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Competencias y aprendizaje (pág 40)

Este texto destaca la importancia de una educación de calidad que esté alineada con ciertos

principios curriculares, como la centralidad en el estudiante y su aprendizaje, la inclusión, la

participación, la pertinencia, la flexibilidad, la integración de conocimientos y la ética. Se

argumenta que para cumplir con estos principios es necesario adoptar un modelo curricular

basado en competencias.

Este enfoque se considera adecuado porque promueve una conexión más sólida entre los

aprendizajes y la vida real, centrándose en el desarrollo integral del estudiante como individuo

en el mundo. Se destaca que este modelo permite una mayor flexibilidad y adaptabilidad al

establecer el aprendizaje como un proceso continuo y progresivo, en lugar de estar limitado a

momentos específicos.

Las competencias se presentan como elementos clave para proporcionar coherencia curricular,

ya que el estudiante las desarrolla a través de procesos de enseñanza inclusivos, flexibles y

participativos. Estos procesos, acompañados de una evaluación ética, facilitan y potencian el

aprendizaje. El currículo propuesto busca establecer una red interconectada de campos del

conocimiento orientados al desarrollo de competencias, mediante la selección cuidadosa de

contenidos pertinentes y la inclusión de enfoques interdisciplinarios.

Se subraya la importancia de contar con sólidos contenidos disciplinares que permitan

abordajes interdisciplinarios para resolver situaciones complejas. Además, se enfatiza que el

desarrollo de competencias es un proceso continuo a lo largo de la vida del individuo,

integrando diversos recursos en una relación profunda entre el conocimiento teórico, la práctica

y la aplicación.
(Pag.41)

Este texto aborda la evolución contemporánea de la noción de competencias, basada en

análisis de propuestas de organismos internacionales, autores y organizaciones civiles. Se

destaca que las competencias actuales no se limitan a la mera adquisición de conocimientos y

habilidades, sino que implican una comprensión profunda de la realidad global y de aspectos

particulares, así como una acción efectiva moralmente situada.

En este contexto, se presenta una concepción holística e integrada de las competencias, las

cuales se entienden como una forma de actuar frente a situaciones complejas, integrando una

variedad de recursos en una relación profunda entre el saber y el hacer, enfatizando la

apropiación del individuo mediante la reflexión.

Se resalta que las competencias abarcan aspectos emocionales y morales, implican una

capacidad reflexiva y de transferibilidad creativa, y se desarrollan, enriquecen o restringen a lo

largo de la vida. Ser competente implica actuar integrando conocimientos, habilidades y

actitudes de manera pertinente y ética para responder a situaciones complejas.

En el contexto del Marco Curricular Nacional, se define que los conocimientos comprenden

hechos, conceptos e ideas; las habilidades son capacidades para resolver y crear; y las

actitudes describen la mentalidad y forma de actuar ante diversas situaciones.

Se enfatiza que el desarrollo de competencias implica un proceso gradual de construcción

personal y social, que capacita al individuo para tomar decisiones y acciones acordes a las

circunstancias y condiciones personales y del entorno.

En esta concepción, se considera al estudiante como el centro del aprendizaje, y se busca que

todos los procesos educativos sean coherentes con este principio. Además, se subraya que el

contenido de la enseñanza no se limita al conocimiento y al saber hacer, sino que también

busca desarrollar las competencias necesarias para actuar con conocimiento y ética en

diversas situaciones.
Este texto destaca la importancia de diferentes formas de mediación en el proceso de desarrollo de

competencias en la educación, donde se mencionan mediaciones como la de pares, adultos

referentes, recursos materiales y tecnológicos. Sin embargo, se resalta que la mediación docente es

fundamental en la educación formal. Esta mediación implica la intervención, guía y enseñanza por

parte del docente para favorecer un proceso gradual en el desarrollo de habilidades y

conocimientos, que eventualmente lleva a la autonomía del estudiante.

La educación orientada hacia las competencias permite que los estudiantes se enfrenten a desafíos

que ponen a prueba sus habilidades y conocimientos. A través de este proceso, los estudiantes se

dan cuenta de sus fortalezas y áreas de mejora, buscan activamente conocimientos relevantes para

superar los desafíos, reflexionan sobre sus acciones y reconocen las áreas que necesitan mejorar.

Además, se destaca que los estudiantes se involucran activamente en el proceso, valoran sus logros

y se apoyan en ellos para seguir avanzando en su aprendizaje. En resumen, la educación orientada

hacia las competencias promueve un enfoque activo y reflexivo en el aprendizaje, donde los

estudiantes son protagonistas de su propio desarrollo.

(Pág.42)

Modelo de competencias y relación con los documentos curriculares

Este texto describe el proceso de definición de competencias para la educación obligatoria en

el país, destacando la importancia de considerar diferentes modelos teóricos y prácticos, tanto

a nivel nacional como internacional. Se menciona que la definición de competencias se basa en

el análisis de documentos curriculares existentes en el país.

A partir de las competencias que se espera que los estudiantes desarrollen al finalizar su

escolarización, se organizan los aprendizajes esperados en diversos formatos competenciales.

Para este Marco Curricular Nacional, se acuerda definir un conjunto de competencias

generales para todos los estudiantes, independientemente de su trayectoria educativa, con el

objetivo de fomentar actitudes y habilidades comunes a todas las disciplinas, lo que se

considera esencial para el desarrollo integral de la persona y su integración en la sociedad.


Los modelos de competencias se presentan como formas organizativas claras y utilizables para

guiar el desarrollo educativo de los estudiantes a lo largo de su trayecto escolar. Estas

competencias no están limitadas a una sola área de conocimiento, sino que se espera que se

desarrollen de manera interconectada a través de las diferentes disciplinas.

Se destaca que definir un modelo de competencias generales implica que estas deben ser

desarrolladas en todos los niveles educativos y en todas las disciplinas, adaptándose a las

especificidades de cada una. Además, se reconoce la importancia de que las disciplinas

también desarrollen competencias específicas para complementar el perfil educativo de los

estudiantes. En resumen, el texto enfatiza la importancia de un enfoque integral y coordinado

para el desarrollo de competencias en el sistema educativo.

Este texto describe el proceso de definición y desarrollo de competencias en el marco del

sistema educativo. Se destaca que una vez establecido un modelo de competencias, es

necesario definir el nivel esperado de desarrollo de cada una de ellas al finalizar la educación

obligatoria. Esto se materializa en el Perfil de egreso, que describe lo que se espera que un

estudiante alcance al terminar su educación obligatoria, así como en los Perfiles de tramo que

corresponden a la conclusión de los diferentes ciclos educativos.

A partir de las competencias y los perfiles, se elaboran las Progresiones de aprendizaje, que

describen la evolución de cada competencia a lo largo del trayecto educativo, permitiendo

identificar el progreso de los estudiantes y planificar estrategias para continuar avanzando. Se

menciona que estas progresiones establecen diferentes hitos en el desarrollo de las

competencias y son fundamentales para guiar el proceso educativo.

Luego, se pasa a otro nivel de concreción con los Planes de estudio y los Programas, que

establecen la propuesta de las diferentes disciplinas para el desarrollo de las competencias. En

los Planes de estudio se insertan las competencias dentro de la estructura educativa y se

definen los niveles de desarrollo de estas, mientras que en los Programas se especifica cómo

se contribuirá al desarrollo de las competencias, así como la responsabilidad de su desarrollo y

evaluación.
Se resalta que es en este nivel donde los docentes disponen de los contenidos, estrategias de

enseñanza y evaluación para promover el progreso de los estudiantes en el desarrollo de sus

competencias. Se menciona la importancia de la pertinencia y la flexibilidad en este proceso,

así como el valor de la multi, inter y transdisciplinariedad como recursos para que los

estudiantes sean competentes en diferentes dimensiones del saber, del ser y del hacer.

Finalmente, se destaca que una visión de la educación con estas características evitaría el

rezago curricular y proporcionaría un currículo adaptable y responsable ante los cambios y el

desarrollo del conocimiento en general, ofreciendo así una educación adecuada a las

comunidades educativas. En resumen, el texto aboga por un enfoque educativo centrado en el

desarrollo de competencias, flexible y adaptado a las necesidades cambiantes del mundo

contemporáneo.

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