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CARRERA DE INGENIERÍA
AGRONÓMICA
ASIGNATURA: AGROCLIMATOLOGIA
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UNIDAD 7: BALANCE HÍDRICO
Objetivos de la unidad:
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BALANCE HÍDRICO
1. INTRODUCCIÓN
Empezaremos diciendo que el agua, es esencial para la vida; como recurso natural e
indispensable, se ha convertido en un tema de análisis y debate trascendental en el
presente y sin duda para el futuro. Tiene una importancia clave para la salud, el
desarrollo y, por lo tanto, en la reducción de la pobreza. Todos los aspectos de las
actividades naturales y humanas tienen relación directa con el agua; sin embargo, en
ese proceso de aprovechamiento, se ha hecho un mal uso del mismo, debido
principalmente a un contexto global de crecimiento exponencial de la población, con
una demanda de alimentos y agua potable en constante incremento.
Hoy, todos los usuarios del agua estamos en la encrucijada: escasez y deterioro de la
calidad de las fuentes y cuerpos de agua, lo cual es un círculo vicioso pues todo lo que
se descargue al entorno inexorablemente irá al subsuelo, a los ríos o al océano. Pero
qué estamos haciendo mal, acaso nuestra gestión es tan deficiente que miles de
millones de personas (y el medio ambiente) sufren muchísimo?.
Hoy en día, el recurso hídrico, está siendo altamente afectado por la presión humana,
agravando cada vez más su disponibilidad en cantidad y calidad. Estos factores de
presión son fundamentalmente la sobrexplotación de acuíferos, el vertimiento de
sustancias contaminantes a los cuerpos de agua, los cambios en el uso del suelo tales
como la deforestación, las prácticas agrícolas inadecuadas, el incremento de
urbanizaciones en zonas de producción hídrica, entre otros.
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Figura 1. Procesos erosivos provocados por la actividad del hombre en las cabeceras de las cuencas
Figura 2: Aplicación de agroquímicos en los cultivos y posterior contaminación de las aguas en las
cuencas hidrográficas.
Es importante reconocer los aspectos positivos y negativos del agua. Por un lado, el
agua es esencial para la vida humana, animal y vegetal. El agua sostiene, por ejemplo,
las actividades productivas, la agricultura, la generación de energía hidroeléctrica, las
industrias, la pesca, el turismo y el transporte. Y por otro lado, el agua puede ser
extremadamente destructiva, transmitiendo enfermedades e inundando extensas
áreas. La insuficiencia de agua o la sequía prolongada puede provocar la muerte
generalizada y el deterioro económico. El agua también puede provocar, o intensificar,
conflictos entre comunidades en una cuenca local o nacional, o en cuencas
transfronterizas compartidas por más de un país.
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2.1. Contaminación de los cuerpos de agua
Figura 3: Cuenca del río Rocha, que pasa por Figura 4: Aguas de lago Titicaca contaminadas
los municipios de Colcapirhua, Tiquipaya, por aguas servidas de la ciudad de El Alto.
Vinto y Sipe Sipe, con graves efectos de
contaminación.
En muchas regiones, la gestión del agua siempre ha sido un gran problema debido a
la variabilidad e incertidumbre naturales de los patrones meteorológicos. Con el
cambio climático, es probable que este problema empeore. En algunas cuencas, los
cambios en el clima traerán aparejados menos precipitaciones y menores caudales en
los ríos, mientras que en otras cuencas, el cambio climático generará mayores
inundaciones. Estos cambios se verán exacerbados debido a otras variaciones tales
como el crecimiento demográfico y económico, la urbanización y la creciente demanda
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de alimentos, que aumentan la demanda de agua y degradan los cursos de agua y
acuíferos en cuencas donde el recurso ya es escaso.
Figura 5: Contaminación del Río Katari, La Paz (Fuente: Ministerio de Medio Ambiente y Agua
Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego Plan Nacional de Cuencas: Plan Director de la cuenca
Katari, s/f).
En ese sentido, conocer el régimen hídrico de una región o cuenca tiene valiosas
aplicaciones; es necesario determinar el estado actual de la oferta y disponibilidad del
recurso hídrico, así como la presión por la demanda del mismo, teniendo en cuenta su
distribución espacial y temporal, que permita establecer lineamientos a seguir para su
protección, y que sirva de base a los usuarios del recurso y planificadores, para
considerar su uso y disponibilidad en proyectos actuales y futuros.
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3. DISPONIBILIDAD DEL AGUA EN EL MUNDO
Nuestro planeta tiene mucha agua ¿Por qué estar entonces tan preocupados?
¿Por qué pensar en una crisis o en guerras por el agua? La respuesta es tal vez
más lógica de lo que pensamos. Aunque 2/3 de la superficie del planeta sea agua, en
realidad solamente el 3% del agua del planeta es agua dulce –la que soporta la vida
humana y la de muchos de los ecosistemas que a su vez nos sustentan (Figura 1). Del
total del agua disponible en el planeta, el 97% se encuentra en los océanos, y solo el
3% es agua dulce. De esa agua dulce (3% del total), un 70% se encuentra en los
casquetes polares y los glaciares, un 29% son aguas subterráneas y sólo el 1 % es
agua dulce superficial, fácilmente accesible. De ese 1 %, la gran mayoría está en los
lagos (52%) y como humedad del suelo (38%); mientras que el 8% es vapor de agua
atmosférico, el 1 % está como agua de ríos y el 1 % restante forma parte del agua de
los organismos vivos.
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Figura 6. Distribución de agua en el planeta
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parcializada y sin coordinación. Este enfoque sectorial evidentemente no tiene en
cuenta la interrelación entre distintos usos y necesidades.
4. BALANCE HÍDRICO
El concepto de balance hídrico se define como el equilibrio entre todos los recursos
hídricos que ingresan al sistema edáfico y los que salen del mismo en un intervalo de
tiempo determinado (CARE Internacional-Avina, 2012).
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En consecuencia, las necesidades netas de agua para el riego de los cultivos se
estiman mediante el balance hídrico del terreno cultivado. Este método, como tal,
recoge unas entradas y unas salidas del agua en la parcela cultivada, que inciden
directamente en el proceso de evapotranspiración del cultivo. Entre las primeras
figuran: la precipitación, las reservas de agua en el perfil del suelo y el agua aportada
por ascensión capilar desde las capas profundas a la zona del perfil donde el sistema
radicular es efectivo en cuanto a la absorción de agua; entre las salidas del balance,
se han de cuantificar la correspondiente a la evapotranspiración, la percolación de
agua más allá de la profundidad efectiva de desarrollo del sistema radicular, y
eventualmente, la escorrentía superficial.
Por tanto, el conocimiento del balance hídrico del suelo en la zona radicular es
fundamental para una buena gestión del agua en regadío. Para un manejo adecuado
del riego, es necesario responder a tres preguntas: cuando, cuanto y como regar. La
respuesta dependerá del grado de conocimiento de los procesos ligados a las
transferencias hídricas en la zona de enraizamiento del cultivo regado entre las
plantas, el suelo y la atmósfera.
Permite saber la duración de los periodos con suficiente agua disponible para
los cultivos o en su caso conocer el déficit de humedad de una determinada
zona.
En la agricultura a secano, una de las tareas más importantes es ajustar los cultivos
al periodo vegetativo, entendiéndose al periodo vegetativo el lapso durante el cual se
dispone de agua suficiente, y en el que se producen al mismo tiempo, condiciones
adecuadas de temperaturas para un buen crecimiento y desarrollo de las plantas.
Los componentes para realizar el cálculo de balance hídrico básicamente son: precipitación
y/o riego, evapotranspiración, capacidad de almacenamiento de agua del suelo, percolación y
escurrimiento. A continuación, se analizan cada uno de esos componentes:
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4.2.1. Precipitación
La cantidad de precipitación
atmosférica puede ser determinada
mediante pluviómetros y
fluviográfos, los cuales estarán
instalados cerca de la zona de
estudio o cuyos datos pueden estar
registrados en estaciones
meteorológicas cercanas a la zona
de estudio. Esta información,
también, se pueden obtener de los
registros del Servicio Nacional de
Meteorología e Hidrología-
SENAMHI-.
Figura 8. Pluviometría convencional
4.2.2. Aplicación del riego
La cantidad de agua
aplicada a la parcela
mediante el riego, puede
ser medida mediante
aforadores de tipo RBC
que serán instalados a la
entrada de la parcela, y
estar en función del
requerimiento del cultivo.
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4.2.4. Determinación de la variación del almacenamiento de agua en el suelo
S = PP + AC+ II – DD – ES – ET (4)
Donde:
S = es la variación del almacenamiento del agua en el suelo, entre
el inicio y final del intervalo de tiempo.
PP = es la precipitación pluvial en el periodo considerado (mm)
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AC = es el aporte de agua por ascensión capilar.
II = es el agua de riego aplicado (mm)
DD = pérdidas de agua por percolación profunda (drenaje)
RS = agua de escorrentía superficial (mm).
ET = evapotranspiración de referencia (ETo) (mm)
5. EVAPOTRANSPIRACIÓN
5.1. Introduccion
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Radiación
Solar
Transpiración
Transpiración
Viento
Evaporación
Evaporación
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datos que lo caracterizan son: radiación solar, la temperatura, la humedad del aire,
velocidad del viento, etc. Son parámetros, por ejemplo, el deficit hidrico del aire y la
tensión de vapor de agua.
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5.2.1. Factores climáticos
Para producir el pasaje del agua del estado líquido al estado de vapor, se le debe
suministrar una cierta cantidad de energía térmica. La radiación solar y la temperatura
del aire son las dos fuentes que, fundamentalmente, proveen la energía necesaria
para el cambio del estado del agua. La transferencia del vapor de agua a la atmósfera
desde el suelo y la planta es favorecida por el viento y el menor contenido de humedad
del aire.
b). La luz
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e). Viento
La presión atmosférica es el peso total del aire que rodea a la tierra, y en ella esta el
vapor de agua en porcentajes variables. No esta determinada el grado de influencia,
pero si, desde el punto de vista físico se puede indicar que, cuando la presión
atmosférica es baja (mayor altitud sobre el nivel del mar), existe menor resistencia a
la transpiración. En cambio, cuando la presión atmosférica es elevada (menor altitud
sobre el nivel del mar) existe mayor resistencia a la transpiración.
g). Advección
Cuando ocurre un movimiento del aire (viento) del área seca para el área cultivada
habrá un transporte horizontal del calor sensible, a ese transporte lateral de energía
se denomina Advección. Por lo tanto, la Advección es el proceso de transporte
horizontal del calor sensible. Si se presenta una extensa área cultivada y sin restricción
de humedad, rodeada por una área seca, bajo las mismas condiciones
meteorológicas, entonces las dos áreas presentarán balance de energía distintas. En
el área seca la evapotranspiración es limitada por el suelo y gran parte de la radiación
solar disponible es usada para calentar el suelo y el aire (calor latente). En el área
cultivada, la mayor parte de la energía es empleada en la evapotranspiración,
resultando un menor calentamiento del aire. Esta situación induce al aparecimiento de
un gradiente térmico entre las dos áreas.
Dentro de los factores edáficos más importantes están las propiedades físicas (textura,
estructura, densidad aparente, capacidad de retención de la humedad, etc.) y entre
las propiedades químicas (cic, psi, pH, etc.) y contenido de materia orgánica.
Se puede decir que, en general, todos los factores que inciden sobre el crecimiento y
desarrollo de los cultivos producen el efecto consiguiente sobre la evapotranspiración;
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asi por ejemplo: cuando la capa freática es alta y los suelos estan saturados, se reduce
el crecimiento y la evapotranspiración consiguiente de la mayoria de los cultivos.
El tipo de cubierta vegetal (el albedo de las hojas, el tamaño y la disposición de las
mismas) y la altura de la cubierta condiciona la cantidad de energia absorbida y su
transferencia o disipación.
Por lo general, el grado de cobertura del terreno, por la vegetación y la energia con
que esta disponible el agua en el suelo, limitan la evapotranspiración; por ello, es
importante distinguir y definir los siguientes conceptos:
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o sombrea un 10% de la superficie del suelo, suponiendo que los rayos del sol
inciden perpendicularnente.
El coeficiente de cultivo (kc), puede asumir un valor estacional fijo, o valores variables
a lo largo del desarrollo del cultivo.
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5.8. Métodos para estimar la evapotranspiración de referencia (ETo)
a). Lisímetros
Un lisimetro es un gran recipiente que encierra una determinada porción de suelo con
superficie desnuda o con cubierta vegetal, ubicado en campo para representar
condiciones naturales y que se utiliza para determinar la evapotranspiración de un
cultivo en crecimiento activo, de una cubierta vegetal de referencia, o la evaporación
de un suelo desnudo. En su instalación en el suelo debe tenerse cuidado de restituir
el suelo que se excavó, reponiendo los horizontes del suelo en la misma posición a la
que se encontraba.
Fuentes (1998), define al lisímetro, como un recipiente de gran tamaño lleno de tierra
en donde se siembra la planta objeto de estudio y se cultiva de la forma más parecida
posible a como se efectúa el cultivo en el campo.
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Figura 12. Forma de ubicación de los lisímetros en el suelo. Fuente: Coronel, 2001
Los métodos que utilizan datos meteorológicos no son adecuados para todas las
localidades, especialmente en zonas áridas y semiáridas o de mayor altitud. Siempre
es necesaria alguna calibración local para obtener mayor precisión y confiabilidad de
los resultados sobre el requerimiento del agua por los cultivos. La calibración conlleva
obtener datos de evapotranspiración en el campo así como los correspondientes datos
de clima; para ello, los lisímetros se prestan muy bien.
Porque, al aislarse la zona del suelo en que se asientan las raices de su entorno, tanto
los flujos laterales como los de percolación o ascenso capilar son nulos. De esta forma,
los restantes términos del balance hídrico pueden ser determinados con precisión. En
los lisímetros de pesada el incremento o pérdida de agua se mide por el cambio en la
masa obtenido pesando el recipiente en el que se encuentra el suelo.
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La evapotranspiración se despeja de la ecuación de balance hídrico, que representa
las entradas y salidas de agua de un lísimetro para cada periodo de medida, como se
detalla a continuación:
S = PP + AC+ II – DD – ES – ET (3)
Donde:
S = es la variación del agua almacenado en el suelo, entre el inicio
y final del intervalo de tiempo.
PP = es la precipitación en el periodo considerado (mm)
AC = es el aporte por ascensión capilar.
II = riego aplicado (mm)
DD = pérdidas por percolación profunda. (drenaje)
RS = escorrentía superficial.
ET = evapotranspiración (mm)
RR+ PP = ET + I + Δ
Donde:
PP = Precipitación pluvial
RR = Riego aplicado (mm)
ET = evapotranspiración (mm)
I = Infiltración
Δ = Almacenamiento del agua en el suelo
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a). Método de Penman-Monteith
Es así que, ante la necesidad de contar con datos más confiables en 1992 un consejo
de expertos de la FAO propone el uso de la fórmula de Penman-Monteith, este método
incluye parámetros climáticos y características de resistencia de dosel, que influye
grandemente en el valor de la evapotranspiración de referencia.
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Cálculo de la constante psicrométrica
4098 ( 0,6108exp(17,27xT/T+237,3))
= (8)
(T+237,3)2
Donde:
T= temperatura media del aire (°C)
Para periodos entre 10 a 30 días G puede ser despreciado; sin embargo, para periodos
de aproximadamente una hora G es calculado mediante la siguiente ecuación:
G = 0,1* Rn (9)
Y durante periodos nocturnos:
G = 0,5 * Rn (10)
Donde:
Rn = radiación neta
Para el cálculo de la presión actual del vapor de agua (ed) y para el cálculo de la
presión de saturación del vapor de agua (es), se utilizan las mismas ecuaciones que
para el cálculo de la humedad atmosférica.
ed = {0,611 exp (17,27 Tw/(Tw + 237,3)) – 0,0008 (Ts – Tw) * P} *10 (11)
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Donde:
Tw = temperatura del termómetro de bulbo húmedo (°C)
Ts = temperatura del termómetro del bulbo seco (°C)
P = presión atmosférica (kpa)
0,0008 = factor de corrección para psicrómetro no ventilado
0,00066 0 factor de corrección para psicrómetro no ventilado
Donde:
Tx = temperatura media del aire (°C)
10 = factor de corrección de kpa a mbar
Coras (1994), explica que Thornthwaite en 1948, desarrolló una fórmula empírica para
estimar la evapotranspiración potencial, basada en la latitud y la temperatura y,
demostró teóricamente que ésta última constituye un buen índice de la energía in situ.
La fórmula propuesta tiene los siguientes requerimientos para su uso: (Aguilera y
Martínez, 1980).
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I= i (14)
i=1
i = eficiencia de temperatura o índice de calor mensual, es igual a:
a = constante que depende del lugar y que es función del índice de eficiencia
anual de temperatura (I), cuyo valor es:
Fuentes (1998), sostiene que los métodos de cálculo de la (ETo) sólo son válidos para
aquellas condiciones climáticas donde el método se desarrolló inicialmente. Por eso,
antes de emplear cualquier método resulta fundamental realizar una calibración previa
del método en cuestión, para lo cual se comparan los valores calculados de ET con
los valores medidos con lisímetros en la propia zona donde se vaya a utilizar.
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6. EJERCICIOS DE EVAPOTRANSPIRACIÓN DE REFERENCIA POR PENMAN-
MONTEITH
Localidad = Tiwanaku
Mes = Enero
Altitud = 3850 msnm
Latitud = 16°20’
Longitud = 68° 41’ L O
Tmax. = 14,6°C
Tmin = 3,6 °C
HR = 78%
Viento = 112 km/día = 1,296 m/s (a 2 m de altura)
n = 6,4 horas
4098 ( 0,6108exp(17,27x9,1/9,1+237,3))
= = 0,07798 kpa°C
(9,1 + 237,3)2
2,48 MJ/kg
λ = 2,501- (2,361 x 10-3) * 9,1°C =
Nota: Los valores de la constante psicrometrica ya estan en tablas para cada alttitud
de elevacion del nivel del mar.
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1.3 Calculamos la presión de saturación del vapor de agua (es)
1,156 kpa
es = 0,611 exp (17,27 * 9,1/(9,1 + 237,3)) =
1.4 Calculamos la presión actual de vapor de agua (ed), como tenemos la humedad
relativa (HR), utilizaremos la siguiente ecuación.
ed = es * HR/100
0,83 kpa
ed = (1,156 kpa * 72 %) /100% =
Rn = BOC – BOL
BOC = (1 - ∞) RG
RG = (a + b * n/N) * RA
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1.6 Calculamos la tasa de flujo de calor (G)
7. BIBLIOGRAFÍA
Estudio FAO Riego y Drenaje No 56. Evapotranspiración del cultivo. Guías para la
determinación de los requerimientos de agua de los cultivos. 322 pág. Disponible en
sitio web.
Pereira, L.S., de Juan, J.A., Picornell, M.R. y Tarjuelo, J.M. (2010). El riego y sus
tecnologías. Centro Regional de Estudios del Agua. Universidad de castilla-La
Mancha, Albacete, España. 296 pág. Disponible en sitio web.
Ruiz, O., Arteaga, R., Vázquez, M.A., Ontiveros, R.E. y López, R., (2012). Balance
hídrico y clasificación climática del Estado de Tabasco, México. Posgrado en
Ingeniería agrícola y uso integral del agua (IAUIA) Universidad Autónoma Chapingo,
México. 14 pág. Revista Universidad y Ciencia. Disponible en sitio web.
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