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos lanzó
las primeras bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, marcando el inicio de
la era nuclear. Desde entonces, la energía nuclear ha sido utilizada tanto con fines
militares como civiles.
Una de las figuras clave en el desarrollo de la energía nuclear fue el físico alemán
Otto Hahn, quien junto con su colaborador Fritz Strassmann, descubrió la fisión
nuclear en 1938. Este descubrimiento sentó las bases para el desarrollo de la
bomba atómica y la energía nuclear como fuente de energía. Otro científico
destacado en este campo fue el físico estadounidense Enrico Fermi, quien
construyó el primer reactor nuclear controlado en la Universidad de Chicago en
1942.
A lo largo del siglo XX, la energía nuclear ha sido objeto de controversia y debate.
Por un lado, sus defensores argumentan que es una fuente de energía segura y
sostenible que puede reducir la dependencia de los combustibles fósiles y garantizar
un suministro energético estable a largo plazo. Por otro lado, sus críticos señalan los
riesgos asociados con los accidentes nucleares, como el desastre de Chernobyl en
1986 y el accidente de Fukushima en 2011, así como el problema de la gestión de
residuos nucleares y la proliferación de armas nucleares.
La energía nuclear ha sido una fuerza impulsora en el siglo XX, con impactos
significativos en la sociedad y el medio ambiente. A pesar de sus beneficios en
términos de generación de energía limpia y eficiente, también presenta desafíos y
riesgos que deben abordarse de manera integral. El futuro de la energía nuclear
dependerá de cómo se gestionen estos desafíos y de si se logra un equilibrio entre
sus beneficios y riesgos. La energía nuclear y su papel en la producción de energía.
Las fuentes de energía renovables, como la eólica, solar e hidráulica, han ganado
cada vez más importancia en el panorama energético mundial en las últimas
décadas. Estas formas sustentables de energía han sido clave para reducir la
dependencia de los combustibles fósiles y mitigar el impacto negativo que estos
tienen en el medio ambiente. Desde tiempos antiguos, el ser humano ha buscado
formas de aprovechar las fuerzas naturales para generar energía. La energía
hidráulica, por ejemplo, ha sido utilizada desde la antigüedad para molinos y
sistemas de riego. En el siglo XIX, con la llegada de la Revolución Industrial, la
energía hidráulica se utilizó para generar electricidad a gran escala. Por otro lado, la
energía eólica ha sido utilizada durante siglos para impulsar embarcaciones y
molinos. Sin embargo, fue a partir de la crisis del petróleo en la década de 1970
cuando la búsqueda de alternativas energéticas sostenibles cobró mayor relevancia.
En este contexto, figuras clave como Jules Verne, considerado uno de los
precursores de la energía solar, y el físico Albert Betz, pionero en el estudio de la
energía eólica, han contribuido significativamente al desarrollo de las fuentes de
energía renovables. Su trabajo e investigación han sentado las bases para el
aprovechamiento eficiente y sostenible de estas formas de energía. Además, líderes
políticos y ambientalistas han abogado por la transición hacia un modelo energético
más sostenible, promoviendo políticas de incentivos y reducción de emisiones de
carbono.
Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo XIX, la dependencia del carbón
comenzó a mostrar sus limitaciones. La contaminación del aire y del agua, así como
las condiciones peligrosas de trabajo en las minas, llevaron a la búsqueda de
nuevas fuentes de energía. En el siglo XIX, el petróleo se convirtió en una fuente de
energía clave, especialmente con la invención del motor de combustión interna por
Nikolaus Otto en 1876. El petróleo se utilizó no sólo como combustible para
vehículos y maquinaria, sino también como materia prima para la fabricación de
plásticos, fertilizantes y productos químicos.
A medida que avanzaba el siglo XX, la preocupación por el impacto ambiental del
uso de combustibles fósiles y la finitud de estas fuentes de energía llevó a un
renovado interés en las energías renovables. La energía hidroeléctrica, la energía
solar y la energía eólica comenzaron a ser ampliamente utilizadas como alternativas
más limpias y sostenibles. En la década de 1970, la crisis del petróleo provocó un
aumento en la investigación y desarrollo de tecnologías de energía renovable, y en
las décadas siguientes, se produjo un aumento significativo en la capacidad de
generación de energía renovable en todo el mundo.
A lo largo de los siglos XVII, XIX y XX, hemos sido testigos de una evolución notable
en la forma en que la humanidad ha utilizado la energía para alimentar sus vidas.
Desde la revolución industrial hasta la era de la energía renovable, hemos pasado
de depender en gran medida de los combustibles fósiles a explorar y utilizar fuentes
de energía más limpias y sostenibles. Si bien esta evolución ha traído consigo
muchos beneficios, también ha planteado desafíos significativos en términos de
impacto ambiental, seguridad energética y equidad global. Para asegurar un futuro
sostenible para las generaciones futuras, es fundamental seguir invirtiendo en la
investigación y desarrollo de tecnologías de energía limpia y promover un uso más
eficiente y responsable de los recursos energéticos disponibles. El uso de
combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural ha sido uno de los
principales impulsores del desarrollo económico y tecnológico, pero también ha
tenido graves consecuencias para el medio ambiente, como el cambio climático, la
contaminación del aire y del agua, y la destrucción de ecosistemas. Por esta razón,
es fundamental promover y adoptar energías renovables como la solar, eólica,
hidroeléctrica y geotérmica, que son limpias, sostenibles y respetuosas con el medio
ambiente.