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La corteza es una fina lámina de neuronas interconectadas que forman una capa
de unos milímetros de grosor y que recubre la superficie irregular de los
hemisferios cerebrales. La superficie de cada hemisferio presenta un conjunto de
prominencias y surcos (o cisuras) que proporcionan a la corteza una apariencia
plegada, de tal forma que sólo un tercio de esta queda expuesta a la superficie.
Tres de estas cisuras sirven para delimitar ciertas áreas del cerebro. Son: 1) surco
central o cisura de Rolando, 2) surco lateral o cisura de Silvio, y 3) surco
parietooccipital. Las eminencias situadas entre los surcos reciben el nombre de
circunvoluciones o pliegues. La circunvolución central anterior se sitúa por delante
del surco central, y la circunvolución central posterior se coloca inmediatamente
detrás del surco central.
Cada hemisferio se divide en cuatro grandes lóbulos: frontal, parietal, temporal y
occipital. En general, los lóbulos se sitúan debajo de los huesos que llevan el mismo
nombre. Así, el lóbulo frontal descansa en las profundidades del hueso frontal, el
lóbulo parietal debajo del hueso parietal, el lóbulo temporal debajo del hueso
temporal y el lóbulo occipital debajo de la región correspondiente a la protuberancia
del occipital.
El cerebro es el órgano más característico del ser humano, aunque pocas veces
nos paramos a pensar en la importancia que tiene dentro de la regulación de
nuestras actividades cotidianas.
El cerebro contiene varios billones de células, de las que unos 100.000 millones
de neuronas y posee casi 100 trillones de interconexiones en serie y en paralelo
que proporcionan la base física que permite el funcionamiento cerebral. Gracias a
los circuitos formados por las células nerviosas o neuronas, es capaz de procesar
información sensorial procedente del mundo exterior y del propio cuerpo. El cerebro
desempeña funciones sensoriales, funciones motoras y funciones de integración
menos definidas asociadas con diversas actividades mentales. Algunos procesos
que están controlados por el cerebro son la memoria, el lenguaje, la escritura y la
respuesta emocional.
El funcionamiento del cerebro se basa en el concepto de que la neurona es una
unidad anatómica y funcional independiente, integrada por un cuerpo celular del
que salen numerosas ramificaciones llamadas dendritas, capaces de recibir
información procedente de otras células nerviosas, y de una prolongación principal,
el axón, que conduce la información hacia las otras neuronas en forma de corriente
eléctrica. Pero las neuronas no se conectan entre sí por una red continua formada
por sus prolongaciones, sino que lo hacen por contactos separados por unos
estrechos espacios denominados sinapsis. La transmisión de las señales a través de
las sinapsis se realiza mediante unas sustancias químicas conocidas como
neurotransmisores, de los cuales hoy se conocen más de veinte clases diferentes.
Sistema límbico
Las amígdalas forman parte del sistema endocrino, el cual está formado por un
conjunto de glándulas (tiroides, paratiroides, amígdalas, hipófisis, epífisis y
glándula suprarenal) que sintetizan hormonas y las liberan al torrente sanguíneo.
Hoy en día se sabe que el hipotálamo es el responsable del control de la secreción
hormonal, y a su vez las hormonas afectan el funcionamiento del sistema nervioso,
por este motivo al conjunto de los dos sistemas se les denomina sistema
neuroendocrino.
Las glándulas endocrinas controlan una gran cantidad de funciones fisiológicas del
organismo como el metabolismo, la homeostasis, el crecimiento, la reproducción, el
dolor, etc., pero también están involucradas en la conducta humana,
concretamente en las emociones, la memoria, el aprendizaje o incluso en las
patologías como la depresión, la ansiedad o la anorexia nerviosa.
Cerebelo
El cerebelo es, después del cerebro, la porción más grande del encéfalo. Ocupa la
fosa craneal posterior y se localiza debajo de los lóbulos occipitales del cerebro, del
que está separado por una estructura denominada tienda del cerebelo. Consta de
dos hemisferios cerebelosos y una parte intermedia denominada vermis. Se une al
tallo cerebral mediante tres pares de pedúnculos cerebelosos; estos pedúnculos son
haces de fibras que entran y salen del cerebelo, en cuya superficie aparecen
numerosos surcos superficiales próximos unos a otros.
Un corte sagital del cerebelo muestra que en el exterior del cerebelo (en la
corteza cerebelosa) se encuentra la substancia gris, y en el interior la substancia
blanca. En la parte más profunda del cerebelo se encuentran los núcleos dentados.
El cuarto ventrículo ocupa una localización inmediatamente anterior al cerebelo.
Aspecto microscópico
Diencéfalo
Hipocampo
La formación hipocampal está situada en la superficie media de del lóbulo
temporal. Le llega información del córtex, y a su vez envía señales neuronales al
hipotálamo y el área septal a través del fórnix.
Hipófisis
La hipófisis está situada en la base del encéfalo, unida al hipotálamo y forma
parte del sistema neuroendocrino el cual está formado por un conjunto de
glándulas (tiroides, paratiroides, amígdalas, hipófisis, epífisis y glándula suprarenal)
que sintetizan hormonas y las liberan al torrente sanguíneo.
Medula espinal
La medula espinal es una masa cilíndrica de tejido nervioso que se extiende en
dirección caudal a partir del bulbo raquídeo. La medula de un adulto mide
aproximadamente 45 cm de longitud y ocupa los dos tercios superiores del
conducto raquídeo. Durante las primeras etapas del desarrollo la medula espinal
ocupa la casi totalidad del conducto raquídeo, pero el crecimiento rápido que
experimenta en seguida la columna vertebral da lugar a la disposición que presenta
el adulto. La terminación inferior de la medula recibe el nombre de cono terminal.
Estructura
La medula espinal está constituida por substancia gris y substancia blanca que
adoptan una distribución bastante regular. La substancia blanca ocupa la parte
externa que rodea la substancia gris, y se compone de fibras ascendentes y
descendentes sostenidas por la neuroglia. Al examinar un corte transversal de la
medula puede observarse que la substancia gris presenta una disposición en forma
de H. La parte horizontal de esta H se denomina comisura gris, y cada una de las
puntas recibe el nombre de asta. En consecuencia, existen dos astas ventrales o
anteriores y dos astas dorsales o posteriores.
Función
Tronco encefálico
El tronco encefálico está constituido por el mesencéfalo, la protuberancia y el
bulbo raquídeo. Todos estos centros nerviosos poseen una estructura similar:
substancia blanca en la parte externa con islotes de substancia gris esparcidos por
toda su superficie. La substancia blanca está compuesta por fibras nerviosas que
van y vienen del cerebro. El núcleo rojo del mesencéfalo es una de las masas de
substancia gris más prominentes. Además de estas zonas más bien discretas de
substancia gris y blanca, el tallo cerebral contiene una mezcla de ambas que recibe
el nombre de formación reticular.
Función
La formación reticular ejerce dos efectos contrarios sobre la actividad motora. Por
un lado facilita o estimula tal actividad, y por el otro la deprime. Estudios llevados a
cabo en el laboratorio muestran que la formación reticular del tallo cerebral y
estructuras adyacentes cerebrales (hipotálamo) son necesarias para el inicio y
mantenimiento del estado de vigilia y conciencia.
Ventrículos
Los ventrículos cerebrales están compuestos por varias partes: los ventrículos
laterales, el tercer ventrículo y el cuarto ventrículo. El líquido cefalorraquídeo se
encuentra en el interior de este sistema ventricular.
Corteza somatosensorial
Las áreas del lenguaje, o áreas de Broca, se localizan en el lóbulo frontal. En una
persona diestra las áreas del lenguaje están mejor desarrolladas en la corteza
cerebral izquierda. En un zurdo están más desarrolladas las áreas del lenguaje
derechas.
Cortes transversales
Cortes frontales
Orígenes aparentes:
SUSTANCIA GRIS
Hemos preferido utilizar una distribución de los pares no por número sino por la
función. Así, pues, empezamos con los nervios somáticos (III, IV, VI y XII)
tratados conjuntamente. Después estudiaremos aisladamente cada uno de los
pares viscerales (V, VII, IX, X y XI). Finalmente trataremos los especializados,
el VIII. El I par craneal (fascículo óptico) ya se estudió en las vias ópticas y por
tanto no lo estudiaremos aquí y el II par craneal (nervio olfatorio) ya se estudió
en el rinencéfalo.
HEMISFERIOS CEREBRALES
Los hemisferios cerebrales forman la mayor parte del encéfalo y están separados por
una misma cisura sagital profunda en la línea media: la cisura longitudinal del cerebro.
La cisura contiene un pliegue de la duramadre y las arterias cerebrales anteriores. En la
profundidad de la cisura, una gran comisura: el cuerpo calloso, conecta los dos
hemisferios a través de la línea media.
La sustancia blanca situada por debajo de la corteza está formada por axones
mielinizados que se extienden en tres direcciones principales:
El Sistema Endocrino
La Glándula Hipófisis
Glándula Hipófisis
La Hipófisis tal vez sea la glándula endocrina más importante: regula la mayor parte de los
procesos biológicos del organismo, es el centro alrededor del cual gira buena parte del
metabolismo a pesar de que no es mas que un pequeño órgano que pesa poco más de medio
gramo.
Situación y estructura.
La Hipófisis esta situada sobre la base del cráneo. En el esfenoides, existe una pequeña
cavidad denominada "silla turca" en la que se encuentra la hipófisis. La silla esta constituida por
un fondo y dos vertientes: una anterior y una posterior. Por su parte lateral y superior no hay
paredes óseas; la duramadre se encarga de cerrar el habitáculo de la hipófisis: la envuelve
completamente por el interior a la silla turca y forma una especie de saquito, abierto por arriba,
en el que esta contenida la hipófisis.
Esta constituida por dos partes completamente distintas una de otra: el lóbulo anterior y el
lóbulo posterior. Entre ambos existe otro lóbulo pequeño, el intermedio. El lóbulo posterior es
más chico que el anterior y se continúa hacia arriba para formar el infundíbulo, la parte del
pedúnculo hipofisario que esta en comunicación directa con el hipotálamo. Este esta constituido
por células nerviosas. El infundíbulo a su vez esta constituido por las prolongaciones de las
células nerviosas que constituyen algunos de los núcleos hipotalámicos. El infundíbulo
desciende del hipotálamo a la hipófisis.
El lóbulo posterior esta formado por tejido nervioso que se denomina neurohipófisis. Durante la
vida intrauterina, del suelo del tercer ventrículo desciende una porción que formara el lóbulo
posterior de la hipófisis. El lóbulo anterior es de origen epitelial, es independiente del sistema
nervioso y tiene una estructura típicamente glandular y se denomina adenohipófisis (hipófisis
glandular).
El lóbulo anterior se continua también hacia arriba en su parte denominada "infundibular" -que
envuelve por su parte anterior y por los lados al infundíbulo, constituyendo el pedúnculo
hipofisario.
El lóbulo anterior esta conectado con el resto solo a través de la circulación sanguínea.
El sistema portal, con las redes de capilares , tiene una importancia capital en la fisiología de la
hipófisis, ya que es el puente de unión entre el hipotálamo y la hipófisis, y a través de este los
"releasing factors" producidos por los núcleos hipotalámicos, llegan a la hipófisis estimulándola
para que segregue hormonas.
La sangre venosa que procede de la hipófisis se vierte, a través del seno coronario, en los
senos cavernosos vecinos.
La hipófisis anterior esta constituida por células de sostén, que no segregan. Las células
formadoras de las hormonas son hipotalámicas.
Al parecer las células alfa y épsilon producen la hormona somatotropa (STH), que mantiene en
actividad el cuerpo luteo y estimula la producción de leche en la mujer; hormona
adrenocorticotropa (ACTH), que estimula el funcionamiento de la glándula suprarrenal.
Las células beta producirían la hormona tireotropa (TSH) que regula el funcionamiento de la
tiroides; la hormona foliculoestimulante (FSH), que induce en la mujer la maduración de los
folículos en los que liberara el óvulo , la célula germinal femenina, y en el hombre la producción
de espermatozoides; por ultimo, la hormona exoftalmizante (EPH) que induce un aumento de la
grasa retrobulbar del ojo.
Las células delta producirían la hormona luteoestimulante (LH) que induce la formación del
cuerpo luteo en la mujer y estimula la producción de testosterona en el hombre (la principal
hormona masculina).
El lóbulo intermedio, localizado entre la Hipófisis anterior y la posterior, produce una sola
hormona: la intermedia. Esta hormona de escasa importancia actúa acentuando la
pigmentación de la piel.
Oxitocina:
Adiuretina:
Es de importancia secundaria, actúa sobre la regulación del tono arterial, es decir, sobre el
mantenimiento de la presión a niveles suficientemente elevados.
Pero su acción mas importante es sin duda, la disminución de la eliminación de agua con la
orina. La ADH determinaría un "enrarecimiento" de la materia conjuntiva que esta entre célula y
célula, dando al agua la posibilidad de filtrarse a través de ella y de escapar así de su
eliminación en la orina. La ADH induciría el efecto del enrarecimiento de la sustancia
intercelular, que cementa las células de los túbulos dístales y colectores mediante la activación
de la hialuronidasa.
Sistemas reguladores.
La ADH como todas las demás hormonas, no es secretada en cantidad constante e invariable,
sino que se sincroniza continuamente con las necesidades del organismo. Son muchas las vías
a través de las cuales reciben la información del hipotálamo y la hipófisis sobre las necesidades
de su intervención por parte del organismo. Evidentemente en líneas generales, se necesitara
ADH cuando el agua contenida en el organismo tienda a escasear. Dado que en el agua se
hallan disueltas algunas sales, un aumento de estas últimas indicará, en proporción, una
disminución de agua y viceversa. Existen, en la pared de las carótidas, células
(osmorreceptores) que son capaces de advertir variaciones mínimas de la osmoralidad
(relación agua-sales) de la sangre y de transmitir inmediatamente las noticias captadas al
hipotálamo. En el interior de las células que producen ADH no hay formaciones vacuolares
dotadas de esta propiedad. Las células de los núcleos supraóptico y paraventricular están así
continuamente al corriente de la osmolaridad, tanto de la sangre como de los líquidos
intracelulares. Obviamente, un exceso de sales respecto al agua provocara una disminución o
un bloqueo de la secreción de ADH en el torrente sanguíneo, mientras que un exceso de agua
estimulara su liberación. La respuesta es inmediata: desde la llegada de la información hasta la
respuesta del hipotálamo no transcurre apenas un minuto.
Existen otros medios de información para el hipotálamo: son los receptores de volumen. Para
que la circulación sanguina sea eficiente y, por consiguiente, la llegada de oxígeno y otras
sustancias nutritivas a los tejidos quede garantizada, es necesario que el volumen de la sangre
que circula sea, dentro de ciertos limites, constante. Los receptores de volumen sirven
precisamente para esto: son células localizadas en la aurícula izquierda del corazón, que
detectan el grado de distensión a que se ven sometidas. Cuanto mayor es el volumen de
sangre circulante, mayor es la afluencia de sangre a la aurícula y mas intensa la distensión de
los receptores de volumen. Informaciones de este tipo llegan al hipotálamo, el cual, cuando
disminuye el volumen sanguíneo, segrega ADH para retener agua a través del riñón y enviarla
a la sangre; si el volumen sanguíneo aumenta, bloquea la secreción de ADH hasta que no se
retorne a condiciones de normalidad.
Por ultimo, el tercer sistema de regulación es el sistema nervioso, que es capaz de actuar
directamente sobre el hipotálamo. Las emociones y el dolor físico aumentan la secreción de
ADH. El significado de este proceder es claro: en dichas circunstancias, la sudoración y el
aumento de la frecuencia respiratoria provocan una perdida de agua, que el organismo trata de
retener a través del riñón; por la misma razón, un aumento de la temperatura ambiental o un
esfuerzo muscular estimulan la secreción de ADH, mientras que el frío la bloquea.
La ADH no es la única hormona encargada del mantenimiento del equilibrio hidricosalino,
intervienen también la cortisona, la hormona tiroidea, la hormona somatrotropa y, sobre todo, la
aldosterona, secretada por las glándulas suprarrenales. Para la aldosterona, existe otra red de
información y de reguladores.
Es una proteína secretada por las células acidófilas de la hipófisis y esta constituida por un
conjunto de aminoácidos en el cual hay un grupo de 24 que es la parte activa (realiza las
acciones biológicas de la hormona). De los demás algunos sirven para unir la hormona a las
proteínas de la sangre, otros unen la hormona a la glándula donde tiene que actuar.
La ACTH, favorece el trofismo, el crecimiento, el estado de actividad normal de las cápsulas
suprarrenales y provoca la formación y la liberación de una parte de sus hormonas.
Las suprarrenales forman varias hormonas de distinta acción como la cortisona (metabolismo
de los azúcares, actividad sexual tanto masculinizante como feminizante, en menor medida) y
la aldosterona (equilibrio de las sales y el agua).
La ACTH induce la liberación por parte de las cápsulas suprarrenales de los primeros grupos
de hormonas.
La ACTH posee otras acciones, aunque menos importantes: favorece la escincion de las
grasas y su liberación de los lugares de acumulación; favorece la coagulación sanguínea;
aumenta la formación de acetilcolina facilitando así las contracciones musculares; regula
además la formación por parte del riñón de un factor que actúa activando la eritropoyetina, que
estimula la medula ósea para que produzca glóbulos rojos; también posee una ligera acción
pigmentante sobre la piel.
Hormona exoftalmizante:
Posee acciones sobre el tejido conjuntivo que habían sido atribuidas a la TSH. La hormona se
llamo por este motivo exoftalmizante (provocadora de exoftalmos).
La TSH posee el mismo tipo de acción, aunque en menor medida.
La FSH, la LH y la LTH son hormonas que actúan sobre las gónadas (glándulas que
desempeñan la función sexual: los testículos en el hombre y los ovarios en la mujer). La acción
de estas hormonas consideradas por separado, no tiene ningún efecto útil sobre el
funcionamiento de las gónadas, solo la integración de todas ellas, y por consiguiente un
equilibrio adecuado de las distintas hormonas estimulantes, conduce a un funcionamiento
normal de las glándulas sexuales.
La vida sexual de la mujer se caracteriza por el ciclo menstrual, que dura 28 días, de los cuales
los primeros 14 se dedican a la formación del folículo en los ovarios; se trata de una vesícula
que sobresale de la superficie del ovario que contiene estrógenos (hormonas sexuales
femeninas) y el óvulo, la célula germinal femenina. Al décimo cuarto día se rompe el folículo, y
el óvulo emigra al útero, donde, si es fecundado por el espermatozoide (célula germinal
masculina), comenzara el proceso que conducirá a la formación de un nuevo individuo.
Mientras tanto, el folículo roto se transforma en cuerpo luteo, es decir en una nueva glándula
que segrega progesterona, la hormona que junto con los estrógenos prepara al útero para que
reciba al óvulo, en caso de que este sea fecundado. Si el óvulo no es fecundado, al día numero
28 se produce la menstruación y el cuerpo luteo se degenera hasta desaparecer. Si por el
contrario se produce la fecundación, el cuerpo luteo crece, aumenta la cantidad de
progesterona secretada por el y la vida de la nueva glándula dura hasta el final del embarazo.
La FSH, o gonadotropina folicular, interviene en la primera fase del proceso, estimulando la
formación del folículo, y mantiene su intervención, aunque de forma reducida, en la segunda
mitad del ciclo; además esta hormona favorece el tropismo del ovario.
La LH, o gonadotropina luteoformadora, interviene en un segundo tiempo y solo cuando la FSH
ha actuado y continua actuando. La LH induce la formación y la secreción de estrógenos por
parte del ovario y provoca la rotura del folículo, con la consecuente liberación del óvulo;
estimula, además, la transformación del folículo en el cuerpo luteo.
Llegados a este punto es necesaria la presencia de la tercera hormona, la luteotropa (LTH o
gonadotropina luteosecretora), que estimula la secreción de progesterona por el cuerpo luteo
recién formado.
No solo son necesarias todas ellas para que se complete el ciclo menstrual sino que cada una
de ellas no actúa si no se encuentran en circulación al mismo tiempo las otras.
La LTH tiene otro efecto sobre la mujer, la prolactina: durante el puerperio, estimula la mama
para la secreción de leche, su acción es solo eficaz si actúan las tres hormonas.
Hormonas foliculoestimulante, luteoestimulante y luteotropa en el hombre:
La FSH estimula las células germinales de los tubulos seminiferos que constituyen buenas
partes de los testículos, para que produzcan espermatozoides. El proceso de formación de
estos no puede completarse sino interviene la LTH. Esta actúa sobre las denominadas células
"intersticiales" del testículo; estas células se localizan entre los tubulos seminiferos y se
encargan de la formación y secreción de testosterona ( hormona sexual masculina).
Sistemas Reguladores.
Se ha dicho que las hormonas glandotropas, secretadas por la hipófisis estimulan el
funcionamiento de las glándulas blanco correspondiente: sabemos que la ACTH estimula las
cápsulas suprarrenales y en especial la secreción de cortisona por parte de estas; es
precisamente la cantidad de cortisona presente en la sangre lo que regula la cantidad de ACTH
secretada por la hipófisis; esta libera ACTH en proporción inversa a la tasa de cortisona en
circulación (si hay mucha cortisona en la sangre la hipófisis bloquea la secreción de ACTH,
mientras que si la cantidad de cortisona presente en la sangre baja, la hipófisis libera ACTH,
estimulando las cápsulas suprarrenales para que acelere su ritmo de trabajo). Este mecanismo
se denomina retroalimentacion e indica cualquier mecanismo que, introducido en un sistema es
capaz de regular su actividad, otorgando al mismo sistema la capacidad de autorregularse.
Sin embargo si se someten a un examen cuidadoso los diversos fenómenos de tipo endocrino
que se llevan a cabo en el organismo, se llega a la conclusión de que este mecanismo no basta
por si solo para explicarlos.
En el hipotálamo una formación nerviosa situada sobre la hipófisis, con la que se halla
íntimamente comunicado y que a su vez esta conectada con las demás parte del cerebro,
existen grupos de células nerviosas que segregan sustancias de acción especifica sobre la
hipófisis: los factores liberadores (releasing factors).
Cada una de las hormonas glandulotropas esta bajo el control liberador que, al llegar a la
hipófisis desde el hipotálamo estimula su liberación en la sangre. Los factores liberadores
constituyen el punto de conexión entre el sistema nervioso y el endocrino. Este hecho ha
quedado completamente aclarado en lo que se refiere a la ASTH cuyo factor liberador se
denomina CRF, y para la tireotropa TRF.
Para las hormonas gonadotropas: su factor liberador no ha sido descubierto, en cualquier caso
parece que existe un factor liberador para la hormona folículo estimulante (FSHRF) y para la
luteoestimulante (LRH), mientras que el hipotálamo segrega un factor inhibidor con la secreción
de la hormona luteotropa o prolactina (PIF).
Para terminar, parece desprenderse que la melatolina forma una hormona secretada por la
epífisis (en el interior del cráneo) que tiene también una acción inhibidora sobre la secreción de
las gonadotropinas y se cree que el ritmo de secreción de la melatolina esta regulado por la
cantidad de luz presente en el medio en el que vive el individuo. En la oscuridad la secreción de
la melatolina aumenta y la actividad de las glándulas sexuales disminuye; en presencia de luz
la secreción de melatolina disminuye y las glándulas sexuales son estimuladas en mayor
medida.
Hormona Somatotropa
La STH es una hormona hipofisiaria que se diferencia en forma clara de todas la restantes; su
acción se desarrolla directamente sobre los tejidos del organismo y no a través de la mediación
de otras glándulas, como sucede en las otras hormonas.
Se denomina también "hormona de crecimiento" ya que induce y regula el crecimiento corporal.
Se trata de una proteína constituida por una serie compleja de aminoácidos, que actúan sobre
todo los tejidos del organismo estimulando su desarrollo. Es la hormona mas importante en la
fase inicial de cualquier individuo.
La acción de la somatotropa no se limita al periodo de crecimiento. Las estructuras que lo
constituyen a nivel molecular, se gastan, se transforman continuamente y debe producirse sin
cesar nuevo material orgánico. Además del agua y las sales, las sustancias básicas de las que
se compone el organismo son los azucares, las grasas y las proteínas. La STH debe actuar
sobre estos compuestos.
El constituyente estructural fundamental del organismo lo constituyen las proteínas; los
azucares y las grasas sirven para proporcionar energía. La STH, para inducir el crecimiento
corporal y estimular al organismo a fabricar las estructuras moleculares de recambio para la
sustitución de las que se han gastado debe orientar el metabolismo corporal hacia la síntesis
de las nuevas proteínas, en especial del nucleoproteínas, sustancia que son esenciales para la
vida de la célula (es más importante en la etapa de crecimiento). Si tratamos de comprobar
cuales son las acciones metabólicas de las hormonas veremos que ellas corresponden
perfectamente a todas estas necesidades teóricas.
La STH favorece la entrada de los aminoácidos en la célula, primer paso fundamental para la
constitución de las proteínas. Las hormonas sexuales, pero sobre todo los andrógenos
(masculinos), favorecen la incorporación de estos a las proteínas. A nivel de los azúcares, la
STH se opone a la acción de la insulina, favoreciendo la transformación realizada precisamente
por la insulina de los azúcares en aminoácidos; se produce así nuevo material para la síntesis
de la proteína.
Con referencia a las grasas la STH estimula su catabolismo; proporciona así a las cadenas
enzimáticas celulares, encargadas del montaje de las proteínas, un material que ellas pueden
aprovechar.
Además la STH actúa también sobre los minerales que son constituyentes fundamentales del
protoplasma celular, en especial sobre el sodio, el potasio y el calcio, favoreciendo su retención
(el calcio solo durante el periodo de crecimiento óseo).
Teniendo en cuenta las acciones que la STH lleva a cabo en el organismo, se pueden deducir
la consecuencias que derivan de una secreción de esta hormona en defecto o en exceso. En el
primer caso se produce el enanismo y en el segundo el gigantismo, que también aparece
durante la infancia y sobre todo durante la adolescencia, siempre antes de la pubertad.
La razón es sencilla : la diferencia de estatura se debe principalmente a un desarrollo diferente
del sistema óseo y en particular de los huesos largos (esqueleto de los miembros) . Estos están
constituido por la diáfesis, que es el cuerpo del hueso, y la epífisis, las dos cabezas. Entre la
diáfesis y cada una de las dos epífisis, durante el periodo de crecimiento, existen dos capas
delgadas de cartílagos, el cual da origen a la formación de nuevo tejido óseo que,
superponiéndose a la ya existente, que constituye la diáfesis provoca un alargamiento del
hueso.
Gigantismo
La STH regula la función de los cartílagos de crecimiento: si aumenta, estos aceleran su ritmo
de trabajo y aparece el gigantismo.
Se habla del gigantismo cuando la estructura de los hombres sobrepasa el metro noventa y
cinco, en la mujer el metro ochenta y cinco.
El gigantismo hipofisario es una flexión muy rara: sobre 3190 endocrinopatías infantiles
observada por Wilkins, noto solo dos casos de gigantismo.
Según la edad de desarrollo del hipersomatotropismo, puede observarse un gigantismo puro
armónico cuando la enfermedad empieza en la infancia, y una giganto-acromegalia cuando se
manifiesta en la adolescencia. El tratamiento, dependiente de la existencia o no de un tumor
hipofisario , deberá ser quirúrgico u hormonal, con el objeto de bloquear la hipófisis
hiperfuncionante en ese sector.
Acromegalia
Cuando los cartílagos de crecimiento desaparecen los huesos largos no pueden seguir
creciendo en longitud; por consiguiente, si la producción excesiva de STH se realiza cuando ha
terminado el desarrollo óseo, el individuo no padecerá ya un gigantismo sino de Acromegalia.
Aquí, los huesos largos crecen solo en anchura, pero no se alargan, por lo que la estatura del
individuo permanece invariable. Se produce, no obstante, un desarrollo excesivo, sobre todo
donde todavía existen cartílagos, en especial en el rostro; las arcadas orbitarias y sigomáticas
sobresalen; la nariz se hace gruesa y la mandíbula prominente. Todos los órganos aumentan
de volumen: la lengua se engrosa hasta el punto de que, en los casos mas graves no permite
cerrar la boca, las manos y los pies no se alargan pero se hacen mas gruesos; las cuerdas
vocales que están constituidas por cartílagos se hacen mas gruesas, provocando un cambio en
la voz, que se hace profunda y masculina, incluso en las mujeres; la piel es pastosa, gruesa,
rugosa y aumenta la cantidad de bello corporal. Si se estudia el metabolismo de estos sujetos,
se ponen en evidencia los signos típicos del trabajo que esta realizando la STH: aumenta los
azucares en la sangre (dado que como sabemos, queda obstaculizada su utilización por parte
de las células), mientras que es posible observar una eliminación reducida de la sustancia
proteicas, que son utilizadas desmedidamente. Las grasas, escindidas y movilizadas de los
lugares de almacenamiento, están presentes en la sangre en cantidad ligeramente superior a la
normal.
Otras interferencias debido al desequilibrio de las hormonas, tienen efectos en el
comportamiento sexual (desaparición del apetito sexual).
La funcionalidad reducida de la hipófisis
La funcionalidad reducida de la hipófisis se denomina hipopituarismo. La hipófisis, a través de
diversas hormonas secretadas por ella, controla el funcionamiento de las glándulas endocrinas
mas importantes : tiroides, las cápsulas suprarrenales, las glándulas sexuales y además el
crecimiento corporal ; queda claro, entonces, que una reducción de las capacidades de la
hipófisis se manifestará con síntomas que derivan de una carencia de las hormonas secretadas
que esta suele estimular. Si esto sucede en el niño, en el que es muy importante la presencia
de la hormona somatotropa del crecimiento, se producirá el denominado "enanismo
hipofisario". Por esto se entiende un síndrome clínico caracterizado por la detención del
crecimiento debido a una reducida secreción de la hormona somatotropa hipofisiaria. Por lo
general los enanos hipofisarios miden menos de 1.50mts, presentan un desarrollo sexual
reducido, con infantilismo en los genitales y ausencia de caracteres sexuales secundarios. La
inteligencia es normal. El tratamiento medico se basa en dosis altas de hormona somatotropa.
La capacidad secretora reducida de la hipófisis puede limitarse a una sola de las hormonas sin
afectar a la glándula en su conjunto, pero cuando se produce un "hipopituarismo total", los
síntomas se encuadran en un conjunto característico que recibe el nombre de enfermedad de
Simmonds. Se trata de un decaimiento progresivo de todo el organismo, el enfermo adelgaza
de forma rápida y progresiva, tanto el tejido adiposo como los músculos sufren una atrofia
progresiva para llegar a desaparecer casi por completo en las fases mas avanzadas. Los
órganos internos (corazón e hígado) disminuyen su volumen. Este estado de deterioro
gravisimo (llamado caquexia hipofisiaria) esta inducido por la falta de la hormona somatotropa,
que controla el mantenimiento del estado de nutrición del organismo y estimula la formación de
células que sustituyen a las que se destruyen por vejez u otros motivos.
El defecto metabólico de fondo, es una reducción en la formación de proteínas. Otro fenómeno
responsable en parte de esta caquexia es la falta de apetito, asociada a una digestión difícil y,
por tanto, a una absorción reducida de los alimentos a causa de la ausencia o secreción
deficitaria de HCl por parte de la mucosa gástrica.
Causas
El hipopituarismo puede ser causado por una destrucción de la glándula o por una alteración
orgánica de la misma.
Hay un caso de alteración orgánica de la hipófisis que es considerado como una enfermedad
independiente llamada necrosis hipofisaria pospartum o enfermedad de Sheehan.
Existe, por ultimo, un hipopituarismo funcional, ello significa que la hipófisis no esta afectada
por ninguna enfermedad especifica, la escasa producción de las hormonas se debe a causas
extrahipofisarias que disminuyen su funcionalidad. Puede tratarse de una enfermedad
metabólica que causa la desnutrición de la hipófisis ; puede ser una lesión hipotalámica capaz
de inducir una secreción escasa de los llamados "releasing factors" ; o sino de un defecto o un
exceso de funcionamiento de una glándula endocrina satélite (tiroides, cápsulas suprarrenales
o gónadas). Un trabajo excesivo por parte de estas puede conducir a un reposo de la hipófisis
que deja de estimular a la glándula hiperfuncionante y a todas las demás.
También pude producirse el mecanismo inverso, si una glándula satélite trabaja poco, la
hipófisis acentúa su actividad estimulante sobre ella y puede pasar que este esfuerzo
hipofisario llegue a agotar la capacidad funcional de la glándula.
la hipófisis
la glándula tiroides
las paratiroides
el páncreas
las suprarrenales
los ovarios
los testículos