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Corteza cerebral

La corteza cerebral es la parte más voluminosa del encéfalo. Una hendidura


profunda, denominada cisura longitudinal, lo divide en dos hemisferios, derecho e
izquierdo.

La corteza es una fina lámina de neuronas interconectadas que forman una capa
de unos milímetros de grosor y que recubre la superficie irregular de los
hemisferios cerebrales. La superficie de cada hemisferio presenta un conjunto de
prominencias y surcos (o cisuras) que proporcionan a la corteza una apariencia
plegada, de tal forma que sólo un tercio de esta queda expuesta a la superficie.

Tres de estas cisuras sirven para delimitar ciertas áreas del cerebro. Son: 1) surco
central o cisura de Rolando, 2) surco lateral o cisura de Silvio, y 3) surco
parietooccipital. Las eminencias situadas entre los surcos reciben el nombre de
circunvoluciones o pliegues. La circunvolución central anterior se sitúa por delante
del surco central, y la circunvolución central posterior se coloca inmediatamente
detrás del surco central.
Cada hemisferio se divide en cuatro grandes lóbulos: frontal, parietal, temporal y
occipital. En general, los lóbulos se sitúan debajo de los huesos que llevan el mismo
nombre. Así, el lóbulo frontal descansa en las profundidades del hueso frontal, el
lóbulo parietal debajo del hueso parietal, el lóbulo temporal debajo del hueso
temporal y el lóbulo occipital debajo de la región correspondiente a la protuberancia
del occipital.

Los surcos o cisuras mencionadas anteriormente actúan como estructuras


limítrofes entre algunos de los lóbulos cerebrales. El surco central se localiza entre
los lóbulos frontal y parietal. El surco lateral separa el lóbulo temporal situado
debajo de los lóbulos frontal y parietal situados encima. El surco parietooccipital
puede visualizarse en la superficie central del cerebro.

¿Cómo funciona el cerebro?

El cerebro es el órgano más característico del ser humano, aunque pocas veces
nos paramos a pensar en la importancia que tiene dentro de la regulación de
nuestras actividades cotidianas.

Anatómicamente el cerebro es la parte más


voluminosa del encéfalo y está dividido por un
surco central llamado cisura longitudinal en los
hem¡sferios derecho e izquierdo, a la vez unidos
por el cuerpo calloso. La superficie de cada
hemisferio presenta un conjunto de pliegues que
forman una serie de depresiones irregulares, son
los surcos o cisuras. La disposición que adoptan
estos surcos nunca es igual entre los cerebros de
diferentes personas, y también adoptan
disposiciones distintas en ambos lados de un
mismo encéfalo.

Cada hemisferio cerebral se divide en cinco lóbulos: el frontal, el parietal, el


temporal, el occipital y la ínsula de Reil. En general, los cuatro primeros lóbulos se
sitúan debajo de los huesos que llevan el mismo nombre. Así, el lóbulo frontal
descansa en las profundidades del hueso frontal, el lóbulo parietal bajo el hueso
parietal, el lóbulo temporal bajo el hueso temporal y el lóbulo occipital debajo de la
región correspondiente a la protuberancia del occipital. La ínsula de Reil no puede
verse en la superficie del encéfalo, ya que se sitúa en el fondo de otra cisura
llamada cisura de Silvio.

El cerebro contiene varios billones de células, de las que unos 100.000 millones
de neuronas y posee casi 100 trillones de interconexiones en serie y en paralelo
que proporcionan la base física que permite el funcionamiento cerebral. Gracias a
los circuitos formados por las células nerviosas o neuronas, es capaz de procesar
información sensorial procedente del mundo exterior y del propio cuerpo. El cerebro
desempeña funciones sensoriales, funciones motoras y funciones de integración
menos definidas asociadas con diversas actividades mentales. Algunos procesos
que están controlados por el cerebro son la memoria, el lenguaje, la escritura y la
respuesta emocional.
El funcionamiento del cerebro se basa en el concepto de que la neurona es una
unidad anatómica y funcional independiente, integrada por un cuerpo celular del
que salen numerosas ramificaciones llamadas dendritas, capaces de recibir
información procedente de otras células nerviosas, y de una prolongación principal,
el axón, que conduce la información hacia las otras neuronas en forma de corriente
eléctrica. Pero las neuronas no se conectan entre sí por una red continua formada
por sus prolongaciones, sino que lo hacen por contactos separados por unos
estrechos espacios denominados sinapsis. La transmisión de las señales a través de
las sinapsis se realiza mediante unas sustancias químicas conocidas como
neurotransmisores, de los cuales hoy se conocen más de veinte clases diferentes.

El cerebro tiene a su cargo las funciones motoras, sensitivas y de integración. El


hemisferio cerebral izquierdo está especializado en producir y comprender los
sonidos del lenguaje, el control de los movimientos hábiles y los gestos con la mano
derecha. El hemisferio derecho está especializado en la percepción de los sonidos
no relacionados con el lenguaje (música, llanto...), en la percepción táctil y en la
localización espacial de los objetos.

Hoy en día se sabe que en el lóbulo


occipital se reciben y analizan las
informaciones visuales. En los lóbulos
temporales se gobiernan ciertas
sensaciones visuales y auditivas. Los
movimientos voluntarios de los
músculos están regidos por las
neuronas localizadas en la parte más
posterior de los lóbulos frontales, en la
llamada corteza motora. Los lóbulos
frontales están relacionados también
con el lenguaje, la inteligencia y la
personalidad, si bien, se desconocen
funciones específicas en esta área. Los
lóbulos parietales se asocian con los
sentidos del tacto y el equilibrio. En la
base del encéfalo se sitúa el tronco
cerebral, que gobierna la respiración, la
tos y el latido cardíaco. Detrás del
tronco se localiza el cerebelo, que
coordina el movimiento corporal
manteniendo la postura y el equilibrio.
Las áreas cerebrales que gobiernan las
funciones como la memoria, el
pensamiento, las emociones, la
conciencia y la personalidad, resultan
bastante más difíciles de localizar.

La memoria está vinculada al sistema límbico, situado en el centro del encéfalo.


Por lo que respecta a las emociones, se sabe que el hipocampo controla la sed, el
hambre, la agresión y las emociones en general. Se postula que los impulsos
procedentes de los lóbulos frontales se integran en el sistema límbico, llegando al
hipotálamo, estructura que a su vez regula el funcionamiento de la glándula
hipofisaria, productora de varias hormonas.

Es en el córtex donde se integran las capacidades cognitivas, donde se encuentra


nuestra capacidad de ser conscientes, de establecer relaciones y de hacer
razonamientos complejos. Lo que llamamos sustancia gris es una pequeña capa
que recubre el resto del cerebro. Pero el córtex cerebral humano tiene una
característica que la distingue de todas las demás. Tiene numerosos pliegues. Esto
aumenta notablemente su superficie. Si la extendiéramos, ocuparía el área
equivalente a cuatro folios. En comparación, la de un chimpancé sólo sería de un
folio, la de la mona ocuparía como una tarjeta postal y la de la rata la de un sello
de correos.

El procesamiento de la información sensorial recogida del mundo que nos rodea y


de nuestro propio cuerpo, las respuestas motrices y emocionales, el aprendizaje, la
conciencia, la imaginación y la memoria son funciones que se realizan por circuitos
formados por neuronas interrelacionadas a través de los contactos sinápticos. Es
por este motivo que el funcionamiento cerebral se asemeja, en parte, a una
computadora. Pero el cerebro es muchísimo más complejo que un ordenador, ya
que está dotado de propiedades que solo proporciona su naturaleza biológica.

Sistema límbico

El sistema límbico está compuesto por un conjunto de estructuras cuya función


está relacionada con las respuestas emocionales, el aprendizaje y la memoria.
Nuestra personalidad, nuestros recuerdos y en definitiva el hecho de ser como
somos, depende en gran medida del sistema límbico.

Los componentes de este sistema son: amígdala, tálamo, hipotálamo, hipófisis,


hipocampo, el área septal (compuesta por el fórnix, cuerpo calloso y fibras de
asociación), la corteza orbitofrontal y la circunvolución del cíngulo.
Amígdalas

Las amígdalas forman parte del sistema endocrino, el cual está formado por un
conjunto de glándulas (tiroides, paratiroides, amígdalas, hipófisis, epífisis y
glándula suprarenal) que sintetizan hormonas y las liberan al torrente sanguíneo.
Hoy en día se sabe que el hipotálamo es el responsable del control de la secreción
hormonal, y a su vez las hormonas afectan el funcionamiento del sistema nervioso,
por este motivo al conjunto de los dos sistemas se les denomina sistema
neuroendocrino.

Las glándulas endocrinas controlan una gran cantidad de funciones fisiológicas del
organismo como el metabolismo, la homeostasis, el crecimiento, la reproducción, el
dolor, etc., pero también están involucradas en la conducta humana,
concretamente en las emociones, la memoria, el aprendizaje o incluso en las
patologías como la depresión, la ansiedad o la anorexia nerviosa.

Cerebelo
El cerebelo es, después del cerebro, la porción más grande del encéfalo. Ocupa la
fosa craneal posterior y se localiza debajo de los lóbulos occipitales del cerebro, del
que está separado por una estructura denominada tienda del cerebelo. Consta de
dos hemisferios cerebelosos y una parte intermedia denominada vermis. Se une al
tallo cerebral mediante tres pares de pedúnculos cerebelosos; estos pedúnculos son
haces de fibras que entran y salen del cerebelo, en cuya superficie aparecen
numerosos surcos superficiales próximos unos a otros.

Un corte sagital del cerebelo muestra que en el exterior del cerebelo (en la
corteza cerebelosa) se encuentra la substancia gris, y en el interior la substancia
blanca. En la parte más profunda del cerebelo se encuentran los núcleos dentados.
El cuarto ventrículo ocupa una localización inmediatamente anterior al cerebelo.

Aspecto microscópico

La corteza cerebelosa se divide en una capa externa, o molecular, y una capa


interna, o granulosa. Entre ambas capas aparecen unas células denominadas
células de Purkinje. Aunque las células de las dos capas cerebelosas corticales son
de pequeño tamaño, no por ello dejan de ser neuronas. También se halla presente
la neuroglia.

Función del cerebelo

El cerebelo desempeña un papel regulador en la coordinación de la actividad


muscular, el mantenimiento del tono muscular y la conservación del equilibrio. El
cerebelo precisa estar informado constantemente de lo que se debe hacer para
coordinar la actividad muscular de manera satisfactoria. A tal fin recibe información
procedente de las diferentes partes del organismo. Por un lado, la corteza cerebral
le envía una serie de fibras que posibilitan la cooperación entre ambas estructuras.
Por otro lado, recibe información procedente de los músculos y articulaciones, que
le señalan de modo continuo su posición. Finalmente, recibe impulsos procedentes
del oído interno que le mantienen informado acerca de la posición y movimientos
de la cabeza. El cerebelo precisa, pues, toda esta información para poder llevar a
cabo las funciones que le son propias.

Diencéfalo

El diencéfalo es una estructura situada en la parte interna central de los


hemisferios cerebrales. Se encuentra entre los hemisferios y el tronco del encéfalo,
y a través de él pasan la mayoría de fibras que se dirigen hacia la corteza cerebral.
El diencéfalo se compone de varias partes: tálamo, hipotálamo, subtálamo y
epitálamo.

El tálamo está formado por dos cuerpos ovoides de 3 cm de largo y


aproximadamente 1,5 cm de espesor, que se asienta en la profundidad de cada
hemisferio cerebral. El tercer ventrículo separa entre sí ambos tálamos, aunque
éstos permanecen unidos gracias a un puente de tejido talámico denominado masa
intermedia, que se extiende entre ambos. Los tálamos son masas de substancia
gris, por lo que contienen cuerpos neuronales y numerosas conexiones sinápticas.
Desde un punto de vista funcional, el tálamo es una estación de relevo sensitivo.
Los impulsos nerviosos hacen una escala a nivel talámico, estableciendo sinapsis
antes de proseguir su recorrido hacia el córtex cerebral. El tálamo constituye
también un centro sensitivo primitivo que sirve para registrar un tipo de sensación
generalizada e imprecisa.

El hipotálamo se localiza, como su nombre indica, debajo del tálamo. Presenta


una gran variedad de funciones, algunas de ellas bastante insólitas. Por ejemplo,
produce como mínimo dos hormonas (oxitocina y vasopresina) y contiene centros
que regulan la actividad de la hipófisis anterior, el sistema nervioso autónomo, la
temperatura corporal y la ingesta de agua y alimentos. Además, el hipotálamo se
relaciona con el estado de vigilia y la sensibilidad emocional. En animales de
laboratorio, como el gato, la liberación de la influencia inhibidora que ejerce sobre
el hipotálamo la corteza cerebral origina la aparición de estallidos de violencia ante
la más pequeña provocación.

El subtálamo está delante del tálamo y al lado del hipotálamo, su función


principal se relaciona con el movimiento corporal. Las vías neuronales que lo
atraviesan van hacia el tálamo, el cerebelo y los ganglios basales.

El epitálamo se sitúa en la parte posterior del diencéfalo, al lado del mesencéfalo.


Está formado por la glándula pineal o epífisis y los núcleos de la habénula. La
epífisis es una glándula endocrina que segrega la hormona de la melatonina, esta
secreción está relacionada con la cantidad de luz solar existente, a más luz más se
segregará. la habénula tiene la función de favorecer la comunicación entre el
sistema límbico y la formación reticular.

Hipocampo
La formación hipocampal está situada en la superficie media de del lóbulo
temporal. Le llega información del córtex, y a su vez envía señales neuronales al
hipotálamo y el área septal a través del fórnix.

La principal función del hipocampo es la de la consolidación de la memoria y el


aprendizaje. Una lesión en esta zona produce amnesia anterógrada, o sea de los
acontecimientos ocurridos después de la lesión, afectando así a los recuerdos de
hechos específicos, pero curiosamente no afecta al aprendizaje de nuevas
capacidades o habilidades. Por ejemplo, una persona podría aprender a montar en
bicicleta después de la lesión, pero no recordaría haber visto nunca una bicicleta.

Hipófisis
La hipófisis está situada en la base del encéfalo, unida al hipotálamo y forma
parte del sistema neuroendocrino el cual está formado por un conjunto de
glándulas (tiroides, paratiroides, amígdalas, hipófisis, epífisis y glándula suprarenal)
que sintetizan hormonas y las liberan al torrente sanguíneo.

La hipófisis consta de dos partes que funcionan de manera distinta: la hipófisis


posterior o neurohipófisis, que se encarga de almacenar y liberar las hormonas
sintetizadas por el hipotálamo (oxitocina y vasopresina). Y la hipófisis anterior o
adenohipófisis, que actúa como una glándula secretora por sí misma.

Medula espinal
La medula espinal es una masa cilíndrica de tejido nervioso que se extiende en
dirección caudal a partir del bulbo raquídeo. La medula de un adulto mide
aproximadamente 45 cm de longitud y ocupa los dos tercios superiores del
conducto raquídeo. Durante las primeras etapas del desarrollo la medula espinal
ocupa la casi totalidad del conducto raquídeo, pero el crecimiento rápido que
experimenta en seguida la columna vertebral da lugar a la disposición que presenta
el adulto. La terminación inferior de la medula recibe el nombre de cono terminal.

La medula espinal se divide en 31 segmentos: 8 cervicales, 12 torácicos o


dorsales, 5 lumbares, 5 sacros y uno coccígeo.

Los nervios salen de la medula espinal a lo largo de toda su longitud, en número


de un par por cada segmento medular. La medula presenta dos engrosamientos, el
cervical y el lumbar. El engrosamiento cervical corresponde al origen de los nervios
que se dirigen al miembro superior, el engrasamiento lumbar al de tos nervios que
se dirigen al miembro inferior.

Estructura

La medula espinal está constituida por substancia gris y substancia blanca que
adoptan una distribución bastante regular. La substancia blanca ocupa la parte
externa que rodea la substancia gris, y se compone de fibras ascendentes y
descendentes sostenidas por la neuroglia. Al examinar un corte transversal de la
medula puede observarse que la substancia gris presenta una disposición en forma
de H. La parte horizontal de esta H se denomina comisura gris, y cada una de las
puntas recibe el nombre de asta. En consecuencia, existen dos astas ventrales o
anteriores y dos astas dorsales o posteriores.

La substancia blanca se dispone en tres columnas o cordones de fibras, anterior o


ventral, lateral y posterior o dorsal, que discurren de un nivel del sistema nervioso
a otro. Las fibras que se extienden desde un lugar determinado a otro se agrupan
en haces denominados fascículos o tractos.

Varias fisuras discurren a lo largo de la medula espinal. En la figura aparecen dos


de estas fisuras, la anterior o ventral y la posterior o dorsal. La fisura anterior es
más profunda y sirve para identificar la parte frontal de la medula espinal.

Función

La substancia gris de la medula espinal sirve de centro reflejo y forma parte de


un centro de distribución para las vías sensitivas y motoras.

La substancia blanca actúa así de gran vía conductora de impulsos hacia el


encéfalo y a partir de éste.

Tronco encefálico
El tronco encefálico está constituido por el mesencéfalo, la protuberancia y el
bulbo raquídeo. Todos estos centros nerviosos poseen una estructura similar:
substancia blanca en la parte externa con islotes de substancia gris esparcidos por
toda su superficie. La substancia blanca está compuesta por fibras nerviosas que
van y vienen del cerebro. El núcleo rojo del mesencéfalo es una de las masas de
substancia gris más prominentes. Además de estas zonas más bien discretas de
substancia gris y blanca, el tallo cerebral contiene una mezcla de ambas que recibe
el nombre de formación reticular.

Función

El tronco encefálico contiene numerosos centros reflejos, los más importantes de


los cuales son los centros vitales. Estos centros son esenciales para la vida, ya que
controlan la actividad respiratoria, cardiaca y vasomotora. Además de estos centros
vitales, el tallo cerebral contiene otros centros que controlan la tos, el estornudo, el
hipo, el vómito, la succión y la deglución.

La formación reticular ejerce dos efectos contrarios sobre la actividad motora. Por
un lado facilita o estimula tal actividad, y por el otro la deprime. Estudios llevados a
cabo en el laboratorio muestran que la formación reticular del tallo cerebral y
estructuras adyacentes cerebrales (hipotálamo) son necesarias para el inicio y
mantenimiento del estado de vigilia y conciencia.

El tronco encefálico contiene núcleos correspondientes a nervios craneales, y al


considerar la función del tallo no debe olvidarse la función de estos nervios.
Finalmente, esta es una estructura por la que pasan las fibras ascendentes
procedentes de la medula espinal y las descendentes que se dirigen a ésta. Muchas
de estas fibras establecen conexiones a diferentes niveles con las neuronas de la
formación reticular y, en algunos casos, con las neuronas de otros núcleos del tallo
facilitando el funcionamiento de los reflejos.

Ventrículos
Los ventrículos cerebrales están compuestos por varias partes: los ventrículos
laterales, el tercer ventrículo y el cuarto ventrículo. El líquido cefalorraquídeo se
encuentra en el interior de este sistema ventricular.

El líquido cefalorraquídeo es un líquido acuoso que se localiza en los ventrículos y


en los espacios subaracnoideos. Está producido por los plexos coroideos de los
ventrículos, que son como ovillos capilares cubiertos por células epiteliales. Estas
células absorben el líquido acuoso de la corriente sanguínea y lo segregan al
interior de los ventrículos. El líquido cefalorraquídeo pasa a continuación desde los
ventrículos al interior del espacio subaracnoideo a través de las tres aberturas u
orificios situados en el cuarto ventrículo. Una vez en el espacio subaracnoideo, se
absorbe y vuelve a la corriente sanguínea a través de la membrana aracnoidea,
concretamente a través de las vellosidades aracnoideas.

Cualquier obstrucción en la circulación del líquido cefalorraquídeo da como


resultado la aparición de un crecimiento ventricular conocido con el nombre de
hidrocefalia. Esta afección puede originar un crecimiento global de la cabeza si
ocurre a una edad temprana, cuando los huesos de la cavidad craneal no se han
unido de manera definitiva. El líquido cefalorraquídeo, producido de manera
continua a partir de la sangre por los plexos coroideos, no puede ser
adecuadamente reabsorbido en caso de hidrocefalia.

El ser humano posee por término medio un volumen de líquido cefalorraquídeo


que oscila alrededor de 135 ml. Este líquido forma una especie de manto protector
contra eventuales contusiones o movimientos bruscos de la cabeza, que de lo
contrario repercutirían gravemente en la integridad encefálica. Por otra parte, sirve
también como medio de derivación hacia la cavidad raquídea del volumen líquido
contenido en la cavidad craneal. Por ejemplo, si en la cavidad craneal penetran
cantidades excesivas de sangre, la derivación de líquido al interior de la cavidad
espinal sirve para acomodar las cantidades adicionales de sangre en el
compartimiento craneal. El líquido cerebroespinal también puede servir para el
transporte de substancias nutritivas.

Corteza somatosensorial

Esta figura muestra las áreas somatosensoriales primarias de la corteza cerebral,


es un gráfico donde se representan las zonas del córtex humano donde se
reconocen, organizan e integran las sensaciones provinientes de las distintas partes
del cuerpo. Como puede observarse, no todas las partes el cuerpo requieren de la
misma "cantidad" de corteza especializada.

Las áreas somestésicas o áreas de la sensibilidad general, se localizan en la


circunvolución central posterior. En esta zona se registran las sensaciones de calor,
frío, tacto, presión, dolor y la sensibilidad propioceptíva (sentido de la posición y
equilibrio muscular). Cada circunvolución recibe las sensaciones procedentes del
lado opuesto del organismo. La disposición de las partes del cuerpo representadas
en la circunvolución sigue también un orden inverso, de manera que las áreas
sensitivas de los pies se localizan en el extremo superior del córtex, mientras que
las áreas para la cabeza ocupan el extremo inferior.

Las áreas motoras se localizan en las circunvoluciones centrales superiores. Cada


circunvolución controla la actividad del músculo esquelético que ocupa el lado
opuesto del organismo. Las diversas partes del organismo representadas en la
circunvolución se disponen escalonadamente, de arriba abajo, de modo que la
porción superior de la circunvolución controla los movimientos de la extremidad
inferior opuesta, mientras que la zona inferior de la circunvolución controla la
cabeza y el cuello. Algunas partes del organismo, como la mano y la cara, están
más representadas que otras. Ello se debe a la capacidad de tales partes para
efectuar movimientos más delicados.

El área promotora, relacionada también con la actividad motora, ocupa una


posición inmediatamente anterior a la circunvolución precentral. La estimulación de
esta área se traduce en la aparición de una serie de movimientos de naturaleza
generalizada, como la rotación de la cabeza, giros del tronco y movimientos
generales de las extremidades.

Las áreas del lenguaje, o áreas de Broca, se localizan en el lóbulo frontal. En una
persona diestra las áreas del lenguaje están mejor desarrolladas en la corteza
cerebral izquierda. En un zurdo están más desarrolladas las áreas del lenguaje
derechas.

Las áreas visuales se localizan en el lóbulo occipital. En el lóbulo occipital


izquierdo se registran los impulsos que se originan en la parte izquierda de cada
globo ocular, mientras que en el lóbulo occipital derecho se registran los impulsos
que se originan en la parte derecha.

Las áreas auditivas se localizan en la circunvolución temporal superior. Cada


lóbulo temporal recibe impulsos auditivos procedentes tanto del oído derecho como
del izquierdo. Ello se debe a que un número considerable de neuronas encargadas
de transmitir los impulsos auditivos no siguen la vía contralateral, sino que se
dirigen al lóbulo temporal del mismo lado.

El área primaria olfativa se localiza en la superficie medial del lóbulo temporal, y


el área primaria gustativa en la cara anterior de la circunvolución central posterior
del lóbulo parietal.

Existen otras áreas llamadas áreas de asociación. Las situadas en el lóbulo


parietal participan en la integración de la información sensitiva procedente de las
áreas somestésica, auditiva, visual y gustativa. Las áreas de asociación parietales
correlacionan información acerca de las diversas partes del organismo. Las áreas
asociativas situadas en la región posterior del lóbulo temporal se relacionan con la
integración de datos sensitivos. La afasia visual y auditiva (incapacidad para
comprender la palabra oral y escrita) puede asociarse a lesiones de estas áreas
asociativas. Las áreas de asociación localizadas en la porción anterior del lóbulo
temporal se relacionan con gran variedad de experiencias, aparte de las
audiovisuales. Esta porción anterior del lóbulo temporal se ha denominado corteza
psíquica a causa de su relación con experiencias pasadas.

Las actividades superiores tales como el discernimiento, razonamiento y


abstracción dependen también de la corteza cerebral. La parte anterior del lóbulo
frontal, denominada área prefrontal, se halla en relación con estos procesos
mentales característicos del ser humano. La corteza cerebral ejerce también una
influencia de carácter inhibitorio sobre las partes inferiores del sistema nervioso
central.

Cortes transversales
Cortes frontales
Orígenes aparentes:

De la cara basal del cerebro, afloran una serie de cordones nerviosos


destinados a inervar importantes estructuras de la cabeza, son los NERVIOS
CRANEALES. Estos nervios, en número de doce, emergen de ambos lados de la
línea media, de aquí que se llamen también pares craneales.
El lugar por donde emergen cada par craneal, denominado origen aparente,
puesto que su origen real se halla en el interior del encéfalo. Estos doce pares
se numeran en cifras romanas según su orden de emergencia en dirección
ventro-dorsal. Sus orígenes aparentes son:

I par: está formado por


los FILETES OLFATORIOS,
cuyo origen aparente se
halla a nivel del bulbo
olfatorio.
II par o nervio OPTICO:
tiene su origen aparente
en el ángulo antero-
externo del quiasma óptico
o espacio perforado
anterior.
III par o MOTOR
OCULAR COMUN (MOC):
tiene su origen aparente a
nivel del espacio perforado
posterior o fosa
intercrural.
IV par o NERVIO
PATETICO: es el único
que no tiene origen aparente a nivel de la
cara basal del encéfalo, ya que lo tiene en la
cara dorsal del mesencéfalo.
V par o NERVIO TRIGEMINO: tiene su origen aparante a nivel de la cara
ventral de la protuberancia. Emerge con dos raíces, una externa y gruesa, de
naturaleza sensitiva y otra interna más delgada, de naturaleza motora.
VI par o NERVIO MOTOR OCULAR EXTERNO (MOE): tiene su origen
aparante a nivel del surco bulbo-protuberancial.
VII par o NERVIO FACIAL: tiene su origen aparente en el ángulo ponto-
bulbo-cerebeloso.
VIII par o NERVIO ESTATOACÚSTICO: tiene su origen aparente en el
ángulo ponto-bulbo-cerebeloso.
IX par o NERVIO GLOSOFARINGEO: tiene su origen aparente a nivel del
surco dorso lateral del bulbo.
X par o NERVIO VAGO: tiene su origen aparente a nivel del surco dorso
lateral del bulbo.
XI par o NERVIO ESPINAL: tiene su origen aparente a nivel del surco dorso
lateral del bulbo.
XII par o NERVIO HIPOGLOSO: tiene su origen aparente a nivel de la cara
ventral del bulbo, en el surco preolivar.

En el apartado PARES CRANEALES II se tratará el origen físico, núcleos del que


se forma y funciones de cada uno de estos nervios craneales.

CONSTITUCION DEL TRONCO DEL ENCEFALO

La sustancia gris y la sustancia blanca son los componentes esenciales del


tronco del encéfalo.

SUSTANCIA GRIS

Está dispuesta en forma de acúmulos, rodeados de sustancia blanca. Según el


funcionalismo de los núcleos podemos dividirlos en grupos: 1) Núcleos de los
nervios craneales y 2) Núcleos de Proyección-Asociación.

NUCLEOS DE LOS NERVIOS CRANEALES

Embriológica y funcionalmente los dividimos en:


a) Nervios somáticos: están destinados a inervar la musculatura de los
somitos. Se diferencian de los nervios raquídeos en que sólo tienen una raíz
motora y por tanto un nervio motor. Son los siguientes pares: III (Motor ocular
común), IV (Patético), VI (Motor ocular Externo) y XII (Hipogloso).
b) Nervios viscerales o branquiales: en las partes laterales de la cabeza del
embrión se forman una elevaciones longitudinales, son los arcos branquiales,
los nervios viscerales o branquiales están destinados a inervar estas
elevaciones. En el mesoblasto de estos arcos viscerales o branquiales, en
número de cuatro, se introduce un nervio, en el primero se introduce el V
(Trigémino), en el segundo arco el VII (Facial), en el tercer arco el IX
(Glosofaríngeo). El XI (Espinal) se coloca por debajo del cuarto arco. Estos
nervios se encargan de inervar cada una de las hojas embrionarias, así tendrán
acción motora, pues el músculo procede del mesoblasto, terminaciones
sensitivas pues la mucosa digestiva deriva del endoblasto, y para la piel de la
cabeza que proviene del ectoblasto. Debido a que son sensitivos y motores
(piel-músculo) tendrán un núcleo sensitivo y otro motor para cada nervio o par
craneal, son pues nervios mixtos.
c) Nervios sensoriales especializados: corresponden al VIII par o nervio
estatoacústico, al servicio de la audición y del equilibrio.

Hemos preferido utilizar una distribución de los pares no por número sino por la
función. Así, pues, empezamos con los nervios somáticos (III, IV, VI y XII)
tratados conjuntamente. Después estudiaremos aisladamente cada uno de los
pares viscerales (V, VII, IX, X y XI). Finalmente trataremos los especializados,
el VIII. El I par craneal (fascículo óptico) ya se estudió en las vias ópticas y por
tanto no lo estudiaremos aquí y el II par craneal (nervio olfatorio) ya se estudió
en el rinencéfalo.

HEMISFERIOS CEREBRALES
Los hemisferios cerebrales forman la mayor parte del encéfalo y están separados por
una misma cisura sagital profunda en la línea media: la cisura longitudinal del cerebro.
La cisura contiene un pliegue de la duramadre y las arterias cerebrales anteriores. En la
profundidad de la cisura, una gran comisura: el cuerpo calloso, conecta los dos
hemisferios a través de la línea media.

Para aumentar el área de la superficie de la corteza cerebral al máximo, la superficie de


cada hemisferio cerebral forma pliegues o circunvoluciones que están separadas por
surcos o cisuras. Para facilitar la descripción se acostumbra a dividir cada hemisferio en
lóbulos que se denominan de acuerdo a los huesos craneanos debajo de los cuales se
ubican. Los surcos central y parietoccipital; lateral y calcarino son limites utilizados
para la división de los hemisferios cerebrales en lóbulos frontales, parietales, temporales
y occipitales.
El lóbulo frontal ocupa el área anterior al surco central y superior al surco lateral. El
lóbulo parietal se ubica por detrás del surco central y por arriba del surco lateral. El
lóbulo occipital se ubica por debajo del surco parietoccipital. Por debajo del surco
lateral se ubica el lóbulo temporal. Los extremos de cada hemisferio se denominan a
menudo polos frontal, occipital y temporal.
Dentro de cada hemisferio hay un centro de sustancia blanca que contiene varias masas
grandes de sustancia gris, los núcleos o ganglios de la base. Un conjunto de fibras
nerviosas (abanico) denominado corona radiada converge en los núcleos de la base y
pasa entre ellos como la cápsula interna. La cavidad presente dentro de cada hemisferio
se denomina ventrículo lateral. Los ventrículos laterales se comunican con el tercer
ventrículo a través de los agujeros interventriculares.

Al contrario de la médula espinal, el encéfalo está compuesto por un centro de sustancia


blanca rodeado por una cobertura exterior de sustancia gris. Sin embargo algunas masas
importantes de sustancia gris se ubican profundamente dentro la sustancia blanca.
Dentro del cerebelo, los núcleos cerebelosos de ustsancia gris y dentro del cerebro los
núcleos talámicos, caudado y lenticular de sustancia gris.

La sustancia blanca situada por debajo de la corteza está formada por axones
mielinizados que se extienden en tres direcciones principales:

1. Fibras de asociación: que conectan y transmiten los impulsos nerviosos entre


las circunvoluciones del mismo hemisferio.
2. Fibras comisurales: transmiten los impulsos nervioso entre circunvoluciones de
un hemisferio cerebral al hemisferio cerebral opuesto. (cuerpo calloso, comisura
anterior, comisura posterior).
3. Fibras de proyección: (fascículos ascendentes y descendentes) transmiten
impulsos desde el cerebro y otras zonas del encéfalo hacia la médula espinal y
viceversa. (cápsula interna).

El Sistema Endocrino

La Glándula Hipófisis
Glándula Hipófisis

La Hipófisis tal vez sea la glándula endocrina más importante: regula la mayor parte de los
procesos biológicos del organismo, es el centro alrededor del cual gira buena parte del
metabolismo a pesar de que no es mas que un pequeño órgano que pesa poco más de medio
gramo.

Situación y estructura.

La Hipófisis esta situada sobre la base del cráneo. En el esfenoides, existe una pequeña
cavidad denominada "silla turca" en la que se encuentra la hipófisis. La silla esta constituida por
un fondo y dos vertientes: una anterior y una posterior. Por su parte lateral y superior no hay
paredes óseas; la duramadre se encarga de cerrar el habitáculo de la hipófisis: la envuelve
completamente por el interior a la silla turca y forma una especie de saquito, abierto por arriba,
en el que esta contenida la hipófisis.

La hipófisis está directamente comunicada con el hipotálamo por medio de un pedúnculo


denominado "hipofisario". A los lados de la hipófisis se encuentran los dos senos cavernosos
(pequeñas lagunas de sangre venosa aisladas de la duramadre).

La hipófisis tiene medio cm de altura, 1cm de longitud y 1.5cm de anchura.

Esta constituida por dos partes completamente distintas una de otra: el lóbulo anterior y el
lóbulo posterior. Entre ambos existe otro lóbulo pequeño, el intermedio. El lóbulo posterior es
más chico que el anterior y se continúa hacia arriba para formar el infundíbulo, la parte del
pedúnculo hipofisario que esta en comunicación directa con el hipotálamo. Este esta constituido
por células nerviosas. El infundíbulo a su vez esta constituido por las prolongaciones de las
células nerviosas que constituyen algunos de los núcleos hipotalámicos. El infundíbulo
desciende del hipotálamo a la hipófisis.

El lóbulo posterior esta formado por tejido nervioso que se denomina neurohipófisis. Durante la
vida intrauterina, del suelo del tercer ventrículo desciende una porción que formara el lóbulo
posterior de la hipófisis. El lóbulo anterior es de origen epitelial, es independiente del sistema
nervioso y tiene una estructura típicamente glandular y se denomina adenohipófisis (hipófisis
glandular).

El lóbulo anterior se continua también hacia arriba en su parte denominada "infundibular" -que
envuelve por su parte anterior y por los lados al infundíbulo, constituyendo el pedúnculo
hipofisario.

El lóbulo anterior esta conectado con el resto solo a través de la circulación sanguínea.

El sistema portal, con las redes de capilares , tiene una importancia capital en la fisiología de la
hipófisis, ya que es el puente de unión entre el hipotálamo y la hipófisis, y a través de este los
"releasing factors" producidos por los núcleos hipotalámicos, llegan a la hipófisis estimulándola
para que segregue hormonas.

La sangre venosa que procede de la hipófisis se vierte, a través del seno coronario, en los
senos cavernosos vecinos.

La hipófisis anterior esta constituida por células de sostén, que no segregan. Las células
formadoras de las hormonas son hipotalámicas.

Se sabe que las hormonas de la Hipófisis posterior, la oxitocina y la adiuretina, están


producidas por las células de los núcleos hipotalamicos supraóptico y paraventricular.
La hipófisis anterior esta constituida por cordones de células que se cruzan entre si, en
contacto directo con los capilares sanguíneos, en los que son vertidas las hormonas
secretadas.

En base a fenómenos observados en la patología humana y a experimentos con animales, se


ha tratado de establecer que hormonas son producidas por los diferentes tipos de células.

Al parecer las células alfa y épsilon producen la hormona somatotropa (STH), que mantiene en
actividad el cuerpo luteo y estimula la producción de leche en la mujer; hormona
adrenocorticotropa (ACTH), que estimula el funcionamiento de la glándula suprarrenal.

Las células beta producirían la hormona tireotropa (TSH) que regula el funcionamiento de la
tiroides; la hormona foliculoestimulante (FSH), que induce en la mujer la maduración de los
folículos en los que liberara el óvulo , la célula germinal femenina, y en el hombre la producción
de espermatozoides; por ultimo, la hormona exoftalmizante (EPH) que induce un aumento de la
grasa retrobulbar del ojo.

Las células delta producirían la hormona luteoestimulante (LH) que induce la formación del
cuerpo luteo en la mujer y estimula la producción de testosterona en el hombre (la principal
hormona masculina).

El lóbulo intermedio, localizado entre la Hipófisis anterior y la posterior, produce una sola
hormona: la intermedia. Esta hormona de escasa importancia actúa acentuando la
pigmentación de la piel.

Hormonas de la hipófisis posterior.

Las hormonas de la neurohipófisis: la oxitocina y la antidiurética o adeuretina, ambas tienen


una estructura química bastante sencilla y similar, y están constituidas cada una por ocho
aminoácidos.

 Oxitocina:

Su función principal es la de estimular las contracciones del útero durante el parto.


La oxitocina, además, estimula la expulsión de leche de las mamas. La mama esta constituida
por alvéolos de células que segregan la leche por pequeños conductos llamados galactoforos,
la oxitocina actúa sobre las células de actividad contráctil contenidos en las paredes de estos
conductos, estimulándolos a contraerse.
A pesar de que esta hormona también es segregada en el hombre se ignora si existen acciones
biológicas y cuales son.

 Adiuretina:

Es de importancia secundaria, actúa sobre la regulación del tono arterial, es decir, sobre el
mantenimiento de la presión a niveles suficientemente elevados.
Pero su acción mas importante es sin duda, la disminución de la eliminación de agua con la
orina. La ADH determinaría un "enrarecimiento" de la materia conjuntiva que esta entre célula y
célula, dando al agua la posibilidad de filtrarse a través de ella y de escapar así de su
eliminación en la orina. La ADH induciría el efecto del enrarecimiento de la sustancia
intercelular, que cementa las células de los túbulos dístales y colectores mediante la activación
de la hialuronidasa.
Sistemas reguladores.
La ADH como todas las demás hormonas, no es secretada en cantidad constante e invariable,
sino que se sincroniza continuamente con las necesidades del organismo. Son muchas las vías
a través de las cuales reciben la información del hipotálamo y la hipófisis sobre las necesidades
de su intervención por parte del organismo. Evidentemente en líneas generales, se necesitara
ADH cuando el agua contenida en el organismo tienda a escasear. Dado que en el agua se
hallan disueltas algunas sales, un aumento de estas últimas indicará, en proporción, una
disminución de agua y viceversa. Existen, en la pared de las carótidas, células
(osmorreceptores) que son capaces de advertir variaciones mínimas de la osmoralidad
(relación agua-sales) de la sangre y de transmitir inmediatamente las noticias captadas al
hipotálamo. En el interior de las células que producen ADH no hay formaciones vacuolares
dotadas de esta propiedad. Las células de los núcleos supraóptico y paraventricular están así
continuamente al corriente de la osmolaridad, tanto de la sangre como de los líquidos
intracelulares. Obviamente, un exceso de sales respecto al agua provocara una disminución o
un bloqueo de la secreción de ADH en el torrente sanguíneo, mientras que un exceso de agua
estimulara su liberación. La respuesta es inmediata: desde la llegada de la información hasta la
respuesta del hipotálamo no transcurre apenas un minuto.
Existen otros medios de información para el hipotálamo: son los receptores de volumen. Para
que la circulación sanguina sea eficiente y, por consiguiente, la llegada de oxígeno y otras
sustancias nutritivas a los tejidos quede garantizada, es necesario que el volumen de la sangre
que circula sea, dentro de ciertos limites, constante. Los receptores de volumen sirven
precisamente para esto: son células localizadas en la aurícula izquierda del corazón, que
detectan el grado de distensión a que se ven sometidas. Cuanto mayor es el volumen de
sangre circulante, mayor es la afluencia de sangre a la aurícula y mas intensa la distensión de
los receptores de volumen. Informaciones de este tipo llegan al hipotálamo, el cual, cuando
disminuye el volumen sanguíneo, segrega ADH para retener agua a través del riñón y enviarla
a la sangre; si el volumen sanguíneo aumenta, bloquea la secreción de ADH hasta que no se
retorne a condiciones de normalidad.
Por ultimo, el tercer sistema de regulación es el sistema nervioso, que es capaz de actuar
directamente sobre el hipotálamo. Las emociones y el dolor físico aumentan la secreción de
ADH. El significado de este proceder es claro: en dichas circunstancias, la sudoración y el
aumento de la frecuencia respiratoria provocan una perdida de agua, que el organismo trata de
retener a través del riñón; por la misma razón, un aumento de la temperatura ambiental o un
esfuerzo muscular estimulan la secreción de ADH, mientras que el frío la bloquea.
La ADH no es la única hormona encargada del mantenimiento del equilibrio hidricosalino,
intervienen también la cortisona, la hormona tiroidea, la hormona somatrotropa y, sobre todo, la
aldosterona, secretada por las glándulas suprarrenales. Para la aldosterona, existe otra red de
información y de reguladores.

Hormonas de la Hipófisis Anterior.


Las hormonas secretadas por la adenohipófisis son seis: La hormona ACTH, TSH, FSH, LH,
LTH, STH.
Las primeras cinco hormona se llaman glandulotropas por su especial tipo de acción. No
actúan directamente sobre el organismo sino que estimulan a las glándulas endocrinas para
que produzcan y pongan en circulación sus hormonas.
Aquí radica la enorme importancia de la Hipófisis: regula el funcionamiento de las glándulas
endocrinas más importantes; un mal funcionamiento de la hipófisis conduce a un desequilibrio
grave y total de todo el sistema endocrino. De forma especial , la ACTH estimula el
funcionamiento de las cápsulas suprarrenales, la TH el de la tiroides, mientras que la FSH, la
LH y la LTH actúan regulando el funcionamiento de las glándulas sexuales. Solo la STH actúa
directamente sobre el organismo.

 Hormona adrenocorticotropa (ACTH):

Es una proteína secretada por las células acidófilas de la hipófisis y esta constituida por un
conjunto de aminoácidos en el cual hay un grupo de 24 que es la parte activa (realiza las
acciones biológicas de la hormona). De los demás algunos sirven para unir la hormona a las
proteínas de la sangre, otros unen la hormona a la glándula donde tiene que actuar.
La ACTH, favorece el trofismo, el crecimiento, el estado de actividad normal de las cápsulas
suprarrenales y provoca la formación y la liberación de una parte de sus hormonas.
Las suprarrenales forman varias hormonas de distinta acción como la cortisona (metabolismo
de los azúcares, actividad sexual tanto masculinizante como feminizante, en menor medida) y
la aldosterona (equilibrio de las sales y el agua).
La ACTH induce la liberación por parte de las cápsulas suprarrenales de los primeros grupos
de hormonas.
La ACTH posee otras acciones, aunque menos importantes: favorece la escincion de las
grasas y su liberación de los lugares de acumulación; favorece la coagulación sanguínea;
aumenta la formación de acetilcolina facilitando así las contracciones musculares; regula
además la formación por parte del riñón de un factor que actúa activando la eritropoyetina, que
estimula la medula ósea para que produzca glóbulos rojos; también posee una ligera acción
pigmentante sobre la piel.

 Hormona tireotropa (TSH):

Su acción especifica se ejerce sobre el tropismo de la tiroides, (favorece su desarrollo) y sobre


la formación y liberación de la hormona tiroidea (conjunto de sustancias de características y
acciones muy similares).
Cuando el organismo necesita de la hormona tiroidea, esta se escinde de la proteína a la que
esta ligada y se pone en circulación. La TSH actúa facilitando todos estos procesos, de forma
especial, la liberación en el torrente circulatorio de la hormona tiroidea. También actúa
inhibiendo, aunque no de forma absoluta, la coagulación de la sangre, acelera la erupción
dentaría e influye sobre el tejido conectivo ; induce una inhibición excesiva de la capa de grasa
retrotubular y causa la emergencia hacia fuera del globo ocular (exoftalmia).

 Hormona exoftalmizante:

Posee acciones sobre el tejido conjuntivo que habían sido atribuidas a la TSH. La hormona se
llamo por este motivo exoftalmizante (provocadora de exoftalmos).
La TSH posee el mismo tipo de acción, aunque en menor medida.

 Hormonas foliculoestimulante, luteoestimulante y luteotropa en la mujer:

La FSH, la LH y la LTH son hormonas que actúan sobre las gónadas (glándulas que
desempeñan la función sexual: los testículos en el hombre y los ovarios en la mujer). La acción
de estas hormonas consideradas por separado, no tiene ningún efecto útil sobre el
funcionamiento de las gónadas, solo la integración de todas ellas, y por consiguiente un
equilibrio adecuado de las distintas hormonas estimulantes, conduce a un funcionamiento
normal de las glándulas sexuales.
La vida sexual de la mujer se caracteriza por el ciclo menstrual, que dura 28 días, de los cuales
los primeros 14 se dedican a la formación del folículo en los ovarios; se trata de una vesícula
que sobresale de la superficie del ovario que contiene estrógenos (hormonas sexuales
femeninas) y el óvulo, la célula germinal femenina. Al décimo cuarto día se rompe el folículo, y
el óvulo emigra al útero, donde, si es fecundado por el espermatozoide (célula germinal
masculina), comenzara el proceso que conducirá a la formación de un nuevo individuo.
Mientras tanto, el folículo roto se transforma en cuerpo luteo, es decir en una nueva glándula
que segrega progesterona, la hormona que junto con los estrógenos prepara al útero para que
reciba al óvulo, en caso de que este sea fecundado. Si el óvulo no es fecundado, al día numero
28 se produce la menstruación y el cuerpo luteo se degenera hasta desaparecer. Si por el
contrario se produce la fecundación, el cuerpo luteo crece, aumenta la cantidad de
progesterona secretada por el y la vida de la nueva glándula dura hasta el final del embarazo.
La FSH, o gonadotropina folicular, interviene en la primera fase del proceso, estimulando la
formación del folículo, y mantiene su intervención, aunque de forma reducida, en la segunda
mitad del ciclo; además esta hormona favorece el tropismo del ovario.
La LH, o gonadotropina luteoformadora, interviene en un segundo tiempo y solo cuando la FSH
ha actuado y continua actuando. La LH induce la formación y la secreción de estrógenos por
parte del ovario y provoca la rotura del folículo, con la consecuente liberación del óvulo;
estimula, además, la transformación del folículo en el cuerpo luteo.
Llegados a este punto es necesaria la presencia de la tercera hormona, la luteotropa (LTH o
gonadotropina luteosecretora), que estimula la secreción de progesterona por el cuerpo luteo
recién formado.
No solo son necesarias todas ellas para que se complete el ciclo menstrual sino que cada una
de ellas no actúa si no se encuentran en circulación al mismo tiempo las otras.
La LTH tiene otro efecto sobre la mujer, la prolactina: durante el puerperio, estimula la mama
para la secreción de leche, su acción es solo eficaz si actúan las tres hormonas.
 Hormonas foliculoestimulante, luteoestimulante y luteotropa en el hombre:

La FSH estimula las células germinales de los tubulos seminiferos que constituyen buenas
partes de los testículos, para que produzcan espermatozoides. El proceso de formación de
estos no puede completarse sino interviene la LTH. Esta actúa sobre las denominadas células
"intersticiales" del testículo; estas células se localizan entre los tubulos seminiferos y se
encargan de la formación y secreción de testosterona ( hormona sexual masculina).
Sistemas Reguladores.
Se ha dicho que las hormonas glandotropas, secretadas por la hipófisis estimulan el
funcionamiento de las glándulas blanco correspondiente: sabemos que la ACTH estimula las
cápsulas suprarrenales y en especial la secreción de cortisona por parte de estas; es
precisamente la cantidad de cortisona presente en la sangre lo que regula la cantidad de ACTH
secretada por la hipófisis; esta libera ACTH en proporción inversa a la tasa de cortisona en
circulación (si hay mucha cortisona en la sangre la hipófisis bloquea la secreción de ACTH,
mientras que si la cantidad de cortisona presente en la sangre baja, la hipófisis libera ACTH,
estimulando las cápsulas suprarrenales para que acelere su ritmo de trabajo). Este mecanismo
se denomina retroalimentacion e indica cualquier mecanismo que, introducido en un sistema es
capaz de regular su actividad, otorgando al mismo sistema la capacidad de autorregularse.
Sin embargo si se someten a un examen cuidadoso los diversos fenómenos de tipo endocrino
que se llevan a cabo en el organismo, se llega a la conclusión de que este mecanismo no basta
por si solo para explicarlos.
En el hipotálamo una formación nerviosa situada sobre la hipófisis, con la que se halla
íntimamente comunicado y que a su vez esta conectada con las demás parte del cerebro,
existen grupos de células nerviosas que segregan sustancias de acción especifica sobre la
hipófisis: los factores liberadores (releasing factors).
Cada una de las hormonas glandulotropas esta bajo el control liberador que, al llegar a la
hipófisis desde el hipotálamo estimula su liberación en la sangre. Los factores liberadores
constituyen el punto de conexión entre el sistema nervioso y el endocrino. Este hecho ha
quedado completamente aclarado en lo que se refiere a la ASTH cuyo factor liberador se
denomina CRF, y para la tireotropa TRF.
Para las hormonas gonadotropas: su factor liberador no ha sido descubierto, en cualquier caso
parece que existe un factor liberador para la hormona folículo estimulante (FSHRF) y para la
luteoestimulante (LRH), mientras que el hipotálamo segrega un factor inhibidor con la secreción
de la hormona luteotropa o prolactina (PIF).
Para terminar, parece desprenderse que la melatolina forma una hormona secretada por la
epífisis (en el interior del cráneo) que tiene también una acción inhibidora sobre la secreción de
las gonadotropinas y se cree que el ritmo de secreción de la melatolina esta regulado por la
cantidad de luz presente en el medio en el que vive el individuo. En la oscuridad la secreción de
la melatolina aumenta y la actividad de las glándulas sexuales disminuye; en presencia de luz
la secreción de melatolina disminuye y las glándulas sexuales son estimuladas en mayor
medida.

Hormona Somatotropa
La STH es una hormona hipofisiaria que se diferencia en forma clara de todas la restantes; su
acción se desarrolla directamente sobre los tejidos del organismo y no a través de la mediación
de otras glándulas, como sucede en las otras hormonas.
Se denomina también "hormona de crecimiento" ya que induce y regula el crecimiento corporal.
Se trata de una proteína constituida por una serie compleja de aminoácidos, que actúan sobre
todo los tejidos del organismo estimulando su desarrollo. Es la hormona mas importante en la
fase inicial de cualquier individuo.
La acción de la somatotropa no se limita al periodo de crecimiento. Las estructuras que lo
constituyen a nivel molecular, se gastan, se transforman continuamente y debe producirse sin
cesar nuevo material orgánico. Además del agua y las sales, las sustancias básicas de las que
se compone el organismo son los azucares, las grasas y las proteínas. La STH debe actuar
sobre estos compuestos.
El constituyente estructural fundamental del organismo lo constituyen las proteínas; los
azucares y las grasas sirven para proporcionar energía. La STH, para inducir el crecimiento
corporal y estimular al organismo a fabricar las estructuras moleculares de recambio para la
sustitución de las que se han gastado debe orientar el metabolismo corporal hacia la síntesis
de las nuevas proteínas, en especial del nucleoproteínas, sustancia que son esenciales para la
vida de la célula (es más importante en la etapa de crecimiento). Si tratamos de comprobar
cuales son las acciones metabólicas de las hormonas veremos que ellas corresponden
perfectamente a todas estas necesidades teóricas.
La STH favorece la entrada de los aminoácidos en la célula, primer paso fundamental para la
constitución de las proteínas. Las hormonas sexuales, pero sobre todo los andrógenos
(masculinos), favorecen la incorporación de estos a las proteínas. A nivel de los azúcares, la
STH se opone a la acción de la insulina, favoreciendo la transformación realizada precisamente
por la insulina de los azúcares en aminoácidos; se produce así nuevo material para la síntesis
de la proteína.
Con referencia a las grasas la STH estimula su catabolismo; proporciona así a las cadenas
enzimáticas celulares, encargadas del montaje de las proteínas, un material que ellas pueden
aprovechar.
Además la STH actúa también sobre los minerales que son constituyentes fundamentales del
protoplasma celular, en especial sobre el sodio, el potasio y el calcio, favoreciendo su retención
(el calcio solo durante el periodo de crecimiento óseo).
Teniendo en cuenta las acciones que la STH lleva a cabo en el organismo, se pueden deducir
la consecuencias que derivan de una secreción de esta hormona en defecto o en exceso. En el
primer caso se produce el enanismo y en el segundo el gigantismo, que también aparece
durante la infancia y sobre todo durante la adolescencia, siempre antes de la pubertad.
La razón es sencilla : la diferencia de estatura se debe principalmente a un desarrollo diferente
del sistema óseo y en particular de los huesos largos (esqueleto de los miembros) . Estos están
constituido por la diáfesis, que es el cuerpo del hueso, y la epífisis, las dos cabezas. Entre la
diáfesis y cada una de las dos epífisis, durante el periodo de crecimiento, existen dos capas
delgadas de cartílagos, el cual da origen a la formación de nuevo tejido óseo que,
superponiéndose a la ya existente, que constituye la diáfesis provoca un alargamiento del
hueso.
Gigantismo
La STH regula la función de los cartílagos de crecimiento: si aumenta, estos aceleran su ritmo
de trabajo y aparece el gigantismo.
Se habla del gigantismo cuando la estructura de los hombres sobrepasa el metro noventa y
cinco, en la mujer el metro ochenta y cinco.
El gigantismo hipofisario es una flexión muy rara: sobre 3190 endocrinopatías infantiles
observada por Wilkins, noto solo dos casos de gigantismo.
Según la edad de desarrollo del hipersomatotropismo, puede observarse un gigantismo puro
armónico cuando la enfermedad empieza en la infancia, y una giganto-acromegalia cuando se
manifiesta en la adolescencia. El tratamiento, dependiente de la existencia o no de un tumor
hipofisario , deberá ser quirúrgico u hormonal, con el objeto de bloquear la hipófisis
hiperfuncionante en ese sector.

Acromegalia
Cuando los cartílagos de crecimiento desaparecen los huesos largos no pueden seguir
creciendo en longitud; por consiguiente, si la producción excesiva de STH se realiza cuando ha
terminado el desarrollo óseo, el individuo no padecerá ya un gigantismo sino de Acromegalia.
Aquí, los huesos largos crecen solo en anchura, pero no se alargan, por lo que la estatura del
individuo permanece invariable. Se produce, no obstante, un desarrollo excesivo, sobre todo
donde todavía existen cartílagos, en especial en el rostro; las arcadas orbitarias y sigomáticas
sobresalen; la nariz se hace gruesa y la mandíbula prominente. Todos los órganos aumentan
de volumen: la lengua se engrosa hasta el punto de que, en los casos mas graves no permite
cerrar la boca, las manos y los pies no se alargan pero se hacen mas gruesos; las cuerdas
vocales que están constituidas por cartílagos se hacen mas gruesas, provocando un cambio en
la voz, que se hace profunda y masculina, incluso en las mujeres; la piel es pastosa, gruesa,
rugosa y aumenta la cantidad de bello corporal. Si se estudia el metabolismo de estos sujetos,
se ponen en evidencia los signos típicos del trabajo que esta realizando la STH: aumenta los
azucares en la sangre (dado que como sabemos, queda obstaculizada su utilización por parte
de las células), mientras que es posible observar una eliminación reducida de la sustancia
proteicas, que son utilizadas desmedidamente. Las grasas, escindidas y movilizadas de los
lugares de almacenamiento, están presentes en la sangre en cantidad ligeramente superior a la
normal.
Otras interferencias debido al desequilibrio de las hormonas, tienen efectos en el
comportamiento sexual (desaparición del apetito sexual).
La funcionalidad reducida de la hipófisis
La funcionalidad reducida de la hipófisis se denomina hipopituarismo. La hipófisis, a través de
diversas hormonas secretadas por ella, controla el funcionamiento de las glándulas endocrinas
mas importantes : tiroides, las cápsulas suprarrenales, las glándulas sexuales y además el
crecimiento corporal ; queda claro, entonces, que una reducción de las capacidades de la
hipófisis se manifestará con síntomas que derivan de una carencia de las hormonas secretadas
que esta suele estimular. Si esto sucede en el niño, en el que es muy importante la presencia
de la hormona somatotropa del crecimiento, se producirá el denominado "enanismo
hipofisario". Por esto se entiende un síndrome clínico caracterizado por la detención del
crecimiento debido a una reducida secreción de la hormona somatotropa hipofisiaria. Por lo
general los enanos hipofisarios miden menos de 1.50mts, presentan un desarrollo sexual
reducido, con infantilismo en los genitales y ausencia de caracteres sexuales secundarios. La
inteligencia es normal. El tratamiento medico se basa en dosis altas de hormona somatotropa.
La capacidad secretora reducida de la hipófisis puede limitarse a una sola de las hormonas sin
afectar a la glándula en su conjunto, pero cuando se produce un "hipopituarismo total", los
síntomas se encuadran en un conjunto característico que recibe el nombre de enfermedad de
Simmonds. Se trata de un decaimiento progresivo de todo el organismo, el enfermo adelgaza
de forma rápida y progresiva, tanto el tejido adiposo como los músculos sufren una atrofia
progresiva para llegar a desaparecer casi por completo en las fases mas avanzadas. Los
órganos internos (corazón e hígado) disminuyen su volumen. Este estado de deterioro
gravisimo (llamado caquexia hipofisiaria) esta inducido por la falta de la hormona somatotropa,
que controla el mantenimiento del estado de nutrición del organismo y estimula la formación de
células que sustituyen a las que se destruyen por vejez u otros motivos.
El defecto metabólico de fondo, es una reducción en la formación de proteínas. Otro fenómeno
responsable en parte de esta caquexia es la falta de apetito, asociada a una digestión difícil y,
por tanto, a una absorción reducida de los alimentos a causa de la ausencia o secreción
deficitaria de HCl por parte de la mucosa gástrica.
Causas
El hipopituarismo puede ser causado por una destrucción de la glándula o por una alteración
orgánica de la misma.
Hay un caso de alteración orgánica de la hipófisis que es considerado como una enfermedad
independiente llamada necrosis hipofisaria pospartum o enfermedad de Sheehan.
Existe, por ultimo, un hipopituarismo funcional, ello significa que la hipófisis no esta afectada
por ninguna enfermedad especifica, la escasa producción de las hormonas se debe a causas
extrahipofisarias que disminuyen su funcionalidad. Puede tratarse de una enfermedad
metabólica que causa la desnutrición de la hipófisis ; puede ser una lesión hipotalámica capaz
de inducir una secreción escasa de los llamados "releasing factors" ; o sino de un defecto o un
exceso de funcionamiento de una glándula endocrina satélite (tiroides, cápsulas suprarrenales
o gónadas). Un trabajo excesivo por parte de estas puede conducir a un reposo de la hipófisis
que deja de estimular a la glándula hiperfuncionante y a todas las demás.
También pude producirse el mecanismo inverso, si una glándula satélite trabaja poco, la
hipófisis acentúa su actividad estimulante sobre ella y puede pasar que este esfuerzo
hipofisario llegue a agotar la capacidad funcional de la glándula.

Trabajo realizado por:


Horacio Schlapffer
Leonardo Moreno
Esteban Cimolai
Gustavo Molini
Pablo Agüero
Martín Rapi
Daniel Vera
La Endocrinología es la especialidad médica que estudia
las glándulas que producen las hormonas; es decir, las
glándulas de secreción interna o glándulas endocrinas.
Estudia los efectos normales de sus secreciones, y los
trastornos derivados del mal funcionamiento de las
mismas. Las glándulas endocrinas más importantes son:

 la hipófisis
 la glándula tiroides
 las paratiroides
 el páncreas
 las suprarrenales
 los ovarios
 los testículos

El Sistema Endocrino es el conjunto de órganos y tejidos del organismo que


liberan un tipo de sustancias llamado hormonas. Los órganos endocrinos
también se denominan glándulas sin conducto o glándulas endocrinas, debido
a que sus secreciones se liberan directamente en el torrente sanguíneo,
mientras que las glándulas exocrinas liberan sus secreciones sobre la
superficie interna o externa de los tejidos cutáneos, la mucosa del
estómago o el revestimiento de los conductos pancreáticos. Las hormonas
secretadas por las glándulas endocrinas regulan el crecimiento, desarrollo y
las funciones de muchos tejidos, y coordinan los procesos metabólicos del
organismo.
Los tejidos que producen hormonas se pueden clasificar en tres grupos:
glándulas endocrinas, cuya función es la producción exclusiva de hormonas;
glándulas endo-exocrinas, que producen también otro tipo de secreciones
además de hormonas; y ciertos tejidos no glandulares, como el tejido
nervioso del sistema nervioso autónomo, que produce sustancias parecidas a
las hormonas.
Hipófisis
La hipófisis, está formada por tres lóbulos: el anterior, el intermedio,
que en los primates sólo existe durante un corto periodo de la vida, y el
posterior. Se localiza en la base del cerebro y se ha denominado la
"glándula principal". Los lóbulos anterior y posterior de la hipófisis
segregan hormonas diferentes.
El lóbulos anterior de la hipófisis libera varias hormonas que estimulan la
función de otras glándulas endocrinas, por ejemplo, la adrenocorticotropina,
hormona adrenocorticotropa o ACTH, que estimula la corteza suprarrenal;
la hormona estimulante de la glándula tiroides o tirotropina (TSH) que
controla el tiroides; la hormona estimulante de los folículos o
foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH), que estimulan las
glándulas sexuales; y la prolactina, que, al igual que otras hormonas
especiales, influye en la producción de leche por las glándulas mamarias. La
hipófisis anterior es fuente de producción de la hormona del crecimiento o
somatotropina, que favorece el desarrollo de los tejidos del organismo, en
particular la matriz ósea y el músculo, e influye sobre el metabolismo de los
hidratos de carbono. La hipófisis anterior también secreta una hormona
denominada estimuladora de los melanocitos, que estimula la síntesis de
melanina en las células pigmentadas o melanocitos. En la década de 1970, los
científicos observaron que la hipófisis anterior también producía sustancias
llamadas endorfinas, que son péptidos que actúan sobre el sistema nervioso
central y periférico para reducir la sensibilidad al dolor.
El hipotálamo, porción del cerebro de donde deriva la hipófisis,
secreta una hormona antidiurética (que controla la excreción
de agua) denominada vasopresina, que circula y se almacena en
el lóbulo posterior de la hipófisis. La vasopresina controla la
cantidad de agua excretada por los riñones e incrementa la
presión sanguínea. El lóbulo posterior de la hipófisis también
almacena una hormona fabricada por el hipotálamo llamada
oxitocina. Esta hormona estimula las contracciones musculares,
en especial del útero, y la excreción de leche por las glándulas
mamarias.
La secreción de tres de las hormonas de la hipófisis anterior está sujeta a
control hipotalámico por los factores liberadores: la secreción de
tirotropina está estimulada por el factor liberador de tirotropina (TRF), y
la de hormona luteinizante, por la hormona liberadora de hormona
luteinizante (LHRH). La dopamina elaborada por el hipotálamo suele
inhibir la liberación de prolactina por la hipófisis anterior. Además, la
liberación de la hormona de crecimiento se inhibe por la somatostatina,
sintetizada también en el páncreas. Esto significa que el cerebro
también funciona como una glándula.

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