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Definición de orgullo

El orgullo se expresa en un doble campo: En las relaciones del ser humano con sus semejantes y en las
relaciones con Dios.

- La primera forma de orgullo consiste en creerse superior a los otros seres humanos, o al menos a
algunos de ellos, o buscar esta superioridad.

Causa u origen
Los motivos de este orgullo pueden ser los mismos de la vanagloria (cualidades físicas, intelectuales,
clase social, riqueza...), aunque la persona orgullosa, al elevarse, rebaja a su prójimo, lo mira desde lo alto
y llega a despreciarlo, considerándolo incluso como si no fuera nada.

- La segunda clase de orgullo, en relación con Dios, es considerado unánimemente por los Padres como
la peor de todas las pasiones, y puede presentarse como negación o rechazo de Dios, pero habitualmente
se manifiesta como confianza presuntuosa en las propias fuerzas y rechazo de la ayuda divina, al
considerarse la persona humana como fuente de todas las virtudes y absolutamente autónoma para su
realización.

Causa u origen
Esta forma de orgullo aparece sobre todo en aquellos que están aventajados en alguna virtud, y con mayor
fuerza cuantos más vicios han sido extinguidos: el orgullo viene a ocupar entonces en el espíritu el lugar
de las pasiones vencidas con anterioridad, aunque la propia persona no suele ser consciente de ello, pues
creer que no se es orgulloso es una de las más claras manifestaciones de que se es.

Efectos
El orgullo produce una serie de efectos patológicos extremadamente graves cuya primera expresión es la
locura o la pérdida progresiva de la razón. El ser humano se toma a sí mismo y a su voluntad como
absolutos, lo que se convierte en una fuente continua de sufrimientos por la diferencia entre lo que cree
ser y lo que realmente es; por sentir amenazada la apariencia positiva que quiere dar de sí mismo; por la
insatisfacción en la búsqueda de la perfección.

Terapia: la humildad
La curación del orgullo debe comenzar, inevitablemente, por el conocimiento preciso y detallado del
origen, causa y modo de actuar de esta pasión.

Para evitar la forma de orgullo que consiste en considerarse superior a las demás personas, o al menos a
algunas de ellas, debemos resaltar precisamente aquellos aspectos en los que estas personas son
superiores a nosotros mismos, rechazando ver sus fallos y valorando sus cualidades, incluso llegando a
considerarnos inferiores a todos.

Esta terapia debe ser complementada por el reconocimiento de que nuestras cualidades provienen, en
última instancia, de Dios, y es a Él al que debemos estar agradecidos y atribuir todo lo bueno que
hayamos podido hacer

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