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“Pantalla vs pizarrón: El Legado Duradero de la Educación en las Aulas"

La llegada de la COVID-19 nos agarró a todos de sorpresa, y la educación tuvo que


bailar al ritmo de la pandemia. De la noche a la mañana, las escuelas se cerraron, y el
único camino que quedaba era el virtual. Este cambio repentino generó debates sobre
el futuro de la educación, planteando la interrogante crucial: ¿Cuál consideras que es
mejor: la educación virtual o la presencial? Opino que la educación presencial es mejor.
A continuación, te cuento por qué.

Opino que la educación presencial es mejor porque no es solo aprender datos, es


también adquirir habilidades que necesitas para batallar en la vida, como entender a los
demás y resolver problemas como un jefe; y eso, no lo consigues con un clic. La
interacción social directa en las aulas no tiene precio. Es como el gimnasio para tus
habilidades sociales y emocionales, esas que necesitas para brillar en la sociedad. En
este cuerpo a cuerpo, no solo te codeas con compañeros, también aprendes a ser
empático, experimentando, aprendiendo y evolucionando emocionalmente junto con tus
compañeros. Además, la atención personalizada es el toque mágico. Imagina tener a
alguien que te guía, que te da feedback en el momento. Eso solo lo encuentras en la
educación presencial, como tener tu propio entrenador personal, pero para aprender. El
trabajo en equipo, la creatividad, el pensamiento crítico, todo eso sale a bailar en el
aprendizaje colaborativo presencial. La experiencia en el terreno de estudio, la magia
de tocar, de sentir la materia. Eso, amigo mío, es la educación presencial. No tienes que
esperar a que alguien revise tu tarea virtualmente. En la educación presencial, recibes
feedback en el acto, como el aplauso después de una gran actuación.

Según mi punto de vista, la educación presencial es mejor ya que abre caminos a un


futuro mejor, especialmente para aquellos que no tienen los bolsillos llenos. La
educación virtual tiene sus trampas, como la falta de acceso a tecnologías y la
necesidad de tener recursos físicos que no todos pueden conseguir. La barrera
tecnológica es una muralla que muchos no pueden cruzar, dejando a muchos en la
oscuridad. No todos tienen los libros y materiales en la estantería, estos recursos físicos
estudiantiles son como herramientas, y no todos tienen el mismo juego en casa.
Además, el regreso a las aulas no es solo por extrañar las carpetas, es para evitar que
la deserción escolar les pase factura a muchos. Y sabemos que cuando alguien se baja
del tren de la educación, las cosas no suelen mejorar. El riesgo de tirar la toalla es más
real de lo que parece. No es solo perder clases, es perder la chance de un mejor futuro.
Si no volvemos a las aulas, no estamos hablando solo de libros, sino de ingresos que
podrían tirar por la ventana. La educación presencial no solo es aprender, es como
asegurar un futuro mejor para el mañana. ¿Vamos a dejar eso pasar?

Por lo dicho, reafirmo mi opinión sobre que la educación presencial es mejor porque no
solo abre las puertas para estudiar a los que tienen poca plata, sino que también te deja
con las habilidades que necesitas para la vida. La educación en persona sigue siendo el
as bajo la manga para crecer en todos los aspectos. El aprender juntos y la atención a
medida son como la salsa secreta para formar a alguien de verdad. Es la base para
armar comunidades fuertes y gente capaz de darle a todo "En la educación presencial,
el roce hace el conocimiento."

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