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DESIGUALDAD, LEGITIMIDAD Y NATURALIZACION –

PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE BIENES SIMBÓLICOS


¿De qué estamos hablando cuando hablamos de desigualdad?
En un primer momento hablar de desigualdad implicaba hablar de una división de clases. La
desigualdad era concebida como económica luego, el filósofo alemán Max Weber incorporo las
diferencias culturales y simbólicas para pensar de desigualdad. Ya no solo se regía por lo
económico Pierre Bourdieu, explico que la cuestión económica no alcanzaba para dar cuenta de las
desigualdades y que era necesario pensar también en las distinciones que se dan en la escuela, el
consumo, los gustos y a estética.
Respecto a la desigualdad social, Néstor García Canclini escribió lo siguiente:

“Las sociedades se reproducen y se diferencian por el modo en que organizan el acceso


desigual tanto a los medios de producción como a los bienes simbólicos. Saber si alguien tiene
coche o viaja en transporte público, cual es la marca de su coche, a que escuela envía a los
hijos, donde elije ir de vacaciones o donde comer, es tan significativo como conocer sus
ingresos mensuales”

La producción y distribución de bienes simbólicos en sociedades desiguales depende de las políticas


públicas emprendidas por los gobiernos en relación a la cultura, pero también de las llamadas elites
culturales, las grandes empresas y todas las instituciones, agrupaciones y movimientos culturales.
Los diferentes actores sociales (partidos políticos, movimientos sociales, Estados, instituciones,
empresas, etc.) llevan adelante determinada política según el modo en el que entienden la sociedad
y la cultura; los objetivos y las acciones que se emprenden dependen del modo en el que organizan
la relación entre política y cultura.

LA CONSTRUCCIÓN DE LEGITIMIDAD CULTURAL


Que en una sociedad existan diferentes clases sociales, que pueden identificare por la cantidad de
dinero que recibe como ingreso mensualmente, el tipo de trabajo que tiene y los bienes y servicios
que poseen no alcanza para darse cuente de las desigualdades.
La cuestión económica no alcanza para darse cuenta de las desigualdades y es necesario pensar
también en las distinciones que se dan en el consumo, los gustos y la estética. El aspecto simbólico
y las relaciones de podes que se dan entre esas clases son un indicador importante porque colaboran
con la reproducción y la diferenciación social.
¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO CUANDO HABLAMOS DE
“CAMPO CULTURAL”?
En las sociedades actuales, la vida social se reproduce en campos, como el económico, el político,
el científico y el artístico. Estos campos tiene una relación entre si y cada uno de ellos genera
capital artístico científico, económico, político y social. Los grupos que intervienen en cada campo
luchan por apropiarse de ese capital. Es decir, la lucha es por la legitimidad y reconocimiento en ese
campo.
En un campo hay por un lado un capital común y por otro lado, todos los que se dedican a una u
otra actividad quieren ser el que más la domina.
Además, según García Canclini, a lo largo de la historia, el campo científico o el artístico han
acumulado un capital respecto del cual actúan dos posiciones: la de quienes detentan el capital y la
de quienes aspiran a poseerlo.
El campo de producción de una obra hace referencia los intereses y posicionamientos enfrentados
que distinguen a los integrantes de un campo cultural. Se encuentra relacionado con el concepto de
legitimidad cultural ya que mientras los bien posicionados dentro del campo, quienes acumulan el
capital, buscan mantener la rigidez de las reglas del campo; quienes recién entran y buscan
reconocimiento optan por estrategias revolucionarias para que se les sea más fácil llegar a una
posición de poder.

NATURALIZAR Y DESNATURALIZAR LOS FENÓMENOS


SOCIALES
Por lo general, cada uno de nosotros naturaliza cuestiones que cree básicas de la vida cotidiana. No
lo cuestionamos sino que a primera vista, para nosotros, simplemente suceden.

“Algunas formas de vida distintas de las vigentes tienen gracia, indudablemente. Para mejor y
para peor, las cosas podrían ser de otra manera, y la vida cotidiana de cada uno y de cada una,
sería bastante diferente.

Lo que hacemos no es, sin embargo, La Vida. Muy pocas cosas están programadas por la
biología. Nos es preciso, evidentemente, comer, beber y dormir tenemos capacidad de sentir y
dar placer, necesitamos afecto, y valoración por parte de los otros, podemos trabajar, pensar y
acumular conocimientos. Pero como se concrete, todo eso depende de las circunstancias
sociales en las que somos educados, maleducados, hechos y deshechos. Son cosas que
dependen de como la sociedad –una sociedad que no es nunca la única posible, aunque no
sean posibles todas nos las defina, limite, estimula o proponga. La sociedad nos marca no solo
un grado de concepto de satisfacción de las necesidades sino una forma de sentir esas
necesidad y de canalizar nuestros deseos”

Josep Vincent Marqués, No es Natural

Todos los días a través de nuestras acciones reproducimos el sentido de lo cotidiano y del mundo,
sin sospechar siquiera que lo estamos haciendo. Tenemos tan incorporados nuestros modos de
hacer, pensar y sentir que no nos damos cuenta de que una visión de la forma de ser de la vida ha
primado sobre otra.

HEGEMONÍA
Podríamos entender la hegemonía como el dominio de un grupo minoritario sobre un grupo
mayoritario; pero la cuestión es que el grupo mayoritario está de acuerdo con el grupo minoritario,
aunque no le convenga.
La hegemonía seria la organización del consentimiento, que todos estemos de acuerdo con algo es
el resultado de un proceso en el que domino o gano determinada visión, que así es compartida por
todos. Esa visión, solo le conviene a es grupo hegemónico y minoritario pero, sin embargo es
aceptada por todos.
La hegemonía, entonces, brinda un sentido a la realidad, que es compartida por la mayoría de la
gente.

SUBALTERNIDAD
Esa mayoría de la gente podría ser denominada como “subalterna”, ya que esta formada por
aquellos que no constituyen la clase dominante.
Si bien la mayoría copia y reproduce el sentido dl mundo que impone a minoría, esta mayoría
también produce sentidos y valores que le son propios.
Que exista una minoría hegemónica, no implica que prohibida la existencia de manifestaciones
propias de la mayoría subalterna. Y esto ocurre porque no amenazan a la hegemonía y se
manifiestan de forma paralela.
Por lo general, la cultura subalterna es pensada en contraposición a la cultura oficial y, por lo tanto,
próxima a la cultura popular.

CONTRAHEGEMONÍA
La contra hegemonía busca desestabilizar la hegemonía. Hay grupos que son contrahegemónicos
que poseen un modo de ver el mundo que se opone y lucha contra el modo hegemónico de concebir
la vida.
La contrahegemonía disputa, pelea por ese lugar que ocupa la hegemonía; busca cambiar la forma
hegemónica de ver el mundo.

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