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Buenas noches a todos, el día de hoy me han permitido expresar estas palabras a nombre de

los compañeros de la sección de Teología, palabras que son el fin de manifestar hacia los
compañeros de cuarto de Teología, un gracias, un hasta luego y un ánimo.
La Ratio Fundamentalis nos dice que la formación del sacerdote es una formación continua
que se divide en dos grandes momentos: la formación inicial y la formación permanente, la
primera, que es en la que nos encontramos, se caracteriza por un paciente y riguroso trabajo
sobre nuestra persona, siempre abiertos a la acción del Espíritu Santo y con la finalidad de
formar en nosotros un corazón sacerdotal, la segunda, que es la que en un tiempo variable
tomarán, se caracteriza por garantizar la fidelidad al ministerio sacerdotal, continuando con
el proceso de construcción de la identidad presbiteral, y siguiendo su configuración, en su ser
y en su hacer, con Cristo. Ustedes ahora estarán en la etapa pastoral, que de alguna manera
inician a insertarse en la vida pastoral en la comunidad que ya les han asignado, en la que
también estarán invitados a declarar de modo libre, consciente y definitivo la propia voluntad
de ser presbíteros.
Compañeros de cuarto, GRACIAS, en primera instancia, por seguir respondiendo libremente
al llamado que Dios hace a su persona. GRACIAS por el valor que han tenido de ponerse la
camiseta del discípulo de Cristo, camiseta que ya lleva su nombre, y que conlleva una gran
responsabilidad, ahora suden en el servicio esa camiseta. GRACIAS porque en esta
institución, compartieron su persona en el compañerismo y la amistad, ciertamente solo tengo
un año de haber llegado a este seminario y esto hace que el tiempo de relación haya sido poco,
pero conforme a los testimonios expresados en las charlas de comedor y de pasillo, supe que
verdaderamente se donaron en las relaciones, en el deporte, en los momentos de oración, en
los momentos de convivencia, en los momentos de clase, en esta formación.
A veces las despedidas suelen ser dolorosas, pues duele separarte de lo que aprecias y quieres,
pero sé que este no es un adiós, sino un hasta luego, hasta que nos volvamos a encontrar.
Ahora ustedes van de manera directa y constante al campo de batalla, busquen pues ser
sacerdotes maduros y bien formados, que los efectos positivos de la buena formación siempre
recaen en los fieles.
Después de varios años de formación en el Seminario, hoy dejan esta casa, no se olviden de
ella, ni de los que estamos aquí, recuerden con agrado todo lo bueno que les ha dado y
perdonen con sinceridad si alguna vez se sintieron afectados a su persona, estamos seguros
que esto es un proyecto de Dios, Él no se equivoca.
Sean buenos, como lo dice el Padre Jaime, buenos con las personas que se acerquen a ustedes
buscando un apoyo, buenos con los sacerdotes con los que compartirán la parroquia a la que
van, buenos con su señor obispo mostrando cariño y obediencia, y sean buenos con ustedes,
no se permitan perderse en las diversidades que el mundo ofrece.
Por último, a nombre de todos los compañeros les digo, ánimo, no teman, que Jesús está con
ustedes, cuiden su vocación.

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